Friday, August 17, 2018

TRES IMPORTANTES LUCHAS EN EL FRENTE FILOSÓFICO DE CHINA (1949 1964) (continuación y última entrega)

1976. Ediciones de Lenguas Extranjeras.

Escritos por el Grupo Redactor de Artículos para la Crítica Masiva Revolucionaria de la Escuela del Partido subordinada al Comité Central del Partido Comunista de China, salieron por primera vez por separado en Renmin Ribao (Diario del Pueblo), Hongqi (Bandera Roja) y Guangming Ribao (Diario de Kwangming). Basamos la traducción en las versiones en español del primero, tercero y cuarto artículos de Pekín Informa: "La lucha en filosofía y la lucha de clases" (No. 5, 3 de febrero de 1971); "Seria lucha en torno a la cuestión de la identidad entre el pensar y el ser" (No. 16, 21 de abril de 1971) y "La teoría de `integrar dos en uno' es una filosofía reaccionaria para restaurar el capitalismo" (No. 19, 12 de mayo de 1971), respectivamente.



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LA TEORÍA DE "INTEGRAR DOS EN UNO" ES UNA FILOSOFÍA REACCIONARIA PARA RESTAURAR EL CAPITALISMO 

El gran líder el Presidente Mao ha señalado: "Toda cosa se divide en dos". "La ley de la contradicción en las cosas, es decir, la ley de la unidad de los contrarios, es la ley más fundamental de la dialéctica materialista" (Sobre la contradicción). Esta tesis científica del Presidente Mao, que revela profundamente las leyes objetivas de las cosas y expone en forma penetrante la esencia de la dialéctica materialista, es una afilada arma para que el pueblo chino lleve a cabo los tres grandes movimientos revolucionarios --la lucha de clases, la lucha por la producción y la experimentación científica--, consolide la dictadura del proletariado y persevere en la continuación de la revolución bajo esta dictadura.

La extensa y profunda divulgación del magistral concepto de que uno se divide en dos entre las masas populares suscitó sumo odio y temor en el puñado de enemigos de clase en el país y en el mundo. En 1964, Liu Shao-chi ordenó a Yang Sien-chen, agente suyo en los círculos filosóficos, que desatara una recia polémica sobre la cuestión de si uno se divide en dos o "integrar dos en uno". El cuartel general proletario encabezado por el Presidente Mao dirigió de manera directa esta importante lucha de principios en el frente filosófico de China. Tomando el pensamiento Mao Tsetung como arma, los obreros, campesinos y soldados, así como los cuadros e intelectuales revolucionarios, criticaron la reaccionaria teoría de "integrar dos en uno" y la hicieron fracasar ante la dialéctica revolucionaria de que uno se divide en dos.

"Base teórica" de la línea revisionista contrarrevolucionaria de Liu Shao-chi, la teoría de "integrar dos en uno" penetró en las esferas política, económica, ideológica, cultural y artística. A fin de liquidar la venenosa influencia dejada por la mencionada línea en los diversos terrenos, debemos criticar en mayor medida el idealismo y metafísica burgueses de Liu Shao-chi, Yang Sien-chen y otros semejantes estafadores políticos y criticar la teoría reaccionaria de "integrar dos en uno".

Una reacción a la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado

A las órdenes de Liu Shao-chi, el renegado Yang Sien-chen, que hacía tiempo se arrodillara a los pies de los reaccionarios del Kuomintang, salió en cada momento crucial de la revolución socialista a atacar al Partido en el frente filosófico. Se opuso rabiosamente a la línea revolucionaria proletaria del Presidente Mao y trató de remodelar a nuestro Partido y Estado por medio de la concepción reaccionaria del mundo de "integrar dos en uno".

En 1958, Yang Sien-chen propugnó con motivos ocultos "utilizar la identidad de la contradicción" y, mediante insinuaciones, acometió a nuestro Partido diciendo que éste "sólo habla de la lucha entre los contrarios y no de la unidad de los mismos". Su objetivo fue el de asentar un fundamento filosófico para la teoría de Liu Shao-chi de la "extinción de la lucha de clases" y oponerse a la gran obra del Presidente Mao Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo.

En estrecha coordinación con el coro antichino en el exterior, la camarilla renegada de Liu Shao-chi tramó entre 1961 y 1962 una restauración contrarrevolucionaria de arriba a abajo. Mientras tanto, Yang Sien-chen corrió de un lado para otro, propalando por doquier su reaccionaria filosofía y oponiéndose con mayor furia al pensamiento filosófico del Presidente Mao. Lanzó el disparate de que la unidad de los contrarios significa "puntos comunes". Clamó sin escrúpulos por "integrar en uno" al proletariado y la burguesía, el socialismo y el imperialismo, el marxismo y el revisionismo.

El Presidente Mao fue el primero en percatarse del peligro de los complots contrarrevolucionarios de Liu Shao-chi y su camarilla, y advirtió una y otra vez a todo el Partido y el pueblo que se guardaran del revisionismo. En la X Sesión Plenaria del VIII Comité Central del Partido celebrada en 1962 planteó, en forma más completa, la línea básica para nuestro Partido durante toda la etapa histórica del socialismo e impartió el gran llamamiento de que "no hay que olvidar jamás la lucha de clases". Bajo la sabia dirección del Presidente Mao, nuestro Partido fortaleció la propaganda y la educación con respecto a la dialéctica revolucionaria de que uno se divide en dos, desplegó un amplio movimiento de educación socialista, efectuó una abierta polémica contra el revisionismo contemporáneo y dio duros golpes a los enemigos de clase de dentro y fuera del país. Sin embargo, estas advertencias y luchas no cambiaron ni pudieron cambiar la naturaleza contrarrevolucionaria de Liu Shao-chi, Yang Sien-chen y compañía, que ansiaban restaurar el capitalismo. Yang Sien-chen, antes que nada, pregonó abiertamente la teoría de "integrar dos en uno" en la cátedra de la antigua Escuela Superior del Partido bajo el Comité Central. Al cabo de un cuidadoso planeamiento, esta filosofía reaccionaria fue sacada para el público en 1964.

Lenin dijo que la lucha en la filosofía "expresa, en última instancia, las tendencias y la ideología de las clases enemigas dentro de la sociedad moderna"(Materialismo e empiriocriticismo). La aparición de la teoría de "integrar dos en uno" estaba destinada, en el plano internacional, a satisfacer las necesidades del imperialismo y del socialimperialismo de subvertir la gran China socialista y, dentro del país, a satisfacer las necesidades de la restauración contrarrevolucionaria de la burguesía. Esa teoría es una filosofía al servicio de los esfuerzos de Liu Shao-chi por restaurar el capitalismo y es una reacción a la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

Idealismo y metafísica burgueses de pies a cabeza

Los oportunistas y revisionistas de toda calaña, con el propósito de luchar contra la filosofía marxista, siempre tratan desesperadamente de borrar el límite entre el materialismo y el idealismo, entre la dialéctica y la metafísica. Al pregonar la reaccionaria teoría de "integrar dos en uno", Yang Sien-chen adoptó exactamente esta vil táctica contrarrevolucionaria. Disfrazó de dialéctica la referida teoría, diciendo el absurdo de que "integrar dos en uno" y "uno se divide en dos" tienen el "mismo significado". Intentó deliberadamente negar el antagonismo fundamental entre "uno se divide en dos" e "integrar dos en uno".

Lenin señaló: "La división de un todo y el conocimiento de sus partes contradictorias es la esencia de la dialéctica" (Sobre la dialéctica)."En una palabra, la dialéctica puede ser definida como la doctrina de la unidad de los contrarios. Esto encarna la esencia de la dialéctica, pero exige explicaciones y desarrollo" (Resumen del libro de Hegel "Ciencia de la lógica").

En Sobre la contradicción, Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo y sus demás importantes obras filosóficas, el Presidente Mao desarrolla aún más este magistral concepto de Lenin. El Presidente Mao dice: "La ley de la unidad de los contrarios es la ley fundamental del universo. Esta ley tiene validez universal, tanto en la naturaleza y en la sociedad humana, como en el pensamiento humano. Los contrarios en una contradicción forman una unidad a la vez que luchan entre sí, lo cual impulsa el movimiento y el cambio en las cosas" (Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo). El concepto formulado por el Presidente Mao de que uno se divide en dos sintetiza de modo profundo y conciso la ley de la unidad de los contrarios y encarna la esencia de la dialéctica materialista.

De acuerdo con el concepto de que uno se divide en dos, toda cosa encierra contradicciones. Los dos aspectos de una contradicción dependen el uno del otro y luchan entre sí, y esto determina la vida de todas las cosas. La naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano están llenos de contradicciones y luchas, y no existe el "integrar dos en uno". Sin contradicción no habría la naturaleza, ni la sociedad, ni el pensamiento humano, ni tampoco el mundo. Las contradicciones se encuentran en todos los procesos, los recorren desde el comienzo hasta el fin e impulsan el desarrollo de las cosas. La constante aparición y solución de las contradicciones son la ley universal de este desarrollo.

Al aplicar a la sociedad socialista el concepto de que uno se divide en dos, debemos reconocer que en toda la etapa histórica del socialismo existen clases, las contradicciones de clase y la lucha de clases, existe la lucha entre el camino socialista y el capitalista, existe el peligro de restauración capitalista y existe la amenaza de la subversión y agresión por parte del imperialismo y el socialimperialismo. Para resolver estas contradicciones, es necesario fortalecer la dictadura del proletariado y perseverar en la continuación de la revolución bajo dicha dictadura. Incluso una sociedad comunista tendrá contradicciones y estará repleta de luchas entre lo nuevo y viejo, entre lo avanzado y atrasado, entre lo correcto y erróneo. El Presidente Mao ha señalado: "Dondequiera que vivan grupos de personas --o sea, aparte de los desiertos deshabitados--, se dividen invariablemente en izquierda, centro y derecha. En diez mil años, seguirá existiendo esta situación". Sólo quien persiste en este concepto y lo aplica para guiar la práctica revolucionaria es consecuente materialista dialéctico. Negar el concepto de que uno se divide en dos significa negar la universalidad de las contradicciones, significa apostatar de la dialéctica materialista y conduce inevitablemente a traicionar en lo político a la revolución proletaria y la dictadura del proletariado.

El elemento esencial de la teoría de "integrar dos en uno" consiste en fundir las contradicciones, liquidar la lucha, combatir la revolución y hacer que el proletariado sea "integrado" a la burguesía, el marxismo al revisionismo, y el socialismo al imperialismo y socialimperialismo. Esta concepción idealista y metafísica burguesa del mundo, reaccionaria hasta la médula, se opone diametralmente a la concepción del mundo de que uno se divide en dos.

Refutación a la teoría de las "necesidades comunes"

Yang Sien-chen decía locuazmente que la identidad de una contradicción significa "puntos comunes" y "cosas comunes". Deformando la tesis de Lenin acerca de la identidad de la contradicción, expresó que la "identidad en la esfera de la dialéctica" es "buscar las necesidades comunes".

Veamos lo que escribió el gran Lenin sobre esta materia:

"La dialéctica es la teoría de cómo los contrarios pueden y suelen ser (o devienen) idénticos; en qué condiciones son idénticos, al convertirse los unos en los otros, y por qué el entendimiento humano no debe considerar estos contrarios como muertos, petrificados, sino como vivos, condicionados, móviles y que se convierten los unos en los otros"(Resumen del libro de Hegel "Ciencia de la lógica"). Lenin estaba hablando de la identidad de la contradicción. No se ve aquí ni rastro de "puntos comunes" o de "necesidades comunes". La afirmación absurda de Yang Sien-chen de que Lenin quería decir "necesidades comunes" al referirse a la identidad de la contradicción es pura mentira y calumnia.

En Sobre la contradicción, el Presidente Mao explica penetrantemente el concepto de Lenin con relación a la identidad de la contradicción. Señala con nitidez: "Todos los contrarios están interconectados; no sólo coexisten en un todo único bajo determinadas condiciones, sino que, también bajo determinadas condiciones, se transforman el uno en el otro; éste es el significado íntegro de la identidad de los contrarios".

La enseñanza del Presidente Mao nos dice claramente que el primer sentido de la identidad de la contradicción estriba en que los dos aspectos contradictorios dependen el uno del otro en condiciones determinadas. En el período de la revolución de nueva democracia de China, por ejemplo, los dos aspectos contrarios, las masas populares por una parte y el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático por la otra, así como el proletariado y la burguesía, no existieron aislados el uno del otro; cada aspecto tuvo al otro como la condición de su existencia y los dos coexistieron en un todo único. Debemos interpretar sólo de esta manera el primer sentido de la identidad de la contradicción, y jamás debemos admitir que Yang Sien-chen lo distorsione calificándolo de "necesidades comunes". ¿Acaso había algunas "necesidades comunes" en la interdependencia entre las masas populares oprimidas, por un lado, y el imperialismo, feudalismo y capitalismo burocrático, por el otro? Claro que no. Aun cuando la burguesía nacional, en un período dado, participó en el frente único de la revolución nacional y democrática y tuvo con el proletariado ciertas necesidades comunes antiimperialistas y antifeudales, esto no fue en absoluto la identidad de la contradicción entre el proletariado y la burguesía. Cuando hablamos de tales necesidades comunes, tomamos al proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía y la burguesía nacional como un aspecto de la contradicción, en contraposición al otro aspecto que son los tres enemigos: el imperialismo, feudalismo y capitalismo burocrático. En lo que respecta al proletariado y la burguesía como los dos aspectos contrarios de una contradicción, su relación es la del explotado y el explotador, y las necesidades del uno se oponen de manera fundamental a las del otro.

El Presidente Mao subraya además que la cuestión no se limita a la interdependencia de los dos aspectos contradictorios, y que, lo que es más importante, cada uno de ellos se transforma en su contrario bajo condiciones determinadas, cambiando su posición por la de éste. He aquí el segundo sentido de la identidad de la contradicción. Nuestro Partido dirigió al pueblo chino en varios decenios de heroica lucha. Esto tenía precisamente por objetivo crear condiciones para promover la transformación de las cosas y alcanzar la meta de la revolución. Por ejemplo, después de la revolución de nueva democracia, las masas populares, largamente oprimidas y explotadas, se transformaron en los dueños del país, y el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, o sea, los tres enemigos que las oprimían y explotaban, fueron derrocados definitivamente. Luego de la revolución socialista en la propiedad de los medios de producción, las masas trabajadoras transformaron la propiedad individual en la agricultura y artesanía en la propiedad colectiva socialista, y la propiedad capitalista en la industria y el comercio, en la propiedad socialista de todo el pueblo. Yang Sien-chen recurrió a todos los medios concebibles con el fin de oponerse a estas transformaciones revolucionarias. Para decirlo lisa y llanamente, su reaccionaria teoría de las "necesidades comunes" trata de hacer que el proletariado y el resto del pueblo trabajador permanezcan para siempre en la miserable situación de ser explotados y esclavizados, dejando que el imperialismo, los terratenientes y la burguesía cabalguen eternamente sobre sus espaldas.
Partiendo de la reaccionaria teoría de "necesidades comunes", Yang Sien-chen trabajó tiempo extra para negar el antagonismo básico entre las dos líneas en el Partido Comunista de China. Argumentó que ambas líneas en el Partido estaban "a favor del socialismo" y que por eso no habría ninguna lucha entre los dos caminos.

El Presidente Mao señaló de manera penetrante: "Los revisionistas borran lo que distingue al socialismo del capitalismo, a la dictadura del proletariado de la dictadura burguesa. Lo que preconizan no es, de hecho, la línea socialista, sino la capitalista" (Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda). Esta tesis científica del Presidente Mao puso al desnudo los rasgos contrarrevolucionarios de Liu Shao-chi, Yang Sien-chen y sus consocios y golpeó la esencia de su llamada teoría de "necesidades comunes".

Refutación a la teoría de la "inseparabilidad"

Yang Sien-chen predicaba sin cesar que los aspectos contrarios son "vínculos inseparables". Dijo el dislate de que estudiar la dialéctica significa "aprender cómo vincular las dos ideologías contrarias". Este es un chapucero intento de desnaturalizar la dialéctica materialista.

La dialéctica materialista sostiene que la naturaleza de una cosa es la calidad de contradictorio dentro de ella y su separabilidad. Engels señaló: "La dialéctica ha probado, de los resultados de nuestra experiencia de la naturaleza en el pasado, que todos los contrarios polares son determinados, en general, por la acción mutua de los dos polos contrarios entre sí, que la separación y oposición de estos polos sólo existen en su mutua conexión y unión, y que, al revés, su unión sólo existe en su separación, y su mutua conexión, sólo en su oposición"(Dialéctica de la naturaleza). Esto quiere decir que no se puede hablar de los vínculos entre los dos aspectos contrarios prescindiendo de su lucha y separabilidad. La lucha de los aspectos contrarios conduce inevitablemente al rompimiento de su interconexión, a la desintegración de un todo y al cambio de la naturaleza de una cosa. Por lo tanto, la interconexión entre los aspectos contrarios es condicional y relativa mientras que su separabilidad es incondicional y absoluta.

Como señala el Presidente Mao: "En la sociedad humana, al igual que en la naturaleza, cada entidad invariablemente se divide en sus diferentes partes; sólo hay diferencias en el contenido y la forma bajo condiciones concretas diversas"(Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda). En el mundo no hay cosa indivisible. El desarrollo de las cosas objetivas ha desmentido una y otra vez la podrida idea metafísica de que una cosa no puede ser dividida. ¿No han surgido diversas viejas y nuevas fracciones revisionistas antimarxistas en el curso del desarrollo del movimiento comunista internacional? En el curso del desarrollo de nuestro Partido aparecieron, del mismo modo, las líneas oportunistas de "izquierda" y derecha de los renegados Chen Tu-siu y Wang Ming y la línea revisionista contrarrevolucionaria de Liu Shao-chi. La línea revolucionaria proletaria del Presidente Mao logró grandes victorias precisamente en la lucha contra esas líneas erróneas. Por consiguiente, la "división" revolucionaria no es cosa mala, sino buena. Acelera la elevación de la conciencia ideológica de la gente y la unidad del pueblo revolucionario, y fomenta el desenvolvimiento de la causa revolucionaria proletaria y el avance de la sociedad. Yang Sien-chen no dijo ni una sola palabra acerca de la lucha entre los contrarios ni de la transformación del uno en el otro, negó por entero la divisibilidad de una cosa y describió como "vínculos inseparables" la interdependencia de los aspectos contrarios. De hecho, no existen en absoluto vínculos muertos y libres de contradicción y transformación.

Al abogar por la teoría de la "inseparabilidad", Yang Sien-chen perseguía objetivos políticos sumamente siniestros. En 1956 cuando la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción llegó a un apogeo en China, él salió a sermonear como un cura diciendo que para el proletariado y la burguesía "será provechoso unirse y perjudicial separarse". Esto proviene del mismo molde que las falacias propugnadas por Liu Shao-chi tales como "la explotación (burguesa) tiene méritos". Revela cabalmente que todos esos tipos son fieles lacayos de la burguesía.

La contradicción entre el proletariado y la burguesía es, en esencia, antagónica e inconciliable. Sólo puede ser resuelta por medio de la revolución socialista. Como puntualizó el Presidente Mao en 1959, la lucha a muerte entre las dos grandes clases antagónicas --el proletariado y la burguesía-- en el período de la revolución socialista "continuará... por lo menos durante 20 años más y posiblemente hasta medio siglo. En resumen, la lucha cesará sólo cuando desaparezcan completamente las clases". Por eso, en este período, la relación entre el proletariado y la burguesía es "la dictadura del proletariado sobre la burguesía. No puede haber ningún otro tipo de relación". En los terrenos político, económico y cultural, el proletariado debe barrer la mugre y veneno de la burguesía y las demás clases explotadoras. El proletariado debe ejercer la dictadura omnímoda sobre la burguesía en la superestructura, incluidos los diversos terrenos de la cultura. En cierto sentido, perseverar en la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado significa que el proletariado se separa radicalmente de la burguesía y las demás clases explotadoras. En la batalla de vida o muerte entre el proletariado y la burguesía, ¿cómo es posible "integrar dos en uno"? Si "integráramos dos en uno" en relación con la burguesía, olvidáramos las clases y la lucha de clases y echáramos al olvido la dictadura del proletariado, "entonces no haría falta mucho tiempo, tal vez unos cuantos años, o una década, o varias décadas a lo sumo, para que se produjera fatalmente una restauración contrarrevolucionaria a escala nacional, el partido marxista-leninista se transformara en partido revisionista o en partido fascista, y toda China cambiara de color. Piénsenlo, camaradas. (Qué peligrosa situación sería ésta!". El hecho de que Yang Sien-chen volcara todas sus energías para propugnar que el proletariado y la burguesía deben "integrarse" y no "separarse", estaba encaminado precisamente a hacer realidad el complot contrarrevolucionario de restaurar el capitalismo.

Refutación a la teoría de que "la síntesis significa `integrar dos en uno'"

Yang Sien-chen y sus congéneres afirmaron que "el análisis significa que `uno se divide en dos', mientras que la síntesis significa `integrar dos en uno'". Esto no sólo es una cuestión de su ignorancia de la filosofía marxista; su propósito real fue el de cortar la relación dialéctica entre el análisis y la síntesis y sustituir la dialéctica materialista por la metafísica reaccionaria.

La filosofía marxista nos dice que el análisis y la síntesis son tanto una ley objetiva de las cosas como métodos con los que los seres humanos las conocen. El análisis muestra la división de un todo en dos partes diferentes y la lucha entre ellas; la síntesis indica cómo, mediante la lucha entre sí, uno de los aspectos contrarios supera, derrota y elimina el otro, cómo se resuelve una vieja contradicción y se produce otra nueva, y cómo se liquida una cosa vieja y triunfa otra nueva. En términos sencillos, síntesis significa que el uno "devora" al otro. El curso del desarrollo de la historia siempre es así: lo revolucionario "devora" lo reaccionario y lo correcto "devora" lo erróneo. Pero esto requiere pasar por una serie de luchas complicadas y tortuosas. Tal como señaló el Presidente Mao: "Las clases luchan, unas clases salen victoriosas, otras quedan eliminadas. Así es la historia, así es la historia de la civilización de los últimos milenios. Interpretar la historia desde este punto de vista es materialismo histórico; sostener el punto de vista opuesto es idealismo histórico"(Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha). La historia de la civilización humana es la historia de la lucha de clases, la historia en que las clases revolucionarias derrotan y "devoran" a las reaccionarias. El imperialismo, el socialimperialismo y todos los demás sistemas de explotación terminarán por ser "devorados" por el socialismo y el comunismo. Esta es una ley objetiva independiente de la voluntad de la humanidad. Una vez reflejados en la mente de la gente, tal análisis y síntesis objetivos requieren que analicemos concretamente el movimiento de los contrarios en las diversas cosas y, sobre la base de este análisis, hagamos una síntesis, indiquemos la naturaleza del problema y determinemos los métodos para resolverlo. Diferentes tipos de contradicciones son resueltos por distintos métodos. Queda clarísimo que el análisis y la síntesis objetivos o subjetivos sólo residen en que uno se divide en dos, y no en "integrar dos en uno".

El análisis y la síntesis están estrechamente relacionados. Hay síntesis en el análisis, y análisis en la síntesis. Como expresó Engels al referirse a la ciencia química: "La química, en la cual el análisis constituye la forma predominante de investigación, no es nada sin su polo opuesto: la síntesis"(Dialéctica de la naturaleza). Negando la interrelación entre el análisis y la síntesis, Yang Sien-chen y sus semejantes dijeron que "el análisis significa que `uno se divide en dos', mientras que la síntesis significa `integrar dos en uno'". Esta es una mercancía de la misma calaña que el dualismo burgués pregonado por Trotsky: "Política, marxista; arte, burgués".

El Presidente Mao puntualiza en Sobre la contradicción:"Sólo cuando Marx y Engels, los grandes protagonistas del movimiento proletario, crearon la gran teoría del materialismo dialéctico y del materialismo histórico sintetizando todo lo positivo en la historia del conocimiento humano y, en particular, asimilando críticamente los elementos racionales de la dialéctica hegeliana, se produjo en la historia del conocimiento humano una gran revolución sin precedentes". En forma extremadamente profunda, el Presidente Mao expone cómo los fundadores del marxismo analizaron y sintetizaron los logros en la historia del conocimiento humano. Marx y Engels no afirmaron ni negaron la dialéctica hegeliana en su conjunto, sino que, dividiendo uno en dos, criticaron su cáscara idealista y asimilaron su núcleo racional. Tal análisis y síntesis encarnan plenamente el consecuente espíritu revolucionario proletario y actitud científica que ellos propugnaban siempre, y nos dieron un brillante ejemplo a seguir.

El proceso de resumir nuestras experiencias es también el proceso de análisis y síntesis. Entregándose a diversas luchas en la práctica social, la humanidad acumula ricas experiencias, unas exitosas y otras no. Al resumir las experiencias, debemos distinguir lo correcto de lo erróneo, afirmar el primero y negar el segundo. Esto quiere decir que, bajo la guía del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, hay que elaborar los ricos materiales del conocimiento sensorial adquiridos en la práctica, "desechando la cáscara para quedarse con el grano, descartando lo falso para conservar lo verdadero, pasando de un aspecto a otro y de lo externo a lo interno"(Sobre la práctica), y elevar el conocimiento sensorial al nivel del conocimiento racional y dominar las leyes internas de las cosas. El movimiento de los contrarios --"uno se divide en dos"-- atraviesa este proceso desde el principio hasta el fin. Con tal síntesis de experiencias somos capaces de persistir en la verdad y corregir nuestros errores, "para extender la experiencia provechosa y extraer enseñanzas de las faltas".

Reaccionaria tendencia del revisionismo internacional

¿Fue creada por los renegados Liu Shao-chi, Yang Sien-chen y sus semejantes la reaccionaria filosofía de "integrar dos en uno"? (No! No es más que una variante, bajo nuevas condiciones históricas, de la teoría de la "conciliación de las contradicciones" de los viejos oportunistas y revisionistas.

Desde el nacimiento del marxismo, los enemigos jurados del socialismo científico han preconizado abiertamente la reaccionaria teoría de la "conciliación de las contradicciones". Proudhon declaró que quería "encontrar un principio de conciliación" para acomodar las contradicciones de la sociedad capitalista. Dühring dijo absurdos tales como el mundo es "indivisible" y "no hay contradicciones en las cosas". Los cabecillas reaccionarios de la II Internacional trataron en vano de reemplazar la dialéctica revolucionaria por el evolucionismo vulgar, y las doctrinas marxistas de la lucha de clases y la dictadura del proletariado por la teoría de la "colaboración de clases". Kautsky predicó que "en una sociedad no existen dos clases que no tengan intereses comunes, incluso hay intereses comunes entre los esclavistas y esclavos", y que "existen realmente intereses comunes entre los capitalistas y obreros". Esos tipos, sin excepción alguna, no son más que intrusos pasajeros en la historia. Implacablemente criticados y puestos al descubierto por Marx, Engels y Lenin, dejaron ver su repugnante catadura.

Después de la victoria de la Revolución de Octubre, cuando el pueblo soviético, con la dirección de Stalin, emprendió la industrialización socialista y la colectivización agrícola, Deborin y compañía salieron a oponerse frenéticamente a la teoría de Lenin sobre la unidad de los contrarios. Sostuvieron que las contradicciones no aparecen al comienzo de un proceso, sino cuando éste llega en su desarrollo a una etapa determinada, y que la solución de las contradicciones significa "conciliación de los contrarios". Esta teoría de la "conciliación de las contradicciones" de Deborin fue una manifestación, en la filosofía, de la teoría de Bujarin de la "extinción de la lucha de clases", que alegaba que "el capitalismo crecerá de manera pacífica hasta convertirse en socialismo". Tal reaccionaria filosofía para la restauración del capitalismo fue criticada severamente por Stalin. Pero el revisionismo contemporáneo resucitó y desarrolló descaradamente la reaccionaria filosofía de Deborin. Echándoselas de salvador, Jruschov clamoreó: "El mundo es un todo e indivisible frente a la amenaza de un desastre nuclear. Aquí todos somos seres humanos". Sus lacayos académicos respondieron diciendo que la ley de la unidad de los contrarios estaba "pasada de moda" y que la unidad se había "convertido en la fuente y fuerza motriz que jugaba un papel permanente en el avance de la sociedad". Describieron sin vergüenza esta renegada filosofía revisionista como "desarrollo creador del marxismo-leninismo".

Ante la corriente adversa revisionista contra la filosofía marxista, el Presidente Mao, con el gran espíritu proletario, subrayó repetidas veces la importante significación de la difusión de la dialéctica materialista. Señaló: "Queremos divulgar paso a paso la dialéctica y solicitar a todos que aprendan gradualmente el uso del método dialéctico científico"(Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda). En 1957, en su discurso pronunciado ante la Conferencia de los Partidos Comunistas y Obreros en Moscú, el Presidente Mao expuso profundamente una vez más la dialéctica revolucionaria de que uno se divide en dos, asestando un duro golpe frontal a la corriente adversa revisionista.

Las experiencias históricas del movimiento comunista internacional han probado reiteradamente que, si un partido marxista-leninista no observa, analiza ni trata los problemas desde el punto de vista del materialismo dialéctico y materialismo histórico, cometerá errores y degenerará políticamente. Puesto que el revisionismo contemporáneo ha traicionado por entero al materialismo dialéctico y materialismo histórico, así como a la revolución proletaria y la dictadura del proletariado, se ha ido, como es natural, cada día más lejos por el camino revisionista y ha degenerado en socialimperialismo.

Hoy, la teoría reaccionaria de la "conciliación de las contradicciones" se ha convertido en un instrumento de que se vale el socialimperialismo para reforzar su dictadura fascista, impulsar su política de agresión, y coludirse y pelear con el imperialismo yanqui por disputarse la hegemonía del mundo. El socialimperialismo clama a voz en cuello por establecer una "comunidad socialista" y "poner los intereses comunes en el primer lugar". Esto es un estéril intento de borrar la distinción que existe entre el agresor y la víctima de la agresión, entre el explotador y el explotado, entre el que controla y el que es controlado. Quieren que los pueblos trabajadores de los países de la "comunidad" sacrifiquen sus intereses, abandonen su independencia y soberanía y "se fusionen" del todo en la "entidad" de la dominación colonial del socialimperialismo. Pero la teoría reaccionaria de la "conciliación de las contradicciones" no puede salvarlo en absoluto. Las leyes inherentes a la dialéctica son independientes de la voluntad de los revisionistas. En la actualidad, los pueblos de todo el mundo y muchos países medianos y pequeños se unen, luchan contra el hegemonismo de las dos superpotencias --el imperialismo yanqui y el socialimperialismo soviético-- y trazan una clara línea de demarcación entre ellos y estas últimas. Esto se ha convertido en una irresistible corriente histórica. La dialéctica revolucionaria echa raíces cada vez más profundas en el corazón de la gente y es asimilada por un número creciente de partidos marxista-leninistas y de revolucionarios, que la utilizan como arma afilada para hacer la revolución. Mientras integren la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta del movimiento revolucionario en sus respectivos países, los pueblos revolucionarios de todos los países derrocarán el viejo mundo y lograrán la victoria final de la revolución proletaria mundial.