¡Proletarios
de todos los países, uníos!
Declaración
Conjunta con motivo del 1º de Mayo del 2013:
¡Ante la crisis general del
imperialismo,
preparar, iniciar
y desarrollar Guerras
Populares hasta el
comunismo!
Saludamos
al proletariado internacional, a los trabajadores explotados y
oprimidos del mundo, saludamos las luchas armadas de liberación
nacional en Irak, Afganistán, Kurdistán y en la heroica Palestina.
Saludamos a las masas populares que se levantan, luchan, combaten y
resisten en todo el mundo contra el imperialismo y los regímenes
reaccionarios de sus países; aun cuando en muchas de estas luchas se
carece de un estado mayor proletario, se generan excelentes
condiciones para la inevitable y necesaria forja de ésta dirección.
Todas
estas batallas son parte de la hoguera de la lucha de clases, en
ellas forjamos el más duro y afilado acero para impulsar la nueva
gran ola de la Revolución Proletaria Mundial.
Saludamos
de forma especial a las masas revolucionarias que bajo la dirección
de Partidos Comunistas marxistas-leninistas-maoístas desarrollan o
preparan la Guerra Popular.
Tal
como hace 127 años el proletariado no cesa de combatir; superando
dificultades inmensas, propias o las impuestas por sus enemigos de
clase, no ha arriado jamás su roja bandera. En esas grandes batallas
libradas en Chicago en 1886 o en aquellas de París en 1871, ya
anidaba la Guerra Popular; así es la lucha de clases y de ella el
Presidente Mao nos pidió que no la olvidáramos jamás. Justamente,
lucha de clases expresada en Guerra Popular por la conquista del
poder por y para la clase y el pueblo; lucha de clases por el triunfo
cabal y completo de la Revolución de Nueva Democracia; lucha de
clases por el establecimiento de la Dictadura del Proletariado y el
Socialismo; lucha de clases expresada en Revoluciones Culturales
Proletarias hasta el Comunismo: ¡En Guerra Popular hasta el
Comunismo!
Se
profundiza la crisis imperialista, las masas se levantan
El
sistema imperialista vive una de las mayores crisis de su historia,
ésta es parte de su crisis general, crisis de sobreproducción
(insoluble bajo el capitalismo) y agudiza todas las contradicciones
fundamentales de la época en el mundo: entre burguesía y
proletariado, entre distintos países imperialistas, entre naciones
oprimidas y el imperialismo, siendo esta última la principal.
Cómo
expresión de lo dicho arriba, el imperialismo descarga la crisis en
las naciones oprimidas agudizando en ellas las contradicciones entre
masas y semi-feudalidad, evolucionando la feudalidad, sus formas,
encubriéndolas; profundizando, por otro lado, la condición colonial
y semicolonial de éstas, intentando salvar al capitalismo
burocrático existente en ellas, aumentando para ello la
superexplotación de la clase obrera, apuntando a una mayor
concentración de la tierra y la riqueza, empobreciendo a las masas,
encareciendo la vida, saqueando sus recursos, corporativizando el
movimiento obrero y popular y criminalizando su protesta.
Por
otra parte, en los propios países imperialistas, sus respectivos
estados adoptan distintas medidas contra el proletariado y demás
masas trabajadoras: reduciendo salarios, aumentando la edad de
jubilación, recortando derechos y beneficios sociales, disminuyendo
el gasto fiscal en salud y educación, acrecentando la carga
impositiva, etc.
Finalmente,
atacando todas las conquistas de los trabajadores, sean en los mismos
países imperialistas o bien en sus colonias y semicolonias,
reprimiendo brutalmente las protestas, intentando controlar a las
masas desarrollando diversos programas y “políticas
compensatorias” instruidas por el propio imperialismo y/o cooptando
las dirigencias de las organizaciones obreras y populares. Aplicando
formas fascistas y demoliberales de gobierno; desenvolviendo por
último cretinismo parlamentario pretendiendo encubrir con ello la
creciente tendencia hacia la reaccionarización y militarización de
la sociedad.
Expresión
de lo anterior son los desesperados esfuerzos del imperialismo
-particularmente del imperialismo yanqui- para salir de su crisis,
lanzándose para ello, hacia un nuevo reparto del mundo,
interviniendo cada vez de manera más directa en las naciones
oprimidas, a través de sus guerras de rapiña, haciendo todo tipo de
maniobras para derribar gobiernos que ya no les sean útiles,
manteniendo los que les resulten funcionales, azuzando masas contra
masas, provocando disturbios, organizando mesnadas y mercenarios a su
servicio.
Esta
crisis se viene profundizando y la perspectiva de que países
imperialistas como Alemania entren en recesión o que el imperialismo
Chino haga lo propio tras la tendencia hacia la desaceleración de su
economía no hacen otra cosa que convertir en una vana fantasía las
proyecciones de recuperación; incluso la situación se viene
agravando en Rusia, Japón y en los mismos USA (las entrañas de la
bestia). Las propias proyecciones de crecimiento mundial del FMI y el
Banco Mundial al respecto, han debido corregirse a la baja,
evidenciando pesimismo y desazón en las filas enemigas. Toda esta
situación aumenta la presión por un nuevo reparto del mundo en
medio de la colusión y pugna interimperialistas. La situación en el
Magreb o en el levante del Mediterráneo (Siria y otros) o África
muestran la creciente agresión del imperialismo francés, inglés o
alemán. En el Mar de China y el Pacífico occidental (Corea del
Norte) el imperialismo japonés se rearma aceleradamente y busca
ganar posiciones en colusión y pugna con el imperialismo yanqui para
enfrentar a Rusia y China.
Los
diferentes cambios que se han producido en la situación
internacional no solo no han modificado las contradicciones
fundamentales del mundo contemporáneo sino que también no han
alterado el carácter de superpotencia hegemónica única que detenta
el imperialismo yanqui.
Ante
esta agudización de las contradicciones fundamentales, como una
forma de responder a las medidas anti populares que se les quieren
imponer o se les han impuesto, las masas, repitiendo y voceando la
consigna “la rebelión se justifica”, han respondido por todo el
mundo con grandes levantamientos que sacuden el viejo orden; es así
como las masas populares, hacedoras de la historia, derriban
regímenes lacayos del imperialismo, al mismo tiempo que amplían las
luchas de liberación nacional en Irak, Afganistán, Manipur,
Kurdistán y Palestina.
Las
propias metrópolis de las potencias imperialistas en el viejo mundo
son azotadas por grandes olas de luchas obreras y se van esparciendo
por toda Europa. En China fascista, recientes movimientos de protesta
nos señalan una formidable masa de trabajadores concentrados que
representan un potencial de magnitud sin igual, que viene encabezando
estas luchas, creando posibilidades de imprevisibles tormentas para
todo el orden social-imperialista.
Toda
la crisis del imperialismo no puede hacer más que agudizar la
contradicción entre revolución y contrarrevolución en todos los
planos. Además de su combate a la revolución, el imperialismo tiene
en el terreno ideológico un componente fundamental de su ofensiva
contrarrevolucionaria, creando formas de confundir, levantando
cortinas de humo o propiciando la capitulación. Esto porque
aprendieron en su experiencia de combate a la revolución, que es
precisamente en el terreno ideológico que reside el punto crucial
para hacer avanzar o retroceder la revolución en cada país.
El
Presidente Mao Tsetung ha señalado que América Latina es una de las
zonas de tempestades revolucionarias. Esto ha quedado demostrado a
sangre con las innumerables y combativas luchas desarrolladas por las
masas en el campo y la ciudad; en particular, la Guerra Popular en
Perú ha sido una de estas tormentas que han sacudido hasta su base
el dominio imperialista en la región.
Los
distintos gobiernos lacayos de turno en América Latina están
aplicando en lo fundamental las tareas contrarrevolucionarias que el
imperialismo les ha impuesto, con ello se busca descargar la propia
crisis imperialista sobre los pueblos latinoamericanos, impulsar el
desfalleciente capitalismo burocrático en ellos, profundizar la
condición semicolonial y semifeudal de estos, a través de la
aplicación de políticas reaccionarias en toda línea combinada o no
con falsos discursos antiimperialista y pseudorevolucionarios. En
relación a los gobiernos social fascistas de Morales, Correa y
Maduro-Chávez, ante la combatividad de las masas han reestructurado
recientemente sus viejos estados e impulsado la corporativización de
la sociedad.
Con
los gobiernos de Dilma-Lula más que nunca el Estado brasileño se ha
desarrollado como punta de lanza del imperialismo yanqui en la
región, económico, político y militar, así lo evidencia la
ocupación militar de Haití, con el reaccionario y genocida ejército
brasileño a la cabeza de la UNASUR.
Vista
la situación en su conjunto, Latinoamérica no ha dejado de ser el
patio trasero del imperialismo yanqui, esto significa, entre otros
aspectos, que sigue siendo un importante punto de apoyo para sus
ofensivas contra otros pueblos.
El
proletariado necesita la Internacional Comunista
La
crisis imperialista, las oleadas de levantamientos, luchas de
liberación nacional y guerras populares han repercutido enorme y
favorablemente en el Movimiento Comunista Internacional (MCI). Sin
embargo, ante la imposibilidad de derrotar ideológica, política y
militarmente las guerras populares, levantamientos armados y luchas
de masas revolucionarias, la burguesía ha tenido que etiquetarse
cómo “marxista-leninista-maoísta” para poder infiltrarse en los
partidos comunistas y así poder sofrenar sus luchas, desviarlas a la
capitulación, acuerdos de paz o espurias negociaciones. Fenómenos
como éstos no son nuevos y ya los hemos presenciado en el pasado en
algunos partidos comunistas, ejemplo de ello se dieron después de la
II Guerra Mundial o más contemporáneamente en Nepal con la traición
del prachandismo a la Guerra Popular y la Revolución de Nueva
Democracia.
En
particular, Avakian (representante de la burguesía en las filas
proletarias) y su revisionismo (expresado en la “Nueva Síntesis”),
llevó al total y completo desenrumbamiento y liquidación de su
partido, el Partido Comunista Revolucionario de USA.
El
revisionismo de Avakian niega entre otros aspectos, el socialismo
científico, niega la misión histórica del proletariado, niega la
lucha de clases y la guerra popular como única forma de establecer,
desarrollar y defender el nuevo poder y la dictadura del
proletariado; en filosofía, niega la teoría marxista del
conocimiento y el materialismo dialéctico e histórico. A cambio, el
avakianismo ofrece vieja y podrida ideología burguesa expresada en
su cacareada “nueva síntesis” haciéndose eco, con ello, del
lloriqueo de la intelectualidad burguesa respecto al “determinismo
económico” del marxismo; afirmando que la verdad no tiene carácter
de clase; defendiendo un “núcleo sólido” para encubrir su
cretinismo parlamentario; etc. A final de cuentas niega la ideología
científica del proletariado: el marxismo-leninismo-maoísmo.
No
podemos olvidar que este Señor no ha estado solo, asaltando el
CoMRI, creó su propio séquito con el cual pretendió imponer y
difundir sus negros vómitos. Frustrado en sus afanes hegemonistas,
con su línea general derrotada en la lucha de dos líneas en el seno
del Movimiento Revolucionario Internacionalista y con sus
concepciones en bancarrota, no acató siquiera, los acuerdos y pasó
con “dedicación de artista” y coludido con Prachanda (“el
feroz de papel”) a consagrarse a la liquidación del MRI contando
para ello con avanzadas en distintos países. Esto es más importante
aún si consideramos que la imposición en el MRI del maoísmo como
nueva, tercera y superior etapa del marxismo en 1993 -aporte del
Partido Comunista del Perú y del Presidente Gonzalo a la ideología
del proletariado y al MCI-, es una victoria contundente para la clase
ante la porfiada negación de esta cuestión ideológica fundamental
por parte de Avakian y el PCR-USA, entre otros. Cuestión similar se
vivió el 2000 en la reunión ampliada del MRI y la “Declaración
del Milenio” en la cual se impuso la vigencia universal de la
Guerra Popular.
Ante
esta situación consideramos erróneo simplificar el problema de los
recodos, reveses o capitulaciones como atribuibles a la existencia de
un pensamiento guía, esto es no entender la dinámica ideológica,
la repercusión de la lucha de clases en el interior de los partidos
y sus direcciones, o sea la lucha de dos líneas y el estrecho
vínculo del partido con las masas. Al contrario, sin pensamiento
guía, es imposible el triunfo de la revolución y el paso de esta a
etapas más altas, tal como quedó demostrado con la Revolución de
Octubre y la Revolución China y el papel de Lenin, Stalin y el
Presidente Mao Tsetung en ellas.
En
el fuego de la lucha de clases más aguda el pensamiento guía es el
crisol donde se funde la ideología, el programa y línea política
general de la revolución en determinado país. Ejemplo de ello es el
pensamiento Gonzalo, esto es la aplicación del
marxismo-leninismo-maoísmo a las condiciones de la realidad del
Perú, logrando con ello contribuir al MCI con la sistematización y
síntesis del maoísmo como nueva, tercera y superior etapa del
marxismo, incluyendo en esto aportes de validez universal hechos por
Presidente Gonzalo a la ideología científica del proletariado.
La
Guerra Popular en el Perú ha sido y es un blanco clave de la
ofensiva contrarrevolucionaria mundial encabezada por el imperialismo
yanqui, esta ofensiva ha provocado serios reveses, creando
condiciones para el desarrollo de líneas oportunistas de derecha,
revisionistas y capitulacionistas en dicho país. Ninguna revolución
ha avanzado de un solo golpe o por un camino rectilíneo, la historia
de las revoluciones enseña que no son pocos los reveses, derrotas
parciales y nuevos avances. De ello nos habla la revolución rusa y
china, como parte de la experiencia de la Revolución Proletaria
Mundial.
La
revolución es la tendencia histórica y política principal, Perú
no es una excepción a esto y estamos convencidos que el proletariado
del Perú bajo la dirección del Partido Comunista del Perú y con el
apoyo del Movimiento Comunista Internacional, superará todas las
dificultades, pues su fortaleza está en su sólida vinculación con
las masas gracias a que cuenta y puede aplicar su Base de Unidad
Partidaria: ideología marxista-leninista-maoísta pensamiento
Gonzalo, programa y línea política general, establecidos,
comprobados y desarrollados en más de 30 años de Guerra Popular.
La
experiencia histórica ha comprobado lo dicho por Lenin de que
pretender combatir al imperialismo y la reacción separadamente del
combate del revisionismo y el oportunismo no pasa de ser pura
fraseología. Ni la revolución rusa ni la revolución china han
podido triunfar contra sus enemigos de clase sin antes aplastar al
revisionismo y al oportunismo; igualmente, durante el socialismo la
lucha contra el revisionismo no se detiene so riesgo de que éste
triunfe y restaure el capitalismo.
El
revisionismo es el peligro principal para la Revolución Proletaria,
esto queda de manifiesto no solo en la conclusión de los acuerdos de
paz, sino también cuando al otorgarle carácter meramente táctico a
la lucha armada, se le utiliza para presionar por reformas al viejo
Estado. La Guerra Popular tiene carácter universal, es el único
camino para la emancipación de la clase y el pueblo, la única vía
para conquistar y defender su Poder.
Las
tareas revolucionarias del proletariado
En
el contexto actual de lucha de clases a nivel mundial nuestro deber
revolucionario es asumir las tareas que la situación demanda:
- Imponer el maoísmo como mando y guía del MCI para impulsar la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial, todo esto en lucha contra toda variante de revisionismo y oportunismo, sirviendo a la urgente tarea de construir la Internacional Comunista.
- Constituir o reconstituir partidos comunistas maoístas militarizados para desencadenar Guerra Popular, en los países dominados por el imperialismo hacer la Revolución de Nueva Democracia avanzando ininterrumpidamente al socialismo, y en los países imperialistas para hacer la revolución socialista, y en todos a través de sucesivas Revoluciones Culturales alcanzar el dorado comunismo, nuestra meta irrenunciable. Ello implica construir las herramientas fundamentales de la revolución, Partido Comunista, Ejército Popular y Frente Único de las clases revolucionarias, bajo la dirección omnímoda del Partido Comunista.
- Luchar por una conferencia internacional maoísta unificada, con el objetivo de combatir la dispersión y profundizar la lucha de dos líneas de forma más organizada posible que nos lleve a alcanzar una mayor unidad ideológica y política, bajo los principios del MLM en medio de la lucha sin cuartel contra el revisionismo y todo oportunismo. Una conferencia internacional para establecer niveles de coordinación entre diferentes partidos, organizaciones e iniciativas maoístas que estén en GP o preparándola
- Impulsar campañas conjuntas:
- de apoyo a las guerras populares en curso, que además de ser un deber internacionalista, son una forma de indicar a las masas de nuestros propios países y del mundo, único camino a seguir una lucha revolucionaria para su emancipación, a Guerra Popular.
- Por la libertad de los presos políticos y prisioneros de guerra del mundo.
¡Viva
el Primero de Mayo clasista, combativo y revolucionario!
¡Viva
el marxismo-leninismo-maoísmo!
¡Viva
la Nueva Ola de la Revolución Proletaria Mundial!
¡Muerte
al imperialismo, a la reacción y al revisionismo!
¡Abajo
la guerra imperialista y viva la Guerra Popular!
¡Salvo
el poder, todo es ilusión!
1º
de Mayo de 2013
Partido
Comunista de Brasil – Fracción Roja
Partido
Comunista de Ecuador – Sol Rojo
Frente
Revolucionario del Pueblo (Marxista-leninista-maoísta) de Bolivia
Fracción
Roja del Partido Comunista de Chile
Asociación
de Nueva Democracia (Perú), Alemania