LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y CONSULTA POPULAR,
NUEVO OPIO PA´L PUEBLO.
En el Ecuador nos aprestamos a cerrar el año en medio de la más virulenta
confrontación entre los partidarios del Alianza País.
No importa si la deuda externa ya haya superado los 45 mil millones de
dólares, que la canasta básica ya esté por encima de los 700 dólares; que 6 de
cada 10 ecuatorianos esté en el desempleo o subempleo (empleo no apropiado le
llaman); mucho menos que el régimen de Moreno manifieste que hay déficit fiscal
y que cuesta financiar el presupuesto para el próximo año, mientras a la par
anuncia que repotenciará las FFAA con la compra de nuevos fusiles, transporte
terrestre, aéreo, aviones de combate, electrónica, etc. Que la situación para
el campesinado pobre se vuelve cada vez más crítica puesto que al carecer de
tierra, o de tener pequeños minifundios de mala calidad, sin agua, vías, o, de
vender su fuerza de trabajo atado a relaciones de producción feudal y
semifeudal, cíclicamente se vea obligado
a emigrar a las grandes ciudades a realizar trabajos suplementarios en la
construcción, guardianía, mercado informal, en medio de una difícil disputa por
cooptar el precario mercado laboral con inmigrantes cubanos, venezolanos,
colombianos y peruanos, que hacen de la crisis laboral una caja de pandora.
Los conflictos entre partidarios de Correa y Moreno, -estos últimos
fortalecidos por los sectores más recalcitrantes de la burguesía compradora coludidos
firmemente con la izquierda “radical y
revolucionaria” de Unidad Popular (MPD, PCMLE) Partido Comunista Ecuatoriano,
Partido Socialista Ecuatoriana y otros-, ha logrado, de alguna manera que,
desde la base de los trabajadores, campesinos pobres, estudiantes (hijos del
pueblo) distraigan sus esfuerzos vitales por mejorar sus condiciones de vida a
“asumir posición” por estos dos
contendientes, soslayando, transitoriamente, a enfilar la decidida lucha en
contra del viejo estado y del régimen que de burócrata ha mudado vertiginosamente
a comprador agudizando las condiciones de vida de las masas.
Pero no contentos con eso, el régimen lanza la propuesta de la
consulta popular sobre la base de 7 preguntas. La primera: inhabilitar
políticamente, de por vida, a quienes incurran en actos de corrupción;
constreñir la reelección indefinida, yéndose, de esa manera, contra la perorata
aquella de que las masas deciden en las urnas si tiene o no continuidad aquel
que administra el viejo estado en defensa del poder de grandes burgueses y
grandes terratenientes; reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana que
en el régimen de Correa fue una broma de mal gusto que le otorgó más solidez y atención
corporativa al aparato estatal; la no prescripción de los delitos
sexuales; incrementar la zona intangible
al menos en 50.000 hectáreas y reducir el área de explotación petrolera
autorizada por la Asamblea Nacional en el Parque Nacional Yasuní de 1.030
hectáreas a 300 hectáreas, como si en las 730 estuviese la diferencia; que esta
medida termina por fortalecer la posición o el carácter terrateniente que tiene
el estado y que terminará, tarde o temprano, por fortalecer posiciones en los
latifundistas; la prohibición a que se haga explotación minera metálica en las
zonas intangibles y protegidas, que desde luego
a estas alturas ya poco importa porque las áreas no protegidas ya han
sido entregadas a las mineras chinas, rusas, brasileñas, etc. Obvio, se cuidan en
delimitar la minería metálica, la otra, la hidrocarburífera, queda intocada y
que en definitiva nos sigue atando –entre otros tantos elementos más- a la
semifeudalidad. Y la última, tumbar la ley de plusvalía que impuso el régimen
de Correa para, desde otra trinchera, dar rienda suelta a la especulación y
alta concentración de la tierra rural y urbana en pocas manos.
Y precisamente ante la convocatoria a la consulta han hecho
presencia activa defensores y los detractores. Los partidarios de Correa se
oponen a la manera cómo se ha planteado la consulta. A estos se suman algunos despistados
izquierdistas que creen que es válida pero no en su totalidad. Lasso, por el
contrario, sostiene que la consulta fue idea suya y que por consiguiente “la
apoya”; Nebot y demás sectores de la burguesía compradora se alinean por la
propuesta de Moreno. Unidad Popular, ex MPD, hoxistas que han devenido en
bolivarianos y morenistas, sostienen la necesidad y apoyo a la consulta, es decir,
un nuevo engaño, una nueva cortina de humo, una nueva perorata
burgués-terrateniente que fomenta los principios demo burgueses manifiestos en
las urnas.
El devenir histórico del comportamiento burgués –terrateniente nos
ha dejado bien en claro que no son las elecciones, nuevas constituciones o la
consulta popular verdaderos procedimientos que reflejen la participación de las
masas en las decisiones fundamentales del país. Cada vez que las masas son
convocadas a vivir de estos magros procesos, lo que está haciendo es reformular
los designios del viejo estado que busca permanentemente acondicionarse a los
nuevos requerimientos que tiene las clases dominantes en relación al movimiento
y contradicciones imperialistas, particularmente de la dinamia de la
superpotencia imperialista yanqui.
Vamos a desenmascarar al actual régimen de Lenin Moreno,
identificarlo como una expresión “light” de la burguesía compradora, recalcitrante,
que hoy por hoy tienen contradicciones no antagónicas (en el plano ideológico)
con la burguesía burocrática que tuvo un espaldarazo en el régimen de Correa,
hoy, al igual que todos sus antecesores, viciado de corrupción.
Debemos fortalecer la organización y lucha popular, y la única
manera objetiva de hacerlo es poner por delante al proletariado como fuerza
ideológica dirigente y, en los casos donde es posible, sumar su contingente
movilizador, organizativo y combativo al del campesinado pobre, del común de
masas explotadas. Si no apuramos esfuerzos por cumplir con este propósito, las
masas seguirán siendo presa de la gran burguesía, de los grandes terratenientes
pero, sobre todo, de ese pútrido revisionismo que permanentemente trafica con
la vida, luchas y futuro de las masas.
¡No votar en la Consulta popular!, porque al igual que las
elecciones, reformas constitucionales, referéndum, asamblea, etc., son
instrumentos de dominación que en nada resuelven los problemas y demandas fundamentales
de las masas.
¡NO VOTAR EN LA CONSULTA, POR EL CONTRARIO, ¡HAGAMOS LO POSIBLE, Y
UN POCO MÁS, ¡POR BOICOTEARLA!
¡No dejarnos engañar por la llamada lucha en contra de la
corrupción!, pues quienes la dirigen son precisamente aquellos que en su
momento igual robaron, igual mintieron, igual se aprovecharon del aparataje
estatal para enriquecerse. ¡LA CORRPUCIOÓN ES PANACEA DE ESTE VIEJO ESTADO!
A los corruptos, a los explotadores, a los represores, a los
asesinos del pueblo solo y únicamente solo los juzga y castiga el pueblo.
EL ALZA SALARIAL
En estos días el régimen, buscando consenso con la gran burguesía y
los grandes terratenientes analizan las condiciones en las que se hará el alza
salarial para el próximo año.
Obvio e insultante, la gran burguesía, como si fuesen hijos de perra
flaca ofrecen un alza salariar de 3 dólares, así como se lee, 3 dólares. Como
contraparte la dirigencia revisionista y oportunista manifiesta que debería ser
de 25 dólares, que de esa manera el trabajador tendrá un “salario digno”. Cuánta
inmundicia de estos miserables. Ni aun así el régimen autorice un incremento
salarial en esos órdenes, jamás el salario será digno, porque refleja la venta
de la fuerza de trabajo del obrero, del trabajador, y eso, a su vez, genera las
condiciones para que el burgués extraiga la plusvalía y se enriquezca en base a
la explotación del trabajador asalariado. Jamás un salario será digno, porque
estaríamos dignificando las relaciones de producción que por su propia
naturaleza, en el país son semifeudales y por consiguientemente lascivas a los
intereses y dignidad de las masas. De todas formas, en el hipotético (que no se
va a dar) que el régimen apruebe esa alza salarial propuesta por el
revisionismo y la dirigencia espuria del movimiento sindical, campesino,
popular, tampoco llega a cubrir el requerimiento de los trabajadores para poder
reproducir su fuerza de trabajo.
Por su parte, el régimen plantea un alza salarial en el orden de los
10 dólares. ¡MISERABLES!, pues es evidente que esa alza no se compadece con la
nueva carga fiscal (y la que inevitablemente se viene con alza de combustibles,
transporte, etc.) que mengua significativamente el salario de miseria que hoy
tiene el trabajador explotado en el país.
Y desde luego, Moreno, desde su visión “cuántica” quiere hacernos
ver que el salario básico del país es uno de los más altos de América Latina. Lo
que no dice el fatuo, es que las otras economías no son dolarizadas, que un
obrero gana en dólares y gasta en dólares en un país donde de alguna manera,
gobernantes, grandes burgueses y grandes terratenientes, se han dado modos para
devaluar o menguar la capacidad adquisitiva del salario y del dólar. La
evidencia está en el hecho de que los inmigrantes ganan en dólares con salarios
por debajo del estipulado por la ley, tratan de ahorrar en dólares en
condiciones precarias a sabiendas que con el cambio pueden mejorar sus ingresos
en relación a sus países de origen.
Pero el régimen no se queda en eso, aísla el aspecto salarial de las
relaciones de producción y las condiciones de trabajo. Se sigue espoleando a
que desde el aparato estatal y privado no se contraten trabajadores bajo la
figura del contrato colectivo o del nombramiento, sino por prestaciones de
servicios profesionales, arrastrando a miles de compatriotas a vender su fuerza
de trabajo sin que el patrono tenga responsabilidad con seguridad social, sobre
sueldos, vacaciones y otros beneficios de ley.
La lucha por el alza del salario no puede ni debe estar deslindada
de la lucha por exigir la no precarización laboral, por no permitir que cada
vez más las relaciones de producción semifeudales se agudicen bajo nuevas
formas laborales que se apoderan de la fuerza de trabajo de las masas y que
eliminan las conquistas laborales que tuvieron en la lucha de los mártires de Chicago un importante punto de partida.
Hay que tener claro, tendremos un salario acorde a la reproducción
de la fuerza de trabajo en la medida que luchemos por él en las calles. A mayor
lucha, a mayor movilización y combate en contra del viejo estado y la rapacidad
de la gran burguesía y grandes terratenientes, no dudemos, mayor será nuestro
salario, en cambio, si es que no luchamos, pues bien, ellos, la reacción con el
apoyo del revisionismo y del oportunismo decidirán cuánto y en qué condiciones
se realizará el alza salarial. Ese es un hecho.
POR UN SALARIO QUE POR LO MENOS PERMITA REEPRODUCIR LA FUERZA DE
TRABAJO, y esto, pueblo del Ecuador, no lo vamos a conseguir si seguimos
aherrojados a esas dirigencias sindicales, populares, indígenas y campesinas
vendidas a las patronales y al viejo estado. Que no avanzaremos en nada sino estamos pertrechados
de la línea ideológica y política correcta. Sin lucha no conquistaremos
derechos, y hay que entenderlo ya, la lucha se hace en las calles, no cayendo en
la emboscada del diálogo a la que recurrió el fatuo Lenin Moreno y embauco una
vez más al revisionismo, sino conscientes de que sin organización de clase, sin
dirección proletaria en el movimiento popular e indígena, sin movilización y
sin violencia revolucionaria, nada
haremos, pero, sobre todo, que, si a esa lucha no la hacemos extensiva al
revisionismo y al oportunismo, NADA HABREMOS HECHO.
NO VOTAR, NO PARTICIPAR EN LA CONSULTA POPULAR,
VAMOS A BOICOTEARLA.
NO CAER EN EL DISCURSO ENVOLVENTE Y DISTRACTIVO DE
LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN, CORRUPTOS SON TODOS, SON PARÁSITOS QUE SE HAN
REPRODUCIDO EN LA ADMINISTRACIÓN DEL APARATO ESTATAL.
POR UN SALRIO QUE NOS PERMITA REPRODUCIR LA FUERZA
DE TRABAJO Y ATENDER NUESTRAS EL SUSTENTO DE NUESTRAS FAMILIAS.
NO PERMITAMOS QUE EL VIEJO ESTADO, INSTRUMENTO DE
DOMINACIÓN CON EL QUE CUENTA LA GRAN BURGUESÍA Y GRANDES TERRATENIENTES REPARTA
EL VALOR DE NUESTRA FUERZA DE TRABAJO ENTRE VARIOS MIEMBROS DE NUESTRAS
FAMILIAS.