Wednesday, November 6, 2019

EL COMUNERO COLOMBIA: Poema Por tu bandera izada

En apoyo al gran levantamiento del pueblo chileno, El Comunero ha traducido el siguiente poema publicado en el periódico A Nova Democracia de Brasil.

Este bello poema fue enviado a la redacción de A Nova Democracia por Jorge Moreno, un poeta internacionalista y entusiasta de la lucha popular en Chile.


POR TU BANDERA IZADA

(Al pueblo chileno)

El dolor que siento

es el dolor que aflige a mi pueblo

el sentimiento presente en mi vida

esta lleno del alma de mi gente

 

No tengo como contentarme

mientras exista tanta infelicidad

en las calles, en los campos, en los barrios y barriadas

 

Mas al verte mi pueblo en las calles

desobediente al toque de queda

animado por el canto y por la guitarra insumisa

 

¿Cómo contener tanta emoción?

 

¿Cómo no creer en tu fuerza

al desafiar atrevido el injusto armado hasta los dientes

apenas con la certeza de la verdad en tus manos?

 

Un largo canto tomó posesión

de mi mente, de mis labios

Y bailé como bailó Mercedes en Viña

cuando el dictador todavía moribundo

 

“porque todo puede cambiar

pero nunca cambiará

el amor por mi gente”

 

Sí, mostraste para todo el mundo

que la libertad siempre será un sueño

inseparable de su conquista en las calles

 

En las calles, callejones y plazas tu dijiste:

somos los hijos herederos de la tierra de hermanos

portadores de una bandera que siempre será izada

una verdad que no puede ser contenida

 

Cuando falten todas las armas

nuestra primera y última arma contra el opresor

nuestro grito único, fuerte e indiscutible será

 

¡Libertad!

 

Como dijo nuestro pedagogo

exiliado en territorio largo y estrecho

donde ahora el pueblo resiste a los batallones armados

aun nostálgico del aroma de su pueblo natal:

 

¡creer en el pueblo es condición previa

a cualquier sueño de libertad!

 

Nunca dudé, nunca dudaré

de la opción que tomé cuando era aún barbilampiño.

No dudo, nunca dudé, nunca dudaré

de la fuerza de mi pueblo cuando se pone en marcha

 

Al lado de mi gente estaré, estaré siempre

en el dolor, en la alegría, en la batalla por la vida

en la fiesta de la tierra conquistada, al fin liberada

de toda forma de opresión

 

Estaré en el cultivo, en la elección de la semilla,

en el amor a la tierra, en la risa gigante

cuando el arroz con sus rizos color de oro

anuncia el tiempo nuevo de la abundancia

 

Cuando aquel pedazo de pan enterrado

majestuosamente de la casa de maní

dormido en la tierra, con apariencia de muerto,

despierta para la hora de alimentar mi pueblo.

 

Tiempo de trabajo colectivo en la siembra y en la cosecha

para que sea el tiempo de honesta abundancia en la comida

 

El mayor peligro que los enemigos temen

es que el pueblo alimentado sueña

y siempre alimenta el sueño de otros pueblos

 

No, mi gente no retrocederá

la calle es suya por destino y designación.

 

¿Qué importan entonces las armas, las balas y los drones?

 

¿Qué son tanques de guerra cuando el pueblo unido

marcha por su libertad, sin miedo

siente que la oscuridad cesará y el sol nacerá en seguida?

 

¿Qué son las armas

cuando el arma más poderosa que una nación posee

es su pueblo cuando no acepta retirarse,

quedarse en silencio

y enfrenta los cañones apuntados contra él,

transformados en auxiliares de asesinos?

 

Que mi grito sea así bien oído

en alto y buen sonido:

 

¡Tiemblen los cuarteles, los palacios,

los periódicos malditos de propaganda del dictador!

 

Rehechas sean las leyes, todas las leyes

Pues el soberano está sí en las calles

la calle es y siempre será del soberano:

 

¡el pueblo!

 

Desobedecidas sean todas las leyes

que dispongan lo contrario

 

¡Malditas sean para siempre!

Propague, pues, esa noticia

a los oídos nuevos, a los oídos cansados:

 

¡Nuestro dolor pasará, llegará el día de la fiesta!

 

Preparemos entonces la risa,

vamos juntos lo que resta!

 

Aunque poca, la comida será harta, porque compartida

nuestra alegría será inmensa, pues es de todos

 

Preparemos el baile, la voz y el canto.

 

Necesitaremos de todas las manos

es hora de reconstruir lo que el dictador destruyó.

Es hora de distribuir para todos

lo que los malditos quisieron solo para sí

 

¡transformando la nación en campo de hambre y

desolación!

 

Ese nuevo día que llegará,

hasta el llanto será permitido

pero no será más de dolor, ni de desespero

 

Es el llanto bienvenido de la emoción

al ver la bandera izada al tope

anunciando que un pueblo se ha liberado.

 

Bandera que enviará aviso a otros pueblos

que la libertad es posible

puente que solo puede ser cruzado

con pueblo unido y resuelto en su tarea

 

No duden, nunca duden

el día llegará, el ya está preñado

será como cualquier parto, con dolor y sangre

pero pasado ese instante

 

¡será apenas risa y celebración!

 

Jorge Moreno

26/10/19