Tuesday, January 15, 2019

Revista El Maoísta Nro. 2 : La Importancia Internacional de la Gran Revolución Socialista de Octubre ... Comités para la Fundación del Partido Comunista (Maoísta) de Austri


La Importancia Internacional de la Gran Revolución Socialista de Octubre y la Primera Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial 
Por Comités para la Fundación del Partido Comunista (Maoísta) de Austria 

Las salvas de los cañones de la Revolución de Octubre nos trajeron el marxismo-leninismo...”
Mao Tse-tung

Hace exactamente cien años, el proletariado tomó el poder político en Rusia, bajo la dirección de su partido, bajo la sabia dirección del gran Lenin y, después, de su continuador Stalin y, por lo tanto, abrió la era de las re­voluciones proletarias para los oprimidos y explotados del mundo. Al escribir, examinar y sacar conclusiones sobre el significado internacional de este evento histó­rico mundial, necesariamente debe referirse a algunas cuestiones generales básicas del conocimiento alcanza­do de éste, y seleccionar de allí las enseñanzas corres­pondientes. Esta concentración en puntos selecciona­dos es necesaria, debido a la magnitud del evento en sí mismo, que cambió el curso de la historia humana y, por lo tanto, podrían estudiarse en sus efectos en todos los campos de la actividad humana.

Lo dicho anteriormente, es la primera premisa que debe preceder a cualquier otra investigación o indagación. Sin embargo: La revolución proletaria triunfó con la Gran Revolución Socialista de Octubre, no sólo en un escenario relativamente “secundario” de la humanidad, no sólo anunció con ella una nueva era para el proleta­riado, esta revolución no sólo fue el “complemento pro­letario” a la era del imperialismo ya existente, sino que la Gran Revolución Socialista de Octubre también dejó su marca en los imperialistas mismos y mostró sus lími­tes: la sexta parte de la superficie de la Tierra se tornó de color rojo, lo cual significaba que una importante parte de las masas del mundo se ubicaban en el campo del so­cialismo con la Gran Revolución Socialista de Octubre; un hecho que hizo aún más imposible para los impe­rialistas continuar trabajando en sus propios planes e ideas, como la resistencia de las masas de todo el mun­do ya lo había mostrado. El proletariado no sólo había entrado en el escenario mundial de la política, sino que se había apoderado de una gran parte de este, tenía el Poder político en las manos con la Gran Revolución So­cialista de Octubre e incluso lo profundizaba. Esto tuvo que ser tomado en cuenta por los imperialistas, lo que agravó su crisis política e ideológica y así determinó el curso del desarrollo imperialista hasta el día de hoy. El mundo tal como lo conocemos hoy es hijo de esa se­ñal de fuego que conmovió el mundo en 1917, esa re­volución que cambió el curso de la historia mundial.

El imperialismo, como una era de la humanidad, ma­duró las condiciones objetivas, lo que siempre signifi­ca también, las contradicciones materiales, lo que ne­cesariamente tiene que ser expresado en la revolución proletaria, de lo cual la Gran Revolución Socialista de Octubre sólo fue la primera de estas expresiones his­tóricamente necesarias. La comprensión de este hecho -es necesario destacar- es lo que quieren oscurecer los oportunistas, socialchovinistas y revisionistas con su propia hipócrita e infértil “memoria” y “aná­lisis” de la Revolución de Octubre; las enseñanzas de la Revolución de Octubre, que marca el comienzo de una nueva era; ya que como sostienen ellos, no ha­bría una respuesta “posible” al imperialismo; pero por el contrario, la revolución proletaria muestra que en las condiciones materiales de la época crece, y por lo tanto es la única respuesta histórica y consistente al Imperialismo. Esto, por tanto, no puede ser acepta­do por estas personas, porque el imperialismo de hoy no sólo mantiene tales condiciones materiales para la revolución como hace 100 años, sino que la situación objetiva incluso ha mejorado; el imperialismo está en su fase final y la revolución proletaria es la expresión de la ley de nuestra era. La cuestión de la conquista del Poder político está en la agenda hoy más que nunca y, por lo tanto, la cuestión de la responsabilidad de los comunis­tas como dirigentes de este proceso.

Quien no quiere ver este importante aspecto pero gus­ta de parlotear sobre la Gran Revolución Socialista de Octubre, ejerce sobre todo, en forma consciente, la con­fusión sistemática en la cuestión sobre la naturaleza de esta revolución, que hoy más candente que nunca: la necesidad de la toma del Poder político por el prole­tariado. Y sobre esta tarea, la Gran Revolución Socia­lista de Octubre no fue sólo una expresión de las con­diciones y el compromiso de los comunistas, sino que nos proporcionó también armas ideológicas, que ahora se desarrolla más aún en la tercera, la más alta y nueva etapa de la única ideología científica proletaria, el mar­xismo-leninismo -maoísmo, principalmente el maoís­mo, mejorando significativamente las condiciones ideológicos universales para la revolución proletaria. Y no sólo las enriquece, sino más bien proporciona un punto de partida para los comunistas, por lo que hoy en día la Gran Revolución Socialista de Octubre para todos los comunistas nos demanda reconstituir el partido para iniciar la guerra popular como el ca­mino de la revolución y desarrollarla siempre al ser­vicio de la revolución proletaria mundial.

EL CARÁCTER INTERNACIONAL DE LA GRAN REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OC­TUBRE Y LA PRIMERA GRAN OLA DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL 

El partido mundial del proletariado, la II Internacional, degeneró bajo la influencia del oportunismo y el revi­sionismo, contra el cual Federico Engels, el más cerca­no compañero de armas de Marx, llevó una gran lucha hasta su muerte. Después de la muerte de Engels, la izquierda en la Internacional quedó sin una dirección internacional que podrían haber asumido estas tareas. Por lo tanto, el oportunismo pudo continuar revolcán­dose y el revisionismo levantó cabeza. La II Internacio­nal fue vaciada de contenido revolucionario y se rin­dió finalmente, no sólo en contra de los esfuerzos de la guerra mundial imperialista de la burguesía, sino que, en muchos casos, fue incluso parte directa de los pre­parativos y la ejecución de la primera guerra mundial imperialista.

Clara Zetkin, que en aquel momento formó parte de la minoría de izquierda de la socialdemocracia en Ale­mania, nos dejó una imagen impresionante de cómo el oportunismo y el revisionismo de la II Internacional se aprovechó de su posición, el prestigio y la influencia de masas de la Internacional, haciendo mal uso del mismo, para integrar al proletariado en la política de la burguesía:

“Los partidos socialistas y las organizaciones de los obreros de los Estados centrales en guerra, in­fectados por el oportunismo y el revisionismo - aparte de las excepciones aisladas, no decisivas –, han arrojado traidoramente los principios bajo las ruedas de los cañones y los tanques de la matanza imperialista, asimismo la conciencia de la solida­ridad internacional del proletariado. La Segunda Internacional había sido víctima de la guerra, una víctima que se hundió en la suciedad y la vergüen­za y no cayó en el combate y con honor. Su reco­nocimiento de la solidaridad internacional del proletariado y su conciencia de clase estaba nu­blada hasta la extinción y confusa. Las marciales bandas militares y los cánticos a la medida, que im­pulsaban el sentimiento de la defensa de la patria, ahogaron la verdad del Manifiesto Comunista (...) en este momento más oscuro y más humillante en la historia del proletariado internacional se levantó el Octubre Rojo como cuando sale el sol. Un terre­moto atravesó el mundo que salpicaba sangre”.1

El que la gran Revolución Socialista de Octubre se pudo elevar en el panorama internacional tan igual que el “sol naciente”, se debe a la sabia dirección del camarada Le­nin, que en la II Internacional se convirtió en el princi­pal defensor del marxismo, tomó en sus manos la lucha contra el oportunismo y el revisionismo, así fue en esta lucha el continuador de Engels y, con su desarrollo del marxismo en las condiciones de la nueva era y la fun­dación de la Unión Soviética, como el primer Estado de la dictadura del proletariado, representa la continua­bolcheviques bajo la dirección de Lenin declararon la guerra implacable contra la guerra imperialista de pación del marxismo a un segundo y más alto nivel. Los labra y obra, ellos declararon que la guerra imperialista había que transformarla en una guerra civil y aplastaron con ello, no sólo al viejo oportunismo y el revisionismo de la Segunda Internacional, sino también- dentro de la participación de la izquierda de Zimmerwald - a los representantes del “centro”, muy bien camuflados, con lemas pacifistas emergentes, es decir, a las fuerzas de la derecha en la conferencia de Zimmerwald, que agrupa­ba a los oponentes de la guerra imperialista en la social­democracia internacional. ­

Con ello los comunistas expresaban exactamente las necesidades de los sectores avanzados del proletariado, que tuvieron que pagar una alta cuota de sangre en las trincheras, en la guerra imperialista. En muchos lugares, los fusiles se “voltearon”, transformando la guerra impe­rialista en una guerra civil contra el imperialismo: una ola de levantamientos de soldados y revueltas recorrió el frente y la retaguardia de la matanza imperialista. A esto siguieron levantamientos de masas para derrocar el antiguo régimen, como la revolución de noviembre en Alemania. En última instancia, las repúblicas sovié­ticas en Hungría y Baviera, así como el movimiento de los Soviets en el norte de Italia - estos eventos dieron la razón a los bolcheviques y se confirmó la verdad de la Gran Revolución Socialista de Octubre, con la conti­nuación de la primera oleada de la Revolución Mundial Proletaria también en otros países europeos, hasta en­tonces centro de la guerra mundial imperialista.

Como parte de la primera ola de la revolución proletaria mundial, es de particular interés, tener en cuenta que estos levantamientos y repúblicas soviéticas (del ruso “consejos”), en su significado y alcance no son compa­rables a la Revolución de Octubre y tienen no sólo toda una diversidad unos de otros, sino también varias defi­ciencias y limitaciones. Así, en Italia, la centrista Social Democracia se detuvo ante la posibilidad de abarcar la cuestión del Poder político a toda Italia y, por lo tanto, de enrumbarse a la destrucción del viejo aparato estatal - el gran comunista Antonio Gramsci se forjó esencial­mente en la lucha contra estos oportunistas. En Baviera, el anarquismo tuvo una gran influencia, estrechamente vinculada a la pequeña burguesía urbana y partes del campesinado. En la más avanzada de las repúblicas so­viéticas, que también experimentó la mayor atención de Lenin y de la Internacional Comunista, la República Soviética Húngara, que fue dirigida por los comunis­tas y que incluso formaron su partido en medio de la lucha por el Poder político, pero cometieron una serie de errores, con el carácter de “enfermedad infantil del izquierdismo”, lo que finalmente permitió que el terror blanco sofocara el poder del Consejo o Soviet.

Pero incluso si bien la vieja Europa con la primera gue­rra mundial imperialista se encontraba en el centro de las contradicciones, la primera gran ola de la revolución proletaria mundial desbordó largamente estos viejos marcos, se trataba del significado de la Gran Revolución Socialista de Octubre, esto es, de una revolución que, como tal, cambió la situación internacional y, como la primera ola de la revolución mundial proletaria, fue una ola revolucionaria de importancia internacional. Después de todo, como el gran timonel Mao Tsetung formuló:

“Las salvas de los cañones de la Revolución de Octubre nos trajeron el marxismo-leninismo. ..” y “La grandiosa significación mundial de la Revolución de Octubre con­siste principalmente:1) en que ha ensanchado el marco de la cuestión nacional, convirtiéndola, de problema particular de la lucha contra la opresión nacional en Eu­ropa, en el problema general de liberar del imperialismo a los pueblos oprimidos, a las colonias y semi-colonias; 2) en que ha abierto posibilidades y caminos efectivos para esta liberación, facilitando así considerablemente a los pueblos oprimidos del Occidente y del Oriente su liberación y llevándoles al cause común de la lucha vic­toriosa contra el imperialismo; 3) en que de este modo ha tendido un puente entre el Occidente socialista y el Oriente esclavizado, formando un nuevo frente de revo­luciones contra el imperialismo mundial. Que va desde los proletarios de Occidente, pasando por la revolución rusa, hasta los pueblos oprimidos de Oriente”.

Esta formulación tiene doble significado: Primero, con la Gran Revolución Socialista de Octubre cambió la época en la cual se encuentra la humanidad, es de­cir, el contenido y la forma de la revolución cambian. Las revoluciones de 1848 tuvieron carácter nacional y continental. La revolución proletaria lleva el signo de que sólo en “la forma son nacional, pero en su con­tenido son internacional” y se eleva a partir de una ola revolucionaria continental a una gran ola de la re­volución proletaria mundial. Segundo, la creación del Partido Comunista de China es expresamente descrita por el camarada Mao Tsetung como resultado de “Las salvas de los cañones de la Revolución de Octubre...”. El establecimiento del Partido Comunista de China, y el establecimiento de partidos comunistas en todos los países coloniales y semicoloniales es parte de la revo­lución proletaria mundial, No se debe simplemente al hecho de que la Gran Revolución Socialista de Octu­bre propaló “ideas comunes”, sino también porque con ella se dio inicio a ese período en el que el proletariado toma la dirección de la revolución democrática; tenien­do como prerrequisito material que el imperialismo se había convertido en un sistema mundial. Por lo tanto, la gran Revolución de Octubre establece el “puente entre los proletarios de Occidente y los pueblos oprimidos del Oriente”, ya que representa al proletariado y a la nueva dirección de los movimientos democráticos y naciona­les. Que los bolcheviques tenían la completa claridad en esto, no sólo lo muestra la persistente lucha de Lenin y Stalin contra el oportunismo y el revisionismo en las cuestiones del imperialismo, la cuestión nacional y co­lonial (especialmente contra Kautsky y Luxemburgo), sino también en el hecho que ponen gran atención a los preparativos para el establecimiento de la III Interna­cional. Explícitamente no se entiende como una “refun­dación” o “nueva fundación” de la vieja Internacional; no como una simple “reorganización”, sino en el sentido histórico de la nueva época como “Tercera” Internacio­nal, que debe responder a las nuevas condiciones de la revolución proletaria mundial, que se necesita para ser una Internacional de nueva calidad, una Internacional Comunista, en el antiguo espíritu revolucionario de la Segunda Internacional, limpiado del lastre del oportu­nismo y el revisionismo, adecuada al nuevo tiempo y en un nivel superior :

“Es la tarea de nuestro partido, que actúa en un país donde la revolución ha triunfado antes que en otros, tomar la iniciativa para fundar la III Interna­cional, que finalmente rompe con los ‘Oboronzen’ y también lidera una lucha decisiva contra la inde­cisión política del ‘Centro’.
La conferencia se opone a la llamada restauración de la Internacional ‘por medio de una amnistía mutua de los líderes de los partidos de los Oboron­zen’ y advierte de la organización de conferencias internacionales en los que participen los socialcho­vinistas. Nuestro partido permanece en el bloque de Zimmerwald, en el cual se impone la tarea de representar las tácticas de los izquierdistas de Zimmerwald, e instruye al Comité Central para que tome medidas inmediatas para fundar la III Internacional.
La nueva internacional socialista solo puede ser creada por las propias masas trabajadoras, por su lucha revolucionaria en sus propios países”.2

Esta “Resolución de la 7ª Conferencia de toda Rusia del POSDR(B)” es un excelente documento que expresa la actitud clara y de principios con los que los comunistas tomaron en sus manos, bajo la dirección de Lenin, el trabajo de crear una nueva Internacional ¡muchos me­ses antes del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre! Esto significa, de un lado, que la constitución de la Internacional Comunista fue el producto de la pri­mera gran ola de la revolución proletaria mundial; por otro lado, a raíz de esta gran ola como condición ob­jetiva, el plan correspondiente de las fuerzas subjetivas internacionales (zimmerwaldistas de izquierda), imple­mentado y específicamente por su avanzada y más fuer­te expresión, el partido bolchevique de Lenin y Stalin. Un plan que se redactó mucho antes de la conquista del poder político y, obviamente, por eso, no lo convierte en un requisito obligatorio de una nueva internacional.

La referencia en ella a la condición previa necesaria de la lucha revolucionaria en los países respectivos, refleja el entendimiento de la necesidad de una organización internacional, que sea más que un “grupo de reflexión”, o una reunión para el “intercambio de experiencias e ideas”, sino que se requiere de partidos, que como sec­ciones del todo, se forjan en el fuego de la lucha de clases, con el fin de ser realmente capaces de asumir la función de un partido mundial. Y esto también significa tomar la iniciativa en asuntos militares. Esta previsión de los bolcheviques, dirigida por Lenin, nos trae aquí a un punto exactamente donde esto se hizo - las repúblicas soviéticas que ya se ha mencionado anteriormente, en donde Lenin envió personalmente directivas e instruc­Soviética de Baviera, muy en particular en el caso de la revolución húngara, donde él muy precisa y claramente también emitió directivas generales de naturaleza miciones, además de los mensajes de radio a la República litar. Lenin, por tanto, se centró en el objetivo princi­pal del Partido Comunista: dirigir al proletariado a la toma del Poder político y para establecer la dictadura del proletariado. Sus políticas y directivas propinan todavía fuertes golpes en la cara de los oportunistas y revisionistas, especialmente en este aspecto, que se requiere ahora para hacer frente a la tarea obligato­ria de la reconstitución de los Partidos Comunistas, como Partidos Comunistas militarizados. ­

La primera gran ola de la revolución proletaria mundial fue acompañada por una potenciación de la violencia, esta potenciación se desarrolla histórica y dialéctica­mente, es ascendente, por lo que esta ley pone en una nueva escala con cada una de las dos oleadas de la revo­lución proletaria mundial. Los partidos comunistas de hoy tienen que tomar en cuenta esto, tal como lo hicie­ron Lenin y Stalin en medio de la primera gran ola de la revolución proletaria mundial, en la víspera de la mis­ma. No tomaron este aspecto así nomás, sino definen la estructura del partido como necesariamente ilegal y clandestino, como se evaluó en su momento:

“Que, al hacer el balance del desarrollo del movimiento obrero y del trabajo del partido en 1912, es de la opinión de que la nueva ola de acciones revolucionarias de las masas confirma por completo las decisiones anteriores del POSDR en el tema de la construcción del partido. [Ellos] mostraron con ineludible claridad que el único tipo correcto de la estructura organizativa en la época actual es el partido ilegal (…)”.3

¡Que amargo debe ser para los revisionistas que el pro­pio Lenin, en un tiempo en que los bolcheviques per­seguían la táctica históricamente hoy derogada de la participación en la Duma, incluso en ese entonces, haya definido el partido como principalmente ilegal! Pero lo ridículo es que este principio es rechazado por oportu­nistas y revisionistas. Con este principio la humanidad hace mucho tiempo, en la primera gran ola de la revolu­ción proletaria mundial, ha crecido y ya se encuentra en medio de la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial. Negarlo es como si fuera posible revertir la historia. ¡Con ello sólo muestran qué tan hundidos están en el pantano!

Todo esto nos muestra que cada gran ola de la revolu­ción proletaria mundial debe generar una nueva Jefatu­ra a nivel internacional. La primera gran ola de la revo­lución proletaria mundial nos muestra exactamente eso en la forma de la Internacional Comunista, que se con­virtió en un centro de lucha y un gran catalizador para el desarrollo de partidos proletarios en todo el mundo.

II. EL PRESIDENTE MAO TSETUNG SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA GRAN REVOLUCIÓN SO­CIALISTA DE OCTUBRE Y LA TRANSICIÓN A LA SEGUNDA ETAPA DE LA REVOLUCIÓN PROLE­TARIA MUNDIAL 

Cada clase que tomó el poder en la historia no lo ha he­cho en un solo acto, sino en un proceso histórico que ha durado de 200 a 300 años. Tener en cuenta esta idea nos recuerda qué tan joven es el proceso de la revolución proletaria mundial, con sus 100 años. Incluso si parti­mos de los dos titanes del proletariado internacional, Carlos Marx y Federico Engels, quienes concibieron el programa general de los comunistas, hace ya 170 años, con el “Manifiesto del Partido Comunista” y fundaron la Primera Internacional, estamos lejos de ese período de tiempo que le fuera necesario a la burguesía para que se afincara en el Poder.

Como se indicó anteriormente, las condiciones obje­tivas y subjetivas de la revolución proletaria mundial continúan mejorando con cada una de sus etapas. La Gran Revolución Socialista de Octubre extendió este proceso histórico en particular en el aspecto de la dirección y, por lo tanto, en aprovechar el camino históricamente determinado de la humanidad hacia el comunismo. Éste alcanzo su mayor altura, en parti­cular, con la creación de Partidos Comunistas en todo el mundo. El Presidente Mao Tsetung, jefe del Partido Comunista de China e iniciador de la Gran Revolución Cultural Proletaria, señala:

“Para hacer la revolución, hace falta un partido re­volucionario. Sin un partido revolucionario creado sobre la teoría revolucionaria marxista-leninista y en el estilo revolucionario marxista-leninista. Es imposible conducir a la clase obrera y a las amplias masas populares a la victoria en la lucha contra el imperialismo y sus lacayos. En más de cien años transcurridos desde el nacimiento del marxismo, sólo gracias al ejemplo que dieron los bolcheviques rusos al dirigir la Revolución de Octubre y la cons­trucción socialista y al vencer la agresión del fas­cismo, se han formado y desarrollado en el mun­do partidos revolucionarios de nuevo tipo. Con el nacimiento de los partidos revolucionarios de este tipo, ha cambiado la fisonomía de la revolución mundial. El cambio ha sido tan grande que se han producido, en medio del fuego y el trueno, trans­formaciones del todo inconcebibles para la gente de la vieja generación”.4

El presidente Mao explica, que la “fisonomía de la revo­lución mundial” ha cambiado completamente como re­sultado de la creación de los partidos comunistas y que, como resultado, se han producido “transformaciones del todo inconcebibles”. Esto fue posible porque hubo dirección, porque existía el partido, la forma históri­ca más elevada de organización de la materia hasta el presente y, por lo tanto, también la forma histórica más elevada de la transformación de la materia, incluso en su forma políticamente internacionalizada del Partido Comunista Mundial, la III Internacional.

“El frente único revolucionario mundial encabe­zado por la Unión Soviética derrotó a Alemania, Italia y Japón fascistas. Este fue un resultado de la Revolución de Octubre. Sin la Revolución de Oc­tubre, sin el Partido Comunista de la Unión So­viética, sin la Unión Soviética y sin el frente único revolucionario antiimperialista en Occidente y en Oriente dirigido por la Unión Soviética, ¿podría imaginarse la victoria sobre la Alemania, Italia, Japón fascistas y sus lacayos? Si la Revolución de Octubre abrió amplias posibilidades y caminos efectivos para la liberación de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo, la victoria de la Se­gunda Guerra Mundial antifascista ha abierto para su liberación posibilidades aún más amplias y ca­minos aún más efectivos”

Esta declaración del Presidente Mao confirmó, por un lado, la determinación de la potenciación de la violen­cia, demuestra que la revolución proletaria mundial se manifiesta a nivel internacional y que ella hace avanzar más la historia, que cada vez reúne más masas bajo su bandera, con lo cual empuja siempre aún más la trans­formación histórica, en la búsqueda de la demolición de los viejos grilletes, que corresponde a las nuevas

Frente a este movimiento histócondiciones objetivas. rico, los imperialistas no están inactivos, a pesar de que en el futuro sólo pueden ver su destrucción, su propia desaparición. El final de la primera gran ola de la revo­lución proletaria mundial desarrollado en esas condi­ciones externas, tanto por el lado del imperialismo de la Alemania, Italia y Japón fascistas, y de los Estados Uni­dos se preparaba para asumir la lucha por el legado his­tórico de la hegemonía mundial imperialista. La vic­toria en la segunda guerra mundial antifascista con la Unión Soviética a la cabeza, basado en la participación activa de millones de proletarios y las masas en la lucha por la liberación nacional y contra el fascismo. En este último período de la primera gran ola de la revolución proletaria mundial, crecieron no solo del lado impe­rialista las nuevas condiciones necesarias, sino tam­bién en el campo de la revolución proletaria mundial, razón por la cual camarada Presidente Mao Tsetung, en el párrafo citado anteriormente continúa, con: ­

Sería un error muy grave subestimar la significa­ción de la victoria en la Segunda Guerra Mundial”.5

Había mil millones al final de la Segunda Guerra Mun­dial en el campo socialista - de Europa a China, ¿quién entonces podría afirman que esta grande y justa guerra bajo la dirección de la Unión Soviética y el camarada Stalin, no había cambiado una vez más fundamental­mente el mundo? Y fue el socialismo, que en algunas partes de Europa (especialmente en la parte oriental de Alemania) vino como un “presente” de la Unión Sovié­tica y del Ejército Rojo, pese a que había zonas guerri­lleras también grandes, e incluso zonas liberadas. Pero la gran mayoría de los miles de millones recién llegados al campo mundial del socialismo, fueron de aquellos que tomaron el camino por ellos mismos a través de la revolución china y la victoriosa guerra popular. La re­volución china se ha desarrollado con la primera gran ola de la revolución proletaria mundial, especialmente posteriormente con la enseñanza de los errores luego del aplastamiento de la Comuna de Cantón y el fruto de la corrección de errores del período revolucionario 1925-1927.6 El gran Presidente Mao escribió sobre este periodo de la revolución china:

“En la historia de nuestros partido han ocurrido varias veces los errores de presunción, que siempre nos han traído daños. El primer caso se produjo ejército de la Expedición al Norte alcanzó Wuhan, y algunos compañeros de peine hinchado estaban tan absortos que olvidaron la intención del Kuomintag de atacarnos. El resultado de esto fue la línea incorrecta de Chen Tu-hsiu, lo que significa­ba que la revolución de ese momento terminó en derrota”.­7

El Presidente Mao resumió, con ello, aquí los errores y la dura lucha desarrollada, que ocurre en este período revolucionario, contra líneas erróneas y sacó lecciones al servicio del movimiento comunista internacional. Él sobre esta base desarrolló la lucha, porque las derrotas son explotables por los oportunistas y revisionistas para tratar de difundir su forma de “enseñanzas”. Pero el Pre­sidente Mao vio clara e inequívoca la enorme impor­tancia de la revolución china para el movimiento comu­nista internacional, pese a que el Partido Comunista también a través de la derrota temporal, transitoria­mente se debilitó numéricamente, que se expresó con claridad en el VI Congreso Mundial de la Internacio­nal Comunista de 1928, donde fue tratada, se tenía esa gran confianza que en el Partido Comunista de China se impondría la línea roja correcta y este hecho tiene gran importancia internacional, casi marcó un punto de inflexión para el proletariado internacional y todas las fuerzas revolucionarias, por lo que se es­tableció:

“De una masa informe, desorganizada que había permitido la explotación y la opresión sin piedad por el esclavista imperialista, el joven proletariado de China y su partido comunista se han convertido en un factor revolucionario internacional de muy grande importancia”.8

La primera gran ola de la revolución proletaria mundial llegó al Oriente, alcanzó a China con la creación del Par­tido Comunista en 1921, ya que es el instrumento funda­mental por el cual el proletariado asegura la dirección de la revolución democrática y nacional y puede garantizar la victoria.9 Ideológicamente, la revolución china fue, por tanto, una confirmación excelente y brillante de la nueva era, porque no sólo se expresa por su carácter general, pertenecer al campo mundial del proletariado, sino tamque la revolución democrática y nacional había pasado a bién porque ha demostrado la quiebra internacional del reformismo y el revisionismo: ­

“¡Obreros de China! La dirección en la lucha revo­lucionaria nacional contra un mundo de enemigos burgueses requiere la conciencia de clase más alta, una comprensión exacta de las fuerzas motrices de la revolución y los principales obstáculos que se in­terponen en su camino - que requiere una elección particular de los métodos en cada campo de bata­lla (...) Los sabuesos imperialistas internacionales están incitando en todas partes el odio contra los obreros revolucionarios de China. La II Internacio­nal, que ha envenenado con su reformismo podri­do la lucha de liberación nacional, temen más que nada su desenmascaramiento por los revoluciona­rios chinos”.10

El reformismo y el revisionismo fueron hechos añicos, por el hecho de que la primera gran ola de la revo­lución proletaria mundial abrió brecha. La victoria de la revolución china en 1949 con la guerra popular, bajo la dirección del gran timonel, el Presidente Mao Tsetung, comenzó la segunda etapa de la revolución proletaria mundial, lo que confirma la validez universal de la guerra popular, especialmente en los centros de la tempestad de la revolución. La guerra popular se con­virtió en el camino de la revolución proletaria mundial, sin la cual el mundo tendría una cara completamente diferente hoy en día, otro punto de inflexión en el ca­mino ancho y brillante del proletariado internacional, marchando hacia adelante como la última clase de la historia hacia su futuro, el comunismo.

NOTAS

(1)Clara Zetkin: “La Gran Revolución de Octubre. Su lugar en la Historia” Primera publicación en Bandera Roja, Órgano Central del Partido Comunista de Alemania, 6 de noviembre de1927.

 (2) Comité Central del POSDR (B): La situación de la Internacional y las Tareas del POSDR(B). Resolución de la 7. Conferencia de Toda Rusia del POSDR(B), Petrogrado , 24- 29 de abril de 1917. Destacado por nosotros.
Nota: (a) “Oboronzen” fue una denominación utilizada por los Bolcheviques para los “defensores de la patria” y los socialchovinistas de todo tipo. (b) que aquí no se hable todavía de una Internacional “comunista” sino de una Internacional “socialista”, se debe a que la importante cuestión del problema del nombre cobró relevancia posteriormente dentro de los bolcheviques, por lo mismo no estaba todavía decidido, sí ellos mismos en el momento de la Resolución se seguirían denominando Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (B), como usaba el nombre “socialista” la izquierda de Zimmerwald. 
(3) Resolución del Consejo de Febrero de 1913 del CC del POSDR, con Cuadros del Partido, en Cracovia, sostenido del 26 de diciembre de 1912 hasta el 1 de enero 1913.
4 Mao Tsetung: “¡Fuerzas revolucionarias de todo el mundo, uníos, luchad contra la agresión imperialista! “ (noviembre de 1948) .
5 Mao Tsetung: ibídem

6 Mao Tsetung citado en: Por el 50° Aniversario del Partido Comunista de China 1921-1972. 
7 Mao Tsetung, citado en: Por el 50. Aniversario del Partido Comunista de China 1921-1972.
8 VI Congreso Mundial de la IC. Manifiesto por la Revolución China. Moscú, 17 de julio hasta el 1 de septiembre de 1928
9 Ibídem
10 Ibídem