Wednesday, November 27, 2019

El Comunero Colombia: Acciones combativas del pueblo colombiano en el Paro nacional y Paro nacional en Bogota

26 noviembre, 2019 El Comunero
Acciones combativas del pueblo colombiano en el Paro nacional

Jóvenes estudiantes y de los barrios populares salieron a las calles este paro nacional y rompieron los límites de lo permitido por este Estado asesino, de forma combativa van ganando confianza en sus propias fuerzas y rechazando la burocracia y falsa paz de los ricos.

Los medios de comunicación han hecho una gran campaña para tildar a los jóvenes combativos de vándalos y tratar de confundir las acciones combativas del pueblo con acciones de lumpen, policías infiltrados, etc., que atacan al mismo pueblo trabajador y pequeños negocios y apartamentos.

A continuación mostramos una recopilación de videos de las acciones combativas del pueblo colombiano en diferentes ciudades del país.


 Paro nacional en Bogota
 
26 noviembre, 2019 El Comunero
Paro nacional en Bogota

Para el 21 de noviembre fue convocado un paro nacional de 24 horas por parte de las centrales sindicales y otras organizaciones de diferentes sectores. En Bogotá esta convocatoria estuvo precedida por importantes movilizaciones de estudiantes universitarios, quienes desde el 23 de Septiembre habían llenado las calles luchando contra la corrupción, por el cumplimiento de los acuerdos del Paro estudiantil del año pasado y contra la represión que el Estado a través de la policía y en particular el ESMAD (escuadrón móvil antidisturbios).

Ante la acogida que tuvo entre el pueblo trabajador y el desprestigio de Duque, el Estado a través del gobierno, de medios de comunicación, iglesia, desató una campaña de miedo, acudiendo al “anarquismo internacional”, a “planes del foro de Sao Paulo para desestabilizar la región” “infiltración extranjera -venezolanos- para causar violencia”, que fue acompañada de “conveniente” detección de explosivos días antes de Paro que “posiblemente” serían utilizados en marchas, y se complementó con allanamientos (ya varios declarados ilegales) y capturas de activistas (que al día siguiente les toco soltarlos demostrando la arbitrasriedad) de movimientos sociales (anaquistas), donde pañoletas, afiches de convocatoria al Paro se mostraban como material peligroso, y supuestos hallazgos de material para elaborar (1500) “papas bomba”. Discursos presidenciales, redes sociales, grandes medios de comunicación repetían sin cesar “vandalismo”, “violencia”, etc. pretendiendo generar miedo y tapar la desaprobación del pueblo a las medidas antipopulares y a la represión del Estado.

El día de la movilización fueron cientos de miles en la ciudad, algunos hablaban incluso de la mayor de la historia, sindicatos, ONGs, movimiento sociales y populares, intelectuales, clases medias, y una masiva participación del estudiantado quienes tomaron rutas diferentes a las que las burocracias de las centrales sindicales habían señalado, con el objetivo de deslindar de la burocracia, generar mayor afectación a la ciudad y hacer que sintiera más fuerte el Paro, además sabiendo del actuar de la policía, tener en la Universidad Nacional un lugar de resguardo ante posibles agresiones del ESMAD. En la mañana algunos bloqueos en avenidas principales, como la autopista sur fuera rápidamente disueltos por la poca participación de personas, pero al otro lado de la ciudad en Suba, se dá una masiva presencia de habiatantes de la zona bloqueando y generándose los primeros enfrentamientos con la policía, quienes infructuosamente intentaban abrir la avenida, ya para ese momento choferes organizados en el sindicato de trabajadores del Sistema de Transporte habían impedido el funcionamiento de una de las empresas desde horas de la madrugada a pesar de la represión del esmad que no se hizo esperar.


Transmilenio-redes
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Ya para las horas de la tarde ante la represión iniciada por la policía se generó la resistencia en el centro de la ciudad, y por parte de los estudiantes en la avenida que conduce al aeropuerto, enfrentamientos que duraron hasta entrada la noche en dos entradas de la Universidad Nacional, con una participación muy importante del estudiantado por la cantidad y por la decisión a combatir la represión del Estado, la policía uso cientos de gases lacrimógenos y aturdidoras, balas de goma y pintura, además de varias tanquetas que pretendieron destruir las barricadas que se construían y aplacar la combatividad de los jóvenes con chorros de agua.

Cuando muchos pensaban que el Paro estaba llegando a su fin, por redes inicio la convocatoria a un cacerolazo en apoyo al Paro y rechazando la represión policial que se convirtió en decenas de marchas en los barrios, señalando la necesidad y posibilidad de continuar las jornadas de lucha, la ciudad retumbo en barrios populares, en barrios de clases medias. El Paro en la ciudad no había terminado, las masas estaban en las calles y expresaban el repudio al gobierno, el anhelo de cambio, familias enteras, en pijama, chanclas armados de ollas y cucharas recorrían barrios juntando más personas.

Para el 22 a diferencia del día anterior, las protestas se trasladaron a barrios donde habitan los más pobres de la ciudad, se bloquearon estaciones y portales de Transmilenio, cientos de jóvenes cansados de las carencias básicas de cada día, sin trabajo, sin estudio, viviendo del rebusque, alto costo de la vida, salarios de miseria se lanzaron a enfrentarse con la policía, hasta horas de las noche cuando el gobierno decreto toque de queda (al mejor estilo de gobiernos militares) y desato el plan de generar miedo, con cadenas por redes que alertaban de ataques a los conjuntos residenciales, y saqueos masivos, generando una histeria colectiva con actitudes paramilitares y xenófobas que pretendía ganar el apoyo del pueblo hacia la policía y el ejército (en varios lugares lo consiguieron, al paso de tanquetas, ejercito y motos policiales se les aplaudía). Pero a la mañana siguiente un guayabo e indignación producto de darse cuenta el engaño del que habían sido víctimas, engaño que solo tenía unos beneficiarios, las clases dominantes para poder frenar las movilizaciones y re impulsar el pacifismo útil que frenará la creciente movilización combativa del pueblo y en particular de la juventud que viene sacudiéndose del discurso para pacificar la rebeldía del pueblo que impusieron con los acuerdos de la Habana.

 El tercer día de lucha continua en Bogotá, después de una jornada de intensa lucha en las calles y del terror desatado por el Estado se dan grandes concentraciones que inician desde antes del medios día y se prolongan hasta altas horas de la noche, marcadas por consignas contra el miedo, pero manteniendo las demandas contra el gobierno de Duque y contra la represión policial. Fue en una de estas movilizaciones donde a diferencia de los días anteriores no se atacaba a la policía, ni se escribían mensajes en paredes, ni atacaban entidades del gran capital privado o estatal, se presenta la brutal represión con gases, aturdidoras, recalzadas (tubos del gas lacrimógena rellenado con objetos contundentes) para impedir que se llegará a la plaza de Bolívar, hiriendo de muerte al joven estudiante de colegio Dilan Cruz.


Durante los 6 días de protestas se han mantenido lo cacerolazos en los barrios, y concetraciones en algunos lugares de la ciudad. La fuerza que el pueblo ha mostrado en las movilizaciones es alentadora para el camino que se debe recorrer en la conquista de sus derechos. Mostrado beligerancia, y a diferencia de otras movilizaciones ha permanecido ya 6 días en diferentes espacios de lucha. Se hace evidente la urgente necesidad de avanzar en la organización revolucionaria de jóvenes, obreros, mujeres, campesinos. Organización sin la cual la burocracia hoy autodenominada dirección del Paro, concertara y venderá la lucha, y no podrá avanzar a una sociedad dirigida por obreros, campesino y el pueblo en general, sin la necesaria organización revolucionaria lo que hoy conquistemos, lo perderemos mañana, porque el pueblo no tendrá el poder. Por esto resaltar la decidida participación de revolucionarios en las marchas, plantones y combates, elevando las banderas de lucha por un Estado Obrero Campesino y popular, distinguiendo entre el pueblo y quienes lo oprimen, así como llamando a la combatividad de las masas populares para conquistar sus derechos.

 Para el miércoles 27 de noviembre se ha convocado un nuevo paro nacional, el pueblo estará en las calles y las clases dominantes pretenderán callar, tapar y reprimir el inconformismo y la rebeldía, por eso como respuesta los revolucionarios gritaran si la represión se intensifica, la rebelión se justifica.