Las elecciones en los Estados Unidos, la superpotencia imperialista hegemónica única, la llamada "democracia modelo", como en cualquier otra democracia burguesa (de dictadura de la burguesía) las elecciones son el medio períodico de recambio de autoridades reaccionarias, a través de ellas la clase en el poder, en colusión y pugna entre sus facciones y grupos, designan a quien a de aplastar desde el gobierno, el parlamento, etc., al proletariado y al pueblo (los oprimidos). Las elecciones como tal son un farsa y se ejecutan mediante el fraude, más aún en los EE.UU. son los monopolios engendrados por el capital financiero quienes deciden quien puede candidatear o no a los diferentes cargos en todos los niveles, ellos llevan libros pormenorizados sobre cada uno de estos representantes "elegidos" y medinate el exámen de sus libros de conducta pro sus intereses monopolicos particulares determinan solventar o negar el apoyo a tal o cual candidatura. Eso se sabe y se experimenta a dirio. Por eso Lenin afirmó, que los monopolios le han robado su libertad a los ciudadanos.
En el caso del imperialismo yanqui estos eventos reaccionarios, sobre todo desde los 80 del siglo pasado, muestran los signos de su mayor descomposición y de la crisis general que lo aqueja. Así cada uno de estos actos períodicos, cada cuatro o cada dos anos según se trate de elección presidencial o de renovación legislativa, se constituyen en verdaderos circos electorales reaccionarios por parte de los candidatos de los dos partidos o mafias reaccionarias que se disputan la designación haciendo un gran derroche de miles de millones de dólares en propaganda electoral y fanfarrias de todo tipo. Como ha dicho un historiador: "los grandes monopolistas les tiran millones de dólares como mierda a los candidato de ambos partidos a los diferentes cargos y por eso son ellos los que los controlan y determinan las leyes que se van a aprobar", estos monopolios son los que verdaderamente declaran quienes son elegibles y así determinan quienes deben gobernar.
Cada vez es más fecuente que ambos partidos se acusen mutuamente de fraude, develando así a todos el verdadero carácter fraudulento de los comisios electorales. Estos mismos, en los momentos como estos donde prima la pugna, abren las fauces podridas del sistema electoral, son los mismos beneficiarios y usufructuarios de este sistema electoral los que denuncian el fraude, que es en esencia el sistema mediante el cual son nominados. Así, que quien acusa al otro de fraude no se equivoca va a lo seguro, la razón de su queja o denuncia, es porque en esta oportunidad el fraude no le favorece a él sino al contrario. Así como el tahur que gana en la mesa de juego con cartas marcadas pero cuando su rival le gana con el mismo artilugio denuncia la trampa y patea la mesa. De esta manera, mediante este mecanismo se produce el recambio de autoridades en los Estados Unidos y en cualquier otra parte.
Esta vez lo arriba anotado no ha sido la excepción en la coyuntura eletoral de noviembre 2020 y ha ocupado las primera planas de los períodicos del mundo por el escándalo desatado, como el producido el último 6 de enero cuando se iba a dar la confirmación parlamentaria de los resultados electorales. A quien en esta vez el fraude no le favoreció, pegó el grito al cielo y mando al infierno su propio sistema de nominación. Como un gran fanfarrón ordenó en el aire a los gobernadores del partido Republicano y las asambleas, donde este partido tenía mayoría y en donde Trump había perdido por escaso margen, que invaliden los resultados electorales por fraudulentos; mientras los otros en que Trump había ganado eran legítimos, vaya argumento. En otras palabras llamó a viva voz y publicamente a dar un "golpe de estado", cambiando los portadores del voto determinados por el procedimiento electoral en cuestión, que favorecian a la mafia rival del PD (Joe Biden) por portadores del voto estadual nombrados por la asamblea legislativa del estado federado. Pretendia por estos medios ser declarado ganador de las elecciones e imponer su segundo mandato implantando un presidencialismo absoluto, esto es con Trump a la cabeza. Ese fue el objetivo del "llamamiento al golpe", que por carecer de instrumentos materiales y organización idónea no paso de ser un simple "llamado al golpe" y no se puede decir ni siquiera que hubiera tenido lugar actos preparatorios del mismo. Trump carecia de todo respaldo efectivo para ello, por eso parecía una simple fanfarroneria hasta los desordenes en Washigton y los disturbios en el Capitolio. Luego de sus fracaso para cambiar esto y del de sus abogados para anular por la via judicial los resultados (golpe judicial), intentó que se revise estos resultados y se invaliden en la reunión de las dos cámaras en Washigton en el Capitolio, asamblea que no tenia esta prerrogativa. Pero fue rechazado por su vicepresidente Pence, que a la vez era el presidente de la asamblea de las dos cámaras donde se daria la formalidad del reconocimiento de los resultados electorales. Fue rechazado porque Pence defendió los fueros parlamentarios contra el intento de Trump de ir a un segundo período presidencial por esta vía activando la corte suprema. Pero en ninguna instancia a donde apeló o trató de llevar su caso Trump pasó a más de tener relacionados, nadie respondió a sus "ordenes" salvo las banda de derechistas y desclasados y notables que lo apoyaban electoralmente con lo cual trató de establecer posiblemente un símbolo de su "poder" desatando los disturbios hasta en el mismo Capitolio, tal como aparece en las notas de los períodicos reaccionarios:
Bajo el título: Elecciones EE UULas revueltas instigadas por Trump siembran el caos en Washington, el diario reaccionario El País informó sobre los últimos acontecimientos en los Estado Unidos y bajo el subtítulo: "Simpatizantes
del republicano irrumpen en el Capitolio y obligan a suspender la
sesión que debe ratificar a Joe Biden como presidente, que se reanudó
por la noche", informó:
" El caos se apoderó de Washington este miércoles cuando el Congreso se disponía a confirmar al demócrata Joe Biden como próximo presidente, una formalidad que normalmente pasa sin pena ni gloria y que este 6 de enero de 2021 quedará escrita en los libros de historia. Miles de seguidores de Donald Trump, azuzados por sus acusaciones infundadas de fraude electoral, rodearon el Capitolio y traspasaron de forma violenta los cordones policiales, provocando altercados dentro del edificio. La sesión fue suspendida, la ciudad decretó toque de queda, la Guardia Nacional se desplegó y el mundo vio una imagen inaudita de Estados Unidos, el país que se enorgullece de ser la primera democracia del mundo".
El día de hoy, el mismo diario resumió la situación así:
" Washington - 08 ene 2021 - 08:56 MEZ
Donald Trump admitió por fin su derrota este jueves por la noche. La derrota en las urnas y, también, la que ha sufrido esta semana en su pulso contra las instituciones de Estados Unidos, contra la democracia. El presidente se dirigió a los ciudadanos en un vídeo de dos minutos y 41 segundos en los que capituló, condenó la violencia provocada por los ultras en el Congreso y se comprometió a facilitar la transición hacia el próximo presidente, el demócrata Joe Biden. Por primera vez, no mencionó ningún supuesto fraude. Ante un país conmocionado, donde se multiplicaban las voces que pedían destituirlo por incapacidad, el magnate neoyorquino asumió que había llegado al final de la escapada.
“El Congreso ha certificado los resultados electorales, una nueva Administración tomará posesión el 20 de enero y a partir de ahora me centraré en asegurar una transición de poder fácil, ordenada y sin interrupciones. Es el momento de la reconciliación y de sanar heridas”, dijo el mandatario desde un atril en la Casa Blanca, para acabar con un mensaje de despedida: “A los ciudadanos de Estados Unidos, serviros como presidente ha sido el honor de mi vida. A todos mis maravillosos seguidores, sé que estáis decepcionados, pero nuestro increíble viaje acaba de empezar”".
En el diario La Razo de Espana se informó:
"Bajo banderas con el nombre de Donald Trump, los atacantes del Capitolio inmovilizaron a un oficial de policía ensangrentado en una puerta, su rostro retorcido y sus gritos capturados en un video. Hirieron de muerte a otro oficial con un arma contundente y golpearon a un tercero por encima de una barandilla contra la multitud. “¡Cuelguen a Mike Pence!”, gritaban los insurrectos mientras empujaban hacia dentro, golpeando a la policía con tubos. También exigieron saber el paradero de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Iban a por todos y cada uno de los legisladores: “¿Dónde están?” Fuera, había una horca improvisada, completa con robustos escalones de madera y una soga. Habían escondido armas y bombas caseras en los alrededores. Solo unos días después se pone de manifiesto el alcance del peligro de uno de los episodios más oscuros de la democracia estadounidense. La naturaleza siniestra del asalto se ha hecho evidente, mostrando a la multitud como una fuerza decidida a ocupar los santuarios internos del Congreso y atropellar a los líderes, entre ellos el vicepresidente de Trump y el presidente de la Cámara Demócrata".
A propósito de todo lo anterior citamos lo establecido correctamente por los maoístas:
En los países
imperialistas vemos revisionistas como Avakian que llaman a votar a uno de los
candidatos reaccionario (Biden del PD) con el pretexto de la lucha contra el
“fascismo” (el archireaccionario Trump del PR) y siguiendo la misma lógica
otros felicitan a los votantes por haber rechazado con su participación
electoral a ese candidato reaccionario votando por el candidato reaccionario
rival, celebrando el triunfo del candidato como una victoria de las masas
contra el gobierno de Trump. Cuando,
hasta los propios candidatos han denunciado las elecciones yanquis como
un fraude; cada uno con diferentes razones , pero que han dado en el clavo; es
decir, el sistema electoral yanqui es tan fraudulento, la cosa es tan
escandalosa, que el cuestionamiento de las elecciones vienen desde el propio
sistema. Así, las elecciones en un país imperialista o en cualquier otro país
de capitalismo burocrático las elecciones no son un medio de expresar la
voluntad popular. Es solo un medio para recambio de autoridades reaccionarias.
Por eso, ante el rechazo espontáneo de las masas a las elecciones, partidos y
demás instituciones del Estado imperialista, mostrado en su desinterés y cada
vez menguada participación en el proceso electoral y las votaciones, las
elecciones que tanto celebran no solo los revisionistas declarados sino también
algunos derechistas, eran cruciales para el imperialismo yanqui, en lo interno
y en lo externo. A ese rechazo espontáneo de las masas contra las elecciones
reaccionarias es que sirve la táctica del boicot a las elecciones reaccionarias
que confluya con la guerra popular o su preparación, tal como justa y
correctamente lo han aplicado los maoístas en los Estado Unidos (REVISTA EL MAOÍSTA: ¡Enarbolar, defender y aplicar el maoísmo para resolver nuevos problemas en la nueva situación que está entrando la historia mundial!, 26 de diciembre 2020)