Tanto las protestas como las represiones fueron extremadamente violentas. La policía trató arbitrariamente de detener la marcha de miles de personas con cañones de agua y gases lacrimógenos, mientras intentaban romper una barrera que conducía a la casa del Primer Ministro francés.
Los manifestantes, jóvenes, proletarios y trabajadores con condiciones de vida pequeñoburguesas, respondieron a la represión con ataques contra coches de policía y negocios de las grandes empresas.
"El Sr. Macron ha acelerado la decadencia de su pueblo desde que fue elegido. Queremos un cambio radical o el despido de Macron ", dijo una manifestante llamada Cynthia, una trabajadora de 31 años, en una entrevista con la agencia de noticias portuguesa Público. También condenó que retirara los impuestos "para enriquecer aún más a los ricos".
Cinco policías y 19 manifestantes resultaron heridos al final. Una semana antes, el 17 de noviembre, más de 280,000 personas salieron a las calles por la misma razón.
Las medidas de Macron
Las medidas utilizadas por la administración de Macron son para un aumento de los impuestos que devora a las masas y al mismo tiempo promueve la exención de impuestos para las empresas y la gran burguesía.
El detonante de estas protestas fue el boom del combustible como resultado de esta política de Macron. Lo que comenzó como un movimiento económico multifacético se ha convertido en un amplio movimiento de masas y hoy exige la renuncia del gobierno de Macron, criticando duramente a todo el sistema político, el parlamento y la democracia burguesa.
Una traducción de A Nova Democracia.