Wednesday, April 17, 2019

A NOVA DEMOCRACIA BRASIL: Editorial - Derrotar la ofensiva de la reacción plan por plano

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Reunión del Alto Comando del Ejército reaccionario. Foto: Reproducción

Las "reformas" reaccionarias antipueblo fueron lanzadas; las políticas de ajuste del capital financiero imperan; no bastara la matanza policial, las tropas del Ejército disparan contra el pueblo; el presidente en persona se encarga de los actos de servilismo al imperialismo. Estos son hechos de la ofensiva contrarrevolucionaria preventiva de quien siembra vientos.

Tal ofensiva tomó la forma de golpe de estado militar paso a paso. Fue planificada cuando tuvieron lugar las grandes revueltas populares de 2013/14 y dio su primer paso ocultado por la llamada "Operación Lava-jato". Esta, como medio de salvar del descrédito y de la desmoralización a las instituciones de este viejo Estado terrateniente-burocrático, buscaba hacer una limpieza en las cumbres de los partidos oficiales en el gobierno y de su base. Sin embargo, sólo hizo agravar la crisis política, expresando la lucha aguda entre los grupos de poder de las fracciones de las clases dominantes nativas de grandes burgueses y terratenientes, sirvientes del imperialismo, principalmente yanqui.

La base material de esa crisis era ya la grave crisis económica del atrasado capitalismo burocrático del país, bajo los impactos de la crisis imperialista que estalló en USA en 2008, y seguía extendiéndose alrededor del mundo. Pero la reacción del mundo político oficial a  "Lava-jato" llevó al impeachment de Dilma, lanzando más combustible en la crisis. La ofensiva contrarrevolucionaria levantó una "cruzada moralista nacional" contra la corrupción, como si esa fuese la causa de los males del país, y no la naturaleza semicolonial / semifeudal de aquel, el sistema de explotación y la opresión secularmente vigente.

En ese ambiente de crisis, las manipulaciones de la opinión pública dieron lugar al caldo de cultivo anticomunista histérico. En él, la ofensiva contrarrevolucionaria surfeó y dio el segundo paso, imponiendo a Temer en el gobierno, como si saldría carne podrida. La extrema derecha de esa ofensiva se aprovechó para levantar la cabeza agitando el derribo de Temer. Entonces surge la disputa por la dirección de la ofensiva. El proceso de la farsa electoral de 2018 fue el más desmoralizado y desacreditado de todas sus ediciones.

Como tercer paso de la ofensiva contrarrevolucionaria vino el atentado para matar a Bolsónaro, generar conmoción popular y, culpando a la izquierda, suspender las votaciones por la intervención legal de las Fuerzas Armadas, solicitada por el presidente del STF, Dias Toffoli, ya domesticado y bajo la tutela de un general. Falla, Bolsonaro sobrevivió y se eligió sin hacer campaña. Pero esas fueron las elecciones más repudiadas de la historia republicana, con el boicot de 56 millones de ciudadanos (42 millones de abstenciones principalmente, votos nulos y blancos, además de los 14 millones de jóvenes de 16 a 18 años, que se negaron a inscribirse como electores).

El cuarto paso de la ofensiva contrarrevolucionaria fue el de empalmar al gobierno Bolsonaro. Con su elección, la extrema derecha pasó a disputar con ventaja la dirección de la ofensiva contrarrevolucionaria con la derecha hegemónica en el Alto Comando de las Fuerzas Armadas (ACFFAA). No por otra razón esa disputa impuso a Bolsonaro, en la composición del ministerio palaciego, el "grupo de Haití", con los generales Augusto Heleno y Santos Cruz, entre otros, por su prestigio entre las tropas.

Se conformó, así, un gobierno reaccionario, sufragado en las urnas y tutelado por el ACFFAA. En él, seguramente Bolsonaro no es sólo figura de proa, pero el gobierno de facto es el de las "reuniones del miércoles de los generales", reveladas en la crisis con Bebianno, que fue defenestrado sumariamente por el capitán por pasar a jugar abiertamente la política del ' "toma allí, da acá", único modus operandi posible de ese agonizante sistema político. Práctica que desenmascararía de una sola vez y en pocos días toda verborragia bolsonarista de la nueva política.


Por lo tanto, la primera cuestión que se necesita tener bastante presente es que, de hecho, está en curso una ofensiva contrarrevolucionaria preventiva, en forma de golpe militar paso a paso. ¿Qué tal ofensiva se mueve a través de colusión y pugnas entre la extrema derecha y la derecha hegemónica en el ACFFAA. Sin embargo, en determinado momento, una someterá por completo a su contendiente.

En la situación actual, la extrema derecha, particularmente en la figura de Bolsonaro, tiene el cargo de Presidente de la República, bases en el Senado y Cámara, apoyo popular (aunque en declive), bases de activistas fascistas civiles y en las tropas policiales y militares a lo largo del país, además de apoyo de sectores del imperialismo yanqui y del sionismo. La derecha hegemónica en las Fuerzas Armadas detiene el poder militar -tanto por fuerza de ser su Alto Comando, como por los vínculos con las clases dominantes locales y de subyugación nacional con las principales estructuras del imperialismo yanqui-, y tiene el apoyo de gran parte de las fuerzas políticas de derecha y centro en el país, además del apoyo de la mayoría de los gobiernos en el continente.

La ofensiva contrarrevolucionaria preventiva fue desencadenada por la necesidad urgente de enfrentar y dar solución a las tres tareas reaccionarias por la salvación y preservación del sistema de explotación y opresión semicolonial / semifeudal, en crisis de descomposición. Son las tareas de: 1) sacar al país de la crisis e impulsar su capitalismo burocrático; 2) Reestructurar el viejo Estado para imponer el régimen político correspondiente y necesario para mantener el viejo orden; y 3) Conjurar el peligro de revolución a través de la restricción máxima de la libertad de organización y manifestación de las masas, del incremento de las leyes de criminalización de la protesta popular, del endurecimiento penal y de la escalada de la acción violenta de los órganos de represión del Estado con la intervención de las Fuerzas Armadas, además de la descaracterización y demonización de las organizaciones clasistas combativas de las masas populares. Y si la Revolución se desencadena, tratar de aplastarla a hierro, sangre y fuego lo más rápido posible.

Aunque la extrema derecha bolsonarista y la derecha hegemónica del ACFFAA son como carne y uña en el anticomunismo americanófilo, se traban entre sí una lucha sorda. A pesar de las apariciones de los bate-bocas de hoy, ella ya es lucha sangrienta. ¿Qué fue el atentado a Bolsonaro? Fue parte de la disputa por la dirección de la ofensiva contrarrevolucionaria preventiva en función de cuál desenlace dar el golpe en marcha. Es decir, qué tipo de régimen conformar en sustitución al desmoralizado y agonizante sistema político actual. La extrema derecha de Bolsonaro sólo cree en el régimen militar fascista y está buscando acumular fuerzas para consumarlo. Él y su camarilla hacen la cuenta de que cuanto más se profundice la crisis del país, mayores serán las posibilidades de que su proyecto gane la mayoría en los medios militares. La derecha, hegemónica hoy en el ACFFAA, también se golpea por un régimen de máxima centralización de poder en el Ejecutivo, pero manteniendo un legislativo y judicial sumisos y la preservación mínima de derechos civiles. Es la lección sacada de la historia reciente por el ACFFAA, cuya conclusión es que el camino de Bolsonaro no puede sostenerse por mucho tiempo y, al imponerse, ya ampliaría el campo de oposición y de resistencia al gobierno, que tendrá tareas difíciles de implementar.

La segunda cuestión a tener presente es que el plan de la ofensiva contrarrevolucionaria preventiva, a través del golpe militar paso a paso, es parte del plan de los imperialistas yanquis para ampliar y profundizar como nunca la militarización del continente sudamericano, con mayor énfasis en Brasil.

 Al final, el incremento de las presiones sobre la nación y pueblo venezolanos persigue cuál objetivo inmediato? ¿Derribar un gobierno que les entrega sagradamente todo el principal de su riqueza natural, el petróleo? ¿O, esto sí, atizar al máximo conflictos regionales para justificar el estacionamiento de sus tropas genocidas en el territorio brasileño? ¿Por qué, en ese mismo instante, se apresuraron a establecer "cooperación científica" exactamente en la Base de Alcántara? Bolsonaro, que por lo menos habla rasgado lo que defiende, puso a desnudo que el objetivo en Alcántara es de establecer la base militar de los yanquis. Él se fue a USA para firmar el tratado vende patria y recibió en cambio el regalo de que Brasil pasa a ser considerado su "aliado estratégico extra-OTAN". El Estado que corresponde tener la primacía en recibir material bélico estratégico, situación que llevará el intenso movimiento de personal militar yanqui en suelo y unidades militares brasileñas. ¿O, aún, qué significa, sino eso, el nombramiento ahora de un general brasileño para sentarse en el "Comando Sur de las Fuerzas Armadas" de USA? Más? Es importante recordar que el Almirante Craig S. Faller, comandante de dicho Comando Sur, fue recibido con pompa y circunstancia, en febrero pasado, en la Brigada de Infantería Paracaidista, en Río de Janeiro.


También es un hecho, por más que los economistas del mercado financiero lo tergiversen, que la crisis del capitalismo burocrático en Brasil es grave. Y, dentro de la crisis general del imperialismo y creciente desorden mundial, los capitalistas locales y extranjeros desconfían de que entró en una etapa de crisis general. En Brasil la situación es más explosiva por debajo de la Línea del Ecuador, precisamente cuando se agudizan todas las contradicciones fundamentales en el mundo, principalmente la contradicción que opone a naciones / pueblos oprimidos al imperialismo, con el incremento de las guerras de rapiña y el levantamiento sucesivo de los pueblos de los países oprimidos en Asia, África y América Latina. Cuando los pueblos de Irak, Afganistán, Siria, Palestina y otros repelen por las armas al imperialismo invasor, y en la India, Perú, Filipinas y Turquía las guerras populares levantan en alto las banderas de la Revolución de Nueva Democracia, y en los propios centros imperialistas las masas luchan con furia en defensa de sus derechos más elementales pisoteados y por su liberación. Cuando la lucha por un nuevo reparto del mundo se agudiza y la superpotencia hegemónica única USA ve amenazada su dominación mundial. ¿Acaso el USA va a ver de camarote el incendio que se extiende por su "patio trasero"?

La tercera cuestión necesaria de tener presente y bien claro es que, aunque no se pueda saber de inmediato cuál de las fuerzas de la reacción se impondrá en determinado momento, sólo la lucha revolucionaria podrá confrontar consecuentemente cualquiera de los regímenes que prevalezca. ¡Ni Bolsonaro ni Mourão, abajo las Fuerzas Armadas reaccionarias! Más aún, debemos estar seguros de que sólo a través de la lucha revolucionaria prolongada se podrá unir la mayoría de las masas del campo y de la ciudad, llevar la Revolución Agraria a término, entregando la tierra a los campesinos pobres sin tierra y con poca tierra, confiscar el capital burocrático y barrer la dominación imperialista. Por más dura que será la lucha y por más que pueda demorar, la Nueva Democracia triunfará, nuestro heroico pueblo se colocará de pie y erigirá el verdadero Brasil Nuevo!


Nota: Editorial da edição nº 222 do jornal A Nova Democracia (2ª quinzena de Abril e 1ª de Maio de 2019), que estará disponível nas bancas de todo o país ainda esta semana.  

Fonte original: https://anovademocracia.com.br/noticias/10777-editorial-derrotar-a-ofensiva-da-reacao-plano-por-plano



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