Índice:
1.
¿Qué es la prostitución?
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución en el
capitalismo
4.
Consecuencias perjudiciales para la salud
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
6.
El modelo de igualdad
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
8.
El modelo de igualdad se fortalece, mientras que la legalización de
los compradores debilita a las mujeres
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
11.
Violación de la ley burguesa: La legalización y la despenalización
son crímenes de lesa humanidad
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad
13.
Resistencia legal burguesa
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
1.
¿Qué es la prostitución?
Si
la falta de vivienda simboliza lo que está mal con la propiedad
privada, entonces la prostitución encarna lo que está mal con el
capitalismo. Exalta las necesidades de los hombres por encima de la
subordinación de las mujeres, especialmente de las mujeres de clase
obrera, que son las más pobres y marginadas. Dentro de un Estado
burgués, incluso en una democracia representativa, nunca será
posible erradicar ni abolir esta cruel opresión.
¿Qué
es la prostitución? La prostitución implica comprar a una persona
para tener relaciones sexuales. Quienes compran sexo son comúnmente
llamados "bacalaos", "pikes", "johns",
"prostitutos", "citas", "pasajeros" y
términos similares. La trata sexual o "comercio sexual" es
la explotación económica de terceros, como proxenetas, dueños de
burdeles, "gerentes", "novios", "agencias de
acompañantes", caseros cómplices y otros facilitadores.
Según
el derecho internacional, reconocido por más de 180 países (el
Protocolo de Palermo de 2002), la trata de personas se define
mínimamente como alguien que se aprovecha de tu "vulnerabilidad"
y te deja sin "alternativa real y aceptable" más que
someterte a la trata. Como señaló el Relator Especial de la ONU
sobre la Trata de Personas en 2006, el Protocolo de Palermo
simplemente describe "la prostitución tal como se practica
realmente en el mundo". Por lo tanto, una situación de
vulnerabilidad puede surgir de factores sociales y económicos o de
otros medios de coerción, como la violencia, el fraude o los
problemas psicológicos, factores reconocidos por prácticamente
todos los Estados Partes.
Siguiendo las ensenanzas
impartidas por el presidente Mao, los marxistas-leninistas-maoístas
basan su comprensión de la prostitución y la trata de personas en
investigaciones objetivas sobre cómo se manifiestan estos fenómenos
en la realidad. Por lo tanto, realizamos investigaciones exhaustivas,
especialmente entre el proletariado y las personas supervivientes,
utilizando fuentes secundarias creíbles, fiables e informativas,
incluso si provienen de académicos burgueses. A partir de estudios
concretos, podemos extraer conclusiones concretas.
* * *
Aplicando
el marxismo al estudio del problema se revela que la prostitución
no equivale a trabajo productivo, como "trabajo sexual",
como lo describen algunos revisionistas y posmodernistas que buscan
excusar, sanear y normalizar la prostitución. Por ejemplo, los
trabajadores de restaurantes de comida rápida de McDonald's, los
trabajadores indocumentados de empresas de servicios temporales y el
personal de hoteles no sufren de trastorno de estrés postraumático
(TEPT) como resultado de la violencia o la agresión sexual en su
lugar de trabajo en la misma medida que las víctimas de guerra que
buscan tratamiento, las víctimas de tortura estatal, las mujeres en
refugios para mujeres o las víctimas de violación. Tampoco padecen
enfermedades de transmisión sexual como las prostitutas, que deben
atender a muchos compradores de sexo que se niegan a tener sexo
seguro y que pagan mucho más por sexo sin protección. Esto crea
incentivos peligrosos para sus proxenetas, burdeles e incluso para
ellas mismas, dada su precaria situación económica. Ninguna otra
descripción laboral aceptable incluye tales atrocidades.
Un
ejemplo de esto último fue la prostitución legal en el barrio rojo
de Londres en la década de 1990, donde los gastos diarios de
alquiler, publicidad, recepción, electricidad, toallas,
preservativos, etc., no se cubrían hasta que la persona prostituida
atendía a 10 clientes al día. Estas condiciones implicaban que
muchas mujeres atendían a entre 20 y 30 clientes al día, algunas
hasta 50, lo cual no es una situación única ni inusual en la
prostitución legal. Como revelaron muchas mujeres del estudio sobre
estos burdeles de apartamentos, supuestamente a pequeña escala,
muchas tenían que aceptar sexo sin protección (que estaba mejor
pagado) para reducir el número de clientes diarios y que no se
volviera completamente insoportable.
Por
lo tanto, como marxistas-leninistas-maoístas, entendemos que las
condiciones de la prostitución aparentemente legal en países como
Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Tailandia, India y los
Estados estadounidenses como Nevada nunca pueden describirse como
"trabajo sexual", como trabajo ordinario, ni siquiera en
las actuales condiciones capitalistas de sobre explotación. Las
excepciones a la regla son todas ostensiblemente ilegales: la
esclavitud, como la de los niños que malgastan su infancia y
juventud en las minas congoleñas o la de las empleadas domésticas
extranjeras en Qatar, cuyos pasaportes son retenidos ilegalmente y
luego violadas por sus empleadores, nunca se describe como "trabajo
legítimo". Tampoco se describe como trabajadores comunes a los
soldados que han sido maltratados y sobrevivieron a las guerras
imperialistas más brutales; más bien, incluso los académicos
pequeñoburgueses reconocerían a estos reclutas como carne de cañón,
víctimas de las guerras imperialistas.
Nadie,
ni siquiera los académicos o intelectuales burgueses, justifica la
esclavitud infantil en el Congo, la esclavitud doméstica en Qatar o
la guerra de Vietnam alegando que los afectados eran supuestamente
trabajadores libres. Nadie defiende su abuso y miseria bajo el lema
"mi cuerpo, mi elección". Nadie dice que no debamos
"juzgarlos" por su "elección", sino simplemente
legalizarlos y/o despenalizarlos y permitirles continuar. Nadie
discute que el daño más grave no proviene de sus "clientes"
y explotadores, sino de los abolicionistas que supuestamente los
estigmatizan al describir con precisión su vulnerabilidad y
explotación. Si "en el amor y en la guerra todo vale", con
mayor razón en la prostitución.
Como
Lenin nos enseña en El Estado y la Revolución, el Estado burgués
no puede reformar los síntomas del capitalismo. Incluso aquellos
reformistas burgueses que entienden la existencia de la prostitución
no ceden a las demandas de legalizar los burdeles o despenalizar a
los compradores de sexo, aunque todavía creen ingenuamente que sus
actuales aparatos estatales pueden combatir eficazmente estas formas
perversas de opresión. Entre ellos también se encuentran políticos,
funcionarios y académicos de países que han adoptado el modelo de
igualdad, a veces llamado modelo nórdico o sueco, en el que la
persona prostituida no es criminalizada, sino que se le ayuda a
abandonar la prostitución y se le reconoce como víctima de las
circunstancias y de los perpetradores, mientras que los compradores y
terceros son criminalizados para evitar que sigan explotando a las
personas prostituidas.
Como
se demostrará más adelante, este “modelo de igualdad” es un
paso en la dirección correcta para combatir el abuso y la
explotación en la prostitución. Sin embargo, es imposible
implementar plenamente dicha política en un Estado burgués
(contradicción entre la existencia formal del derecho y su real
concretización en la sociedad burguesa, nora de traducción)
Los
representantes en la democracia burguesa
buscan controlar
la decadencia del capitalismo, y los intereses de la clase dominante
controlan todo lo que ocurre en ella. Estas condiciones profundamente
opresivas corrompen o alienan (generalmente a los primeros) a los
funcionarios públicos, volviéndolos ignorantes, reacios o realmente
incapaces de implementar el modelo igualitario. Los políticos
oportunistas y arribistas y sus charlatanes —jueces, abogados,
agentes del orden, trabajadores sociales y, entre otros, las
organizaciones no gubernamentales— que, aparentemente
inconscientemente, presentan el capitalismo como un purificador de
sus abusos más extremos, están todos involucrados. Estos
burócratas, filántropos o voluntarios privilegiados, intencional o
involuntariamente, obstruyen la correcta implementación del modelo
igualitario y, por lo tanto, impiden que se desarrolle plenamente que
solo puede concretarse bajo un sistema
socialista revolucionario.
Solo
una dictadura proletaria, dirigida
por el partido
proletario
disciplinado, puede abolir verdaderamente la prostitución. O, mejor
dicho, solo una elaboración marxista-leninista-maoísta de ese
modelo logrará el objetivo de abolir la prostitución.
* * *
Las
realidades básicas de la prostitución en un Estado
burgués de régimen liberal
difieren de las condiciones puramente esclavistas de la servidumbre
sexual que existen fuera de un sistema tradicional de intercambio
monetario capitalista basado en el mercado. En el Estado
burgués, la prostitución —ya sea ilegal, legal o semilegal según
el modelo igualitario— prácticamente siempre se genera por una
confluencia de fuerzas sociales y políticas, aunque no se limita a
los siguientes factores:
(1)
Violencia y abuso psicológico, graves consecuencias para la salud,
humillación cruel y agresión sexual. Los tres son perpetrados por
clientes y, en menor medida, por terceros y, en cierta medida, por
las fuerzas del orden, otros funcionarios gubernamentales e incluso
el público en general, incluyendo médicos, terapeutas, profesores y
personas al azar.
(2)
Pobreza extrema y falta de oportunidades alternativas.
(3)
Cruel abuso sexual, físico y psicológico durante la infancia que
destruye la capacidad de las personas prostituidas para vivir sus
propias vidas; una situación coercitiva que contribuye a habituarlas
y desensibilizarlas a la prostitución.
(4)
Opresión de género, reforzada por múltiples formas capitalistas de
subordinación (denominadas factores interseccionales por la academia
burguesa), como: a. Racismo y/o colonialismo b. Persecución por
motivos de etnia, nacionalidad, origen indígena, colonialismo,
sexualidad y similares. c. Discapacidad y/o problemas de salud
mental. d. Vivir en una nación oprimida con una grave falta de apoyo
para abandonar la prostitución.
(5)
Opresión institucional, como la indiferencia burocrática, la
brutalidad policial, la impotencia judicial, la marginación y/o
persecución política, y la estigmatización social.
(6)
Barreras sistemáticas para abandonar la prostitución, como
obstáculos burocráticos (por ejemplo, que impiden a las prostitutas
obtener otro empleo remunerado), sanciones penales, falta de
respuesta, desconfianza u hostilidad manifiesta por parte de
trabajadores sociales, profesionales de la salud, docentes,
empleadores, el poder judicial u otros actores del sector público o
privado.
* * *
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
En
cuanto a la violencia y el abuso psicológico cometidos
principalmente por compradores de sexo, por ejemplo, se llevó a cabo
un estudio en Sudáfrica con una muestra aleatoria de 1.645 hombres
adultos, con el objetivo de obtener “conocimientos sobre los
hombres sudafricanos que se ven a sí mismos como proveedores de
mujeres y, por lo tanto, se sienten con derecho a tener relaciones
sexuales, y la práctica relacionada de tener relaciones sexuales con
mujeres que venden sexo”. De aquellos que habían declarado estar
en lo que los autores denominaron anacrónicamente una "relación
de subsistencia" (lo que significa tener una relación
transaccional o sexo basado en su apoyo material), el 54% admitió
haber violado a una mujer. Por el contrario, un número
significativamente menor (el 13% de los hombres que no habían
comprado sexo ni tenían una relación transaccional (510 hombres, el
31% de toda la muestra)) informaron haber violado a una mujer.
Además, el 8% (1 de 13) del 83% que constituía la mayoría de los
compradores de sexo informaron haber violado a un hombre, mientras
que un número significativamente menor (el 1% de aquellos que no
compraron sexo ni tuvieron una relación transaccional) informaron
haber violado a un hombre.
Además,
el 57% del 83% que compró sexo admitió haber sufrido violencia
física contra una pareja íntima, al igual que el 40% del 17% que no
tenía relaciones transaccionales, mientras que un número
significativamente menor (14% del 31% que no compró sexo ni tuvo
relaciones transaccionales) admitió haber cometido violencia contra
una pareja íntima. En términos de acoso –quizás no sea tan
sorprendente dadas sus tendencias violentas hacia las prostitutas–
el 83% de los compradores de sexo mostraron un "riesgo
significativamente mayor" de haber acosado a otros en la escuela
en comparación con los hombres que no compraron sexo.
El
acoso se midió mediante preguntas de encuesta como "Cuando una
niña pensaba que era inteligente en la escuela, la pusimos en
aprietos explotándola sexualmente". Ambas categorías de
compradores de sexo también admitieron haber participado en
comportamientos significativamente más criminales o agresivos que
los hombres no transaccionales que no compraron sexo. Por lo tanto,
los hombres no transaccionales que no compraron sexo tenían cinco
veces menos probabilidades que la mayoría de los compradores de sexo
de haber poseído un arma (pistola u otro), un arma ilegal, haber
estado en una pandilla, haber consumido drogas y haber estado
involucrados en robos o robos en múltiples ocasiones. De manera
similar, la mayoría de los compradores de sexo tenían "entre
2,5 y 4 veces más probabilidades de haber sido violentos o
criminales" que los hombres que no compraban sexo pero tenían
relaciones sexuales transaccionales.
En
particular, el 24% de todos los compradores de sexo habían sido
miembros de pandillas, en comparación con el 6% de los hombres que
no habían comprado sexo ni habían tenido relaciones sexuales
transaccionales, y el 8% de los hombres que tenían relaciones
sexuales transaccionales. En términos de personalidades
psicológicas, es revelador que el 83% de los compradores de sexo
también obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en las
escalas de igualdad y empatía, y significativamente más altas en
hostilidad hacia las mujeres, mitos sobre la violación y rasgos
psicopáticos (“culpa” y “egocentrismo maquiavélico”) en
comparación con los hombres que no compraron sexo.
La
mayoría de los compradores de sexo (83%) también tenían
significativamente más probabilidades de obtener una puntuación en
los "dos tercios superiores de la escala" en medidas de
psicopatía. Según el estándar estadounidense, las puntuaciones en
el tercio superior de la escala "probablemente" indican
"psicopatía clínicamente diagnosticada". Jewkes y sus
colegas señalan que las "proporciones" en esta categoría
eran "muy altas". Concluyen además que es "fácil
entender por qué las mujeres que se prostituyen, ya sea en Sudáfrica
o a nivel internacional, son tan a menudo objeto de violencia por
parte de sus clientes masculinos".
Necesitamos
algunos ejemplos como el anterior, que ilustren la enorme cantidad de
violencia de género que se perpetra diariamente contra las personas
que se prostituyen. Esta violencia es inherente y esencial a la
prostitución. Para convencer, dentro de la academia burguesa
generalmente se necesitan tres ejemplos consistentes que converjan, y
hay varios otros estudios internacionales que comparan a los
compradores de sexo con los no compradores y/o comparan a los
compradores de sexo de alta frecuencia con los compradores de sexo de
baja frecuencia en medidas similares. También llegan prácticamente
a los mismos resultados que el estudio realizado en Sudáfrica.
Un
estudio de Boston que comparó a 101 compradores con 101 hombres del
mismo origen étnico, nivel educativo y edad que no compraban sexo
encontró que los compradores "informaron una mayor probabilidad
de cometer violación y tenían un historial más largo de abuso
sexual". Los compradores informaron un promedio de 1,59 "tipos
de comportamiento sexualmente agresivo" (de = 1,83, rango = 0 a
10), mientras que los no compradores informaron un promedio de 0,53
tipos (de = 0,79, rango = 0 a 4).
También
se encontró que los compradores tenían significativamente más
probabilidades de informar que habían sido arrestados por delitos
que incluían delitos graves, delitos menores, delitos relacionados
con la violencia contra las mujeres, asalto, delitos con armas,
delitos contra las autoridades, robo y delitos relacionados con el
abuso de sustancias. Incluso dentro del grupo de compradores,
aquellos que habían comprado sexo más de treinta veces tenían
significativamente más probabilidades que aquellos que habían
comprado sexo menos veces de haber sido sujetos a una orden de
restricción (45,2% frente a 14,8%) y acusados oficialmente de
un delito de violencia contra la mujer (25,8% frente a 9,8%).
Algunos estudios compararon el
alcance de la violencia perpetrada por diferentes actores
–principalmente compradores, proxenetas y la policía– contra las
mujeres prostituidas. Entre 200 personas prostituidas en San
Francisco, por ejemplo, el 70% informó que los compradores las
habían violado o sometido a abusos similares "más allá del
contrato de prostitución" un promedio de 31,3 veces. Una
proporción menor, el 49%, fue sometida a "una distribución
injusta del dinero por parte de los proxenetas, una media de 35,5
veces". Un porcentaje aún menor, el 41%, estuvo expuesto un
promedio de 2,6 veces, por ejemplo, a ser obligado a tener relaciones
sexuales sin compensación por parte de la policía, a sufrir abusos
por parte de la policía o por parte de otras prostitutas. La
diferencia entre una media de 31,3 veces y una media de 2,6 veces es
enorme.
De
manera similar, el 21% de 200 mujeres prostituidas en Chicago
informaron haber sido violadas más de diez veces, un hallazgo que se
aplica tanto a la prostitución de acompañantes, como a la
prostitución callejera y a la prostitución a domicilio
(residencial). Nuevamente, se encontró que los compradores eran
responsables de la mayoría de las violaciones, mientras que la
policía era responsable de la menor cantidad: (1) los compradores,
(2) las parejas íntimas, (3) los proxenetas y (4) la policía. Estos
hechos hablan en contra de un énfasis excesivo en el daño causado
por la aplicación de la ley corrupta a expensas de centrarse en el
comprador, aunque el abuso del poder oficial también es grave en el
contexto de la prostitución, especialmente cuando las propias
personas prostituidas son criminalizadas, una consecuencia que no
existiría bajo el modelo de igualdad y la política más amplia.
Otro
estudio realizado en Portland, Oregón, encontró que 55
supervivientes sufrieron graves abusos un promedio de 45 veces al año
por parte de los compradores, fueron violados un promedio de 33 veces
al año por los compradores y torturados un promedio de 5 veces al
año por parte de los compradores, incluso “cortándoles o
raspándoles la piel”. El nivel de violencia implicado aquí se ve
respaldado por el hecho de que los compradores frecuentes de sexo,
que representan tres cuartas partes de las "transacciones de
mercado" en Estados Unidos, por ejemplo, son también los más
violentos. Este es el tipo de población que se desata contra las
mujeres prostituidas en jurisdicciones que legalizan o despenalizan
la compra de sexo. Las prostitutas deben proporcionar diariamente
servicios sexuales a esos usuarios, incluidos actos que otros se
niegan a realizar siempre que sea posible, y corren el riesgo de
sufrir abusos aún más graves con la esperanza de sobrevivir.
No
es de extrañar que la esperanza de vida de las mujeres prostituidas
se acorte dramáticamente, tanto en los países oprimidos como en los
imperialistas, con una tasa de mortalidad muchas veces mayor que el
promedio, y que a menudo sean el blanco de asesinos en serie debido a
su posición vulnerable y la falta de redes de apoyo de familiares,
amigos y personas de clase media con influencia en el sistema legal
que puedan influir en ellas para que investiguen sus asesinatos y
desapariciones. Esta marginación y opresión de los grupos más
vulnerables dentro del proletariado es evidente en cómo las mujeres
indígenas en países como Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva
Zelanda desaparecen o son brutalmente asesinadas regularmente en
relación con la prostitución.
La
mayoría de los compradores afirman que están comprando servicios
sexuales específicos que las mujeres que no son prostitutas, si
tuvieran la opción, no querrían realizar. Cuando se les preguntó,
el 79% de 110 compradores en Escocia y el 48% de 113 compradores en
Chicago admitieron haber comprado servicios sexuales que se sentían
incómodos pidiéndoles a sus parejas habituales, relaciones casuales
y encuentros sexuales, o actos sexuales que estas otras personas se
niegan a realizar, como sexo oral, sexo anal, sadismo y masoquismo.
Tales respuestas sugieren que las mujeres (y otras personas) que no
tienen otra opción porque se ven obligadas, al menos económica o
socialmente, pero a menudo físicamente, muchas de ellas mediante
drogas y amenazas, a realizar actos sexuales en la prostitución que
las mujeres que no están sujetas a una coerción similar evitan
realizar siempre que pueden.
La
evidencia de la prostitución legal muestra además que la
despenalización fomenta la agresión de estos hombres contra las
personas prostituidas en lugar de hacerlas más dóciles, como
suponen - sin ninguna evidencia - los defensores de la prostitución
legal. Quizás el peor ejemplo de cómo los compradores de sexo y
terceros explotan y abusan regular y sistemáticamente de las mujeres
que trabajan como prostitutas son los casos en los que las víctimas
han sido encontradas atadas a camas, quemadas, azotadas, cortadas,
golpeadas, infectadas con enfermedades y sometidas a otras formas de
tortura. Son violadas a diario, porque la inmensa mayoría de ellas
no desean personalmente tener relaciones sexuales, por lo que
normalmente se les paga a otras personas en el papel de proxenetas o
traficantes, que se encuentran en nueve o diez casos de prostitución,
incluso en la prostitución legal.
Esto
sucede a diario, cuando los compradores las explotan sexualmente sin
pagar y cuando los agentes de policía exigen de manera corrupta sexo
a cambio de una contraprestación legal.
*
* *
Los
defensores de la prostitución legalizada o despenalizada rara vez, o
nunca, reconocen que el abuso violento al que los compradores someten
a las prostitutas a diario está íntimamente relacionado con los
altos niveles de trastorno de estrés postraumático de estas
últimas. Rara vez preguntan quién está causando estos niveles de
trauma en esa población. Sí, algunos mencionan que los compradores
son violentos, pero asumen ingenuamente que estos hombres pueden ser
controlados, a pesar de que a menudo son los "consumidores"
que pagan más y, por lo tanto, son muy valiosos para los proxenetas,
los burdeles, los salones y las agencias de acompañantes.
Excluir
a los clientes violentos de los burdeles exclusivos en países como
Alemania reduciría significativamente sus ganancias. El trastorno de
estrés postraumático es una medida psicológica del daño que puede
ocurrir como resultado de la violencia extrema, incluida la violencia
sexual como la violación repetida. En otras palabras, el trastorno
de estrés postraumático en una población civil, como las personas
que se dedican a la prostitución, puede ser un indicador sensible de
que han estado expuestas a una violencia de género devastadora.
Hasta
el 68% de 854 personas prostituidas en un estudio que abarcó nueve
países, incluida Sudáfrica, cumplieron con los criterios clínicos
de PTSD, en promedio en niveles comparables a los de los militares
estadounidenses de la guerra de Vietnam que buscaban tratamiento, las
mujeres maltratadas que buscaban refugio, los refugiados de la
tortura estatal y los sobrevivientes de violaciones. Incluso cuando
se controlan estadísticamente otros posibles predictores de PTSD,
como el abuso infantil (incluido el grave), la violación, la
agresión o el lugar de prostitución (interior o exterior), la
prostitución en sí sigue prediciendo el PTSD o reacciones similares
de daño psicológico por abuso grave. Por lo tanto, la prostitución
como práctica tiene un impacto enormemente dañino en las personas
compradas con fines sexuales, y los principales culpables son los
compradores.
Una
de las graves consecuencias del trastorno de estrés postraumático
es la disociación, que es una estrategia de supervivencia para
afrontar la violencia o el trauma de la violencia. Una revisión
sistemática de estudios sobre disociación en mujeres prostituidas
encontró que muchas muestran "puntajes de disociación altos",
lo que indica un trastorno disociativo "grave". Otra
revisión de cuatro estudios sobre disociación entre prostitutas
encontró que los trastornos disociativos "son comunes entre las
prostitutas" y concluyó que la disociación "permite la
supervivencia psicológica, ya sea que el trauma repetido sea
esclavitud, combate militar, incesto o prostitución".
Poco
después de que se legalizara la prostitución en 2002, el gobierno
federal alemán publicó un estudio sobre la violencia contra las
mujeres en 2007 que incluía una submuestra de 110 mujeres
prostituidas, de las cuales el 92% informó haber experimentado acoso
sexual, el 87% violencia física, el 59% violencia sexual, el 52%
abuso físico infantil por parte de los padres, el 43% abuso sexual
infantil y el 41% violencia doméstica. relación con la
prostitución. Aproximadamente la mitad mostraba síntomas de
depresión, una cuarta parte tenía "pensamientos suicidas a
menudo o en ocasiones", un tercio tenía ansiedad y ataques de
pánico y uno de cada siete había intentado hacerse daño en los
últimos 12 meses.
En
otro estudio con 120 personas prostituidas utilizadas para la
producción de pornografía en Suecia, el 69% afirmó haber intentado
suicidarse previamente y el 70% afirmó que se había autolesionado
intencionalmente. Tenga en cuenta que es muy común que las personas
que se prostituyen sean utilizadas para la pornografía; Es probable
que al menos la mitad, en algún momento, se utilice para producir
pornografía (incluso después de participar en la encuesta, lo que
lleva a subestimaciones en las encuestas). Por ejemplo, el 49% de las
854 personas prostituidas en nueve países informaron haber sido
utilizadas en la prostitución para producir pornografía. Un
correspondiente 23% de 271 actrices porno en Los Ángeles informaron
haber participado en prostitución fuera de cámara en los últimos
tres meses. Un estudio británico encontró de manera similar que 21
de 50 actrices porno informaron estar involucradas en otro tipo de
prostitución: 17 en prostitución de acompañantes, 2 en
prostitución de acompañantes/cámara web y 2 en "fiestas
sexuales/clubes de swingers".
El
derecho civil de un número significativo de países ya reconoce que
el gobierno tiene la obligación de combatir la violencia de género,
incluida la prevención de omisiones oficiales que pueden
desencadenar sus formas más brutales. Por lo tanto, sería criminal
incluso dentro de estos países permitir la despenalización de los
compradores de sexo, lo que les permitiría actuar con impunidad. Sin
embargo, las ilusiones de los defensores de la prostitución legal
muestran que no son conscientes de tales leyes, sino que continúan
con su relativización nietzscheana de la prostitución y nos acusan
de "juzgar" o "moralizar".
Permitir
la despenalización de la compra de sexo, incluso bajo las
constituciones burguesas, es un acto oficial que fomenta, permite y
contribuye a un aumento masivo de la violencia contra parte del
propio pueblo, principalmente mujeres y niñas, que son obligadas a
prostituirse por los mecanismos despiadados y crueles del
capitalismo.
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución bajo el
capitalismo
Uno
de los denominadores comunes más comunes entre las prostitutas es la
pobreza extrema tanto en los países imperialistas como en los
oprimidos. Muchas de las personas que se prostituyen cuando son
adultas también huyen de guerras o desastres climáticos, no tienen
hogar, a menudo son engañadas u obligadas a prostituirse y, por lo
general, pronto se vuelven adictas a las drogas, situaciones que se
ven afectadas o exacerbadas por la pobreza extrema.
Los
defensores de la prostitución legal no cuestionan la conexión entre
pobreza y prostitución. Pero contrariamente a la creencia común (y
errónea) de que las prostitutas ganan más que otros trabajos
asalariados legales o ilegales, la violencia, el abuso y las graves
consecuencias para la salud que enfrentan harían que tales ganancias
carezcan de significado incluso si fueran ciertas. En realidad, fuera
de las ilusiones posmodernas, prácticamente nadie escapa de la
pobreza a través de la prostitución; tienden a dejar la
prostitución a personas mayores, indigentes y endeudadas.
Según
un estudio realizado en Francia, la prostitución probablemente
cuesta a cada Estado una cantidad obscena de recursos que podrían
haberse utilizado para financiar la asistencia social. El clima
coercitivo de la prostitución se ve aún más subrayado por el
fuerte e indiscutible vínculo entre el abuso físico y sexual
infantil y la entrada en la prostitución, con muchos estudios tanto
en países imperialistas como oprimidos que indican una prevalencia
de entre el 60 y el 90 por ciento. Es revelador comparar esta cifra
con la prevalencia del abuso sexual infantil entre todas las mujeres
en los países imperialistas más grandes, que, según la lógica
retorcida de la ideología burguesa, se supone que tienen los
sistemas legales y educativos más desarrollados.
En
Estados Unidos, según diversos estudios, entre un tercio y la mitad
de todas las mujeres han estado expuestas a abusos sexuales cuando
eran niñas. Con una población de alrededor de 330 millones, de los
cuales aproximadamente la mitad son mujeres, estas estadísticas
significan que estamos hablando de entre 55 y 80 millones de mujeres
que estuvieron expuestas a abuso sexual cuando eran niñas sólo en
los Estados Unidos.
Dicho
esto, el abuso sexual que sufren las mujeres prostituidas cuando eran
niñas es, en promedio, más grave que el que sufren las mujeres en
general. Aparte de la pobreza, es uno de los factores más fuertes
que facilitan la entrada en la prostitución; la mayoría de las
personas prostituidas tienden a informar que el abuso sexual cuando
eran niños contribuyó a su entrada en la prostitución. De hecho,
un estudio de Corea del Sur encontró estadísticamente que las
mujeres que sufrieron abusos sexuales cuando eran niñas por parte de
su pareja informaron haber entrado en la prostitución mucho antes
que otras mujeres prostituidas.
El
abuso sexual infantil es sin duda una circunstancia profundamente
compulsiva que la despenalización de los compradores de sexo en la
práctica pasaría por alto. Obligaría a personas que anteriormente
fueron víctimas de abuso físico y sexual en la infancia a entrar y
permanecer en la prostitución. La pobreza y la dependencia de la
infancia contrarrestan las posibilidades reales que podrían hacer
que el consentimiento sea genuino o el entorno no coercitivo. Muchas
prostitutas eran jóvenes fugitivas, a menudo debido a abusos
sexuales domésticos. La estructura de reclutamiento de la
prostitución, donde muchos ingresan a la prostitución mucho antes
de llegar a la edad adulta, socava el consentimiento genuino, ya que
no es un acto voluntario ni una profesión digna, sino que se asemeja
a la esclavitud.
Por
lo tanto, es imposible distinguir entre quienes han sido víctimas de
la prostitución infantil y la prostitución de adultos, ya que
aproximadamente la mayoría de las prostitutas, o más, ya fueron
arrastradas a la prostitución cuando eran niñas. Por ejemplo, el
47% de 854 personas prostituidas, en nueve países con leyes
diferentes, involucradas en diversas formas de prostitución (en casa
y en la calle), declararon haber comenzado la prostitución antes de
los 18 años. De manera similar, un estudio de una muestra diversa de
222 mujeres prostituidas en Chicago, Estados Unidos, el corazón del
imperialismo, mostró que el 61% había comenzado la prostitución
antes de los 18 años. En San Francisco, 200 mujeres y menores
prostituidas fueron entrevistados informalmente, es decir, sin la
ayuda de las autoridades oficiales, mediante el método del "boca
a boca", folletos y anuncios para aumentar la "credibilidad"
y evitar una selección sesgada de participantes "detenibles"
u "orientados al servicio". En este caso, nada menos que el
78% afirmó haber sido explotada en la prostitución antes de los 18
años y el 62% antes de los 16 años, mientras que una parte ya había
sido explotada antes de los 9, 10, 11 y 12 años.
La
edad media de inicio en la prostitución era de 16,1 años. Está
claro que la entrada de niñas a la prostitución no está menos
extendida en las naciones oprimidas. Sin embargo, es sintomático del
capitalismo que incluso los más vulnerables entre el proletariado
supuestamente privilegiado en el núcleo imperial sean sometidos a
abusos brutales y explotación sexual por parte de los hombres más
agresivos y violentos de la población. El capitalismo no perdona a
nadie. Dicho esto, son los grupos étnicos vulnerables que son
sistemáticamente oprimidos en los países capitalistas donde
prevalecen el racismo y el chauvinismo los que están
sobrerrepresentados en la prostitución, especialmente las mujeres y
niñas dentro de estos grupos. Por lo tanto, las mujeres y niñas
negras están sobrerrepresentadas en la prostitución en Estados
Unidos; Las mujeres y niñas indígenas están excepcionalmente
sobrerrepresentadas en Canadá; y en Europa, la población romaní
está "muy sobrerrepresentada" entre las víctimas del
tráfico sexual, junto con los refugiados de África.
La
Comisión Europea reconoció en 2016 que los traficantes con fines
sexuales y de otro tipo "explotan la vulnerabilidad de las
personas, que puede verse exacerbada por factores como la pobreza, la
discriminación, la desigualdad de género, la violencia contra las
mujeres, la falta de acceso a la educación, los conflictos étnicos
y los desastres naturales". En pocas palabras, el comercio
sexual es a la vez racista y sexista, porque explota abrumadoramente
a los proletarios pobres, a quienes se mantiene pobres debido a su
género, etnia y nacionalidad, factores que la burguesía explota
conscientemente. Sin embargo, durante treinta años ni la Comisión,
el Consejo de Ministros ni el Parlamento Europeo han propuesto
ninguna política eficaz para combatir el tráfico sexual. Sólo una
dictadura del proletariado podría hacer eso.
La
sobrerrepresentación de las minorías étnicas en la prostitución
se observa en muchas partes del mundo. Por ejemplo, tanto una nación
imperialista como Canadá como una nación oprimida como Sudáfrica
tienen una división significativa entre las poblaciones indígenas y
de colonos. En Canadá, sin embargo, la sobrerrepresentación de
mujeres indígenas en la prostitución ha sido contextualizada por la
violenta devastación de su población indígena. La Comisión Real
sobre Pueblos Indígenas (1996) concluyó que el trato dado a los
pueblos indígenas, debido a la exposición a enfermedades durante la
colonización, la apropiación de tierras por parte de los colonos y
la devastación cultural, "a menudo se describe como genocidio u
holocausto" donde "normas, valores, sistemas sociales y
prácticas espirituales de larga data... han sido socavados o
prohibidos"
Un
estudio de 2005 de 100 mujeres prostituidas en Vancouver y realizado
9 años antes de que Canadá aprobara una Ley de Igualdad en 2014,
encontró que el 52% eran de ascendencia indígena, a pesar de que
este grupo representaba solo entre el 1,7% y el 7% de la población
de Vancouver. Como se mencionó anteriormente, la prostitución
generalmente se impone a personas que se han visto obligadas a
renunciar a la integridad corporal y la confianza a una edad
temprana.
Un
sorprendente 82% de las mujeres prostituidas en Vancouver declararon
que habían sido abusadas sexualmente cuando eran niñas por un
promedio de al menos cuatro perpetradores (varios no pudieron
contarlos); y el 72% informó haber sido golpeado o abusado por sus
cuidadores, lo que le provocó hematomas o lesiones. Además,
denunciaron formas de tortura que podían resultar mortales en
cualquier momento: proxenetas y compradores utilizaban "regularmente"
violencia extrema contra ellos si se negaban a realizar determinados
actos sexuales. El 90% de los 100 encuestados reportaron violencia
física asociada con la prostitución. Un enorme 78% reportó haber
sido violada, de las cuales el 67% había sido violada más de cinco
veces y el 75% de las 100 reportaron lesiones físicas como resultado
de la violencia en la prostitución, muchas de las cuales habían
sido apuñaladas y golpeadas, con conmociones cerebrales, huesos
rotos y laceraciones. La mitad de los 100 habían sido sometidos a
abusos violentos con, por ejemplo, bates de béisbol y palancas, o
alguien golpeando sus cabezas contra, por ejemplo, las paredes o el
tablero del automóvil.
Ésta
es la vida que la democracia representativa burguesa ofrece a
aquellos dentro del proletariado que han sido arrojados al abismo por
las fuerzas inevitables de la descomposición imperialista. Para
ellos, los derechos humanos universales son una ilusión, justicia
para unos pocos privilegiados, y las exigencias del Estado de
bienestar son sólo eso: fachadas infundadas. Los vínculos entre el
colonialismo y la prostitución moderna también son evidentes en
Sudáfrica, como en la mayoría de los países semicoloniales. La
lista de atrocidades cometidas por los colonos europeos contra los
xhosa, zulú, khoisan y el resto de la población negra en Sudáfrica
también es prácticamente interminable e incluso más actual que la
de Canadá. Por ejemplo, todavía en la década de 1980, el gobierno
del apartheid todavía permitía el desplazamiento forzado de
africanos, que se estima que entre 1960 y 1983 afectó a 3.548.900
personas. En el libro Una historia de Sudáfrica del fallecido
profesor Leonard Thompson, dice:
"En
muchos casos, áreas previamente habitadas por negros fueron
reservadas para asentamientos exclusivos de blancos. El gobierno
afirmó que estas expulsiones fueron voluntarias. De hecho, las
víctimas fueron amenazadas y cuando resistieron, se utilizó la
violencia".
El
Surplus People Project (Ciudad del Cabo, 1980-1983) entrevistó a
estos supervivientes; por ejemplo, a esta mujer africana, que fue
trasladada a una supuesta patria:
"Cuando vinieron a
nosotros, tenían armas y policías con ellos... No dijeron nada,
simplemente arrojaron nuestras pertenencias en [camiones del
gobierno]... No conocíamos este lugar, y todavía no lo sabemos... Y
cuando llegamos aquí, arrojaron nuestras cosas, simplemente
arrojaron nuestras cosas, así que todavía estamos aquí. ¿Qué
podemos hacer ahora? No podemos hacer nada. No podemos hacer nada.
¿Qué podemos hacer?"
No
sorprende que una mujer africana de unos cuarenta años, que
sobrevivió a la prostitución y fue entrevistada en 2024, sugiriera
que esos movimientos forzados la llevaron a la prostitución. Aquí
la entrevistadora cuenta su historia:
“Cuando
[ella] tenía ocho años, el gobierno desalojó a su familia de su
casa y ella se quedó sin hogar. Ella describió que el gobierno del
apartheid llegó a su comunidad y anunció que iba a cambiar y que
las familias que vivían allí tenían que mudarse, pero a las
familias no se les dieron instrucciones sobre dónde ir en busca de
ayuda y nuevos hogares. En cambio, fueron "apilados" en
refugios deficientes similares a hospitales psiquiátricos,
maltratados y estigmatizados en sus comunidades; por eso [ella] se
volvió hacia la calle. Vivir en la calle cuando tenía ocho años
era un destino que no podía controlar. A la edad de ocho años, fue
violada en grupo por cuatro hombres, expuesta a la pedofilia, se
volvió adicta a las drogas y fue rechazada por su madre. Todo esto
debido a una educación que ella misma no eligió, por lo que fue
víctima de trata de personas durante más de diez años y se vio
obligada a prostituirse.”
* * *
Los
principales males socioeconómicos explotados por el comercio sexual
bajo el capitalismo –y especialmente por los compradores de sexo–
son la pobreza, el género, los abusos sexuales y la violencia física
en el pasado contra los niños, la juventud y la opresión
racial/étnica. Especialmente cuando estos factores coinciden y crean
varios trastornos dentro de un individuo, la probabilidad de que la
persona sea explotada y sometida a abusos en la prostitución aumenta
significativamente. Por ejemplo, la pobreza extrema puede ser una
fuerte fuerza impulsora en la vida de las personas, especialmente de
las mujeres jóvenes y las niñas, llevándolas a recurrir a la
prostitución. Sin embargo, el riesgo de terminar en la prostitución
es mucho menor si estas personas no se han acostumbrado previamente a
la prostitución a través de abusos sexuales previos a niños, lo
que les lleva a disociarse y aceptar una visión instrumental de sus
cuerpos como hechos para ser utilizados por otros, incluso cuando son
sometidos a abusos, humillaciones o violaciones.
Del
mismo modo, una persona que vive en la pobreza también tiene muchas
más probabilidades de pertenecer a una minoría desfavorecida,
además de ser una niña o una mujer adulta. En la prostitución, la
pobreza no ha sido a menudo la única circunstancia que ha obligado a
las personas a dedicarse al comercio sexual, aunque en algunos casos
puede serlo (y es más probable que ocurra durante desastres
naturales, guerras, persecuciones, hambrunas o genocidios). Pero no
todas las personas que carecen de medios –ni siquiera las mujeres
jóvenes– son vendidas o compradas para tener relaciones sexuales.
Sin embargo, sin pobreza sería mucho más fácil erradicar la
prostitución, ya que habría medios alternativos de supervivencia.
Pero
así es exactamente como funcionan los mecanismos del capitalismo: la
burguesía aprovecha las atrocidades cotidianas cometidas contra las
personas más vulnerables para mantener a la mayoría del
proletariado con miedo de verse sumido en la misma pobreza distópica
y total, donde serán sometidos a terribles abusos. Estas condiciones
serían reconocidas como "chocantes para la conciencia de la
humanidad", si existiera algo así como una conciencia dentro de
la burguesía.
4.
Consecuencias nocivas para la salud
Un
gran número de personas prostituidas contraen enfermedades en la
prostitución. Por ejemplo, en una muestra de 700 personas
prostituidas de siete países y una variedad de entornos interiores y
exteriores, el 24% informó síntomas como enfermedades de
transmisión sexual (ETS), incluidas sífilis y VIH, así como
infecciones uterinas, dolor de ovarios, problemas menstruales y
complicaciones del aborto. Además, el estigma dentro de los sistemas
legales de prostitución está generalizado, a pesar de su aparente
legalidad. Como informaron los señuelos policiales después de
participar en redadas de prostitución en la comunidad: "Lo peor
son los comentarios de la gente que vive en el barrio,... comentarios
muy malos hacia mí... me hiere los sentimientos". O como se
informó en Nevada en 2021, donde la prostitución todavía está
legalizada en algunos condados, una mujer prostituida en el burdel
Moonlite Bunny Ranch en Carson City admitió que "también puede
ser difícil encontrar un trabajo fuera de la estigmatizada industria
del sexo, ya que las verificaciones de antecedentes pueden revelar
las tarjetas de permiso de trabajo que las prostitutas deben tener en
los burdeles". En Nueva Zelanda, un informe del gobierno
escribió que "a pesar de la despenalización, el estigma social
que rodea a la industria del sexo persiste. Las trabajadoras sexuales
continúan siendo explotadas en los burdeles". La única
excepción parcial son los países con leyes de igualdad de género,
donde los sobrevivientes, como en Suecia, han informado que las leyes
los han empoderado al trasladar el estigma de las prostitutas a los
compradores.
En
la muestra antes mencionada de 100 mujeres prostituidas en Vancouver,
sus problemas de salud física eran asombrosos. Estos incluyeron
dolor muscular (78%), dolor en las articulaciones (60%), problemas de
memoria (66%), dificultad para respirar (60%), dolor de cabeza (56%),
dolor/entumecimiento en manos/pies (49%), problemas de visión (45%),
mareos (44%), dolor en el pecho (43%), problemas de equilibrio (41%),
problemas de audición (40%), dolor de mandíbula (38%), hinchazón
de las extremidades (33%), ritmo cardíaco irregular (33%) y asma
(32%). El 95% de las mujeres dijeron que querían dejar la
prostitución, mientras que sólo el 32% quería que se "legalizara".
El 67% pidió en cambio formación profesional, el 66% pidió "un
hogar o un lugar seguro" y el 49% pidió formación en defensa
personal, entre otras opciones reales.
Está
claro que estas mujeres no tienen alternativa a la prostitución,
dadas las atrocidades a las que son sometidas y el hecho de que
prácticamente todas quieren dejarla pero no pueden. Quizás lo más
obvio es que las prostitutas precisamente en el tipo de modelos
legales que los demandantes piden al tribunal que imponga en este
caso –como lugares en el Reino Unido donde es legal comprar sexo a
menos que involucre burdeles o terceros– a menudo tienen que
satisfacer sexualmente hasta treinta hombres por día.
Como
se mencionó al principio, un estudio informó que las prostitutas en
Londres, en la prostitución legal en apartamentos, tenían que
satisfacer sexualmente a unos diez compradores por día para alcanzar
el punto de equilibrio, con un número promedio de compradores por
semana de setenta y seis, muchos de los cuales conocían entre veinte
y treinta hombres por día, algunos hasta cincuenta. En otros
lugares, las prostitutas se han visto obligadas a atender a muchos
más clientes por día. Estas condiciones crean incentivos peligrosos
para las relaciones sexuales sin protección, ya que muchos clientes
pagan más dinero, lo que reduciría el número de actos sexuales
forzados que de otro modo se realizarían.
Como
informaron los autores del Estudio sobre la prostitución en
apartamentos de Londres: A diferencia de las mujeres que trabajan en
la calle, estas mujeres tienen muchos gastos. El mayor de ellos es el
alquiler diario que deben pagar al propietario: varía entre £120 y
£250. Además del alquiler básico, el propietario cobra cantidades
diarias variables para cubrir facturas como la electricidad y el
teléfono. Además, las mujeres pagan a la señora de la limpieza
[que se sienta en la recepción y que idealmente intervendría en
casos de abuso] un salario diario: entre 30 y 60 libras esterlinas. .
. . Algunos apartamentos se anuncian en cabinas telefónicas. En este
caso, a un "chico de tarjetas" se le paga un salario diario
de hasta 60 libras esterlinas por instalar tarjetas periódicamente
en las cabinas telefónicas locales. También está el coste de
imprimir las tarjetas…. Las mujeres pretenden atender a un cierto
número de clientes al día, normalmente 20. … "Tienes que
aceptar unos diez clientes antes de ganar lo suficiente para el
alquiler y la limpieza. Después de eso, es posible que no recibas
más, así que de todos modos no ganas dinero (entrevista en
profundidad)". … Hasta ahora, los datos de la encuesta
muestran que el número promedio de clientes que estas mujeres ven en
una semana es 76. Muchas mujeres ven entre 20 y 30 hombres por día,
y algunas mujeres ven hasta 50.
Estas
observaciones tienen serias implicaciones para el bienestar general y
las prácticas sexuales seguras de las personas prostituidas, ya que
la prostitución legal, como lo muestran otros estudios de burdeles
legales en países como Australia, Nueva Zelanda y Alemania, no puede
eliminar la demanda ni los incentivos económicos para aceptar sexo
inseguro u otros abusos. Muchos clientes pagan más si no se usa
condón. Por lo tanto, es de vital importancia considerar si tales
incentivos pueden alguna vez contrarrestarse cuando hay una cuota de
unos diez clientes antes de alcanzar el punto de equilibrio, como en
el caso de la prostitución en apartamentos en Londres bajo un marco
legal similar, como defienden los demandantes en este tribunal. Todas
las mujeres con las que [Dawn Whittaker] ha hablado afirman que
siempre usan condón durante todas las formas de sexo con
penetración, incluido el sexo oral. Sin embargo, cabe señalar que
todos afirmaron que a menudo los clientes les pedían que mantuvieran
relaciones sexuales sin protección, y que esto solía ir acompañado
de una oferta de más dinero. Todos tenían historias de mujeres que
"lo hacían sin", historias utilizadas para distanciarse de
tales actividades. . . .
Parece
surgir información bastante sugerente sobre los incentivos para el
sexo sin protección en el hecho de que "todos" en la
muestra de prostitutas en pisos de Londres mencionaron que eso les
había sucedido a otros. En este contexto, es importante considerar
que la investigadora Dawn Whittaker tenía un "doble rol"
que incluía también ser profesional de la salud, realizar visitas
sin cita previa a los apartamentos y otras labores similares. Los
encuestados fueron informados explícitamente sobre su papel, aunque
es posible que ya la hubieran conocido a ella o a sus asociados
antes. Por lo tanto, podrían percibir que la situación los
implicaba en su relación con las autoridades si le admitieran
explícitamente a ella que habían tenido relaciones sexuales sin
protección en los apartamentos.
Estos
estudios de Londres son, de hecho, encuestas burguesas mal realizadas
por funcionarios de salud crédulos. Estos profesionales están tan
alienados bajo el capitalismo que pierden su pensamiento crítico; en
cambio, simplemente informan de forma descriptiva lo que les dicen
sus fuentes sin mayor análisis. Estos profesionales regularmente
ignoran las normas que se supone deben seguirse en la academia
burguesa, donde se enseña a los estudiantes a no convertir la
declaración descriptiva de un informante en una conclusión
analítica. Este conocimiento a menudo se introduce en cursos de
primer año de sociología, psicología y trabajo social, entre otras
materias relacionadas. Del mismo modo, se les enseña que correlación
no es causalidad, pero esas normas académicas básicas a menudo son
ignoradas por la fuerza laboral alienada y desilusionada de la clase
media, que de hecho tiene más en común con el proletariado que con
los capitalistas. Desafortunadamente para el proletariado al que se
supone deben servir, la conciencia de clase de estos funcionarios
está latente. Sin embargo, podría resucitar, de acuerdo con los
objetivos del Presidente Mao durante la Revolución Cultural.
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
Las
investigaciones muestran que la mayoría de las personas prostituidas
quieren dejar la prostitución pero no pueden hacerlo, debido, entre
otras cosas, al estigma y a la falta de protección legal y de
servicios sociales. Como adultos, muchas personas prostituidas
afirman sentirse atrapadas en el comercio sexual, sin educación ni
formación profesional y sin opciones de supervivencia. El 89% de las
prostitutas, en el estudio de nueve países, informaron que su mayor
deseo era dejar la prostitución, pero que no sabían cómo. El 76%
afirmó que necesitaba formación profesional. Dada la falta de
alternativas y la presencia de fuerzas sociales coercitivas, las
personas que compran sexo a prostitutas se aprovechan del entorno
coercitivo y de la incapacidad de las víctimas de dar su verdadero
consentimiento.
Alrededor
de 2007, se informó que los refugios para mujeres en Nevada no
aceptaban mujeres con niños, mascotas, VIH, enfermedades
transmisibles o antecedentes penales, mujeres que no habían estado
libres de drogas durante un cierto período de tiempo o mujeres que
habían salido recientemente de prisión, creando efectivamente
barreras para que muchas mujeres prostituidas escaparan, ya que estas
situaciones afectan a muchas mujeres en la prostitución. Además,
podría requerir una enorme cantidad de documentación, el pago de
gastos personales necesarios y otras cosas que eran difíciles de
arreglar por adelantado para las personas que acababan de huir o
estaban a punto de huir de la prostitución, sólo para conseguir un
trabajo como ama de llaves en Las Vegas, Nevada, en un gran hotel y
casino, con un salario inicial de 9 dólares la hora.
En
los Países Bajos, el hecho de que la prostitución es legal a menudo
se ha invocado erróneamente para evitar condenas o sentencias por
trata, negando a las víctimas la protección de la ley. A veces los
jueces consideran que las mujeres que han ejercido anteriormente la
prostitución pueden tolerar el "riesgo de explotación".
Algunos jueces consideraron la prostitución "normal" para
menores y por ello los absolvieron.
En
Suecia, que en 2007 todavía luchaba contra los mitos globales sobre
la prostitución voluntaria, el Tribunal Administrativo de Estocolmo
permitió a las autoridades fiscales gravar a una mujer que había
abandonado la prostitución sobre la base de las estimaciones de las
autoridades fiscales sobre sus ingresos no declarados previamente.
Como señaló la denunciante, la lógica de esta decisión va en
contra del modelo sueco de igualdad de género, que no criminaliza a
las personas prostituidas precisamente para ayudarlas a abandonar la
prostitución, sino que sólo criminaliza a los proxenetas y a los
compradores: "Las personas prostituidas se ven obligadas a
continuar para poder pagar impuestos", afirmó.
Es
extremadamente importante para las mujeres que abandonan la
prostitución que se les ofrezcan servicios sociales especializados
para salir de la prostitución. Esto sólo se ofrece en algunas
ciudades de Suecia. En 2012, se informó sobre un ensayo clínico de
su programa, que se había realizado con 34 clientes, 26 de los
cuales participaron en seguimientos un año después. Los
investigadores determinaron que el 80% había abandonado la
prostitución por completo, mientras que el resto reportó
prostitución menos frecuente y deseo de abandonarla. La mayoría
también informó una mejor autoestima y una mejor calidad de vida.
Un grupo de control estaba formado por 11 niñas y mujeres de entre
15 y 25 años que se prostituían en línea pero que no fueron
reclutadas a través de los programas de tratamiento.
Todas
estas personas describieron sentirse apuradas, incomprendidas y sin
oportunidades de sentirse lo suficientemente seguras como para
revelar su prostitución a los servicios sociales, psiquiátricos y
otros profesionales pertinentes. Sus historias son consistentes con
los deseos de otras personas prostituidas de tener un mejor acceso a
unidades especializadas donde el personal tiene más conocimientos
que el personal de servicios sociales generales.
6.
El modelo de igualdad
Hasta
ahora, el modelo de igualdad ha sido adoptado en siete países y dos
provincias/estados. Fue adoptado por primera vez en 1999 en Suecia y
luego se extendió a naciones grandes como Francia y Canadá. Hay un
movimiento en África que está tratando de lograr que los Estados
burocráticos africanos adopten esto. Sus defensores en África lo
llaman Modelo de Igualdad Sankara (en honor a Thomas Sankara).
Una
resolución reciente del Parlamento Europeo (el único organismo
público paneuropeo elegido como
parlamentarismo
burgués) estuvo cerca de respaldar plenamente el modelo de igualdad
de género el 14 de septiembre de 2023, como había propuesto la
mayoría de su Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de
Género. La resolución afirmaba que "sólo si la demanda
disminuye puede reducirse el mercado de la prostitución y, por
tanto, el número de personas explotadas en él".
Además,
el Parlamento subrayó "que la trata de personas con fines de
explotación sexual, incluido el abuso sexual de niños, está
aumentando debido a la gran demanda", al tiempo que señaló
"que esto es particularmente evidente en países con un modelo
regulatorio liberal, mientras que los Estados miembros como Francia y
otros países que siguen estrategias como el modelo nórdico/Igualdad
ya no son mercados importantes para la trata de personas con este
fin". "Debido a las medidas tomadas en estos países para
reducir la demanda", señaló además el parlamento, "la
trata con fines de explotación sexual todavía ocurre, pero está
disminuyendo".
El
Parlamento señaló que el modelo de igualdad de género redujo la
"demanda de personas en prostitución" y redujo el "número
de personas en prostitución", al tiempo que condenó "la
realidad de la coerción, la manipulación, la violencia y la
explotación en la prostitución" y su "vínculo con la
violencia estructural a la que las mujeres están
desproporcionadamente expuestas y que a menudo crea situaciones de
vida precarias que llevan a mujeres y niñas a la prostitución".
El Parlamento también reconoció que "los derechos humanos de
las mujeres y las niñas son inalienables, pero son violados
sistemáticamente en el mercado de la prostitución debido a sus
condiciones de explotación".
Además, el 25 de julio de
2024, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) rechazó una
solicitud francesa para invalidar la versión francesa del Modelo de
Igualdad Sankara, donde los solicitantes buscaban demostrar que la
ley violaba el derecho al respeto a la vida privada. Los críticos
del modelo igualitario –ya sea que pertenezcan a la "izquierda
brillante" de orientación anarquista en los países
imperialistas, a la elite académica posmoderna, a activistas e
intelectuales confundidos en países oprimidos, o a reaccionarios
fascistas y economistas liberales- a veces asumen que la prostitución
es inmutable debido a su percibida ubicuidad en la historia. Sin
embargo, esta suposición es ahistórica.
Friedrich Engels ya explicó
cómo surgió el patriarcado con el surgimiento de la propiedad
privada y escribió cómo la "prostitución de mujeres libres",
a diferencia de la "entrega forzada de esclavas", se vio
acelerada por la propiedad privada, el aumento de la desigualdad y la
polarización económica. De manera similar, Gerda Lerner señaló en
El origen de la prostitución en la antigua Mesopotamia que la
prostitución comercial probablemente se aceleró por "la
esclavización de las mujeres y la consolidación y formación de
clases", que "algunos señores establecieron burdeles
comerciales" y que a mediados del segundo milenio a.C. fue
significativo entre las "hijas de los pobres".
Incluso
los historiadores convencionales (
académicos burgueses, nota de traducción) han
llegado a la conclusión de que "la venta de servicios sexuales
no es una característica esencial de todas las sociedades en todas
las épocas históricas". Afirmar que la prostitución es una
característica inevitable de todas las sociedades presentes y
futuras es sacar una conclusión imperdonable, que sólo sirve para
oprimir al proletariado y especialmente a sus mujeres -en los países
oprimidos-.
Contrariamente
a la percepción empobrecida de la realidad de anarquistas,
fascistas, posmodernistas, libertarios y otros críticos, el modelo
igualitario ofrece a las prostitutas dentro del proletariado la
opción de abandonar la industria y, por lo tanto, debería ser un
requisito diario bajo el capitalismo.
Un
desarrollo del modelo (de
su reconocimiento formal a su concretización en la realidad, nota
de traducción), si se
implementara plenamente bajo el socialismo, sería la primera ley que
potencialmente podría levantar el yugo de la prostitución impuesto
a los miembros del proletariado –una visión del futuro que está
completamente ausente entre los filántropos burgueses y los
socialdemócratas oportunistas que apoyan la prostitución legal como
una estrategia equivocada para ayudar a las personas atrapadas en la
prostitución.
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
Empíricamente,
la prostitución aumenta exponencialmente en entornos legalizados en
comparación con aquellos que han adoptado el modelo igualitario. En
1999, Suecia adoptó la primera ley modelo contra la compra de sexo,
mientras que la compra y venta de sexo seguía despenalizada. Después
de eso, la prostitución tanto en la calle como en el interior
disminuyó, tal vez hasta cinco veces en menos de diez años,
mientras que la prostitución aumentó exponencialmente en otras
partes de Escandinavia.
En
1993, se estimaba que había entre 2.500 y 3.000 mujeres prostituidas
en Suecia, de las cuales 650 estaban en la calle. En 1998, un año
antes de que la nueva ley entrara en vigor, aproximadamente 726
mujeres estaban involucradas en la prostitución callejera. En 2007,
el número se había reducido a alrededor de 300, mientras que 300
mujeres y 50 hombres hacían publicidad en Internet. Dado que se ha
utilizado el mismo método de cálculo, cualquier subestimación
también será similar con el tiempo. Es importante tomar estas
cifras con cautela, ya que son difíciles de confirmar y son
producidas por funcionarios alienados. Probablemente las cifras sean
mucho más altas. Dicho esto, estos números sirven para mostrar la
dirección de la tendencia.
Estudios similares sobre la
prostitución en Dinamarca, donde la compra de sexo es legal mientras
que los burdeles están prohibidos, estimaron un aumento de 3.886
mujeres prostituidas en 2002 a 5.567 cinco años después, en 2007,
de las cuales 1.415 eran prostitutas callejeras. Teniendo en cuenta
la población del país respectivo, el alcance de la prostitución
femenina en Dinamarca era casi dieciséis veces mayor per cápita que
en Suecia. Cuando comprar sexo era legal en Noruega, estimaciones
comparables mostraron que la prostitución aumentó después de 2000
(especialmente entre las prostitutas callejeras extranjeras), de modo
que en 2007 había 2.654 mujeres prostituidas, de las cuales 1.157
trabajaban en las calles. La proporción de mujeres prostituidas en
Noruega era, por tanto, casi nueve veces mayor per cápita que en
Suecia. Además, la prostitución callejera en Suecia había
disminuido a 200-250 mujeres en 2014, sin que hubiera signos de un
aumento correspondiente en la prostitución en espacios cerrados.
Un
estudio exhaustivo realizado en 2014 en ocho países europeos, donde
solo Suecia y Noruega habían adoptado el modelo de igualdad de
género, sugiere que la criminalización de los compradores de sexo
redujo en gran medida la compra de sexo, lo que es consistente con el
patrón descrito anteriormente. En comparación con Suecia, todos los
países incluidos en el estudio mostraron una proporción
estadísticamente significativa y significativamente mayor de hombres
que afirmaron haber comprado sexo en los últimos seis meses, con la
excepción de Noruega. En todos los países, el número de
compradores per cápita fue varias veces mayor que en Suecia:
(1)
En Alemania, con la legalización total, el número de compradores
per cápita era aproximadamente 14 veces mayor que en Suecia.
(2)
En Dinamarca, con el modelo de despenalización propuesto por el
demandante, el número de compradores per cápita era aproximadamente
diez veces mayor que en Suecia.
(3)
En España también había diez veces más compradores per cápita
que en Suecia.
(4)
En Gran Bretaña también había aproximadamente ocho veces más
compradores per cápita que en Suecia.
(5)
En Francia, que en el momento de la encuesta aún no había adoptado
su modelo de igualdad de género, había aproximadamente seis veces
más compradores per cápita que en Suecia.
Además,
una pregunta a los hombres encuestados sobre si "conocían a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
mostró que la proporción era mucho mayor en países donde la
prostitución es legal, como Alemania (16,6%) y los Países Bajos
(12%), así como en países con el mismo modelo legal que los
solicitantes perseguían en ese momento, como España (28,4%),
Francia (14,7%), Dinamarca (12,1%) y el Reino Unido (8,7%) - que en
el primer país. que adoptó el modelo de igualdad de género: Suecia
(2,9%).
Aunque
las cifras que estiman el número de prostitutas son necesariamente
imprecisas, las enormes diferencias entre Escandinavia y Europa
indican el impacto significativo que tiene un modelo de igualdad de
género incluso dentro de una sociedad burguesa.
Dada
la necesidad de ser visible para atraer a potenciales compradores de
sexo, es poco probable que algún grado mensurable de prostitución
pase desapercibido. Así, un informe de 2008 de la Junta Nacional de
Salud y Bienestar de Suecia concluyó que los compradores de sexo en
Suecia pedían regularmente "noticias" y citaba a
informantes que enfatizaban que las mujeres que eran nuevas en el
mercado eran "más deseables" y que "las nuevas
fotografías y anuncios despiertan el mayor interés en la web".
Esta dinámica hace que sea aún más importante que las prostitutas
sean muy visibles para atraer nuevos compradores de sexo. Por lo
tanto, cualquier “prostitución desconocida” –un concepto
aparentemente contradictorio– no afectaría significativamente las
diferencias nacionales relativas. La necesidad de visibilidad ante
los compradores potenciales desalienta cualquier "prostitución
oculta" significativa, especialmente en la calle.
Ninguna información,
evidencia empírica u otros datos muestran que haya habido un
movimiento más decisivo de la calle a Internet o diferentes
variedades de prostitución en espacios cerrados y supuesta
prostitución "oculta" en Suecia que el observado en otros
países.
Casi
al mismo tiempo que Suecia cumplía sus primeros diez años con el
modelo de igualdad de género, en 2002 Alemania legalizó la
prostitución, también para personas extranjeras, lo que provocó
que el mercado del sexo aumentara de tres a cuatro veces. Un informe
de 2016 encargado por la Comisión Europea, basado en un análisis
resumido de varias fuentes, estimó la proporción de prostitutas por
cada 100.000 habitantes entre 185 y 493 en Alemania, 53 y 118 en los
Países Bajos, en comparación con 7 y 15 en Suecia.
En
comparación con Suecia, Alemania tenía aproximadamente 30 veces más
personas que se prostituían; Los Países Bajos, que legalizaron la
prostitución en octubre de 2000 pero prohibieron la intermediación
por parte de extranjeros, tenían ocho veces más prostitutas per
cápita que Suecia. De manera similar, el Comité de Ley de
Prostitución de Nueva Zelanda estimó en 2008 que 2.332 personas
ejercían la prostitución en 2007 bajo legalización (no se permiten
extranjeros). Esta cifra significa aproximadamente ocho veces más
per cápita que las aproximadamente 600 mujeres prostituidas en
Suecia, que se estimó coincidentemente en la misma época.
Sin
embargo, un estudio basado en datos del censo de Nueva Zelanda reveló
manipulación de datos y encontró que 4.272 personas se dedicaban a
la prostitución en 2001, antes de la despenalización. Entre cinco y
siete meses después de la despenalización en 2003, esta cifra había
aumentado un 38,9%, hasta 5.932. Per cápita, esta cifra significaba
que Nueva Zelanda tenía aproximadamente veintitrés veces más
personas prostituidas en 2003 que las aproximadamente 600 mujeres de
Suecia en 2007; o, argumentó, veintiuna veces más personas
prostituidas si se incluye también a los hombres prostituidos en
Suecia.
Varias
fuentes de aplicación de la ley y trabajo social también confirman
una fuerte disminución del tráfico sexual internacional en la
prostitución sueca inmediatamente después de 1999. Por ejemplo,
debido al miedo de los compradores y de terceros a ser descubiertos,
la prostitución en locales cerrados tenía que realizarse en
secreto, lo que resultaba complicado y costoso para los traficantes.
En lugar de que los compradores simplemente hicieran cola en un
burdel o en la calle, las mujeres prostituidas en Suecia a menudo
tenían que ser escoltadas hasta los compradores individuales, lo que
reducía el número de transacciones y, por tanto, las ganancias de
terceros. Quienes organizaban la prostitución debían evitar
permanecer demasiado tiempo en un mismo lugar, lo que creaba una
necesidad costosa y complicada de "múltiples locales". En
consecuencia, consideraban que el mercado sueco era menos rentable.
Si bien las redadas policiales europeas a menudo condujeron al
arresto de entre 20 y 60 mujeres prostituidas en relación con el
proxenetismo criminal, las redadas en Suecia generalmente
involucraron burdeles clandestinos relativamente pequeños donde las
autoridades rara vez encontraron más de 2 a 4 mujeres prostituidas
en el lugar.
8.
El modelo de igualdad se fortalece mientras la legalización de los
compradores debilita a las mujeres
La
situación en Alemania empeoró después de la legalización, ya que
los ingresos de las prostitutas cayeron dramáticamente, lo que
significa que sus cuotas diarias de compradores de servicios, que son
conocidos por ser más brutales que otros hombres, tuvieron que
aumentar para que las prostitutas pudieran sobrevivir
financieramente. La afluencia de prostitutas, principalmente mujeres
y niñas, de otros países, especialmente de Europa del Este (la
legalización actuó como un imán para los traficantes) contribuyó
a una mayor competencia y a una reducción de los ingresos. La
demanda de sexo más dañino se intensificó, lo que llevó a precios
fijos en los burdeles que ofrecían tiempo ilimitado para la
explotación sexual, en algunos casos para todo tipo de sexo,
especialmente sexo anal, sexo sin protección y los llamados
gangbangs.
Se
han informado acontecimientos similares en Nueva Zelanda. Una
encuesta del gobierno encontró que en los últimos doce meses, el
35,3% de los encuestados dijeron que habían aceptado un cliente que
no querían y el 10,5% habían sido penalizados por rechazar a un
cliente. Como describió la situación el propietario de un burdel:
"¿Cómo pueden negarse? A las chicas les pagan por hacerlo".
En junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel,
concluyó que veinte años de prostitución legalizada habían sido
"un error fatal, como lo demuestra la brutal realidad en las
calles y en los burdeles".
Es
espantoso, pero no inesperado, que en Alemania se hayan reportado al
menos 85 asesinatos consumados y 49 intentos de asesinatos de
personas prostituidas, la mayoría de ellas mujeres, cometidos por
compradores u otras personas en el entorno de la prostitución, desde
la legalización hasta abril de 2023. Un estudio de caso de tales
asesinatos, que incluye comentarios de compradores en línea en
varios foros que discuten sobre ellos, muestra cómo los compradores
"explotan a las mujeres más vulnerables" mientras que "los
derechos, la satisfacción egoísta de los deseos sexuales y la
transgresión sistemática de límites se puede ver en sus
comentarios y acciones”. Estos casos "también muestran cómo
la prostitución legal y los burdeles oficiales, con todos sus
intentos de reducir el daño, no logran proteger a las mujeres en la
prostitución del daño físico y psicológico".
También se han denunciado
varios asesinatos en el contexto de la prostitución en Nueva Zelanda
desde la despenalización. De manera similar, el mayor daño
resultante de esta despenalización legal en Canadá, en respuesta a
que la Corte Suprema en 2013 declarara inconstitucionales la mayoría
de las leyes anteriores sobre prostitución que prohibían la
propiedad de burdeles y el proxenetismo, llevó al Parlamento
canadiense a aprobar una Ley Modelo de Igualdad de Género en 2014,
al tiempo que expresaba “seria preocupación por la explotación
asociada con la prostitución y el potencial de violencia contra
quienes la practican”. Las repetidas impugnaciones constitucionales
de la nueva ley no han logrado demostrar que el Parlamento haya
juzgado mal los daños de la prostitución o que la nueva ley haya
provocado mayores daños. Por el contrario, un caso mostró que hubo
54 asesinatos de prostitutas cinco años antes de la nueva ley, de
los cuales 20 eran indígenas, y 35 asesinatos de prostitutas cinco
años después de que la ley entrara en vigor, de los cuales siete
eran indígenas; durante este último período, el número de
“asesinatos” en Canadá aumentó de 2.745 a 3.229, mientras que
“el número de lesiones reportadas por trabajadoras sexuales
también disminuyó en el período de cinco años posterior a la
promulgación de la PCEPA”. [Ley de Protección a Comunidades y
Personas Explotadas]”.
Aunque
las mujeres habían sido víctimas de intentos de asesinato y
asesinatos consumados en la prostitución en Suecia antes de la ley
de 1999 sobre la compra de servicios sexuales, desde entonces ninguna
persona ha sido asesinada en la prostitución sueca o cerca de ella.
Las personas que se prostituyen describen a los compradores como más
cautelosos ahora que se les puede responsabilizar por intentar
comprar sexo, mientras que la persona que se prostituye no está
cometiendo un delito, una situación que, según los encuestados, les
da una ventaja de negociación que fortalece su control, seguridad e
integridad personal.
Los
países con la prostitución legalizada o completamente
despenalizada, como Alemania y Nueva Zelanda, también ofrecen
ingresos significativamente más bajos a las prostitutas en
comparación con países como Suecia, que siguen el modelo de
igualdad de género. Los compradores suecos incluso pagan dos o tres
veces más de lo que pagan los compradores por la prostitución
legalizada en Europa, donde los burdeles o los proxenetas legales
también deducen cantidades significativas de los ingresos de la
persona prostituida. Por lo tanto, una tarifa horaria estándar y
típica en Suecia a principios de la década de 2010 era de 300 euros
al tipo de cambio actual. Compárese ese total con lo que el Centro
Holandés de Investigación y Documentación informó al mismo
tiempo, a saber, que tres cuartas partes de las mujeres que se
prostituían en escaparates en Amsterdam –que se prostituían un
promedio de 43 horas por semana– tenían un ingreso neto de menos
de 500 euros por semana
Por
lo tanto, una mujer que se prostituye en Suecia durante dos horas
generalmente puede ganar tanto o más que una mujer que se prostituye
legalmente durante cuarenta horas en Amsterdam. La legalización no
otorga a las prostitutas tal "empoderamiento". A veces
tales ventajas pueden reducir el delito de prostitución contra
ellas, aunque si continúan prostituyéndose estarán expuestas a la
mayoría de sus violaciones inherentes.
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
Al
legalizar la compra de sexo, la demanda del comercio sexual aumenta
enormemente en comparación con la situación bajo un modelo
igualitario, ya que casi no existen otros métodos para aumentar la
oferta en la prostitución que la trata de personas, incluso si los
peticionarios no piden la despenalización total de la prostitución,
como en Nueva Zelanda. Para explicar el razonamiento, primero se
requiere cierta información general sobre la legislación
internacional sobre trata de personas. En promedio, se estima que el
84% de las mujeres prostituidas en todo el mundo están controladas
por un tercero que gana dinero con ellas, las vende o alquila a otros
y se lleva una parte de las ganancias de su explotación sexual.
El
Protocolo de Palermo universalmente ratificado, con 182 partes
adherentes, proporciona una definición internacional acordada y
jurídicamente vinculante de trata de personas, que también
proporciona el punto de referencia para los instrumentos regionales
contra la trata. La definición de trata de personas del Protocolo de
Palermo incluye, entre otras cosas, "abuso de poder o posición
vulnerable... con el fin de explotar" la prostitución de otra
persona por parte de un tercero.
En
los travaux préparatoires (es decir, instrucciones de
interpretación) del protocolo, una posición vulnerable se define
como "cualquier situación en la que la persona interesada no
tiene otra alternativa real y aceptable que someterse al abuso en
cuestión". El consentimiento se declara irrelevante en todas
esas situaciones, y cuando se explota a niños, incluso si no hay
coerción, extorsión, fraude u otros abusos. En otras palabras, la
participación de terceros significa trata de personas cuando se
abusa del poder o la vulnerabilidad para la explotación sexual.
La
Ley de Prevención y Lucha contra la Trata de Personas de Sudáfrica
de 2013 tiene una definición de trata aún más clara que el
Protocolo de Palermo, y cubre una gama más amplia de actos,
específicamente "la explotación de la vulnerabilidad... que
lleva a una persona a creer que no tiene otra alternativa razonable
que someterse a la explotación", que incluye, entre otros,
"aprovechar la vulnerabilidad en la que se encuentra la persona
como resultado de... (f) circunstancias sociales; o (g)
circunstancias económicas".
Dada
la evidencia empírica presentada anteriormente que muestra que una
abrumadora mayoría de las personas prostituidas son explotadas o
controladas por otros terceros, viven en extrema pobreza, son
sometidas a una terrible violencia de género por parte de los
compradores, sufren de trastorno de estrés postraumático y otros
trastornos mentales en la misma medida que las víctimas de tortura,
son víctimas de violencia masculina en refugios para mujeres, buscan
tratamiento como los soldados estadounidenses que lucharon en
Vietnam, y al menos la mitad de ellas comienzan a prostituirse ya en
la infancia, y que probablemente nueve de cada diez quieren escapar
pero no pueden, la prostitución significa trata de seres humanos
cuando se demuestran tales hechos, como ocurre en la mayoría de los
casos.
Como
razonó el relator especial de la ONU sobre la trata de personas en
2006: En la mayoría de los casos, la prostitución tal como se
practica en el mundo suele cumplir los criterios de trata de
personas. Es raro encontrar un caso en el que el camino hacia la
prostitución y/o las experiencias de una persona en la prostitución
no impliquen al menos abuso de poder y/o explotación de la
vulnerabilidad. En este contexto, el poder y la vulnerabilidad deben
entenderse como diferencias de poder basadas en el género, la raza,
la etnia y la pobreza. En pocas palabras, el camino hacia la
prostitución y la vida en la "industria" rara vez se
caracteriza por el empoderamiento o por alternativas adecuadas.
Legalizar
la prostitución, sabiendo que en la mayoría de las situaciones
existe control sobre terceros, legaliza efectivamente el tráfico
sexual, al igual que despenalizar completamente a todos los actores
de la prostitución, incluso cuando el tráfico sexual todavía se
considera un delito. Un juez de Canadá, Robert F. Goldstein, del
Tribunal Superior de Justicia de Ontario, comentó sobre un desafío
al modelo de igualdad de Canadá: "Creo que el intento de los
solicitantes de separar el trabajo sexual y la trata de personas es
artificial y poco realista, dada la fuerte evidencia que respalda la
opinión del Parlamento de que a menudo van de la mano".
Como
se mencionó, los países escandinavos Dinamarca y Noruega, que en
2007 permitían la compra de sexo pero no la propiedad de burdeles,
tenían dieciséis y nueve veces más personas en prostitución per
cápita que Suecia, respectivamente. De manera similar, en Dinamarca,
España y el Reino Unido –jurisdicciones con modelos legales
similares a Dinamarca– la proporción de hombres que informaron
haber comprado sexo en los últimos seis meses fue de ocho a diez
veces mayor que en Suecia. Además, los hombres encuestados en estos
países tenían varias veces más probabilidades de "conocer a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
que los hombres en Suecia. Sin lugar a dudas razonables, estos países
que permiten la compra de sexo tendrán un mercado de prostitución
significativamente mayor y multiplicado, donde el comercio sexual
también se multiplicará, que el que tendrían bajo el modelo de
igualdad.
Además,
la aceptación de la prostitución como fenómeno por parte de la
población parece aumentar cuando es legal, lo que sugiere que cuanto
más se legalice la prostitución, más difícil será combatir el
tráfico sexual, que es lo que buscan los demandantes en este
tribunal. Así, una investigación europea realizada en ocho países
en 2014 mostró una relación significativa y fuerte entre las
actitudes hacia la prostitución y los marcos legales existentes. Por
ejemplo, en países donde se permitían grandes industrias de
burdeles legales, como Alemania y los Países Bajos, sólo el 16% y
el 19%, respectivamente, estaban a favor de criminalizar a los
compradores. En países donde ni los burdeles ni la compra de sexo
eran legales y donde no se imponían sanciones a las prostitutas,
como Noruega y Suecia, el 53% y el 63% respectivamente estaban a
favor de criminalizar a los compradores.
En
los cuatro países restantes donde se permitía la compra de
servicios sexuales en locales más pequeños, lo que es más similar
al modelo buscado por los solicitantes, el apoyo a la criminalización
de los compradores se encontraba en algún punto intermedio: 24% en
Dinamarca, 25% en España, 28% en Francia y 34% en el Reino Unido.
En
otras palabras, la prostitución legal dentro de la población
general parece crear una tolerancia explícita hacia la prostitución,
que empíricamente se traduce en una tolerancia implícita hacia sus
numerosos abusos, como la explotación sexual, la trata de personas
con fines sexuales y la violación. Esta conclusión se ve respaldada
por el hecho de que los países que afirman criminalizar el tráfico
sexual mientras despenalizan o legalizan otros aspectos de la
prostitución todavía tienen una gran zona gris donde el tráfico
ocurre esencialmente fuera del radar de la ley. Por ejemplo, mientras
que los Países Bajos diferencian entre la prostitución de
inmigrantes y la prostitución nacional al tipificar como delito la
intermediación de personas de otro país para la prostitución,
independientemente de si el intermediario las trata, el tráfico
sexual todavía ocurre "a menudo" en la prostitución
autorizada y no autorizada en los Países Bajos. En consecuencia, los
criminólogos holandeses descubrieron en 2014 que la trata de
personas "todavía prospera detrás de la fachada legal" de
la prostitución regulada.
De
manera similar, el Departamento de Estado de Estados Unidos, que se
nombró a sí mismo el "policía" imperial del cumplimiento
de los derechos humanos civiles por excelencia en otros países,
concluyó que el sistema de prostitución despenalizado de Nueva
Zelanda no logró prevenir, procesar y proteger a quienes fueron
objeto de trata. Ya en 2010, Nueva Zelanda fue mencionada como "un
país de origen de niñas menores de edad que son objeto de trata de
personas, especialmente de prostitución forzada". Sin embargo,
en 2022 se descubrió que los traficantes en Nueva Zelanda seguían
apuntando a grupos vulnerables, como niños, inmigrantes y adultos
víctimas de violencia doméstica y familiar, para explotarlos en el
comercio sexual.
Dada
la abrumadora evidencia de cómo las leyes afectan la prostitución
en la práctica, criminalizar a los compradores y despenalizar a las
prostitutas tiene un propósito importante para disuadir la violencia
de género y el tráfico sexual.
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
Dadas
las tendencias agresivas de los compradores, la despenalización
significa efectivamente que los perpetradores de violencia de género
quedan impunes por muchos de los abusos cometidos en la prostitución.
Una gran cantidad de evidencia, gran parte de ella publicada por
estados que la han legalizado y despenalizado, sugiere que las leyes
que permiten a los hombres comprar personas para tener relaciones
sexuales no mejoran la situación de las personas prostituidas. En
cambio, perpetúan y aumentan los daños conocidos de la
prostitución, particularmente al aumentar la demanda de sexo
remunerado, atraer a personas más vulnerables a la industria del
sexo y proporcionar un poderoso incentivo económico para el tráfico
sexual.
En
contraste, el modelo igualitario, en el marco del Estado burgués,
promueve el bienestar y la igualdad de los desafortunados miembros
del proletariado que se ahogan en la colonización patriarcal de sus
cuerpos, elevando el estatus de las prostitutas, principalmente
mujeres y niñas, mujeres y/o personas feminizadas, incluidas las
mujeres trans, así como los niños, algunos hombres y otras personas
trans, y rebajando el estatus de sus perpetradores, que son
predominantemente hombres (así asignados al nacer y que permanecen
así identificados). A la luz de lo que sabemos ahora sobre la
prostitución, no puede equipararse a un trabajo remunerado para
mujeres cuyas circunstancias no les dejan otra opción, como hacen
repetidamente los demandantes. Las personas que limpian baños
públicos, casas privadas, venden frutas o lavan parabrisas en las
calles no desarrollan niveles similares de PTSD debido a tales
actividades, ni síntomas disociativos o consecuencias para la salud
similares a los de los sobrevivientes de la guerra, incluidas
lesiones cerebrales traumáticas, problemas de memoria, dificultad
para respirar, dolor/entumecimiento en manos/pies, problemas de
visión, dolor en el pecho, problemas de equilibrio, problemas de
audición, dolor de mandíbula, hinchazón de las extremidades, ritmo
cardíaco irregular y asma.
Las
personas que "trabajan" tampoco suelen ser sometidas
diariamente a violaciones, agresiones sexuales, humillaciones y
abusos sexuales, ni contraen VIH ni otras infecciones de transmisión
sexual potencialmente mortales como resultado de la exposición en el
trabajo. Podría decirse que la prostitución no es trabajo: es una
forma de violencia de género. Cuando se despenaliza en todos los
ámbitos, incluidos terceros como propietarios de burdeles, gerentes
y proxenetas, se podría decir que quienes toman las decisiones están
cometiendo un crimen contra la humanidad y contra la población que
será objeto de explotación en la prostitución de forma
generalizada o sistemática como resultado de estas decisiones,
especialmente aquellas que son objeto de trata y forzadas a
prostituirse a gran escala.
11.
Violación del derecho burgués: la legalización y la
despenalización son crímenes contra la humanidad
Incluso
entre los investigadores burgueses, la gente está empezando a darse
cuenta de lo terrible que es realmente la prostitución legal. Dos de
los críticos más destacados de la prostitución legal, en un
artículo reciente en la revista más prestigiosa de derecho
internacional, llegaron incluso a acusar a estados imperialistas como
Alemania, Nueva Zelanda, Países Bajos, provincias dentro de dichos
estados (por ejemplo, Nevada, EE.UU. y Victoria, Australia) – y
naciones oprimidas como India y Tailandia – de institucionalizar
crímenes contra la humanidad que "conmocionan la conciencia de
la humanidad".
Esta
espectacular teoría, a pesar de haber sido propuesta por académicos
que trabajan dentro del marco de las instituciones burguesas, es
notable porque los comunistas pueden adoptarla con fines
propagandísticos. "Miren", diríamos, "los propios
juristas de los imperialistas admiten que no pueden seguir sus
propias leyes; las violan constantemente con impunidad,
irresponsabilidad y desprecio descarado".
Es
revelador que los diplomáticos que se supone deben defender los
altos estándares de derechos humanos de los imperialistas hayan sido
sorprendidos por comprar sexo en sus reuniones en Nueva York. Como lo
expresó un oficial de policía: "La hora del almuerzo es el
mejor momento para la prostitución. Muchos de los hombres que
arrestamos están casados, por lo que necesitan una excusa para
dársela a sus familias. Es un poco más fácil a la hora del
almuerzo y cuando están en el trabajo escabullirse por un rato".
Un
periódico indio informó desde las reuniones de la ONU en la ciudad
de Nueva York que "escoltas costosos están acudiendo a la
ciudad desde lugares tan lejanos como Las Vegas y Europa para
satisfacer la creciente demanda durante las reuniones diplomáticas.
Las fuentes sugieren que los diplomáticos se entregan a tales
actividades. Muchos eligen visitar hoteles en lugar de clubes de
striptease o lugares públicos para evitar llamar la atención".
Un activista conservador estadounidense de derechos sociales, un
obvio oxímoron, escribió en 2023 que… Anchorage no es una ciudad
pobre y Alaska no es un estado pobre. La Tercera Avenida es el horror
del tercer mundo en una sociedad con recursos del primer mundo. …
La prostitución obviamente existe. Las condiciones sanitarias son
pésimas. . . . Toleramos el uso abierto de drogas y la prostitución
en público. Permitimos que los perpetradores actúen abiertamente y
así mostramos nuestra indiferencia hacia las víctimas.
De
manera similar, un periodista europeo describió un documental
transmitido por la televisión pública alemana en el que uno de los
propietarios de la cadena de burdeles Paradise admitía que era
plenamente consciente del impacto de la prostitución legal en el
proletariado: ¿Estaría feliz si alguna de sus dos hijas trabajara
en Paradise?, pregunta el entrevistador. La cara de Rudloff se pone
roja. "Impensable, impensable", dice. "El tema es
brutal. No quiero ofender a las prostitutas, pero estoy tratando de
criar a mis hijos para que tengan oportunidades profesionales. La
mayoría de las prostitutas no tienen esas oportunidades. Por eso
hacen ese trabajo". Hace una pausa y mira hacia otro lado.
"Impensable", repite. "No quiero ni pensar en eso"
El
viejo nexo de guerra no se aplica a los crímenes contra la
humanidad; para ello, los imperialistas han inventado los conceptos
de "crímenes de guerra" y "crímenes de agresión",
lo que significa que los crímenes contra la humanidad "no
tienen por qué constituir un ataque militar", como se define en
el Estatuto de la CPI y confirmado repetidamente por sus salas
judiciales, así como en tribunales ad hoc anteriores en Ruanda y ex.
Yugoslavia. El primer intento exhaustivo de los dos académicos
burgueses de examinar cómo el concepto de crímenes contra la
humanidad, que es aplicable tanto en tiempos de paz como en
situaciones de conflicto reconocidas, puede aplicarse legalmente a un
espectro más amplio de prostitución, limitándolo al derecho
burgués, es sin embargo instructivo sobre cómo los marxistas
deberían abordar el tema.
Examina
cómo la prostitución es un ataque "generalizado" y
"sistemático" contra la población civil que no sólo es
llevado a cabo por fuerzas sociales sino también explotado por
actores y leyes que, si bien son diferentes de los casos más
explícitamente brutales que han cubierto aplicaciones legales
anteriores, siguen estando organizados e implican violencia y
coerción significativas. Según ellos, estudios de caso cuidadosos
centrados en la Corte Penal Internacional (CPI) respaldan la teoría
de que la prostitución legal debería reconocerse como un crimen
contra la humanidad.
Según
el Estatuto de Roma de 1998 – actualmente la más exigente de las
definiciones aplicadas internacionalmente – un crimen contra la
humanidad requiere que actos específicos bajo el Artículo
7(1)(a)-(k) sean “cometidos como parte de un ataque generalizado o
sistemático dirigido contra la población civil, con conocimiento
del ataque”. Pueden tenerse en cuenta la prostitución forzada, la
esclavitud sexual, la esclavitud, la violación, la tortura y otras
formas de violencia sexual de gravedad comparable (7(1)(c)(f)(g)(k)).
Triangularon fuentes empíricas utilizando múltiples métodos de
encuesta y descubrieron que la prostitución suele coincidir con el
delito de prostitución forzada, entre otras cosas. La CPI lo define
como obligar a personas prostituidas a tener relaciones sexuales
"aprovechando un entorno coercitivo o la incapacidad de dicha
persona o personas para dar su consentimiento genuino"
(Elementos de los Crímenes 2002, art 7(1)(g)-3(1)).
De
manera similar, la trata de personas, sinónimo de esclavitud según
el Estatuto de Roma de 1998, artículo 7(2)(c), se define con
autoridad en el Protocolo de Palermo de 2000, artículo 3(a), que ha
sido ratificado por 182 Estados, entre otras cosas como “abuso de
poder o de una posición vulnerable... con fines de explotación”.
Dado el requisito alternativo del Estatuto de Roma (1998) de que el
ataque a la población civil sea sistemático (artículo 7(1), es
importante señalar que la demanda alemana de sexo más dañino se
intensificó después de la legalización, exacerbando la situación,
por ejemplo, con la aparición de burdeles de precio fijo que
ofrecían tiempo ilimitado para la explotación sexual, en algunos
casos sexo de todo tipo, sobre todo sexo anal, sexo sin protección y
los llamados gangbangs. Se han reportado desarrollos similares en
Nueva Zelanda.
En
junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel, admitió
que veinte años de prostitución legalizada han sido "un error
fatal, como lo demuestra la brutal realidad en la calle y en los
burdeles". A pesar de las deficiencias del derecho civil sueco,
los compradores en Suecia son descritos como más cautelosos porque
pueden ser considerados responsables de los intentos, mientras que
las prostitutas no cometen ningún delito, una situación que las
prostitutas, como se mencionó, fortalece su control, seguridad e
integridad personal. proletariado – todo lo contrario. Una
superviviente de Nueva Zelanda que quería dejar la prostitución
legal después de cinco años descubrió que “ninguna de las
organizaciones que representan a las trabajadoras sexuales me ofreció
jamás ayuda para abandonar la industria del sexo”. Otra
superviviente testificó cómo las mujeres en Nueva Zelanda "intentan
abandonar el comercio sexual pero no reciben ayuda. Se van y
regresan, se van y regresan, porque nadie las escucha".
Un
conocido superviviente de la prostitución, periodista y autor
irlandés, junto con el principal investigador sobre la prostitución
y psicólogo especializado en el trauma de la prostitución en los
Estados Unidos, han observado que el Colectivo de Prostitutas de
Nueva Zelanda, una importante organización de lobby a favor de la
despenalización, "no ofreció ningún programa de apoyo como
formación vocacional o apoyo de vivienda para la gran mayoría de
quienes trabajaban en la prostitución y querían dejarla". De
manera similar, las solicitudes de financiación para programas de
salida de Streetreach, una ONG de Nueva Zelanda, fueron rechazadas a
pesar de que sus comunidades querían deshacerse de la prostitución
porque la ven principalmente como una "molestia pública".
El
dinero que llega a los gobiernos donde la prostitución genera
importantes ingresos fiscales debería considerarse realmente "la
parte del proxeneta" del gobierno. Por ejemplo, la ciudad
alemana de Duisburg, con una población de poco menos de 500.000
habitantes, ganó 913.000 euros en 2015 sólo con los burdeles. En
Dortmund, que tiene una población alrededor de un 20% mayor, la
ciudad estimó sus ingresos en 750.000 euros en 2010. Los gobiernos
locales de Nevada con burdeles legales "ganan entre miles y
cientos de miles de dólares anualmente gracias a las tarjetas de
trabajo, solicitudes, licencias y derechos de licencia de alcohol de
los burdeles", como escribió un investigador pro-legalización
en Nevada. Allí, el condado de Lyon ganó $543,757 en 2017 por
derechos de licencia e "impuestos sobre habitaciones y licores"
de burdeles legales, más $5,000 por los llamados permisos de
trabajo. El condado de Nye recaudó $192,188, incluidos $56,779 para
"permisos de trabajo".
Al
interpretar las leyes contra el tráfico sexual de manera estricta,
como lo hacen naturalmente todos los estados con prostitución legal,
mientras se ganan cantidades significativas de derechos de licencia,
impuestos especiales e impuestos sobre las ventas, la legislación
sobre prostitución legal promueve y alienta la prostitución
forzada, la esclavitud y otros abusos comparables "cometidos
como parte de un ataque generalizado o sistemático dirigido contra
la población civil, con conocimiento del ataque". Estatuto de
Roma de 1998, artículo 7(1).
Es
fácil demostrar que era consciente de las consecuencias de la
póliza. Una sala de cuestiones preliminares de la Corte Penal
Internacional concluyó que los "motivos razonables",
cuando un ataque "afectó al menos a cientos de miles"
durante cinco años mientras las Naciones Unidas "publicaban
ampliamente" abundante información, cumplían con el requisito
de notificación. Los supervivientes de la prostitución, cuando la
abandonan, suelen dejar muy claras las consecuencias de legalizar sus
abusos pasados. Sus votos, junto con la abrumadora evidencia de la
prostitución legal ahora disponible, muestran que los funcionarios
públicos adoptan "a sabiendas" políticas que "en
circunstancias normales", artículo 30(3), "promoverán o
alentarán activamente... un ataque contra la población civil".
A
la luz de esta descripción, el Estatuto de Roma de 1998 prescribe
varias formas de responsabilidad, que el tribunal puede evaluar
individualmente. Especies. 25(3)(a)–(d), 28(a)–(b). La
responsabilidad penal individual de los funcionarios públicos es,
por tanto, un concepto jurídicamente sostenible. La jurisprudencia
civil anterior ha tratado la prostitución forzada y el tráfico
sexual como crímenes potenciales contra la humanidad, pero desde
entonces ha restringido el término a las víctimas de violencia
sexual en guerras internacionales o guerras civiles (por ejemplo, las
mujeres de solaz japonesas) o grandes sindicatos del crimen
organizado como la yakuza japonesa. No nos hacemos ilusiones sobre el
derecho internacional o el derecho civil. Usamos el derecho
internacional para exponer a los imperialistas y sus travesuras. Es
una cuestión propagandística.
No
entregaremos a todos los criminales imperialistas y reaccionarios a
los tribunales: los pueblos del mundo les darán su veredicto final y
los dejarán en el montón de polvo de la historia. Incluso después
de la revolución, quienes toman decisiones no deben quedar impunes
por sus crímenes imperialistas. Por lo tanto, debe aceptarse la
teoría de la prostitución legal como un crimen contra la humanidad.
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad de género
El
sexo comercial bajo el capitalismo, incluidas la pornografía y la
prostitución, es una industria poderosa apoyada por una variedad de
apologistas, incluidos investigadores, periodistas, comentaristas
sociales, etc., que influyen en la opinión pública y la política,
sin importar cuán equivocadas sean sus afirmaciones. Por tanto, no
sorprende que el modelo de igualdad de género haya generado una
enorme cantidad de desinformación, mitos y mentiras, especialmente
en Suecia, que fue el primer país en adoptarlo. También vemos esto
en las corrientes reformistas y revisionistas dentro del movimiento
obrero.
Algunos
investigadores burgueses se preguntan si el modelo de igualdad de
género ha contribuido a un mercado de prostitución más pequeño en
comparación con otros países escandinavos. Afirman que parte de la
prostitución sueca se lleva a cabo sin ser detectada, a través de
taxis, donde las mujeres prostituidas usan sus propios automóviles
para transportar a los compradores de sexo a apartamentos donde se
compra sexo y, por lo tanto, no son denunciadas en las
investigaciones oficiales. Sin embargo, la prostitución en taxis ya
existía en Estocolmo en 1993, varios años antes del modelo de
igualdad de género. Una investigación pública de 1995 llevó a
cabo una entrevista en profundidad con una prostituta que dijo que
usaba su propio automóvil para "recoger clientes" y que
esto le permitía "seleccionar" a sus clientes.
Los
críticos reaccionarios burgueses del modelo de igualdad de género,
por lo tanto, omiten información que contradice su afirmación de
que la prostitución a través de taxis y los propios automóviles de
las mujeres prostituidas apareció por primera vez en 1999. Además,
estas afirmaciones no dicen nada sobre la prevalencia de estas formas
de prostitución en otros países, o si las mujeres en cuestión
anunciaron o contactaron taxis o compradores de sexo donde se conocía
la prostitución callejera, lo que hace probable que hubieran sido
incluidas en las estimaciones de incidencia para esos lugares. A
falta de datos transfronterizos o longitudinales (los estudios
longitudinales son encuestas en las que se estudian los mismos
sujetos con varios años de diferencia), o cualquier información
sobre los medios de comunicación a través de los cuales se organizó
la compra de sexo, sus observaciones aisladas no proporcionan una
idea significativa de la efectividad y eficiencia de la ley sueca.
Estos
críticos también afirman que la prostitución sueca se publicitaba
en sitios web daneses, pero de ello no se sigue que los estudios que
evaluaron la prostitución sueca subestimaran su alcance; Se ha
incluido publicidad "dirigida a residentes en Suecia"
independientemente del origen de los sitios web. Otro tipo de
afirmación la ha hecho un etnógrafo británico que literalmente
vivió y durmió entre mujeres y hombres prostituidos suecos. Junto
con una activista sueca y "ex trabajadora sexual",
cofundadora de la (pro) "organización sueca de trabajo sexual",
presidenta de una red mundial de organizaciones similares y "crítica
persistente y vocal del modelo sueco que criminaliza a los clientes
de las trabajadoras sexuales", critican los programas
especializados suecos de apoyo y salida. Dicen que estos programas
deben repartir condones y otros materiales gratuitos para tener
relaciones sexuales seguras en la calle (la llamada reducción de
daños). Sin embargo, estos programas supuestamente han razonado que
si los funcionarios bajo la Ley de Igualdad hicieran esto,
promoverían indirectamente la prostitución. Sin embargo, el
etnógrafo británico y su amigo activista sueco omiten el hecho de
que los compradores de sexo a menudo prefieren sexo sin protección y
presionan a las prostitutas para que se lo proporcionen
independientemente de lo que ellas mismas quieran, condiciones
documentadas sistemáticamente en la prostitución legal, como se
mencionó anteriormente. Los compradores de sexo a menudo sobornan a
las prostitutas para que tengan relaciones sexuales sin protección,
y a muchos burdeles esto no les importa.
Una
superviviente de la prostitución legal dijo que "se demostró
que el mito de una mejor salud era falso menos de seis meses después
de la reforma legal [en Nueva Zelanda]. Las mujeres se besaban y
corrían el riesgo de contraer herpes, practicaban sexo oral sin
condón a riesgo de contraer verrugas en la garganta y participaban
en prácticas más duras y arriesgadas sólo para conseguir un
trabajo". De manera similar, una mujer en un burdel legal en
Nevada informó que, aunque las mujeres "insistieron" en
usar condones, los clientes se quejaron a través de los teléfonos
de las habitaciones con la gerencia, quien luego les indicó a las
mujeres que "siguieran las reglas". Además, los propios
datos del etnógrafo y activista sobre informantes suecos revelaron
que la "gran mayoría" de las prostitutas ya reconocía que
el sexo oral era menos seguro sin condón, pero la mitad admitió que
lo practicaban de todos modos porque los clientes lo exigían, no,
como sugiere deshonestamente el etnógrafo y activista, debido a "una
falta de iniciativas de reducción de daños destinadas a poner el
conocimiento en práctica". Entregar condones gratis a mujeres
prostituidas puede parecer inofensivo, pero no hay evidencia de que
reduzca las relaciones sexuales sin protección. Afirmar que sí es
así, como lo hacen estos apologistas, es presentar la prostitución
como más segura de lo que realmente es.
Además,
hay una serie de mitos desmentidos desde hace mucho tiempo de que la
prostitución se volvió más peligrosa en Suecia después de 1999,
que los ingresos disminuyeron y que las condiciones en general
empeoraron. El problema de la desinformación es particularmente
digno de mención dado que la evidencia empírica contradice
fuertemente este mito, como se describió anteriormente,
especialmente la falta de asesinatos en la prostitución sueca desde
1999, los informes de compradores relativamente ansiosos y dóciles,
y las tarifas más altas que los compradores tienen que pagar en
comparación con la prostitución en entornos legales.
13.
Resistencia jurídica civil
Desde
1999, la jurisprudencia no considera que los compradores sean
individualmente responsables de los daños que afectan a aquellos a
quienes compran sexo en Suecia, lo que obviamente va en contra de las
intenciones del modelo de igualdad de género y muestra la quiebra
del sistema jurídico burgués. En la medida en que el Estado ha
apoyado a personas dedicadas a la prostitución con fondos públicos,
ha sido una decisión política, no una obligación legal. En 2001,
la Corte Suprema, en una breve opinión de cuatro sentencias,
confirmó sentencias de tribunales inferiores que interpretaban el
interés protegido bajo la Ley de Compra de Servicios Sexuales al
determinar la pena para un hombre que había comprado a una mujer
para practicarle sexo oral en un automóvil estacionado. El tribunal
de distrito sueco señaló que el fiscal sólo había citado a la
mujer como testigo, no como víctima. Esto, junto con el hecho de que
no se ha presentado ninguna reclamación por daños y perjuicios,
también significa que los fiscales interpretan la compra de
servicios sexuales como un delito más o menos "sin víctimas".
El tribunal de distrito consideró en el caso de 2001 que un delito
cuyo principal objetivo es el orden público merece en sí mismo una
pena menor que los delitos contra las personas.
El
Tribunal de Distrito y el Tribunal de Apelación no estuvieron de
acuerdo sobre el nivel apropiado de castigo, pero ambos argumentaron
que el "consentimiento" de la persona prostituida indicaba
que el delito cometido estaba "principalmente" dirigido al
"orden público" y no al individuo como "persona".
La implicación era que la víctima no consentiría voluntariamente
en cometer un delito contra sí misma como persona. Sin embargo, ni
las conclusiones del legislador ni las investigaciones actuales sobre
la industria del sexo documentan las condiciones de libertad
necesarias para que el "consentimiento" en el que se basan
estos tribunales sea significativo. De hecho, no demostraron ser
conscientes de la naturaleza abrumadoramente ficticia del supuesto
consentimiento de la persona prostituida. Cuando se obliga a celebrar
un contrato aprovechándose de la situación desesperada de alguien,
de su falta de opciones o de su historial de abuso, todos ellos
precursores bien conocidos de la prostitución, equivale a "explotar
un entorno coercitivo o la incapacidad de una o más personas para
dar su consentimiento genuino".
Por
lo tanto, hay muchos estudios que muestran que la mayoría de los
compradores, al responder de forma anónima, admiten que entienden
que las prostitutas no disfrutan del sexo, pero son financieramente
vulnerables y están expuestas a la violencia y otros daños como el
proxenetismo o la trata. En términos de daños, la evidencia
empírica muestra que las circunstancias coercitivas que típicamente
preceden a la entrada crean una situación que es a la vez altamente
desafiante e inherentemente inequitativa, que los compradores
explotan libremente. Al comprar sexo a personas que se ven obligadas
a aceptarlo debido a una falta fundamental de elección, los
compradores están agravando los daños a las personas que se dedican
a la prostitución, incluso sin cometer actos agravantes adicionales.
Los
restos de la percepción general de la prostitución antes de 1999
todavía afectan el tratamiento legal que se da en Suecia a las
víctimas de la trata de personas. Debido a las interpretaciones
legales distorsionadas del modelo de igualdad de género, y a pesar
de la reputación internacional que el país se ha ganado a sí mismo
como un país socialmente progresista, las personas prostituidas en
Suecia todavía tienen que demostrar en cada caso individual que han
sido sometidas a violaciones graves o explotadas despiadadamente en
la prostitución para que se les reconozca los daños. Sin prueba de
tal violación, la persona prostituida es considerada únicamente
como testigo de un delito contra el orden público. Por ejemplo, un
testigo de un delito relacionado con la prostitución no tiene
derecho legal a salir de los programas, la atención médica o la
vivienda. Por lo tanto, los representantes legales de las víctimas
deben trabajar caso por caso para evitar que los tribunales rechacen
las reclamaciones de indemnización de sus clientes. De esta manera,
el derecho civil en Suecia sigue protegiendo a los perpetradores. A
pesar de esto, Suecia todavía tiene quizás las condiciones más
sólidas en una sociedad legal civil para combatir con éxito el
tráfico sexual en comparación con otros países con el mismo tipo
de leyes. Sin embargo, las debilidades de la legislación sueca y su
aplicación, que son similares a las de Francia y muchos otros países
con al menos algunas ambiciones abolicionistas, han sido criticadas
durante veinte años. Sin embargo, el legislador todavía no ha
impedido que los tribunales determinen en la mayoría de los casos de
prostitución que se trata de prostitución "voluntaria",
sin el papel de víctima que da derecho a una indemnización según
la doctrina jurídica vigente.
Una
investigación de 2022, que el gobierno sueco encargó al Consejo
Nacional de Prevención del Delito, tenía como tarea evaluar si las
personas prostituidas debían ser consideradas automáticamente
"víctimas", como ocurre con las víctimas de otros delitos
sexuales. Se podría haber esperado que concluyeran que éste debe
ser el caso. Sorprendentemente, se opusieron a esta propuesta, aunque
lamentaron que las circunstancias agravantes mencionadas incluso en
la historia legislativa prácticamente nunca hayan sido tomadas en
cuenta por los tribunales suecos, que todavía imponen penas en el
rango de pena más bajo, a 2pesar de que las penas de prisión están
incluidas en la escala. Esto demuestra que la legislación burguesa
no cambia a menos que exista presión popular de las masas.
Por
estas razones, Francia intentó crear una protección legal más
amplia para las personas prostituidas en su versión de la ley sueca,
incluso a través de programas municipales de salida obligatorios.
Sin embargo, hasta ahora la implementación ha sido ineficaz. Algunos
académicos han descrito los programas de salida franceses como "un
aparato burocrático de mano dura" que crea obstáculos,
especialmente para los inmigrantes que solicitan participar, pero
también para las organizaciones de base de las que el gobierno
depende en última instancia para obtener fondos para implementar los
programas.
Además,
estos investigadores subrayan "lo difícil que es aplicar una
estrategia de este tipo en un contexto caracterizado por una política
de inmigración restrictiva y una continua desconfianza racista hacia
los inmigrantes". Cinco organizaciones no gubernamentales de
Francia, una “federación de practicantes y sobrevivientes de la
prostitución, junto con personas que actualmente se dedican a la
prostitución” (la “Federación”), publicaron un informe
conjunto integral en 2025. Reconocieron que la ley francesa, cuando
se implementa plenamente, tiene éxito, al menos desde una
perspectiva cívil. Sin embargo, en muchos o en la mayoría de los
casos todavía existen obstáculos importantes para ello. Cuando los
supervivientes con los que trabajó la federación denunciaron a la
policía casos de proxenetismo o trata (un primer paso hacia una
posible condena en casos de prostitución), se encontraron
regularmente con respuestas degradantes, que incluían burla,
irritación, negación de la violencia, acusaciones contra los
supervivientes, negativa a señalar o restar importancia a ciertos
actos de violencia e incluso negativa a emitir informes oficiales
después de recibir testimonio. Por ello, la federación pide, entre
otras recomendaciones, la formación de todos los profesionales que
entran en contacto con los supervivientes, y que los supervivientes
estén acompañados por representantes de organizaciones como la suya
a la hora de realizar sus denuncias.
Por
lo tanto, todavía parece haber obstáculos importantes para que las
prostitutas hagan valer plenamente sus derechos liberales burgueses
en Suecia. Algunos críticos de Suecia enfatizan que las leyes de
inmigración del país se aplican de una manera que puede negar
permisos de residencia a las prostitutas y que las leyes de vivienda
impiden que las mujeres se dediquen a la prostitución en espacios
cerrados (a diferencia de la prostitución callejera o con
acompañantes). Es cierto que estas aplicaciones son contrarias a la
intención de dirigirse únicamente a proxenetas y compradores de
sexo, no a personas prostituidas. Sin embargo, los críticos rara vez
reconocen que la situación podría mejorar si se trataran todos los
casos de compra de sexo como delitos contra las personas y no contra
el orden público, lo que proporcionaría incentivos adicionales para
que los vulnerables denuncien los delitos cometidos contra ellos y
garantizaría un apoyo público más confiable que el que la sociedad
civil por sí sola puede ofrecer. Se ha argumentado que debido a que
la realización de estos derechos civiles disuadiría a los posibles
compradores de sexo, infringen los derechos de una categoría
hipotética de personas que no se ven perjudicadas por la "venta
de sexo". Pero alguien que fue comprado para tener sexo y no
sufrió lesiones probablemente no reclamaría daños y perjuicios a
un comprador de sexo. Aunque esto no sería suficiente para disuadir
a algunos compradores de sexo, la legislatura o el tribunal deberían
poder lograr un equilibrio justo entre los derechos, intereses y
demandas en juego.
Al
sopesar los intereses de quienes son perjudicados y explotados en la
prostitución y su necesidad de apoyo para salir de ella, los
argumentos a favor de la persona prostituida hipotéticamente ilesa
parecen sorprendentemente desequilibrados y desconectados de la
realidad documentada de la prostitución entre el proletariado,
especialmente sus miembros más explotados.
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
A
pesar de las promesas de ilustración y modernidad a los ciudadanos,
tanto en las naciones imperialistas como en las oprimidas, las
democracias parlamentarias burguesas han fracasado rotundamente en
crear bienestar y prosperidad para las masas. La desigualdad está
aumentando a un ritmo acelerado, especialmente entre las naciones
imperialistas y oprimidas, pero también entre las clases ricas y
pobres dentro de las propias naciones. Como dice el experto en
impuestos de Oxfam: "Se nos dice una y otra vez que no hay
suficiente dinero para mejorar la vida de la gente corriente o luchar
contra la crisis climática. Pero los hechos demuestran lo contrario.
Los superricos están acaparando más de lo que pueden gastar
mientras evitan pagar impuestos, y el resto de nosotros llevamos la
peor parte de la carga fiscal mientras intentamos mantener la
economía a flote". Aparte de las elevadas exigencias de la
política y la ideología, los imperialistas utilizan sus armas de
destrucción masiva para promover sus intereses económicos, mientras
la gran mayoría lucha bajo las botas del imperialismo.
Aparte
de las elevadas exigencias de la política y la ideología, los
imperialistas utilizan sus armas de destrucción masiva para promover
sus intereses económicos, mientras la gran mayoría lucha bajo las
botas del imperialismo. Nunca debemos esperar que la democracia
representativa parlamentaria cambie la política en torno a la
prostitución. En la prostitución, las víctimas deben demostrar
constantemente que son dignas de recibir contribuciones sociales,
pagadas por contribuyentes alienados y, por lo tanto, egoístas o
esfuerzos filantrópicos; de lo contrario, las prostitutas deben
valerse por sí mismas. Jueces, policías, trabajadores sociales,
académicos y políticos oportunistas, con sus molinos parlantes,
trabajan mientras cierran sus mentes, por limitadas que sean, y
obstruyen la aplicación efectiva de las leyes destinadas a prevenir
la prostitución.
Por
lo tanto, el aumento del gasto público para apoyar los programas de
salida de las prostitutas se ve obstaculizado por el capitalismo, que
divide la simpatía del público debido a la constante necesidad y
falta de recursos para el proletariado, especialmente las
prostitutas. Los políticos oportunistas, que sólo adoptaron el
modelo igualitario debido a la presión de la clase obrera en lucha,
los movimientos populares y la opinión pública, no tienen, como
señaló Lenin en El Estado y la Revolución, ningún interés en
llevarlos a cabo o implementarlos. En cambio, prefieren sus “foros
de discusión” y mantienen cómodamente buenas relaciones con los
capitalistas, quienes ofrecen lucrativos trabajos de salida en
agencias de relaciones públicas, salas de juntas o (para los
izquierdistas) prestigiosos puestos internacionales como embajadores,
representantes de la ONU o presidentes o directores de organizaciones
no gubernamentales y filantrópicas.
Como
observó Lenin, a los políticos en la democracia representativa
burguesa sólo les importa acercarse a la "olla de carne",
los puestos lucrativos y honorables, y que, por otro lado, puedan
captar "la atención del pueblo". Mientras tanto, es en las
cancillerías y en los estados mayores donde "se ocupan" de
los asuntos del Estado burgués. Nunca se debe caer en la creencia de
que el desarrollo sobre el terreno se produce a través de cambios en
las leyes. Esta configuración despeja la lucha contra el contenido
de la clase. No son las leyes sino las clases y sus luchas las que
determinan el desarrollo social.
Bajo
una dictadura burguesa, el proletariado vive sin control sobre los
recursos de la sociedad y, por lo tanto, siempre vive al borde de
hundirse en la miseria de la pobreza. La parte de la clase obrera que
pertenece a sus reservas, que es utilizada por la burguesía para
obligar a los obreros a seguir órdenes bajo la amenaza de ser
reemplazada y así descender a los estratos más bajos, es una parte
natural del capitalismo. Mientras exista pobreza y falta de recursos,
existirá la prostitución. Lo mismo se aplica a la ética y la
moralidad social. En una sociedad sucia, sus miembros se vuelven
sucios. En una sociedad donde impera el individualismo y donde las
personas están alienadas unas de otras, es natural que sus miembros
no se traten bien entre sí.
En
la sociedad capitalista, el cuerpo femenino se comercializa con fines
económicos, lo que crea en la mente de grandes sectores de la
población la idea de que es posible poseer su cuerpo mediante el
intercambio de dinero. Al contrario de ambos, en la sociedad
socialista no habría desempleo ni pobreza ya que los recursos de la
sociedad no servirían a un pequeño grupo de individuos sino a las
necesidades de la gran mayoría. El beneficio no estaría en primer
lugar en los objetivos de producción, sino en la victoria del
socialismo y el bienestar del pueblo. Esto eliminaría las
condiciones económicas para la prostitución. La conciencia del
pueblo también cambiaría mediante la lucha contra tradiciones,
ideas y costumbres obsoletas. El codicioso individualismo capitalista
va
a ser reemplazado por el colectivismo solidario del socialismo. La
confianza en el cambio no residiría en las leyes existentes sino en
la fuerza de las masas para defender y aplicar los métodos de
emancipación
de la mujer. Lenin lo expresó en Lenin lo expresó en Una Gran
Iniciativa (1919) de la siguiente manera:
"La
verdadera emancipación de la mujer, el verdadero comunismo, solo
comienza cuando se inicia una lucha de masas (liderada por el
proletariado, que ostenta el poder estatal) contra esta economía
doméstica a pequeña escala, o, más precisamente, cuando se
transforma a gran escala en una economía socialista a gran escala."
Es
imposible aplicar suficientemente las leyes sobre la prostitución,
destinadas a empoderar a las víctimas, incluso en países
imperialistas como Suecia y Francia, que cuentan con más recursos
que las naciones oprimidas y, en teoría, con las leyes más
progresistas para rescatar a quienes se ahogan en la prostitución y
son víctimas de trata con fines sexuales. Para que estas medidas
políticas sean efectivas, es necesario llevar a cabo una revolución,
liderada por un partido revolucionario de vanguardia capaz de
instaurar la dictadura del proletariado. Entonces, con revoluciones
culturales y vigorosos esfuerzos para prevenir la alienación
intelectual de funcionarios, jueces, policías, trabajadores sociales
y académicos, estas leyes bienintencionadas podrán finalmente
implementarse en todo su potencial. Sin poder –como en la dictadura
del proletariado– las leyes de igualdad y la protección
constitucional de los grupos vulnerables son una ilusión.
Índice:
1.
¿Qué es la prostitución?
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución en el
capitalismo
4.
Consecuencias perjudiciales para la salud
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
6.
El modelo de igualdad
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
8.
El modelo de igualdad se fortalece, mientras que la legalización de
los compradores debilita a las mujeres
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
11.
Violación de la ley burguesa: La legalización y la despenalización
son crímenes de lesa humanidad
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad
13.
Resistencia legal burguesa
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
1.
¿Qué es la prostitución?
Si
la falta de vivienda simboliza lo que está mal con la propiedad
privada, entonces la prostitución encarna lo que está mal con el
capitalismo. Exalta las necesidades de los hombres por encima de la
subordinación de las mujeres, especialmente de las mujeres de clase
obrera, que son las más pobres y marginadas. Dentro de un Estado
burgués, incluso en una democracia representativa, nunca será
posible erradicar ni abolir esta cruel opresión.
¿Qué
es la prostitución? La prostitución implica comprar a una persona
para tener relaciones sexuales. Quienes compran sexo son comúnmente
llamados "bacalaos", "pikes", "johns",
"prostitutos", "citas", "pasajeros" y
términos similares. La trata sexual o "comercio sexual" es
la explotación económica de terceros, como proxenetas, dueños de
burdeles, "gerentes", "novios", "agencias de
acompañantes", caseros cómplices y otros facilitadores.
Según
el derecho internacional, reconocido por más de 180 países (el
Protocolo de Palermo de 2002), la trata de personas se define
mínimamente como alguien que se aprovecha de tu "vulnerabilidad"
y te deja sin "alternativa real y aceptable" más que
someterte a la trata. Como señaló el Relator Especial de la ONU
sobre la Trata de Personas en 2006, el Protocolo de Palermo
simplemente describe "la prostitución tal como se practica
realmente en el mundo". Por lo tanto, una situación de
vulnerabilidad puede surgir de factores sociales y económicos o de
otros medios de coerción, como la violencia, el fraude o los
problemas psicológicos, factores reconocidos por prácticamente
todos los Estados Partes.
Siguiendo las ensenanzas
impartidas por el presidente Mao, los marxistas-leninistas-maoístas
basan su comprensión de la prostitución y la trata de personas en
investigaciones objetivas sobre cómo se manifiestan estos fenómenos
en la realidad. Por lo tanto, realizamos investigaciones exhaustivas,
especialmente entre el proletariado y las personas supervivientes,
utilizando fuentes secundarias creíbles, fiables e informativas,
incluso si provienen de académicos burgueses. A partir de estudios
concretos, podemos extraer conclusiones concretas.
* * *
Aplicando
el marxismo al estudio del problema se revela que la prostitución
no equivale a trabajo productivo, como "trabajo sexual",
como lo describen algunos revisionistas y posmodernistas que buscan
excusar, sanear y normalizar la prostitución. Por ejemplo, los
trabajadores de restaurantes de comida rápida de McDonald's, los
trabajadores indocumentados de empresas de servicios temporales y el
personal de hoteles no sufren de trastorno de estrés postraumático
(TEPT) como resultado de la violencia o la agresión sexual en su
lugar de trabajo en la misma medida que las víctimas de guerra que
buscan tratamiento, las víctimas de tortura estatal, las mujeres en
refugios para mujeres o las víctimas de violación. Tampoco padecen
enfermedades de transmisión sexual como las prostitutas, que deben
atender a muchos compradores de sexo que se niegan a tener sexo
seguro y que pagan mucho más por sexo sin protección. Esto crea
incentivos peligrosos para sus proxenetas, burdeles e incluso para
ellas mismas, dada su precaria situación económica. Ninguna otra
descripción laboral aceptable incluye tales atrocidades.
Un
ejemplo de esto último fue la prostitución legal en el barrio rojo
de Londres en la década de 1990, donde los gastos diarios de
alquiler, publicidad, recepción, electricidad, toallas,
preservativos, etc., no se cubrían hasta que la persona prostituida
atendía a 10 clientes al día. Estas condiciones implicaban que
muchas mujeres atendían a entre 20 y 30 clientes al día, algunas
hasta 50, lo cual no es una situación única ni inusual en la
prostitución legal. Como revelaron muchas mujeres del estudio sobre
estos burdeles de apartamentos, supuestamente a pequeña escala,
muchas tenían que aceptar sexo sin protección (que estaba mejor
pagado) para reducir el número de clientes diarios y que no se
volviera completamente insoportable.
Por
lo tanto, como marxistas-leninistas-maoístas, entendemos que las
condiciones de la prostitución aparentemente legal en países como
Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Tailandia, India y los
Estados estadounidenses como Nevada nunca pueden describirse como
"trabajo sexual", como trabajo ordinario, ni siquiera en
las actuales condiciones capitalistas de sobre explotación. Las
excepciones a la regla son todas ostensiblemente ilegales: la
esclavitud, como la de los niños que malgastan su infancia y
juventud en las minas congoleñas o la de las empleadas domésticas
extranjeras en Qatar, cuyos pasaportes son retenidos ilegalmente y
luego violadas por sus empleadores, nunca se describe como "trabajo
legítimo". Tampoco se describe como trabajadores comunes a los
soldados que han sido maltratados y sobrevivieron a las guerras
imperialistas más brutales; más bien, incluso los académicos
pequeñoburgueses reconocerían a estos reclutas como carne de cañón,
víctimas de las guerras imperialistas.
Nadie,
ni siquiera los académicos o intelectuales burgueses, justifica la
esclavitud infantil en el Congo, la esclavitud doméstica en Qatar o
la guerra de Vietnam alegando que los afectados eran supuestamente
trabajadores libres. Nadie defiende su abuso y miseria bajo el lema
"mi cuerpo, mi elección". Nadie dice que no debamos
"juzgarlos" por su "elección", sino simplemente
legalizarlos y/o despenalizarlos y permitirles continuar. Nadie
discute que el daño más grave no proviene de sus "clientes"
y explotadores, sino de los abolicionistas que supuestamente los
estigmatizan al describir con precisión su vulnerabilidad y
explotación. Si "en el amor y en la guerra todo vale", con
mayor razón en la prostitución.
Como
Lenin nos enseña en El Estado y la Revolución, el Estado burgués
no puede reformar los síntomas del capitalismo. Incluso aquellos
reformistas burgueses que entienden la existencia de la prostitución
no ceden a las demandas de legalizar los burdeles o despenalizar a
los compradores de sexo, aunque todavía creen ingenuamente que sus
actuales aparatos estatales pueden combatir eficazmente estas formas
perversas de opresión. Entre ellos también se encuentran políticos,
funcionarios y académicos de países que han adoptado el modelo de
igualdad, a veces llamado modelo nórdico o sueco, en el que la
persona prostituida no es criminalizada, sino que se le ayuda a
abandonar la prostitución y se le reconoce como víctima de las
circunstancias y de los perpetradores, mientras que los compradores y
terceros son criminalizados para evitar que sigan explotando a las
personas prostituidas.
Como
se demostrará más adelante, este “modelo de igualdad” es un
paso en la dirección correcta para combatir el abuso y la
explotación en la prostitución. Sin embargo, es imposible
implementar plenamente dicha política en un Estado burgués
(contradicción entre la existencia formal del derecho y su real
concretización en la sociedad burguesa, nora de traducción)
Los
representantes en la democracia burguesa
buscan controlar
la decadencia del capitalismo, y los intereses de la clase dominante
controlan todo lo que ocurre en ella. Estas condiciones profundamente
opresivas corrompen o alienan (generalmente a los primeros) a los
funcionarios públicos, volviéndolos ignorantes, reacios o realmente
incapaces de implementar el modelo igualitario. Los políticos
oportunistas y arribistas y sus charlatanes —jueces, abogados,
agentes del orden, trabajadores sociales y, entre otros, las
organizaciones no gubernamentales— que, aparentemente
inconscientemente, presentan el capitalismo como un purificador de
sus abusos más extremos, están todos involucrados. Estos
burócratas, filántropos o voluntarios privilegiados, intencional o
involuntariamente, obstruyen la correcta implementación del modelo
igualitario y, por lo tanto, impiden que se desarrolle plenamente que
solo puede concretarse bajo un sistema
socialista revolucionario.
Solo
una dictadura proletaria, dirigida
por el partido
proletario
disciplinado, puede abolir verdaderamente la prostitución. O, mejor
dicho, solo una elaboración marxista-leninista-maoísta de ese
modelo logrará el objetivo de abolir la prostitución.
* * *
Las
realidades básicas de la prostitución en un Estado
burgués de régimen liberal
difieren de las condiciones puramente esclavistas de la servidumbre
sexual que existen fuera de un sistema tradicional de intercambio
monetario capitalista basado en el mercado. En el Estado
burgués, la prostitución —ya sea ilegal, legal o semilegal según
el modelo igualitario— prácticamente siempre se genera por una
confluencia de fuerzas sociales y políticas, aunque no se limita a
los siguientes factores:
(1)
Violencia y abuso psicológico, graves consecuencias para la salud,
humillación cruel y agresión sexual. Los tres son perpetrados por
clientes y, en menor medida, por terceros y, en cierta medida, por
las fuerzas del orden, otros funcionarios gubernamentales e incluso
el público en general, incluyendo médicos, terapeutas, profesores y
personas al azar.
(2)
Pobreza extrema y falta de oportunidades alternativas.
(3)
Cruel abuso sexual, físico y psicológico durante la infancia que
destruye la capacidad de las personas prostituidas para vivir sus
propias vidas; una situación coercitiva que contribuye a habituarlas
y desensibilizarlas a la prostitución.
(4)
Opresión de género, reforzada por múltiples formas capitalistas de
subordinación (denominadas factores interseccionales por la academia
burguesa), como: a. Racismo y/o colonialismo b. Persecución por
motivos de etnia, nacionalidad, origen indígena, colonialismo,
sexualidad y similares. c. Discapacidad y/o problemas de salud
mental. d. Vivir en una nación oprimida con una grave falta de apoyo
para abandonar la prostitución.
(5)
Opresión institucional, como la indiferencia burocrática, la
brutalidad policial, la impotencia judicial, la marginación y/o
persecución política, y la estigmatización social.
(6)
Barreras sistemáticas para abandonar la prostitución, como
obstáculos burocráticos (por ejemplo, que impiden a las prostitutas
obtener otro empleo remunerado), sanciones penales, falta de
respuesta, desconfianza u hostilidad manifiesta por parte de
trabajadores sociales, profesionales de la salud, docentes,
empleadores, el poder judicial u otros actores del sector público o
privado.
* * *
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
En
cuanto a la violencia y el abuso psicológico cometidos
principalmente por compradores de sexo, por ejemplo, se llevó a cabo
un estudio en Sudáfrica con una muestra aleatoria de 1.645 hombres
adultos, con el objetivo de obtener “conocimientos sobre los
hombres sudafricanos que se ven a sí mismos como proveedores de
mujeres y, por lo tanto, se sienten con derecho a tener relaciones
sexuales, y la práctica relacionada de tener relaciones sexuales con
mujeres que venden sexo”. De aquellos que habían declarado estar
en lo que los autores denominaron anacrónicamente una "relación
de subsistencia" (lo que significa tener una relación
transaccional o sexo basado en su apoyo material), el 54% admitió
haber violado a una mujer. Por el contrario, un número
significativamente menor (el 13% de los hombres que no habían
comprado sexo ni tenían una relación transaccional (510 hombres, el
31% de toda la muestra)) informaron haber violado a una mujer.
Además, el 8% (1 de 13) del 83% que constituía la mayoría de los
compradores de sexo informaron haber violado a un hombre, mientras
que un número significativamente menor (el 1% de aquellos que no
compraron sexo ni tuvieron una relación transaccional) informaron
haber violado a un hombre.
Además,
el 57% del 83% que compró sexo admitió haber sufrido violencia
física contra una pareja íntima, al igual que el 40% del 17% que no
tenía relaciones transaccionales, mientras que un número
significativamente menor (14% del 31% que no compró sexo ni tuvo
relaciones transaccionales) admitió haber cometido violencia contra
una pareja íntima. En términos de acoso –quizás no sea tan
sorprendente dadas sus tendencias violentas hacia las prostitutas–
el 83% de los compradores de sexo mostraron un "riesgo
significativamente mayor" de haber acosado a otros en la escuela
en comparación con los hombres que no compraron sexo.
El
acoso se midió mediante preguntas de encuesta como "Cuando una
niña pensaba que era inteligente en la escuela, la pusimos en
aprietos explotándola sexualmente". Ambas categorías de
compradores de sexo también admitieron haber participado en
comportamientos significativamente más criminales o agresivos que
los hombres no transaccionales que no compraron sexo. Por lo tanto,
los hombres no transaccionales que no compraron sexo tenían cinco
veces menos probabilidades que la mayoría de los compradores de sexo
de haber poseído un arma (pistola u otro), un arma ilegal, haber
estado en una pandilla, haber consumido drogas y haber estado
involucrados en robos o robos en múltiples ocasiones. De manera
similar, la mayoría de los compradores de sexo tenían "entre
2,5 y 4 veces más probabilidades de haber sido violentos o
criminales" que los hombres que no compraban sexo pero tenían
relaciones sexuales transaccionales.
En
particular, el 24% de todos los compradores de sexo habían sido
miembros de pandillas, en comparación con el 6% de los hombres que
no habían comprado sexo ni habían tenido relaciones sexuales
transaccionales, y el 8% de los hombres que tenían relaciones
sexuales transaccionales. En términos de personalidades
psicológicas, es revelador que el 83% de los compradores de sexo
también obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en las
escalas de igualdad y empatía, y significativamente más altas en
hostilidad hacia las mujeres, mitos sobre la violación y rasgos
psicopáticos (“culpa” y “egocentrismo maquiavélico”) en
comparación con los hombres que no compraron sexo.
La
mayoría de los compradores de sexo (83%) también tenían
significativamente más probabilidades de obtener una puntuación en
los "dos tercios superiores de la escala" en medidas de
psicopatía. Según el estándar estadounidense, las puntuaciones en
el tercio superior de la escala "probablemente" indican
"psicopatía clínicamente diagnosticada". Jewkes y sus
colegas señalan que las "proporciones" en esta categoría
eran "muy altas". Concluyen además que es "fácil
entender por qué las mujeres que se prostituyen, ya sea en Sudáfrica
o a nivel internacional, son tan a menudo objeto de violencia por
parte de sus clientes masculinos".
Necesitamos
algunos ejemplos como el anterior, que ilustren la enorme cantidad de
violencia de género que se perpetra diariamente contra las personas
que se prostituyen. Esta violencia es inherente y esencial a la
prostitución. Para convencer, dentro de la academia burguesa
generalmente se necesitan tres ejemplos consistentes que converjan, y
hay varios otros estudios internacionales que comparan a los
compradores de sexo con los no compradores y/o comparan a los
compradores de sexo de alta frecuencia con los compradores de sexo de
baja frecuencia en medidas similares. También llegan prácticamente
a los mismos resultados que el estudio realizado en Sudáfrica.
Un
estudio de Boston que comparó a 101 compradores con 101 hombres del
mismo origen étnico, nivel educativo y edad que no compraban sexo
encontró que los compradores "informaron una mayor probabilidad
de cometer violación y tenían un historial más largo de abuso
sexual". Los compradores informaron un promedio de 1,59 "tipos
de comportamiento sexualmente agresivo" (de = 1,83, rango = 0 a
10), mientras que los no compradores informaron un promedio de 0,53
tipos (de = 0,79, rango = 0 a 4).
También
se encontró que los compradores tenían significativamente más
probabilidades de informar que habían sido arrestados por delitos
que incluían delitos graves, delitos menores, delitos relacionados
con la violencia contra las mujeres, asalto, delitos con armas,
delitos contra las autoridades, robo y delitos relacionados con el
abuso de sustancias. Incluso dentro del grupo de compradores,
aquellos que habían comprado sexo más de treinta veces tenían
significativamente más probabilidades que aquellos que habían
comprado sexo menos veces de haber sido sujetos a una orden de
restricción (45,2% frente a 14,8%) y acusados oficialmente de
un delito de violencia contra la mujer (25,8% frente a 9,8%).
Algunos estudios compararon el
alcance de la violencia perpetrada por diferentes actores
–principalmente compradores, proxenetas y la policía– contra las
mujeres prostituidas. Entre 200 personas prostituidas en San
Francisco, por ejemplo, el 70% informó que los compradores las
habían violado o sometido a abusos similares "más allá del
contrato de prostitución" un promedio de 31,3 veces. Una
proporción menor, el 49%, fue sometida a "una distribución
injusta del dinero por parte de los proxenetas, una media de 35,5
veces". Un porcentaje aún menor, el 41%, estuvo expuesto un
promedio de 2,6 veces, por ejemplo, a ser obligado a tener relaciones
sexuales sin compensación por parte de la policía, a sufrir abusos
por parte de la policía o por parte de otras prostitutas. La
diferencia entre una media de 31,3 veces y una media de 2,6 veces es
enorme.
De
manera similar, el 21% de 200 mujeres prostituidas en Chicago
informaron haber sido violadas más de diez veces, un hallazgo que se
aplica tanto a la prostitución de acompañantes, como a la
prostitución callejera y a la prostitución a domicilio
(residencial). Nuevamente, se encontró que los compradores eran
responsables de la mayoría de las violaciones, mientras que la
policía era responsable de la menor cantidad: (1) los compradores,
(2) las parejas íntimas, (3) los proxenetas y (4) la policía. Estos
hechos hablan en contra de un énfasis excesivo en el daño causado
por la aplicación de la ley corrupta a expensas de centrarse en el
comprador, aunque el abuso del poder oficial también es grave en el
contexto de la prostitución, especialmente cuando las propias
personas prostituidas son criminalizadas, una consecuencia que no
existiría bajo el modelo de igualdad y la política más amplia.
Otro
estudio realizado en Portland, Oregón, encontró que 55
supervivientes sufrieron graves abusos un promedio de 45 veces al año
por parte de los compradores, fueron violados un promedio de 33 veces
al año por los compradores y torturados un promedio de 5 veces al
año por parte de los compradores, incluso “cortándoles o
raspándoles la piel”. El nivel de violencia implicado aquí se ve
respaldado por el hecho de que los compradores frecuentes de sexo,
que representan tres cuartas partes de las "transacciones de
mercado" en Estados Unidos, por ejemplo, son también los más
violentos. Este es el tipo de población que se desata contra las
mujeres prostituidas en jurisdicciones que legalizan o despenalizan
la compra de sexo. Las prostitutas deben proporcionar diariamente
servicios sexuales a esos usuarios, incluidos actos que otros se
niegan a realizar siempre que sea posible, y corren el riesgo de
sufrir abusos aún más graves con la esperanza de sobrevivir.
No
es de extrañar que la esperanza de vida de las mujeres prostituidas
se acorte dramáticamente, tanto en los países oprimidos como en los
imperialistas, con una tasa de mortalidad muchas veces mayor que el
promedio, y que a menudo sean el blanco de asesinos en serie debido a
su posición vulnerable y la falta de redes de apoyo de familiares,
amigos y personas de clase media con influencia en el sistema legal
que puedan influir en ellas para que investiguen sus asesinatos y
desapariciones. Esta marginación y opresión de los grupos más
vulnerables dentro del proletariado es evidente en cómo las mujeres
indígenas en países como Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva
Zelanda desaparecen o son brutalmente asesinadas regularmente en
relación con la prostitución.
La
mayoría de los compradores afirman que están comprando servicios
sexuales específicos que las mujeres que no son prostitutas, si
tuvieran la opción, no querrían realizar. Cuando se les preguntó,
el 79% de 110 compradores en Escocia y el 48% de 113 compradores en
Chicago admitieron haber comprado servicios sexuales que se sentían
incómodos pidiéndoles a sus parejas habituales, relaciones casuales
y encuentros sexuales, o actos sexuales que estas otras personas se
niegan a realizar, como sexo oral, sexo anal, sadismo y masoquismo.
Tales respuestas sugieren que las mujeres (y otras personas) que no
tienen otra opción porque se ven obligadas, al menos económica o
socialmente, pero a menudo físicamente, muchas de ellas mediante
drogas y amenazas, a realizar actos sexuales en la prostitución que
las mujeres que no están sujetas a una coerción similar evitan
realizar siempre que pueden.
La
evidencia de la prostitución legal muestra además que la
despenalización fomenta la agresión de estos hombres contra las
personas prostituidas en lugar de hacerlas más dóciles, como
suponen - sin ninguna evidencia - los defensores de la prostitución
legal. Quizás el peor ejemplo de cómo los compradores de sexo y
terceros explotan y abusan regular y sistemáticamente de las mujeres
que trabajan como prostitutas son los casos en los que las víctimas
han sido encontradas atadas a camas, quemadas, azotadas, cortadas,
golpeadas, infectadas con enfermedades y sometidas a otras formas de
tortura. Son violadas a diario, porque la inmensa mayoría de ellas
no desean personalmente tener relaciones sexuales, por lo que
normalmente se les paga a otras personas en el papel de proxenetas o
traficantes, que se encuentran en nueve o diez casos de prostitución,
incluso en la prostitución legal.
Esto
sucede a diario, cuando los compradores las explotan sexualmente sin
pagar y cuando los agentes de policía exigen de manera corrupta sexo
a cambio de una contraprestación legal.
*
* *
Los
defensores de la prostitución legalizada o despenalizada rara vez, o
nunca, reconocen que el abuso violento al que los compradores someten
a las prostitutas a diario está íntimamente relacionado con los
altos niveles de trastorno de estrés postraumático de estas
últimas. Rara vez preguntan quién está causando estos niveles de
trauma en esa población. Sí, algunos mencionan que los compradores
son violentos, pero asumen ingenuamente que estos hombres pueden ser
controlados, a pesar de que a menudo son los "consumidores"
que pagan más y, por lo tanto, son muy valiosos para los proxenetas,
los burdeles, los salones y las agencias de acompañantes.
Excluir
a los clientes violentos de los burdeles exclusivos en países como
Alemania reduciría significativamente sus ganancias. El trastorno de
estrés postraumático es una medida psicológica del daño que puede
ocurrir como resultado de la violencia extrema, incluida la violencia
sexual como la violación repetida. En otras palabras, el trastorno
de estrés postraumático en una población civil, como las personas
que se dedican a la prostitución, puede ser un indicador sensible de
que han estado expuestas a una violencia de género devastadora.
Hasta
el 68% de 854 personas prostituidas en un estudio que abarcó nueve
países, incluida Sudáfrica, cumplieron con los criterios clínicos
de PTSD, en promedio en niveles comparables a los de los militares
estadounidenses de la guerra de Vietnam que buscaban tratamiento, las
mujeres maltratadas que buscaban refugio, los refugiados de la
tortura estatal y los sobrevivientes de violaciones. Incluso cuando
se controlan estadísticamente otros posibles predictores de PTSD,
como el abuso infantil (incluido el grave), la violación, la
agresión o el lugar de prostitución (interior o exterior), la
prostitución en sí sigue prediciendo el PTSD o reacciones similares
de daño psicológico por abuso grave. Por lo tanto, la prostitución
como práctica tiene un impacto enormemente dañino en las personas
compradas con fines sexuales, y los principales culpables son los
compradores.
Una
de las graves consecuencias del trastorno de estrés postraumático
es la disociación, que es una estrategia de supervivencia para
afrontar la violencia o el trauma de la violencia. Una revisión
sistemática de estudios sobre disociación en mujeres prostituidas
encontró que muchas muestran "puntajes de disociación altos",
lo que indica un trastorno disociativo "grave". Otra
revisión de cuatro estudios sobre disociación entre prostitutas
encontró que los trastornos disociativos "son comunes entre las
prostitutas" y concluyó que la disociación "permite la
supervivencia psicológica, ya sea que el trauma repetido sea
esclavitud, combate militar, incesto o prostitución".
Poco
después de que se legalizara la prostitución en 2002, el gobierno
federal alemán publicó un estudio sobre la violencia contra las
mujeres en 2007 que incluía una submuestra de 110 mujeres
prostituidas, de las cuales el 92% informó haber experimentado acoso
sexual, el 87% violencia física, el 59% violencia sexual, el 52%
abuso físico infantil por parte de los padres, el 43% abuso sexual
infantil y el 41% violencia doméstica. relación con la
prostitución. Aproximadamente la mitad mostraba síntomas de
depresión, una cuarta parte tenía "pensamientos suicidas a
menudo o en ocasiones", un tercio tenía ansiedad y ataques de
pánico y uno de cada siete había intentado hacerse daño en los
últimos 12 meses.
En
otro estudio con 120 personas prostituidas utilizadas para la
producción de pornografía en Suecia, el 69% afirmó haber intentado
suicidarse previamente y el 70% afirmó que se había autolesionado
intencionalmente. Tenga en cuenta que es muy común que las personas
que se prostituyen sean utilizadas para la pornografía; Es probable
que al menos la mitad, en algún momento, se utilice para producir
pornografía (incluso después de participar en la encuesta, lo que
lleva a subestimaciones en las encuestas). Por ejemplo, el 49% de las
854 personas prostituidas en nueve países informaron haber sido
utilizadas en la prostitución para producir pornografía. Un
correspondiente 23% de 271 actrices porno en Los Ángeles informaron
haber participado en prostitución fuera de cámara en los últimos
tres meses. Un estudio británico encontró de manera similar que 21
de 50 actrices porno informaron estar involucradas en otro tipo de
prostitución: 17 en prostitución de acompañantes, 2 en
prostitución de acompañantes/cámara web y 2 en "fiestas
sexuales/clubes de swingers".
El
derecho civil de un número significativo de países ya reconoce que
el gobierno tiene la obligación de combatir la violencia de género,
incluida la prevención de omisiones oficiales que pueden
desencadenar sus formas más brutales. Por lo tanto, sería criminal
incluso dentro de estos países permitir la despenalización de los
compradores de sexo, lo que les permitiría actuar con impunidad. Sin
embargo, las ilusiones de los defensores de la prostitución legal
muestran que no son conscientes de tales leyes, sino que continúan
con su relativización nietzscheana de la prostitución y nos acusan
de "juzgar" o "moralizar".
Permitir
la despenalización de la compra de sexo, incluso bajo las
constituciones burguesas, es un acto oficial que fomenta, permite y
contribuye a un aumento masivo de la violencia contra parte del
propio pueblo, principalmente mujeres y niñas, que son obligadas a
prostituirse por los mecanismos despiadados y crueles del
capitalismo.
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución bajo el
capitalismo
Uno
de los denominadores comunes más comunes entre las prostitutas es la
pobreza extrema tanto en los países imperialistas como en los
oprimidos. Muchas de las personas que se prostituyen cuando son
adultas también huyen de guerras o desastres climáticos, no tienen
hogar, a menudo son engañadas u obligadas a prostituirse y, por lo
general, pronto se vuelven adictas a las drogas, situaciones que se
ven afectadas o exacerbadas por la pobreza extrema.
Los
defensores de la prostitución legal no cuestionan la conexión entre
pobreza y prostitución. Pero contrariamente a la creencia común (y
errónea) de que las prostitutas ganan más que otros trabajos
asalariados legales o ilegales, la violencia, el abuso y las graves
consecuencias para la salud que enfrentan harían que tales ganancias
carezcan de significado incluso si fueran ciertas. En realidad, fuera
de las ilusiones posmodernas, prácticamente nadie escapa de la
pobreza a través de la prostitución; tienden a dejar la
prostitución a personas mayores, indigentes y endeudadas.
Según
un estudio realizado en Francia, la prostitución probablemente
cuesta a cada Estado una cantidad obscena de recursos que podrían
haberse utilizado para financiar la asistencia social. El clima
coercitivo de la prostitución se ve aún más subrayado por el
fuerte e indiscutible vínculo entre el abuso físico y sexual
infantil y la entrada en la prostitución, con muchos estudios tanto
en países imperialistas como oprimidos que indican una prevalencia
de entre el 60 y el 90 por ciento. Es revelador comparar esta cifra
con la prevalencia del abuso sexual infantil entre todas las mujeres
en los países imperialistas más grandes, que, según la lógica
retorcida de la ideología burguesa, se supone que tienen los
sistemas legales y educativos más desarrollados.
En
Estados Unidos, según diversos estudios, entre un tercio y la mitad
de todas las mujeres han estado expuestas a abusos sexuales cuando
eran niñas. Con una población de alrededor de 330 millones, de los
cuales aproximadamente la mitad son mujeres, estas estadísticas
significan que estamos hablando de entre 55 y 80 millones de mujeres
que estuvieron expuestas a abuso sexual cuando eran niñas sólo en
los Estados Unidos.
Dicho
esto, el abuso sexual que sufren las mujeres prostituidas cuando eran
niñas es, en promedio, más grave que el que sufren las mujeres en
general. Aparte de la pobreza, es uno de los factores más fuertes
que facilitan la entrada en la prostitución; la mayoría de las
personas prostituidas tienden a informar que el abuso sexual cuando
eran niños contribuyó a su entrada en la prostitución. De hecho,
un estudio de Corea del Sur encontró estadísticamente que las
mujeres que sufrieron abusos sexuales cuando eran niñas por parte de
su pareja informaron haber entrado en la prostitución mucho antes
que otras mujeres prostituidas.
El
abuso sexual infantil es sin duda una circunstancia profundamente
compulsiva que la despenalización de los compradores de sexo en la
práctica pasaría por alto. Obligaría a personas que anteriormente
fueron víctimas de abuso físico y sexual en la infancia a entrar y
permanecer en la prostitución. La pobreza y la dependencia de la
infancia contrarrestan las posibilidades reales que podrían hacer
que el consentimiento sea genuino o el entorno no coercitivo. Muchas
prostitutas eran jóvenes fugitivas, a menudo debido a abusos
sexuales domésticos. La estructura de reclutamiento de la
prostitución, donde muchos ingresan a la prostitución mucho antes
de llegar a la edad adulta, socava el consentimiento genuino, ya que
no es un acto voluntario ni una profesión digna, sino que se asemeja
a la esclavitud.
Por
lo tanto, es imposible distinguir entre quienes han sido víctimas de
la prostitución infantil y la prostitución de adultos, ya que
aproximadamente la mayoría de las prostitutas, o más, ya fueron
arrastradas a la prostitución cuando eran niñas. Por ejemplo, el
47% de 854 personas prostituidas, en nueve países con leyes
diferentes, involucradas en diversas formas de prostitución (en casa
y en la calle), declararon haber comenzado la prostitución antes de
los 18 años. De manera similar, un estudio de una muestra diversa de
222 mujeres prostituidas en Chicago, Estados Unidos, el corazón del
imperialismo, mostró que el 61% había comenzado la prostitución
antes de los 18 años. En San Francisco, 200 mujeres y menores
prostituidas fueron entrevistados informalmente, es decir, sin la
ayuda de las autoridades oficiales, mediante el método del "boca
a boca", folletos y anuncios para aumentar la "credibilidad"
y evitar una selección sesgada de participantes "detenibles"
u "orientados al servicio". En este caso, nada menos que el
78% afirmó haber sido explotada en la prostitución antes de los 18
años y el 62% antes de los 16 años, mientras que una parte ya había
sido explotada antes de los 9, 10, 11 y 12 años.
La
edad media de inicio en la prostitución era de 16,1 años. Está
claro que la entrada de niñas a la prostitución no está menos
extendida en las naciones oprimidas. Sin embargo, es sintomático del
capitalismo que incluso los más vulnerables entre el proletariado
supuestamente privilegiado en el núcleo imperial sean sometidos a
abusos brutales y explotación sexual por parte de los hombres más
agresivos y violentos de la población. El capitalismo no perdona a
nadie. Dicho esto, son los grupos étnicos vulnerables que son
sistemáticamente oprimidos en los países capitalistas donde
prevalecen el racismo y el chauvinismo los que están
sobrerrepresentados en la prostitución, especialmente las mujeres y
niñas dentro de estos grupos. Por lo tanto, las mujeres y niñas
negras están sobrerrepresentadas en la prostitución en Estados
Unidos; Las mujeres y niñas indígenas están excepcionalmente
sobrerrepresentadas en Canadá; y en Europa, la población romaní
está "muy sobrerrepresentada" entre las víctimas del
tráfico sexual, junto con los refugiados de África.
La
Comisión Europea reconoció en 2016 que los traficantes con fines
sexuales y de otro tipo "explotan la vulnerabilidad de las
personas, que puede verse exacerbada por factores como la pobreza, la
discriminación, la desigualdad de género, la violencia contra las
mujeres, la falta de acceso a la educación, los conflictos étnicos
y los desastres naturales". En pocas palabras, el comercio
sexual es a la vez racista y sexista, porque explota abrumadoramente
a los proletarios pobres, a quienes se mantiene pobres debido a su
género, etnia y nacionalidad, factores que la burguesía explota
conscientemente. Sin embargo, durante treinta años ni la Comisión,
el Consejo de Ministros ni el Parlamento Europeo han propuesto
ninguna política eficaz para combatir el tráfico sexual. Sólo una
dictadura del proletariado podría hacer eso.
La
sobrerrepresentación de las minorías étnicas en la prostitución
se observa en muchas partes del mundo. Por ejemplo, tanto una nación
imperialista como Canadá como una nación oprimida como Sudáfrica
tienen una división significativa entre las poblaciones indígenas y
de colonos. En Canadá, sin embargo, la sobrerrepresentación de
mujeres indígenas en la prostitución ha sido contextualizada por la
violenta devastación de su población indígena. La Comisión Real
sobre Pueblos Indígenas (1996) concluyó que el trato dado a los
pueblos indígenas, debido a la exposición a enfermedades durante la
colonización, la apropiación de tierras por parte de los colonos y
la devastación cultural, "a menudo se describe como genocidio u
holocausto" donde "normas, valores, sistemas sociales y
prácticas espirituales de larga data... han sido socavados o
prohibidos"
Un
estudio de 2005 de 100 mujeres prostituidas en Vancouver y realizado
9 años antes de que Canadá aprobara una Ley de Igualdad en 2014,
encontró que el 52% eran de ascendencia indígena, a pesar de que
este grupo representaba solo entre el 1,7% y el 7% de la población
de Vancouver. Como se mencionó anteriormente, la prostitución
generalmente se impone a personas que se han visto obligadas a
renunciar a la integridad corporal y la confianza a una edad
temprana.
Un
sorprendente 82% de las mujeres prostituidas en Vancouver declararon
que habían sido abusadas sexualmente cuando eran niñas por un
promedio de al menos cuatro perpetradores (varios no pudieron
contarlos); y el 72% informó haber sido golpeado o abusado por sus
cuidadores, lo que le provocó hematomas o lesiones. Además,
denunciaron formas de tortura que podían resultar mortales en
cualquier momento: proxenetas y compradores utilizaban "regularmente"
violencia extrema contra ellos si se negaban a realizar determinados
actos sexuales. El 90% de los 100 encuestados reportaron violencia
física asociada con la prostitución. Un enorme 78% reportó haber
sido violada, de las cuales el 67% había sido violada más de cinco
veces y el 75% de las 100 reportaron lesiones físicas como resultado
de la violencia en la prostitución, muchas de las cuales habían
sido apuñaladas y golpeadas, con conmociones cerebrales, huesos
rotos y laceraciones. La mitad de los 100 habían sido sometidos a
abusos violentos con, por ejemplo, bates de béisbol y palancas, o
alguien golpeando sus cabezas contra, por ejemplo, las paredes o el
tablero del automóvil.
Ésta
es la vida que la democracia representativa burguesa ofrece a
aquellos dentro del proletariado que han sido arrojados al abismo por
las fuerzas inevitables de la descomposición imperialista. Para
ellos, los derechos humanos universales son una ilusión, justicia
para unos pocos privilegiados, y las exigencias del Estado de
bienestar son sólo eso: fachadas infundadas. Los vínculos entre el
colonialismo y la prostitución moderna también son evidentes en
Sudáfrica, como en la mayoría de los países semicoloniales. La
lista de atrocidades cometidas por los colonos europeos contra los
xhosa, zulú, khoisan y el resto de la población negra en Sudáfrica
también es prácticamente interminable e incluso más actual que la
de Canadá. Por ejemplo, todavía en la década de 1980, el gobierno
del apartheid todavía permitía el desplazamiento forzado de
africanos, que se estima que entre 1960 y 1983 afectó a 3.548.900
personas. En el libro Una historia de Sudáfrica del fallecido
profesor Leonard Thompson, dice:
"En
muchos casos, áreas previamente habitadas por negros fueron
reservadas para asentamientos exclusivos de blancos. El gobierno
afirmó que estas expulsiones fueron voluntarias. De hecho, las
víctimas fueron amenazadas y cuando resistieron, se utilizó la
violencia".
El
Surplus People Project (Ciudad del Cabo, 1980-1983) entrevistó a
estos supervivientes; por ejemplo, a esta mujer africana, que fue
trasladada a una supuesta patria:
"Cuando vinieron a
nosotros, tenían armas y policías con ellos... No dijeron nada,
simplemente arrojaron nuestras pertenencias en [camiones del
gobierno]... No conocíamos este lugar, y todavía no lo sabemos... Y
cuando llegamos aquí, arrojaron nuestras cosas, simplemente
arrojaron nuestras cosas, así que todavía estamos aquí. ¿Qué
podemos hacer ahora? No podemos hacer nada. No podemos hacer nada.
¿Qué podemos hacer?"
No
sorprende que una mujer africana de unos cuarenta años, que
sobrevivió a la prostitución y fue entrevistada en 2024, sugiriera
que esos movimientos forzados la llevaron a la prostitución. Aquí
la entrevistadora cuenta su historia:
“Cuando
[ella] tenía ocho años, el gobierno desalojó a su familia de su
casa y ella se quedó sin hogar. Ella describió que el gobierno del
apartheid llegó a su comunidad y anunció que iba a cambiar y que
las familias que vivían allí tenían que mudarse, pero a las
familias no se les dieron instrucciones sobre dónde ir en busca de
ayuda y nuevos hogares. En cambio, fueron "apilados" en
refugios deficientes similares a hospitales psiquiátricos,
maltratados y estigmatizados en sus comunidades; por eso [ella] se
volvió hacia la calle. Vivir en la calle cuando tenía ocho años
era un destino que no podía controlar. A la edad de ocho años, fue
violada en grupo por cuatro hombres, expuesta a la pedofilia, se
volvió adicta a las drogas y fue rechazada por su madre. Todo esto
debido a una educación que ella misma no eligió, por lo que fue
víctima de trata de personas durante más de diez años y se vio
obligada a prostituirse.”
* * *
Los
principales males socioeconómicos explotados por el comercio sexual
bajo el capitalismo –y especialmente por los compradores de sexo–
son la pobreza, el género, los abusos sexuales y la violencia física
en el pasado contra los niños, la juventud y la opresión
racial/étnica. Especialmente cuando estos factores coinciden y crean
varios trastornos dentro de un individuo, la probabilidad de que la
persona sea explotada y sometida a abusos en la prostitución aumenta
significativamente. Por ejemplo, la pobreza extrema puede ser una
fuerte fuerza impulsora en la vida de las personas, especialmente de
las mujeres jóvenes y las niñas, llevándolas a recurrir a la
prostitución. Sin embargo, el riesgo de terminar en la prostitución
es mucho menor si estas personas no se han acostumbrado previamente a
la prostitución a través de abusos sexuales previos a niños, lo
que les lleva a disociarse y aceptar una visión instrumental de sus
cuerpos como hechos para ser utilizados por otros, incluso cuando son
sometidos a abusos, humillaciones o violaciones.
Del
mismo modo, una persona que vive en la pobreza también tiene muchas
más probabilidades de pertenecer a una minoría desfavorecida,
además de ser una niña o una mujer adulta. En la prostitución, la
pobreza no ha sido a menudo la única circunstancia que ha obligado a
las personas a dedicarse al comercio sexual, aunque en algunos casos
puede serlo (y es más probable que ocurra durante desastres
naturales, guerras, persecuciones, hambrunas o genocidios). Pero no
todas las personas que carecen de medios –ni siquiera las mujeres
jóvenes– son vendidas o compradas para tener relaciones sexuales.
Sin embargo, sin pobreza sería mucho más fácil erradicar la
prostitución, ya que habría medios alternativos de supervivencia.
Pero
así es exactamente como funcionan los mecanismos del capitalismo: la
burguesía aprovecha las atrocidades cotidianas cometidas contra las
personas más vulnerables para mantener a la mayoría del
proletariado con miedo de verse sumido en la misma pobreza distópica
y total, donde serán sometidos a terribles abusos. Estas condiciones
serían reconocidas como "chocantes para la conciencia de la
humanidad", si existiera algo así como una conciencia dentro de
la burguesía.
4.
Consecuencias nocivas para la salud
Un
gran número de personas prostituidas contraen enfermedades en la
prostitución. Por ejemplo, en una muestra de 700 personas
prostituidas de siete países y una variedad de entornos interiores y
exteriores, el 24% informó síntomas como enfermedades de
transmisión sexual (ETS), incluidas sífilis y VIH, así como
infecciones uterinas, dolor de ovarios, problemas menstruales y
complicaciones del aborto. Además, el estigma dentro de los sistemas
legales de prostitución está generalizado, a pesar de su aparente
legalidad. Como informaron los señuelos policiales después de
participar en redadas de prostitución en la comunidad: "Lo peor
son los comentarios de la gente que vive en el barrio,... comentarios
muy malos hacia mí... me hiere los sentimientos". O como se
informó en Nevada en 2021, donde la prostitución todavía está
legalizada en algunos condados, una mujer prostituida en el burdel
Moonlite Bunny Ranch en Carson City admitió que "también puede
ser difícil encontrar un trabajo fuera de la estigmatizada industria
del sexo, ya que las verificaciones de antecedentes pueden revelar
las tarjetas de permiso de trabajo que las prostitutas deben tener en
los burdeles". En Nueva Zelanda, un informe del gobierno
escribió que "a pesar de la despenalización, el estigma social
que rodea a la industria del sexo persiste. Las trabajadoras sexuales
continúan siendo explotadas en los burdeles". La única
excepción parcial son los países con leyes de igualdad de género,
donde los sobrevivientes, como en Suecia, han informado que las leyes
los han empoderado al trasladar el estigma de las prostitutas a los
compradores.
En
la muestra antes mencionada de 100 mujeres prostituidas en Vancouver,
sus problemas de salud física eran asombrosos. Estos incluyeron
dolor muscular (78%), dolor en las articulaciones (60%), problemas de
memoria (66%), dificultad para respirar (60%), dolor de cabeza (56%),
dolor/entumecimiento en manos/pies (49%), problemas de visión (45%),
mareos (44%), dolor en el pecho (43%), problemas de equilibrio (41%),
problemas de audición (40%), dolor de mandíbula (38%), hinchazón
de las extremidades (33%), ritmo cardíaco irregular (33%) y asma
(32%). El 95% de las mujeres dijeron que querían dejar la
prostitución, mientras que sólo el 32% quería que se "legalizara".
El 67% pidió en cambio formación profesional, el 66% pidió "un
hogar o un lugar seguro" y el 49% pidió formación en defensa
personal, entre otras opciones reales.
Está
claro que estas mujeres no tienen alternativa a la prostitución,
dadas las atrocidades a las que son sometidas y el hecho de que
prácticamente todas quieren dejarla pero no pueden. Quizás lo más
obvio es que las prostitutas precisamente en el tipo de modelos
legales que los demandantes piden al tribunal que imponga en este
caso –como lugares en el Reino Unido donde es legal comprar sexo a
menos que involucre burdeles o terceros– a menudo tienen que
satisfacer sexualmente hasta treinta hombres por día.
Como
se mencionó al principio, un estudio informó que las prostitutas en
Londres, en la prostitución legal en apartamentos, tenían que
satisfacer sexualmente a unos diez compradores por día para alcanzar
el punto de equilibrio, con un número promedio de compradores por
semana de setenta y seis, muchos de los cuales conocían entre veinte
y treinta hombres por día, algunos hasta cincuenta. En otros
lugares, las prostitutas se han visto obligadas a atender a muchos
más clientes por día. Estas condiciones crean incentivos peligrosos
para las relaciones sexuales sin protección, ya que muchos clientes
pagan más dinero, lo que reduciría el número de actos sexuales
forzados que de otro modo se realizarían.
Como
informaron los autores del Estudio sobre la prostitución en
apartamentos de Londres: A diferencia de las mujeres que trabajan en
la calle, estas mujeres tienen muchos gastos. El mayor de ellos es el
alquiler diario que deben pagar al propietario: varía entre £120 y
£250. Además del alquiler básico, el propietario cobra cantidades
diarias variables para cubrir facturas como la electricidad y el
teléfono. Además, las mujeres pagan a la señora de la limpieza
[que se sienta en la recepción y que idealmente intervendría en
casos de abuso] un salario diario: entre 30 y 60 libras esterlinas. .
. . Algunos apartamentos se anuncian en cabinas telefónicas. En este
caso, a un "chico de tarjetas" se le paga un salario diario
de hasta 60 libras esterlinas por instalar tarjetas periódicamente
en las cabinas telefónicas locales. También está el coste de
imprimir las tarjetas…. Las mujeres pretenden atender a un cierto
número de clientes al día, normalmente 20. … "Tienes que
aceptar unos diez clientes antes de ganar lo suficiente para el
alquiler y la limpieza. Después de eso, es posible que no recibas
más, así que de todos modos no ganas dinero (entrevista en
profundidad)". … Hasta ahora, los datos de la encuesta
muestran que el número promedio de clientes que estas mujeres ven en
una semana es 76. Muchas mujeres ven entre 20 y 30 hombres por día,
y algunas mujeres ven hasta 50.
Estas
observaciones tienen serias implicaciones para el bienestar general y
las prácticas sexuales seguras de las personas prostituidas, ya que
la prostitución legal, como lo muestran otros estudios de burdeles
legales en países como Australia, Nueva Zelanda y Alemania, no puede
eliminar la demanda ni los incentivos económicos para aceptar sexo
inseguro u otros abusos. Muchos clientes pagan más si no se usa
condón. Por lo tanto, es de vital importancia considerar si tales
incentivos pueden alguna vez contrarrestarse cuando hay una cuota de
unos diez clientes antes de alcanzar el punto de equilibrio, como en
el caso de la prostitución en apartamentos en Londres bajo un marco
legal similar, como defienden los demandantes en este tribunal. Todas
las mujeres con las que [Dawn Whittaker] ha hablado afirman que
siempre usan condón durante todas las formas de sexo con
penetración, incluido el sexo oral. Sin embargo, cabe señalar que
todos afirmaron que a menudo los clientes les pedían que mantuvieran
relaciones sexuales sin protección, y que esto solía ir acompañado
de una oferta de más dinero. Todos tenían historias de mujeres que
"lo hacían sin", historias utilizadas para distanciarse de
tales actividades. . . .
Parece
surgir información bastante sugerente sobre los incentivos para el
sexo sin protección en el hecho de que "todos" en la
muestra de prostitutas en pisos de Londres mencionaron que eso les
había sucedido a otros. En este contexto, es importante considerar
que la investigadora Dawn Whittaker tenía un "doble rol"
que incluía también ser profesional de la salud, realizar visitas
sin cita previa a los apartamentos y otras labores similares. Los
encuestados fueron informados explícitamente sobre su papel, aunque
es posible que ya la hubieran conocido a ella o a sus asociados
antes. Por lo tanto, podrían percibir que la situación los
implicaba en su relación con las autoridades si le admitieran
explícitamente a ella que habían tenido relaciones sexuales sin
protección en los apartamentos.
Estos
estudios de Londres son, de hecho, encuestas burguesas mal realizadas
por funcionarios de salud crédulos. Estos profesionales están tan
alienados bajo el capitalismo que pierden su pensamiento crítico; en
cambio, simplemente informan de forma descriptiva lo que les dicen
sus fuentes sin mayor análisis. Estos profesionales regularmente
ignoran las normas que se supone deben seguirse en la academia
burguesa, donde se enseña a los estudiantes a no convertir la
declaración descriptiva de un informante en una conclusión
analítica. Este conocimiento a menudo se introduce en cursos de
primer año de sociología, psicología y trabajo social, entre otras
materias relacionadas. Del mismo modo, se les enseña que correlación
no es causalidad, pero esas normas académicas básicas a menudo son
ignoradas por la fuerza laboral alienada y desilusionada de la clase
media, que de hecho tiene más en común con el proletariado que con
los capitalistas. Desafortunadamente para el proletariado al que se
supone deben servir, la conciencia de clase de estos funcionarios
está latente. Sin embargo, podría resucitar, de acuerdo con los
objetivos del Presidente Mao durante la Revolución Cultural.
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
Las
investigaciones muestran que la mayoría de las personas prostituidas
quieren dejar la prostitución pero no pueden hacerlo, debido, entre
otras cosas, al estigma y a la falta de protección legal y de
servicios sociales. Como adultos, muchas personas prostituidas
afirman sentirse atrapadas en el comercio sexual, sin educación ni
formación profesional y sin opciones de supervivencia. El 89% de las
prostitutas, en el estudio de nueve países, informaron que su mayor
deseo era dejar la prostitución, pero que no sabían cómo. El 76%
afirmó que necesitaba formación profesional. Dada la falta de
alternativas y la presencia de fuerzas sociales coercitivas, las
personas que compran sexo a prostitutas se aprovechan del entorno
coercitivo y de la incapacidad de las víctimas de dar su verdadero
consentimiento.
Alrededor
de 2007, se informó que los refugios para mujeres en Nevada no
aceptaban mujeres con niños, mascotas, VIH, enfermedades
transmisibles o antecedentes penales, mujeres que no habían estado
libres de drogas durante un cierto período de tiempo o mujeres que
habían salido recientemente de prisión, creando efectivamente
barreras para que muchas mujeres prostituidas escaparan, ya que estas
situaciones afectan a muchas mujeres en la prostitución. Además,
podría requerir una enorme cantidad de documentación, el pago de
gastos personales necesarios y otras cosas que eran difíciles de
arreglar por adelantado para las personas que acababan de huir o
estaban a punto de huir de la prostitución, sólo para conseguir un
trabajo como ama de llaves en Las Vegas, Nevada, en un gran hotel y
casino, con un salario inicial de 9 dólares la hora.
En
los Países Bajos, el hecho de que la prostitución es legal a menudo
se ha invocado erróneamente para evitar condenas o sentencias por
trata, negando a las víctimas la protección de la ley. A veces los
jueces consideran que las mujeres que han ejercido anteriormente la
prostitución pueden tolerar el "riesgo de explotación".
Algunos jueces consideraron la prostitución "normal" para
menores y por ello los absolvieron.
En
Suecia, que en 2007 todavía luchaba contra los mitos globales sobre
la prostitución voluntaria, el Tribunal Administrativo de Estocolmo
permitió a las autoridades fiscales gravar a una mujer que había
abandonado la prostitución sobre la base de las estimaciones de las
autoridades fiscales sobre sus ingresos no declarados previamente.
Como señaló la denunciante, la lógica de esta decisión va en
contra del modelo sueco de igualdad de género, que no criminaliza a
las personas prostituidas precisamente para ayudarlas a abandonar la
prostitución, sino que sólo criminaliza a los proxenetas y a los
compradores: "Las personas prostituidas se ven obligadas a
continuar para poder pagar impuestos", afirmó.
Es
extremadamente importante para las mujeres que abandonan la
prostitución que se les ofrezcan servicios sociales especializados
para salir de la prostitución. Esto sólo se ofrece en algunas
ciudades de Suecia. En 2012, se informó sobre un ensayo clínico de
su programa, que se había realizado con 34 clientes, 26 de los
cuales participaron en seguimientos un año después. Los
investigadores determinaron que el 80% había abandonado la
prostitución por completo, mientras que el resto reportó
prostitución menos frecuente y deseo de abandonarla. La mayoría
también informó una mejor autoestima y una mejor calidad de vida.
Un grupo de control estaba formado por 11 niñas y mujeres de entre
15 y 25 años que se prostituían en línea pero que no fueron
reclutadas a través de los programas de tratamiento.
Todas
estas personas describieron sentirse apuradas, incomprendidas y sin
oportunidades de sentirse lo suficientemente seguras como para
revelar su prostitución a los servicios sociales, psiquiátricos y
otros profesionales pertinentes. Sus historias son consistentes con
los deseos de otras personas prostituidas de tener un mejor acceso a
unidades especializadas donde el personal tiene más conocimientos
que el personal de servicios sociales generales.
6.
El modelo de igualdad
Hasta
ahora, el modelo de igualdad ha sido adoptado en siete países y dos
provincias/estados. Fue adoptado por primera vez en 1999 en Suecia y
luego se extendió a naciones grandes como Francia y Canadá. Hay un
movimiento en África que está tratando de lograr que los Estados
burocráticos africanos adopten esto. Sus defensores en África lo
llaman Modelo de Igualdad Sankara (en honor a Thomas Sankara).
Una
resolución reciente del Parlamento Europeo (el único organismo
público paneuropeo elegido como
parlamentarismo
burgués) estuvo cerca de respaldar plenamente el modelo de igualdad
de género el 14 de septiembre de 2023, como había propuesto la
mayoría de su Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de
Género. La resolución afirmaba que "sólo si la demanda
disminuye puede reducirse el mercado de la prostitución y, por
tanto, el número de personas explotadas en él".
Además,
el Parlamento subrayó "que la trata de personas con fines de
explotación sexual, incluido el abuso sexual de niños, está
aumentando debido a la gran demanda", al tiempo que señaló
"que esto es particularmente evidente en países con un modelo
regulatorio liberal, mientras que los Estados miembros como Francia y
otros países que siguen estrategias como el modelo nórdico/Igualdad
ya no son mercados importantes para la trata de personas con este
fin". "Debido a las medidas tomadas en estos países para
reducir la demanda", señaló además el parlamento, "la
trata con fines de explotación sexual todavía ocurre, pero está
disminuyendo".
El
Parlamento señaló que el modelo de igualdad de género redujo la
"demanda de personas en prostitución" y redujo el "número
de personas en prostitución", al tiempo que condenó "la
realidad de la coerción, la manipulación, la violencia y la
explotación en la prostitución" y su "vínculo con la
violencia estructural a la que las mujeres están
desproporcionadamente expuestas y que a menudo crea situaciones de
vida precarias que llevan a mujeres y niñas a la prostitución".
El Parlamento también reconoció que "los derechos humanos de
las mujeres y las niñas son inalienables, pero son violados
sistemáticamente en el mercado de la prostitución debido a sus
condiciones de explotación".
Además, el 25 de julio de
2024, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) rechazó una
solicitud francesa para invalidar la versión francesa del Modelo de
Igualdad Sankara, donde los solicitantes buscaban demostrar que la
ley violaba el derecho al respeto a la vida privada. Los críticos
del modelo igualitario –ya sea que pertenezcan a la "izquierda
brillante" de orientación anarquista en los países
imperialistas, a la elite académica posmoderna, a activistas e
intelectuales confundidos en países oprimidos, o a reaccionarios
fascistas y economistas liberales- a veces asumen que la prostitución
es inmutable debido a su percibida ubicuidad en la historia. Sin
embargo, esta suposición es ahistórica.
Friedrich Engels ya explicó
cómo surgió el patriarcado con el surgimiento de la propiedad
privada y escribió cómo la "prostitución de mujeres libres",
a diferencia de la "entrega forzada de esclavas", se vio
acelerada por la propiedad privada, el aumento de la desigualdad y la
polarización económica. De manera similar, Gerda Lerner señaló en
El origen de la prostitución en la antigua Mesopotamia que la
prostitución comercial probablemente se aceleró por "la
esclavización de las mujeres y la consolidación y formación de
clases", que "algunos señores establecieron burdeles
comerciales" y que a mediados del segundo milenio a.C. fue
significativo entre las "hijas de los pobres".
Incluso
los historiadores convencionales (
académicos burgueses, nota de traducción) han
llegado a la conclusión de que "la venta de servicios sexuales
no es una característica esencial de todas las sociedades en todas
las épocas históricas". Afirmar que la prostitución es una
característica inevitable de todas las sociedades presentes y
futuras es sacar una conclusión imperdonable, que sólo sirve para
oprimir al proletariado y especialmente a sus mujeres -en los países
oprimidos-.
Contrariamente
a la percepción empobrecida de la realidad de anarquistas,
fascistas, posmodernistas, libertarios y otros críticos, el modelo
igualitario ofrece a las prostitutas dentro del proletariado la
opción de abandonar la industria y, por lo tanto, debería ser un
requisito diario bajo el capitalismo.
Un
desarrollo del modelo (de
su reconocimiento formal a su concretización en la realidad, nota
de traducción), si se
implementara plenamente bajo el socialismo, sería la primera ley que
potencialmente podría levantar el yugo de la prostitución impuesto
a los miembros del proletariado –una visión del futuro que está
completamente ausente entre los filántropos burgueses y los
socialdemócratas oportunistas que apoyan la prostitución legal como
una estrategia equivocada para ayudar a las personas atrapadas en la
prostitución.
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
Empíricamente,
la prostitución aumenta exponencialmente en entornos legalizados en
comparación con aquellos que han adoptado el modelo igualitario. En
1999, Suecia adoptó la primera ley modelo contra la compra de sexo,
mientras que la compra y venta de sexo seguía despenalizada. Después
de eso, la prostitución tanto en la calle como en el interior
disminuyó, tal vez hasta cinco veces en menos de diez años,
mientras que la prostitución aumentó exponencialmente en otras
partes de Escandinavia.
En
1993, se estimaba que había entre 2.500 y 3.000 mujeres prostituidas
en Suecia, de las cuales 650 estaban en la calle. En 1998, un año
antes de que la nueva ley entrara en vigor, aproximadamente 726
mujeres estaban involucradas en la prostitución callejera. En 2007,
el número se había reducido a alrededor de 300, mientras que 300
mujeres y 50 hombres hacían publicidad en Internet. Dado que se ha
utilizado el mismo método de cálculo, cualquier subestimación
también será similar con el tiempo. Es importante tomar estas
cifras con cautela, ya que son difíciles de confirmar y son
producidas por funcionarios alienados. Probablemente las cifras sean
mucho más altas. Dicho esto, estos números sirven para mostrar la
dirección de la tendencia.
Estudios similares sobre la
prostitución en Dinamarca, donde la compra de sexo es legal mientras
que los burdeles están prohibidos, estimaron un aumento de 3.886
mujeres prostituidas en 2002 a 5.567 cinco años después, en 2007,
de las cuales 1.415 eran prostitutas callejeras. Teniendo en cuenta
la población del país respectivo, el alcance de la prostitución
femenina en Dinamarca era casi dieciséis veces mayor per cápita que
en Suecia. Cuando comprar sexo era legal en Noruega, estimaciones
comparables mostraron que la prostitución aumentó después de 2000
(especialmente entre las prostitutas callejeras extranjeras), de modo
que en 2007 había 2.654 mujeres prostituidas, de las cuales 1.157
trabajaban en las calles. La proporción de mujeres prostituidas en
Noruega era, por tanto, casi nueve veces mayor per cápita que en
Suecia. Además, la prostitución callejera en Suecia había
disminuido a 200-250 mujeres en 2014, sin que hubiera signos de un
aumento correspondiente en la prostitución en espacios cerrados.
Un
estudio exhaustivo realizado en 2014 en ocho países europeos, donde
solo Suecia y Noruega habían adoptado el modelo de igualdad de
género, sugiere que la criminalización de los compradores de sexo
redujo en gran medida la compra de sexo, lo que es consistente con el
patrón descrito anteriormente. En comparación con Suecia, todos los
países incluidos en el estudio mostraron una proporción
estadísticamente significativa y significativamente mayor de hombres
que afirmaron haber comprado sexo en los últimos seis meses, con la
excepción de Noruega. En todos los países, el número de
compradores per cápita fue varias veces mayor que en Suecia:
(1)
En Alemania, con la legalización total, el número de compradores
per cápita era aproximadamente 14 veces mayor que en Suecia.
(2)
En Dinamarca, con el modelo de despenalización propuesto por el
demandante, el número de compradores per cápita era aproximadamente
diez veces mayor que en Suecia.
(3)
En España también había diez veces más compradores per cápita
que en Suecia.
(4)
En Gran Bretaña también había aproximadamente ocho veces más
compradores per cápita que en Suecia.
(5)
En Francia, que en el momento de la encuesta aún no había adoptado
su modelo de igualdad de género, había aproximadamente seis veces
más compradores per cápita que en Suecia.
Además,
una pregunta a los hombres encuestados sobre si "conocían a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
mostró que la proporción era mucho mayor en países donde la
prostitución es legal, como Alemania (16,6%) y los Países Bajos
(12%), así como en países con el mismo modelo legal que los
solicitantes perseguían en ese momento, como España (28,4%),
Francia (14,7%), Dinamarca (12,1%) y el Reino Unido (8,7%) - que en
el primer país. que adoptó el modelo de igualdad de género: Suecia
(2,9%).
Aunque
las cifras que estiman el número de prostitutas son necesariamente
imprecisas, las enormes diferencias entre Escandinavia y Europa
indican el impacto significativo que tiene un modelo de igualdad de
género incluso dentro de una sociedad burguesa.
Dada
la necesidad de ser visible para atraer a potenciales compradores de
sexo, es poco probable que algún grado mensurable de prostitución
pase desapercibido. Así, un informe de 2008 de la Junta Nacional de
Salud y Bienestar de Suecia concluyó que los compradores de sexo en
Suecia pedían regularmente "noticias" y citaba a
informantes que enfatizaban que las mujeres que eran nuevas en el
mercado eran "más deseables" y que "las nuevas
fotografías y anuncios despiertan el mayor interés en la web".
Esta dinámica hace que sea aún más importante que las prostitutas
sean muy visibles para atraer nuevos compradores de sexo. Por lo
tanto, cualquier “prostitución desconocida” –un concepto
aparentemente contradictorio– no afectaría significativamente las
diferencias nacionales relativas. La necesidad de visibilidad ante
los compradores potenciales desalienta cualquier "prostitución
oculta" significativa, especialmente en la calle.
Ninguna información,
evidencia empírica u otros datos muestran que haya habido un
movimiento más decisivo de la calle a Internet o diferentes
variedades de prostitución en espacios cerrados y supuesta
prostitución "oculta" en Suecia que el observado en otros
países.
Casi
al mismo tiempo que Suecia cumplía sus primeros diez años con el
modelo de igualdad de género, en 2002 Alemania legalizó la
prostitución, también para personas extranjeras, lo que provocó
que el mercado del sexo aumentara de tres a cuatro veces. Un informe
de 2016 encargado por la Comisión Europea, basado en un análisis
resumido de varias fuentes, estimó la proporción de prostitutas por
cada 100.000 habitantes entre 185 y 493 en Alemania, 53 y 118 en los
Países Bajos, en comparación con 7 y 15 en Suecia.
En
comparación con Suecia, Alemania tenía aproximadamente 30 veces más
personas que se prostituían; Los Países Bajos, que legalizaron la
prostitución en octubre de 2000 pero prohibieron la intermediación
por parte de extranjeros, tenían ocho veces más prostitutas per
cápita que Suecia. De manera similar, el Comité de Ley de
Prostitución de Nueva Zelanda estimó en 2008 que 2.332 personas
ejercían la prostitución en 2007 bajo legalización (no se permiten
extranjeros). Esta cifra significa aproximadamente ocho veces más
per cápita que las aproximadamente 600 mujeres prostituidas en
Suecia, que se estimó coincidentemente en la misma época.
Sin
embargo, un estudio basado en datos del censo de Nueva Zelanda reveló
manipulación de datos y encontró que 4.272 personas se dedicaban a
la prostitución en 2001, antes de la despenalización. Entre cinco y
siete meses después de la despenalización en 2003, esta cifra había
aumentado un 38,9%, hasta 5.932. Per cápita, esta cifra significaba
que Nueva Zelanda tenía aproximadamente veintitrés veces más
personas prostituidas en 2003 que las aproximadamente 600 mujeres de
Suecia en 2007; o, argumentó, veintiuna veces más personas
prostituidas si se incluye también a los hombres prostituidos en
Suecia.
Varias
fuentes de aplicación de la ley y trabajo social también confirman
una fuerte disminución del tráfico sexual internacional en la
prostitución sueca inmediatamente después de 1999. Por ejemplo,
debido al miedo de los compradores y de terceros a ser descubiertos,
la prostitución en locales cerrados tenía que realizarse en
secreto, lo que resultaba complicado y costoso para los traficantes.
En lugar de que los compradores simplemente hicieran cola en un
burdel o en la calle, las mujeres prostituidas en Suecia a menudo
tenían que ser escoltadas hasta los compradores individuales, lo que
reducía el número de transacciones y, por tanto, las ganancias de
terceros. Quienes organizaban la prostitución debían evitar
permanecer demasiado tiempo en un mismo lugar, lo que creaba una
necesidad costosa y complicada de "múltiples locales". En
consecuencia, consideraban que el mercado sueco era menos rentable.
Si bien las redadas policiales europeas a menudo condujeron al
arresto de entre 20 y 60 mujeres prostituidas en relación con el
proxenetismo criminal, las redadas en Suecia generalmente
involucraron burdeles clandestinos relativamente pequeños donde las
autoridades rara vez encontraron más de 2 a 4 mujeres prostituidas
en el lugar.
8.
El modelo de igualdad se fortalece mientras la legalización de los
compradores debilita a las mujeres
La
situación en Alemania empeoró después de la legalización, ya que
los ingresos de las prostitutas cayeron dramáticamente, lo que
significa que sus cuotas diarias de compradores de servicios, que son
conocidos por ser más brutales que otros hombres, tuvieron que
aumentar para que las prostitutas pudieran sobrevivir
financieramente. La afluencia de prostitutas, principalmente mujeres
y niñas, de otros países, especialmente de Europa del Este (la
legalización actuó como un imán para los traficantes) contribuyó
a una mayor competencia y a una reducción de los ingresos. La
demanda de sexo más dañino se intensificó, lo que llevó a precios
fijos en los burdeles que ofrecían tiempo ilimitado para la
explotación sexual, en algunos casos para todo tipo de sexo,
especialmente sexo anal, sexo sin protección y los llamados
gangbangs.
Se
han informado acontecimientos similares en Nueva Zelanda. Una
encuesta del gobierno encontró que en los últimos doce meses, el
35,3% de los encuestados dijeron que habían aceptado un cliente que
no querían y el 10,5% habían sido penalizados por rechazar a un
cliente. Como describió la situación el propietario de un burdel:
"¿Cómo pueden negarse? A las chicas les pagan por hacerlo".
En junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel,
concluyó que veinte años de prostitución legalizada habían sido
"un error fatal, como lo demuestra la brutal realidad en las
calles y en los burdeles".
Es
espantoso, pero no inesperado, que en Alemania se hayan reportado al
menos 85 asesinatos consumados y 49 intentos de asesinatos de
personas prostituidas, la mayoría de ellas mujeres, cometidos por
compradores u otras personas en el entorno de la prostitución, desde
la legalización hasta abril de 2023. Un estudio de caso de tales
asesinatos, que incluye comentarios de compradores en línea en
varios foros que discuten sobre ellos, muestra cómo los compradores
"explotan a las mujeres más vulnerables" mientras que "los
derechos, la satisfacción egoísta de los deseos sexuales y la
transgresión sistemática de límites se puede ver en sus
comentarios y acciones”. Estos casos "también muestran cómo
la prostitución legal y los burdeles oficiales, con todos sus
intentos de reducir el daño, no logran proteger a las mujeres en la
prostitución del daño físico y psicológico".
También se han denunciado
varios asesinatos en el contexto de la prostitución en Nueva Zelanda
desde la despenalización. De manera similar, el mayor daño
resultante de esta despenalización legal en Canadá, en respuesta a
que la Corte Suprema en 2013 declarara inconstitucionales la mayoría
de las leyes anteriores sobre prostitución que prohibían la
propiedad de burdeles y el proxenetismo, llevó al Parlamento
canadiense a aprobar una Ley Modelo de Igualdad de Género en 2014,
al tiempo que expresaba “seria preocupación por la explotación
asociada con la prostitución y el potencial de violencia contra
quienes la practican”. Las repetidas impugnaciones constitucionales
de la nueva ley no han logrado demostrar que el Parlamento haya
juzgado mal los daños de la prostitución o que la nueva ley haya
provocado mayores daños. Por el contrario, un caso mostró que hubo
54 asesinatos de prostitutas cinco años antes de la nueva ley, de
los cuales 20 eran indígenas, y 35 asesinatos de prostitutas cinco
años después de que la ley entrara en vigor, de los cuales siete
eran indígenas; durante este último período, el número de
“asesinatos” en Canadá aumentó de 2.745 a 3.229, mientras que
“el número de lesiones reportadas por trabajadoras sexuales
también disminuyó en el período de cinco años posterior a la
promulgación de la PCEPA”. [Ley de Protección a Comunidades y
Personas Explotadas]”.
Aunque
las mujeres habían sido víctimas de intentos de asesinato y
asesinatos consumados en la prostitución en Suecia antes de la ley
de 1999 sobre la compra de servicios sexuales, desde entonces ninguna
persona ha sido asesinada en la prostitución sueca o cerca de ella.
Las personas que se prostituyen describen a los compradores como más
cautelosos ahora que se les puede responsabilizar por intentar
comprar sexo, mientras que la persona que se prostituye no está
cometiendo un delito, una situación que, según los encuestados, les
da una ventaja de negociación que fortalece su control, seguridad e
integridad personal.
Los
países con la prostitución legalizada o completamente
despenalizada, como Alemania y Nueva Zelanda, también ofrecen
ingresos significativamente más bajos a las prostitutas en
comparación con países como Suecia, que siguen el modelo de
igualdad de género. Los compradores suecos incluso pagan dos o tres
veces más de lo que pagan los compradores por la prostitución
legalizada en Europa, donde los burdeles o los proxenetas legales
también deducen cantidades significativas de los ingresos de la
persona prostituida. Por lo tanto, una tarifa horaria estándar y
típica en Suecia a principios de la década de 2010 era de 300 euros
al tipo de cambio actual. Compárese ese total con lo que el Centro
Holandés de Investigación y Documentación informó al mismo
tiempo, a saber, que tres cuartas partes de las mujeres que se
prostituían en escaparates en Amsterdam –que se prostituían un
promedio de 43 horas por semana– tenían un ingreso neto de menos
de 500 euros por semana
Por
lo tanto, una mujer que se prostituye en Suecia durante dos horas
generalmente puede ganar tanto o más que una mujer que se prostituye
legalmente durante cuarenta horas en Amsterdam. La legalización no
otorga a las prostitutas tal "empoderamiento". A veces
tales ventajas pueden reducir el delito de prostitución contra
ellas, aunque si continúan prostituyéndose estarán expuestas a la
mayoría de sus violaciones inherentes.
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
Al
legalizar la compra de sexo, la demanda del comercio sexual aumenta
enormemente en comparación con la situación bajo un modelo
igualitario, ya que casi no existen otros métodos para aumentar la
oferta en la prostitución que la trata de personas, incluso si los
peticionarios no piden la despenalización total de la prostitución,
como en Nueva Zelanda. Para explicar el razonamiento, primero se
requiere cierta información general sobre la legislación
internacional sobre trata de personas. En promedio, se estima que el
84% de las mujeres prostituidas en todo el mundo están controladas
por un tercero que gana dinero con ellas, las vende o alquila a otros
y se lleva una parte de las ganancias de su explotación sexual.
El
Protocolo de Palermo universalmente ratificado, con 182 partes
adherentes, proporciona una definición internacional acordada y
jurídicamente vinculante de trata de personas, que también
proporciona el punto de referencia para los instrumentos regionales
contra la trata. La definición de trata de personas del Protocolo de
Palermo incluye, entre otras cosas, "abuso de poder o posición
vulnerable... con el fin de explotar" la prostitución de otra
persona por parte de un tercero.
En
los travaux préparatoires (es decir, instrucciones de
interpretación) del protocolo, una posición vulnerable se define
como "cualquier situación en la que la persona interesada no
tiene otra alternativa real y aceptable que someterse al abuso en
cuestión". El consentimiento se declara irrelevante en todas
esas situaciones, y cuando se explota a niños, incluso si no hay
coerción, extorsión, fraude u otros abusos. En otras palabras, la
participación de terceros significa trata de personas cuando se
abusa del poder o la vulnerabilidad para la explotación sexual.
La
Ley de Prevención y Lucha contra la Trata de Personas de Sudáfrica
de 2013 tiene una definición de trata aún más clara que el
Protocolo de Palermo, y cubre una gama más amplia de actos,
específicamente "la explotación de la vulnerabilidad... que
lleva a una persona a creer que no tiene otra alternativa razonable
que someterse a la explotación", que incluye, entre otros,
"aprovechar la vulnerabilidad en la que se encuentra la persona
como resultado de... (f) circunstancias sociales; o (g)
circunstancias económicas".
Dada
la evidencia empírica presentada anteriormente que muestra que una
abrumadora mayoría de las personas prostituidas son explotadas o
controladas por otros terceros, viven en extrema pobreza, son
sometidas a una terrible violencia de género por parte de los
compradores, sufren de trastorno de estrés postraumático y otros
trastornos mentales en la misma medida que las víctimas de tortura,
son víctimas de violencia masculina en refugios para mujeres, buscan
tratamiento como los soldados estadounidenses que lucharon en
Vietnam, y al menos la mitad de ellas comienzan a prostituirse ya en
la infancia, y que probablemente nueve de cada diez quieren escapar
pero no pueden, la prostitución significa trata de seres humanos
cuando se demuestran tales hechos, como ocurre en la mayoría de los
casos.
Como
razonó el relator especial de la ONU sobre la trata de personas en
2006: En la mayoría de los casos, la prostitución tal como se
practica en el mundo suele cumplir los criterios de trata de
personas. Es raro encontrar un caso en el que el camino hacia la
prostitución y/o las experiencias de una persona en la prostitución
no impliquen al menos abuso de poder y/o explotación de la
vulnerabilidad. En este contexto, el poder y la vulnerabilidad deben
entenderse como diferencias de poder basadas en el género, la raza,
la etnia y la pobreza. En pocas palabras, el camino hacia la
prostitución y la vida en la "industria" rara vez se
caracteriza por el empoderamiento o por alternativas adecuadas.
Legalizar
la prostitución, sabiendo que en la mayoría de las situaciones
existe control sobre terceros, legaliza efectivamente el tráfico
sexual, al igual que despenalizar completamente a todos los actores
de la prostitución, incluso cuando el tráfico sexual todavía se
considera un delito. Un juez de Canadá, Robert F. Goldstein, del
Tribunal Superior de Justicia de Ontario, comentó sobre un desafío
al modelo de igualdad de Canadá: "Creo que el intento de los
solicitantes de separar el trabajo sexual y la trata de personas es
artificial y poco realista, dada la fuerte evidencia que respalda la
opinión del Parlamento de que a menudo van de la mano".
Como
se mencionó, los países escandinavos Dinamarca y Noruega, que en
2007 permitían la compra de sexo pero no la propiedad de burdeles,
tenían dieciséis y nueve veces más personas en prostitución per
cápita que Suecia, respectivamente. De manera similar, en Dinamarca,
España y el Reino Unido –jurisdicciones con modelos legales
similares a Dinamarca– la proporción de hombres que informaron
haber comprado sexo en los últimos seis meses fue de ocho a diez
veces mayor que en Suecia. Además, los hombres encuestados en estos
países tenían varias veces más probabilidades de "conocer a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
que los hombres en Suecia. Sin lugar a dudas razonables, estos países
que permiten la compra de sexo tendrán un mercado de prostitución
significativamente mayor y multiplicado, donde el comercio sexual
también se multiplicará, que el que tendrían bajo el modelo de
igualdad.
Además,
la aceptación de la prostitución como fenómeno por parte de la
población parece aumentar cuando es legal, lo que sugiere que cuanto
más se legalice la prostitución, más difícil será combatir el
tráfico sexual, que es lo que buscan los demandantes en este
tribunal. Así, una investigación europea realizada en ocho países
en 2014 mostró una relación significativa y fuerte entre las
actitudes hacia la prostitución y los marcos legales existentes. Por
ejemplo, en países donde se permitían grandes industrias de
burdeles legales, como Alemania y los Países Bajos, sólo el 16% y
el 19%, respectivamente, estaban a favor de criminalizar a los
compradores. En países donde ni los burdeles ni la compra de sexo
eran legales y donde no se imponían sanciones a las prostitutas,
como Noruega y Suecia, el 53% y el 63% respectivamente estaban a
favor de criminalizar a los compradores.
En
los cuatro países restantes donde se permitía la compra de
servicios sexuales en locales más pequeños, lo que es más similar
al modelo buscado por los solicitantes, el apoyo a la criminalización
de los compradores se encontraba en algún punto intermedio: 24% en
Dinamarca, 25% en España, 28% en Francia y 34% en el Reino Unido.
En
otras palabras, la prostitución legal dentro de la población
general parece crear una tolerancia explícita hacia la prostitución,
que empíricamente se traduce en una tolerancia implícita hacia sus
numerosos abusos, como la explotación sexual, la trata de personas
con fines sexuales y la violación. Esta conclusión se ve respaldada
por el hecho de que los países que afirman criminalizar el tráfico
sexual mientras despenalizan o legalizan otros aspectos de la
prostitución todavía tienen una gran zona gris donde el tráfico
ocurre esencialmente fuera del radar de la ley. Por ejemplo, mientras
que los Países Bajos diferencian entre la prostitución de
inmigrantes y la prostitución nacional al tipificar como delito la
intermediación de personas de otro país para la prostitución,
independientemente de si el intermediario las trata, el tráfico
sexual todavía ocurre "a menudo" en la prostitución
autorizada y no autorizada en los Países Bajos. En consecuencia, los
criminólogos holandeses descubrieron en 2014 que la trata de
personas "todavía prospera detrás de la fachada legal" de
la prostitución regulada.
De
manera similar, el Departamento de Estado de Estados Unidos, que se
nombró a sí mismo el "policía" imperial del cumplimiento
de los derechos humanos civiles por excelencia en otros países,
concluyó que el sistema de prostitución despenalizado de Nueva
Zelanda no logró prevenir, procesar y proteger a quienes fueron
objeto de trata. Ya en 2010, Nueva Zelanda fue mencionada como "un
país de origen de niñas menores de edad que son objeto de trata de
personas, especialmente de prostitución forzada". Sin embargo,
en 2022 se descubrió que los traficantes en Nueva Zelanda seguían
apuntando a grupos vulnerables, como niños, inmigrantes y adultos
víctimas de violencia doméstica y familiar, para explotarlos en el
comercio sexual.
Dada
la abrumadora evidencia de cómo las leyes afectan la prostitución
en la práctica, criminalizar a los compradores y despenalizar a las
prostitutas tiene un propósito importante para disuadir la violencia
de género y el tráfico sexual.
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
Dadas
las tendencias agresivas de los compradores, la despenalización
significa efectivamente que los perpetradores de violencia de género
quedan impunes por muchos de los abusos cometidos en la prostitución.
Una gran cantidad de evidencia, gran parte de ella publicada por
estados que la han legalizado y despenalizado, sugiere que las leyes
que permiten a los hombres comprar personas para tener relaciones
sexuales no mejoran la situación de las personas prostituidas. En
cambio, perpetúan y aumentan los daños conocidos de la
prostitución, particularmente al aumentar la demanda de sexo
remunerado, atraer a personas más vulnerables a la industria del
sexo y proporcionar un poderoso incentivo económico para el tráfico
sexual.
En
contraste, el modelo igualitario, en el marco del Estado burgués,
promueve el bienestar y la igualdad de los desafortunados miembros
del proletariado que se ahogan en la colonización patriarcal de sus
cuerpos, elevando el estatus de las prostitutas, principalmente
mujeres y niñas, mujeres y/o personas feminizadas, incluidas las
mujeres trans, así como los niños, algunos hombres y otras personas
trans, y rebajando el estatus de sus perpetradores, que son
predominantemente hombres (así asignados al nacer y que permanecen
así identificados). A la luz de lo que sabemos ahora sobre la
prostitución, no puede equipararse a un trabajo remunerado para
mujeres cuyas circunstancias no les dejan otra opción, como hacen
repetidamente los demandantes. Las personas que limpian baños
públicos, casas privadas, venden frutas o lavan parabrisas en las
calles no desarrollan niveles similares de PTSD debido a tales
actividades, ni síntomas disociativos o consecuencias para la salud
similares a los de los sobrevivientes de la guerra, incluidas
lesiones cerebrales traumáticas, problemas de memoria, dificultad
para respirar, dolor/entumecimiento en manos/pies, problemas de
visión, dolor en el pecho, problemas de equilibrio, problemas de
audición, dolor de mandíbula, hinchazón de las extremidades, ritmo
cardíaco irregular y asma.
Las
personas que "trabajan" tampoco suelen ser sometidas
diariamente a violaciones, agresiones sexuales, humillaciones y
abusos sexuales, ni contraen VIH ni otras infecciones de transmisión
sexual potencialmente mortales como resultado de la exposición en el
trabajo. Podría decirse que la prostitución no es trabajo: es una
forma de violencia de género. Cuando se despenaliza en todos los
ámbitos, incluidos terceros como propietarios de burdeles, gerentes
y proxenetas, se podría decir que quienes toman las decisiones están
cometiendo un crimen contra la humanidad y contra la población que
será objeto de explotación en la prostitución de forma
generalizada o sistemática como resultado de estas decisiones,
especialmente aquellas que son objeto de trata y forzadas a
prostituirse a gran escala.
11.
Violación del derecho burgués: la legalización y la
despenalización son crímenes contra la humanidad
Incluso
entre los investigadores burgueses, la gente está empezando a darse
cuenta de lo terrible que es realmente la prostitución legal. Dos de
los críticos más destacados de la prostitución legal, en un
artículo reciente en la revista más prestigiosa de derecho
internacional, llegaron incluso a acusar a estados imperialistas como
Alemania, Nueva Zelanda, Países Bajos, provincias dentro de dichos
estados (por ejemplo, Nevada, EE.UU. y Victoria, Australia) – y
naciones oprimidas como India y Tailandia – de institucionalizar
crímenes contra la humanidad que "conmocionan la conciencia de
la humanidad".
Esta
espectacular teoría, a pesar de haber sido propuesta por académicos
que trabajan dentro del marco de las instituciones burguesas, es
notable porque los comunistas pueden adoptarla con fines
propagandísticos. "Miren", diríamos, "los propios
juristas de los imperialistas admiten que no pueden seguir sus
propias leyes; las violan constantemente con impunidad,
irresponsabilidad y desprecio descarado".
Es
revelador que los diplomáticos que se supone deben defender los
altos estándares de derechos humanos de los imperialistas hayan sido
sorprendidos por comprar sexo en sus reuniones en Nueva York. Como lo
expresó un oficial de policía: "La hora del almuerzo es el
mejor momento para la prostitución. Muchos de los hombres que
arrestamos están casados, por lo que necesitan una excusa para
dársela a sus familias. Es un poco más fácil a la hora del
almuerzo y cuando están en el trabajo escabullirse por un rato".
Un
periódico indio informó desde las reuniones de la ONU en la ciudad
de Nueva York que "escoltas costosos están acudiendo a la
ciudad desde lugares tan lejanos como Las Vegas y Europa para
satisfacer la creciente demanda durante las reuniones diplomáticas.
Las fuentes sugieren que los diplomáticos se entregan a tales
actividades. Muchos eligen visitar hoteles en lugar de clubes de
striptease o lugares públicos para evitar llamar la atención".
Un activista conservador estadounidense de derechos sociales, un
obvio oxímoron, escribió en 2023 que… Anchorage no es una ciudad
pobre y Alaska no es un estado pobre. La Tercera Avenida es el horror
del tercer mundo en una sociedad con recursos del primer mundo. …
La prostitución obviamente existe. Las condiciones sanitarias son
pésimas. . . . Toleramos el uso abierto de drogas y la prostitución
en público. Permitimos que los perpetradores actúen abiertamente y
así mostramos nuestra indiferencia hacia las víctimas.
De
manera similar, un periodista europeo describió un documental
transmitido por la televisión pública alemana en el que uno de los
propietarios de la cadena de burdeles Paradise admitía que era
plenamente consciente del impacto de la prostitución legal en el
proletariado: ¿Estaría feliz si alguna de sus dos hijas trabajara
en Paradise?, pregunta el entrevistador. La cara de Rudloff se pone
roja. "Impensable, impensable", dice. "El tema es
brutal. No quiero ofender a las prostitutas, pero estoy tratando de
criar a mis hijos para que tengan oportunidades profesionales. La
mayoría de las prostitutas no tienen esas oportunidades. Por eso
hacen ese trabajo". Hace una pausa y mira hacia otro lado.
"Impensable", repite. "No quiero ni pensar en eso"
El
viejo nexo de guerra no se aplica a los crímenes contra la
humanidad; para ello, los imperialistas han inventado los conceptos
de "crímenes de guerra" y "crímenes de agresión",
lo que significa que los crímenes contra la humanidad "no
tienen por qué constituir un ataque militar", como se define en
el Estatuto de la CPI y confirmado repetidamente por sus salas
judiciales, así como en tribunales ad hoc anteriores en Ruanda y ex.
Yugoslavia. El primer intento exhaustivo de los dos académicos
burgueses de examinar cómo el concepto de crímenes contra la
humanidad, que es aplicable tanto en tiempos de paz como en
situaciones de conflicto reconocidas, puede aplicarse legalmente a un
espectro más amplio de prostitución, limitándolo al derecho
burgués, es sin embargo instructivo sobre cómo los marxistas
deberían abordar el tema.
Examina
cómo la prostitución es un ataque "generalizado" y
"sistemático" contra la población civil que no sólo es
llevado a cabo por fuerzas sociales sino también explotado por
actores y leyes que, si bien son diferentes de los casos más
explícitamente brutales que han cubierto aplicaciones legales
anteriores, siguen estando organizados e implican violencia y
coerción significativas. Según ellos, estudios de caso cuidadosos
centrados en la Corte Penal Internacional (CPI) respaldan la teoría
de que la prostitución legal debería reconocerse como un crimen
contra la humanidad.
Según
el Estatuto de Roma de 1998 – actualmente la más exigente de las
definiciones aplicadas internacionalmente – un crimen contra la
humanidad requiere que actos específicos bajo el Artículo
7(1)(a)-(k) sean “cometidos como parte de un ataque generalizado o
sistemático dirigido contra la población civil, con conocimiento
del ataque”. Pueden tenerse en cuenta la prostitución forzada, la
esclavitud sexual, la esclavitud, la violación, la tortura y otras
formas de violencia sexual de gravedad comparable (7(1)(c)(f)(g)(k)).
Triangularon fuentes empíricas utilizando múltiples métodos de
encuesta y descubrieron que la prostitución suele coincidir con el
delito de prostitución forzada, entre otras cosas. La CPI lo define
como obligar a personas prostituidas a tener relaciones sexuales
"aprovechando un entorno coercitivo o la incapacidad de dicha
persona o personas para dar su consentimiento genuino"
(Elementos de los Crímenes 2002, art 7(1)(g)-3(1)).
De
manera similar, la trata de personas, sinónimo de esclavitud según
el Estatuto de Roma de 1998, artículo 7(2)(c), se define con
autoridad en el Protocolo de Palermo de 2000, artículo 3(a), que ha
sido ratificado por 182 Estados, entre otras cosas como “abuso de
poder o de una posición vulnerable... con fines de explotación”.
Dado el requisito alternativo del Estatuto de Roma (1998) de que el
ataque a la población civil sea sistemático (artículo 7(1), es
importante señalar que la demanda alemana de sexo más dañino se
intensificó después de la legalización, exacerbando la situación,
por ejemplo, con la aparición de burdeles de precio fijo que
ofrecían tiempo ilimitado para la explotación sexual, en algunos
casos sexo de todo tipo, sobre todo sexo anal, sexo sin protección y
los llamados gangbangs. Se han reportado desarrollos similares en
Nueva Zelanda.
En
junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel, admitió
que veinte años de prostitución legalizada han sido "un error
fatal, como lo demuestra la brutal realidad en la calle y en los
burdeles". A pesar de las deficiencias del derecho civil sueco,
los compradores en Suecia son descritos como más cautelosos porque
pueden ser considerados responsables de los intentos, mientras que
las prostitutas no cometen ningún delito, una situación que las
prostitutas, como se mencionó, fortalece su control, seguridad e
integridad personal. proletariado – todo lo contrario. Una
superviviente de Nueva Zelanda que quería dejar la prostitución
legal después de cinco años descubrió que “ninguna de las
organizaciones que representan a las trabajadoras sexuales me ofreció
jamás ayuda para abandonar la industria del sexo”. Otra
superviviente testificó cómo las mujeres en Nueva Zelanda "intentan
abandonar el comercio sexual pero no reciben ayuda. Se van y
regresan, se van y regresan, porque nadie las escucha".
Un
conocido superviviente de la prostitución, periodista y autor
irlandés, junto con el principal investigador sobre la prostitución
y psicólogo especializado en el trauma de la prostitución en los
Estados Unidos, han observado que el Colectivo de Prostitutas de
Nueva Zelanda, una importante organización de lobby a favor de la
despenalización, "no ofreció ningún programa de apoyo como
formación vocacional o apoyo de vivienda para la gran mayoría de
quienes trabajaban en la prostitución y querían dejarla". De
manera similar, las solicitudes de financiación para programas de
salida de Streetreach, una ONG de Nueva Zelanda, fueron rechazadas a
pesar de que sus comunidades querían deshacerse de la prostitución
porque la ven principalmente como una "molestia pública".
El
dinero que llega a los gobiernos donde la prostitución genera
importantes ingresos fiscales debería considerarse realmente "la
parte del proxeneta" del gobierno. Por ejemplo, la ciudad
alemana de Duisburg, con una población de poco menos de 500.000
habitantes, ganó 913.000 euros en 2015 sólo con los burdeles. En
Dortmund, que tiene una población alrededor de un 20% mayor, la
ciudad estimó sus ingresos en 750.000 euros en 2010. Los gobiernos
locales de Nevada con burdeles legales "ganan entre miles y
cientos de miles de dólares anualmente gracias a las tarjetas de
trabajo, solicitudes, licencias y derechos de licencia de alcohol de
los burdeles", como escribió un investigador pro-legalización
en Nevada. Allí, el condado de Lyon ganó $543,757 en 2017 por
derechos de licencia e "impuestos sobre habitaciones y licores"
de burdeles legales, más $5,000 por los llamados permisos de
trabajo. El condado de Nye recaudó $192,188, incluidos $56,779 para
"permisos de trabajo".
Al
interpretar las leyes contra el tráfico sexual de manera estricta,
como lo hacen naturalmente todos los estados con prostitución legal,
mientras se ganan cantidades significativas de derechos de licencia,
impuestos especiales e impuestos sobre las ventas, la legislación
sobre prostitución legal promueve y alienta la prostitución
forzada, la esclavitud y otros abusos comparables "cometidos
como parte de un ataque generalizado o sistemático dirigido contra
la población civil, con conocimiento del ataque". Estatuto de
Roma de 1998, artículo 7(1).
Es
fácil demostrar que era consciente de las consecuencias de la
póliza. Una sala de cuestiones preliminares de la Corte Penal
Internacional concluyó que los "motivos razonables",
cuando un ataque "afectó al menos a cientos de miles"
durante cinco años mientras las Naciones Unidas "publicaban
ampliamente" abundante información, cumplían con el requisito
de notificación. Los supervivientes de la prostitución, cuando la
abandonan, suelen dejar muy claras las consecuencias de legalizar sus
abusos pasados. Sus votos, junto con la abrumadora evidencia de la
prostitución legal ahora disponible, muestran que los funcionarios
públicos adoptan "a sabiendas" políticas que "en
circunstancias normales", artículo 30(3), "promoverán o
alentarán activamente... un ataque contra la población civil".
A
la luz de esta descripción, el Estatuto de Roma de 1998 prescribe
varias formas de responsabilidad, que el tribunal puede evaluar
individualmente. Especies. 25(3)(a)–(d), 28(a)–(b). La
responsabilidad penal individual de los funcionarios públicos es,
por tanto, un concepto jurídicamente sostenible. La jurisprudencia
civil anterior ha tratado la prostitución forzada y el tráfico
sexual como crímenes potenciales contra la humanidad, pero desde
entonces ha restringido el término a las víctimas de violencia
sexual en guerras internacionales o guerras civiles (por ejemplo, las
mujeres de solaz japonesas) o grandes sindicatos del crimen
organizado como la yakuza japonesa. No nos hacemos ilusiones sobre el
derecho internacional o el derecho civil. Usamos el derecho
internacional para exponer a los imperialistas y sus travesuras. Es
una cuestión propagandística.
No
entregaremos a todos los criminales imperialistas y reaccionarios a
los tribunales: los pueblos del mundo les darán su veredicto final y
los dejarán en el montón de polvo de la historia. Incluso después
de la revolución, quienes toman decisiones no deben quedar impunes
por sus crímenes imperialistas. Por lo tanto, debe aceptarse la
teoría de la prostitución legal como un crimen contra la humanidad.
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad de género
El
sexo comercial bajo el capitalismo, incluidas la pornografía y la
prostitución, es una industria poderosa apoyada por una variedad de
apologistas, incluidos investigadores, periodistas, comentaristas
sociales, etc., que influyen en la opinión pública y la política,
sin importar cuán equivocadas sean sus afirmaciones. Por tanto, no
sorprende que el modelo de igualdad de género haya generado una
enorme cantidad de desinformación, mitos y mentiras, especialmente
en Suecia, que fue el primer país en adoptarlo. También vemos esto
en las corrientes reformistas y revisionistas dentro del movimiento
obrero.
Algunos
investigadores burgueses se preguntan si el modelo de igualdad de
género ha contribuido a un mercado de prostitución más pequeño en
comparación con otros países escandinavos. Afirman que parte de la
prostitución sueca se lleva a cabo sin ser detectada, a través de
taxis, donde las mujeres prostituidas usan sus propios automóviles
para transportar a los compradores de sexo a apartamentos donde se
compra sexo y, por lo tanto, no son denunciadas en las
investigaciones oficiales. Sin embargo, la prostitución en taxis ya
existía en Estocolmo en 1993, varios años antes del modelo de
igualdad de género. Una investigación pública de 1995 llevó a
cabo una entrevista en profundidad con una prostituta que dijo que
usaba su propio automóvil para "recoger clientes" y que
esto le permitía "seleccionar" a sus clientes.
Los
críticos reaccionarios burgueses del modelo de igualdad de género,
por lo tanto, omiten información que contradice su afirmación de
que la prostitución a través de taxis y los propios automóviles de
las mujeres prostituidas apareció por primera vez en 1999. Además,
estas afirmaciones no dicen nada sobre la prevalencia de estas formas
de prostitución en otros países, o si las mujeres en cuestión
anunciaron o contactaron taxis o compradores de sexo donde se conocía
la prostitución callejera, lo que hace probable que hubieran sido
incluidas en las estimaciones de incidencia para esos lugares. A
falta de datos transfronterizos o longitudinales (los estudios
longitudinales son encuestas en las que se estudian los mismos
sujetos con varios años de diferencia), o cualquier información
sobre los medios de comunicación a través de los cuales se organizó
la compra de sexo, sus observaciones aisladas no proporcionan una
idea significativa de la efectividad y eficiencia de la ley sueca.
Estos
críticos también afirman que la prostitución sueca se publicitaba
en sitios web daneses, pero de ello no se sigue que los estudios que
evaluaron la prostitución sueca subestimaran su alcance; Se ha
incluido publicidad "dirigida a residentes en Suecia"
independientemente del origen de los sitios web. Otro tipo de
afirmación la ha hecho un etnógrafo británico que literalmente
vivió y durmió entre mujeres y hombres prostituidos suecos. Junto
con una activista sueca y "ex trabajadora sexual",
cofundadora de la (pro) "organización sueca de trabajo sexual",
presidenta de una red mundial de organizaciones similares y "crítica
persistente y vocal del modelo sueco que criminaliza a los clientes
de las trabajadoras sexuales", critican los programas
especializados suecos de apoyo y salida. Dicen que estos programas
deben repartir condones y otros materiales gratuitos para tener
relaciones sexuales seguras en la calle (la llamada reducción de
daños). Sin embargo, estos programas supuestamente han razonado que
si los funcionarios bajo la Ley de Igualdad hicieran esto,
promoverían indirectamente la prostitución. Sin embargo, el
etnógrafo británico y su amigo activista sueco omiten el hecho de
que los compradores de sexo a menudo prefieren sexo sin protección y
presionan a las prostitutas para que se lo proporcionen
independientemente de lo que ellas mismas quieran, condiciones
documentadas sistemáticamente en la prostitución legal, como se
mencionó anteriormente. Los compradores de sexo a menudo sobornan a
las prostitutas para que tengan relaciones sexuales sin protección,
y a muchos burdeles esto no les importa.
Una
superviviente de la prostitución legal dijo que "se demostró
que el mito de una mejor salud era falso menos de seis meses después
de la reforma legal [en Nueva Zelanda]. Las mujeres se besaban y
corrían el riesgo de contraer herpes, practicaban sexo oral sin
condón a riesgo de contraer verrugas en la garganta y participaban
en prácticas más duras y arriesgadas sólo para conseguir un
trabajo". De manera similar, una mujer en un burdel legal en
Nevada informó que, aunque las mujeres "insistieron" en
usar condones, los clientes se quejaron a través de los teléfonos
de las habitaciones con la gerencia, quien luego les indicó a las
mujeres que "siguieran las reglas". Además, los propios
datos del etnógrafo y activista sobre informantes suecos revelaron
que la "gran mayoría" de las prostitutas ya reconocía que
el sexo oral era menos seguro sin condón, pero la mitad admitió que
lo practicaban de todos modos porque los clientes lo exigían, no,
como sugiere deshonestamente el etnógrafo y activista, debido a "una
falta de iniciativas de reducción de daños destinadas a poner el
conocimiento en práctica". Entregar condones gratis a mujeres
prostituidas puede parecer inofensivo, pero no hay evidencia de que
reduzca las relaciones sexuales sin protección. Afirmar que sí es
así, como lo hacen estos apologistas, es presentar la prostitución
como más segura de lo que realmente es.
Además,
hay una serie de mitos desmentidos desde hace mucho tiempo de que la
prostitución se volvió más peligrosa en Suecia después de 1999,
que los ingresos disminuyeron y que las condiciones en general
empeoraron. El problema de la desinformación es particularmente
digno de mención dado que la evidencia empírica contradice
fuertemente este mito, como se describió anteriormente,
especialmente la falta de asesinatos en la prostitución sueca desde
1999, los informes de compradores relativamente ansiosos y dóciles,
y las tarifas más altas que los compradores tienen que pagar en
comparación con la prostitución en entornos legales.
13.
Resistencia jurídica civil
Desde
1999, la jurisprudencia no considera que los compradores sean
individualmente responsables de los daños que afectan a aquellos a
quienes compran sexo en Suecia, lo que obviamente va en contra de las
intenciones del modelo de igualdad de género y muestra la quiebra
del sistema jurídico burgués. En la medida en que el Estado ha
apoyado a personas dedicadas a la prostitución con fondos públicos,
ha sido una decisión política, no una obligación legal. En 2001,
la Corte Suprema, en una breve opinión de cuatro sentencias,
confirmó sentencias de tribunales inferiores que interpretaban el
interés protegido bajo la Ley de Compra de Servicios Sexuales al
determinar la pena para un hombre que había comprado a una mujer
para practicarle sexo oral en un automóvil estacionado. El tribunal
de distrito sueco señaló que el fiscal sólo había citado a la
mujer como testigo, no como víctima. Esto, junto con el hecho de que
no se ha presentado ninguna reclamación por daños y perjuicios,
también significa que los fiscales interpretan la compra de
servicios sexuales como un delito más o menos "sin víctimas".
El tribunal de distrito consideró en el caso de 2001 que un delito
cuyo principal objetivo es el orden público merece en sí mismo una
pena menor que los delitos contra las personas.
El
Tribunal de Distrito y el Tribunal de Apelación no estuvieron de
acuerdo sobre el nivel apropiado de castigo, pero ambos argumentaron
que el "consentimiento" de la persona prostituida indicaba
que el delito cometido estaba "principalmente" dirigido al
"orden público" y no al individuo como "persona".
La implicación era que la víctima no consentiría voluntariamente
en cometer un delito contra sí misma como persona. Sin embargo, ni
las conclusiones del legislador ni las investigaciones actuales sobre
la industria del sexo documentan las condiciones de libertad
necesarias para que el "consentimiento" en el que se basan
estos tribunales sea significativo. De hecho, no demostraron ser
conscientes de la naturaleza abrumadoramente ficticia del supuesto
consentimiento de la persona prostituida. Cuando se obliga a celebrar
un contrato aprovechándose de la situación desesperada de alguien,
de su falta de opciones o de su historial de abuso, todos ellos
precursores bien conocidos de la prostitución, equivale a "explotar
un entorno coercitivo o la incapacidad de una o más personas para
dar su consentimiento genuino".
Por
lo tanto, hay muchos estudios que muestran que la mayoría de los
compradores, al responder de forma anónima, admiten que entienden
que las prostitutas no disfrutan del sexo, pero son financieramente
vulnerables y están expuestas a la violencia y otros daños como el
proxenetismo o la trata. En términos de daños, la evidencia
empírica muestra que las circunstancias coercitivas que típicamente
preceden a la entrada crean una situación que es a la vez altamente
desafiante e inherentemente inequitativa, que los compradores
explotan libremente. Al comprar sexo a personas que se ven obligadas
a aceptarlo debido a una falta fundamental de elección, los
compradores están agravando los daños a las personas que se dedican
a la prostitución, incluso sin cometer actos agravantes adicionales.
Los
restos de la percepción general de la prostitución antes de 1999
todavía afectan el tratamiento legal que se da en Suecia a las
víctimas de la trata de personas. Debido a las interpretaciones
legales distorsionadas del modelo de igualdad de género, y a pesar
de la reputación internacional que el país se ha ganado a sí mismo
como un país socialmente progresista, las personas prostituidas en
Suecia todavía tienen que demostrar en cada caso individual que han
sido sometidas a violaciones graves o explotadas despiadadamente en
la prostitución para que se les reconozca los daños. Sin prueba de
tal violación, la persona prostituida es considerada únicamente
como testigo de un delito contra el orden público. Por ejemplo, un
testigo de un delito relacionado con la prostitución no tiene
derecho legal a salir de los programas, la atención médica o la
vivienda. Por lo tanto, los representantes legales de las víctimas
deben trabajar caso por caso para evitar que los tribunales rechacen
las reclamaciones de indemnización de sus clientes. De esta manera,
el derecho civil en Suecia sigue protegiendo a los perpetradores. A
pesar de esto, Suecia todavía tiene quizás las condiciones más
sólidas en una sociedad legal civil para combatir con éxito el
tráfico sexual en comparación con otros países con el mismo tipo
de leyes. Sin embargo, las debilidades de la legislación sueca y su
aplicación, que son similares a las de Francia y muchos otros países
con al menos algunas ambiciones abolicionistas, han sido criticadas
durante veinte años. Sin embargo, el legislador todavía no ha
impedido que los tribunales determinen en la mayoría de los casos de
prostitución que se trata de prostitución "voluntaria",
sin el papel de víctima que da derecho a una indemnización según
la doctrina jurídica vigente.
Una
investigación de 2022, que el gobierno sueco encargó al Consejo
Nacional de Prevención del Delito, tenía como tarea evaluar si las
personas prostituidas debían ser consideradas automáticamente
"víctimas", como ocurre con las víctimas de otros delitos
sexuales. Se podría haber esperado que concluyeran que éste debe
ser el caso. Sorprendentemente, se opusieron a esta propuesta, aunque
lamentaron que las circunstancias agravantes mencionadas incluso en
la historia legislativa prácticamente nunca hayan sido tomadas en
cuenta por los tribunales suecos, que todavía imponen penas en el
rango de pena más bajo, a pesar de que las penas de prisión están
incluidas en la escala. Esto demuestra que la legislación burguesa
no cambia a menos que exista presión popular de las masas.
Por
estas razones, Francia intentó crear una protección legal más
amplia para las personas prostituidas en su versión de la ley sueca,
incluso a través de programas municipales de salida obligatorios.
Sin embargo, hasta ahora la implementación ha sido ineficaz. Algunos
académicos han descrito los programas de salida franceses como "un
aparato burocrático de mano dura" que crea obstáculos,
especialmente para los inmigrantes que solicitan participar, pero
también para las organizaciones de base de las que el gobierno
depende en última instancia para obtener fondos para implementar los
programas.
Además,
estos investigadores subrayan "lo difícil que es aplicar una
estrategia de este tipo en un contexto caracterizado por una política
de inmigración restrictiva y una continua desconfianza racista hacia
los inmigrantes". Cinco organizaciones no gubernamentales de
Francia, una “federación de practicantes y sobrevivientes de la
prostitución, junto con personas que actualmente se dedican a la
prostitución” (la “Federación”), publicaron un informe
conjunto integral en 2025. Reconocieron que la ley francesa, cuando
se implementa plenamente, tiene éxito, al menos desde una
perspectiva cívil. Sin embargo, en muchos o en la mayoría de los
casos todavía existen obstáculos importantes para ello. Cuando los
supervivientes con los que trabajó la federación denunciaron a la
policía casos de proxenetismo o trata (un primer paso hacia una
posible condena en casos de prostitución), se encontraron
regularmente con respuestas degradantes, que incluían burla,
irritación, negación de la violencia, acusaciones contra los
supervivientes, negativa a señalar o restar importancia a ciertos
actos de violencia e incluso negativa a emitir informes oficiales
después de recibir testimonio. Por ello, la federación pide, entre
otras recomendaciones, la formación de todos los profesionales que
entran en contacto con los supervivientes, y que los supervivientes
estén acompañados por representantes de organizaciones como la suya
a la hora de realizar sus denuncias.
Por
lo tanto, todavía parece haber obstáculos importantes para que las
prostitutas hagan valer plenamente sus derechos liberales burgueses
en Suecia. Algunos críticos de Suecia enfatizan que las leyes de
inmigración del país se aplican de una manera que puede negar
permisos de residencia a las prostitutas y que las leyes de vivienda
impiden que las mujeres se dediquen a la prostitución en espacios
cerrados (a diferencia de la prostitución callejera o con
acompañantes). Es cierto que estas aplicaciones son contrarias a la
intención de dirigirse únicamente a proxenetas y compradores de
sexo, no a personas prostituidas. Sin embargo, los críticos rara vez
reconocen que la situación podría mejorar si se trataran todos los
casos de compra de sexo como delitos contra las personas y no contra
el orden público, lo que proporcionaría incentivos adicionales para
que los vulnerables denuncien los delitos cometidos contra ellos y
garantizaría un apoyo público más confiable que el que la sociedad
civil por sí sola puede ofrecer. Se ha argumentado que debido a que
la realización de estos derechos civiles disuadiría a los posibles
compradores de sexo, infringen los derechos de una categoría
hipotética de personas que no se ven perjudicadas por la "venta
de sexo". Pero alguien que fue comprado para tener sexo y no
sufrió lesiones probablemente no reclamaría daños y perjuicios a
un comprador de sexo. Aunque esto no sería suficiente para disuadir
a algunos compradores de sexo, la legislatura o el tribunal deberían
poder lograr un equilibrio justo entre los derechos, intereses y
demandas en juego.
Al
sopesar los intereses de quienes son perjudicados y explotados en la
prostitución y su necesidad de apoyo para salir de ella, los
argumentos a favor de la persona prostituida hipotéticamente ilesa
parecen sorprendentemente desequilibrados y desconectados de la
realidad documentada de la prostitución entre el proletariado,
especialmente sus miembros más explotados.
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
A
pesar de las promesas de ilustración y modernidad a los ciudadanos,
tanto en las naciones imperialistas como en las oprimidas, las
democracias parlamentarias burguesas han fracasado rotundamente en
crear bienestar y prosperidad para las masas. La desigualdad está
aumentando a un ritmo acelerado, especialmente entre las naciones
imperialistas y oprimidas, pero también entre las clases ricas y
pobres dentro de las propias naciones. Como dice el experto en
impuestos de Oxfam: "Se nos dice una y otra vez que no hay
suficiente dinero para mejorar la vida de la gente corriente o luchar
contra la crisis climática. Pero los hechos demuestran lo contrario.
Los superricos están acaparando más de lo que pueden gastar
mientras evitan pagar impuestos, y el resto de nosotros llevamos la
peor parte de la carga fiscal mientras intentamos mantener la
economía a flote". Aparte de las elevadas exigencias de la
política y la ideología, los imperialistas utilizan sus armas de
destrucción masiva para promover sus intereses económicos, mientras
la gran mayoría lucha bajo las botas del imperialismo.
Aparte
de las elevadas exigencias de la política y la ideología, los
imperialistas utilizan sus armas de destrucción masiva para promover
sus intereses económicos, mientras la gran mayoría lucha bajo las
botas del imperialismo. Nunca debemos esperar que la democracia
representativa parlamentaria cambie la política en torno a la
prostitución. En la prostitución, las víctimas deben demostrar
constantemente que son dignas de recibir contribuciones sociales,
pagadas por contribuyentes alienados y, por lo tanto, egoístas o
esfuerzos filantrópicos; de lo contrario, las prostitutas deben
valerse por sí mismas. Jueces, policías, trabajadores sociales,
académicos y políticos oportunistas, con sus molinos parlantes,
trabajan mientras cierran sus mentes, por limitadas que sean, y
obstruyen la aplicación efectiva de las leyes destinadas a prevenir
la prostitución.
Por
lo tanto, el aumento del gasto público para apoyar los programas de
salida de las prostitutas se ve obstaculizado por el capitalismo, que
divide la simpatía del público debido a la constante necesidad y
falta de recursos para el proletariado, especialmente las
prostitutas. Los políticos oportunistas, que sólo adoptaron el
modelo igualitario debido a la presión de la clase obrera en lucha,
los movimientos populares y la opinión pública, no tienen, como
señaló Lenin en El Estado y la Revolución, ningún interés en
llevarlos a cabo o implementarlos. En cambio, prefieren sus “foros
de discusión” y mantienen cómodamente buenas relaciones con los
capitalistas, quienes ofrecen lucrativos trabajos de salida en
agencias de relaciones públicas, salas de juntas o (para los
izquierdistas) prestigiosos puestos internacionales como embajadores,
representantes de la ONU o presidentes o directores de organizaciones
no gubernamentales y filantrópicas.
Como
observó Lenin, a los políticos en la democracia representativa
burguesa sólo les importa acercarse a la "olla de carne",
los puestos lucrativos y honorables, y que, por otro lado, puedan
captar "la atención del pueblo". Mientras tanto, es en las
cancillerías y en los estados mayores donde "se ocupan" de
los asuntos del Estado burgués. Nunca se debe caer en la creencia de
que el desarrollo sobre el terreno se produce a través de cambios en
las leyes. Esta configuración despeja la lucha contra el contenido
de la clase. No son las leyes sino las clases y sus luchas las que
determinan el desarrollo social.
Bajo
una dictadura burguesa, el proletariado vive sin control sobre los
recursos de la sociedad y, por lo tanto, siempre vive al borde de
hundirse en la miseria de la pobreza. La parte de la clase obrera que
pertenece a sus reservas, que es utilizada por la burguesía para
obligar a los obreros a seguir órdenes bajo la amenaza de ser
reemplazada y así descender a los estratos más bajos, es una parte
natural del capitalismo. Mientras exista pobreza y falta de recursos,
existirá la prostitución. Lo mismo se aplica a la ética y la
moralidad social. En una sociedad sucia, sus miembros se vuelven
sucios. En una sociedad donde impera el individualismo y donde las
personas están alienadas unas de otras, es natural que sus miembros
no se traten bien entre sí.
En
la sociedad capitalista, el cuerpo femenino se comercializa con fines
económicos, lo que crea en la mente de grandes sectores de la
población la idea de que es posible poseer su cuerpo mediante el
intercambio de dinero. Al contrario de ambos, en la sociedad
socialista no habría desempleo ni pobreza ya que los recursos de la
sociedad no servirían a un pequeño grupo de individuos sino a las
necesidades de la gran mayoría. El beneficio no estaría en primer
lugar en los objetivos de producción, sino en la victoria del
socialismo y el bienestar del pueblo. Esto eliminaría las
condiciones económicas para la prostitución. La conciencia del
pueblo también cambiaría mediante la lucha contra tradiciones,
ideas y costumbres obsoletas. El codicioso individualismo capitalista
va
a ser reemplazado por el colectivismo solidario del socialismo. La
confianza en el cambio no residiría en las leyes existentes sino en
la fuerza de las masas para defender y aplicar los métodos de
emancipación
de la mujer. Lenin lo expresó en Lenin lo expresó en Una Gran
Iniciativa (1919) de la siguiente manera:
La
verdadera emancipación de la mujer, el verdadero comunismo, solo
comienza cuando se inicia una lucha de masas (liderada por el
proletariado, que ostenta el poder estatal) contra esta economía
doméstica a pequeña escala, o, más precisamente, cuando se
transforma a gran escala en una economía socialista a gran escala.
Es
imposible aplicar suficientemente las leyes sobre la prostitución,
destinadas a empoderar a las víctimas, incluso en países
imperialistas como Suecia y Francia, que cuentan con más recursos
que las naciones oprimidas y, en teoría, con las leyes más
progresistas para rescatar a quienes se ahogan en la prostitución y
son víctimas de trata con fines sexuales. Para que estas medidas
políticas sean efectivas, es necesario llevar a cabo una revolución,
liderada por un partido revolucionario de vanguardia capaz de
instaurar la dictadura del proletariado. Entonces, con revoluciones
culturales y vigorosos esfuerzos para prevenir la alienación
intelectual de funcionarios, jueces, policías, trabajadores sociales
y académicos, estas leyes bienintencionadas podrán finalmente
implementarse en todo su potencial. Sin poder –como en la dictadura
del proletariado– las leyes de igualdad y la protección
constitucional de los grupos vulnerables son una ilusión.
Índice:
1.
¿Qué es la prostitución?
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución en el
capitalismo
4.
Consecuencias perjudiciales para la salud
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
6.
El modelo de igualdad
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
8.
El modelo de igualdad se fortalece, mientras que la legalización de
los compradores debilita a las mujeres
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
11.
Violación de la ley burguesa: La legalización y la despenalización
son crímenes de lesa humanidad
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad
13.
Resistencia legal burguesa
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
1.
¿Qué es la prostitución?
Si
la falta de vivienda simboliza lo que está mal con la propiedad
privada, entonces la prostitución encarna lo que está mal con el
capitalismo. Exalta las necesidades de los hombres por encima de la
subordinación de las mujeres, especialmente de las mujeres de clase
obrera, que son las más pobres y marginadas. Dentro de un Estado
burgués, incluso en una democracia representativa, nunca será
posible erradicar ni abolir esta cruel opresión.
¿Qué
es la prostitución? La prostitución implica comprar a una persona
para tener relaciones sexuales. Quienes compran sexo son comúnmente
llamados "bacalaos", "pikes", "johns",
"prostitutos", "citas", "pasajeros" y
términos similares. La trata sexual o "comercio sexual" es
la explotación económica de terceros, como proxenetas, dueños de
burdeles, "gerentes", "novios", "agencias de
acompañantes", caseros cómplices y otros facilitadores.
Según
el derecho internacional, reconocido por más de 180 países (el
Protocolo de Palermo de 2002), la trata de personas se define
mínimamente como alguien que se aprovecha de tu "vulnerabilidad"
y te deja sin "alternativa real y aceptable" más que
someterte a la trata. Como señaló el Relator Especial de la ONU
sobre la Trata de Personas en 2006, el Protocolo de Palermo
simplemente describe "la prostitución tal como se practica
realmente en el mundo". Por lo tanto, una situación de
vulnerabilidad puede surgir de factores sociales y económicos o de
otros medios de coerción, como la violencia, el fraude o los
problemas psicológicos, factores reconocidos por prácticamente
todos los Estados Partes.
Siguiendo las ensenanzas
impartidas por el presidente Mao, los marxistas-leninistas-maoístas
basan su comprensión de la prostitución y la trata de personas en
investigaciones objetivas sobre cómo se manifiestan estos fenómenos
en la realidad. Por lo tanto, realizamos investigaciones exhaustivas,
especialmente entre el proletariado y las personas supervivientes,
utilizando fuentes secundarias creíbles, fiables e informativas,
incluso si provienen de académicos burgueses. A partir de estudios
concretos, podemos extraer conclusiones concretas.
* * *
Aplicando
el marxismo al estudio del problema se revela que la prostitución
no equivale a trabajo productivo, como "trabajo sexual",
como lo describen algunos revisionistas y posmodernistas que buscan
excusar, sanear y normalizar la prostitución. Por ejemplo, los
trabajadores de restaurantes de comida rápida de McDonald's, los
trabajadores indocumentados de empresas de servicios temporales y el
personal de hoteles no sufren de trastorno de estrés postraumático
(TEPT) como resultado de la violencia o la agresión sexual en su
lugar de trabajo en la misma medida que las víctimas de guerra que
buscan tratamiento, las víctimas de tortura estatal, las mujeres en
refugios para mujeres o las víctimas de violación. Tampoco padecen
enfermedades de transmisión sexual como las prostitutas, que deben
atender a muchos compradores de sexo que se niegan a tener sexo
seguro y que pagan mucho más por sexo sin protección. Esto crea
incentivos peligrosos para sus proxenetas, burdeles e incluso para
ellas mismas, dada su precaria situación económica. Ninguna otra
descripción laboral aceptable incluye tales atrocidades.
Un
ejemplo de esto último fue la prostitución legal en el barrio rojo
de Londres en la década de 1990, donde los gastos diarios de
alquiler, publicidad, recepción, electricidad, toallas,
preservativos, etc., no se cubrían hasta que la persona prostituida
atendía a 10 clientes al día. Estas condiciones implicaban que
muchas mujeres atendían a entre 20 y 30 clientes al día, algunas
hasta 50, lo cual no es una situación única ni inusual en la
prostitución legal. Como revelaron muchas mujeres del estudio sobre
estos burdeles de apartamentos, supuestamente a pequeña escala,
muchas tenían que aceptar sexo sin protección (que estaba mejor
pagado) para reducir el número de clientes diarios y que no se
volviera completamente insoportable.
Por
lo tanto, como marxistas-leninistas-maoístas, entendemos que las
condiciones de la prostitución aparentemente legal en países como
Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Tailandia, India y los
Estados estadounidenses como Nevada nunca pueden describirse como
"trabajo sexual", como trabajo ordinario, ni siquiera en
las actuales condiciones capitalistas de sobre explotación. Las
excepciones a la regla son todas ostensiblemente ilegales: la
esclavitud, como la de los niños que malgastan su infancia y
juventud en las minas congoleñas o la de las empleadas domésticas
extranjeras en Qatar, cuyos pasaportes son retenidos ilegalmente y
luego violadas por sus empleadores, nunca se describe como "trabajo
legítimo". Tampoco se describe como trabajadores comunes a los
soldados que han sido maltratados y sobrevivieron a las guerras
imperialistas más brutales; más bien, incluso los académicos
pequeñoburgueses reconocerían a estos reclutas como carne de cañón,
víctimas de las guerras imperialistas.
Nadie,
ni siquiera los académicos o intelectuales burgueses, justifica la
esclavitud infantil en el Congo, la esclavitud doméstica en Qatar o
la guerra de Vietnam alegando que los afectados eran supuestamente
trabajadores libres. Nadie defiende su abuso y miseria bajo el lema
"mi cuerpo, mi elección". Nadie dice que no debamos
"juzgarlos" por su "elección", sino simplemente
legalizarlos y/o despenalizarlos y permitirles continuar. Nadie
discute que el daño más grave no proviene de sus "clientes"
y explotadores, sino de los abolicionistas que supuestamente los
estigmatizan al describir con precisión su vulnerabilidad y
explotación. Si "en el amor y en la guerra todo vale", con
mayor razón en la prostitución.
Como
Lenin nos enseña en El Estado y la Revolución, el Estado burgués
no puede reformar los síntomas del capitalismo. Incluso aquellos
reformistas burgueses que entienden la existencia de la prostitución
no ceden a las demandas de legalizar los burdeles o despenalizar a
los compradores de sexo, aunque todavía creen ingenuamente que sus
actuales aparatos estatales pueden combatir eficazmente estas formas
perversas de opresión. Entre ellos también se encuentran políticos,
funcionarios y académicos de países que han adoptado el modelo de
igualdad, a veces llamado modelo nórdico o sueco, en el que la
persona prostituida no es criminalizada, sino que se le ayuda a
abandonar la prostitución y se le reconoce como víctima de las
circunstancias y de los perpetradores, mientras que los compradores y
terceros son criminalizados para evitar que sigan explotando a las
personas prostituidas.
Como
se demostrará más adelante, este “modelo de igualdad” es un
paso en la dirección correcta para combatir el abuso y la
explotación en la prostitución. Sin embargo, es imposible
implementar plenamente dicha política en un Estado burgués
(contradicción entre la existencia formal del derecho y su real
concretización en la sociedad burguesa, nora de traducción)
Los
representantes en la democracia burguesa
buscan controlar
la decadencia del capitalismo, y los intereses de la clase dominante
controlan todo lo que ocurre en ella. Estas condiciones profundamente
opresivas corrompen o alienan (generalmente a los primeros) a los
funcionarios públicos, volviéndolos ignorantes, reacios o realmente
incapaces de implementar el modelo igualitario. Los políticos
oportunistas y arribistas y sus charlatanes —jueces, abogados,
agentes del orden, trabajadores sociales y, entre otros, las
organizaciones no gubernamentales— que, aparentemente
inconscientemente, presentan el capitalismo como un purificador de
sus abusos más extremos, están todos involucrados. Estos
burócratas, filántropos o voluntarios privilegiados, intencional o
involuntariamente, obstruyen la correcta implementación del modelo
igualitario y, por lo tanto, impiden que se desarrolle plenamente que
solo puede concretarse bajo un sistema
socialista revolucionario.
Solo
una dictadura proletaria, dirigida
por el partido
proletario
disciplinado, puede abolir verdaderamente la prostitución. O, mejor
dicho, solo una elaboración marxista-leninista-maoísta de ese
modelo logrará el objetivo de abolir la prostitución.
* * *
Las
realidades básicas de la prostitución en un Estado
burgués de régimen liberal
difieren de las condiciones puramente esclavistas de la servidumbre
sexual que existen fuera de un sistema tradicional de intercambio
monetario capitalista basado en el mercado. En el Estado
burgués, la prostitución —ya sea ilegal, legal o semilegal según
el modelo igualitario— prácticamente siempre se genera por una
confluencia de fuerzas sociales y políticas, aunque no se limita a
los siguientes factores:
(1)
Violencia y abuso psicológico, graves consecuencias para la salud,
humillación cruel y agresión sexual. Los tres son perpetrados por
clientes y, en menor medida, por terceros y, en cierta medida, por
las fuerzas del orden, otros funcionarios gubernamentales e incluso
el público en general, incluyendo médicos, terapeutas, profesores y
personas al azar.
(2)
Pobreza extrema y falta de oportunidades alternativas.
(3)
Cruel abuso sexual, físico y psicológico durante la infancia que
destruye la capacidad de las personas prostituidas para vivir sus
propias vidas; una situación coercitiva que contribuye a habituarlas
y desensibilizarlas a la prostitución.
(4)
Opresión de género, reforzada por múltiples formas capitalistas de
subordinación (denominadas factores interseccionales por la academia
burguesa), como: a. Racismo y/o colonialismo b. Persecución por
motivos de etnia, nacionalidad, origen indígena, colonialismo,
sexualidad y similares. c. Discapacidad y/o problemas de salud
mental. d. Vivir en una nación oprimida con una grave falta de apoyo
para abandonar la prostitución.
(5)
Opresión institucional, como la indiferencia burocrática, la
brutalidad policial, la impotencia judicial, la marginación y/o
persecución política, y la estigmatización social.
(6)
Barreras sistemáticas para abandonar la prostitución, como
obstáculos burocráticos (por ejemplo, que impiden a las prostitutas
obtener otro empleo remunerado), sanciones penales, falta de
respuesta, desconfianza u hostilidad manifiesta por parte de
trabajadores sociales, profesionales de la salud, docentes,
empleadores, el poder judicial u otros actores del sector público o
privado.
* * *
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
En
cuanto a la violencia y el abuso psicológico cometidos
principalmente por compradores de sexo, por ejemplo, se llevó a cabo
un estudio en Sudáfrica con una muestra aleatoria de 1.645 hombres
adultos, con el objetivo de obtener “conocimientos sobre los
hombres sudafricanos que se ven a sí mismos como proveedores de
mujeres y, por lo tanto, se sienten con derecho a tener relaciones
sexuales, y la práctica relacionada de tener relaciones sexuales con
mujeres que venden sexo”. De aquellos que habían declarado estar
en lo que los autores denominaron anacrónicamente una "relación
de subsistencia" (lo que significa tener una relación
transaccional o sexo basado en su apoyo material), el 54% admitió
haber violado a una mujer. Por el contrario, un número
significativamente menor (el 13% de los hombres que no habían
comprado sexo ni tenían una relación transaccional (510 hombres, el
31% de toda la muestra)) informaron haber violado a una mujer.
Además, el 8% (1 de 13) del 83% que constituía la mayoría de los
compradores de sexo informaron haber violado a un hombre, mientras
que un número significativamente menor (el 1% de aquellos que no
compraron sexo ni tuvieron una relación transaccional) informaron
haber violado a un hombre.
Además,
el 57% del 83% que compró sexo admitió haber sufrido violencia
física contra una pareja íntima, al igual que el 40% del 17% que no
tenía relaciones transaccionales, mientras que un número
significativamente menor (14% del 31% que no compró sexo ni tuvo
relaciones transaccionales) admitió haber cometido violencia contra
una pareja íntima. En términos de acoso –quizás no sea tan
sorprendente dadas sus tendencias violentas hacia las prostitutas–
el 83% de los compradores de sexo mostraron un "riesgo
significativamente mayor" de haber acosado a otros en la escuela
en comparación con los hombres que no compraron sexo.
El
acoso se midió mediante preguntas de encuesta como "Cuando una
niña pensaba que era inteligente en la escuela, la pusimos en
aprietos explotándola sexualmente". Ambas categorías de
compradores de sexo también admitieron haber participado en
comportamientos significativamente más criminales o agresivos que
los hombres no transaccionales que no compraron sexo. Por lo tanto,
los hombres no transaccionales que no compraron sexo tenían cinco
veces menos probabilidades que la mayoría de los compradores de sexo
de haber poseído un arma (pistola u otro), un arma ilegal, haber
estado en una pandilla, haber consumido drogas y haber estado
involucrados en robos o robos en múltiples ocasiones. De manera
similar, la mayoría de los compradores de sexo tenían "entre
2,5 y 4 veces más probabilidades de haber sido violentos o
criminales" que los hombres que no compraban sexo pero tenían
relaciones sexuales transaccionales.
En
particular, el 24% de todos los compradores de sexo habían sido
miembros de pandillas, en comparación con el 6% de los hombres que
no habían comprado sexo ni habían tenido relaciones sexuales
transaccionales, y el 8% de los hombres que tenían relaciones
sexuales transaccionales. En términos de personalidades
psicológicas, es revelador que el 83% de los compradores de sexo
también obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en las
escalas de igualdad y empatía, y significativamente más altas en
hostilidad hacia las mujeres, mitos sobre la violación y rasgos
psicopáticos (“culpa” y “egocentrismo maquiavélico”) en
comparación con los hombres que no compraron sexo.
La
mayoría de los compradores de sexo (83%) también tenían
significativamente más probabilidades de obtener una puntuación en
los "dos tercios superiores de la escala" en medidas de
psicopatía. Según el estándar estadounidense, las puntuaciones en
el tercio superior de la escala "probablemente" indican
"psicopatía clínicamente diagnosticada". Jewkes y sus
colegas señalan que las "proporciones" en esta categoría
eran "muy altas". Concluyen además que es "fácil
entender por qué las mujeres que se prostituyen, ya sea en Sudáfrica
o a nivel internacional, son tan a menudo objeto de violencia por
parte de sus clientes masculinos".
Necesitamos
algunos ejemplos como el anterior, que ilustren la enorme cantidad de
violencia de género que se perpetra diariamente contra las personas
que se prostituyen. Esta violencia es inherente y esencial a la
prostitución. Para convencer, dentro de la academia burguesa
generalmente se necesitan tres ejemplos consistentes que converjan, y
hay varios otros estudios internacionales que comparan a los
compradores de sexo con los no compradores y/o comparan a los
compradores de sexo de alta frecuencia con los compradores de sexo de
baja frecuencia en medidas similares. También llegan prácticamente
a los mismos resultados que el estudio realizado en Sudáfrica.
Un
estudio de Boston que comparó a 101 compradores con 101 hombres del
mismo origen étnico, nivel educativo y edad que no compraban sexo
encontró que los compradores "informaron una mayor probabilidad
de cometer violación y tenían un historial más largo de abuso
sexual". Los compradores informaron un promedio de 1,59 "tipos
de comportamiento sexualmente agresivo" (de = 1,83, rango = 0 a
10), mientras que los no compradores informaron un promedio de 0,53
tipos (de = 0,79, rango = 0 a 4).
También
se encontró que los compradores tenían significativamente más
probabilidades de informar que habían sido arrestados por delitos
que incluían delitos graves, delitos menores, delitos relacionados
con la violencia contra las mujeres, asalto, delitos con armas,
delitos contra las autoridades, robo y delitos relacionados con el
abuso de sustancias. Incluso dentro del grupo de compradores,
aquellos que habían comprado sexo más de treinta veces tenían
significativamente más probabilidades que aquellos que habían
comprado sexo menos veces de haber sido sujetos a una orden de
restricción (45,2% frente a 14,8%) y acusados oficialmente de
un delito de violencia contra la mujer (25,8% frente a 9,8%).
Algunos estudios compararon el
alcance de la violencia perpetrada por diferentes actores
–principalmente compradores, proxenetas y la policía– contra las
mujeres prostituidas. Entre 200 personas prostituidas en San
Francisco, por ejemplo, el 70% informó que los compradores las
habían violado o sometido a abusos similares "más allá del
contrato de prostitución" un promedio de 31,3 veces. Una
proporción menor, el 49%, fue sometida a "una distribución
injusta del dinero por parte de los proxenetas, una media de 35,5
veces". Un porcentaje aún menor, el 41%, estuvo expuesto un
promedio de 2,6 veces, por ejemplo, a ser obligado a tener relaciones
sexuales sin compensación por parte de la policía, a sufrir abusos
por parte de la policía o por parte de otras prostitutas. La
diferencia entre una media de 31,3 veces y una media de 2,6 veces es
enorme.
De
manera similar, el 21% de 200 mujeres prostituidas en Chicago
informaron haber sido violadas más de diez veces, un hallazgo que se
aplica tanto a la prostitución de acompañantes, como a la
prostitución callejera y a la prostitución a domicilio
(residencial). Nuevamente, se encontró que los compradores eran
responsables de la mayoría de las violaciones, mientras que la
policía era responsable de la menor cantidad: (1) los compradores,
(2) las parejas íntimas, (3) los proxenetas y (4) la policía. Estos
hechos hablan en contra de un énfasis excesivo en el daño causado
por la aplicación de la ley corrupta a expensas de centrarse en el
comprador, aunque el abuso del poder oficial también es grave en el
contexto de la prostitución, especialmente cuando las propias
personas prostituidas son criminalizadas, una consecuencia que no
existiría bajo el modelo de igualdad y la política más amplia.
Otro
estudio realizado en Portland, Oregón, encontró que 55
supervivientes sufrieron graves abusos un promedio de 45 veces al año
por parte de los compradores, fueron violados un promedio de 33 veces
al año por los compradores y torturados un promedio de 5 veces al
año por parte de los compradores, incluso “cortándoles o
raspándoles la piel”. El nivel de violencia implicado aquí se ve
respaldado por el hecho de que los compradores frecuentes de sexo,
que representan tres cuartas partes de las "transacciones de
mercado" en Estados Unidos, por ejemplo, son también los más
violentos. Este es el tipo de población que se desata contra las
mujeres prostituidas en jurisdicciones que legalizan o despenalizan
la compra de sexo. Las prostitutas deben proporcionar diariamente
servicios sexuales a esos usuarios, incluidos actos que otros se
niegan a realizar siempre que sea posible, y corren el riesgo de
sufrir abusos aún más graves con la esperanza de sobrevivir.
No
es de extrañar que la esperanza de vida de las mujeres prostituidas
se acorte dramáticamente, tanto en los países oprimidos como en los
imperialistas, con una tasa de mortalidad muchas veces mayor que el
promedio, y que a menudo sean el blanco de asesinos en serie debido a
su posición vulnerable y la falta de redes de apoyo de familiares,
amigos y personas de clase media con influencia en el sistema legal
que puedan influir en ellas para que investiguen sus asesinatos y
desapariciones. Esta marginación y opresión de los grupos más
vulnerables dentro del proletariado es evidente en cómo las mujeres
indígenas en países como Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva
Zelanda desaparecen o son brutalmente asesinadas regularmente en
relación con la prostitución.
La
mayoría de los compradores afirman que están comprando servicios
sexuales específicos que las mujeres que no son prostitutas, si
tuvieran la opción, no querrían realizar. Cuando se les preguntó,
el 79% de 110 compradores en Escocia y el 48% de 113 compradores en
Chicago admitieron haber comprado servicios sexuales que se sentían
incómodos pidiéndoles a sus parejas habituales, relaciones casuales
y encuentros sexuales, o actos sexuales que estas otras personas se
niegan a realizar, como sexo oral, sexo anal, sadismo y masoquismo.
Tales respuestas sugieren que las mujeres (y otras personas) que no
tienen otra opción porque se ven obligadas, al menos económica o
socialmente, pero a menudo físicamente, muchas de ellas mediante
drogas y amenazas, a realizar actos sexuales en la prostitución que
las mujeres que no están sujetas a una coerción similar evitan
realizar siempre que pueden.
La
evidencia de la prostitución legal muestra además que la
despenalización fomenta la agresión de estos hombres contra las
personas prostituidas en lugar de hacerlas más dóciles, como
suponen - sin ninguna evidencia - los defensores de la prostitución
legal. Quizás el peor ejemplo de cómo los compradores de sexo y
terceros explotan y abusan regular y sistemáticamente de las mujeres
que trabajan como prostitutas son los casos en los que las víctimas
han sido encontradas atadas a camas, quemadas, azotadas, cortadas,
golpeadas, infectadas con enfermedades y sometidas a otras formas de
tortura. Son violadas a diario, porque la inmensa mayoría de ellas
no desean personalmente tener relaciones sexuales, por lo que
normalmente se les paga a otras personas en el papel de proxenetas o
traficantes, que se encuentran en nueve o diez casos de prostitución,
incluso en la prostitución legal.
Esto
sucede a diario, cuando los compradores las explotan sexualmente sin
pagar y cuando los agentes de policía exigen de manera corrupta sexo
a cambio de una contraprestación legal.
*
* *
Los
defensores de la prostitución legalizada o despenalizada rara vez, o
nunca, reconocen que el abuso violento al que los compradores someten
a las prostitutas a diario está íntimamente relacionado con los
altos niveles de trastorno de estrés postraumático de estas
últimas. Rara vez preguntan quién está causando estos niveles de
trauma en esa población. Sí, algunos mencionan que los compradores
son violentos, pero asumen ingenuamente que estos hombres pueden ser
controlados, a pesar de que a menudo son los "consumidores"
que pagan más y, por lo tanto, son muy valiosos para los proxenetas,
los burdeles, los salones y las agencias de acompañantes.
Excluir
a los clientes violentos de los burdeles exclusivos en países como
Alemania reduciría significativamente sus ganancias. El trastorno de
estrés postraumático es una medida psicológica del daño que puede
ocurrir como resultado de la violencia extrema, incluida la violencia
sexual como la violación repetida. En otras palabras, el trastorno
de estrés postraumático en una población civil, como las personas
que se dedican a la prostitución, puede ser un indicador sensible de
que han estado expuestas a una violencia de género devastadora.
Hasta
el 68% de 854 personas prostituidas en un estudio que abarcó nueve
países, incluida Sudáfrica, cumplieron con los criterios clínicos
de PTSD, en promedio en niveles comparables a los de los militares
estadounidenses de la guerra de Vietnam que buscaban tratamiento, las
mujeres maltratadas que buscaban refugio, los refugiados de la
tortura estatal y los sobrevivientes de violaciones. Incluso cuando
se controlan estadísticamente otros posibles predictores de PTSD,
como el abuso infantil (incluido el grave), la violación, la
agresión o el lugar de prostitución (interior o exterior), la
prostitución en sí sigue prediciendo el PTSD o reacciones similares
de daño psicológico por abuso grave. Por lo tanto, la prostitución
como práctica tiene un impacto enormemente dañino en las personas
compradas con fines sexuales, y los principales culpables son los
compradores.
Una
de las graves consecuencias del trastorno de estrés postraumático
es la disociación, que es una estrategia de supervivencia para
afrontar la violencia o el trauma de la violencia. Una revisión
sistemática de estudios sobre disociación en mujeres prostituidas
encontró que muchas muestran "puntajes de disociación altos",
lo que indica un trastorno disociativo "grave". Otra
revisión de cuatro estudios sobre disociación entre prostitutas
encontró que los trastornos disociativos "son comunes entre las
prostitutas" y concluyó que la disociación "permite la
supervivencia psicológica, ya sea que el trauma repetido sea
esclavitud, combate militar, incesto o prostitución".
Poco
después de que se legalizara la prostitución en 2002, el gobierno
federal alemán publicó un estudio sobre la violencia contra las
mujeres en 2007 que incluía una submuestra de 110 mujeres
prostituidas, de las cuales el 92% informó haber experimentado acoso
sexual, el 87% violencia física, el 59% violencia sexual, el 52%
abuso físico infantil por parte de los padres, el 43% abuso sexual
infantil y el 41% violencia doméstica. relación con la
prostitución. Aproximadamente la mitad mostraba síntomas de
depresión, una cuarta parte tenía "pensamientos suicidas a
menudo o en ocasiones", un tercio tenía ansiedad y ataques de
pánico y uno de cada siete había intentado hacerse daño en los
últimos 12 meses.
En
otro estudio con 120 personas prostituidas utilizadas para la
producción de pornografía en Suecia, el 69% afirmó haber intentado
suicidarse previamente y el 70% afirmó que se había autolesionado
intencionalmente. Tenga en cuenta que es muy común que las personas
que se prostituyen sean utilizadas para la pornografía; Es probable
que al menos la mitad, en algún momento, se utilice para producir
pornografía (incluso después de participar en la encuesta, lo que
lleva a subestimaciones en las encuestas). Por ejemplo, el 49% de las
854 personas prostituidas en nueve países informaron haber sido
utilizadas en la prostitución para producir pornografía. Un
correspondiente 23% de 271 actrices porno en Los Ángeles informaron
haber participado en prostitución fuera de cámara en los últimos
tres meses. Un estudio británico encontró de manera similar que 21
de 50 actrices porno informaron estar involucradas en otro tipo de
prostitución: 17 en prostitución de acompañantes, 2 en
prostitución de acompañantes/cámara web y 2 en "fiestas
sexuales/clubes de swingers".
El
derecho civil de un número significativo de países ya reconoce que
el gobierno tiene la obligación de combatir la violencia de género,
incluida la prevención de omisiones oficiales que pueden
desencadenar sus formas más brutales. Por lo tanto, sería criminal
incluso dentro de estos países permitir la despenalización de los
compradores de sexo, lo que les permitiría actuar con impunidad. Sin
embargo, las ilusiones de los defensores de la prostitución legal
muestran que no son conscientes de tales leyes, sino que continúan
con su relativización nietzscheana de la prostitución y nos acusan
de "juzgar" o "moralizar".
Permitir
la despenalización de la compra de sexo, incluso bajo las
constituciones burguesas, es un acto oficial que fomenta, permite y
contribuye a un aumento masivo de la violencia contra parte del
propio pueblo, principalmente mujeres y niñas, que son obligadas a
prostituirse por los mecanismos despiadados y crueles del
capitalismo.
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución bajo el
capitalismo
Uno
de los denominadores comunes más comunes entre las prostitutas es la
pobreza extrema tanto en los países imperialistas como en los
oprimidos. Muchas de las personas que se prostituyen cuando son
adultas también huyen de guerras o desastres climáticos, no tienen
hogar, a menudo son engañadas u obligadas a prostituirse y, por lo
general, pronto se vuelven adictas a las drogas, situaciones que se
ven afectadas o exacerbadas por la pobreza extrema.
Los
defensores de la prostitución legal no cuestionan la conexión entre
pobreza y prostitución. Pero contrariamente a la creencia común (y
errónea) de que las prostitutas ganan más que otros trabajos
asalariados legales o ilegales, la violencia, el abuso y las graves
consecuencias para la salud que enfrentan harían que tales ganancias
carezcan de significado incluso si fueran ciertas. En realidad, fuera
de las ilusiones posmodernas, prácticamente nadie escapa de la
pobreza a través de la prostitución; tienden a dejar la
prostitución a personas mayores, indigentes y endeudadas.
Según
un estudio realizado en Francia, la prostitución probablemente
cuesta a cada Estado una cantidad obscena de recursos que podrían
haberse utilizado para financiar la asistencia social. El clima
coercitivo de la prostitución se ve aún más subrayado por el
fuerte e indiscutible vínculo entre el abuso físico y sexual
infantil y la entrada en la prostitución, con muchos estudios tanto
en países imperialistas como oprimidos que indican una prevalencia
de entre el 60 y el 90 por ciento. Es revelador comparar esta cifra
con la prevalencia del abuso sexual infantil entre todas las mujeres
en los países imperialistas más grandes, que, según la lógica
retorcida de la ideología burguesa, se supone que tienen los
sistemas legales y educativos más desarrollados.
En
Estados Unidos, según diversos estudios, entre un tercio y la mitad
de todas las mujeres han estado expuestas a abusos sexuales cuando
eran niñas. Con una población de alrededor de 330 millones, de los
cuales aproximadamente la mitad son mujeres, estas estadísticas
significan que estamos hablando de entre 55 y 80 millones de mujeres
que estuvieron expuestas a abuso sexual cuando eran niñas sólo en
los Estados Unidos.
Dicho
esto, el abuso sexual que sufren las mujeres prostituidas cuando eran
niñas es, en promedio, más grave que el que sufren las mujeres en
general. Aparte de la pobreza, es uno de los factores más fuertes
que facilitan la entrada en la prostitución; la mayoría de las
personas prostituidas tienden a informar que el abuso sexual cuando
eran niños contribuyó a su entrada en la prostitución. De hecho,
un estudio de Corea del Sur encontró estadísticamente que las
mujeres que sufrieron abusos sexuales cuando eran niñas por parte de
su pareja informaron haber entrado en la prostitución mucho antes
que otras mujeres prostituidas.
El
abuso sexual infantil es sin duda una circunstancia profundamente
compulsiva que la despenalización de los compradores de sexo en la
práctica pasaría por alto. Obligaría a personas que anteriormente
fueron víctimas de abuso físico y sexual en la infancia a entrar y
permanecer en la prostitución. La pobreza y la dependencia de la
infancia contrarrestan las posibilidades reales que podrían hacer
que el consentimiento sea genuino o el entorno no coercitivo. Muchas
prostitutas eran jóvenes fugitivas, a menudo debido a abusos
sexuales domésticos. La estructura de reclutamiento de la
prostitución, donde muchos ingresan a la prostitución mucho antes
de llegar a la edad adulta, socava el consentimiento genuino, ya que
no es un acto voluntario ni una profesión digna, sino que se asemeja
a la esclavitud.
Por
lo tanto, es imposible distinguir entre quienes han sido víctimas de
la prostitución infantil y la prostitución de adultos, ya que
aproximadamente la mayoría de las prostitutas, o más, ya fueron
arrastradas a la prostitución cuando eran niñas. Por ejemplo, el
47% de 854 personas prostituidas, en nueve países con leyes
diferentes, involucradas en diversas formas de prostitución (en casa
y en la calle), declararon haber comenzado la prostitución antes de
los 18 años. De manera similar, un estudio de una muestra diversa de
222 mujeres prostituidas en Chicago, Estados Unidos, el corazón del
imperialismo, mostró que el 61% había comenzado la prostitución
antes de los 18 años. En San Francisco, 200 mujeres y menores
prostituidas fueron entrevistados informalmente, es decir, sin la
ayuda de las autoridades oficiales, mediante el método del "boca
a boca", folletos y anuncios para aumentar la "credibilidad"
y evitar una selección sesgada de participantes "detenibles"
u "orientados al servicio". En este caso, nada menos que el
78% afirmó haber sido explotada en la prostitución antes de los 18
años y el 62% antes de los 16 años, mientras que una parte ya había
sido explotada antes de los 9, 10, 11 y 12 años.
La
edad media de inicio en la prostitución era de 16,1 años. Está
claro que la entrada de niñas a la prostitución no está menos
extendida en las naciones oprimidas. Sin embargo, es sintomático del
capitalismo que incluso los más vulnerables entre el proletariado
supuestamente privilegiado en el núcleo imperial sean sometidos a
abusos brutales y explotación sexual por parte de los hombres más
agresivos y violentos de la población. El capitalismo no perdona a
nadie. Dicho esto, son los grupos étnicos vulnerables que son
sistemáticamente oprimidos en los países capitalistas donde
prevalecen el racismo y el chauvinismo los que están
sobrerrepresentados en la prostitución, especialmente las mujeres y
niñas dentro de estos grupos. Por lo tanto, las mujeres y niñas
negras están sobrerrepresentadas en la prostitución en Estados
Unidos; Las mujeres y niñas indígenas están excepcionalmente
sobrerrepresentadas en Canadá; y en Europa, la población romaní
está "muy sobrerrepresentada" entre las víctimas del
tráfico sexual, junto con los refugiados de África.
La
Comisión Europea reconoció en 2016 que los traficantes con fines
sexuales y de otro tipo "explotan la vulnerabilidad de las
personas, que puede verse exacerbada por factores como la pobreza, la
discriminación, la desigualdad de género, la violencia contra las
mujeres, la falta de acceso a la educación, los conflictos étnicos
y los desastres naturales". En pocas palabras, el comercio
sexual es a la vez racista y sexista, porque explota abrumadoramente
a los proletarios pobres, a quienes se mantiene pobres debido a su
género, etnia y nacionalidad, factores que la burguesía explota
conscientemente. Sin embargo, durante treinta años ni la Comisión,
el Consejo de Ministros ni el Parlamento Europeo han propuesto
ninguna política eficaz para combatir el tráfico sexual. Sólo una
dictadura del proletariado podría hacer eso.
La
sobrerrepresentación de las minorías étnicas en la prostitución
se observa en muchas partes del mundo. Por ejemplo, tanto una nación
imperialista como Canadá como una nación oprimida como Sudáfrica
tienen una división significativa entre las poblaciones indígenas y
de colonos. En Canadá, sin embargo, la sobrerrepresentación de
mujeres indígenas en la prostitución ha sido contextualizada por la
violenta devastación de su población indígena. La Comisión Real
sobre Pueblos Indígenas (1996) concluyó que el trato dado a los
pueblos indígenas, debido a la exposición a enfermedades durante la
colonización, la apropiación de tierras por parte de los colonos y
la devastación cultural, "a menudo se describe como genocidio u
holocausto" donde "normas, valores, sistemas sociales y
prácticas espirituales de larga data... han sido socavados o
prohibidos"
Un
estudio de 2005 de 100 mujeres prostituidas en Vancouver y realizado
9 años antes de que Canadá aprobara una Ley de Igualdad en 2014,
encontró que el 52% eran de ascendencia indígena, a pesar de que
este grupo representaba solo entre el 1,7% y el 7% de la población
de Vancouver. Como se mencionó anteriormente, la prostitución
generalmente se impone a personas que se han visto obligadas a
renunciar a la integridad corporal y la confianza a una edad
temprana.
Un
sorprendente 82% de las mujeres prostituidas en Vancouver declararon
que habían sido abusadas sexualmente cuando eran niñas por un
promedio de al menos cuatro perpetradores (varios no pudieron
contarlos); y el 72% informó haber sido golpeado o abusado por sus
cuidadores, lo que le provocó hematomas o lesiones. Además,
denunciaron formas de tortura que podían resultar mortales en
cualquier momento: proxenetas y compradores utilizaban "regularmente"
violencia extrema contra ellos si se negaban a realizar determinados
actos sexuales. El 90% de los 100 encuestados reportaron violencia
física asociada con la prostitución. Un enorme 78% reportó haber
sido violada, de las cuales el 67% había sido violada más de cinco
veces y el 75% de las 100 reportaron lesiones físicas como resultado
de la violencia en la prostitución, muchas de las cuales habían
sido apuñaladas y golpeadas, con conmociones cerebrales, huesos
rotos y laceraciones. La mitad de los 100 habían sido sometidos a
abusos violentos con, por ejemplo, bates de béisbol y palancas, o
alguien golpeando sus cabezas contra, por ejemplo, las paredes o el
tablero del automóvil.
Ésta
es la vida que la democracia representativa burguesa ofrece a
aquellos dentro del proletariado que han sido arrojados al abismo por
las fuerzas inevitables de la descomposición imperialista. Para
ellos, los derechos humanos universales son una ilusión, justicia
para unos pocos privilegiados, y las exigencias del Estado de
bienestar son sólo eso: fachadas infundadas. Los vínculos entre el
colonialismo y la prostitución moderna también son evidentes en
Sudáfrica, como en la mayoría de los países semicoloniales. La
lista de atrocidades cometidas por los colonos europeos contra los
xhosa, zulú, khoisan y el resto de la población negra en Sudáfrica
también es prácticamente interminable e incluso más actual que la
de Canadá. Por ejemplo, todavía en la década de 1980, el gobierno
del apartheid todavía permitía el desplazamiento forzado de
africanos, que se estima que entre 1960 y 1983 afectó a 3.548.900
personas. En el libro Una historia de Sudáfrica del fallecido
profesor Leonard Thompson, dice:
"En
muchos casos, áreas previamente habitadas por negros fueron
reservadas para asentamientos exclusivos de blancos. El gobierno
afirmó que estas expulsiones fueron voluntarias. De hecho, las
víctimas fueron amenazadas y cuando resistieron, se utilizó la
violencia".
El
Surplus People Project (Ciudad del Cabo, 1980-1983) entrevistó a
estos supervivientes; por ejemplo, a esta mujer africana, que fue
trasladada a una supuesta patria:
"Cuando vinieron a
nosotros, tenían armas y policías con ellos... No dijeron nada,
simplemente arrojaron nuestras pertenencias en [camiones del
gobierno]... No conocíamos este lugar, y todavía no lo sabemos... Y
cuando llegamos aquí, arrojaron nuestras cosas, simplemente
arrojaron nuestras cosas, así que todavía estamos aquí. ¿Qué
podemos hacer ahora? No podemos hacer nada. No podemos hacer nada.
¿Qué podemos hacer?"
No
sorprende que una mujer africana de unos cuarenta años, que
sobrevivió a la prostitución y fue entrevistada en 2024, sugiriera
que esos movimientos forzados la llevaron a la prostitución. Aquí
la entrevistadora cuenta su historia:
“Cuando
[ella] tenía ocho años, el gobierno desalojó a su familia de su
casa y ella se quedó sin hogar. Ella describió que el gobierno del
apartheid llegó a su comunidad y anunció que iba a cambiar y que
las familias que vivían allí tenían que mudarse, pero a las
familias no se les dieron instrucciones sobre dónde ir en busca de
ayuda y nuevos hogares. En cambio, fueron "apilados" en
refugios deficientes similares a hospitales psiquiátricos,
maltratados y estigmatizados en sus comunidades; por eso [ella] se
volvió hacia la calle. Vivir en la calle cuando tenía ocho años
era un destino que no podía controlar. A la edad de ocho años, fue
violada en grupo por cuatro hombres, expuesta a la pedofilia, se
volvió adicta a las drogas y fue rechazada por su madre. Todo esto
debido a una educación que ella misma no eligió, por lo que fue
víctima de trata de personas durante más de diez años y se vio
obligada a prostituirse.”
* * *
Los
principales males socioeconómicos explotados por el comercio sexual
bajo el capitalismo –y especialmente por los compradores de sexo–
son la pobreza, el género, los abusos sexuales y la violencia física
en el pasado contra los niños, la juventud y la opresión
racial/étnica. Especialmente cuando estos factores coinciden y crean
varios trastornos dentro de un individuo, la probabilidad de que la
persona sea explotada y sometida a abusos en la prostitución aumenta
significativamente. Por ejemplo, la pobreza extrema puede ser una
fuerte fuerza impulsora en la vida de las personas, especialmente de
las mujeres jóvenes y las niñas, llevándolas a recurrir a la
prostitución. Sin embargo, el riesgo de terminar en la prostitución
es mucho menor si estas personas no se han acostumbrado previamente a
la prostitución a través de abusos sexuales previos a niños, lo
que les lleva a disociarse y aceptar una visión instrumental de sus
cuerpos como hechos para ser utilizados por otros, incluso cuando son
sometidos a abusos, humillaciones o violaciones.
Del
mismo modo, una persona que vive en la pobreza también tiene muchas
más probabilidades de pertenecer a una minoría desfavorecida,
además de ser una niña o una mujer adulta. En la prostitución, la
pobreza no ha sido a menudo la única circunstancia que ha obligado a
las personas a dedicarse al comercio sexual, aunque en algunos casos
puede serlo (y es más probable que ocurra durante desastres
naturales, guerras, persecuciones, hambrunas o genocidios). Pero no
todas las personas que carecen de medios –ni siquiera las mujeres
jóvenes– son vendidas o compradas para tener relaciones sexuales.
Sin embargo, sin pobreza sería mucho más fácil erradicar la
prostitución, ya que habría medios alternativos de supervivencia.
Pero
así es exactamente como funcionan los mecanismos del capitalismo: la
burguesía aprovecha las atrocidades cotidianas cometidas contra las
personas más vulnerables para mantener a la mayoría del
proletariado con miedo de verse sumido en la misma pobreza distópica
y total, donde serán sometidos a terribles abusos. Estas condiciones
serían reconocidas como "chocantes para la conciencia de la
humanidad", si existiera algo así como una conciencia dentro de
la burguesía.
4.
Consecuencias nocivas para la salud
Un
gran número de personas prostituidas contraen enfermedades en la
prostitución. Por ejemplo, en una muestra de 700 personas
prostituidas de siete países y una variedad de entornos interiores y
exteriores, el 24% informó síntomas como enfermedades de
transmisión sexual (ETS), incluidas sífilis y VIH, así como
infecciones uterinas, dolor de ovarios, problemas menstruales y
complicaciones del aborto. Además, el estigma dentro de los sistemas
legales de prostitución está generalizado, a pesar de su aparente
legalidad. Como informaron los señuelos policiales después de
participar en redadas de prostitución en la comunidad: "Lo peor
son los comentarios de la gente que vive en el barrio,... comentarios
muy malos hacia mí... me hiere los sentimientos". O como se
informó en Nevada en 2021, donde la prostitución todavía está
legalizada en algunos condados, una mujer prostituida en el burdel
Moonlite Bunny Ranch en Carson City admitió que "también puede
ser difícil encontrar un trabajo fuera de la estigmatizada industria
del sexo, ya que las verificaciones de antecedentes pueden revelar
las tarjetas de permiso de trabajo que las prostitutas deben tener en
los burdeles". En Nueva Zelanda, un informe del gobierno
escribió que "a pesar de la despenalización, el estigma social
que rodea a la industria del sexo persiste. Las trabajadoras sexuales
continúan siendo explotadas en los burdeles". La única
excepción parcial son los países con leyes de igualdad de género,
donde los sobrevivientes, como en Suecia, han informado que las leyes
los han empoderado al trasladar el estigma de las prostitutas a los
compradores.
En
la muestra antes mencionada de 100 mujeres prostituidas en Vancouver,
sus problemas de salud física eran asombrosos. Estos incluyeron
dolor muscular (78%), dolor en las articulaciones (60%), problemas de
memoria (66%), dificultad para respirar (60%), dolor de cabeza (56%),
dolor/entumecimiento en manos/pies (49%), problemas de visión (45%),
mareos (44%), dolor en el pecho (43%), problemas de equilibrio (41%),
problemas de audición (40%), dolor de mandíbula (38%), hinchazón
de las extremidades (33%), ritmo cardíaco irregular (33%) y asma
(32%). El 95% de las mujeres dijeron que querían dejar la
prostitución, mientras que sólo el 32% quería que se "legalizara".
El 67% pidió en cambio formación profesional, el 66% pidió "un
hogar o un lugar seguro" y el 49% pidió formación en defensa
personal, entre otras opciones reales.
Está
claro que estas mujeres no tienen alternativa a la prostitución,
dadas las atrocidades a las que son sometidas y el hecho de que
prácticamente todas quieren dejarla pero no pueden. Quizás lo más
obvio es que las prostitutas precisamente en el tipo de modelos
legales que los demandantes piden al tribunal que imponga en este
caso –como lugares en el Reino Unido donde es legal comprar sexo a
menos que involucre burdeles o terceros– a menudo tienen que
satisfacer sexualmente hasta treinta hombres por día.
Como
se mencionó al principio, un estudio informó que las prostitutas en
Londres, en la prostitución legal en apartamentos, tenían que
satisfacer sexualmente a unos diez compradores por día para alcanzar
el punto de equilibrio, con un número promedio de compradores por
semana de setenta y seis, muchos de los cuales conocían entre veinte
y treinta hombres por día, algunos hasta cincuenta. En otros
lugares, las prostitutas se han visto obligadas a atender a muchos
más clientes por día. Estas condiciones crean incentivos peligrosos
para las relaciones sexuales sin protección, ya que muchos clientes
pagan más dinero, lo que reduciría el número de actos sexuales
forzados que de otro modo se realizarían.
Como
informaron los autores del Estudio sobre la prostitución en
apartamentos de Londres: A diferencia de las mujeres que trabajan en
la calle, estas mujeres tienen muchos gastos. El mayor de ellos es el
alquiler diario que deben pagar al propietario: varía entre £120 y
£250. Además del alquiler básico, el propietario cobra cantidades
diarias variables para cubrir facturas como la electricidad y el
teléfono. Además, las mujeres pagan a la señora de la limpieza
[que se sienta en la recepción y que idealmente intervendría en
casos de abuso] un salario diario: entre 30 y 60 libras esterlinas. .
. . Algunos apartamentos se anuncian en cabinas telefónicas. En este
caso, a un "chico de tarjetas" se le paga un salario diario
de hasta 60 libras esterlinas por instalar tarjetas periódicamente
en las cabinas telefónicas locales. También está el coste de
imprimir las tarjetas…. Las mujeres pretenden atender a un cierto
número de clientes al día, normalmente 20. … "Tienes que
aceptar unos diez clientes antes de ganar lo suficiente para el
alquiler y la limpieza. Después de eso, es posible que no recibas
más, así que de todos modos no ganas dinero (entrevista en
profundidad)". … Hasta ahora, los datos de la encuesta
muestran que el número promedio de clientes que estas mujeres ven en
una semana es 76. Muchas mujeres ven entre 20 y 30 hombres por día,
y algunas mujeres ven hasta 50.
Estas
observaciones tienen serias implicaciones para el bienestar general y
las prácticas sexuales seguras de las personas prostituidas, ya que
la prostitución legal, como lo muestran otros estudios de burdeles
legales en países como Australia, Nueva Zelanda y Alemania, no puede
eliminar la demanda ni los incentivos económicos para aceptar sexo
inseguro u otros abusos. Muchos clientes pagan más si no se usa
condón. Por lo tanto, es de vital importancia considerar si tales
incentivos pueden alguna vez contrarrestarse cuando hay una cuota de
unos diez clientes antes de alcanzar el punto de equilibrio, como en
el caso de la prostitución en apartamentos en Londres bajo un marco
legal similar, como defienden los demandantes en este tribunal. Todas
las mujeres con las que [Dawn Whittaker] ha hablado afirman que
siempre usan condón durante todas las formas de sexo con
penetración, incluido el sexo oral. Sin embargo, cabe señalar que
todos afirmaron que a menudo los clientes les pedían que mantuvieran
relaciones sexuales sin protección, y que esto solía ir acompañado
de una oferta de más dinero. Todos tenían historias de mujeres que
"lo hacían sin", historias utilizadas para distanciarse de
tales actividades. . . .
Parece
surgir información bastante sugerente sobre los incentivos para el
sexo sin protección en el hecho de que "todos" en la
muestra de prostitutas en pisos de Londres mencionaron que eso les
había sucedido a otros. En este contexto, es importante considerar
que la investigadora Dawn Whittaker tenía un "doble rol"
que incluía también ser profesional de la salud, realizar visitas
sin cita previa a los apartamentos y otras labores similares. Los
encuestados fueron informados explícitamente sobre su papel, aunque
es posible que ya la hubieran conocido a ella o a sus asociados
antes. Por lo tanto, podrían percibir que la situación los
implicaba en su relación con las autoridades si le admitieran
explícitamente a ella que habían tenido relaciones sexuales sin
protección en los apartamentos.
Estos
estudios de Londres son, de hecho, encuestas burguesas mal realizadas
por funcionarios de salud crédulos. Estos profesionales están tan
alienados bajo el capitalismo que pierden su pensamiento crítico; en
cambio, simplemente informan de forma descriptiva lo que les dicen
sus fuentes sin mayor análisis. Estos profesionales regularmente
ignoran las normas que se supone deben seguirse en la academia
burguesa, donde se enseña a los estudiantes a no convertir la
declaración descriptiva de un informante en una conclusión
analítica. Este conocimiento a menudo se introduce en cursos de
primer año de sociología, psicología y trabajo social, entre otras
materias relacionadas. Del mismo modo, se les enseña que correlación
no es causalidad, pero esas normas académicas básicas a menudo son
ignoradas por la fuerza laboral alienada y desilusionada de la clase
media, que de hecho tiene más en común con el proletariado que con
los capitalistas. Desafortunadamente para el proletariado al que se
supone deben servir, la conciencia de clase de estos funcionarios
está latente. Sin embargo, podría resucitar, de acuerdo con los
objetivos del Presidente Mao durante la Revolución Cultural.
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
Las
investigaciones muestran que la mayoría de las personas prostituidas
quieren dejar la prostitución pero no pueden hacerlo, debido, entre
otras cosas, al estigma y a la falta de protección legal y de
servicios sociales. Como adultos, muchas personas prostituidas
afirman sentirse atrapadas en el comercio sexual, sin educación ni
formación profesional y sin opciones de supervivencia. El 89% de las
prostitutas, en el estudio de nueve países, informaron que su mayor
deseo era dejar la prostitución, pero que no sabían cómo. El 76%
afirmó que necesitaba formación profesional. Dada la falta de
alternativas y la presencia de fuerzas sociales coercitivas, las
personas que compran sexo a prostitutas se aprovechan del entorno
coercitivo y de la incapacidad de las víctimas de dar su verdadero
consentimiento.
Alrededor
de 2007, se informó que los refugios para mujeres en Nevada no
aceptaban mujeres con niños, mascotas, VIH, enfermedades
transmisibles o antecedentes penales, mujeres que no habían estado
libres de drogas durante un cierto período de tiempo o mujeres que
habían salido recientemente de prisión, creando efectivamente
barreras para que muchas mujeres prostituidas escaparan, ya que estas
situaciones afectan a muchas mujeres en la prostitución. Además,
podría requerir una enorme cantidad de documentación, el pago de
gastos personales necesarios y otras cosas que eran difíciles de
arreglar por adelantado para las personas que acababan de huir o
estaban a punto de huir de la prostitución, sólo para conseguir un
trabajo como ama de llaves en Las Vegas, Nevada, en un gran hotel y
casino, con un salario inicial de 9 dólares la hora.
En
los Países Bajos, el hecho de que la prostitución es legal a menudo
se ha invocado erróneamente para evitar condenas o sentencias por
trata, negando a las víctimas la protección de la ley. A veces los
jueces consideran que las mujeres que han ejercido anteriormente la
prostitución pueden tolerar el "riesgo de explotación".
Algunos jueces consideraron la prostitución "normal" para
menores y por ello los absolvieron.
En
Suecia, que en 2007 todavía luchaba contra los mitos globales sobre
la prostitución voluntaria, el Tribunal Administrativo de Estocolmo
permitió a las autoridades fiscales gravar a una mujer que había
abandonado la prostitución sobre la base de las estimaciones de las
autoridades fiscales sobre sus ingresos no declarados previamente.
Como señaló la denunciante, la lógica de esta decisión va en
contra del modelo sueco de igualdad de género, que no criminaliza a
las personas prostituidas precisamente para ayudarlas a abandonar la
prostitución, sino que sólo criminaliza a los proxenetas y a los
compradores: "Las personas prostituidas se ven obligadas a
continuar para poder pagar impuestos", afirmó.
Es
extremadamente importante para las mujeres que abandonan la
prostitución que se les ofrezcan servicios sociales especializados
para salir de la prostitución. Esto sólo se ofrece en algunas
ciudades de Suecia. En 2012, se informó sobre un ensayo clínico de
su programa, que se había realizado con 34 clientes, 26 de los
cuales participaron en seguimientos un año después. Los
investigadores determinaron que el 80% había abandonado la
prostitución por completo, mientras que el resto reportó
prostitución menos frecuente y deseo de abandonarla. La mayoría
también informó una mejor autoestima y una mejor calidad de vida.
Un grupo de control estaba formado por 11 niñas y mujeres de entre
15 y 25 años que se prostituían en línea pero que no fueron
reclutadas a través de los programas de tratamiento.
Todas
estas personas describieron sentirse apuradas, incomprendidas y sin
oportunidades de sentirse lo suficientemente seguras como para
revelar su prostitución a los servicios sociales, psiquiátricos y
otros profesionales pertinentes. Sus historias son consistentes con
los deseos de otras personas prostituidas de tener un mejor acceso a
unidades especializadas donde el personal tiene más conocimientos
que el personal de servicios sociales generales.
6.
El modelo de igualdad
Hasta
ahora, el modelo de igualdad ha sido adoptado en siete países y dos
provincias/estados. Fue adoptado por primera vez en 1999 en Suecia y
luego se extendió a naciones grandes como Francia y Canadá. Hay un
movimiento en África que está tratando de lograr que los Estados
burocráticos africanos adopten esto. Sus defensores en África lo
llaman Modelo de Igualdad Sankara (en honor a Thomas Sankara).
Una
resolución reciente del Parlamento Europeo (el único organismo
público paneuropeo elegido como
parlamentarismo
burgués) estuvo cerca de respaldar plenamente el modelo de igualdad
de género el 14 de septiembre de 2023, como había propuesto la
mayoría de su Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de
Género. La resolución afirmaba que "sólo si la demanda
disminuye puede reducirse el mercado de la prostitución y, por
tanto, el número de personas explotadas en él".
Además,
el Parlamento subrayó "que la trata de personas con fines de
explotación sexual, incluido el abuso sexual de niños, está
aumentando debido a la gran demanda", al tiempo que señaló
"que esto es particularmente evidente en países con un modelo
regulatorio liberal, mientras que los Estados miembros como Francia y
otros países que siguen estrategias como el modelo nórdico/Igualdad
ya no son mercados importantes para la trata de personas con este
fin". "Debido a las medidas tomadas en estos países para
reducir la demanda", señaló además el parlamento, "la
trata con fines de explotación sexual todavía ocurre, pero está
disminuyendo".
El
Parlamento señaló que el modelo de igualdad de género redujo la
"demanda de personas en prostitución" y redujo el "número
de personas en prostitución", al tiempo que condenó "la
realidad de la coerción, la manipulación, la violencia y la
explotación en la prostitución" y su "vínculo con la
violencia estructural a la que las mujeres están
desproporcionadamente expuestas y que a menudo crea situaciones de
vida precarias que llevan a mujeres y niñas a la prostitución".
El Parlamento también reconoció que "los derechos humanos de
las mujeres y las niñas son inalienables, pero son violados
sistemáticamente en el mercado de la prostitución debido a sus
condiciones de explotación".
Además, el 25 de julio de
2024, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) rechazó una
solicitud francesa para invalidar la versión francesa del Modelo de
Igualdad Sankara, donde los solicitantes buscaban demostrar que la
ley violaba el derecho al respeto a la vida privada. Los críticos
del modelo igualitario –ya sea que pertenezcan a la "izquierda
brillante" de orientación anarquista en los países
imperialistas, a la elite académica posmoderna, a activistas e
intelectuales confundidos en países oprimidos, o a reaccionarios
fascistas y economistas liberales- a veces asumen que la prostitución
es inmutable debido a su percibida ubicuidad en la historia. Sin
embargo, esta suposición es ahistórica.
Friedrich Engels ya explicó
cómo surgió el patriarcado con el surgimiento de la propiedad
privada y escribió cómo la "prostitución de mujeres libres",
a diferencia de la "entrega forzada de esclavas", se vio
acelerada por la propiedad privada, el aumento de la desigualdad y la
polarización económica. De manera similar, Gerda Lerner señaló en
El origen de la prostitución en la antigua Mesopotamia que la
prostitución comercial probablemente se aceleró por "la
esclavización de las mujeres y la consolidación y formación de
clases", que "algunos señores establecieron burdeles
comerciales" y que a mediados del segundo milenio a.C. fue
significativo entre las "hijas de los pobres".
Incluso
los historiadores convencionales (
académicos burgueses, nota de traducción) han
llegado a la conclusión de que "la venta de servicios sexuales
no es una característica esencial de todas las sociedades en todas
las épocas históricas". Afirmar que la prostitución es una
característica inevitable de todas las sociedades presentes y
futuras es sacar una conclusión imperdonable, que sólo sirve para
oprimir al proletariado y especialmente a sus mujeres -en los países
oprimidos-.
Contrariamente
a la percepción empobrecida de la realidad de anarquistas,
fascistas, posmodernistas, libertarios y otros críticos, el modelo
igualitario ofrece a las prostitutas dentro del proletariado la
opción de abandonar la industria y, por lo tanto, debería ser un
requisito diario bajo el capitalismo.
Un
desarrollo del modelo (de
su reconocimiento formal a su concretización en la realidad, nota
de traducción), si se
implementara plenamente bajo el socialismo, sería la primera ley que
potencialmente podría levantar el yugo de la prostitución impuesto
a los miembros del proletariado –una visión del futuro que está
completamente ausente entre los filántropos burgueses y los
socialdemócratas oportunistas que apoyan la prostitución legal como
una estrategia equivocada para ayudar a las personas atrapadas en la
prostitución.
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
Empíricamente,
la prostitución aumenta exponencialmente en entornos legalizados en
comparación con aquellos que han adoptado el modelo igualitario. En
1999, Suecia adoptó la primera ley modelo contra la compra de sexo,
mientras que la compra y venta de sexo seguía despenalizada. Después
de eso, la prostitución tanto en la calle como en el interior
disminuyó, tal vez hasta cinco veces en menos de diez años,
mientras que la prostitución aumentó exponencialmente en otras
partes de Escandinavia.
En
1993, se estimaba que había entre 2.500 y 3.000 mujeres prostituidas
en Suecia, de las cuales 650 estaban en la calle. En 1998, un año
antes de que la nueva ley entrara en vigor, aproximadamente 726
mujeres estaban involucradas en la prostitución callejera. En 2007,
el número se había reducido a alrededor de 300, mientras que 300
mujeres y 50 hombres hacían publicidad en Internet. Dado que se ha
utilizado el mismo método de cálculo, cualquier subestimación
también será similar con el tiempo. Es importante tomar estas
cifras con cautela, ya que son difíciles de confirmar y son
producidas por funcionarios alienados. Probablemente las cifras sean
mucho más altas. Dicho esto, estos números sirven para mostrar la
dirección de la tendencia.
Estudios similares sobre la
prostitución en Dinamarca, donde la compra de sexo es legal mientras
que los burdeles están prohibidos, estimaron un aumento de 3.886
mujeres prostituidas en 2002 a 5.567 cinco años después, en 2007,
de las cuales 1.415 eran prostitutas callejeras. Teniendo en cuenta
la población del país respectivo, el alcance de la prostitución
femenina en Dinamarca era casi dieciséis veces mayor per cápita que
en Suecia. Cuando comprar sexo era legal en Noruega, estimaciones
comparables mostraron que la prostitución aumentó después de 2000
(especialmente entre las prostitutas callejeras extranjeras), de modo
que en 2007 había 2.654 mujeres prostituidas, de las cuales 1.157
trabajaban en las calles. La proporción de mujeres prostituidas en
Noruega era, por tanto, casi nueve veces mayor per cápita que en
Suecia. Además, la prostitución callejera en Suecia había
disminuido a 200-250 mujeres en 2014, sin que hubiera signos de un
aumento correspondiente en la prostitución en espacios cerrados.
Un
estudio exhaustivo realizado en 2014 en ocho países europeos, donde
solo Suecia y Noruega habían adoptado el modelo de igualdad de
género, sugiere que la criminalización de los compradores de sexo
redujo en gran medida la compra de sexo, lo que es consistente con el
patrón descrito anteriormente. En comparación con Suecia, todos los
países incluidos en el estudio mostraron una proporción
estadísticamente significativa y significativamente mayor de hombres
que afirmaron haber comprado sexo en los últimos seis meses, con la
excepción de Noruega. En todos los países, el número de
compradores per cápita fue varias veces mayor que en Suecia:
(1)
En Alemania, con la legalización total, el número de compradores
per cápita era aproximadamente 14 veces mayor que en Suecia.
(2)
En Dinamarca, con el modelo de despenalización propuesto por el
demandante, el número de compradores per cápita era aproximadamente
diez veces mayor que en Suecia.
(3)
En España también había diez veces más compradores per cápita
que en Suecia.
(4)
En Gran Bretaña también había aproximadamente ocho veces más
compradores per cápita que en Suecia.
(5)
En Francia, que en el momento de la encuesta aún no había adoptado
su modelo de igualdad de género, había aproximadamente seis veces
más compradores per cápita que en Suecia.
Además,
una pregunta a los hombres encuestados sobre si "conocían a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
mostró que la proporción era mucho mayor en países donde la
prostitución es legal, como Alemania (16,6%) y los Países Bajos
(12%), así como en países con el mismo modelo legal que los
solicitantes perseguían en ese momento, como España (28,4%),
Francia (14,7%), Dinamarca (12,1%) y el Reino Unido (8,7%) - que en
el primer país. que adoptó el modelo de igualdad de género: Suecia
(2,9%).
Aunque
las cifras que estiman el número de prostitutas son necesariamente
imprecisas, las enormes diferencias entre Escandinavia y Europa
indican el impacto significativo que tiene un modelo de igualdad de
género incluso dentro de una sociedad burguesa.
Dada
la necesidad de ser visible para atraer a potenciales compradores de
sexo, es poco probable que algún grado mensurable de prostitución
pase desapercibido. Así, un informe de 2008 de la Junta Nacional de
Salud y Bienestar de Suecia concluyó que los compradores de sexo en
Suecia pedían regularmente "noticias" y citaba a
informantes que enfatizaban que las mujeres que eran nuevas en el
mercado eran "más deseables" y que "las nuevas
fotografías y anuncios despiertan el mayor interés en la web".
Esta dinámica hace que sea aún más importante que las prostitutas
sean muy visibles para atraer nuevos compradores de sexo. Por lo
tanto, cualquier “prostitución desconocida” –un concepto
aparentemente contradictorio– no afectaría significativamente las
diferencias nacionales relativas. La necesidad de visibilidad ante
los compradores potenciales desalienta cualquier "prostitución
oculta" significativa, especialmente en la calle.
Ninguna información,
evidencia empírica u otros datos muestran que haya habido un
movimiento más decisivo de la calle a Internet o diferentes
variedades de prostitución en espacios cerrados y supuesta
prostitución "oculta" en Suecia que el observado en otros
países.
Casi
al mismo tiempo que Suecia cumplía sus primeros diez años con el
modelo de igualdad de género, en 2002 Alemania legalizó la
prostitución, también para personas extranjeras, lo que provocó
que el mercado del sexo aumentara de tres a cuatro veces. Un informe
de 2016 encargado por la Comisión Europea, basado en un análisis
resumido de varias fuentes, estimó la proporción de prostitutas por
cada 100.000 habitantes entre 185 y 493 en Alemania, 53 y 118 en los
Países Bajos, en comparación con 7 y 15 en Suecia.
En
comparación con Suecia, Alemania tenía aproximadamente 30 veces más
personas que se prostituían; Los Países Bajos, que legalizaron la
prostitución en octubre de 2000 pero prohibieron la intermediación
por parte de extranjeros, tenían ocho veces más prostitutas per
cápita que Suecia. De manera similar, el Comité de Ley de
Prostitución de Nueva Zelanda estimó en 2008 que 2.332 personas
ejercían la prostitución en 2007 bajo legalización (no se permiten
extranjeros). Esta cifra significa aproximadamente ocho veces más
per cápita que las aproximadamente 600 mujeres prostituidas en
Suecia, que se estimó coincidentemente en la misma época.
Sin
embargo, un estudio basado en datos del censo de Nueva Zelanda reveló
manipulación de datos y encontró que 4.272 personas se dedicaban a
la prostitución en 2001, antes de la despenalización. Entre cinco y
siete meses después de la despenalización en 2003, esta cifra había
aumentado un 38,9%, hasta 5.932. Per cápita, esta cifra significaba
que Nueva Zelanda tenía aproximadamente veintitrés veces más
personas prostituidas en 2003 que las aproximadamente 600 mujeres de
Suecia en 2007; o, argumentó, veintiuna veces más personas
prostituidas si se incluye también a los hombres prostituidos en
Suecia.
Varias
fuentes de aplicación de la ley y trabajo social también confirman
una fuerte disminución del tráfico sexual internacional en la
prostitución sueca inmediatamente después de 1999. Por ejemplo,
debido al miedo de los compradores y de terceros a ser descubiertos,
la prostitución en locales cerrados tenía que realizarse en
secreto, lo que resultaba complicado y costoso para los traficantes.
En lugar de que los compradores simplemente hicieran cola en un
burdel o en la calle, las mujeres prostituidas en Suecia a menudo
tenían que ser escoltadas hasta los compradores individuales, lo que
reducía el número de transacciones y, por tanto, las ganancias de
terceros. Quienes organizaban la prostitución debían evitar
permanecer demasiado tiempo en un mismo lugar, lo que creaba una
necesidad costosa y complicada de "múltiples locales". En
consecuencia, consideraban que el mercado sueco era menos rentable.
Si bien las redadas policiales europeas a menudo condujeron al
arresto de entre 20 y 60 mujeres prostituidas en relación con el
proxenetismo criminal, las redadas en Suecia generalmente
involucraron burdeles clandestinos relativamente pequeños donde las
autoridades rara vez encontraron más de 2 a 4 mujeres prostituidas
en el lugar.
8.
El modelo de igualdad se fortalece mientras la legalización de los
compradores debilita a las mujeres
La
situación en Alemania empeoró después de la legalización, ya que
los ingresos de las prostitutas cayeron dramáticamente, lo que
significa que sus cuotas diarias de compradores de servicios, que son
conocidos por ser más brutales que otros hombres, tuvieron que
aumentar para que las prostitutas pudieran sobrevivir
financieramente. La afluencia de prostitutas, principalmente mujeres
y niñas, de otros países, especialmente de Europa del Este (la
legalización actuó como un imán para los traficantes) contribuyó
a una mayor competencia y a una reducción de los ingresos. La
demanda de sexo más dañino se intensificó, lo que llevó a precios
fijos en los burdeles que ofrecían tiempo ilimitado para la
explotación sexual, en algunos casos para todo tipo de sexo,
especialmente sexo anal, sexo sin protección y los llamados
gangbangs.
Se
han informado acontecimientos similares en Nueva Zelanda. Una
encuesta del gobierno encontró que en los últimos doce meses, el
35,3% de los encuestados dijeron que habían aceptado un cliente que
no querían y el 10,5% habían sido penalizados por rechazar a un
cliente. Como describió la situación el propietario de un burdel:
"¿Cómo pueden negarse? A las chicas les pagan por hacerlo".
En junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel,
concluyó que veinte años de prostitución legalizada habían sido
"un error fatal, como lo demuestra la brutal realidad en las
calles y en los burdeles".
Es
espantoso, pero no inesperado, que en Alemania se hayan reportado al
menos 85 asesinatos consumados y 49 intentos de asesinatos de
personas prostituidas, la mayoría de ellas mujeres, cometidos por
compradores u otras personas en el entorno de la prostitución, desde
la legalización hasta abril de 2023. Un estudio de caso de tales
asesinatos, que incluye comentarios de compradores en línea en
varios foros que discuten sobre ellos, muestra cómo los compradores
"explotan a las mujeres más vulnerables" mientras que "los
derechos, la satisfacción egoísta de los deseos sexuales y la
transgresión sistemática de límites se puede ver en sus
comentarios y acciones”. Estos casos "también muestran cómo
la prostitución legal y los burdeles oficiales, con todos sus
intentos de reducir el daño, no logran proteger a las mujeres en la
prostitución del daño físico y psicológico".
También se han denunciado
varios asesinatos en el contexto de la prostitución en Nueva Zelanda
desde la despenalización. De manera similar, el mayor daño
resultante de esta despenalización legal en Canadá, en respuesta a
que la Corte Suprema en 2013 declarara inconstitucionales la mayoría
de las leyes anteriores sobre prostitución que prohibían la
propiedad de burdeles y el proxenetismo, llevó al Parlamento
canadiense a aprobar una Ley Modelo de Igualdad de Género en 2014,
al tiempo que expresaba “seria preocupación por la explotación
asociada con la prostitución y el potencial de violencia contra
quienes la practican”. Las repetidas impugnaciones constitucionales
de la nueva ley no han logrado demostrar que el Parlamento haya
juzgado mal los daños de la prostitución o que la nueva ley haya
provocado mayores daños. Por el contrario, un caso mostró que hubo
54 asesinatos de prostitutas cinco años antes de la nueva ley, de
los cuales 20 eran indígenas, y 35 asesinatos de prostitutas cinco
años después de que la ley entrara en vigor, de los cuales siete
eran indígenas; durante este último período, el número de
“asesinatos” en Canadá aumentó de 2.745 a 3.229, mientras que
“el número de lesiones reportadas por trabajadoras sexuales
también disminuyó en el período de cinco años posterior a la
promulgación de la PCEPA”. [Ley de Protección a Comunidades y
Personas Explotadas]”.
Aunque
las mujeres habían sido víctimas de intentos de asesinato y
asesinatos consumados en la prostitución en Suecia antes de la ley
de 1999 sobre la compra de servicios sexuales, desde entonces ninguna
persona ha sido asesinada en la prostitución sueca o cerca de ella.
Las personas que se prostituyen describen a los compradores como más
cautelosos ahora que se les puede responsabilizar por intentar
comprar sexo, mientras que la persona que se prostituye no está
cometiendo un delito, una situación que, según los encuestados, les
da una ventaja de negociación que fortalece su control, seguridad e
integridad personal.
Los
países con la prostitución legalizada o completamente
despenalizada, como Alemania y Nueva Zelanda, también ofrecen
ingresos significativamente más bajos a las prostitutas en
comparación con países como Suecia, que siguen el modelo de
igualdad de género. Los compradores suecos incluso pagan dos o tres
veces más de lo que pagan los compradores por la prostitución
legalizada en Europa, donde los burdeles o los proxenetas legales
también deducen cantidades significativas de los ingresos de la
persona prostituida. Por lo tanto, una tarifa horaria estándar y
típica en Suecia a principios de la década de 2010 era de 300 euros
al tipo de cambio actual. Compárese ese total con lo que el Centro
Holandés de Investigación y Documentación informó al mismo
tiempo, a saber, que tres cuartas partes de las mujeres que se
prostituían en escaparates en Amsterdam –que se prostituían un
promedio de 43 horas por semana– tenían un ingreso neto de menos
de 500 euros por semana
Por
lo tanto, una mujer que se prostituye en Suecia durante dos horas
generalmente puede ganar tanto o más que una mujer que se prostituye
legalmente durante cuarenta horas en Amsterdam. La legalización no
otorga a las prostitutas tal "empoderamiento". A veces
tales ventajas pueden reducir el delito de prostitución contra
ellas, aunque si continúan prostituyéndose estarán expuestas a la
mayoría de sus violaciones inherentes.
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
Al
legalizar la compra de sexo, la demanda del comercio sexual aumenta
enormemente en comparación con la situación bajo un modelo
igualitario, ya que casi no existen otros métodos para aumentar la
oferta en la prostitución que la trata de personas, incluso si los
peticionarios no piden la despenalización total de la prostitución,
como en Nueva Zelanda. Para explicar el razonamiento, primero se
requiere cierta información general sobre la legislación
internacional sobre trata de personas. En promedio, se estima que el
84% de las mujeres prostituidas en todo el mundo están controladas
por un tercero que gana dinero con ellas, las vende o alquila a otros
y se lleva una parte de las ganancias de su explotación sexual.
El
Protocolo de Palermo universalmente ratificado, con 182 partes
adherentes, proporciona una definición internacional acordada y
jurídicamente vinculante de trata de personas, que también
proporciona el punto de referencia para los instrumentos regionales
contra la trata. La definición de trata de personas del Protocolo de
Palermo incluye, entre otras cosas, "abuso de poder o posición
vulnerable... con el fin de explotar" la prostitución de otra
persona por parte de un tercero.
En
los travaux préparatoires (es decir, instrucciones de
interpretación) del protocolo, una posición vulnerable se define
como "cualquier situación en la que la persona interesada no
tiene otra alternativa real y aceptable que someterse al abuso en
cuestión". El consentimiento se declara irrelevante en todas
esas situaciones, y cuando se explota a niños, incluso si no hay
coerción, extorsión, fraude u otros abusos. En otras palabras, la
participación de terceros significa trata de personas cuando se
abusa del poder o la vulnerabilidad para la explotación sexual.
La
Ley de Prevención y Lucha contra la Trata de Personas de Sudáfrica
de 2013 tiene una definición de trata aún más clara que el
Protocolo de Palermo, y cubre una gama más amplia de actos,
específicamente "la explotación de la vulnerabilidad... que
lleva a una persona a creer que no tiene otra alternativa razonable
que someterse a la explotación", que incluye, entre otros,
"aprovechar la vulnerabilidad en la que se encuentra la persona
como resultado de... (f) circunstancias sociales; o (g)
circunstancias económicas".
Dada
la evidencia empírica presentada anteriormente que muestra que una
abrumadora mayoría de las personas prostituidas son explotadas o
controladas por otros terceros, viven en extrema pobreza, son
sometidas a una terrible violencia de género por parte de los
compradores, sufren de trastorno de estrés postraumático y otros
trastornos mentales en la misma medida que las víctimas de tortura,
son víctimas de violencia masculina en refugios para mujeres, buscan
tratamiento como los soldados estadounidenses que lucharon en
Vietnam, y al menos la mitad de ellas comienzan a prostituirse ya en
la infancia, y que probablemente nueve de cada diez quieren escapar
pero no pueden, la prostitución significa trata de seres humanos
cuando se demuestran tales hechos, como ocurre en la mayoría de los
casos.
Como
razonó el relator especial de la ONU sobre la trata de personas en
2006: En la mayoría de los casos, la prostitución tal como se
practica en el mundo suele cumplir los criterios de trata de
personas. Es raro encontrar un caso en el que el camino hacia la
prostitución y/o las experiencias de una persona en la prostitución
no impliquen al menos abuso de poder y/o explotación de la
vulnerabilidad. En este contexto, el poder y la vulnerabilidad deben
entenderse como diferencias de poder basadas en el género, la raza,
la etnia y la pobreza. En pocas palabras, el camino hacia la
prostitución y la vida en la "industria" rara vez se
caracteriza por el empoderamiento o por alternativas adecuadas.
Legalizar
la prostitución, sabiendo que en la mayoría de las situaciones
existe control sobre terceros, legaliza efectivamente el tráfico
sexual, al igual que despenalizar completamente a todos los actores
de la prostitución, incluso cuando el tráfico sexual todavía se
considera un delito. Un juez de Canadá, Robert F. Goldstein, del
Tribunal Superior de Justicia de Ontario, comentó sobre un desafío
al modelo de igualdad de Canadá: "Creo que el intento de los
solicitantes de separar el trabajo sexual y la trata de personas es
artificial y poco realista, dada la fuerte evidencia que respalda la
opinión del Parlamento de que a menudo van de la mano".
Como
se mencionó, los países escandinavos Dinamarca y Noruega, que en
2007 permitían la compra de sexo pero no la propiedad de burdeles,
tenían dieciséis y nueve veces más personas en prostitución per
cápita que Suecia, respectivamente. De manera similar, en Dinamarca,
España y el Reino Unido –jurisdicciones con modelos legales
similares a Dinamarca– la proporción de hombres que informaron
haber comprado sexo en los últimos seis meses fue de ocho a diez
veces mayor que en Suecia. Además, los hombres encuestados en estos
países tenían varias veces más probabilidades de "conocer a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
que los hombres en Suecia. Sin lugar a dudas razonables, estos países
que permiten la compra de sexo tendrán un mercado de prostitución
significativamente mayor y multiplicado, donde el comercio sexual
también se multiplicará, que el que tendrían bajo el modelo de
igualdad.
Además,
la aceptación de la prostitución como fenómeno por parte de la
población parece aumentar cuando es legal, lo que sugiere que cuanto
más se legalice la prostitución, más difícil será combatir el
tráfico sexual, que es lo que buscan los demandantes en este
tribunal. Así, una investigación europea realizada en ocho países
en 2014 mostró una relación significativa y fuerte entre las
actitudes hacia la prostitución y los marcos legales existentes. Por
ejemplo, en países donde se permitían grandes industrias de
burdeles legales, como Alemania y los Países Bajos, sólo el 16% y
el 19%, respectivamente, estaban a favor de criminalizar a los
compradores. En países donde ni los burdeles ni la compra de sexo
eran legales y donde no se imponían sanciones a las prostitutas,
como Noruega y Suecia, el 53% y el 63% respectivamente estaban a
favor de criminalizar a los compradores.
En
los cuatro países restantes donde se permitía la compra de
servicios sexuales en locales más pequeños, lo que es más similar
al modelo buscado por los solicitantes, el apoyo a la criminalización
de los compradores se encontraba en algún punto intermedio: 24% en
Dinamarca, 25% en España, 28% en Francia y 34% en el Reino Unido.
En
otras palabras, la prostitución legal dentro de la población
general parece crear una tolerancia explícita hacia la prostitución,
que empíricamente se traduce en una tolerancia implícita hacia sus
numerosos abusos, como la explotación sexual, la trata de personas
con fines sexuales y la violación. Esta conclusión se ve respaldada
por el hecho de que los países que afirman criminalizar el tráfico
sexual mientras despenalizan o legalizan otros aspectos de la
prostitución todavía tienen una gran zona gris donde el tráfico
ocurre esencialmente fuera del radar de la ley. Por ejemplo, mientras
que los Países Bajos diferencian entre la prostitución de
inmigrantes y la prostitución nacional al tipificar como delito la
intermediación de personas de otro país para la prostitución,
independientemente de si el intermediario las trata, el tráfico
sexual todavía ocurre "a menudo" en la prostitución
autorizada y no autorizada en los Países Bajos. En consecuencia, los
criminólogos holandeses descubrieron en 2014 que la trata de
personas "todavía prospera detrás de la fachada legal" de
la prostitución regulada.
De
manera similar, el Departamento de Estado de Estados Unidos, que se
nombró a sí mismo el "policía" imperial del cumplimiento
de los derechos humanos civiles por excelencia en otros países,
concluyó que el sistema de prostitución despenalizado de Nueva
Zelanda no logró prevenir, procesar y proteger a quienes fueron
objeto de trata. Ya en 2010, Nueva Zelanda fue mencionada como "un
país de origen de niñas menores de edad que son objeto de trata de
personas, especialmente de prostitución forzada". Sin embargo,
en 2022 se descubrió que los traficantes en Nueva Zelanda seguían
apuntando a grupos vulnerables, como niños, inmigrantes y adultos
víctimas de violencia doméstica y familiar, para explotarlos en el
comercio sexual.
Dada
la abrumadora evidencia de cómo las leyes afectan la prostitución
en la práctica, criminalizar a los compradores y despenalizar a las
prostitutas tiene un propósito importante para disuadir la violencia
de género y el tráfico sexual.
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
Dadas
las tendencias agresivas de los compradores, la despenalización
significa efectivamente que los perpetradores de violencia de género
quedan impunes por muchos de los abusos cometidos en la prostitución.
Una gran cantidad de evidencia, gran parte de ella publicada por
estados que la han legalizado y despenalizado, sugiere que las leyes
que permiten a los hombres comprar personas para tener relaciones
sexuales no mejoran la situación de las personas prostituidas. En
cambio, perpetúan y aumentan los daños conocidos de la
prostitución, particularmente al aumentar la demanda de sexo
remunerado, atraer a personas más vulnerables a la industria del
sexo y proporcionar un poderoso incentivo económico para el tráfico
sexual.
En
contraste, el modelo igualitario, en el marco del Estado burgués,
promueve el bienestar y la igualdad de los desafortunados miembros
del proletariado que se ahogan en la colonización patriarcal de sus
cuerpos, elevando el estatus de las prostitutas, principalmente
mujeres y niñas, mujeres y/o personas feminizadas, incluidas las
mujeres trans, así como los niños, algunos hombres y otras personas
trans, y rebajando el estatus de sus perpetradores, que son
predominantemente hombres (así asignados al nacer y que permanecen
así identificados). A la luz de lo que sabemos ahora sobre la
prostitución, no puede equipararse a un trabajo remunerado para
mujeres cuyas circunstancias no les dejan otra opción, como hacen
repetidamente los demandantes. Las personas que limpian baños
públicos, casas privadas, venden frutas o lavan parabrisas en las
calles no desarrollan niveles similares de PTSD debido a tales
actividades, ni síntomas disociativos o consecuencias para la salud
similares a los de los sobrevivientes de la guerra, incluidas
lesiones cerebrales traumáticas, problemas de memoria, dificultad
para respirar, dolor/entumecimiento en manos/pies, problemas de
visión, dolor en el pecho, problemas de equilibrio, problemas de
audición, dolor de mandíbula, hinchazón de las extremidades, ritmo
cardíaco irregular y asma.
Las
personas que "trabajan" tampoco suelen ser sometidas
diariamente a violaciones, agresiones sexuales, humillaciones y
abusos sexuales, ni contraen VIH ni otras infecciones de transmisión
sexual potencialmente mortales como resultado de la exposición en el
trabajo. Podría decirse que la prostitución no es trabajo: es una
forma de violencia de género. Cuando se despenaliza en todos los
ámbitos, incluidos terceros como propietarios de burdeles, gerentes
y proxenetas, se podría decir que quienes toman las decisiones están
cometiendo un crimen contra la humanidad y contra la población que
será objeto de explotación en la prostitución de forma
generalizada o sistemática como resultado de estas decisiones,
especialmente aquellas que son objeto de trata y forzadas a
prostituirse a gran escala.
11.
Violación del derecho burgués: la legalización y la
despenalización son crímenes contra la humanidad
Incluso
entre los investigadores burgueses, la gente está empezando a darse
cuenta de lo terrible que es realmente la prostitución legal. Dos de
los críticos más destacados de la prostitución legal, en un
artículo reciente en la revista más prestigiosa de derecho
internacional, llegaron incluso a acusar a estados imperialistas como
Alemania, Nueva Zelanda, Países Bajos, provincias dentro de dichos
estados (por ejemplo, Nevada, EE.UU. y Victoria, Australia) – y
naciones oprimidas como India y Tailandia – de institucionalizar
crímenes contra la humanidad que "conmocionan la conciencia de
la humanidad".
Esta
espectacular teoría, a pesar de haber sido propuesta por académicos
que trabajan dentro del marco de las instituciones burguesas, es
notable porque los comunistas pueden adoptarla con fines
propagandísticos. "Miren", diríamos, "los propios
juristas de los imperialistas admiten que no pueden seguir sus
propias leyes; las violan constantemente con impunidad,
irresponsabilidad y desprecio descarado".
Es
revelador que los diplomáticos que se supone deben defender los
altos estándares de derechos humanos de los imperialistas hayan sido
sorprendidos por comprar sexo en sus reuniones en Nueva York. Como lo
expresó un oficial de policía: "La hora del almuerzo es el
mejor momento para la prostitución. Muchos de los hombres que
arrestamos están casados, por lo que necesitan una excusa para
dársela a sus familias. Es un poco más fácil a la hora del
almuerzo y cuando están en el trabajo escabullirse por un rato".
Un
periódico indio informó desde las reuniones de la ONU en la ciudad
de Nueva York que "escoltas costosos están acudiendo a la
ciudad desde lugares tan lejanos como Las Vegas y Europa para
satisfacer la creciente demanda durante las reuniones diplomáticas.
Las fuentes sugieren que los diplomáticos se entregan a tales
actividades. Muchos eligen visitar hoteles en lugar de clubes de
striptease o lugares públicos para evitar llamar la atención".
Un activista conservador estadounidense de derechos sociales, un
obvio oxímoron, escribió en 2023 que… Anchorage no es una ciudad
pobre y Alaska no es un estado pobre. La Tercera Avenida es el horror
del tercer mundo en una sociedad con recursos del primer mundo. …
La prostitución obviamente existe. Las condiciones sanitarias son
pésimas. . . . Toleramos el uso abierto de drogas y la prostitución
en público. Permitimos que los perpetradores actúen abiertamente y
así mostramos nuestra indiferencia hacia las víctimas.
De
manera similar, un periodista europeo describió un documental
transmitido por la televisión pública alemana en el que uno de los
propietarios de la cadena de burdeles Paradise admitía que era
plenamente consciente del impacto de la prostitución legal en el
proletariado: ¿Estaría feliz si alguna de sus dos hijas trabajara
en Paradise?, pregunta el entrevistador. La cara de Rudloff se pone
roja. "Impensable, impensable", dice. "El tema es
brutal. No quiero ofender a las prostitutas, pero estoy tratando de
criar a mis hijos para que tengan oportunidades profesionales. La
mayoría de las prostitutas no tienen esas oportunidades. Por eso
hacen ese trabajo". Hace una pausa y mira hacia otro lado.
"Impensable", repite. "No quiero ni pensar en eso"
El
viejo nexo de guerra no se aplica a los crímenes contra la
humanidad; para ello, los imperialistas han inventado los conceptos
de "crímenes de guerra" y "crímenes de agresión",
lo que significa que los crímenes contra la humanidad "no
tienen por qué constituir un ataque militar", como se define en
el Estatuto de la CPI y confirmado repetidamente por sus salas
judiciales, así como en tribunales ad hoc anteriores en Ruanda y ex.
Yugoslavia. El primer intento exhaustivo de los dos académicos
burgueses de examinar cómo el concepto de crímenes contra la
humanidad, que es aplicable tanto en tiempos de paz como en
situaciones de conflicto reconocidas, puede aplicarse legalmente a un
espectro más amplio de prostitución, limitándolo al derecho
burgués, es sin embargo instructivo sobre cómo los marxistas
deberían abordar el tema.
Examina
cómo la prostitución es un ataque "generalizado" y
"sistemático" contra la población civil que no sólo es
llevado a cabo por fuerzas sociales sino también explotado por
actores y leyes que, si bien son diferentes de los casos más
explícitamente brutales que han cubierto aplicaciones legales
anteriores, siguen estando organizados e implican violencia y
coerción significativas. Según ellos, estudios de caso cuidadosos
centrados en la Corte Penal Internacional (CPI) respaldan la teoría
de que la prostitución legal debería reconocerse como un crimen
contra la humanidad.
Según
el Estatuto de Roma de 1998 – actualmente la más exigente de las
definiciones aplicadas internacionalmente – un crimen contra la
humanidad requiere que actos específicos bajo el Artículo
7(1)(a)-(k) sean “cometidos como parte de un ataque generalizado o
sistemático dirigido contra la población civil, con conocimiento
del ataque”. Pueden tenerse en cuenta la prostitución forzada, la
esclavitud sexual, la esclavitud, la violación, la tortura y otras
formas de violencia sexual de gravedad comparable (7(1)(c)(f)(g)(k)).
Triangularon fuentes empíricas utilizando múltiples métodos de
encuesta y descubrieron que la prostitución suele coincidir con el
delito de prostitución forzada, entre otras cosas. La CPI lo define
como obligar a personas prostituidas a tener relaciones sexuales
"aprovechando un entorno coercitivo o la incapacidad de dicha
persona o personas para dar su consentimiento genuino"
(Elementos de los Crímenes 2002, art 7(1)(g)-3(1)).
De
manera similar, la trata de personas, sinónimo de esclavitud según
el Estatuto de Roma de 1998, artículo 7(2)(c), se define con
autoridad en el Protocolo de Palermo de 2000, artículo 3(a), que ha
sido ratificado por 182 Estados, entre otras cosas como “abuso de
poder o de una posición vulnerable... con fines de explotación”.
Dado el requisito alternativo del Estatuto de Roma (1998) de que el
ataque a la población civil sea sistemático (artículo 7(1), es
importante señalar que la demanda alemana de sexo más dañino se
intensificó después de la legalización, exacerbando la situación,
por ejemplo, con la aparición de burdeles de precio fijo que
ofrecían tiempo ilimitado para la explotación sexual, en algunos
casos sexo de todo tipo, sobre todo sexo anal, sexo sin protección y
los llamados gangbangs. Se han reportado desarrollos similares en
Nueva Zelanda.
En
junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel, admitió
que veinte años de prostitución legalizada han sido "un error
fatal, como lo demuestra la brutal realidad en la calle y en los
burdeles". A pesar de las deficiencias del derecho civil sueco,
los compradores en Suecia son descritos como más cautelosos porque
pueden ser considerados responsables de los intentos, mientras que
las prostitutas no cometen ningún delito, una situación que las
prostitutas, como se mencionó, fortalece su control, seguridad e
integridad personal. proletariado – todo lo contrario. Una
superviviente de Nueva Zelanda que quería dejar la prostitución
legal después de cinco años descubrió que “ninguna de las
organizaciones que representan a las trabajadoras sexuales me ofreció
jamás ayuda para abandonar la industria del sexo”. Otra
superviviente testificó cómo las mujeres en Nueva Zelanda "intentan
abandonar el comercio sexual pero no reciben ayuda. Se van y
regresan, se van y regresan, porque nadie las escucha".
Un
conocido superviviente de la prostitución, periodista y autor
irlandés, junto con el principal investigador sobre la prostitución
y psicólogo especializado en el trauma de la prostitución en los
Estados Unidos, han observado que el Colectivo de Prostitutas de
Nueva Zelanda, una importante organización de lobby a favor de la
despenalización, "no ofreció ningún programa de apoyo como
formación vocacional o apoyo de vivienda para la gran mayoría de
quienes trabajaban en la prostitución y querían dejarla". De
manera similar, las solicitudes de financiación para programas de
salida de Streetreach, una ONG de Nueva Zelanda, fueron rechazadas a
pesar de que sus comunidades querían deshacerse de la prostitución
porque la ven principalmente como una "molestia pública".
El
dinero que llega a los gobiernos donde la prostitución genera
importantes ingresos fiscales debería considerarse realmente "la
parte del proxeneta" del gobierno. Por ejemplo, la ciudad
alemana de Duisburg, con una población de poco menos de 500.000
habitantes, ganó 913.000 euros en 2015 sólo con los burdeles. En
Dortmund, que tiene una población alrededor de un 20% mayor, la
ciudad estimó sus ingresos en 750.000 euros en 2010. Los gobiernos
locales de Nevada con burdeles legales "ganan entre miles y
cientos de miles de dólares anualmente gracias a las tarjetas de
trabajo, solicitudes, licencias y derechos de licencia de alcohol de
los burdeles", como escribió un investigador pro-legalización
en Nevada. Allí, el condado de Lyon ganó $543,757 en 2017 por
derechos de licencia e "impuestos sobre habitaciones y licores"
de burdeles legales, más $5,000 por los llamados permisos de
trabajo. El condado de Nye recaudó $192,188, incluidos $56,779 para
"permisos de trabajo".
Al
interpretar las leyes contra el tráfico sexual de manera estricta,
como lo hacen naturalmente todos los estados con prostitución legal,
mientras se ganan cantidades significativas de derechos de licencia,
impuestos especiales e impuestos sobre las ventas, la legislación
sobre prostitución legal promueve y alienta la prostitución
forzada, la esclavitud y otros abusos comparables "cometidos
como parte de un ataque generalizado o sistemático dirigido contra
la población civil, con conocimiento del ataque". Estatuto de
Roma de 1998, artículo 7(1).
Es
fácil demostrar que era consciente de las consecuencias de la
póliza. Una sala de cuestiones preliminares de la Corte Penal
Internacional concluyó que los "motivos razonables",
cuando un ataque "afectó al menos a cientos de miles"
durante cinco años mientras las Naciones Unidas "publicaban
ampliamente" abundante información, cumplían con el requisito
de notificación. Los supervivientes de la prostitución, cuando la
abandonan, suelen dejar muy claras las consecuencias de legalizar sus
abusos pasados. Sus votos, junto con la abrumadora evidencia de la
prostitución legal ahora disponible, muestran que los funcionarios
públicos adoptan "a sabiendas" políticas que "en
circunstancias normales", artículo 30(3), "promoverán o
alentarán activamente... un ataque contra la población civil".
A
la luz de esta descripción, el Estatuto de Roma de 1998 prescribe
varias formas de responsabilidad, que el tribunal puede evaluar
individualmente. Especies. 25(3)(a)–(d), 28(a)–(b). La
responsabilidad penal individual de los funcionarios públicos es,
por tanto, un concepto jurídicamente sostenible. La jurisprudencia
civil anterior ha tratado la prostitución forzada y el tráfico
sexual como crímenes potenciales contra la humanidad, pero desde
entonces ha restringido el término a las víctimas de violencia
sexual en guerras internacionales o guerras civiles (por ejemplo, las
mujeres de solaz japonesas) o grandes sindicatos del crimen
organizado como la yakuza japonesa. No nos hacemos ilusiones sobre el
derecho internacional o el derecho civil. Usamos el derecho
internacional para exponer a los imperialistas y sus travesuras. Es
una cuestión propagandística.
No
entregaremos a todos los criminales imperialistas y reaccionarios a
los tribunales: los pueblos del mundo les darán su veredicto final y
los dejarán en el montón de polvo de la historia. Incluso después
de la revolución, quienes toman decisiones no deben quedar impunes
por sus crímenes imperialistas. Por lo tanto, debe aceptarse la
teoría de la prostitución legal como un crimen contra la humanidad.
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad de género
El
sexo comercial bajo el capitalismo, incluidas la pornografía y la
prostitución, es una industria poderosa apoyada por una variedad de
apologistas, incluidos investigadores, periodistas, comentaristas
sociales, etc., que influyen en la opinión pública y la política,
sin importar cuán equivocadas sean sus afirmaciones. Por tanto, no
sorprende que el modelo de igualdad de género haya generado una
enorme cantidad de desinformación, mitos y mentiras, especialmente
en Suecia, que fue el primer país en adoptarlo. También vemos esto
en las corrientes reformistas y revisionistas dentro del movimiento
obrero.
Algunos
investigadores burgueses se preguntan si el modelo de igualdad de
género ha contribuido a un mercado de prostitución más pequeño en
comparación con otros países escandinavos. Afirman que parte de la
prostitución sueca se lleva a cabo sin ser detectada, a través de
taxis, donde las mujeres prostituidas usan sus propios automóviles
para transportar a los compradores de sexo a apartamentos donde se
compra sexo y, por lo tanto, no son denunciadas en las
investigaciones oficiales. Sin embargo, la prostitución en taxis ya
existía en Estocolmo en 1993, varios años antes del modelo de
igualdad de género. Una investigación pública de 1995 llevó a
cabo una entrevista en profundidad con una prostituta que dijo que
usaba su propio automóvil para "recoger clientes" y que
esto le permitía "seleccionar" a sus clientes.
Los
críticos reaccionarios burgueses del modelo de igualdad de género,
por lo tanto, omiten información que contradice su afirmación de
que la prostitución a través de taxis y los propios automóviles de
las mujeres prostituidas apareció por primera vez en 1999. Además,
estas afirmaciones no dicen nada sobre la prevalencia de estas formas
de prostitución en otros países, o si las mujeres en cuestión
anunciaron o contactaron taxis o compradores de sexo donde se conocía
la prostitución callejera, lo que hace probable que hubieran sido
incluidas en las estimaciones de incidencia para esos lugares. A
falta de datos transfronterizos o longitudinales (los estudios
longitudinales son encuestas en las que se estudian los mismos
sujetos con varios años de diferencia), o cualquier información
sobre los medios de comunicación a través de los cuales se organizó
la compra de sexo, sus observaciones aisladas no proporcionan una
idea significativa de la efectividad y eficiencia de la ley sueca.
Estos
críticos también afirman que la prostitución sueca se publicitaba
en sitios web daneses, pero de ello no se sigue que los estudios que
evaluaron la prostitución sueca subestimaran su alcance; Se ha
incluido publicidad "dirigida a residentes en Suecia"
independientemente del origen de los sitios web. Otro tipo de
afirmación la ha hecho un etnógrafo británico que literalmente
vivió y durmió entre mujeres y hombres prostituidos suecos. Junto
con una activista sueca y "ex trabajadora sexual",
cofundadora de la (pro) "organización sueca de trabajo sexual",
presidenta de una red mundial de organizaciones similares y "crítica
persistente y vocal del modelo sueco que criminaliza a los clientes
de las trabajadoras sexuales", critican los programas
especializados suecos de apoyo y salida. Dicen que estos programas
deben repartir condones y otros materiales gratuitos para tener
relaciones sexuales seguras en la calle (la llamada reducción de
daños). Sin embargo, estos programas supuestamente han razonado que
si los funcionarios bajo la Ley de Igualdad hicieran esto,
promoverían indirectamente la prostitución. Sin embargo, el
etnógrafo británico y su amigo activista sueco omiten el hecho de
que los compradores de sexo a menudo prefieren sexo sin protección y
presionan a las prostitutas para que se lo proporcionen
independientemente de lo que ellas mismas quieran, condiciones
documentadas sistemáticamente en la prostitución legal, como se
mencionó anteriormente. Los compradores de sexo a menudo sobornan a
las prostitutas para que tengan relaciones sexuales sin protección,
y a muchos burdeles esto no les importa.
Una
superviviente de la prostitución legal dijo que "se demostró
que el mito de una mejor salud era falso menos de seis meses después
de la reforma legal [en Nueva Zelanda]. Las mujeres se besaban y
corrían el riesgo de contraer herpes, practicaban sexo oral sin
condón a riesgo de contraer verrugas en la garganta y participaban
en prácticas más duras y arriesgadas sólo para conseguir un
trabajo". De manera similar, una mujer en un burdel legal en
Nevada informó que, aunque las mujeres "insistieron" en
usar condones, los clientes se quejaron a través de los teléfonos
de las habitaciones con la gerencia, quien luego les indicó a las
mujeres que "siguieran las reglas". Además, los propios
datos del etnógrafo y activista sobre informantes suecos revelaron
que la "gran mayoría" de las prostitutas ya reconocía que
el sexo oral era menos seguro sin condón, pero la mitad admitió que
lo practicaban de todos modos porque los clientes lo exigían, no,
como sugiere deshonestamente el etnógrafo y activista, debido a "una
falta de iniciativas de reducción de daños destinadas a poner el
conocimiento en práctica". Entregar condones gratis a mujeres
prostituidas puede parecer inofensivo, pero no hay evidencia de que
reduzca las relaciones sexuales sin protección. Afirmar que sí es
así, como lo hacen estos apologistas, es presentar la prostitución
como más segura de lo que realmente es.
Además,
hay una serie de mitos desmentidos desde hace mucho tiempo de que la
prostitución se volvió más peligrosa en Suecia después de 1999,
que los ingresos disminuyeron y que las condiciones en general
empeoraron. El problema de la desinformación es particularmente
digno de mención dado que la evidencia empírica contradice
fuertemente este mito, como se describió anteriormente,
especialmente la falta de asesinatos en la prostitución sueca desde
1999, los informes de compradores relativamente ansiosos y dóciles,
y las tarifas más altas que los compradores tienen que pagar en
comparación con la prostitución en entornos legales.
13.
Resistencia jurídica civil
Desde
1999, la jurisprudencia no considera que los compradores sean
individualmente responsables de los daños que afectan a aquellos a
quienes compran sexo en Suecia, lo que obviamente va en contra de las
intenciones del modelo de igualdad de género y muestra la quiebra
del sistema jurídico burgués. En la medida en que el Estado ha
apoyado a personas dedicadas a la prostitución con fondos públicos,
ha sido una decisión política, no una obligación legal. En 2001,
la Corte Suprema, en una breve opinión de cuatro sentencias,
confirmó sentencias de tribunales inferiores que interpretaban el
interés protegido bajo la Ley de Compra de Servicios Sexuales al
determinar la pena para un hombre que había comprado a una mujer
para practicarle sexo oral en un automóvil estacionado. El tribunal
de distrito sueco señaló que el fiscal sólo había citado a la
mujer como testigo, no como víctima. Esto, junto con el hecho de que
no se ha presentado ninguna reclamación por daños y perjuicios,
también significa que los fiscales interpretan la compra de
servicios sexuales como un delito más o menos "sin víctimas".
El tribunal de distrito consideró en el caso de 2001 que un delito
cuyo principal objetivo es el orden público merece en sí mismo una
pena menor que los delitos contra las personas.
El
Tribunal de Distrito y el Tribunal de Apelación no estuvieron de
acuerdo sobre el nivel apropiado de castigo, pero ambos argumentaron
que el "consentimiento" de la persona prostituida indicaba
que el delito cometido estaba "principalmente" dirigido al
"orden público" y no al individuo como "persona".
La implicación era que la víctima no consentiría voluntariamente
en cometer un delito contra sí misma como persona. Sin embargo, ni
las conclusiones del legislador ni las investigaciones actuales sobre
la industria del sexo documentan las condiciones de libertad
necesarias para que el "consentimiento" en el que se basan
estos tribunales sea significativo. De hecho, no demostraron ser
conscientes de la naturaleza abrumadoramente ficticia del supuesto
consentimiento de la persona prostituida. Cuando se obliga a celebrar
un contrato aprovechándose de la situación desesperada de alguien,
de su falta de opciones o de su historial de abuso, todos ellos
precursores bien conocidos de la prostitución, equivale a "explotar
un entorno coercitivo o la incapacidad de una o más personas para
dar su consentimiento genuino".
Por
lo tanto, hay muchos estudios que muestran que la mayoría de los
compradores, al responder de forma anónima, admiten que entienden
que las prostitutas no disfrutan del sexo, pero son financieramente
vulnerables y están expuestas a la violencia y otros daños como el
proxenetismo o la trata. En términos de daños, la evidencia
empírica muestra que las circunstancias coercitivas que típicamente
preceden a la entrada crean una situación que es a la vez altamente
desafiante e inherentemente inequitativa, que los compradores
explotan libremente. Al comprar sexo a personas que se ven obligadas
a aceptarlo debido a una falta fundamental de elección, los
compradores están agravando los daños a las personas que se dedican
a la prostitución, incluso sin cometer actos agravantes adicionales.
Los
restos de la percepción general de la prostitución antes de 1999
todavía afectan el tratamiento legal que se da en Suecia a las
víctimas de la trata de personas. Debido a las interpretaciones
legales distorsionadas del modelo de igualdad de género, y a pesar
de la reputación internacional que el país se ha ganado a sí mismo
como un país socialmente progresista, las personas prostituidas en
Suecia todavía tienen que demostrar en cada caso individual que han
sido sometidas a violaciones graves o explotadas despiadadamente en
la prostitución para que se les reconozca los daños. Sin prueba de
tal violación, la persona prostituida es considerada únicamente
como testigo de un delito contra el orden público. Por ejemplo, un
testigo de un delito relacionado con la prostitución no tiene
derecho legal a salir de los programas, la atención médica o la
vivienda. Por lo tanto, los representantes legales de las víctimas
deben trabajar caso por caso para evitar que los tribunales rechacen
las reclamaciones de indemnización de sus clientes. De esta manera,
el derecho civil en Suecia sigue protegiendo a los perpetradores. A
pesar de esto, Suecia todavía tiene quizás las condiciones más
sólidas en una sociedad legal civil para combatir con éxito el
tráfico sexual en comparación con otros países con el mismo tipo
de leyes. Sin embargo, las debilidades de la legislación sueca y su
aplicación, que son similares a las de Francia y muchos otros países
con al menos algunas ambiciones abolicionistas, han sido criticadas
durante veinte años. Sin embargo, el legislador todavía no ha
impedido que los tribunales determinen en la mayoría de los casos de
prostitución que se trata de prostitución "voluntaria",
sin el papel de víctima que da derecho a una indemnización según
la doctrina jurídica vigente.
Una
investigación de 2022, que el gobierno sueco encargó al Consejo
Nacional de Prevención del Delito, tenía como tarea evaluar si las
personas prostituidas debían ser consideradas automáticamente
"víctimas", como ocurre con las víctimas de otros delitos
sexuales. Se podría haber esperado que concluyeran que éste debe
ser el caso. Sorprendentemente, se opusieron a esta propuesta, aunque
lamentaron que las circunstancias agravantes mencionadas incluso en
la historia legislativa prácticamente nunca hayan sido tomadas en
cuenta por los tribunales suecos, que todavía imponen penas en el
rango de pena más bajo, a pesar de que las penas de prisión están
incluidas en la escala. Esto demuestra que la legislación burguesa
no cambia a menos que exista presión popular de las masas.
Por
estas razones, Francia intentó crear una protección legal más
amplia para las personas prostituidas en su versión de la ley sueca,
incluso a través de programas municipales de salida obligatorios.
Sin embargo, hasta ahora la implementación ha sido ineficaz. Algunos
académicos han descrito los programas de salida franceses como "un
aparato burocrático de mano dura" que crea obstáculos,
especialmente para los inmigrantes que solicitan participar, pero
también para las organizaciones de base de las que el gobierno
depende en última instancia para obtener fondos para implementar los
programas.
Además,
estos investigadores subrayan "lo difícil que es aplicar una
estrategia de este tipo en un contexto caracterizado por una política
de inmigración restrictiva y una continua desconfianza racista hacia
los inmigrantes". Cinco organizaciones no gubernamentales de
Francia, una “federación de practicantes y sobrevivientes de la
prostitución, junto con personas que actualmente se dedican a la
prostitución” (la “Federación”), publicaron un informe
conjunto integral en 2025. Reconocieron que la ley francesa, cuando
se implementa plenamente, tiene éxito, al menos desde una
perspectiva cívil. Sin embargo, en muchos o en la mayoría de los
casos todavía existen obstáculos importantes para ello. Cuando los
supervivientes con los que trabajó la federación denunciaron a la
policía casos de proxenetismo o trata (un primer paso hacia una
posible condena en casos de prostitución), se encontraron
regularmente con respuestas degradantes, que incluían burla,
irritación, negación de la violencia, acusaciones contra los
supervivientes, negativa a señalar o restar importancia a ciertos
actos de violencia e incluso negativa a emitir informes oficiales
después de recibir testimonio. Por ello, la federación pide, entre
otras recomendaciones, la formación de todos los profesionales que
entran en contacto con los supervivientes, y que los supervivientes
estén acompañados por representantes de organizaciones como la suya
a la hora de realizar sus denuncias.
Por
lo tanto, todavía parece haber obstáculos importantes para que las
prostitutas hagan valer plenamente sus derechos liberales burgueses
en Suecia. Algunos críticos de Suecia enfatizan que las leyes de
inmigración del país se aplican de una manera que puede negar
permisos de residencia a las prostitutas y que las leyes de vivienda
impiden que las mujeres se dediquen a la prostitución en espacios
cerrados (a diferencia de la prostitución callejera o con
acompañantes). Es cierto que estas aplicaciones son contrarias a la
intención de dirigirse únicamente a proxenetas y compradores de
sexo, no a personas prostituidas. Sin embargo, los críticos rara vez
reconocen que la situación podría mejorar si se trataran todos los
casos de compra de sexo como delitos contra las personas y no contra
el orden público, lo que proporcionaría incentivos adicionales para
que los vulnerables denuncien los delitos cometidos contra ellos y
garantizaría un apoyo público más confiable que el que la sociedad
civil por sí sola puede ofrecer. Se ha argumentado que debido a que
la realización de estos derechos civiles disuadiría a los posibles
compradores de sexo, infringen los derechos de una categoría
hipotética de personas que no se ven perjudicadas por la "venta
de sexo". Pero alguien que fue comprado para tener sexo y no
sufrió lesiones probablemente no reclamaría daños y perjuicios a
un comprador de sexo. Aunque esto no sería suficiente para disuadir
a algunos compradores de sexo, la legislatura o el tribunal deberían
poder lograr un equilibrio justo entre los derechos, intereses y
demandas en juego.
Al
sopesar los intereses de quienes son perjudicados y explotados en la
prostitución y su necesidad de apoyo para salir de ella, los
argumentos a favor de la persona prostituida hipotéticamente ilesa
parecen sorprendentemente desequilibrados y desconectados de la
realidad documentada de la prostitución entre el proletariado,
especialmente sus miembros más explotados.
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
A
pesar de las promesas de ilustración y modernidad a los ciudadanos,
tanto en las naciones imperialistas como en las oprimidas, las
democracias parlamentarias burguesas han fracasado rotundamente en
crear bienestar y prosperidad para las masas. La desigualdad está
aumentando a un ritmo acelerado, especialmente entre las naciones
imperialistas y oprimidas, pero también entre las clases ricas y
pobres dentro de las propias naciones. Como dice el experto en
impuestos de Oxfam: "Se nos dice una y otra vez que no hay
suficiente dinero para mejorar la vida de la gente corriente o luchar
contra la crisis climática. Pero los hechos demuestran lo contrario.
Los superricos están acaparando más de lo que pueden gastar
mientras evitan pagar impuestos, y el resto de nosotros llevamos la
peor parte de la carga fiscal mientras intentamos mantener la
economía a flote". Aparte de las elevadas exigencias de la
política y la ideología, los imperialistas utilizan sus armas de
destrucción masiva para promover sus intereses económicos, mientras
la gran mayoría lucha bajo las botas del imperialismo.
Aparte
de las elevadas exigencias de la política y la ideología, los
imperialistas utilizan sus armas de destrucción masiva para promover
sus intereses económicos, mientras la gran mayoría lucha bajo las
botas del imperialismo. Nunca debemos esperar que la democracia
representativa parlamentaria cambie la política en torno a la
prostitución. En la prostitución, las víctimas deben demostrar
constantemente que son dignas de recibir contribuciones sociales,
pagadas por contribuyentes alienados y, por lo tanto, egoístas o
esfuerzos filantrópicos; de lo contrario, las prostitutas deben
valerse por sí mismas. Jueces, policías, trabajadores sociales,
académicos y políticos oportunistas, con sus molinos parlantes,
trabajan mientras cierran sus mentes, por limitadas que sean, y
obstruyen la aplicación efectiva de las leyes destinadas a prevenir
la prostitución.
Por
lo tanto, el aumento del gasto público para apoyar los programas de
salida de las prostitutas se ve obstaculizado por el capitalismo, que
divide la simpatía del público debido a la constante necesidad y
falta de recursos para el proletariado, especialmente las
prostitutas. Los políticos oportunistas, que sólo adoptaron el
modelo igualitario debido a la presión de la clase obrera en lucha,
los movimientos populares y la opinión pública, no tienen, como
señaló Lenin en El Estado y la Revolución, ningún interés en
llevarlos a cabo o implementarlos. En cambio, prefieren sus “foros
de discusión” y mantienen cómodamente buenas relaciones con los
capitalistas, quienes ofrecen lucrativos trabajos de salida en
agencias de relaciones públicas, salas de juntas o (para los
izquierdistas) prestigiosos puestos internacionales como embajadores,
representantes de la ONU o presidentes o directores de organizaciones
no gubernamentales y filantrópicas.
Como
observó Lenin, a los políticos en la democracia representativa
burguesa sólo les importa acercarse a la "olla de carne",
los puestos lucrativos y honorables, y que, por otro lado, puedan
captar "la atención del pueblo". Mientras tanto, es en las
cancillerías y en los estados mayores donde "se ocupan" de
los asuntos del Estado burgués. Nunca se debe caer en la creencia de
que el desarrollo sobre el terreno se produce a través de cambios en
las leyes. Esta configuración despeja la lucha contra el contenido
de la clase. No son las leyes sino las clases y sus luchas las que
determinan el desarrollo social.
Bajo
una dictadura burguesa, el proletariado vive sin control sobre los
recursos de la sociedad y, por lo tanto, siempre vive al borde de
hundirse en la miseria de la pobreza. La parte de la clase obrera que
pertenece a sus reservas, que es utilizada por la burguesía para
obligar a los obreros a seguir órdenes bajo la amenaza de ser
reemplazada y así descender a los estratos más bajos, es una parte
natural del capitalismo. Mientras exista pobreza y falta de recursos,
existirá la prostitución. Lo mismo se aplica a la ética y la
moralidad social. En una sociedad sucia, sus miembros se vuelven
sucios. En una sociedad donde impera el individualismo y donde las
personas están alienadas unas de otras, es natural que sus miembros
no se traten bien entre sí.
En
la sociedad capitalista, el cuerpo femenino se comercializa con fines
económicos, lo que crea en la mente de grandes sectores de la
población la idea de que es posible poseer su cuerpo mediante el
intercambio de dinero. Al contrario de ambos, en la sociedad
socialista no habría desempleo ni pobreza ya que los recursos de la
sociedad no servirían a un pequeño grupo de individuos sino a las
necesidades de la gran mayoría. El beneficio no estaría en primer
lugar en los objetivos de producción, sino en la victoria del
socialismo y el bienestar del pueblo. Esto eliminaría las
condiciones económicas para la prostitución. La conciencia del
pueblo también cambiaría mediante la lucha contra tradiciones,
ideas y costumbres obsoletas. El codicioso individualismo capitalista
va
a ser reemplazado por el colectivismo solidario del socialismo. La
confianza en el cambio no residiría en las leyes existentes sino en
la fuerza de las masas para defender y aplicar los métodos de
emancipación
de la mujer. Lenin lo expresó en Lenin lo expresó en Una Gran
Iniciativa (1919) de la siguiente manera:
La
verdadera emancipación de la mujer, el verdadero comunismo, solo
comienza cuando se inicia una lucha de masas (liderada por el
proletariado, que ostenta el poder estatal) contra esta economía
doméstica a pequeña escala, o, más precisamente, cuando se
transforma a gran escala en una economía socialista a gran escala.
Es
imposible aplicar suficientemente las leyes sobre la prostitución,
destinadas a empoderar a las víctimas, incluso en países
imperialistas como Suecia y Francia, que cuentan con más recursos
que las naciones oprimidas y, en teoría, con las leyes más
progresistas para rescatar a quienes se ahogan en la prostitución y
son víctimas de trata con fines sexuales. Para que estas medidas
políticas sean efectivas, es necesario llevar a cabo una revolución,
liderada por un partido revolucionario de vanguardia capaz de
instaurar la dictadura del proletariado. Entonces, con revoluciones
culturales y vigorosos esfuerzos para prevenir la alienación
intelectual de funcionarios, jueces, policías, trabajadores sociales
y académicos, estas leyes bienintencionadas podrán finalmente
implementarse en todo su potencial. Sin poder –como en la dictadura
del proletariado– las leyes de igualdad y la protección
constitucional de los grupos vulnerables son una ilusión.
Índice:
1.
¿Qué es la prostitución?
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución en el
capitalismo
4.
Consecuencias perjudiciales para la salud
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
6.
El modelo de igualdad
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
8.
El modelo de igualdad se fortalece, mientras que la legalización de
los compradores debilita a las mujeres
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
11.
Violación de la ley burguesa: La legalización y la despenalización
son crímenes de lesa humanidad
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad
13.
Resistencia legal burguesa
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
1.
¿Qué es la prostitución?
Si
la falta de vivienda simboliza lo que está mal con la propiedad
privada, entonces la prostitución encarna lo que está mal con el
capitalismo. Exalta las necesidades de los hombres por encima de la
subordinación de las mujeres, especialmente de las mujeres de clase
obrera, que son las más pobres y marginadas. Dentro de un Estado
burgués, incluso en una democracia representativa, nunca será
posible erradicar ni abolir esta cruel opresión.
¿Qué
es la prostitución? La prostitución implica comprar a una persona
para tener relaciones sexuales. Quienes compran sexo son comúnmente
llamados "bacalaos", "pikes", "johns",
"prostitutos", "citas", "pasajeros" y
términos similares. La trata sexual o "comercio sexual" es
la explotación económica de terceros, como proxenetas, dueños de
burdeles, "gerentes", "novios", "agencias de
acompañantes", caseros cómplices y otros facilitadores.
Según
el derecho internacional, reconocido por más de 180 países (el
Protocolo de Palermo de 2002), la trata de personas se define
mínimamente como alguien que se aprovecha de tu "vulnerabilidad"
y te deja sin "alternativa real y aceptable" más que
someterte a la trata. Como señaló el Relator Especial de la ONU
sobre la Trata de Personas en 2006, el Protocolo de Palermo
simplemente describe "la prostitución tal como se practica
realmente en el mundo". Por lo tanto, una situación de
vulnerabilidad puede surgir de factores sociales y económicos o de
otros medios de coerción, como la violencia, el fraude o los
problemas psicológicos, factores reconocidos por prácticamente
todos los Estados Partes.
Siguiendo las ensenanzas
impartidas por el presidente Mao, los marxistas-leninistas-maoístas
basan su comprensión de la prostitución y la trata de personas en
investigaciones objetivas sobre cómo se manifiestan estos fenómenos
en la realidad. Por lo tanto, realizamos investigaciones exhaustivas,
especialmente entre el proletariado y las personas supervivientes,
utilizando fuentes secundarias creíbles, fiables e informativas,
incluso si provienen de académicos burgueses. A partir de estudios
concretos, podemos extraer conclusiones concretas.
* * *
Aplicando
el marxismo al estudio del problema se revela que la prostitución
no equivale a trabajo productivo, como "trabajo sexual",
como lo describen algunos revisionistas y posmodernistas que buscan
excusar, sanear y normalizar la prostitución. Por ejemplo, los
trabajadores de restaurantes de comida rápida de McDonald's, los
trabajadores indocumentados de empresas de servicios temporales y el
personal de hoteles no sufren de trastorno de estrés postraumático
(TEPT) como resultado de la violencia o la agresión sexual en su
lugar de trabajo en la misma medida que las víctimas de guerra que
buscan tratamiento, las víctimas de tortura estatal, las mujeres en
refugios para mujeres o las víctimas de violación. Tampoco padecen
enfermedades de transmisión sexual como las prostitutas, que deben
atender a muchos compradores de sexo que se niegan a tener sexo
seguro y que pagan mucho más por sexo sin protección. Esto crea
incentivos peligrosos para sus proxenetas, burdeles e incluso para
ellas mismas, dada su precaria situación económica. Ninguna otra
descripción laboral aceptable incluye tales atrocidades.
Un
ejemplo de esto último fue la prostitución legal en el barrio rojo
de Londres en la década de 1990, donde los gastos diarios de
alquiler, publicidad, recepción, electricidad, toallas,
preservativos, etc., no se cubrían hasta que la persona prostituida
atendía a 10 clientes al día. Estas condiciones implicaban que
muchas mujeres atendían a entre 20 y 30 clientes al día, algunas
hasta 50, lo cual no es una situación única ni inusual en la
prostitución legal. Como revelaron muchas mujeres del estudio sobre
estos burdeles de apartamentos, supuestamente a pequeña escala,
muchas tenían que aceptar sexo sin protección (que estaba mejor
pagado) para reducir el número de clientes diarios y que no se
volviera completamente insoportable.
Por
lo tanto, como marxistas-leninistas-maoístas, entendemos que las
condiciones de la prostitución aparentemente legal en países como
Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Tailandia, India y los
Estados estadounidenses como Nevada nunca pueden describirse como
"trabajo sexual", como trabajo ordinario, ni siquiera en
las actuales condiciones capitalistas de sobre explotación. Las
excepciones a la regla son todas ostensiblemente ilegales: la
esclavitud, como la de los niños que malgastan su infancia y
juventud en las minas congoleñas o la de las empleadas domésticas
extranjeras en Qatar, cuyos pasaportes son retenidos ilegalmente y
luego violadas por sus empleadores, nunca se describe como "trabajo
legítimo". Tampoco se describe como trabajadores comunes a los
soldados que han sido maltratados y sobrevivieron a las guerras
imperialistas más brutales; más bien, incluso los académicos
pequeñoburgueses reconocerían a estos reclutas como carne de cañón,
víctimas de las guerras imperialistas.
Nadie,
ni siquiera los académicos o intelectuales burgueses, justifica la
esclavitud infantil en el Congo, la esclavitud doméstica en Qatar o
la guerra de Vietnam alegando que los afectados eran supuestamente
trabajadores libres. Nadie defiende su abuso y miseria bajo el lema
"mi cuerpo, mi elección". Nadie dice que no debamos
"juzgarlos" por su "elección", sino simplemente
legalizarlos y/o despenalizarlos y permitirles continuar. Nadie
discute que el daño más grave no proviene de sus "clientes"
y explotadores, sino de los abolicionistas que supuestamente los
estigmatizan al describir con precisión su vulnerabilidad y
explotación. Si "en el amor y en la guerra todo vale", con
mayor razón en la prostitución.
Como
Lenin nos enseña en El Estado y la Revolución, el Estado burgués
no puede reformar los síntomas del capitalismo. Incluso aquellos
reformistas burgueses que entienden la existencia de la prostitución
no ceden a las demandas de legalizar los burdeles o despenalizar a
los compradores de sexo, aunque todavía creen ingenuamente que sus
actuales aparatos estatales pueden combatir eficazmente estas formas
perversas de opresión. Entre ellos también se encuentran políticos,
funcionarios y académicos de países que han adoptado el modelo de
igualdad, a veces llamado modelo nórdico o sueco, en el que la
persona prostituida no es criminalizada, sino que se le ayuda a
abandonar la prostitución y se le reconoce como víctima de las
circunstancias y de los perpetradores, mientras que los compradores y
terceros son criminalizados para evitar que sigan explotando a las
personas prostituidas.
Como
se demostrará más adelante, este “modelo de igualdad” es un
paso en la dirección correcta para combatir el abuso y la
explotación en la prostitución. Sin embargo, es imposible
implementar plenamente dicha política en un Estado burgués
(contradicción entre la existencia formal del derecho y su real
concretización en la sociedad burguesa, nora de traducción)
Los
representantes en la democracia burguesa
buscan controlar
la decadencia del capitalismo, y los intereses de la clase dominante
controlan todo lo que ocurre en ella. Estas condiciones profundamente
opresivas corrompen o alienan (generalmente a los primeros) a los
funcionarios públicos, volviéndolos ignorantes, reacios o realmente
incapaces de implementar el modelo igualitario. Los políticos
oportunistas y arribistas y sus charlatanes —jueces, abogados,
agentes del orden, trabajadores sociales y, entre otros, las
organizaciones no gubernamentales— que, aparentemente
inconscientemente, presentan el capitalismo como un purificador de
sus abusos más extremos, están todos involucrados. Estos
burócratas, filántropos o voluntarios privilegiados, intencional o
involuntariamente, obstruyen la correcta implementación del modelo
igualitario y, por lo tanto, impiden que se desarrolle plenamente que
solo puede concretarse bajo un sistema
socialista revolucionario.
Solo
una dictadura proletaria, dirigida
por el partido
proletario
disciplinado, puede abolir verdaderamente la prostitución. O, mejor
dicho, solo una elaboración marxista-leninista-maoísta de ese
modelo logrará el objetivo de abolir la prostitución.
* * *
Las
realidades básicas de la prostitución en un Estado
burgués de régimen liberal
difieren de las condiciones puramente esclavistas de la servidumbre
sexual que existen fuera de un sistema tradicional de intercambio
monetario capitalista basado en el mercado. En el Estado
burgués, la prostitución —ya sea ilegal, legal o semilegal según
el modelo igualitario— prácticamente siempre se genera por una
confluencia de fuerzas sociales y políticas, aunque no se limita a
los siguientes factores:
(1)
Violencia y abuso psicológico, graves consecuencias para la salud,
humillación cruel y agresión sexual. Los tres son perpetrados por
clientes y, en menor medida, por terceros y, en cierta medida, por
las fuerzas del orden, otros funcionarios gubernamentales e incluso
el público en general, incluyendo médicos, terapeutas, profesores y
personas al azar.
(2)
Pobreza extrema y falta de oportunidades alternativas.
(3)
Cruel abuso sexual, físico y psicológico durante la infancia que
destruye la capacidad de las personas prostituidas para vivir sus
propias vidas; una situación coercitiva que contribuye a habituarlas
y desensibilizarlas a la prostitución.
(4)
Opresión de género, reforzada por múltiples formas capitalistas de
subordinación (denominadas factores interseccionales por la academia
burguesa), como: a. Racismo y/o colonialismo b. Persecución por
motivos de etnia, nacionalidad, origen indígena, colonialismo,
sexualidad y similares. c. Discapacidad y/o problemas de salud
mental. d. Vivir en una nación oprimida con una grave falta de apoyo
para abandonar la prostitución.
(5)
Opresión institucional, como la indiferencia burocrática, la
brutalidad policial, la impotencia judicial, la marginación y/o
persecución política, y la estigmatización social.
(6)
Barreras sistemáticas para abandonar la prostitución, como
obstáculos burocráticos (por ejemplo, que impiden a las prostitutas
obtener otro empleo remunerado), sanciones penales, falta de
respuesta, desconfianza u hostilidad manifiesta por parte de
trabajadores sociales, profesionales de la salud, docentes,
empleadores, el poder judicial u otros actores del sector público o
privado.
* * *
2.
Violencia, abuso y problemas de salud
En
cuanto a la violencia y el abuso psicológico cometidos
principalmente por compradores de sexo, por ejemplo, se llevó a cabo
un estudio en Sudáfrica con una muestra aleatoria de 1.645 hombres
adultos, con el objetivo de obtener “conocimientos sobre los
hombres sudafricanos que se ven a sí mismos como proveedores de
mujeres y, por lo tanto, se sienten con derecho a tener relaciones
sexuales, y la práctica relacionada de tener relaciones sexuales con
mujeres que venden sexo”. De aquellos que habían declarado estar
en lo que los autores denominaron anacrónicamente una "relación
de subsistencia" (lo que significa tener una relación
transaccional o sexo basado en su apoyo material), el 54% admitió
haber violado a una mujer. Por el contrario, un número
significativamente menor (el 13% de los hombres que no habían
comprado sexo ni tenían una relación transaccional (510 hombres, el
31% de toda la muestra)) informaron haber violado a una mujer.
Además, el 8% (1 de 13) del 83% que constituía la mayoría de los
compradores de sexo informaron haber violado a un hombre, mientras
que un número significativamente menor (el 1% de aquellos que no
compraron sexo ni tuvieron una relación transaccional) informaron
haber violado a un hombre.
Además,
el 57% del 83% que compró sexo admitió haber sufrido violencia
física contra una pareja íntima, al igual que el 40% del 17% que no
tenía relaciones transaccionales, mientras que un número
significativamente menor (14% del 31% que no compró sexo ni tuvo
relaciones transaccionales) admitió haber cometido violencia contra
una pareja íntima. En términos de acoso –quizás no sea tan
sorprendente dadas sus tendencias violentas hacia las prostitutas–
el 83% de los compradores de sexo mostraron un "riesgo
significativamente mayor" de haber acosado a otros en la escuela
en comparación con los hombres que no compraron sexo.
El
acoso se midió mediante preguntas de encuesta como "Cuando una
niña pensaba que era inteligente en la escuela, la pusimos en
aprietos explotándola sexualmente". Ambas categorías de
compradores de sexo también admitieron haber participado en
comportamientos significativamente más criminales o agresivos que
los hombres no transaccionales que no compraron sexo. Por lo tanto,
los hombres no transaccionales que no compraron sexo tenían cinco
veces menos probabilidades que la mayoría de los compradores de sexo
de haber poseído un arma (pistola u otro), un arma ilegal, haber
estado en una pandilla, haber consumido drogas y haber estado
involucrados en robos o robos en múltiples ocasiones. De manera
similar, la mayoría de los compradores de sexo tenían "entre
2,5 y 4 veces más probabilidades de haber sido violentos o
criminales" que los hombres que no compraban sexo pero tenían
relaciones sexuales transaccionales.
En
particular, el 24% de todos los compradores de sexo habían sido
miembros de pandillas, en comparación con el 6% de los hombres que
no habían comprado sexo ni habían tenido relaciones sexuales
transaccionales, y el 8% de los hombres que tenían relaciones
sexuales transaccionales. En términos de personalidades
psicológicas, es revelador que el 83% de los compradores de sexo
también obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en las
escalas de igualdad y empatía, y significativamente más altas en
hostilidad hacia las mujeres, mitos sobre la violación y rasgos
psicopáticos (“culpa” y “egocentrismo maquiavélico”) en
comparación con los hombres que no compraron sexo.
La
mayoría de los compradores de sexo (83%) también tenían
significativamente más probabilidades de obtener una puntuación en
los "dos tercios superiores de la escala" en medidas de
psicopatía. Según el estándar estadounidense, las puntuaciones en
el tercio superior de la escala "probablemente" indican
"psicopatía clínicamente diagnosticada". Jewkes y sus
colegas señalan que las "proporciones" en esta categoría
eran "muy altas". Concluyen además que es "fácil
entender por qué las mujeres que se prostituyen, ya sea en Sudáfrica
o a nivel internacional, son tan a menudo objeto de violencia por
parte de sus clientes masculinos".
Necesitamos
algunos ejemplos como el anterior, que ilustren la enorme cantidad de
violencia de género que se perpetra diariamente contra las personas
que se prostituyen. Esta violencia es inherente y esencial a la
prostitución. Para convencer, dentro de la academia burguesa
generalmente se necesitan tres ejemplos consistentes que converjan, y
hay varios otros estudios internacionales que comparan a los
compradores de sexo con los no compradores y/o comparan a los
compradores de sexo de alta frecuencia con los compradores de sexo de
baja frecuencia en medidas similares. También llegan prácticamente
a los mismos resultados que el estudio realizado en Sudáfrica.
Un
estudio de Boston que comparó a 101 compradores con 101 hombres del
mismo origen étnico, nivel educativo y edad que no compraban sexo
encontró que los compradores "informaron una mayor probabilidad
de cometer violación y tenían un historial más largo de abuso
sexual". Los compradores informaron un promedio de 1,59 "tipos
de comportamiento sexualmente agresivo" (de = 1,83, rango = 0 a
10), mientras que los no compradores informaron un promedio de 0,53
tipos (de = 0,79, rango = 0 a 4).
También
se encontró que los compradores tenían significativamente más
probabilidades de informar que habían sido arrestados por delitos
que incluían delitos graves, delitos menores, delitos relacionados
con la violencia contra las mujeres, asalto, delitos con armas,
delitos contra las autoridades, robo y delitos relacionados con el
abuso de sustancias. Incluso dentro del grupo de compradores,
aquellos que habían comprado sexo más de treinta veces tenían
significativamente más probabilidades que aquellos que habían
comprado sexo menos veces de haber sido sujetos a una orden de
restricción (45,2% frente a 14,8%) y acusados oficialmente de
un delito de violencia contra la mujer (25,8% frente a 9,8%).
Algunos estudios compararon el
alcance de la violencia perpetrada por diferentes actores
–principalmente compradores, proxenetas y la policía– contra las
mujeres prostituidas. Entre 200 personas prostituidas en San
Francisco, por ejemplo, el 70% informó que los compradores las
habían violado o sometido a abusos similares "más allá del
contrato de prostitución" un promedio de 31,3 veces. Una
proporción menor, el 49%, fue sometida a "una distribución
injusta del dinero por parte de los proxenetas, una media de 35,5
veces". Un porcentaje aún menor, el 41%, estuvo expuesto un
promedio de 2,6 veces, por ejemplo, a ser obligado a tener relaciones
sexuales sin compensación por parte de la policía, a sufrir abusos
por parte de la policía o por parte de otras prostitutas. La
diferencia entre una media de 31,3 veces y una media de 2,6 veces es
enorme.
De
manera similar, el 21% de 200 mujeres prostituidas en Chicago
informaron haber sido violadas más de diez veces, un hallazgo que se
aplica tanto a la prostitución de acompañantes, como a la
prostitución callejera y a la prostitución a domicilio
(residencial). Nuevamente, se encontró que los compradores eran
responsables de la mayoría de las violaciones, mientras que la
policía era responsable de la menor cantidad: (1) los compradores,
(2) las parejas íntimas, (3) los proxenetas y (4) la policía. Estos
hechos hablan en contra de un énfasis excesivo en el daño causado
por la aplicación de la ley corrupta a expensas de centrarse en el
comprador, aunque el abuso del poder oficial también es grave en el
contexto de la prostitución, especialmente cuando las propias
personas prostituidas son criminalizadas, una consecuencia que no
existiría bajo el modelo de igualdad y la política más amplia.
Otro
estudio realizado en Portland, Oregón, encontró que 55
supervivientes sufrieron graves abusos un promedio de 45 veces al año
por parte de los compradores, fueron violados un promedio de 33 veces
al año por los compradores y torturados un promedio de 5 veces al
año por parte de los compradores, incluso “cortándoles o
raspándoles la piel”. El nivel de violencia implicado aquí se ve
respaldado por el hecho de que los compradores frecuentes de sexo,
que representan tres cuartas partes de las "transacciones de
mercado" en Estados Unidos, por ejemplo, son también los más
violentos. Este es el tipo de población que se desata contra las
mujeres prostituidas en jurisdicciones que legalizan o despenalizan
la compra de sexo. Las prostitutas deben proporcionar diariamente
servicios sexuales a esos usuarios, incluidos actos que otros se
niegan a realizar siempre que sea posible, y corren el riesgo de
sufrir abusos aún más graves con la esperanza de sobrevivir.
No
es de extrañar que la esperanza de vida de las mujeres prostituidas
se acorte dramáticamente, tanto en los países oprimidos como en los
imperialistas, con una tasa de mortalidad muchas veces mayor que el
promedio, y que a menudo sean el blanco de asesinos en serie debido a
su posición vulnerable y la falta de redes de apoyo de familiares,
amigos y personas de clase media con influencia en el sistema legal
que puedan influir en ellas para que investiguen sus asesinatos y
desapariciones. Esta marginación y opresión de los grupos más
vulnerables dentro del proletariado es evidente en cómo las mujeres
indígenas en países como Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva
Zelanda desaparecen o son brutalmente asesinadas regularmente en
relación con la prostitución.
La
mayoría de los compradores afirman que están comprando servicios
sexuales específicos que las mujeres que no son prostitutas, si
tuvieran la opción, no querrían realizar. Cuando se les preguntó,
el 79% de 110 compradores en Escocia y el 48% de 113 compradores en
Chicago admitieron haber comprado servicios sexuales que se sentían
incómodos pidiéndoles a sus parejas habituales, relaciones casuales
y encuentros sexuales, o actos sexuales que estas otras personas se
niegan a realizar, como sexo oral, sexo anal, sadismo y masoquismo.
Tales respuestas sugieren que las mujeres (y otras personas) que no
tienen otra opción porque se ven obligadas, al menos económica o
socialmente, pero a menudo físicamente, muchas de ellas mediante
drogas y amenazas, a realizar actos sexuales en la prostitución que
las mujeres que no están sujetas a una coerción similar evitan
realizar siempre que pueden.
La
evidencia de la prostitución legal muestra además que la
despenalización fomenta la agresión de estos hombres contra las
personas prostituidas en lugar de hacerlas más dóciles, como
suponen - sin ninguna evidencia - los defensores de la prostitución
legal. Quizás el peor ejemplo de cómo los compradores de sexo y
terceros explotan y abusan regular y sistemáticamente de las mujeres
que trabajan como prostitutas son los casos en los que las víctimas
han sido encontradas atadas a camas, quemadas, azotadas, cortadas,
golpeadas, infectadas con enfermedades y sometidas a otras formas de
tortura. Son violadas a diario, porque la inmensa mayoría de ellas
no desean personalmente tener relaciones sexuales, por lo que
normalmente se les paga a otras personas en el papel de proxenetas o
traficantes, que se encuentran en nueve o diez casos de prostitución,
incluso en la prostitución legal.
Esto
sucede a diario, cuando los compradores las explotan sexualmente sin
pagar y cuando los agentes de policía exigen de manera corrupta sexo
a cambio de una contraprestación legal.
*
* *
Los
defensores de la prostitución legalizada o despenalizada rara vez, o
nunca, reconocen que el abuso violento al que los compradores someten
a las prostitutas a diario está íntimamente relacionado con los
altos niveles de trastorno de estrés postraumático de estas
últimas. Rara vez preguntan quién está causando estos niveles de
trauma en esa población. Sí, algunos mencionan que los compradores
son violentos, pero asumen ingenuamente que estos hombres pueden ser
controlados, a pesar de que a menudo son los "consumidores"
que pagan más y, por lo tanto, son muy valiosos para los proxenetas,
los burdeles, los salones y las agencias de acompañantes.
Excluir
a los clientes violentos de los burdeles exclusivos en países como
Alemania reduciría significativamente sus ganancias. El trastorno de
estrés postraumático es una medida psicológica del daño que puede
ocurrir como resultado de la violencia extrema, incluida la violencia
sexual como la violación repetida. En otras palabras, el trastorno
de estrés postraumático en una población civil, como las personas
que se dedican a la prostitución, puede ser un indicador sensible de
que han estado expuestas a una violencia de género devastadora.
Hasta
el 68% de 854 personas prostituidas en un estudio que abarcó nueve
países, incluida Sudáfrica, cumplieron con los criterios clínicos
de PTSD, en promedio en niveles comparables a los de los militares
estadounidenses de la guerra de Vietnam que buscaban tratamiento, las
mujeres maltratadas que buscaban refugio, los refugiados de la
tortura estatal y los sobrevivientes de violaciones. Incluso cuando
se controlan estadísticamente otros posibles predictores de PTSD,
como el abuso infantil (incluido el grave), la violación, la
agresión o el lugar de prostitución (interior o exterior), la
prostitución en sí sigue prediciendo el PTSD o reacciones similares
de daño psicológico por abuso grave. Por lo tanto, la prostitución
como práctica tiene un impacto enormemente dañino en las personas
compradas con fines sexuales, y los principales culpables son los
compradores.
Una
de las graves consecuencias del trastorno de estrés postraumático
es la disociación, que es una estrategia de supervivencia para
afrontar la violencia o el trauma de la violencia. Una revisión
sistemática de estudios sobre disociación en mujeres prostituidas
encontró que muchas muestran "puntajes de disociación altos",
lo que indica un trastorno disociativo "grave". Otra
revisión de cuatro estudios sobre disociación entre prostitutas
encontró que los trastornos disociativos "son comunes entre las
prostitutas" y concluyó que la disociación "permite la
supervivencia psicológica, ya sea que el trauma repetido sea
esclavitud, combate militar, incesto o prostitución".
Poco
después de que se legalizara la prostitución en 2002, el gobierno
federal alemán publicó un estudio sobre la violencia contra las
mujeres en 2007 que incluía una submuestra de 110 mujeres
prostituidas, de las cuales el 92% informó haber experimentado acoso
sexual, el 87% violencia física, el 59% violencia sexual, el 52%
abuso físico infantil por parte de los padres, el 43% abuso sexual
infantil y el 41% violencia doméstica. relación con la
prostitución. Aproximadamente la mitad mostraba síntomas de
depresión, una cuarta parte tenía "pensamientos suicidas a
menudo o en ocasiones", un tercio tenía ansiedad y ataques de
pánico y uno de cada siete había intentado hacerse daño en los
últimos 12 meses.
En
otro estudio con 120 personas prostituidas utilizadas para la
producción de pornografía en Suecia, el 69% afirmó haber intentado
suicidarse previamente y el 70% afirmó que se había autolesionado
intencionalmente. Tenga en cuenta que es muy común que las personas
que se prostituyen sean utilizadas para la pornografía; Es probable
que al menos la mitad, en algún momento, se utilice para producir
pornografía (incluso después de participar en la encuesta, lo que
lleva a subestimaciones en las encuestas). Por ejemplo, el 49% de las
854 personas prostituidas en nueve países informaron haber sido
utilizadas en la prostitución para producir pornografía. Un
correspondiente 23% de 271 actrices porno en Los Ángeles informaron
haber participado en prostitución fuera de cámara en los últimos
tres meses. Un estudio británico encontró de manera similar que 21
de 50 actrices porno informaron estar involucradas en otro tipo de
prostitución: 17 en prostitución de acompañantes, 2 en
prostitución de acompañantes/cámara web y 2 en "fiestas
sexuales/clubes de swingers".
El
derecho civil de un número significativo de países ya reconoce que
el gobierno tiene la obligación de combatir la violencia de género,
incluida la prevención de omisiones oficiales que pueden
desencadenar sus formas más brutales. Por lo tanto, sería criminal
incluso dentro de estos países permitir la despenalización de los
compradores de sexo, lo que les permitiría actuar con impunidad. Sin
embargo, las ilusiones de los defensores de la prostitución legal
muestran que no son conscientes de tales leyes, sino que continúan
con su relativización nietzscheana de la prostitución y nos acusan
de "juzgar" o "moralizar".
Permitir
la despenalización de la compra de sexo, incluso bajo las
constituciones burguesas, es un acto oficial que fomenta, permite y
contribuye a un aumento masivo de la violencia contra parte del
propio pueblo, principalmente mujeres y niñas, que son obligadas a
prostituirse por los mecanismos despiadados y crueles del
capitalismo.
3.
Factores socioeconómicos que conducen a la prostitución bajo el
capitalismo
Uno
de los denominadores comunes más comunes entre las prostitutas es la
pobreza extrema tanto en los países imperialistas como en los
oprimidos. Muchas de las personas que se prostituyen cuando son
adultas también huyen de guerras o desastres climáticos, no tienen
hogar, a menudo son engañadas u obligadas a prostituirse y, por lo
general, pronto se vuelven adictas a las drogas, situaciones que se
ven afectadas o exacerbadas por la pobreza extrema.
Los
defensores de la prostitución legal no cuestionan la conexión entre
pobreza y prostitución. Pero contrariamente a la creencia común (y
errónea) de que las prostitutas ganan más que otros trabajos
asalariados legales o ilegales, la violencia, el abuso y las graves
consecuencias para la salud que enfrentan harían que tales ganancias
carezcan de significado incluso si fueran ciertas. En realidad, fuera
de las ilusiones posmodernas, prácticamente nadie escapa de la
pobreza a través de la prostitución; tienden a dejar la
prostitución a personas mayores, indigentes y endeudadas.
Según
un estudio realizado en Francia, la prostitución probablemente
cuesta a cada Estado una cantidad obscena de recursos que podrían
haberse utilizado para financiar la asistencia social. El clima
coercitivo de la prostitución se ve aún más subrayado por el
fuerte e indiscutible vínculo entre el abuso físico y sexual
infantil y la entrada en la prostitución, con muchos estudios tanto
en países imperialistas como oprimidos que indican una prevalencia
de entre el 60 y el 90 por ciento. Es revelador comparar esta cifra
con la prevalencia del abuso sexual infantil entre todas las mujeres
en los países imperialistas más grandes, que, según la lógica
retorcida de la ideología burguesa, se supone que tienen los
sistemas legales y educativos más desarrollados.
En
Estados Unidos, según diversos estudios, entre un tercio y la mitad
de todas las mujeres han estado expuestas a abusos sexuales cuando
eran niñas. Con una población de alrededor de 330 millones, de los
cuales aproximadamente la mitad son mujeres, estas estadísticas
significan que estamos hablando de entre 55 y 80 millones de mujeres
que estuvieron expuestas a abuso sexual cuando eran niñas sólo en
los Estados Unidos.
Dicho
esto, el abuso sexual que sufren las mujeres prostituidas cuando eran
niñas es, en promedio, más grave que el que sufren las mujeres en
general. Aparte de la pobreza, es uno de los factores más fuertes
que facilitan la entrada en la prostitución; la mayoría de las
personas prostituidas tienden a informar que el abuso sexual cuando
eran niños contribuyó a su entrada en la prostitución. De hecho,
un estudio de Corea del Sur encontró estadísticamente que las
mujeres que sufrieron abusos sexuales cuando eran niñas por parte de
su pareja informaron haber entrado en la prostitución mucho antes
que otras mujeres prostituidas.
El
abuso sexual infantil es sin duda una circunstancia profundamente
compulsiva que la despenalización de los compradores de sexo en la
práctica pasaría por alto. Obligaría a personas que anteriormente
fueron víctimas de abuso físico y sexual en la infancia a entrar y
permanecer en la prostitución. La pobreza y la dependencia de la
infancia contrarrestan las posibilidades reales que podrían hacer
que el consentimiento sea genuino o el entorno no coercitivo. Muchas
prostitutas eran jóvenes fugitivas, a menudo debido a abusos
sexuales domésticos. La estructura de reclutamiento de la
prostitución, donde muchos ingresan a la prostitución mucho antes
de llegar a la edad adulta, socava el consentimiento genuino, ya que
no es un acto voluntario ni una profesión digna, sino que se asemeja
a la esclavitud.
Por
lo tanto, es imposible distinguir entre quienes han sido víctimas de
la prostitución infantil y la prostitución de adultos, ya que
aproximadamente la mayoría de las prostitutas, o más, ya fueron
arrastradas a la prostitución cuando eran niñas. Por ejemplo, el
47% de 854 personas prostituidas, en nueve países con leyes
diferentes, involucradas en diversas formas de prostitución (en casa
y en la calle), declararon haber comenzado la prostitución antes de
los 18 años. De manera similar, un estudio de una muestra diversa de
222 mujeres prostituidas en Chicago, Estados Unidos, el corazón del
imperialismo, mostró que el 61% había comenzado la prostitución
antes de los 18 años. En San Francisco, 200 mujeres y menores
prostituidas fueron entrevistados informalmente, es decir, sin la
ayuda de las autoridades oficiales, mediante el método del "boca
a boca", folletos y anuncios para aumentar la "credibilidad"
y evitar una selección sesgada de participantes "detenibles"
u "orientados al servicio". En este caso, nada menos que el
78% afirmó haber sido explotada en la prostitución antes de los 18
años y el 62% antes de los 16 años, mientras que una parte ya había
sido explotada antes de los 9, 10, 11 y 12 años.
La
edad media de inicio en la prostitución era de 16,1 años. Está
claro que la entrada de niñas a la prostitución no está menos
extendida en las naciones oprimidas. Sin embargo, es sintomático del
capitalismo que incluso los más vulnerables entre el proletariado
supuestamente privilegiado en el núcleo imperial sean sometidos a
abusos brutales y explotación sexual por parte de los hombres más
agresivos y violentos de la población. El capitalismo no perdona a
nadie. Dicho esto, son los grupos étnicos vulnerables que son
sistemáticamente oprimidos en los países capitalistas donde
prevalecen el racismo y el chauvinismo los que están
sobrerrepresentados en la prostitución, especialmente las mujeres y
niñas dentro de estos grupos. Por lo tanto, las mujeres y niñas
negras están sobrerrepresentadas en la prostitución en Estados
Unidos; Las mujeres y niñas indígenas están excepcionalmente
sobrerrepresentadas en Canadá; y en Europa, la población romaní
está "muy sobrerrepresentada" entre las víctimas del
tráfico sexual, junto con los refugiados de África.
La
Comisión Europea reconoció en 2016 que los traficantes con fines
sexuales y de otro tipo "explotan la vulnerabilidad de las
personas, que puede verse exacerbada por factores como la pobreza, la
discriminación, la desigualdad de género, la violencia contra las
mujeres, la falta de acceso a la educación, los conflictos étnicos
y los desastres naturales". En pocas palabras, el comercio
sexual es a la vez racista y sexista, porque explota abrumadoramente
a los proletarios pobres, a quienes se mantiene pobres debido a su
género, etnia y nacionalidad, factores que la burguesía explota
conscientemente. Sin embargo, durante treinta años ni la Comisión,
el Consejo de Ministros ni el Parlamento Europeo han propuesto
ninguna política eficaz para combatir el tráfico sexual. Sólo una
dictadura del proletariado podría hacer eso.
La
sobrerrepresentación de las minorías étnicas en la prostitución
se observa en muchas partes del mundo. Por ejemplo, tanto una nación
imperialista como Canadá como una nación oprimida como Sudáfrica
tienen una división significativa entre las poblaciones indígenas y
de colonos. En Canadá, sin embargo, la sobrerrepresentación de
mujeres indígenas en la prostitución ha sido contextualizada por la
violenta devastación de su población indígena. La Comisión Real
sobre Pueblos Indígenas (1996) concluyó que el trato dado a los
pueblos indígenas, debido a la exposición a enfermedades durante la
colonización, la apropiación de tierras por parte de los colonos y
la devastación cultural, "a menudo se describe como genocidio u
holocausto" donde "normas, valores, sistemas sociales y
prácticas espirituales de larga data... han sido socavados o
prohibidos"
Un
estudio de 2005 de 100 mujeres prostituidas en Vancouver y realizado
9 años antes de que Canadá aprobara una Ley de Igualdad en 2014,
encontró que el 52% eran de ascendencia indígena, a pesar de que
este grupo representaba solo entre el 1,7% y el 7% de la población
de Vancouver. Como se mencionó anteriormente, la prostitución
generalmente se impone a personas que se han visto obligadas a
renunciar a la integridad corporal y la confianza a una edad
temprana.
Un
sorprendente 82% de las mujeres prostituidas en Vancouver declararon
que habían sido abusadas sexualmente cuando eran niñas por un
promedio de al menos cuatro perpetradores (varios no pudieron
contarlos); y el 72% informó haber sido golpeado o abusado por sus
cuidadores, lo que le provocó hematomas o lesiones. Además,
denunciaron formas de tortura que podían resultar mortales en
cualquier momento: proxenetas y compradores utilizaban "regularmente"
violencia extrema contra ellos si se negaban a realizar determinados
actos sexuales. El 90% de los 100 encuestados reportaron violencia
física asociada con la prostitución. Un enorme 78% reportó haber
sido violada, de las cuales el 67% había sido violada más de cinco
veces y el 75% de las 100 reportaron lesiones físicas como resultado
de la violencia en la prostitución, muchas de las cuales habían
sido apuñaladas y golpeadas, con conmociones cerebrales, huesos
rotos y laceraciones. La mitad de los 100 habían sido sometidos a
abusos violentos con, por ejemplo, bates de béisbol y palancas, o
alguien golpeando sus cabezas contra, por ejemplo, las paredes o el
tablero del automóvil.
Ésta
es la vida que la democracia representativa burguesa ofrece a
aquellos dentro del proletariado que han sido arrojados al abismo por
las fuerzas inevitables de la descomposición imperialista. Para
ellos, los derechos humanos universales son una ilusión, justicia
para unos pocos privilegiados, y las exigencias del Estado de
bienestar son sólo eso: fachadas infundadas. Los vínculos entre el
colonialismo y la prostitución moderna también son evidentes en
Sudáfrica, como en la mayoría de los países semicoloniales. La
lista de atrocidades cometidas por los colonos europeos contra los
xhosa, zulú, khoisan y el resto de la población negra en Sudáfrica
también es prácticamente interminable e incluso más actual que la
de Canadá. Por ejemplo, todavía en la década de 1980, el gobierno
del apartheid todavía permitía el desplazamiento forzado de
africanos, que se estima que entre 1960 y 1983 afectó a 3.548.900
personas. En el libro Una historia de Sudáfrica del fallecido
profesor Leonard Thompson, dice:
"En
muchos casos, áreas previamente habitadas por negros fueron
reservadas para asentamientos exclusivos de blancos. El gobierno
afirmó que estas expulsiones fueron voluntarias. De hecho, las
víctimas fueron amenazadas y cuando resistieron, se utilizó la
violencia".
El
Surplus People Project (Ciudad del Cabo, 1980-1983) entrevistó a
estos supervivientes; por ejemplo, a esta mujer africana, que fue
trasladada a una supuesta patria:
"Cuando vinieron a
nosotros, tenían armas y policías con ellos... No dijeron nada,
simplemente arrojaron nuestras pertenencias en [camiones del
gobierno]... No conocíamos este lugar, y todavía no lo sabemos... Y
cuando llegamos aquí, arrojaron nuestras cosas, simplemente
arrojaron nuestras cosas, así que todavía estamos aquí. ¿Qué
podemos hacer ahora? No podemos hacer nada. No podemos hacer nada.
¿Qué podemos hacer?"
No
sorprende que una mujer africana de unos cuarenta años, que
sobrevivió a la prostitución y fue entrevistada en 2024, sugiriera
que esos movimientos forzados la llevaron a la prostitución. Aquí
la entrevistadora cuenta su historia:
“Cuando
[ella] tenía ocho años, el gobierno desalojó a su familia de su
casa y ella se quedó sin hogar. Ella describió que el gobierno del
apartheid llegó a su comunidad y anunció que iba a cambiar y que
las familias que vivían allí tenían que mudarse, pero a las
familias no se les dieron instrucciones sobre dónde ir en busca de
ayuda y nuevos hogares. En cambio, fueron "apilados" en
refugios deficientes similares a hospitales psiquiátricos,
maltratados y estigmatizados en sus comunidades; por eso [ella] se
volvió hacia la calle. Vivir en la calle cuando tenía ocho años
era un destino que no podía controlar. A la edad de ocho años, fue
violada en grupo por cuatro hombres, expuesta a la pedofilia, se
volvió adicta a las drogas y fue rechazada por su madre. Todo esto
debido a una educación que ella misma no eligió, por lo que fue
víctima de trata de personas durante más de diez años y se vio
obligada a prostituirse.”
* * *
Los
principales males socioeconómicos explotados por el comercio sexual
bajo el capitalismo –y especialmente por los compradores de sexo–
son la pobreza, el género, los abusos sexuales y la violencia física
en el pasado contra los niños, la juventud y la opresión
racial/étnica. Especialmente cuando estos factores coinciden y crean
varios trastornos dentro de un individuo, la probabilidad de que la
persona sea explotada y sometida a abusos en la prostitución aumenta
significativamente. Por ejemplo, la pobreza extrema puede ser una
fuerte fuerza impulsora en la vida de las personas, especialmente de
las mujeres jóvenes y las niñas, llevándolas a recurrir a la
prostitución. Sin embargo, el riesgo de terminar en la prostitución
es mucho menor si estas personas no se han acostumbrado previamente a
la prostitución a través de abusos sexuales previos a niños, lo
que les lleva a disociarse y aceptar una visión instrumental de sus
cuerpos como hechos para ser utilizados por otros, incluso cuando son
sometidos a abusos, humillaciones o violaciones.
Del
mismo modo, una persona que vive en la pobreza también tiene muchas
más probabilidades de pertenecer a una minoría desfavorecida,
además de ser una niña o una mujer adulta. En la prostitución, la
pobreza no ha sido a menudo la única circunstancia que ha obligado a
las personas a dedicarse al comercio sexual, aunque en algunos casos
puede serlo (y es más probable que ocurra durante desastres
naturales, guerras, persecuciones, hambrunas o genocidios). Pero no
todas las personas que carecen de medios –ni siquiera las mujeres
jóvenes– son vendidas o compradas para tener relaciones sexuales.
Sin embargo, sin pobreza sería mucho más fácil erradicar la
prostitución, ya que habría medios alternativos de supervivencia.
Pero
así es exactamente como funcionan los mecanismos del capitalismo: la
burguesía aprovecha las atrocidades cotidianas cometidas contra las
personas más vulnerables para mantener a la mayoría del
proletariado con miedo de verse sumido en la misma pobreza distópica
y total, donde serán sometidos a terribles abusos. Estas condiciones
serían reconocidas como "chocantes para la conciencia de la
humanidad", si existiera algo así como una conciencia dentro de
la burguesía.
4.
Consecuencias nocivas para la salud
Un
gran número de personas prostituidas contraen enfermedades en la
prostitución. Por ejemplo, en una muestra de 700 personas
prostituidas de siete países y una variedad de entornos interiores y
exteriores, el 24% informó síntomas como enfermedades de
transmisión sexual (ETS), incluidas sífilis y VIH, así como
infecciones uterinas, dolor de ovarios, problemas menstruales y
complicaciones del aborto. Además, el estigma dentro de los sistemas
legales de prostitución está generalizado, a pesar de su aparente
legalidad. Como informaron los señuelos policiales después de
participar en redadas de prostitución en la comunidad: "Lo peor
son los comentarios de la gente que vive en el barrio,... comentarios
muy malos hacia mí... me hiere los sentimientos". O como se
informó en Nevada en 2021, donde la prostitución todavía está
legalizada en algunos condados, una mujer prostituida en el burdel
Moonlite Bunny Ranch en Carson City admitió que "también puede
ser difícil encontrar un trabajo fuera de la estigmatizada industria
del sexo, ya que las verificaciones de antecedentes pueden revelar
las tarjetas de permiso de trabajo que las prostitutas deben tener en
los burdeles". En Nueva Zelanda, un informe del gobierno
escribió que "a pesar de la despenalización, el estigma social
que rodea a la industria del sexo persiste. Las trabajadoras sexuales
continúan siendo explotadas en los burdeles". La única
excepción parcial son los países con leyes de igualdad de género,
donde los sobrevivientes, como en Suecia, han informado que las leyes
los han empoderado al trasladar el estigma de las prostitutas a los
compradores.
En
la muestra antes mencionada de 100 mujeres prostituidas en Vancouver,
sus problemas de salud física eran asombrosos. Estos incluyeron
dolor muscular (78%), dolor en las articulaciones (60%), problemas de
memoria (66%), dificultad para respirar (60%), dolor de cabeza (56%),
dolor/entumecimiento en manos/pies (49%), problemas de visión (45%),
mareos (44%), dolor en el pecho (43%), problemas de equilibrio (41%),
problemas de audición (40%), dolor de mandíbula (38%), hinchazón
de las extremidades (33%), ritmo cardíaco irregular (33%) y asma
(32%). El 95% de las mujeres dijeron que querían dejar la
prostitución, mientras que sólo el 32% quería que se "legalizara".
El 67% pidió en cambio formación profesional, el 66% pidió "un
hogar o un lugar seguro" y el 49% pidió formación en defensa
personal, entre otras opciones reales.
Está
claro que estas mujeres no tienen alternativa a la prostitución,
dadas las atrocidades a las que son sometidas y el hecho de que
prácticamente todas quieren dejarla pero no pueden. Quizás lo más
obvio es que las prostitutas precisamente en el tipo de modelos
legales que los demandantes piden al tribunal que imponga en este
caso –como lugares en el Reino Unido donde es legal comprar sexo a
menos que involucre burdeles o terceros– a menudo tienen que
satisfacer sexualmente hasta treinta hombres por día.
Como
se mencionó al principio, un estudio informó que las prostitutas en
Londres, en la prostitución legal en apartamentos, tenían que
satisfacer sexualmente a unos diez compradores por día para alcanzar
el punto de equilibrio, con un número promedio de compradores por
semana de setenta y seis, muchos de los cuales conocían entre veinte
y treinta hombres por día, algunos hasta cincuenta. En otros
lugares, las prostitutas se han visto obligadas a atender a muchos
más clientes por día. Estas condiciones crean incentivos peligrosos
para las relaciones sexuales sin protección, ya que muchos clientes
pagan más dinero, lo que reduciría el número de actos sexuales
forzados que de otro modo se realizarían.
Como
informaron los autores del Estudio sobre la prostitución en
apartamentos de Londres: A diferencia de las mujeres que trabajan en
la calle, estas mujeres tienen muchos gastos. El mayor de ellos es el
alquiler diario que deben pagar al propietario: varía entre £120 y
£250. Además del alquiler básico, el propietario cobra cantidades
diarias variables para cubrir facturas como la electricidad y el
teléfono. Además, las mujeres pagan a la señora de la limpieza
[que se sienta en la recepción y que idealmente intervendría en
casos de abuso] un salario diario: entre 30 y 60 libras esterlinas. .
. . Algunos apartamentos se anuncian en cabinas telefónicas. En este
caso, a un "chico de tarjetas" se le paga un salario diario
de hasta 60 libras esterlinas por instalar tarjetas periódicamente
en las cabinas telefónicas locales. También está el coste de
imprimir las tarjetas…. Las mujeres pretenden atender a un cierto
número de clientes al día, normalmente 20. … "Tienes que
aceptar unos diez clientes antes de ganar lo suficiente para el
alquiler y la limpieza. Después de eso, es posible que no recibas
más, así que de todos modos no ganas dinero (entrevista en
profundidad)". … Hasta ahora, los datos de la encuesta
muestran que el número promedio de clientes que estas mujeres ven en
una semana es 76. Muchas mujeres ven entre 20 y 30 hombres por día,
y algunas mujeres ven hasta 50.
Estas
observaciones tienen serias implicaciones para el bienestar general y
las prácticas sexuales seguras de las personas prostituidas, ya que
la prostitución legal, como lo muestran otros estudios de burdeles
legales en países como Australia, Nueva Zelanda y Alemania, no puede
eliminar la demanda ni los incentivos económicos para aceptar sexo
inseguro u otros abusos. Muchos clientes pagan más si no se usa
condón. Por lo tanto, es de vital importancia considerar si tales
incentivos pueden alguna vez contrarrestarse cuando hay una cuota de
unos diez clientes antes de alcanzar el punto de equilibrio, como en
el caso de la prostitución en apartamentos en Londres bajo un marco
legal similar, como defienden los demandantes en este tribunal. Todas
las mujeres con las que [Dawn Whittaker] ha hablado afirman que
siempre usan condón durante todas las formas de sexo con
penetración, incluido el sexo oral. Sin embargo, cabe señalar que
todos afirmaron que a menudo los clientes les pedían que mantuvieran
relaciones sexuales sin protección, y que esto solía ir acompañado
de una oferta de más dinero. Todos tenían historias de mujeres que
"lo hacían sin", historias utilizadas para distanciarse de
tales actividades. . . .
Parece
surgir información bastante sugerente sobre los incentivos para el
sexo sin protección en el hecho de que "todos" en la
muestra de prostitutas en pisos de Londres mencionaron que eso les
había sucedido a otros. En este contexto, es importante considerar
que la investigadora Dawn Whittaker tenía un "doble rol"
que incluía también ser profesional de la salud, realizar visitas
sin cita previa a los apartamentos y otras labores similares. Los
encuestados fueron informados explícitamente sobre su papel, aunque
es posible que ya la hubieran conocido a ella o a sus asociados
antes. Por lo tanto, podrían percibir que la situación los
implicaba en su relación con las autoridades si le admitieran
explícitamente a ella que habían tenido relaciones sexuales sin
protección en los apartamentos.
Estos
estudios de Londres son, de hecho, encuestas burguesas mal realizadas
por funcionarios de salud crédulos. Estos profesionales están tan
alienados bajo el capitalismo que pierden su pensamiento crítico; en
cambio, simplemente informan de forma descriptiva lo que les dicen
sus fuentes sin mayor análisis. Estos profesionales regularmente
ignoran las normas que se supone deben seguirse en la academia
burguesa, donde se enseña a los estudiantes a no convertir la
declaración descriptiva de un informante en una conclusión
analítica. Este conocimiento a menudo se introduce en cursos de
primer año de sociología, psicología y trabajo social, entre otras
materias relacionadas. Del mismo modo, se les enseña que correlación
no es causalidad, pero esas normas académicas básicas a menudo son
ignoradas por la fuerza laboral alienada y desilusionada de la clase
media, que de hecho tiene más en común con el proletariado que con
los capitalistas. Desafortunadamente para el proletariado al que se
supone deben servir, la conciencia de clase de estos funcionarios
está latente. Sin embargo, podría resucitar, de acuerdo con los
objetivos del Presidente Mao durante la Revolución Cultural.
5.
Factores que impiden que las personas prostituidas abandonen la
prostitución
Las
investigaciones muestran que la mayoría de las personas prostituidas
quieren dejar la prostitución pero no pueden hacerlo, debido, entre
otras cosas, al estigma y a la falta de protección legal y de
servicios sociales. Como adultos, muchas personas prostituidas
afirman sentirse atrapadas en el comercio sexual, sin educación ni
formación profesional y sin opciones de supervivencia. El 89% de las
prostitutas, en el estudio de nueve países, informaron que su mayor
deseo era dejar la prostitución, pero que no sabían cómo. El 76%
afirmó que necesitaba formación profesional. Dada la falta de
alternativas y la presencia de fuerzas sociales coercitivas, las
personas que compran sexo a prostitutas se aprovechan del entorno
coercitivo y de la incapacidad de las víctimas de dar su verdadero
consentimiento.
Alrededor
de 2007, se informó que los refugios para mujeres en Nevada no
aceptaban mujeres con niños, mascotas, VIH, enfermedades
transmisibles o antecedentes penales, mujeres que no habían estado
libres de drogas durante un cierto período de tiempo o mujeres que
habían salido recientemente de prisión, creando efectivamente
barreras para que muchas mujeres prostituidas escaparan, ya que estas
situaciones afectan a muchas mujeres en la prostitución. Además,
podría requerir una enorme cantidad de documentación, el pago de
gastos personales necesarios y otras cosas que eran difíciles de
arreglar por adelantado para las personas que acababan de huir o
estaban a punto de huir de la prostitución, sólo para conseguir un
trabajo como ama de llaves en Las Vegas, Nevada, en un gran hotel y
casino, con un salario inicial de 9 dólares la hora.
En
los Países Bajos, el hecho de que la prostitución es legal a menudo
se ha invocado erróneamente para evitar condenas o sentencias por
trata, negando a las víctimas la protección de la ley. A veces los
jueces consideran que las mujeres que han ejercido anteriormente la
prostitución pueden tolerar el "riesgo de explotación".
Algunos jueces consideraron la prostitución "normal" para
menores y por ello los absolvieron.
En
Suecia, que en 2007 todavía luchaba contra los mitos globales sobre
la prostitución voluntaria, el Tribunal Administrativo de Estocolmo
permitió a las autoridades fiscales gravar a una mujer que había
abandonado la prostitución sobre la base de las estimaciones de las
autoridades fiscales sobre sus ingresos no declarados previamente.
Como señaló la denunciante, la lógica de esta decisión va en
contra del modelo sueco de igualdad de género, que no criminaliza a
las personas prostituidas precisamente para ayudarlas a abandonar la
prostitución, sino que sólo criminaliza a los proxenetas y a los
compradores: "Las personas prostituidas se ven obligadas a
continuar para poder pagar impuestos", afirmó.
Es
extremadamente importante para las mujeres que abandonan la
prostitución que se les ofrezcan servicios sociales especializados
para salir de la prostitución. Esto sólo se ofrece en algunas
ciudades de Suecia. En 2012, se informó sobre un ensayo clínico de
su programa, que se había realizado con 34 clientes, 26 de los
cuales participaron en seguimientos un año después. Los
investigadores determinaron que el 80% había abandonado la
prostitución por completo, mientras que el resto reportó
prostitución menos frecuente y deseo de abandonarla. La mayoría
también informó una mejor autoestima y una mejor calidad de vida.
Un grupo de control estaba formado por 11 niñas y mujeres de entre
15 y 25 años que se prostituían en línea pero que no fueron
reclutadas a través de los programas de tratamiento.
Todas
estas personas describieron sentirse apuradas, incomprendidas y sin
oportunidades de sentirse lo suficientemente seguras como para
revelar su prostitución a los servicios sociales, psiquiátricos y
otros profesionales pertinentes. Sus historias son consistentes con
los deseos de otras personas prostituidas de tener un mejor acceso a
unidades especializadas donde el personal tiene más conocimientos
que el personal de servicios sociales generales.
6.
El modelo de igualdad
Hasta
ahora, el modelo de igualdad ha sido adoptado en siete países y dos
provincias/estados. Fue adoptado por primera vez en 1999 en Suecia y
luego se extendió a naciones grandes como Francia y Canadá. Hay un
movimiento en África que está tratando de lograr que los Estados
burocráticos africanos adopten esto. Sus defensores en África lo
llaman Modelo de Igualdad Sankara (en honor a Thomas Sankara).
Una
resolución reciente del Parlamento Europeo (el único organismo
público paneuropeo elegido como
parlamentarismo
burgués) estuvo cerca de respaldar plenamente el modelo de igualdad
de género el 14 de septiembre de 2023, como había propuesto la
mayoría de su Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de
Género. La resolución afirmaba que "sólo si la demanda
disminuye puede reducirse el mercado de la prostitución y, por
tanto, el número de personas explotadas en él".
Además,
el Parlamento subrayó "que la trata de personas con fines de
explotación sexual, incluido el abuso sexual de niños, está
aumentando debido a la gran demanda", al tiempo que señaló
"que esto es particularmente evidente en países con un modelo
regulatorio liberal, mientras que los Estados miembros como Francia y
otros países que siguen estrategias como el modelo nórdico/Igualdad
ya no son mercados importantes para la trata de personas con este
fin". "Debido a las medidas tomadas en estos países para
reducir la demanda", señaló además el parlamento, "la
trata con fines de explotación sexual todavía ocurre, pero está
disminuyendo".
El
Parlamento señaló que el modelo de igualdad de género redujo la
"demanda de personas en prostitución" y redujo el "número
de personas en prostitución", al tiempo que condenó "la
realidad de la coerción, la manipulación, la violencia y la
explotación en la prostitución" y su "vínculo con la
violencia estructural a la que las mujeres están
desproporcionadamente expuestas y que a menudo crea situaciones de
vida precarias que llevan a mujeres y niñas a la prostitución".
El Parlamento también reconoció que "los derechos humanos de
las mujeres y las niñas son inalienables, pero son violados
sistemáticamente en el mercado de la prostitución debido a sus
condiciones de explotación".
Además, el 25 de julio de
2024, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) rechazó una
solicitud francesa para invalidar la versión francesa del Modelo de
Igualdad Sankara, donde los solicitantes buscaban demostrar que la
ley violaba el derecho al respeto a la vida privada. Los críticos
del modelo igualitario –ya sea que pertenezcan a la "izquierda
brillante" de orientación anarquista en los países
imperialistas, a la elite académica posmoderna, a activistas e
intelectuales confundidos en países oprimidos, o a reaccionarios
fascistas y economistas liberales- a veces asumen que la prostitución
es inmutable debido a su percibida ubicuidad en la historia. Sin
embargo, esta suposición es ahistórica.
Friedrich Engels ya explicó
cómo surgió el patriarcado con el surgimiento de la propiedad
privada y escribió cómo la "prostitución de mujeres libres",
a diferencia de la "entrega forzada de esclavas", se vio
acelerada por la propiedad privada, el aumento de la desigualdad y la
polarización económica. De manera similar, Gerda Lerner señaló en
El origen de la prostitución en la antigua Mesopotamia que la
prostitución comercial probablemente se aceleró por "la
esclavización de las mujeres y la consolidación y formación de
clases", que "algunos señores establecieron burdeles
comerciales" y que a mediados del segundo milenio a.C. fue
significativo entre las "hijas de los pobres".
Incluso
los historiadores convencionales (
académicos burgueses, nota de traducción) han
llegado a la conclusión de que "la venta de servicios sexuales
no es una característica esencial de todas las sociedades en todas
las épocas históricas". Afirmar que la prostitución es una
característica inevitable de todas las sociedades presentes y
futuras es sacar una conclusión imperdonable, que sólo sirve para
oprimir al proletariado y especialmente a sus mujeres -en los países
oprimidos-.
Contrariamente
a la percepción empobrecida de la realidad de anarquistas,
fascistas, posmodernistas, libertarios y otros críticos, el modelo
igualitario ofrece a las prostitutas dentro del proletariado la
opción de abandonar la industria y, por lo tanto, debería ser un
requisito diario bajo el capitalismo.
Un
desarrollo del modelo (de
su reconocimiento formal a su concretización en la realidad, nota
de traducción), si se
implementara plenamente bajo el socialismo, sería la primera ley que
potencialmente podría levantar el yugo de la prostitución impuesto
a los miembros del proletariado –una visión del futuro que está
completamente ausente entre los filántropos burgueses y los
socialdemócratas oportunistas que apoyan la prostitución legal como
una estrategia equivocada para ayudar a las personas atrapadas en la
prostitución.
7.
La prostitución aumenta sistemáticamente con la prostitución legal
Empíricamente,
la prostitución aumenta exponencialmente en entornos legalizados en
comparación con aquellos que han adoptado el modelo igualitario. En
1999, Suecia adoptó la primera ley modelo contra la compra de sexo,
mientras que la compra y venta de sexo seguía despenalizada. Después
de eso, la prostitución tanto en la calle como en el interior
disminuyó, tal vez hasta cinco veces en menos de diez años,
mientras que la prostitución aumentó exponencialmente en otras
partes de Escandinavia.
En
1993, se estimaba que había entre 2.500 y 3.000 mujeres prostituidas
en Suecia, de las cuales 650 estaban en la calle. En 1998, un año
antes de que la nueva ley entrara en vigor, aproximadamente 726
mujeres estaban involucradas en la prostitución callejera. En 2007,
el número se había reducido a alrededor de 300, mientras que 300
mujeres y 50 hombres hacían publicidad en Internet. Dado que se ha
utilizado el mismo método de cálculo, cualquier subestimación
también será similar con el tiempo. Es importante tomar estas
cifras con cautela, ya que son difíciles de confirmar y son
producidas por funcionarios alienados. Probablemente las cifras sean
mucho más altas. Dicho esto, estos números sirven para mostrar la
dirección de la tendencia.
Estudios similares sobre la
prostitución en Dinamarca, donde la compra de sexo es legal mientras
que los burdeles están prohibidos, estimaron un aumento de 3.886
mujeres prostituidas en 2002 a 5.567 cinco años después, en 2007,
de las cuales 1.415 eran prostitutas callejeras. Teniendo en cuenta
la población del país respectivo, el alcance de la prostitución
femenina en Dinamarca era casi dieciséis veces mayor per cápita que
en Suecia. Cuando comprar sexo era legal en Noruega, estimaciones
comparables mostraron que la prostitución aumentó después de 2000
(especialmente entre las prostitutas callejeras extranjeras), de modo
que en 2007 había 2.654 mujeres prostituidas, de las cuales 1.157
trabajaban en las calles. La proporción de mujeres prostituidas en
Noruega era, por tanto, casi nueve veces mayor per cápita que en
Suecia. Además, la prostitución callejera en Suecia había
disminuido a 200-250 mujeres en 2014, sin que hubiera signos de un
aumento correspondiente en la prostitución en espacios cerrados.
Un
estudio exhaustivo realizado en 2014 en ocho países europeos, donde
solo Suecia y Noruega habían adoptado el modelo de igualdad de
género, sugiere que la criminalización de los compradores de sexo
redujo en gran medida la compra de sexo, lo que es consistente con el
patrón descrito anteriormente. En comparación con Suecia, todos los
países incluidos en el estudio mostraron una proporción
estadísticamente significativa y significativamente mayor de hombres
que afirmaron haber comprado sexo en los últimos seis meses, con la
excepción de Noruega. En todos los países, el número de
compradores per cápita fue varias veces mayor que en Suecia:
(1)
En Alemania, con la legalización total, el número de compradores
per cápita era aproximadamente 14 veces mayor que en Suecia.
(2)
En Dinamarca, con el modelo de despenalización propuesto por el
demandante, el número de compradores per cápita era aproximadamente
diez veces mayor que en Suecia.
(3)
En España también había diez veces más compradores per cápita
que en Suecia.
(4)
En Gran Bretaña también había aproximadamente ocho veces más
compradores per cápita que en Suecia.
(5)
En Francia, que en el momento de la encuesta aún no había adoptado
su modelo de igualdad de género, había aproximadamente seis veces
más compradores per cápita que en Suecia.
Además,
una pregunta a los hombres encuestados sobre si "conocían a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
mostró que la proporción era mucho mayor en países donde la
prostitución es legal, como Alemania (16,6%) y los Países Bajos
(12%), así como en países con el mismo modelo legal que los
solicitantes perseguían en ese momento, como España (28,4%),
Francia (14,7%), Dinamarca (12,1%) y el Reino Unido (8,7%) - que en
el primer país. que adoptó el modelo de igualdad de género: Suecia
(2,9%).
Aunque
las cifras que estiman el número de prostitutas son necesariamente
imprecisas, las enormes diferencias entre Escandinavia y Europa
indican el impacto significativo que tiene un modelo de igualdad de
género incluso dentro de una sociedad burguesa.
Dada
la necesidad de ser visible para atraer a potenciales compradores de
sexo, es poco probable que algún grado mensurable de prostitución
pase desapercibido. Así, un informe de 2008 de la Junta Nacional de
Salud y Bienestar de Suecia concluyó que los compradores de sexo en
Suecia pedían regularmente "noticias" y citaba a
informantes que enfatizaban que las mujeres que eran nuevas en el
mercado eran "más deseables" y que "las nuevas
fotografías y anuncios despiertan el mayor interés en la web".
Esta dinámica hace que sea aún más importante que las prostitutas
sean muy visibles para atraer nuevos compradores de sexo. Por lo
tanto, cualquier “prostitución desconocida” –un concepto
aparentemente contradictorio– no afectaría significativamente las
diferencias nacionales relativas. La necesidad de visibilidad ante
los compradores potenciales desalienta cualquier "prostitución
oculta" significativa, especialmente en la calle.
Ninguna información,
evidencia empírica u otros datos muestran que haya habido un
movimiento más decisivo de la calle a Internet o diferentes
variedades de prostitución en espacios cerrados y supuesta
prostitución "oculta" en Suecia que el observado en otros
países.
Casi
al mismo tiempo que Suecia cumplía sus primeros diez años con el
modelo de igualdad de género, en 2002 Alemania legalizó la
prostitución, también para personas extranjeras, lo que provocó
que el mercado del sexo aumentara de tres a cuatro veces. Un informe
de 2016 encargado por la Comisión Europea, basado en un análisis
resumido de varias fuentes, estimó la proporción de prostitutas por
cada 100.000 habitantes entre 185 y 493 en Alemania, 53 y 118 en los
Países Bajos, en comparación con 7 y 15 en Suecia.
En
comparación con Suecia, Alemania tenía aproximadamente 30 veces más
personas que se prostituían; Los Países Bajos, que legalizaron la
prostitución en octubre de 2000 pero prohibieron la intermediación
por parte de extranjeros, tenían ocho veces más prostitutas per
cápita que Suecia. De manera similar, el Comité de Ley de
Prostitución de Nueva Zelanda estimó en 2008 que 2.332 personas
ejercían la prostitución en 2007 bajo legalización (no se permiten
extranjeros). Esta cifra significa aproximadamente ocho veces más
per cápita que las aproximadamente 600 mujeres prostituidas en
Suecia, que se estimó coincidentemente en la misma época.
Sin
embargo, un estudio basado en datos del censo de Nueva Zelanda reveló
manipulación de datos y encontró que 4.272 personas se dedicaban a
la prostitución en 2001, antes de la despenalización. Entre cinco y
siete meses después de la despenalización en 2003, esta cifra había
aumentado un 38,9%, hasta 5.932. Per cápita, esta cifra significaba
que Nueva Zelanda tenía aproximadamente veintitrés veces más
personas prostituidas en 2003 que las aproximadamente 600 mujeres de
Suecia en 2007; o, argumentó, veintiuna veces más personas
prostituidas si se incluye también a los hombres prostituidos en
Suecia.
Varias
fuentes de aplicación de la ley y trabajo social también confirman
una fuerte disminución del tráfico sexual internacional en la
prostitución sueca inmediatamente después de 1999. Por ejemplo,
debido al miedo de los compradores y de terceros a ser descubiertos,
la prostitución en locales cerrados tenía que realizarse en
secreto, lo que resultaba complicado y costoso para los traficantes.
En lugar de que los compradores simplemente hicieran cola en un
burdel o en la calle, las mujeres prostituidas en Suecia a menudo
tenían que ser escoltadas hasta los compradores individuales, lo que
reducía el número de transacciones y, por tanto, las ganancias de
terceros. Quienes organizaban la prostitución debían evitar
permanecer demasiado tiempo en un mismo lugar, lo que creaba una
necesidad costosa y complicada de "múltiples locales". En
consecuencia, consideraban que el mercado sueco era menos rentable.
Si bien las redadas policiales europeas a menudo condujeron al
arresto de entre 20 y 60 mujeres prostituidas en relación con el
proxenetismo criminal, las redadas en Suecia generalmente
involucraron burdeles clandestinos relativamente pequeños donde las
autoridades rara vez encontraron más de 2 a 4 mujeres prostituidas
en el lugar.
8.
El modelo de igualdad se fortalece mientras la legalización de los
compradores debilita a las mujeres
La
situación en Alemania empeoró después de la legalización, ya que
los ingresos de las prostitutas cayeron dramáticamente, lo que
significa que sus cuotas diarias de compradores de servicios, que son
conocidos por ser más brutales que otros hombres, tuvieron que
aumentar para que las prostitutas pudieran sobrevivir
financieramente. La afluencia de prostitutas, principalmente mujeres
y niñas, de otros países, especialmente de Europa del Este (la
legalización actuó como un imán para los traficantes) contribuyó
a una mayor competencia y a una reducción de los ingresos. La
demanda de sexo más dañino se intensificó, lo que llevó a precios
fijos en los burdeles que ofrecían tiempo ilimitado para la
explotación sexual, en algunos casos para todo tipo de sexo,
especialmente sexo anal, sexo sin protección y los llamados
gangbangs.
Se
han informado acontecimientos similares en Nueva Zelanda. Una
encuesta del gobierno encontró que en los últimos doce meses, el
35,3% de los encuestados dijeron que habían aceptado un cliente que
no querían y el 10,5% habían sido penalizados por rechazar a un
cliente. Como describió la situación el propietario de un burdel:
"¿Cómo pueden negarse? A las chicas les pagan por hacerlo".
En junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel,
concluyó que veinte años de prostitución legalizada habían sido
"un error fatal, como lo demuestra la brutal realidad en las
calles y en los burdeles".
Es
espantoso, pero no inesperado, que en Alemania se hayan reportado al
menos 85 asesinatos consumados y 49 intentos de asesinatos de
personas prostituidas, la mayoría de ellas mujeres, cometidos por
compradores u otras personas en el entorno de la prostitución, desde
la legalización hasta abril de 2023. Un estudio de caso de tales
asesinatos, que incluye comentarios de compradores en línea en
varios foros que discuten sobre ellos, muestra cómo los compradores
"explotan a las mujeres más vulnerables" mientras que "los
derechos, la satisfacción egoísta de los deseos sexuales y la
transgresión sistemática de límites se puede ver en sus
comentarios y acciones”. Estos casos "también muestran cómo
la prostitución legal y los burdeles oficiales, con todos sus
intentos de reducir el daño, no logran proteger a las mujeres en la
prostitución del daño físico y psicológico".
También se han denunciado
varios asesinatos en el contexto de la prostitución en Nueva Zelanda
desde la despenalización. De manera similar, el mayor daño
resultante de esta despenalización legal en Canadá, en respuesta a
que la Corte Suprema en 2013 declarara inconstitucionales la mayoría
de las leyes anteriores sobre prostitución que prohibían la
propiedad de burdeles y el proxenetismo, llevó al Parlamento
canadiense a aprobar una Ley Modelo de Igualdad de Género en 2014,
al tiempo que expresaba “seria preocupación por la explotación
asociada con la prostitución y el potencial de violencia contra
quienes la practican”. Las repetidas impugnaciones constitucionales
de la nueva ley no han logrado demostrar que el Parlamento haya
juzgado mal los daños de la prostitución o que la nueva ley haya
provocado mayores daños. Por el contrario, un caso mostró que hubo
54 asesinatos de prostitutas cinco años antes de la nueva ley, de
los cuales 20 eran indígenas, y 35 asesinatos de prostitutas cinco
años después de que la ley entrara en vigor, de los cuales siete
eran indígenas; durante este último período, el número de
“asesinatos” en Canadá aumentó de 2.745 a 3.229, mientras que
“el número de lesiones reportadas por trabajadoras sexuales
también disminuyó en el período de cinco años posterior a la
promulgación de la PCEPA”. [Ley de Protección a Comunidades y
Personas Explotadas]”.
Aunque
las mujeres habían sido víctimas de intentos de asesinato y
asesinatos consumados en la prostitución en Suecia antes de la ley
de 1999 sobre la compra de servicios sexuales, desde entonces ninguna
persona ha sido asesinada en la prostitución sueca o cerca de ella.
Las personas que se prostituyen describen a los compradores como más
cautelosos ahora que se les puede responsabilizar por intentar
comprar sexo, mientras que la persona que se prostituye no está
cometiendo un delito, una situación que, según los encuestados, les
da una ventaja de negociación que fortalece su control, seguridad e
integridad personal.
Los
países con la prostitución legalizada o completamente
despenalizada, como Alemania y Nueva Zelanda, también ofrecen
ingresos significativamente más bajos a las prostitutas en
comparación con países como Suecia, que siguen el modelo de
igualdad de género. Los compradores suecos incluso pagan dos o tres
veces más de lo que pagan los compradores por la prostitución
legalizada en Europa, donde los burdeles o los proxenetas legales
también deducen cantidades significativas de los ingresos de la
persona prostituida. Por lo tanto, una tarifa horaria estándar y
típica en Suecia a principios de la década de 2010 era de 300 euros
al tipo de cambio actual. Compárese ese total con lo que el Centro
Holandés de Investigación y Documentación informó al mismo
tiempo, a saber, que tres cuartas partes de las mujeres que se
prostituían en escaparates en Amsterdam –que se prostituían un
promedio de 43 horas por semana– tenían un ingreso neto de menos
de 500 euros por semana
Por
lo tanto, una mujer que se prostituye en Suecia durante dos horas
generalmente puede ganar tanto o más que una mujer que se prostituye
legalmente durante cuarenta horas en Amsterdam. La legalización no
otorga a las prostitutas tal "empoderamiento". A veces
tales ventajas pueden reducir el delito de prostitución contra
ellas, aunque si continúan prostituyéndose estarán expuestas a la
mayoría de sus violaciones inherentes.
9.
El modelo de igualdad reduce el comercio sexual
Al
legalizar la compra de sexo, la demanda del comercio sexual aumenta
enormemente en comparación con la situación bajo un modelo
igualitario, ya que casi no existen otros métodos para aumentar la
oferta en la prostitución que la trata de personas, incluso si los
peticionarios no piden la despenalización total de la prostitución,
como en Nueva Zelanda. Para explicar el razonamiento, primero se
requiere cierta información general sobre la legislación
internacional sobre trata de personas. En promedio, se estima que el
84% de las mujeres prostituidas en todo el mundo están controladas
por un tercero que gana dinero con ellas, las vende o alquila a otros
y se lleva una parte de las ganancias de su explotación sexual.
El
Protocolo de Palermo universalmente ratificado, con 182 partes
adherentes, proporciona una definición internacional acordada y
jurídicamente vinculante de trata de personas, que también
proporciona el punto de referencia para los instrumentos regionales
contra la trata. La definición de trata de personas del Protocolo de
Palermo incluye, entre otras cosas, "abuso de poder o posición
vulnerable... con el fin de explotar" la prostitución de otra
persona por parte de un tercero.
En
los travaux préparatoires (es decir, instrucciones de
interpretación) del protocolo, una posición vulnerable se define
como "cualquier situación en la que la persona interesada no
tiene otra alternativa real y aceptable que someterse al abuso en
cuestión". El consentimiento se declara irrelevante en todas
esas situaciones, y cuando se explota a niños, incluso si no hay
coerción, extorsión, fraude u otros abusos. En otras palabras, la
participación de terceros significa trata de personas cuando se
abusa del poder o la vulnerabilidad para la explotación sexual.
La
Ley de Prevención y Lucha contra la Trata de Personas de Sudáfrica
de 2013 tiene una definición de trata aún más clara que el
Protocolo de Palermo, y cubre una gama más amplia de actos,
específicamente "la explotación de la vulnerabilidad... que
lleva a una persona a creer que no tiene otra alternativa razonable
que someterse a la explotación", que incluye, entre otros,
"aprovechar la vulnerabilidad en la que se encuentra la persona
como resultado de... (f) circunstancias sociales; o (g)
circunstancias económicas".
Dada
la evidencia empírica presentada anteriormente que muestra que una
abrumadora mayoría de las personas prostituidas son explotadas o
controladas por otros terceros, viven en extrema pobreza, son
sometidas a una terrible violencia de género por parte de los
compradores, sufren de trastorno de estrés postraumático y otros
trastornos mentales en la misma medida que las víctimas de tortura,
son víctimas de violencia masculina en refugios para mujeres, buscan
tratamiento como los soldados estadounidenses que lucharon en
Vietnam, y al menos la mitad de ellas comienzan a prostituirse ya en
la infancia, y que probablemente nueve de cada diez quieren escapar
pero no pueden, la prostitución significa trata de seres humanos
cuando se demuestran tales hechos, como ocurre en la mayoría de los
casos.
Como
razonó el relator especial de la ONU sobre la trata de personas en
2006: En la mayoría de los casos, la prostitución tal como se
practica en el mundo suele cumplir los criterios de trata de
personas. Es raro encontrar un caso en el que el camino hacia la
prostitución y/o las experiencias de una persona en la prostitución
no impliquen al menos abuso de poder y/o explotación de la
vulnerabilidad. En este contexto, el poder y la vulnerabilidad deben
entenderse como diferencias de poder basadas en el género, la raza,
la etnia y la pobreza. En pocas palabras, el camino hacia la
prostitución y la vida en la "industria" rara vez se
caracteriza por el empoderamiento o por alternativas adecuadas.
Legalizar
la prostitución, sabiendo que en la mayoría de las situaciones
existe control sobre terceros, legaliza efectivamente el tráfico
sexual, al igual que despenalizar completamente a todos los actores
de la prostitución, incluso cuando el tráfico sexual todavía se
considera un delito. Un juez de Canadá, Robert F. Goldstein, del
Tribunal Superior de Justicia de Ontario, comentó sobre un desafío
al modelo de igualdad de Canadá: "Creo que el intento de los
solicitantes de separar el trabajo sexual y la trata de personas es
artificial y poco realista, dada la fuerte evidencia que respalda la
opinión del Parlamento de que a menudo van de la mano".
Como
se mencionó, los países escandinavos Dinamarca y Noruega, que en
2007 permitían la compra de sexo pero no la propiedad de burdeles,
tenían dieciséis y nueve veces más personas en prostitución per
cápita que Suecia, respectivamente. De manera similar, en Dinamarca,
España y el Reino Unido –jurisdicciones con modelos legales
similares a Dinamarca– la proporción de hombres que informaron
haber comprado sexo en los últimos seis meses fue de ocho a diez
veces mayor que en Suecia. Además, los hombres encuestados en estos
países tenían varias veces más probabilidades de "conocer a
alguien" que había pagado por sexo en los últimos seis meses
que los hombres en Suecia. Sin lugar a dudas razonables, estos países
que permiten la compra de sexo tendrán un mercado de prostitución
significativamente mayor y multiplicado, donde el comercio sexual
también se multiplicará, que el que tendrían bajo el modelo de
igualdad.
Además,
la aceptación de la prostitución como fenómeno por parte de la
población parece aumentar cuando es legal, lo que sugiere que cuanto
más se legalice la prostitución, más difícil será combatir el
tráfico sexual, que es lo que buscan los demandantes en este
tribunal. Así, una investigación europea realizada en ocho países
en 2014 mostró una relación significativa y fuerte entre las
actitudes hacia la prostitución y los marcos legales existentes. Por
ejemplo, en países donde se permitían grandes industrias de
burdeles legales, como Alemania y los Países Bajos, sólo el 16% y
el 19%, respectivamente, estaban a favor de criminalizar a los
compradores. En países donde ni los burdeles ni la compra de sexo
eran legales y donde no se imponían sanciones a las prostitutas,
como Noruega y Suecia, el 53% y el 63% respectivamente estaban a
favor de criminalizar a los compradores.
En
los cuatro países restantes donde se permitía la compra de
servicios sexuales en locales más pequeños, lo que es más similar
al modelo buscado por los solicitantes, el apoyo a la criminalización
de los compradores se encontraba en algún punto intermedio: 24% en
Dinamarca, 25% en España, 28% en Francia y 34% en el Reino Unido.
En
otras palabras, la prostitución legal dentro de la población
general parece crear una tolerancia explícita hacia la prostitución,
que empíricamente se traduce en una tolerancia implícita hacia sus
numerosos abusos, como la explotación sexual, la trata de personas
con fines sexuales y la violación. Esta conclusión se ve respaldada
por el hecho de que los países que afirman criminalizar el tráfico
sexual mientras despenalizan o legalizan otros aspectos de la
prostitución todavía tienen una gran zona gris donde el tráfico
ocurre esencialmente fuera del radar de la ley. Por ejemplo, mientras
que los Países Bajos diferencian entre la prostitución de
inmigrantes y la prostitución nacional al tipificar como delito la
intermediación de personas de otro país para la prostitución,
independientemente de si el intermediario las trata, el tráfico
sexual todavía ocurre "a menudo" en la prostitución
autorizada y no autorizada en los Países Bajos. En consecuencia, los
criminólogos holandeses descubrieron en 2014 que la trata de
personas "todavía prospera detrás de la fachada legal" de
la prostitución regulada.
De
manera similar, el Departamento de Estado de Estados Unidos, que se
nombró a sí mismo el "policía" imperial del cumplimiento
de los derechos humanos civiles por excelencia en otros países,
concluyó que el sistema de prostitución despenalizado de Nueva
Zelanda no logró prevenir, procesar y proteger a quienes fueron
objeto de trata. Ya en 2010, Nueva Zelanda fue mencionada como "un
país de origen de niñas menores de edad que son objeto de trata de
personas, especialmente de prostitución forzada". Sin embargo,
en 2022 se descubrió que los traficantes en Nueva Zelanda seguían
apuntando a grupos vulnerables, como niños, inmigrantes y adultos
víctimas de violencia doméstica y familiar, para explotarlos en el
comercio sexual.
Dada
la abrumadora evidencia de cómo las leyes afectan la prostitución
en la práctica, criminalizar a los compradores y despenalizar a las
prostitutas tiene un propósito importante para disuadir la violencia
de género y el tráfico sexual.
10.
La prostitución es violencia de género, no trabajo
Dadas
las tendencias agresivas de los compradores, la despenalización
significa efectivamente que los perpetradores de violencia de género
quedan impunes por muchos de los abusos cometidos en la prostitución.
Una gran cantidad de evidencia, gran parte de ella publicada por
estados que la han legalizado y despenalizado, sugiere que las leyes
que permiten a los hombres comprar personas para tener relaciones
sexuales no mejoran la situación de las personas prostituidas. En
cambio, perpetúan y aumentan los daños conocidos de la
prostitución, particularmente al aumentar la demanda de sexo
remunerado, atraer a personas más vulnerables a la industria del
sexo y proporcionar un poderoso incentivo económico para el tráfico
sexual.
En
contraste, el modelo igualitario, en el marco del Estado burgués,
promueve el bienestar y la igualdad de los desafortunados miembros
del proletariado que se ahogan en la colonización patriarcal de sus
cuerpos, elevando el estatus de las prostitutas, principalmente
mujeres y niñas, mujeres y/o personas feminizadas, incluidas las
mujeres trans, así como los niños, algunos hombres y otras personas
trans, y rebajando el estatus de sus perpetradores, que son
predominantemente hombres (así asignados al nacer y que permanecen
así identificados). A la luz de lo que sabemos ahora sobre la
prostitución, no puede equipararse a un trabajo remunerado para
mujeres cuyas circunstancias no les dejan otra opción, como hacen
repetidamente los demandantes. Las personas que limpian baños
públicos, casas privadas, venden frutas o lavan parabrisas en las
calles no desarrollan niveles similares de PTSD debido a tales
actividades, ni síntomas disociativos o consecuencias para la salud
similares a los de los sobrevivientes de la guerra, incluidas
lesiones cerebrales traumáticas, problemas de memoria, dificultad
para respirar, dolor/entumecimiento en manos/pies, problemas de
visión, dolor en el pecho, problemas de equilibrio, problemas de
audición, dolor de mandíbula, hinchazón de las extremidades, ritmo
cardíaco irregular y asma.
Las
personas que "trabajan" tampoco suelen ser sometidas
diariamente a violaciones, agresiones sexuales, humillaciones y
abusos sexuales, ni contraen VIH ni otras infecciones de transmisión
sexual potencialmente mortales como resultado de la exposición en el
trabajo. Podría decirse que la prostitución no es trabajo: es una
forma de violencia de género. Cuando se despenaliza en todos los
ámbitos, incluidos terceros como propietarios de burdeles, gerentes
y proxenetas, se podría decir que quienes toman las decisiones están
cometiendo un crimen contra la humanidad y contra la población que
será objeto de explotación en la prostitución de forma
generalizada o sistemática como resultado de estas decisiones,
especialmente aquellas que son objeto de trata y forzadas a
prostituirse a gran escala.
11.
Violación del derecho burgués: la legalización y la
despenalización son crímenes contra la humanidad
Incluso
entre los investigadores burgueses, la gente está empezando a darse
cuenta de lo terrible que es realmente la prostitución legal. Dos de
los críticos más destacados de la prostitución legal, en un
artículo reciente en la revista más prestigiosa de derecho
internacional, llegaron incluso a acusar a estados imperialistas como
Alemania, Nueva Zelanda, Países Bajos, provincias dentro de dichos
estados (por ejemplo, Nevada, EE.UU. y Victoria, Australia) – y
naciones oprimidas como India y Tailandia – de institucionalizar
crímenes contra la humanidad que "conmocionan la conciencia de
la humanidad".
Esta
espectacular teoría, a pesar de haber sido propuesta por académicos
que trabajan dentro del marco de las instituciones burguesas, es
notable porque los comunistas pueden adoptarla con fines
propagandísticos. "Miren", diríamos, "los propios
juristas de los imperialistas admiten que no pueden seguir sus
propias leyes; las violan constantemente con impunidad,
irresponsabilidad y desprecio descarado".
Es
revelador que los diplomáticos que se supone deben defender los
altos estándares de derechos humanos de los imperialistas hayan sido
sorprendidos por comprar sexo en sus reuniones en Nueva York. Como lo
expresó un oficial de policía: "La hora del almuerzo es el
mejor momento para la prostitución. Muchos de los hombres que
arrestamos están casados, por lo que necesitan una excusa para
dársela a sus familias. Es un poco más fácil a la hora del
almuerzo y cuando están en el trabajo escabullirse por un rato".
Un
periódico indio informó desde las reuniones de la ONU en la ciudad
de Nueva York que "escoltas costosos están acudiendo a la
ciudad desde lugares tan lejanos como Las Vegas y Europa para
satisfacer la creciente demanda durante las reuniones diplomáticas.
Las fuentes sugieren que los diplomáticos se entregan a tales
actividades. Muchos eligen visitar hoteles en lugar de clubes de
striptease o lugares públicos para evitar llamar la atención".
Un activista conservador estadounidense de derechos sociales, un
obvio oxímoron, escribió en 2023 que… Anchorage no es una ciudad
pobre y Alaska no es un estado pobre. La Tercera Avenida es el horror
del tercer mundo en una sociedad con recursos del primer mundo. …
La prostitución obviamente existe. Las condiciones sanitarias son
pésimas. . . . Toleramos el uso abierto de drogas y la prostitución
en público. Permitimos que los perpetradores actúen abiertamente y
así mostramos nuestra indiferencia hacia las víctimas.
De
manera similar, un periodista europeo describió un documental
transmitido por la televisión pública alemana en el que uno de los
propietarios de la cadena de burdeles Paradise admitía que era
plenamente consciente del impacto de la prostitución legal en el
proletariado: ¿Estaría feliz si alguna de sus dos hijas trabajara
en Paradise?, pregunta el entrevistador. La cara de Rudloff se pone
roja. "Impensable, impensable", dice. "El tema es
brutal. No quiero ofender a las prostitutas, pero estoy tratando de
criar a mis hijos para que tengan oportunidades profesionales. La
mayoría de las prostitutas no tienen esas oportunidades. Por eso
hacen ese trabajo". Hace una pausa y mira hacia otro lado.
"Impensable", repite. "No quiero ni pensar en eso"
El
viejo nexo de guerra no se aplica a los crímenes contra la
humanidad; para ello, los imperialistas han inventado los conceptos
de "crímenes de guerra" y "crímenes de agresión",
lo que significa que los crímenes contra la humanidad "no
tienen por qué constituir un ataque militar", como se define en
el Estatuto de la CPI y confirmado repetidamente por sus salas
judiciales, así como en tribunales ad hoc anteriores en Ruanda y ex.
Yugoslavia. El primer intento exhaustivo de los dos académicos
burgueses de examinar cómo el concepto de crímenes contra la
humanidad, que es aplicable tanto en tiempos de paz como en
situaciones de conflicto reconocidas, puede aplicarse legalmente a un
espectro más amplio de prostitución, limitándolo al derecho
burgués, es sin embargo instructivo sobre cómo los marxistas
deberían abordar el tema.
Examina
cómo la prostitución es un ataque "generalizado" y
"sistemático" contra la población civil que no sólo es
llevado a cabo por fuerzas sociales sino también explotado por
actores y leyes que, si bien son diferentes de los casos más
explícitamente brutales que han cubierto aplicaciones legales
anteriores, siguen estando organizados e implican violencia y
coerción significativas. Según ellos, estudios de caso cuidadosos
centrados en la Corte Penal Internacional (CPI) respaldan la teoría
de que la prostitución legal debería reconocerse como un crimen
contra la humanidad.
Según
el Estatuto de Roma de 1998 – actualmente la más exigente de las
definiciones aplicadas internacionalmente – un crimen contra la
humanidad requiere que actos específicos bajo el Artículo
7(1)(a)-(k) sean “cometidos como parte de un ataque generalizado o
sistemático dirigido contra la población civil, con conocimiento
del ataque”. Pueden tenerse en cuenta la prostitución forzada, la
esclavitud sexual, la esclavitud, la violación, la tortura y otras
formas de violencia sexual de gravedad comparable (7(1)(c)(f)(g)(k)).
Triangularon fuentes empíricas utilizando múltiples métodos de
encuesta y descubrieron que la prostitución suele coincidir con el
delito de prostitución forzada, entre otras cosas. La CPI lo define
como obligar a personas prostituidas a tener relaciones sexuales
"aprovechando un entorno coercitivo o la incapacidad de dicha
persona o personas para dar su consentimiento genuino"
(Elementos de los Crímenes 2002, art 7(1)(g)-3(1)).
De
manera similar, la trata de personas, sinónimo de esclavitud según
el Estatuto de Roma de 1998, artículo 7(2)(c), se define con
autoridad en el Protocolo de Palermo de 2000, artículo 3(a), que ha
sido ratificado por 182 Estados, entre otras cosas como “abuso de
poder o de una posición vulnerable... con fines de explotación”.
Dado el requisito alternativo del Estatuto de Roma (1998) de que el
ataque a la población civil sea sistemático (artículo 7(1), es
importante señalar que la demanda alemana de sexo más dañino se
intensificó después de la legalización, exacerbando la situación,
por ejemplo, con la aparición de burdeles de precio fijo que
ofrecían tiempo ilimitado para la explotación sexual, en algunos
casos sexo de todo tipo, sobre todo sexo anal, sexo sin protección y
los llamados gangbangs. Se han reportado desarrollos similares en
Nueva Zelanda.
En
junio de 2023, el principal semanario alemán, Der Spiegel, admitió
que veinte años de prostitución legalizada han sido "un error
fatal, como lo demuestra la brutal realidad en la calle y en los
burdeles". A pesar de las deficiencias del derecho civil sueco,
los compradores en Suecia son descritos como más cautelosos porque
pueden ser considerados responsables de los intentos, mientras que
las prostitutas no cometen ningún delito, una situación que las
prostitutas, como se mencionó, fortalece su control, seguridad e
integridad personal. proletariado – todo lo contrario. Una
superviviente de Nueva Zelanda que quería dejar la prostitución
legal después de cinco años descubrió que “ninguna de las
organizaciones que representan a las trabajadoras sexuales me ofreció
jamás ayuda para abandonar la industria del sexo”. Otra
superviviente testificó cómo las mujeres en Nueva Zelanda "intentan
abandonar el comercio sexual pero no reciben ayuda. Se van y
regresan, se van y regresan, porque nadie las escucha".
Un
conocido superviviente de la prostitución, periodista y autor
irlandés, junto con el principal investigador sobre la prostitución
y psicólogo especializado en el trauma de la prostitución en los
Estados Unidos, han observado que el Colectivo de Prostitutas de
Nueva Zelanda, una importante organización de lobby a favor de la
despenalización, "no ofreció ningún programa de apoyo como
formación vocacional o apoyo de vivienda para la gran mayoría de
quienes trabajaban en la prostitución y querían dejarla". De
manera similar, las solicitudes de financiación para programas de
salida de Streetreach, una ONG de Nueva Zelanda, fueron rechazadas a
pesar de que sus comunidades querían deshacerse de la prostitución
porque la ven principalmente como una "molestia pública".
El
dinero que llega a los gobiernos donde la prostitución genera
importantes ingresos fiscales debería considerarse realmente "la
parte del proxeneta" del gobierno. Por ejemplo, la ciudad
alemana de Duisburg, con una población de poco menos de 500.000
habitantes, ganó 913.000 euros en 2015 sólo con los burdeles. En
Dortmund, que tiene una población alrededor de un 20% mayor, la
ciudad estimó sus ingresos en 750.000 euros en 2010. Los gobiernos
locales de Nevada con burdeles legales "ganan entre miles y
cientos de miles de dólares anualmente gracias a las tarjetas de
trabajo, solicitudes, licencias y derechos de licencia de alcohol de
los burdeles", como escribió un investigador pro-legalización
en Nevada. Allí, el condado de Lyon ganó $543,757 en 2017 por
derechos de licencia e "impuestos sobre habitaciones y licores"
de burdeles legales, más $5,000 por los llamados permisos de
trabajo. El condado de Nye recaudó $192,188, incluidos $56,779 para
"permisos de trabajo".
Al
interpretar las leyes contra el tráfico sexual de manera estricta,
como lo hacen naturalmente todos los estados con prostitución legal,
mientras se ganan cantidades significativas de derechos de licencia,
impuestos especiales e impuestos sobre las ventas, la legislación
sobre prostitución legal promueve y alienta la prostitución
forzada, la esclavitud y otros abusos comparables "cometidos
como parte de un ataque generalizado o sistemático dirigido contra
la población civil, con conocimiento del ataque". Estatuto de
Roma de 1998, artículo 7(1).
Es
fácil demostrar que era consciente de las consecuencias de la
póliza. Una sala de cuestiones preliminares de la Corte Penal
Internacional concluyó que los "motivos razonables",
cuando un ataque "afectó al menos a cientos de miles"
durante cinco años mientras las Naciones Unidas "publicaban
ampliamente" abundante información, cumplían con el requisito
de notificación. Los supervivientes de la prostitución, cuando la
abandonan, suelen dejar muy claras las consecuencias de legalizar sus
abusos pasados. Sus votos, junto con la abrumadora evidencia de la
prostitución legal ahora disponible, muestran que los funcionarios
públicos adoptan "a sabiendas" políticas que "en
circunstancias normales", artículo 30(3), "promoverán o
alentarán activamente... un ataque contra la población civil".
A
la luz de esta descripción, el Estatuto de Roma de 1998 prescribe
varias formas de responsabilidad, que el tribunal puede evaluar
individualmente. Especies. 25(3)(a)–(d), 28(a)–(b). La
responsabilidad penal individual de los funcionarios públicos es,
por tanto, un concepto jurídicamente sostenible. La jurisprudencia
civil anterior ha tratado la prostitución forzada y el tráfico
sexual como crímenes potenciales contra la humanidad, pero desde
entonces ha restringido el término a las víctimas de violencia
sexual en guerras internacionales o guerras civiles (por ejemplo, las
mujeres de solaz japonesas) o grandes sindicatos del crimen
organizado como la yakuza japonesa. No nos hacemos ilusiones sobre el
derecho internacional o el derecho civil. Usamos el derecho
internacional para exponer a los imperialistas y sus travesuras. Es
una cuestión propagandística.
No
entregaremos a todos los criminales imperialistas y reaccionarios a
los tribunales: los pueblos del mundo les darán su veredicto final y
los dejarán en el montón de polvo de la historia. Incluso después
de la revolución, quienes toman decisiones no deben quedar impunes
por sus crímenes imperialistas. Por lo tanto, debe aceptarse la
teoría de la prostitución legal como un crimen contra la humanidad.
12.
Desinformación y mitos sobre el modelo de igualdad de género
El
sexo comercial bajo el capitalismo, incluidas la pornografía y la
prostitución, es una industria poderosa apoyada por una variedad de
apologistas, incluidos investigadores, periodistas, comentaristas
sociales, etc., que influyen en la opinión pública y la política,
sin importar cuán equivocadas sean sus afirmaciones. Por tanto, no
sorprende que el modelo de igualdad de género haya generado una
enorme cantidad de desinformación, mitos y mentiras, especialmente
en Suecia, que fue el primer país en adoptarlo. También vemos esto
en las corrientes reformistas y revisionistas dentro del movimiento
obrero.
Algunos
investigadores burgueses se preguntan si el modelo de igualdad de
género ha contribuido a un mercado de prostitución más pequeño en
comparación con otros países escandinavos. Afirman que parte de la
prostitución sueca se lleva a cabo sin ser detectada, a través de
taxis, donde las mujeres prostituidas usan sus propios automóviles
para transportar a los compradores de sexo a apartamentos donde se
compra sexo y, por lo tanto, no son denunciadas en las
investigaciones oficiales. Sin embargo, la prostitución en taxis ya
existía en Estocolmo en 1993, varios años antes del modelo de
igualdad de género. Una investigación pública de 1995 llevó a
cabo una entrevista en profundidad con una prostituta que dijo que
usaba su propio automóvil para "recoger clientes" y que
esto le permitía "seleccionar" a sus clientes.
Los
críticos reaccionarios burgueses del modelo de igualdad de género,
por lo tanto, omiten información que contradice su afirmación de
que la prostitución a través de taxis y los propios automóviles de
las mujeres prostituidas apareció por primera vez en 1999. Además,
estas afirmaciones no dicen nada sobre la prevalencia de estas formas
de prostitución en otros países, o si las mujeres en cuestión
anunciaron o contactaron taxis o compradores de sexo donde se conocía
la prostitución callejera, lo que hace probable que hubieran sido
incluidas en las estimaciones de incidencia para esos lugares. A
falta de datos transfronterizos o longitudinales (los estudios
longitudinales son encuestas en las que se estudian los mismos
sujetos con varios años de diferencia), o cualquier información
sobre los medios de comunicación a través de los cuales se organizó
la compra de sexo, sus observaciones aisladas no proporcionan una
idea significativa de la efectividad y eficiencia de la ley sueca.
Estos
críticos también afirman que la prostitución sueca se publicitaba
en sitios web daneses, pero de ello no se sigue que los estudios que
evaluaron la prostitución sueca subestimaran su alcance; Se ha
incluido publicidad "dirigida a residentes en Suecia"
independientemente del origen de los sitios web. Otro tipo de
afirmación la ha hecho un etnógrafo británico que literalmente
vivió y durmió entre mujeres y hombres prostituidos suecos. Junto
con una activista sueca y "ex trabajadora sexual",
cofundadora de la (pro) "organización sueca de trabajo sexual",
presidenta de una red mundial de organizaciones similares y "crítica
persistente y vocal del modelo sueco que criminaliza a los clientes
de las trabajadoras sexuales", critican los programas
especializados suecos de apoyo y salida. Dicen que estos programas
deben repartir condones y otros materiales gratuitos para tener
relaciones sexuales seguras en la calle (la llamada reducción de
daños). Sin embargo, estos programas supuestamente han razonado que
si los funcionarios bajo la Ley de Igualdad hicieran esto,
promoverían indirectamente la prostitución. Sin embargo, el
etnógrafo británico y su amigo activista sueco omiten el hecho de
que los compradores de sexo a menudo prefieren sexo sin protección y
presionan a las prostitutas para que se lo proporcionen
independientemente de lo que ellas mismas quieran, condiciones
documentadas sistemáticamente en la prostitución legal, como se
mencionó anteriormente. Los compradores de sexo a menudo sobornan a
las prostitutas para que tengan relaciones sexuales sin protección,
y a muchos burdeles esto no les importa.
Una
superviviente de la prostitución legal dijo que "se demostró
que el mito de una mejor salud era falso menos de seis meses después
de la reforma legal [en Nueva Zelanda]. Las mujeres se besaban y
corrían el riesgo de contraer herpes, practicaban sexo oral sin
condón a riesgo de contraer verrugas en la garganta y participaban
en prácticas más duras y arriesgadas sólo para conseguir un
trabajo". De manera similar, una mujer en un burdel legal en
Nevada informó que, aunque las mujeres "insistieron" en
usar condones, los clientes se quejaron a través de los teléfonos
de las habitaciones con la gerencia, quien luego les indicó a las
mujeres que "siguieran las reglas". Además, los propios
datos del etnógrafo y activista sobre informantes suecos revelaron
que la "gran mayoría" de las prostitutas ya reconocía que
el sexo oral era menos seguro sin condón, pero la mitad admitió que
lo practicaban de todos modos porque los clientes lo exigían, no,
como sugiere deshonestamente el etnógrafo y activista, debido a "una
falta de iniciativas de reducción de daños destinadas a poner el
conocimiento en práctica". Entregar condones gratis a mujeres
prostituidas puede parecer inofensivo, pero no hay evidencia de que
reduzca las relaciones sexuales sin protección. Afirmar que sí es
así, como lo hacen estos apologistas, es presentar la prostitución
como más segura de lo que realmente es.
Además,
hay una serie de mitos desmentidos desde hace mucho tiempo de que la
prostitución se volvió más peligrosa en Suecia después de 1999,
que los ingresos disminuyeron y que las condiciones en general
empeoraron. El problema de la desinformación es particularmente
digno de mención dado que la evidencia empírica contradice
fuertemente este mito, como se describió anteriormente,
especialmente la falta de asesinatos en la prostitución sueca desde
1999, los informes de compradores relativamente ansiosos y dóciles,
y las tarifas más altas que los compradores tienen que pagar en
comparación con la prostitución en entornos legales.
13.
Resistencia jurídica civil
Desde
1999, la jurisprudencia no considera que los compradores sean
individualmente responsables de los daños que afectan a aquellos a
quienes compran sexo en Suecia, lo que obviamente va en contra de las
intenciones del modelo de igualdad de género y muestra la quiebra
del sistema jurídico burgués. En la medida en que el Estado ha
apoyado a personas dedicadas a la prostitución con fondos públicos,
ha sido una decisión política, no una obligación legal. En 2001,
la Corte Suprema, en una breve opinión de cuatro sentencias,
confirmó sentencias de tribunales inferiores que interpretaban el
interés protegido bajo la Ley de Compra de Servicios Sexuales al
determinar la pena para un hombre que había comprado a una mujer
para practicarle sexo oral en un automóvil estacionado. El tribunal
de distrito sueco señaló que el fiscal sólo había citado a la
mujer como testigo, no como víctima. Esto, junto con el hecho de que
no se ha presentado ninguna reclamación por daños y perjuicios,
también significa que los fiscales interpretan la compra de
servicios sexuales como un delito más o menos "sin víctimas".
El tribunal de distrito consideró en el caso de 2001 que un delito
cuyo principal objetivo es el orden público merece en sí mismo una
pena menor que los delitos contra las personas.
El
Tribunal de Distrito y el Tribunal de Apelación no estuvieron de
acuerdo sobre el nivel apropiado de castigo, pero ambos argumentaron
que el "consentimiento" de la persona prostituida indicaba
que el delito cometido estaba "principalmente" dirigido al
"orden público" y no al individuo como "persona".
La implicación era que la víctima no consentiría voluntariamente
en cometer un delito contra sí misma como persona. Sin embargo, ni
las conclusiones del legislador ni las investigaciones actuales sobre
la industria del sexo documentan las condiciones de libertad
necesarias para que el "consentimiento" en el que se basan
estos tribunales sea significativo. De hecho, no demostraron ser
conscientes de la naturaleza abrumadoramente ficticia del supuesto
consentimiento de la persona prostituida. Cuando se obliga a celebrar
un contrato aprovechándose de la situación desesperada de alguien,
de su falta de opciones o de su historial de abuso, todos ellos
precursores bien conocidos de la prostitución, equivale a "explotar
un entorno coercitivo o la incapacidad de una o más personas para
dar su consentimiento genuino".
Por
lo tanto, hay muchos estudios que muestran que la mayoría de los
compradores, al responder de forma anónima, admiten que entienden
que las prostitutas no disfrutan del sexo, pero son financieramente
vulnerables y están expuestas a la violencia y otros daños como el
proxenetismo o la trata. En términos de daños, la evidencia
empírica muestra que las circunstancias coercitivas que típicamente
preceden a la entrada crean una situación que es a la vez altamente
desafiante e inherentemente inequitativa, que los compradores
explotan libremente. Al comprar sexo a personas que se ven obligadas
a aceptarlo debido a una falta fundamental de elección, los
compradores están agravando los daños a las personas que se dedican
a la prostitución, incluso sin cometer actos agravantes adicionales.
Los
restos de la percepción general de la prostitución antes de 1999
todavía afectan el tratamiento legal que se da en Suecia a las
víctimas de la trata de personas. Debido a las interpretaciones
legales distorsionadas del modelo de igualdad de género, y a pesar
de la reputación internacional que el país se ha ganado a sí mismo
como un país socialmente progresista, las personas prostituidas en
Suecia todavía tienen que demostrar en cada caso individual que han
sido sometidas a violaciones graves o explotadas despiadadamente en
la prostitución para que se les reconozca los daños. Sin prueba de
tal violación, la persona prostituida es considerada únicamente
como testigo de un delito contra el orden público. Por ejemplo, un
testigo de un delito relacionado con la prostitución no tiene
derecho legal a salir de los programas, la atención médica o la
vivienda. Por lo tanto, los representantes legales de las víctimas
deben trabajar caso por caso para evitar que los tribunales rechacen
las reclamaciones de indemnización de sus clientes. De esta manera,
el derecho civil en Suecia sigue protegiendo a los perpetradores. A
pesar de esto, Suecia todavía tiene quizás las condiciones más
sólidas en una sociedad legal civil para combatir con éxito el
tráfico sexual en comparación con otros países con el mismo tipo
de leyes. Sin embargo, las debilidades de la legislación sueca y su
aplicación, que son similares a las de Francia y muchos otros países
con al menos algunas ambiciones abolicionistas, han sido criticadas
durante veinte años. Sin embargo, el legislador todavía no ha
impedido que los tribunales determinen en la mayoría de los casos de
prostitución que se trata de prostitución "voluntaria",
sin el papel de víctima que da derecho a una indemnización según
la doctrina jurídica vigente.
Una
investigación de 2022, que el gobierno sueco encargó al Consejo
Nacional de Prevención del Delito, tenía como tarea evaluar si las
personas prostituidas debían ser consideradas automáticamente
"víctimas", como ocurre con las víctimas de otros delitos
sexuales. Se podría haber esperado que concluyeran que éste debe
ser el caso. Sorprendentemente, se opusieron a esta propuesta, aunque
lamentaron que las circunstancias agravantes mencionadas incluso en
la historia legislativa prácticamente nunca hayan sido tomadas en
cuenta por los tribunales suecos, que todavía imponen penas en el
rango de pena más bajo, a pesar de que las penas de prisión están
incluidas en la escala. Esto demuestra que la legislación burguesa
no cambia a menos que exista presión popular de las masas.
Por
estas razones, Francia intentó crear una protección legal más
amplia para las personas prostituidas en su versión de la ley sueca,
incluso a través de programas municipales de salida obligatorios.
Sin embargo, hasta ahora la implementación ha sido ineficaz. Algunos
académicos han descrito los programas de salida franceses como "un
aparato burocrático de mano dura" que crea obstáculos,
especialmente para los inmigrantes que solicitan participar, pero
también para las organizaciones de base de las que el gobierno
depende en última instancia para obtener fondos para implementar los
programas.
Además,
estos investigadores subrayan "lo difícil que es aplicar una
estrategia de este tipo en un contexto caracterizado por una política
de inmigración restrictiva y una continua desconfianza racista hacia
los inmigrantes". Cinco organizaciones no gubernamentales de
Francia, una “federación de practicantes y sobrevivientes de la
prostitución, junto con personas que actualmente se dedican a la
prostitución” (la “Federación”), publicaron un informe
conjunto integral en 2025. Reconocieron que la ley francesa, cuando
se implementa plenamente, tiene éxito, al menos desde una
perspectiva cívil. Sin embargo, en muchos o en la mayoría de los
casos todavía existen obstáculos importantes para ello. Cuando los
supervivientes con los que trabajó la federación denunciaron a la
policía casos de proxenetismo o trata (un primer paso hacia una
posible condena en casos de prostitución), se encontraron
regularmente con respuestas degradantes, que incluían burla,
irritación, negación de la violencia, acusaciones contra los
supervivientes, negativa a señalar o restar importancia a ciertos
actos de violencia e incluso negativa a emitir informes oficiales
después de recibir testimonio. Por ello, la federación pide, entre
otras recomendaciones, la formación de todos los profesionales que
entran en contacto con los supervivientes, y que los supervivientes
estén acompañados por representantes de organizaciones como la suya
a la hora de realizar sus denuncias.
Por
lo tanto, todavía parece haber obstáculos importantes para que las
prostitutas hagan valer plenamente sus derechos liberales burgueses
en Suecia. Algunos críticos de Suecia enfatizan que las leyes de
inmigración del país se aplican de una manera que puede negar
permisos de residencia a las prostitutas y que las leyes de vivienda
impiden que las mujeres se dediquen a la prostitución en espacios
cerrados (a diferencia de la prostitución callejera o con
acompañantes). Es cierto que estas aplicaciones son contrarias a la
intención de dirigirse únicamente a proxenetas y compradores de
sexo, no a personas prostituidas. Sin embargo, los críticos rara vez
reconocen que la situación podría mejorar si se trataran todos los
casos de compra de sexo como delitos contra las personas y no contra
el orden público, lo que proporcionaría incentivos adicionales para
que los vulnerables denuncien los delitos cometidos contra ellos y
garantizaría un apoyo público más confiable que el que la sociedad
civil por sí sola puede ofrecer. Se ha argumentado que debido a que
la realización de estos derechos civiles disuadiría a los posibles
compradores de sexo, infringen los derechos de una categoría
hipotética de personas que no se ven perjudicadas por la "venta
de sexo". Pero alguien que fue comprado para tener sexo y no
sufrió lesiones probablemente no reclamaría daños y perjuicios a
un comprador de sexo. Aunque esto no sería suficiente para disuadir
a algunos compradores de sexo, la legislatura o el tribunal deberían
poder lograr un equilibrio justo entre los derechos, intereses y
demandas en juego.
Al
sopesar los intereses de quienes son perjudicados y explotados en la
prostitución y su necesidad de apoyo para salir de ella, los
argumentos a favor de la persona prostituida hipotéticamente ilesa
parecen sorprendentemente desequilibrados y desconectados de la
realidad documentada de la prostitución entre el proletariado,
especialmente sus miembros más explotados.
14.
La necesidad de la dictadura del proletariado
A
pesar de las promesas de ilustración y modernidad a los ciudadanos,
tanto en las naciones imperialistas como en las oprimidas, las
democracias parlamentarias burguesas han fracasado rotundamente en
crear bienestar y prosperidad para las masas. La desigualdad está
aumentando a un ritmo acelerado, especialmente entre las naciones
imperialistas y oprimidas, pero también entre las clases ricas y
pobres dentro de las propias naciones. Como dice el experto en
impuestos de Oxfam: "Se nos dice una y otra vez que no hay
suficiente dinero para mejorar la vida de la gente corriente o luchar
contra la crisis climática. Pero los hechos demuestran lo contrario.
Los superricos están acaparando más de lo que pueden gastar
mientras evitan pagar impuestos, y el resto de nosotros llevamos la
peor parte de la carga fiscal mientras intentamos mantener la
economía a flote". Aparte de las elevadas exigencias de la
política y la ideología, los imperialistas utilizan sus armas de
destrucción masiva para promover sus intereses económicos, mientras
la gran mayoría lucha bajo las botas del imperialismo.
Aparte
de las elevadas exigencias de la política y la ideología, los
imperialistas utilizan sus armas de destrucción masiva para promover
sus intereses económicos, mientras la gran mayoría lucha bajo las
botas del imperialismo. Nunca debemos esperar que la democracia
representativa parlamentaria cambie la política en torno a la
prostitución. En la prostitución, las víctimas deben demostrar
constantemente que son dignas de recibir contribuciones sociales,
pagadas por contribuyentes alienados y, por lo tanto, egoístas o
esfuerzos filantrópicos; de lo contrario, las prostitutas deben
valerse por sí mismas. Jueces, policías, trabajadores sociales,
académicos y políticos oportunistas, con sus molinos parlantes,
trabajan mientras cierran sus mentes, por limitadas que sean, y
obstruyen la aplicación efectiva de las leyes destinadas a prevenir
la prostitución.
Por
lo tanto, el aumento del gasto público para apoyar los programas de
salida de las prostitutas se ve obstaculizado por el capitalismo, que
divide la simpatía del público debido a la constante necesidad y
falta de recursos para el proletariado, especialmente las
prostitutas. Los políticos oportunistas, que sólo adoptaron el
modelo igualitario debido a la presión de la clase obrera en lucha,
los movimientos populares y la opinión pública, no tienen, como
señaló Lenin en El Estado y la Revolución, ningún interés en
llevarlos a cabo o implementarlos. En cambio, prefieren sus “foros
de discusión” y mantienen cómodamente buenas relaciones con los
capitalistas, quienes ofrecen lucrativos trabajos de salida en
agencias de relaciones públicas, salas de juntas o (para los
izquierdistas) prestigiosos puestos internacionales como embajadores,
representantes de la ONU o presidentes o directores de organizaciones
no gubernamentales y filantrópicas.
Como
observó Lenin, a los políticos en la democracia representativa
burguesa sólo les importa acercarse a la "olla de carne",
los puestos lucrativos y honorables, y que, por otro lado, puedan
captar "la atención del pueblo". Mientras tanto, es en las
cancillerías y en los estados mayores donde "se ocupan" de
los asuntos del Estado burgués. Nunca se debe caer en la creencia de
que el desarrollo sobre el terreno se produce a través de cambios en
las leyes. Esta configuración despeja la lucha contra el contenido
de la clase. No son las leyes sino las clases y sus luchas las que
determinan el desarrollo social.
Bajo
una dictadura burguesa, el proletariado vive sin control sobre los
recursos de la sociedad y, por lo tanto, siempre vive al borde de
hundirse en la miseria de la pobreza. La parte de la clase obrera que
pertenece a sus reservas, que es utilizada por la burguesía para
obligar a los obreros a seguir órdenes bajo la amenaza de ser
reemplazada y así descender a los estratos más bajos, es una parte
natural del capitalismo. Mientras exista pobreza y falta de recursos,
existirá la prostitución. Lo mismo se aplica a la ética y la
moralidad social. En una sociedad sucia, sus miembros se vuelven
sucios. En una sociedad donde impera el individualismo y donde las
personas están alienadas unas de otras, es natural que sus miembros
no se traten bien entre sí.
En
la sociedad capitalista, el cuerpo femenino se comercializa con fines
económicos, lo que crea en la mente de grandes sectores de la
población la idea de que es posible poseer su cuerpo mediante el
intercambio de dinero. Al contrario de ambos, en la sociedad
socialista no habría desempleo ni pobreza ya que los recursos de la
sociedad no servirían a un pequeño grupo de individuos sino a las
necesidades de la gran mayoría. El beneficio no estaría en primer
lugar en los objetivos de producción, sino en la victoria del
socialismo y el bienestar del pueblo. Esto eliminaría las
condiciones económicas para la prostitución. La conciencia del
pueblo también cambiaría mediante la lucha contra tradiciones,
ideas y costumbres obsoletas. El codicioso individualismo capitalista
va
a ser reemplazado por el colectivismo solidario del socialismo. La
confianza en el cambio no residiría en las leyes existentes sino en
la fuerza de las masas para defender y aplicar los métodos de
emancipación
de la mujer. Lenin lo expresó en Lenin lo expresó en Una Gran
Iniciativa (1919) de la siguiente manera:
La
verdadera emancipación de la mujer, el verdadero comunismo, solo
comienza cuando se inicia una lucha de masas (liderada por el
proletariado, que ostenta el poder estatal) contra esta economía
doméstica a pequeña escala, o, más precisamente, cuando se
transforma a gran escala en una economía socialista a gran escala.
Es
imposible aplicar suficientemente las leyes sobre la prostitución,
destinadas a empoderar a las víctimas, incluso en países
imperialistas como Suecia y Francia, que cuentan con más recursos
que las naciones oprimidas y, en teoría, con las leyes más
progresistas para rescatar a quienes se ahogan en la prostitución y
son víctimas de trata con fines sexuales. Para que estas medidas
políticas sean efectivas, es necesario llevar a cabo una revolución,
liderada por un partido revolucionario de vanguardia capaz de
instaurar la dictadura del proletariado. Entonces, con revoluciones
culturales y vigorosos esfuerzos para prevenir la alienación
intelectual de funcionarios, jueces, policías, trabajadores sociales
y académicos, estas leyes bienintencionadas podrán finalmente
implementarse en todo su potencial. Sin poder –como en la dictadura
del proletariado– las leyes de igualdad y la protección
constitucional de los grupos vulnerables son una ilusión.
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