Thursday, March 21, 2019
A NOVA DEMOCRACIA BRASIL: Editorial - Huega General de Resistencia Nacional
Redacción de AND
20 Marzo 2019
La formación del Sindicato de los Trabajadores en las Industrias de la Construcción de Belo Horizonte y Región (Marreta) exhortando a la Huelga General de Resistencia Nacional
Editorial
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Editorial de la edición nº 221 del jornal A Nova Democracia (2ª quincena de marzo y 1ª quincena de abril de 2019), que, en esta semana, estará disponible en los quioscos, en la internet y con nuestros comites de apoyo en diferentes partes del Brasil.
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La promesa de cambiar "todo esto que está ahí" propalada con estridencia durante la campaña electoral, engañando decenas de millones de votantes como el cambio para mejor, en menos de tres meses se va confirmando como cambio para peor. La predica de Bolsonaro contra el toma-allí-da-acá se revela piadosa bravata, comprobando que sólo sobre esta base puede funcionar el agonizante y corrupto sistema político de este putrefato Estado terrateniente-burocrático. Por su parte, en conversación entre el defenestrado Bebianno con el presidente de la República, éste reveló la ocurrencia de reuniones de los "miércoles de los generales" de la que no todos participan, es decir, reunión del gobierno militar secreto del Alto Comando de las Fuerzas Armadas , que es quien da las cartas de hecho desde que "emparedó" a Bolonaro para institucionalizar su golpe contrarrevolucionario preventivo, desencadenado mucho antes de las elecciones.
El gobierno militar secreto es evidente, pues tiene en puestos claves de la operación del Estado la concentración de generales alineados al Alto Comando, generales que se hacen presentes en el Planalto (el grupo de Haití) y en el área más sensible de las contradicciones de clase, entre campesinos y latifundistas (Incra). Mientras tanto, en los demás puestos hay notables reaccionarios, como en la Economía con un "Chicago boy", en el Ministerio de Justicia con un agente extra-FBI, en la Educación con un religioso fundamentalista y en las Relaciones Exteriores con un americanófilo lame-botas, dejando claro que la naturaleza del gobierno tutelado por el Alto Comando de las Fuerzas Armadas reaccionarias es terrateniente, anti-obrera, obscurantista y vende-patria.
Por medio de la ofensiva contrarrevolucionaria preventiva, su "misión" es reestructurar el Estado, adecuando su sistema político de gobierno, en el mejor de los casos, a un presidencialismo absolutista para salvar e impulsar este simulacro burocrático de capitalismo, sumiso al imperialismo, principalmente yanqui, y conjurar el peligro de la Revolución.
Al nombrar a Paulo Guedes y Sérgio Moro como dos "superministros", amplió el dominio del latifundio con la entrega de la administración de la cuestión agraria a los buitres del agronegocio, asegurando legalizar el grilaje (fraude de títulos de propiedad) de las tierras indígenas, quilombolas y los restantes millones de hectáreas de tierras de la Unión. Para ello, además de suspender deudas de multas del Ibama y bancarizar las carteras de crédito agrícola subsidiado a los terratenientes, nada mejor que liberalizar las acciones de las bandas paramilitares al servicio de la agresión latifundista. Al sistema financiero internacional y brasileño, promete privatizar los bancos públicos, además de aumentar las garantías contra el incumplimiento, a través del registro positivo. Como prueba inmediata a quien sirve, ofreció la "reforma de la Previdencia" a las sanguijuelas y parásitos de la Nación, banqueros y demás corporaciones extranjeras y locales, para, de un solo golpe, retirar de los trabajadores R $ 1 billón por año y entregar a los bandidones de mano besada.
Y, aun ante el tamaño del crimen anunciado, todavía tenemos que oír de los nefastos monopolios de los medios de comunicación (por ejemplo, el editorial del Estadão, de 19/03/2019) que el actual presidente no tiene programa ni siquiera cualquier plan de gobierno, cuando todo se ha hecho de un caso pensado. En la posición pseudoliberal de quien se opone a los extremos, tergiversan sobre un sano y cómodo centro que la gravedad de la crisis no permitirá más, fingen ser otra la realidad escamoteando el golpe militar en curso y que se institucionaliza. Pusilánimes, se omiten en denunciar al gobierno militar secreto que es quien de hecho gobierna, prefiriendo ocuparse de las fanfarronadas de un presidente que las comete por diversionismo, ora para remarcar sus posiciones retrógradas con el fin de formar opinión pública, en los medios militares y en la población, para el objetivo que siempre predicó y busca establecer: la dictadura militar fascista pro-yanqui. Como acabó de dar pruebas cabales con sus declaraciones y conducta de arrastrado en la visita oficial a USA.
Sin embargo, para consumar tal plan, la reacción sabe muy bien y en colores que tendrá que enfrentarse con la protesta y la rebelión populares. Y no es otro el motivo de su ofensiva contrarrevolucionaria preventiva. Se aprovechó de la reforma en la legislación sindical, hecha para debilitar la resistencia de los trabajadores, contando ya con la situación de debilitamiento de los sindicatos generado por el colaboracionismo de los pelegos lulistas (pelegos: oportunistas), que Bolsonaro se apresuró a promulgar la Medida Provisional 873, para golpearlos más, dificultando que los trabajadores, socios y no socios, contribuyan con sus sindicatos.
Los economistas amedrentados en las escuelas de corrección imperialistas y los medios de los monopolios de comunicación se rompen a toda hora con el chantaje de que la "reforma" que camina a pasos de cucaracha representa la única providencia capaz de liberar a Brasil de una crisis más profunda aún. Es decir, para salvar a los ricos hay que quitar el cuero de los trabajadores. No basta con entregar el pre-sal y las reservas minerales, los aeropuertos, las Universidades, etc: ellos tienen que llevar a cabo una completa política de tierra arrasada al pueblo y a lo que resta de soberanía nacional. Y para ello hay que restringir las escasas libertades de organización y manifestación, más criminalización y más represión la lucha de las masas.
El gobierno de los ricos, que se profundiza como ofensiva contrarrevolucionaria preventiva, lo que hace es solo generar una situación objetiva dentro de la cual los trabajadores de todas las categorías sólo pueden responder con su unidad en torno a una Huelga General de Resistencia Nacional, que rechace de pronto cualquier maniobra de negociar la pérdida de derechos de los trabajadores y centrarse en su movilización y preparación en defensa de los derechos ya suprimidos y de los demás amenazados.
La palabra de orden, ya planteada por los sectores más combativos del movimiento sindical y obrero, incluso del movimiento de los campesinos pobres y medios, también es decisiva para arrastrar aquellas masas que, por décadas, fueron aprisionadas en el inmovilismo militante de las cúpulas de la aristocracia sindical curtida en acuerdos palaciegos.
Cuando hablamos en Resistencia Nacional es para alertar al pueblo brasileño de que, además de sus derechos pisoteados, la Nación está a dos pasos de ser más y duramente violada. Sea con la instalación de base militar yanqui en el suelo patrio, sea en arrastrarse en la aventura cobarde contra la nación y el pueblo venezolanos. Todas las maquinaciones armadas por el mismo imperialismo yanqui en su afán por apagar el fuego que amenaza con extenderse en su patio trasero y en sus pugnas por mantener su condición de superpotencia hegemónica única cuando los signos de nueva y mayor crisis general del imperialismo son alarmantes.
Es importante destacar aquí, cuando la huelga de los camioneros el año pasado, recordar la gran unidad que se formó en torno a aquel movimiento en el que el proletariado, el campesinado, la juventud y el pueblo en general, aun sufriendo las consecuencias del movimiento que desabasteció el país, han dado una formidable manifestación de solidaridad proletaria.
La crisis que hace cinco años hunde a Brasil, se profundizó con la farsa electoral al tragar a su centro la cúpula militar con su golpe contrarrevolucionario. No pueden dar solución a ningún problema nacional y del pueblo. La única salida para el pueblo brasileño y el Brasil es conquistar la nueva democracia a través de la Revolución.
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