Hace algún tiempo un lector nos envió un artículo de opinión extraído de un diario establecido contra el discurso de las “desigualdades” y consideramos que era útil publicarlo pero que necesitaba unas notas nuestras para que realmente pueda servir a esclarecer a nuestro público sobre el tema.
La primera nota se refiere a que en el artículo se habla de capitalismo a secas soslayando que la fase actual del mismo es la del capitalismo monopolista o imperialismo, por lo tanto la contradicción principal en el mundo no es la fundamental del capitalismo o como ellos dicen la ” centralidad de la contradicción “trabajadores asalariados capitalistas”, claro eso es conforme si se trata de los países imperialistas donde corresponde solucionar esta contradicción mediante la revolución socialista a través de la guerra popular Pero cuando se trata de la situación internacional, que es a la que se refiere el artículo, estos “marxistas” soslayan lo que dijo Lenin: que la situación internacional en el siglo XX, solo puede entenderse a partir de las relaciones económicas del imperialismo, cuya esencia es que existen países opresores y naciones oprimidas. Por lo tanto la contradicción principal es países opresores-naciones oprimidas que se soluciona mediante la revolución democrática contra el imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad mediante la guerra popular que sigue el camino de cercar las ciudades desde el campo.
Por eso, Asia, Africa y América Latina y hasta parte de Europa siguen desenvolviéndose como una zona de tempestad, una zona de tormenta, en las cuales confluyen los intereses y, por ende, la colusión y pugna de las superpotencias y de las potencias imperialistas; y ellas, las naciones oprimidas, combaten de diverso modo, en distinto grado, contra ese dominio, contra esa opresión.
La segunda guerra mundial y el período postbélico nos muestra que ni un solo día han dejado de darse guerras en esos tres continentes, eso es lo que creemos, cualquier recuento que se haga fácilmente lo demuestra; hoy día mismo, los puntos candentes de la situación internacional están obviamente en Asia, en América Latina y en África. Sigue siendo ésa la zona de tormenta, pero lo importante es que al darse esto, esa tempestad impulsa la tendencia principal, esto es, la revolución.
Lasegunda nota es que, el Presidente Gonzalo no aclara más sobre la contradicción fundamental en el capitalismo y la contradicción principal en el mundo hoy, él dice:
En el tomo I del Presidente Mao Tsetung, en el trabajo “Sobre la contradicción”, Pág. 351 escribe: “Al aplicar esta ley al estudio de la estructura económica de la sociedad capitalista, Marx descubrió que la contradicción fundamental de esta sociedad es la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad. Esta contradicción se manifiesta en la contradicción entre el carácter organizado de la producción en las empresas individuales y el carácter anárquico de la producción en la sociedad en su conjunto. En términos de relaciones de clase se manifiesta en la contradicción entre la burguesía y el proletariado”. El Presidente Gonzalo, lo que debemos resaltar de la cita es que son 2 manifestaciones: la primera es bien claro pues: carácter social de la producción por un lado y, como contraparte, carácter privado de la propiedad, eso es; socialmente se produce, nos dice, hay una apropiación privada, quiere decir de unos pocos porque tienen propiedad capitalista, porque tienen capital, esa es la razón, así nos plantea, bien claro. Y nos dice que hay dos manifestaciones: contradicción entre el carácter organizado de la producción en las empresas individuales y el carácter anárquico de la producción en la sociedad en su conjunto; claro cada empresa esta organizada sino no podría producir, pero como contraparte, el conjunto de una economía de una sociedad –peruana, norteamericana o la que fuere- es anárquica; esa es la manifestación económica. Pero nos dice, además, que en términos de relaciones de clase se manifiesta la contradicción burguesía-proletariado, esa es la manifestación política, si, así hay que entender. La primera manifestación es económica, la segunda es política. ¿Cuál es la principal?, lo dice el presidente en la página 353: “Por ejemplo: en la sociedad capitalista, las dos fuerzas contradictorias, el proletariado y a burguesía, constituyen la contradicción principal”, ahí nos define cual es principal, ya lo estamos viendo.
Eso es fundamental para comprender nuestros planteamientos de la contradicción principal a nivel mundial y nuestras divergencias con aquellos que parten de que la contradicción del mundo es la fundamental del capitalismo ¿ y a dónde nos lleva?, eso llevó a Avakian y al PCR USA, en la lucha de dos líneas en el MRI, por un conjunto de elucubraciones a plantear que la principal manifestación, la principal contradicción derivada de esa fundamental es entre la producción organizada en cada fábrica y la producción anárquica de la sociedad y así se tiran abiertamente contra el Presidente Mao Tsetung, y se dicen seguidores del Presidente Mao.
Latercera es que hemos traducidolacita del artículo (bit.ly/2BofoCO) y puesto al final como nota,pues esimportante para mostrar almundo el lugar subordinado en la economía mundial respecto al capital financiero yanqui, que en el artículo no se comenta este aspecto importante delas llamadas cadenas de valor globalo u organización vertical delos monopolios: "Después del colapso financiero de 2008, cientos de millones de dólares fluyeron de Nueva York a la producción industrial de carne en China mientras los banqueros de Goldman Sachs buscaban inversiones seguras..."
Ahora les recomendamos leer el artículo:
Marx y Piketty: adendum (Opinion, la jornadas, 13 de juno 2020)
Maciek Wisniewski
Hablando hace poco de la pandemia del Covid-19 y debatiendo si la crisis actual nos llevará a una sociedad más justa (sic), Thomas Piketty confirmaba de manera sintomática cómo el discurso de las desigualdades ya funge el papel ideológico en el capitalismo (véase: Marx, Piketty y los ladrones de conceptos, bit.ly/3gL1ACo) ocultando mecanismos sistémicos, relaciones de poder reales y agencia detrás de diferentes procesos a fin de asegurar su reproducción. Se situaba allí donde verdaderamente pertenece: en los antípodas del marxismo, a pesar de seguir –con obstinación digna de una causa mejor-fingiendo ser un marxista (bit.ly/2LurMTr). Subrayando que se requiere una movilización social y política para empujar las sociedades en dirección de más igualdad -¡ chin!, ¿por qué nadie había pensado en esto antes?- recordó a la pandemia de la gripe española de 1918, remarcando que “lo que falta en pensar en las pandemias es la desigualdad (sic), o sea que no todos los grupos sociales quedan afectados de la misma manera –¡ chin!,¿por qué nadie había pensado en esto antes tampoco?-: mientras en 1918 en EU y en Europa pereció de 0.5 a 1 por ciento de la población, en India murió casi 6 por ciento”. Según él, la pandemia de hoy está revelando niveles de desigualdad igualmente chocantes (bit.ly/3cs5D45).
Si la premisa que no todos quedan afectados igual es más que correcta (regresaremos a ella), para saber qué ocurrió en India en 1918 hay que buscar en otro lado. Mike Davis –¡ suprise, suprise!: un verdadero marxista (bit.ly/3gv9xLN)-, escribiendo sobre Covid-19 apunta que durante el brote de la gripe española, que mató más gente que la Primera Guerra Mundial, más de 60 por ciento de sus víctimas globales, hasta 20 millones de personas, provenían de la parte occidental de India y ya estaban debilitadas por la hambruna inducida por el colonialismo británico. El virus vino justo cuando brutales requisiciones y exportaciones forzosas de granos coincidieron con una sequía: millones de pobres cayeron víctimas de una sinergia mortal entre el colonialismo, la malnutrición que suprimió sus sistemas inmunes y una rampante neumonía viral (bit.ly/36PxIAp). Pensar en esta pandemia en India y otros países, víctimas del imperialismo europeo de principios del siglo XX como Irán, en términos de la desigualdad (sic) ofrece explicaciones estériles que dejan off the hook no sólo a los corresponsables de esta atrocidad (colonizadores británicos), sino al sistema y su ideología -…que Piketty supuestamente desnuda en El capital y la ideología (2019)- abrazada por ellos: ya en Late victorian Holocausts. El Niño famines and the making of the Third World” (2001), Davis demostró cómo aferrarse a los mitos del libre mercado y el laissez-faire provocó otras horrorosas hambrunas en India.
Lo irónico –y, otra vez, sintomático-es que este oscurecimiento ocurre cuando Piketty se propuso en su nuevo libro aumentar el alcance de su mirada y analizar –como él no deja de subrayar, arrojando de paso más generalidades sobre el Covid-19 (bit.ly/2T482do)- la historia del colonialismo, la esclavitud y desigualdades a escala global, ofreciendo unos pasajes bien incómodos para el liberalismo, pero que carecen de fuerza de la denuncia, p.ej. de D. Losurdo (véase Liberalism. A counter-history, 2011), ni son “fruto de ‘turbo-Annales’”, como había laudado su método un comentarista, sólo para admitir luego que aquellas partes son… poco convincentes (bit.ly/3gINEZM). Al final, tratando de aumentar el espectro del análisis Piketty más bien amplió el campo de lugares comunes, algo que… ya le había pasado (bit.ly/35XowJQ) en El capital en el siglo XXI (2013) (la alusión a La ampliación del campo de la lucha, uno de los títulos de Houellebecq, epítome de la degringolade intelectual de Francia, es desde luego muy intencional).
En fin. Si hay algo que ayuda a pensar en esta pandemia es este puñado de premisas (marxistas): 1. nuestras sociedades son sociedades clasistas – vide: no todos quedan afectados… (los ricos en sus casas de retiro, la clase media en sus depas, los trabajadores en las maquiladoras o en las calles…)-, pero claro de clase no hay nada en Piketty: “es un concepto passé”; 2. el trabajo importa: el Covid-19 reconfirmó su centralidad (trabajadores esenciales, etc.) animó una ola de activismo laboral y huelgas demostrando ser la brecha central en el sistema a la luz de llamados a reabrir la economía (bit.ly/2UgjN1l), pero claro, en Piketty, en más de 2 mil páginas de sus dos opus magnums no hay nada sobre el trabajo: en el mundo según Piketty el dinero hace el dinero (M-M’); 3. los flujos financieros y la producción capitalista moldean nuestros ecosistemas: fue el capital neoyorquino que tras el crack de 2008 forzado a expandirse o morir se movió a China produciendo nuevas condiciones en la agricultura que propiciaron el surgimiento de Covid-19… (bit.ly/2BofoCO).
Pensar en términos de las desigualdades –un discurso adoptado ya por la OCDE o The Economist, el portavoz de la ideología capitalista (sic)- es ocultar los mecanismos sistémicos y tapar el conflicto central entre los trabajadores asalariados y los capitalistas (¡Marx!), la verdadera fuente de la dominación/subordinación en el capitalismo, no la desigualdad monetaria ( bit.ly/30tOqUI). Igual lo es pensar así en las pandemias.
Nota: (bit.ly/2BofoCO) .-Nuestro mundo es histórico. Tome un virus, que podría parecer estar fuera de la historia (a los genes seguramente no les importa si fluyen a través de siervos y señores o si infectan a los trabajadores de entrega de Amazon y los administradores de la cartera de inversiones) y puede rastrear rápidamente una historia desde su creación hasta su propagación a su eventual cura que está saturada en la historia. El poder y la riqueza tejen las condiciones en que vivimos y morimos, y el poder y la riqueza no siempre han tomado las formas que conocemos hoy.
Después del colapso financiero de 2008, cientos de millones de dólares fluyeron de Nueva York a la producción industrial de carne en China mientras los banqueros de Goldman Sachs buscaban inversiones seguras. En parte como resultado, la agricultura industrial a gran escala empujó a los pequeños productores chinos a terrenos peligrosos donde sus animales entraron en contacto con murciélagos, que transportan coronavirus. Nada de esto es inmediatamente visible. Los observadores ahora denuncian los llamados “mercados húmedos” en Wuhan, donde el virus probablemente llegó por primera vez a los humanos; se centran en esta esfera visible de circulación de productos básicos, el momento en que un comprador compró un pangolín infectado, y así llegan a respuestas nacionalistas a preguntas sobre cómo y por qué sucedió todo esto. Fue culpa de China. Este nacionalismo se derrumba una vez que descubrimos lo que Marx llamó la “morada oculta”: producción. El exceso o superavit de capital en Manhattan (Restive capital in Manhattan) , que debe crecer o morir, produce nuevas condiciones agrícolas a miles de kilómetros de distancia que luego modifican la forma en que las personas crecen y mueren (Enseñar a Marx en una pandemia Barnaby Raine escribe para marcar el lanzamiento de una nueva clase sobre Marx y su escritura, como parte de la temporada de verano del Instituto Brooklyn)