EDITORIAL
Editorial
semanal – La extrema derecha bolsonarista mandó matar a Marielle
Por
Redacción AND
27/07/2023 3 minutos de lectura
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En una
denuncia premiada, el expolicía militar Élcio Queiroz (ver relación con
Bolsonaro) afirmó que Ronnie Lessa ejecutó a la concejala Marielle Franco y su
chofer, el 14 de marzo de 2018, en Río de Janeiro. Según el denunciante, habría
sido el conductor del operativo que cobró la vida de ambos.
En su testimonio, Élcio afirmó que Ronnie le informó sobre
la operación en el Año Nuevo de 2017. El ataque, realizado en marzo de 2018, ya se había intentado a fines de
2017, pero sin éxito. Élcio dio algunos detalles operativos del ataque y
confirmó la participación del exbombero militar Maxwel Simões Corrêa y Edilson
Barbosa dos Santos como responsables del seguimiento de la rutina de la
exconcejala y de la desaparición del vehículo utilizado en el ataque (respectivamente).
El expolicía militar Edmilson Oliveira da Silva (“Macalé”), quien medió en la
relación entre el director y el albacea Ronnie Lessa, fue ejecutado en una
emboscada en 2021, en una “quema de archivos”.
La nueva información sobre el caso de Marielle Franco no hace más que reforzar lo que todos los demócratas ya saben: fue un crimen político ambicioso, llevado a cabo por un operativo organizado y experimentado. Son tontas todas las tesis que buscan dar respuestas circunstanciales o centradas en la figura del concejal, como la que defiende que la muerte fue ordenada porque Marielle habría sido una “espinilla en el costado” de los paramilitares. No, ninguna de estas tesis se sostiene.
El hecho
objetivo es que en esa cuadra, con motivo de las elecciones presidenciales de
2018, la candidatura de Bolsonaro había reunido toda la basura de la extrema
derecha para practicar actos de provocación para hacer inviable esa elección
creando el máximo caos y justificando la intervención militar, lo que allanaría
el camino para la instalación de un régimen militar. En ese intento, sus
articulaciones para controlar completamente el aparato de Seguridad Pública del
estado de Río, incluido el sistema penitenciario, su banco de negocios
lucrativos, fueron amenazados por la intervención federal del General Braga. De
ahí que la cobarde ejecución de Marielle Franco fue un acto de “tirar un
cadáver” sobre la mesa de los interventores, en una demostración de descontento
de este sinvergüenza de extrema derecha por mantener su dominio absoluto sobre
ese aparato policial-militar y los territorios controlados por sus mafias
sanguinarias, mal llamadas “milicias”. ¿Pero por qué Marielle? Para dejar en
claro que la autoría de la extrema derecha fue ese acto ignominioso, porque era
una mujer negra de la favela, abiertamente homosexual y diputada por un partido
de “izquierda”, es decir, alguien que combinó un conjunto de abominables
condiciones y valores para ese partido, indecible aberración fascista, luego,
en marcha, la candidatura de Bolsonaro.
Basta que
hagamos una regresión. Ronnie Lessa y Élcio están vinculados a las fuerzas
paramilitares de extrema derecha de Río de Janeiro ("milícias").
Lessa, por su parte, casualidad o no, vivía en el mismo condominio que Jair
Bolsonaro, en Barra da Tijuca, y ya existía cierto grado de parentesco entre
ambos: la hija del asesino de Marielle salía con el hijo menor de Bolsonaro.
Recordemos también que al inicio de las investigaciones, Ronnie Lessa afirmó
que quien ejecutó a Marielle fue Adriano da Nóbrega, entonces jefe del grupo
paramilitar “Oficina del Crimen”, y que su madre y esposa ya trabajaban en la
oficina de Flávio Bolsonaro. Adriano fue ejecutado, en una operación coordinada
entre la Policía Militar de Río y Bahía, en 2020, en lo que fue denunciado por
su esposa como “quema de archivos”. En escuchas telefónicas se descubrió que,
tras tal operativo, miembros de la “Oficina del Crimen” habrían tomado contacto
con “Jair”, “presidente” o “hombre de la casa de cristal”, según sus códigos.
Las escuchas no pudieron ser retomadas, ya que posiblemente involucraría al
entonces presidente, lo que iría más allá de las atribuciones del Ministerio
Público.
Ahora bien,
¿queda todavía alguna duda de que la ejecución de Marielle Franco tiene una
conexión directa con las fuerzas de extrema derecha y con quienes tienen poder
de mando y razones políticas? Tales fuerzas trabajaron, desde entonces, para
precipitar el caos social que obligaría y justificaría una “intervención
militar” (golpe de Estado militar) por parte del Alto Mando de las Fuerzas
Armadas. ¿No es este exactamente el modus operandi histórico de la extrema
derecha: realizar atentados para crear el caos y la fuerza y justificar el
cierre del régimen? Incluso si hay un castigo para alguien que ordenó el cruel
asesinato de Marielle (quien, por supuesto, será presentado como el jefe de
todo el plan), no habrá nada que celebrar. Además, el mandador que sin duda
seguirá siendo irrevelable. Hay que denunciar ante la opinión pública
verdaderamente democratic a quien durante décadas amamantó a todas estas
fuerzas de extrema derecha: esa misma vieja democracia corrupta y opresora de
nuestro pueblo. Lo hizo al no castigar nunca los crímenes del régimen militar
fascista –cuyas organizaciones anticomunistas de entonces son la génesis de
estas anomalías actuales y sus grupos paramilitares, y que desembocó en la
campaña de Bolsonaro del 8 de enero. Fue en esta vieja democracia que estalló
el número de genocidios, principalmente de negros y pobres en operaciones de guerra
contra ellos en las favelas y áreas rurales de todo Brasil, al mismo tiempo que
tanto se hablaba de “representación en los espacios de poder”. ” para desviar
la revuelta de las masas contra la vía institucional legitimadora del viejo
Estado genocida y sometiéndolas. La vía parlamentaria resultó ser un completo
cretinismo electoral, sus agentes cínicos vendedores de ilusiones y
prestidigitadores de los errores y desventuras de las masas populares. Puede
decirse que Marielle fue víctima, a la vez, de la extrema derecha armada y de
la ilusión con esta vieja democracia genocida.