Thursday, September 27, 2018

EN DOS NOTICIAS LA RADIOGRAFÍA ECONÓMICA DE DOS PAÍSES Y DOS REGIMENES: VENEZUELA DE CHÁVEZ-MADURO Y ECUADOR DE CORREA Y MORENO

Las dos noticias que presentamos son una especie de radiografía económica de dos países y dos régimenes, uno de Venezuela con el régimen de Chávez-Maduro y, la otra, sobre Ecuador de Correa y Moreno.

La primera es una declaración del ex-presidente de Uruguay, Mujica, un ex guerrillero que luego de alguno anos pasó a ser cabeza de un gobierno oportunista, es decir reaccionario encabezado por el oprtunismo, en este caso Mujica.

Mujíca como presidente se encargó por tanto de aplicar las tres tareas reaccionarias en Uruguay, tres tareas que son necesidad del imperialismo y la reacción y con esa experiencia, a manera de mea culpa, lo interpretamos nosotros, se expresa sobre el gobierno de Chávez y ahora sobre el de Maduro y sufracaso. Con sus propias palabras, que reproducimos abajo como noticia; cínicamente reconoce que las causas de las crisis son internas y que la descargas de las crisis externas del imperialismo lo que hacen es empeorarlas (como baja del precio de las materias primas, petróleo, etc.). Por lo tanto, dice, que no es culpa de ellos o sea del mismo Mujica o de Chávez, Maduro, etc., el que la entrega del país, el hambre, la opresión, la explotación sobre el pueblo cresca; con esto trata de exculpar a Maduro y a él mismo, pero no puede porque como presidente han sido o son cabeza de ese viejo Estado que representa y defiende la vieja sociedad semifeudal-semicolonial, donde se desenvuelve un capitalismo burocrático al servicio del imperialismo principalmente yanqui.

Como presidentes todos ellos son reponsables políticos de la opresión y explotación, de la represión, del genocidio, de la miseria de las masas y del saqueo del país por el imperialismo, a través de aplicar las tres tareas reaccionarias, en lo cual sólo pueden conquistar fracasos. Él como Maduro, Correa, Moreno, Lula, Dijma, Morales, Ortega,etc. son gobiernos que han fracaso y fracasaran como máximos representantes del viejo Estado terrateniente-burocrático al servicio del imperilismo yanqui principalmente, como lo son todos en América Latina.

Es confesión de parte de que la llamada "revolución" que tanto proclamaron solo fue más de lo mismo para manipular a las masas y ser gobierno y mantenerse en él, como el mismo lo dice sabiendo que sus palabras de cambio, de transformación solo era, es y será demagogia barata. Así es la verdad de todos estos régimenes reaccionarios encabezados por los oportunistas.

El otro artículo es sobre Correa y Moreno, el regimen anterior y su continuación remozada aplica la misma política monetaria de renuncia moneda propia y aplica el dólar como moneda nacional, es decir renuncia a la soberania monetaria en beneficio de la soberania del imperialismo yanqui y eso es renuncia a uno de los principales instrumentos de política económica, por eso publicamos a continuación de la Noticia de las declaraciones de Mujica, la noticia sobre "DOCUMENTO DEL PLAN FENIX. El peligro de la dolarización" (Página 12 Argentina). Esa fue la política económica de sometimiento al imperiismo yanqui del régimen de la "revolución ciudadana" de Correa y Moreno que ahora sigue es línea de ppolítica monetaria como expresión concentrada de su sometimiento.

Aquí condenamos una vez más la intervención que siempre hace el imperialismo yanqui en todos los países de América Latina y del Tercer Mundo, como lo viene denunciando el MPP(CR) en diferentes comunicados y documentos.

El imperialismo siempre interviene, es el gran gendarme contrarrevolucionario y enemigo principal de los pueblos del mundo, el gran titiritero, el está siempre detrás de todos los cambios de gobierno velando por el más conveniente a sus intereses, amenaza para cambiar gobiernos reaccionarios por otros, que resultan mucho más reaccionarios, para ello recurre a muchos pretextos y conspiraciones, hoy esta amenazando al pueblo de Venezuela en forma descarada y siniestra; lo hace no sólo para buscar cambio de gobierno allí, sino para justificar su despliegue militar en todo el continente: con establecimiento de nuevas bases militares y el reestablecimiento de otras, para someter a los ejércitos reaccionarios y genocidas del continente a su comando militar (Norte y Sur), para en definitiva, bajo la cobertura de la crisis en Venezuela ("crisis humnanitaria", "defensa de la democracia") amenazar con la intervención, habalar de planes de intervención, levantar conjuras, alentarlas: objetivo es plasmar su "Fuerza de Intervención Conjunta" para esgrimirla ahora como una amenaza para obtener la capitulación de Maduro y su régimen y plasmar su viejo sueno de "Fuerza de Intervención Conjunta" para tener el instrumento militar ("multilateral") para intervenir  contra el desarrollo de la revolución en nuestros países, contra las guerras populares. Como dicen sus propios analistas, la amenaza real no es ahora sino el desarrollo de los movimientos izquierdistas radicales, contra ellos dicen "tenemos que prepararnops".

Ejempplo: Las idas y vueltas al Brasil de los representantes de los EE.UU. para entrevistarse com Temer y los responsables políticos y militares de esa semicolonia yanqui, donde las masas se soliviantan contra la explotación y opresión y rechazan las elecciones para recambio de autoridades del viejo Estado y se enrumban por la revolución de nueva democracia contra el imperialismo, la semifeudalidad y el capitalismo burocrático.

Yanquis go home!

Mujica afirma que Maduro no tiene la culpa de lo que sucede en Venezuela

19:45 14.09.2018(actualizada a las 20:48 14.09.2018) URL corto
12224

MONTEVIDEO (Sputnik) — La actual crisis de Venezuela no es culpa del Gobierno de Nicolás Maduro, sino de la "especie de veneno" que ha representado el petróleo para el país, que terminó por "deformar" su economía, opinó en entrevista exclusiva con Sputnik el expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica (2010-2015).

"Lo que está sucediendo en Venezuela no es culpa de Maduro: la riqueza petrolera de Venezuela en el largo plazo terminó constituyendo una especie de veneno para la sociedad venezolana, porque deformó toda la economía y los venezolanos se acostumbraron a vivir de cosas importadas", afirmó.

De esta forma, la importación masiva terminó destrozando al trabajo nacional y fue lo que más afectó a la agricultura y a las profesiones agropecuarias, señaló.

"En el campo venezolano no hay nadie, no hay una cabeza de ganado, no hay nada; la gente se fue a las ciudades de la costa y se perdieron los oficios; en esas condiciones, cuando se produce la crisis del precio del petróleo, Venezuela queda descalza porque no tiene producción interna de comida y eso no se arregla por arte de magia", reflexionó.

El exmandatario afirmó que "Maduro no puede resolver el problema de la comida, porque no se inventan agricultores".

"Entonces el Gobierno venezolano tiene una contradicción terrible que la tendría cualquiera que estuviera a cargo", dijo a Sputnik.

Por otro lado, opinó que, si bien EEUU puede estar presionando la situación, los agentes externos solo inciden en los países cuando realmente existen problemas internos, como es el caso de la falta de producción de alimentos en Venezuela.

"En el mundo existe la idea conspirativa de que hay intereses de potencias que se mueven en todo esto; no tengo duda que eso puede suceder, pero no creo que sean la causa: nuestros problemas internos son los que crean condiciones a favor del trabajo de las agencias externas", reflexionó.



Cash
23 de septiembre de 2018
DOCUMENTO DEL PLAN FENIX. El peligro de la dolarización



Un camino de ida
Cash publica el texto completo de los economistas de la UBA de la Cátedra Abierta Plan Fénix en el que advierten del riesgo de aplicar la dolarización o una nueva convertibilidad. Describen las experiencias de este tipo en Ecuador, El Salvador y Panamá. Indican que ese camino conduce en forma irreversible a la pérdida de soberanía, consolida un modelo dependiente con altos niveles de pobreza y una distribución inequitativa de los ingresos. Concluyen que ingresar a la dolarización, como al cementerio, sería fácil; lo imposible sería salir.


Recientemente se ha vuelto a escuchar, en el marco de la inestabilidad financiera y cambiaria del país, la propuesta de dolarización o, como medida compensatoria, la creación de una caja de conversión. Estas ideas no son absolutamente nuevas, ya que fueron puestas en debate en anteriores campañas presidenciales. A su vez, han surgido experiencias de este tipo en países como Ecuador, El Salvador y Panamá. La Cátedra Abierta Plan Fénix se siente obligada a alertar a la ciudadanía sobre el riesgo de aplicar en el país uno u otro proyecto, dado que ello nos conduciría en forma irreversible a la pérdida de nuestra soberanía y a consolidar un modelo dependiente con altos niveles de pobreza y una distribución inequitativa de los ingresos.
Convertibilidad
Leer más
crisis

La experiencia de la Convertibilidad, el antecedente más próximo, es más que aleccionadora. Más allá de su catastrófico desenlace, este régimen fue desastroso aun durante su vigencia: estabilizó los precios, pero no logró un crecimiento sostenible y estable, no indujo entrada de capitales, pese a la elevada tasa de interés que rigió, y los niveles de inversión fueron bajos; además, conllevó una sobrevaluación cambiaria, con el consiguiente déficit en cuenta corriente, que en definitiva fue lo que detonó su liquidación. Argumentos similares valen para la dolarización.
WERBUNG

Estamos en un punto de crisis que consideramos provocado por este Gobierno y lo que nos tenemos que preguntar es cuál será el último escalón para descender dentro de los círculos del infierno. Alguna vez ya paramos en la Convertibilidad, que hoy sería como el limbo desde el cual solo quedaría  descender, como en el del Dante, al círculo del Infierno de la dolarización. 
A favor

Según diversas contribuciones, la dolarización conlleva ventajas y desventajas. Entre las primeras se mencionan las siguientes:

    Evita las crisis monetarias y de balanza de pagos. Sin moneda nacional no hay posibilidad de una depreciación fuerte ni de salidas súbitas de capital motivadas por el temor a una devaluación.
    Permite una integración más estrecha con las economías mundial y estadounidense gracias a que los costos de transacción son más bajos y a que se asegura la estabilidad de los precios en dólares de Estados Unidos.
    Al rechazar la posibilidad de un financiamiento inflacionario, los países tienen la oportunidad también de reforzar sus instituciones financieras y de crear condiciones favorables a la inversión, nacional y extranjera.

Estos argumentos son de fundamento dudoso, y apelan esencialmente a una suerte de magia monetarista.
En contra

Las desventajas que se señalan son las siguientes:

    El país que dolarice su economía cederá toda posibilidad de tener una política monetaria y cambiaria autónoma, comprendido el recurso al crédito del Banco Central para facilitar liquidez al sistema bancario en situaciones de dificultad.
    Ante la eventualidad de shocks externos, la economía queda en posición muy vulnerable, y expuesta a los avatares de los mercados de capitales.
    Desde el punto de vista económico, el derecho a emitir la moneda del país otorga al gobierno ingresos de señoreaje, que aparecen como utilidades del Banco Central y que se transfieren al gobierno. Ese ingreso lo pierden los países que dolaricen y lo recibirá Estados Unidos, a menos que consintiera en compartirlo.
    Los agravantes de todo este esquema no son solamente los efectos nocivos de su implementación, sino que la renuncia a la moneda nacional es prácticamente irreversible.
    Por último, la implementación de una dolarización requiere fijar un tipo de cambio de referencia para convertir la moneda nacional en dólares. Normalmente esto implica una sustancial devaluación de la moneda nacional, con su consecuente transferencia de ingresos como resultado del salto inflacionario y el congelamiento salarial. En síntesis, pierden los trabajadores, gana el sector financiero y quedan en situación más frágil los sectores productores de bienes.

Experiencias

Desde hace algunos años, se han implementado varios regímenes de tipo de cambio fijo de facto, muchos de los cuales implicaron la dolarización de sus economías. Los casos más cercanos para el análisis latinoamericano son Ecuador, Panamá y El Salvador.

La experiencia de Panamá resulta muy particular, porque ese país depende centralmente del Canal Interoceánico, lo que ha derivado en el desarrollo de zonas de libre comercio y servicios financieros diversos. Por lo tanto, su dolarización opera como apéndice de la economía de Estados Unidos y el funcionamiento de su economía desde 1904.

El caso de El Salvador también muestra algunos de los problemas de la dolarización. Su economía, desde que se implementó este sistema, pagó con bajas tasas de crecimiento y, al contrario de lo esperado, la reducción del costo de financiamiento (tasas de interés), no generó aumentos en la inversión. De este modo, con una baja demanda agregada (insuficiencia de consumo e inversión), los ingresos públicos también se vieron resentidos y por ende, la dolarización no permitió que mejoraran las cuentas fiscales. En este país aumentó el endeudamiento de los hogares (por la baja salarial) y empeoró la balanza comercial (por encarecimiento de exportaciones y abaratamiento de importaciones). El Salvador creció menos en el siglo XXI que sus vecinos de América Central (2,5 por ciento versus 4/5 por ciento en promedio anual) y no revirtió su desigualdad distributiva.

El modelo de Ecuador también ofrece lecciones importantes sobre su funcionamiento. En primer lugar, para implementar la dolarización se hizo un ajuste cambiario de 200 por ciento, lo que redujo a menos del 50 por ciento tanto los salarios como los depósitos del público. Se trató de una redistribución sumamente regresiva del ingreso que afectó a los sectores populares y ahorristas. A su vez, su “éxito” en materia de política monetaria fue muy relativo: la tasa real de interés no disminuyó significativamente y la inflación fue de 91,7 por ciento en su primer año de implementación y de 33,0 por ciento en el segundo, con los consecuentes efectos perversos sobre los asalariados.

Ecuador creció menos que países como Argentina en el período 2002–2015 y, aun bajo la administración heterodoxa de Rafael Correa, no pudo abandonar la dolarización, demostrando que el camino es prácticamente de no retorno.
Consecuencias

El mecanismo de reducción de la volatilidad para emprender la dolarización trae aparejado: 1. la reducción de salarios nominales y 2. la reducción de impuestos al trabajo. Esto representa un tema sensible porque, en los hechos, implica una devaluación de la moneda con su evidente impacto inflacionario y la caída del salario real. Para completar el ajuste estructural, se requeriría un mecanismo de supervisión financiera (al no haber prestamista de última instancia, se “compraría” la confianza de los bancos internacionales más importantes para que regulen los encajes), una fuerte caída del gasto público para obtener superávit fiscal y una reforma laboral precarizadora, que destruya la tradición sindical argentina.

Esto supone que la inflación solo caerá después de destruir el poder de compra del salario. Las supuestas ventajas, como se vieron, resultan como mínimo dudosas (en Ecuador y El Salvador no cayeron las tasas de interés ni aumentó la inversión), pero se estaría reordenando el cuadro social del país con salarios de la India y ganancias en dólares. El sistema solo sería viable con bajos salarios y un Estado de dimensiones menores.

La solución técnica para llevar adelante la dolarización requiere, entonces, convertir la base monetaria al tipo de cambio que determinan las reservas del BCRA. Esto supone tomar por un lado todas las variables monetarias, es decir, la moneda circulante, las Lebac, los cheques, las cuentas corrientes y cajas de ahorro en pesos, los Cedin y demás instrumentos emitidos por el Banco Central lo que arrojaría un tasa de cambio que sería superior a la tasa del momento de la pre dolarización.

Una vez hecho ello, los salarios, congelados, perderían sistemáticamente poder de compra mientras los bienes importados crecerían por efectos de la devaluación. Allí, es improbable una inflación como la que tuvo Ecuador el año que dolarizó (casi 100 por ciento), pero podría moverse significativamente más rápido de lo que lo ha hecho hasta ahora. Después restaría convertir los depósitos a la denominación que tengan en dólares, asestando un golpe a los ahorristas. La ortodoxia supone que con esto regresarían fondos dolarizados no declarados o fugados, pero lo cierto es que la conducta de la burguesía argentina tiende a exteriorizar sus ganancias, no a reinvertirlas, especialmente en un cuadro de recesión como el vigente.
Cementerio

Desde determinados enfoques teóricos se sostiene que la globalización conduce a la concentración económica y a la especialización en exportaciones primarias, con la progresiva desaparición del poder de policía del Estado–Nación. La dolarización sería el broche de oro de este proceso, ya que consolidaría la integración simbólica final como apéndice periférico del capitalismo transnacional. Y además, ingresar a la dolarización, como al cementerio, sería fácil; lo imposible sería salir.

De por sí, la dolarización no resuelve nuestros problemas estructurales, como el déficit fiscal consolidado ni el déficit del sector externo (tanto de bienes como de servicios reales o financieros) ni el problema fundamental de la inversión productiva, con lo cual, tampoco aporta al crecimiento y al empleo.

La dolarización, en suma, comportaría la renuncia a cualquier proyecto de desarrollo autónomo e inclusivo, quedando la economía argentina expuesta a los vaivenes de los mercados internacionales, tanto de bienes como financieros, sin virtualmente protección alguna. Nuestra experiencia del régimen de la Convertibilidad debería ser suficiente para aleccionarnos a no adoptar esta vía.

* Cátedra Abierta Plan Fénix, Facultad de Ciencias Económicas, UBA.