Wednesday, August 21, 2019

Republicanos irlandeses defienden al Presidente Gonzalo Jefe del Partido y la Revolución Peruana

El jornal A nova Democracia dió a conocer el día de ayer, que:

 El grupo republicano socialista irlandés ha realizado una serie de pintas en Dublín, capital, por  el presidente Gonzalo, jefe del Partido Comunista del Perú (PCP) y la Revolución Peruana, encarcelados y recluidos en régimen de incomunicación desde 1992.

Que, en las pintas, el grupo también escribió Viva MLM, refiriéndose a la ideología del proletariado, marxismo-leninismo-maoísmo, cuya síntesis y amplia difusión fue obra de la revolución peruana. Las fotos fueron publicadas por Anti Imperialist Action Ireland en una red social.

El jornal de la prensa democrática escribió también:

Que, en el Perú, la Revolución continúa, a pesar de la detención del presidente Gonzalo y la situación compleja y difícil por la que atraviesa el Partido. Hoy, según la información publicada en Internet y a través de documentos internacionales, se sabe que el PCP está en "reorganización general en medio de la guerra popular" y su Ejército de Liberación Popular continúa teniendo una fuerte actividad guerrillera en las regiones de Apurímac, Ene River Valley. y Mantaro.

Fotos: Acción antiimperialista Irlanda































Tuesday, August 20, 2019

PERÍODICO EL PUEBLO CHILE: AGRUPACIÓN LA VENTOLERA: ARTE AL SERVICIO DEL PUEBLO (Nueva Cultura)

agoto 3, 2019

Principios de clase y valores democráticos
Arte y cultura, Periódico El Pueblo 83 (agosto, 2019).

Combinando la música, la danza y el teatro, La Ventolera conmueve a su público, difundiendo historias de luchadores populares. Su último trabajo, titulado “Hijas del Pueblo”, busca reconstruir las valientes historias de cuatro mujeres que sirvieron a las clases populares, fueron ejemplo de revolución y emancipación de la mujer: Aracely Romo y Teresa Flores en Chile, Juana Azurduy del territorio de Alto Perú y Olga Benario en Alemania.


EP: ¿Quiénes son y cómo nace la agrupación?

Hoy somos ocho músicos y siete bailarines, estudiantes y trabajadores que dedicamos nuestros otros tiempos a desarrollar el arte. No tenemos estudios artísticos, pero demostramos que personas comunes y corrientes podemos hacer arte para nuestro pueblo.

Iniciamos en el Ballet Folclórico de la Universidad de Santiago (Bafusach). Sabiendo que Víctor Jara fue funcionario de la Universidad Técnica del Estado (actual Usach), quisimos retomar su obra y montamos “Herminda de la Victoria”. Para ello armamos otra agrupación, en la que las diferencias internas llevaron a la separación definitiva.

Muchos de quienes vivimos la experiencia de Herminda seguimos juntos. Escuchando a Víctor Jara y Quilapayún, llegamos al nombre, entendiendo la ventolera como un viento fuerte, que levanta tierra y remueve, que incomoda. No queríamos ser reconocidos como arte lindo, sino como algo que molesta. Se ha ido convirtiendo en tradición que en algunas presentaciones importantes se pone a correr una ventolera, ¡incluso nos ha llovido!.

































Uds. realizan presentaciones al aire libre, parte de los principios de su agrupación. Cuéntennos sobre ellos

Nos guían cuatro principios para enfocar nuestro trabajo:

El centralismo democrático ha sido efectivo y nos permite avanzar. Por un lado, tenemos la dirección artística, que reúne las decisiones y propuestas. Luego, hay espacios de asamblea, donde todos opinamos y discutimos; con esas ideas la dirección toma las decisiones. Siempre estamos en un proceso interno de debate y lucha. Muchas veces sucede que cada uno quiere algo distinto o representar a la agrupación de forma individual; este principio no ha sido fácil de implementar.

El autosostenimiento se justifica por los recursos para la puesta en escena, vestuario, etc. No utilizamos la palabra autogestión, ya que alude a generar recursos de manera aislada. Nosotros no cobramos por presentación, así que hacemos otras actividades como peñas o rifas que sirven para acercarnos al pueblo, a la vez que nos apoyamos en las masas.

El uso de espacios públicos es un rechazo a los escenarios. No planteamos arte para unos pocos, sino para todos. Desde un inicio quisimos retratar las luchas del pueblo, sus conquistas. Es por ello que presentamos en plazas públicas, pues está pensado para llegar a las masas. Nos fijamos también en incluir espacios de interacción.

El combate al egocentrismo es un principio que estamos siempre desarrollando. El protagonismo unipersonal se da mucho en el mundo del arte. Todos nosotros participamos en compañías donde había artistas irremplazables. Queremos que aquí todos puedan hacer también el papel del otro. No ha sido fácil, pero es necesario para servir mejor al pueblo y no a intereses individuales.




















¿Qué los llevó a realizar la obra “Hijas del Pueblo”?

Queríamos resaltar la valentía y decisión de luchar de mujeres latinoamericanas principalmente, como ejemplo de emancipación de la clase obrera y de la mujer, encontrando cuatro tremendos ejemplos:

La historia de Teresa Flores ha sido de las más difíciles de reconstruir, ya que lo que más se conoce es que fue compañera de Luis Emilio Recabarren. Investigando hemos podido reconstruir su dirección en “las huelgas de las cocinas apagadas”. Las mujeres de los tiempos de las salitreras se dieron cuenta de que en su doble opresión, por ser clase obrera y ser mujeres, no tenían nada que perder. Conquistaron mejoras inmediatas usando su creatividad, impulsaron a sus compañeros a ir a la huelga, agarraban el trasero de los policías para intimidarlos, obligaron a administradores de las pulperías a bajar los precios de los alimentos o se lanzaban a las vías del tren para impedir la llegada de los rompehuelgas.




































Aracely Romo fue una joven que participó en sus inicios luchando por el reconocimiento de los combatientes caídos y al cabo de un tiempo comprendió que el mejor homenaje era tomar ella misma en sus manos la responsabilidad de la lucha armada. Formó parte del MIR y tuvo que despedirse de lo que ella conocía para organizarse y luchar clandestinamente.

Juana Azurduy luchó contra las fuerzas armadas de la realeza, tomando posición por los pueblos originarios. Era una “india chola” del territorio de Alto Perú, que hoy forma parte de Bolivia y Argentina, donde es reconocida como heroína de la independencia. Formó un ejército de mujeres y fue reconocida por su valentía en la defensa del territorio, tomando altos cargos en el ejército independentista. Existen películas y canciones que le hacen homenaje.

Por último, la historia de Olga Benario, quien nació en Alemania y combatió a los nazis. Exiliada en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), se formó como cuadro militar y fue designada como guardaespaldas de Luis Carlos Prestes, comunista brasileño también exiliado. Con la ayuda de Olga logró ingresar de forma clandestina a Brasil para impulsar la revuelta y la constitución del Partido Comunista. En estas luchas ambos son detenidos y Olga es deportada a Alemania, donde ingresa a un campo de concentración y se da cuenta que espera un hijo de su compañero.

Presidente Mao Tse-tung: SOBRE LA DICTADURA DEMOCRATICA POPULAR

Estamos publicando hace algunos días textos del Presidente Mao Tse-tung referentes al Frente, porque como nos enseña el Presidente Gonzalo ha sido él "quien establece las leyes del frente, las seis leyes del frente, está en "Acerca de la aparición de la revista `El Comunista´”, como bien saben".

El Presidente Gonzalo, nos dice además: El problema del frente lo va a estudiar el Presidente Mao especialmente en la lucha de resistencia contra la invasión japonesa, ahí es cuando desarrolla; luego en "A propósito de nuestra política” donde ya nos plantea cómo ver el frente a nivel mundial, sobre esto está en "En  Sobre la Dictadura Democrática-Popular" donde plantea el frente a nivel mundial, año 49 ahí nos habla que hay que unirse con la URSS como centro, está en la época de Stalin, ¿no?, con dirección del camarada Stalin, hay que unirse con las democracias populares y con los pueblos del mundo para batir al imperialismo; lo ha vuelto a plantear después reiteradas veces apuntando contra el imperialismo norteamericano como enemigo principal, porque así fue; después lo ha vuelto a plantear como frente contra las dos superpotencias porque un período histórico nuevo se había abierto. Y lo ha manejado como nadie, no erró en frente, sino ¡que demuestren en que erró el Presidente!"

Lo resaltado en negritas y subrayados son nuestros.

Nota del Blog
Agosto 2019


 En conmemoración del XXVIII aniversario
del Partido Comunista de China

30 de junio de 1949


De las

Obras Escogidas en

EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1976


  El día 1° de julio de 1949 señala que el Partido Comunista de China ha vivido ya veintiocho años. Lo mismo que un ser humano, un partido político tiene niñez, juventud, madurez y vejez. El Partido Comunista de China ya no es un niño ni un muchacho menor de veinte años, sino un adulto. Cuando un hombre llega a la vejez, muere; lo mismo ocurre con un partido. Cuando las clases desaparezcan, todos los instrumentos de la lucha de clases -- los partidos y la máquina estatal -- perderán su función y dejarán de ser necesarios; por tanto, se extinguirán gradualmente y terminarán su misión histórica, y la sociedad humana pasará a una etapa superior. Nosotros somos lo contrario de los partidos políticos de la burguesía. Ellos temen hablar de la extinción de las clases, de la extinción del Poder estatal y de los partidos. Nosotros, al revés, declaramos de manera abierta que luchamos con energía precisamente para crear las condiciones necesarias que aceleren la extinción de todo esto. La dirección del Partido Comunista y el Poder estatal de la dictadura popular constituyen tales condiciones. Quien no reconozca esta verdad no es comunista. Tal vez no la comprendan aún los camaradas jóvenes que acaban de ingresar en el Partido y que no han estudiado el marxismo-leninismo. Deben comprenderla, pues sólo entonces podrán tener una concepción justa del mundo. Deben comprender que el camino que conduce a la abolición de las clases, del Poder estatal y de los partidos, es el que ha de seguir toda la humanidad; es sólo cuestión de tiempo y condiciones. Los comunistas de todo el mundo son más clarividentes que la burguesía, conocen las leyes que rigen la existencia y el desarrollo de las cosas, conocen la dialéctica y ven más lejos. Si la burguesía no acoge con agrado esta verdad, es porque no quiere ser derrocada. Ser derrocado resulta doloroso y horrible de imaginar para quienes lo sufren, por ejemplo, para los reaccionarios kuomintanistas, a quienes derrocamos actualmente, y para el imperialismo japonés; al cual vencimos junto con otros pueblos. Pero para la clase obrera, el pueblo trabajador y el Partido Comunista, el problema no está en ser derrocado, sino en trabajar con ahínco para crear las condiciones en que las clases, el Poder estatal y los partidos políticos desaparezcan de manera natural, y la humanidad entre en el reino de la Gran Armonía[1]. Hemos mencionado de pasada esta perspectiva lejana del progreso humano, a fin de explicar con claridad los problemas en los que vamos a detenemos a continuación.

    Como todos saben, nuestro Partido no ha vivido estos veintiocho años en paz, sino en medio de penalidades, obligado a luchar contra los enemigos interiores y exteriores y contra los de dentro y fuera del Partido. Agradecemos a Marx, Engels, Lenin y Stalin el habernos dado un arma. Esta arma no es la ametralladora; sino el marxismo-leninismo.

    En su libro La Enfermedad Infantil del "Izquierdismo" en el Comunismo, escrito en 1920, Lenin describió cómo buscaban los rusos una teoría revolucionaria[2]. Sólo después de varios decenios de penalidades y sufrimientos encontraron el marxismo. Muchas cosas en China eran iguales, o parecidas, a las existentes en la Rusia anterior a la Revolución de Octubre. Existía la misma opresión feudal. Existía un atraso económico y cultural similar. Ambos países eran atrasados, pero China aún más. Otro rasgo común: animados por el deseo de hacer renacer sus países, los hombres avanzados no se detuvieron ante las luchas duras y acerbas en la búsqueda de la verdad revolucionaria.

    Desde la derrota de China en la Guerra del Opio de 1840[3], los chinos avanzados pasaron innumerables penalidades, buscando la verdad en el ejemplo de los países occidentales. Jung Siu-chüan[4], Kang You-wei[5], Yen Fu[6] y Sun Yat-sen representan a quienes buscaban la verdad en el ejemplo de Occidente antes que naciera el Partido Comunista de China. En aquel entonces, los chinos que aspiraban al progreso leían cualquier libro que contuviese las nuevas teorías de Occidente. Era asombroso el número de estudiantes enviados al Japón, Inglaterra, EE.UU., Francia y Alemania. Dentro del país se abolió el sistema de los exámenes imperiales, y las escuelas modernas surgieron como brotes de bambú después de una lluvia primaveral; se hacían muchos esfuerzos por aprender de Occidente. En mi juventud, me dediqué también a esos estudios. Se trataba de la cultura de la democracia burguesa occidental, cultura que comprendía las teorías sociales y las ciencias naturales de ese período, o lo que se llamaba "nuevas doctrinas", en oposición a la cultura feudal china que se llamaba "viejas doctrinas". Durante un tiempo bastante largo, los que habían aprendido las nuevas doctrinas confiaron en que éstas salvarían a China, y muy pocos de ellos abrigaban las dudas que tenían al respecto los partidarios de las viejas doctrinas. Sólo la modernización podía salvar a China, sólo el aprender de los países extranjeros podía modernizarla. Entre los países extranjeros de esa época, únicamente los países capitalistas de Occidente eran progresistas, pues habían edificado con éxito modernos Estados burgueses. Los japoneses habían logrado éxitos al aprender de Occidente, y los chinos también deseaban aprender de los japoneses. A los ojos de los chinos de esa época, Rusia era un país atrasado, y pocos querían aprender de ella. Así fue cómo los chinos se esforzaron por aprender de los países extranjeros en el período que va de la década del 40 del siglo XIX a los comienzos del siglo XX.

    La agresión imperialista desvaneció el ensueño de los chinos de aprender de Occidente. Cosa extraña: ¿por qué los maestros siempre agredían a sus discípulos? Los chinos aprendieron mucho de Occidente, pero lo aprendido resultó inaplicable, y sus ideales no pudieron realizarse nunca. Las repetidas luchas, incluyendo un movimiento de amplitud nacional como la Revolución de 1911[7], terminaron todas en el fracaso. Día a día empeoraba la situación del país, y la vida se hizo imposible. Las dudas surgieron; aumentaron y se profundizaron. La Primera Guerra Mundial estremeció al mundo entero. Los rusos hicieron la Revolución de Octubre y crearon el primer Estado socialista del mundo. Bajo la dirección de Lenin y Stalin, la energía revolucionaria del gran proletariado y del gran pueblo trabajador de Rusia, energía hasta entonces latente e imperceptible para los extranjeros, entró de pronto en erupción como un volcán, y los chinos, así como toda la humanidad, comenzaron a mirar a los rusos con otros ojos. Entonces, y sólo entonces, se inició una era completamente nueva en el pensamiento y la vida de los chinos. Encontraron el marxismo-leninismo, la verdad de aplicación universal, y la fisonomía de China comenzó a cambiar.

 Fue a través de los rusos que los chinos encontraron el marxismo. Antes de la Revolución de Octubre, los chinos no sólo desconocían a Lenin y Stalin, sino que ni siquiera conocían a Marx y Engels. Las salvas de los cañones de la Revolución de Octubre nos trajeron el marxismo-leninismo. La Revolución de Octubre ayudó a los hombres avanzados de China, así como a los de la tierra entera, a adoptar la concepción proletaria del mundo como instrumento para estudiar el destino de su país y para reconsiderar sus propios problemas. Seguir el camino de los rusos: tal fue la conclusión. En 1919, se produjo en China el Movimiento del 4 de Mayo. En 1921, se fundó el Partido Comunista de China. Sun Yat-sen, en la sima de la desesperación, se encontró con la Revolución de Octubre y el Partido Comunista de China. Saludó la Revolución de Octubre, saludó la ayuda de los rusos a los chinos y saludó la cooperación del Partido Comunista de China. Luego Sun Yat-sen murió, y Chiang Kai-shek subió al Poder. Al cabo de un largo período de veintidós años, Chiang Kai-shek había arrastrado a China a una situación sin salida. Durante ese período, en la Segunda Guerra Mundial antifascista, en la que la Unión Soviética constituía la fuerza principal, tres grandes potencias imperialistas fueron derrotadas y otras dos salieron debilitadas. En todo el mundo, sólo una gran potencia imperialista, los EE.UU., quedó indemne. Sin embargo, los EE.UU. sufrían una grave crisis interna. Querían esclavizar al mundo entero; ayudaban a Chiang Kai-shek a matar varios millones de chinos, suministrándole armas. Bajo la dirección del Partido Comunista, el pueblo chino, después de expulsar al imperialismo japonés, ha mantenido durante tres años la Guerra Popular de Liberación y ha logrado en lo fundamental la victoria.

    De este modo, la civilización burguesa occidental, la democracia burguesa y el proyecto de una república burguesa han caído todos en bancarrota a los ojos del pueblo chino. La democracia burguesa ha cedido el lugar a la democracia popular dirigida por la clase obrera, y la república burguesa, a la república popular. De ahí la posibilidad de llegar, a través de la república popular, al socialismo y al comunismo, a la abolición de las clases y al mundo de la Gran Armonía. Kang You-wei escribió el Tatung Shu (Libro de la Gran Armonía ), pero no encontró ni podía encontrar el camino que conduce a la Gran Armonía. La república burguesa, que existe en el extranjero, no puede existir en China, porque China es un país oprimido por el imperialismo. El único camino es el que pasa por la república popular dirigida por la clase obrera.

    Todos los demás medios se han probado y han fracasado. Entre quienes se apegaban a ellos, algunos han caído, otros han despertado y otros están cambiando sus ideas. Los acontecimientos se desarrollan con tanta rapidez que muchos sienten lo repentino del cambio y la necesidad de aprender de nuevo. Es comprensible este estado de ánimo y saludamos este buen deseo de ponerse de nuevo a aprender.

    La vanguardia del proletariado chino aprendió el marxismo-leninismo después de la Revolución de Octubre y fundó el Partido Comunista de China. Entró de inmediato en las luchas políticas y sólo ahora, después de recorrer durante veintiocho años un camino sinuoso, ha logrado la victoria fundamental. De nuestra experiencia de veintiocho años hemos extraído una conclusión igual a la que Sun Yat-sen, en su testamento, extrajo de la "experiencia de cuarenta años"; es decir, estamos profundamente convencidos de que para conquistar la victoria "debemos despertar a las masas populares y unimos en una lucha común con las naciones del mundo que nos traten en pie de igualdad". Sun Yat-sen tenía una concepción del mundo distinta de la nuestra y partía de otra posición de clase al examinar y abordar los problemas; sin embargo, en la década del 20 de este siglo llegó a una conclusión en lo esencial idéntica a la nuestra sobre el problema de cómo luchar contra el imperialismo.

    Desde la muerte de Sun Yat-sen han pasado veinticuatro años. La revolución china, dirigida por el Partido Comunista de China, ha realizado tremendos avances, tanto en la teoría como en la práctica, y esto ha cambiado radicalmente la fisonomía de China. La experiencia principal y fundamental obtenida hasta aquí por el pueblo chino se resume en los dos puntos siguientes:

    1. En el interior del país, despertar a las masas populares. Esto significa unir a la clase obrera, al campesinado, a la pequeña burguesía urbana y a la burguesía nacional, formar un frente único bajo la dirección de la clase obrera y, partiendo de ello, avanzar hacia el establecimiento de un Estado de dictadura democrática popular dirigido por la clase obrera y basado en la alianza de los obreros y los campesinos.
    2. En el exterior, unimos en una lucha común con las naciones del mundo que nos traten en pie de igualdad y con los pueblos de todos los países. Esto significa aliarnos con la Unión Soviética, con las Democracias Populares y con el proletariado y las amplias masas populares de todos los demás países para formar un frente único internacional.

    "Ustedes se ponen de un lado." Exactamente. Ponemos de un lado, esto es lo que nos han enseñado la experiencia de cuarenta años de Sun Yat-sen y la experiencia de veintiocho años del Partido Comunista, y estamos firmemente convencidos de que, a fin de lograr y consolidar la victoria, debemos ponemos de un lado. Las experiencias acumuladas en estos cuarenta años y en estos veintiocho años muestran que todos los chinos sin excepción tienen que ponerse, o del lado del imperialismo, o del lado del socialismo. No es posible cabalgar sobre una tapia entre los dos, ni existe un tercer camino. Combatimos a los reaccionarios chiangkaishekistas que se ponen del lado del imperialismo, y estamos también contra las ilusiones acerca de un tercer camino.

    "Ustedes son demasiado irritantes." Hablamos de cómo tratar a los reaccionarios nacionales y extranjeros, o sea, a los imperialistas y sus lacayos, y no de cómo tratar a cualquier otro. Con los reaccionarios no surge el problema de irritarlos o no. Irritados o no irritados, seguirán siendo los mismos, porque son reaccionarios. Podremos aislar a los reaccionarios, vencerlos o arrancarles el Poder sólo si trazamos una clara línea de demarcación entre ellos y los revolucionarios, ponemos al desnudo las intrigas y maquinaciones de los reaccionarios, despertamos la vigilancia y atención en las filas revolucionarias, elevamos nuestra voluntad de lucha y aplastamos la arrogancia del enemigo. Ante una fiera, no se debe mostrar la menor timidez. Que nos sirva de ejemplo lo que hizo Wu Sung[8] en la colina de Chingyang. A los ojos de Wu Sung, el tigre de la colina de Chingyang, irritado o no, siempre devoraba hombres. Una de dos: o matar al tigre, o dejarse comer por él.

    "Nos hace falta comerciar." Completamente justo, siempre hace falta comerciar. No estamos contra nadie, salvo los reaccionarios nacionales y extranjeros que nos estorban para comerciar. Todos deben saber que no son nadie más que los imperialistas y sus lacayos, los reaccionarios chiangkaishekistas, quienes nos estorban para comerciar y para establecer relaciones diplomáticas con los países extranjeros. Cuando nosotros, uniéndonos con todas las fuerzas nacionales e internacionales, hayamos derrotado a los reaccionarios interiores y exteriores, podremos comerciar y establecer relaciones diplomáticas con todos los países sobre la base de la igualdad, del beneficio recíproco y del mutuo respeto a la integridad territorial y la soberanía.

    "La victoria es posible incluso sin ayuda internacional." Esta es una idea errónea. En la época en que existe el imperialismo, sin las diversas formas de ayuda de las fuerzas revolucionarias internacionales, es imposible que una verdadera revolución popular, en cualquier país que sea, logre la victoria; aun cuando se lograra la victoria, no podría consolidarse. Así ocurrió con la victoria y la consolidación de la Gran Revolución de Octubre, como Lenin y Stalin nos lo dijeron hace mucho. Así ocurrió también con la derrota de las tres potencias imperialistas en la Segunda Guerra Mundial y con el establecimiento de las Democracias Populares. Y así ocurre también con el presente y el futuro de la China Popular. Imagínense, sin la existencia de la Unión Soviética, sin la victoria en la Segunda Guerra Mundial antifascista, sin la derrota del imperialismo japonés, sin el nacimiento de las Democracias Populares, sin la lucha a que se levantan las naciones oprimidas de Oriente y sin la lucha de las masas populares de los EE.UU., Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Japón y otros países capitalistas contra sus gobernantes reaccionarios, sin el concurso de todos estos factores, las fuerzas reaccionarias internacionales que pesan sobre nosotros serían indudablemente muchas veces mayores que ahora. En tales circunstancias, ¿habríamos podido lograr la victoria? Evidentemente que no. E incluso si la hubiéramos logrado, sería imposible consolidarla. El pueblo chino tiene sobrada experiencia al respecto. Esta experiencia se reflejó hace tiempo en las palabras que dijo Sun Yat-sen en su lecho de muerte acerca de la necesidad de unirse con las fuerzas revolucionarias internacionales.

    "Necesitamos la ayuda de los Gobiernos de Inglaterra y EE.UU." Esta es también, en los tiempos que corren, una idea ingenua. Los actuales gobernantes de Inglaterra y de EE.UU., que son imperialistas, ¿ayudarían a un Estado popular? Si esos países llegan a comerciar con nosotros y si, supongamos, estuvieran dispuestos en el futuro a prestamos dinero en condiciones de beneficio mutuo, ¿por qué lo harían? Porque los capitalistas de esos países quieren ganar dinero, y sus banqueros, cobrar intereses, para salvarse de su propia crisis; eso no es ninguna ayuda para el pueblo chino. Los Partidos Comunistas y los partidos progresistas de esos países están presionando a sus gobiernos para que comercien e incluso establezcan relaciones diplomáticas con nosotros. Eso es muestra de buena voluntad, eso es ayuda, y no puede colocarse en el mismo plano que la conducta de la burguesía de dichos países. A lo largo de toda su vida, Sun Yat-sen se dirigió incontables veces a los países capitalistas solicitando ayuda, pero nada obtuvo y, por añadidura, sufrió despiadadas repulsas. Sólo una vez en toda su vida Sun Yat-sen recibió ayuda extranjera, y ésta fue la ayuda de la Unión Soviética. Que los lectores se remitan al testamento del Dr. Sun Yat-sen, en el que aconsejaba insistentemente no cifrar esperanzas en la ayuda de los países imperialistas, sino "unimos con las naciones del mundo que nos traten en pie de igualdad". El Dr. Sun tenía experiencia: había sufrido, había sido engañado. Debemos tener presentes sus palabras y no dejamos engañar a nuestro turno. En el terreno internacional, pertenecemos al frente antiimperialista encabezado por la Unión Soviética y, para obtener una verdadera ayuda amistosa, sólo podemos dirigimos a este lado, y no al lado del frente imperialista.

    "Ustedes ejercen una dictadura." Queridos señores míos, tienen razón, es justamente eso lo que hacemos. Toda la experiencia acumulada por el pueblo chino durante varios decenios nos enseña a ejercer la dictadura democrática popular, lo que significa privar a los reaccionarios del derecho a la palabra y dar ese derecho sólo al pueblo.

    ¿Qué se entiende por pueblo? En China, en la presente etapa, por pueblo se entiende a la clase obrera, el campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional. Dirigidas por la clase obrera y el Partido Comunista, estas clases se unen, forman su propio Estado, eligen su propio gobierno y ejercen la dictadura sobre los lacayos del imperialismo, es decir, sobre la clase terrateniente y la clase capitalista burocrática, así como sobre sus representantes, los reaccionarios del Kuomintang y sus cómplices, los reprimen, sólo les permiten actuar en la forma debida y no les toleran que se extralimiten, ni de palabra ni de hecho. Si se extralimitan de una u otra forma, se los reprime y se los castiga inmediatamente. La democracia se practica en el seno del pueblo, el cual goza de las libertades de palabra, de reunión, de asociación, etc. Sólo el pueblo goza del derecho electoral, y no los reaccionarios. La combinación de estos dos aspectos, democracia para el pueblo y dictadura para los reaccionarios, constituye la dictadura democrática popular.

    ¿Por qué es preciso proceder de esta manera? La razón es bastante clara para todos. Si así no se procediera, la revolución fracasaría, el pueblo sufriría y el Estado perecería.

    "¿No quieren ustedes abolir el Poder estatal?" Sí, queremos, pero no por el momento; aún no lo podemos hacer. ¿Por qué? Porque aún existe el imperialismo, porque aún existe la reacción interior, porque aún existen las clases en el país. Nuestra tarea actual es fortalecer el aparato del Estado del pueblo -- principalmente elejército popular, la policía popular y los tribunales populares -- a fin de consolidar la defensa nacional y proteger los intereses del pueblo. Esta es la condición para que China, bajo la dirección de la clase obrera y del Partido Comunista, pueda transformarse con pasos seguros de país agrícola en país industrial, pasar de la sociedad de nueva democracia a la sociedad socialista y comunista, abolir las clases y realizar la Gran Armonía. El aparato del Estado, incluyendo el ejército, la policía y los tribunales, es el instrumento de opresión de una clase por otra. Con respecto a las clases enemigas, es un instrumento de opresión, es la violencia y de ningún modo la "benevolencia". "Ustedes no son benévolos." Exacto. Jamás aplicamos una política de benevolencia para con las actividades reaccionarias de los reaccionarios y de las clases reaccionarias. Aplicamos la política de benevolencia únicamente en el seno del pueblo, y no para con las actividades reaccionarias de los reaccionarios y de las clases reaccionarias, ajenos al pueblo.

    El Estado popular protege al pueblo. Sólo cuando existe un Estado popular, el pueblo puede, en todo el país y con participación de todos, educarse y transformarse por métodos democráticos, y así desembarazarse de la influencia de los reaccionarios interiores y exteriores (influencia aún muy fuerte en la actualidad, que subsistirá largo tiempo y que no puede ser eliminada rápidamente), librarse de los malos hábitos e ideas adquiridos en la vieja sociedad, evitar dejarse descarriar por los reaccionarios, y continuar el avance: el avance hacia la sociedad socialista y comunista.

    El método que empleamos al respecto es democrático, o sea, un método de persuasión, y no de coacción. Cuando alguien del pueblo viola la ley, también debe ser castigado, encarcelado o incluso sentenciado a muerte; pero ésta es una cuestión de unos pocos casos aislados, que difiere en principio de la dictadura ejercida sobre los reaccionarios como clase.

    A los miembros de las clases reaccionarias y a los elementos de la reacción, después del derrocamiento de su Poder, mientras no se rebelen, no cometan actos de sabotaje ni provoquen disturbios, también se les dará tierra y trabajo, para que puedan vivir, reeducarse por el trabajo y convertirse en gente nueva. Si no quieren trabajar, el Estado popular los obligará a hacerlo. Con ellos se realizará también un trabajo de propaganda y educación, y se hará, además, en forma tan cuidadosa y a fondo como lo hemos hecho con los oficiales prisioneros. Si se quiere, ésta también puede calificarse de "política de benevolencia", pero es impuesta por nosotros a los que pertenecían a las clases enemigas y no puede ser colocada en un mismo plano con el trabajo de autoeducación que realizamos en el seno del pueblo revolucionario.

    Semejante trabajo de reeducación de los miembros de las clases reaccionarias lo puede efectuar sólo un Estado de dictadura democrática popular bajo la dirección del Partido Comunista. Una vez que se haya llevado a cabo con éxito, serán definitivamente eliminadas las principales clases explotadoras de China, la clase terrateniente y la clase capitalista burocrática (la clase capitalista monopolista). Queda sólo la burguesía nacional; en la etapa actual ya podemos emprender en forma apropiada un considerable trabajo educativo entre muchos de sus componentes. Cuando llegue el momento de realizar el socialismo, es decir, de nacionalizar las empresas privadas, daremos un paso más en este trabajo de educación y transformación entre sus componentes. El pueblo tiene en sus manos una poderosa máquina estatal y no teme la rebelión de la burguesía nacional.

    El problema serio es la educación del campesinado. La economía campesina es dispersa, y la socialización de la agricultura, a juzgar por la experiencia de la Unión Soviética, requerirá un tiempo largo y un trabajo minucioso. Sin la socialización de la agricultura, no puede haber un socialismo completo y sólido. La socialización de la agricultura debe coordinarse en su marcha con el desarrollo de una poderosa industria que tenga como sector principal las empresas estatales[9]. El Estado de dictadura democrática popular debe resolver sistemáticamente los problemas de la industrialización del país. Como este artículo no se propone tratar en detalle las cuestiones económicas, no me extenderé al respecto.

    En 1924, en el I Congreso Nacional del Kuomintang, dirigido por el propio Sun Yat-sen y en el cual participaron los comunistas, se adoptó un famoso manifiesto que declaraba:

    "En los Estados modernos, el llamado sistema democrático es generalmente monopolizado por la burguesía y se ha convertido simplemente en un instrumento de opresión de la gente sencilla. En cambio, el principio de democracia del Kuomintang representa el bien común de toda la gente sencilla, y no algo que una minoría pueda arrogarse."
Aparte de la cuestión de quién dirige a quién, el principio de democracia aquí aludido corresponde, como programa político general, a lo que llamamos democracia popular o nueva democracia. Un sistema estatal que sólo sea bien común de toda la gente sencilla y no algo que la burguesía pueda arrogarse, más la dirección ejercida por la clase obrera, he aquí el sistema estatal de dictadura democrática popular.

    Chiang Kai-shek traicionó a Sun Yat-sen e implantó la dictadura de la clase capitalista burocrática y la clase terrateniente como instrumento para oprimir a la gente sencilla de China. Esta dictadura contrarrevolucionaria reinó durante veintidós años, y sólo ahora ha sido derrocada por la gente sencilla de China bajo nuestra dirección.

    Los reaccionarios extranjeros que nos acusan de ejercer la "dictadura" o el "totalitarismo" son precisamente quienes los ejercen. Ejercen la dictadura o el totalitarismo de una sola clase, la burguesía, sobre el proletariado y el resto del pueblo. Sun Yat-sen se refería precisamente a estos individuos al hablar de la burguesía de los Estados modernos, que oprime a la gente sencilla. Y precisamente de estos canallas reaccionarios ha aprendido Chiang Kai-shek la dictadura contrarrevolucionaria.

    Chu Si, filósofo de la dinastía Sung, escribió muchos libros y dejó muchas sentencias, hoy ya olvidadas; sin embargo, una de ellas aún se recuerda: "Trata a cada cual del mismo modo que él trata a los demás."[10] Esto es justamente lo que hacemos; tratamos a los imperialistas y sus lacayos, los reaccionarios chiangkaishekistas, del mismo modo que ellos nos tratan. ¡Eso es todo y nada más!

    La dictadura revolucionaria y la dictadura contrarrevolucionaria son opuestas por naturaleza, pero de la segunda se aprendió a ejercer la primera. Tal aprendizaje es muy importante. Sin poseer este método de dominar a las clases contrarrevolucionarias, el pueblo revolucionario no podrá mantener su Poder, la reacción interior y exterior derrocará ese Poder y restaurará su dominio sobre China, y el desastre se abatirá sobre el pueblo revolucionario.

    La dictadura democrática popular se basa en la alianza de la clase obrera, el campesinado y la pequeña burguesía urbana y, principalmente, en la alianza de los obreros y los campesinos, porque estas dos clases constituyen del 80 al 90 por ciento de la población de China. el derrocamiento del imperialismo y de los reaccionarios kuomintanistas se debe principalmente a la fuerza de estas dos clases. La transición de la nueva democracia al socialismo depende principalmente de la alianza de estas dos clases.

    La dictadura democrática popular necesita la dirección de la clase obrera, porque la clase obrera es la más perspicaz, la más desinteresada y la más consecuentemente revolucionaria. "Toda la historia de la revolución prueba que, sin la dirección de la clase obrera, la revolución Fracasa y que, con la dirección de la clase obrera, la revolución triunfa. En la época del imperialismo, ninguna otra clase en ningún país puede conducir una verdadera revolución a la victoria. Lo prueba claramente el hecho de que fracasaron todas las numerosas revoluciones dirigidas por la pequeña burguesía y la burguesía nacional de China.

    La burguesía nacional es de gran importancia en la actual etapa. Aún tenemos frente a nosotros al imperialismo, enemigo muy feroz. La industria moderna de China todavía representa sólo una parte muy reducida del total de la economía nacional. Por el momento no se dispone de estadísticas fidedignas, pero a juzgar por algunos datos, el valor de la producción de la industria moderna, antes de la Guerra de Resistencia contra el Japón, sólo constituía aproximadamente el 10 por ciento del valor global de la producción de la economía nacional. Para hacer frente a la opresión imperialista y elevar su economía atrasada a un nivel más alto, China debe utilizar todos los elementos del capitalismo de la ciudad y del campo que sean beneficiosos y no perjudiciales para la economía nacional y la vida del pueblo, y debemos unimos con la burguesía nacional para una lucha común. Nuestra política actual es limitar el capitalismo, y no destruirlo. Pero la burguesía nacional no puede desempeñar el papel dirigente en la revolución, ni debe ocupar el puesto principal en el Poder estatal. La razón de ello reside en que su posición social y económica determina su debilidad; esta clase carece de perspicacia y de valor suficiente, y muchos de sus componentes tienen miedo a las masas.

    Sun Yat-sen abogaba por "despertar a las masas populares" o "ayudar a los campesinos y obreros". ¿Quién, pues, los va a "despertar" y "ayudar"? Sun Yat-sen pensaba en la pequeña burguesía y la burguesía nacional. En realidad, ellas no pueden hacerlo. ¿Por qué terminaron en el fracaso los cuarenta años de actividad revolucionaria de Sun Yat-sen? Porque en la época del imperialismo, la pequeña burguesía y la burguesía nacional no pueden conducir ninguna revolución verdadera a la victoria.

    Nuestros veintiocho años han sido muy diferentes. Tenemos mucha experiencia valiosa. Un Partido disciplinado, pertrechado con la teoría marxista-leninista, que practica la autocrítica y está ligado con las masas populares; un ejército dirigido por tal Partido; un frente único de todas las clases revolucionarias y de todos los grupos revolucionarios dirigido por tal Partido: éstas son las tres armas principales con las que hemos derrotado al enemigo. Ellas nos diferencian de nuestros predecesores. Gracias a estas tres armas, hemos logrado la victoria fundamental. Hemos recorrido un camino sinuoso. Hemos luchado contra las desviaciones oportunistas en el Partido, tanto de derecha como de "izquierda". Cada vez que cometíamos graves errores en estas tres materias, la revolución sufría reveses. Aleccionados por los errores y los reveses, nos hemos hecho más inteligentes y manejamos mejor nuestros asuntos. Para cualquier partido político o persona es difícil evitar los errores, pero procuramos que se yerre menos. Una vez cometido un error, debemos corregirlo, y cuanto más rápido y más a fondo, mejor.

    Al resumir nuestra experiencia, podemos condensarla en un punto: la dictadura democrática popular dirigida por la clase obrera (a través del Partido Comunista) y basada en la alianza de los obreros y los campesinos. Esta dictadura debe unirse con las fuerzas revolucionarias internacionales. He aquí nuestra fórmula, nuestra experiencia esencial, nuestro programa principal.

    Los veintiocho años de vida de nuestro Partido constituyen un largo período, en el cual sólo hemos hecho una cosa: hemos logrado la victoria fundamental en la guerra revolucionaria. Ella merece celebrarse, porque es la victoria del pueblo, porque es una victoria conquistada en un país tan grande como China. Pero aún nos queda mucho por hacer; si lo comparamos con un viaje, nuestro trabajo ya realizado es tan sólo el primer paso dado en una larga marcha de diez mil li. Aún nos quedan por liquidar los remanentes del enemigo. Tenemos por delante la seria tarea de la construcción económica. Pronto dejaremos a un lado algunas de las cosas que conocemos bien y nos veremos obligados a ocupamos de cosas que no conocemos bien. He aquí la dificultad. Los imperialistas calculan que no seremos capaces de administrar bien nuestra economía; nos observan desde la orilla, esperando nuestro fracaso.

    Debemos vencer las dificultades, debemos aprender lo que ignoramos. Debemos aprender de todos los entendidos (sean quienes fueren) a trabajar en el terreno económico. Debemos estimarlos como maestros, aprendiendo de ellos respetuosa y concienzudamente. No aparentemos saber cuando no sabemos. No nos demos aire de burócratas. Si ahondamos en un tema durante varios meses, durante un año o dos, durante tres o cinco, finalmente lo dominaremos. Al comienzo, algunos de los comunistas soviéticos tampoco sabían administrar bien los asuntos económicos, y los imperialistas también esperaban su fracaso. Pero el Partido Comunista de la Unión Soviética salió victorioso y, bajo la dirección de Lenin y Stalin, no sólo supo hacer la revolución, sino también realizar la construcción. Ha edificado un grande y espléndido Estado socialista. El Partido Comunista de la Unión Soviética es nuestro mejor maestro y debemos aprender de él. La situación, tanto nacional como internacional, está a nuestro favor, y es plenamente posible que, contando con el arma de la dictadura democrática popular, unamos a toda la gente del país, salvo los reaccionarios, y lleguemos con paso firme a nuestra meta.



NOTAS


[1]Se refiere a una sociedad basada en la propiedad social, libre de la explotación y opresión de clase: un noble ideal acariciado desde hace mucho por el pueblo chino: Aquí, por reino de la Gran Armonía se entiende la sociedad comunista.    [pág. 426]

[2]Véase V. I. Lenin, La Enfermedad Infantil del "izquierdismo" en el Comunismo, cap. II, en que Lenin dice:

    "En el transcurso de casi medio siglo, aproximadamente de 1840 a 1890, el pensamiento avanzado en Rusia, bajo el yugo del despotismo inaudito del zarismo salvaje y reaccionario, buscaba ávidamente una teoría revolucionaria justa, siguiendo con un celo y una atención admirables cada `última palabra' de Europa y América en este terreno. Rusia hizo suya la única teoría revolucionaria justa, el marxismo, en medio siglo de torturas y de sacrificios inauditos; de heroísmo revolucionario nunca visto, de energía increíble y de investigación abnegada, de estudio, de experimentación en la práctica, de desengaños, de comprobación, de comparación con la experiencia de Europa."
 
[3]En 1840-1842, ante la oposición del pueblo chino a su tráfico del opio, Inglaterra envió tropas a invadir la provincia de Kuangtung y otras regiones costeras de China, so pretexto de proteger el comercio. Las tropas en Kuangtung mantuvieron una guerra de resistencia bajo el mando de Lin Tse-sü.    [pág. 426]

[4]Jung Siu-chúan (1814-1864), nacido en Kuangtung, fue dirigente de una guerra revolucionaria campesina a mediados del siglo XIX. En 1851 dirigió en la provincia de Kuangsí un levantamiento de masas y proclamó el Reino Celestial Taiping, que ocupó muchas provincias y luchó durante catorce años contra la dinastía Ching. Esta guerra revolucionaria fracasó en 1864 y Jung Siu-chüan se envenenó.    [pág. 426]

[5]Kang You-wei (1858-1927), natural del distrito de Nanjai, provincia de Kuangtung. En 1895, un año después que China fue derrotada por el imperialismo japonés, Kang You-wei, al frente de 1.300 candidatos al tercer grado que tomaban parte en los exámenes imperiales en Pekín, presentó al emperador Kuangsü un "memorial de diez mil palabras", en el que se le pedía una "reforma política y modernización" y el cambio de la monarquía autocrática por una monarquía constitucional. En 1898, con el intento de introducir reformas, el emperador incorporó a Kang You-wei, junto con Tan Si-tung, Liang Chi-chao y otros, a la dirección de los asuntos del Estado. Más tarde, la emperatriz viuda Tsisi, que representaba a los ultraconservadores, tomó de nuevo el Poder, y el movimiento por las reformas fracasó. Kang You-wei y Liang Chi-chao huyeron al extranjero y formaron una sociedad para proteger al emperador; sociedad que pasó a ser una facción política reaccionaria en oposición a los revolucionarios burgueses y pequeñoburgueses representados por Sun Yat-sen. Entre las obras de Kang figuran Falsificaciones en los Clásicos de los Preceptos Confucianos, Confucio como Reformador y Tatung Shu (Libro de la Gran Armonía ).    [pág. 426]

[6]Yen Fu (1853-1921), de Fuchou, provincia de Fuchién, estudió en una academia naval en Inglaterra. Después de la Guerra Chino-Japonesa en 1894, patrocinó la monarquía constitucional y diversas reformas para modernizar a China. Sus traducciones: Evolución y ética, de T. H. Huxley; La Riqueza de las Naciones, de Adam Smith; Sistema de Lógica, de J. S. Mill; El Espíritu de las Leyes, de Montesquieu, y otras, sirvieron de vehículos para la difusión del pensamiento burgués europeo en China.    [pág. 426]

[7]La Revolución de 1911 derrocó el régimen autocrático de la dinastía Ching. El 10 de octubre de ese año, un sector del Nuevo Ejército, incitado por las sociedades revolucionarias de la burguesía y pequeña burguesía de la época, se sublevó en Wuchang; a continuación, se sucedieron sublevaciones en otras provincias, y se derrumbó pronto el dominio de la dinastía Ching. El 1ƒ de enero de 1912 se estableció en Nankín el Gobierno Provisional de la República de China, y Sun Yat-sen fue elegido Presidente Provisional. La revolución logró la victoria mediante la alianza de la burguesía, los campesinos, los obreros y la pequeña burguesía urbana. Pero, como el grupo dirigente de la revolución era, por naturaleza, propenso a entrar en componendas, como no proporcionaba beneficios reales a los campesinos y cedía a la presión del imperialismo y de las fuerzas feudales, el Poder cayó en manos de Yuan Shi-kai, caudillo militar del Norte, y la revolución fracasó.    [pág. 427]

[8]Uno de los héroes de la novela Shui Ju Chuan (A la Orilla del Agua ), quien con las manos desnudas mató un tigre en la colina de Chingyang. Este es uno de los episodios más populares de esa Famosa novela.    [pág. 430]

[9]Para la relación entre la socialización de la agricultura y la industrialización del país, véase Sobre el Problema de la Cooperación Agrícola (secciones 7 y 8), informe presentado por el camarada Mao Tse-tung, el 31 de julio de 1955, en la Conferencia de los Secretarios de los Comités Provinciales, Municipales y de Regiones Autónomas del Partido Comunista de China. En este informe, el camarada Mao Tse-tung, a la luz de la experiencia soviética y de la práctica de nuestro país, desarrolló con amplitud la tesis de que la socialización de la agricultura debe coordinarse en su marcha con la industrialización socialista.    [pág. 434]

[10]Cita del comentario de Chu Si al libro La Doctrina del Medio, cap. XIII.   

Monday, August 19, 2019

A NOVA DEMOCRACIA BRASIL: Ameaça Vermelha: 'R.A.P pra Revolução!' -Novoa Cultura

GRUPO DE RAP AMEAÇA VERMELHA   15 AGOSTO 2019



Reproduzimos na íntegra o release do grupo de rap Ameaça Vermelha, de São Paulo, enviado à Redação de AND.

Surgido em 2015, o Ameaça Vermelha é fruto do processo revolucionário que avança no Brasil. Assumindo um papel de propagandear a Revolução de Nova Democracia ininterrupta ao Socialismo, como ÚNICO caminho possível para a emancipação da classe trabalhadora e a construção de um novo mundo sem a exploração do homem pelo homem.

O AV cumpre a tarefa na questão cultural, demarcando uma linha de classe entre a cultura inimiga e a cultura popular dos povos, tornando a segunda algo cientifico, e aponta de maneira clara e sem abstrações o caminho da luta combativa contra o latifúndio, o velho estado e o imperialismo.

Contudo, a principal bandeira erguida pelo Ameaça Vermelha é a da necessidade de sucessivas Revoluções Culturais Proletárias, que acompanhem todo o processo revolucionário até a sociedade sem classes; Para sepultar a ideologia feudal da antiga sociedade escravista, e varrer a podridão cultural/ideológica que o imperialismo, principalmente ianque, nos enfia goela abaixo, como forma de adormecer a fúria dos povos e principalmente afastar os jovens da luta consequente pelo poder.



A Grande Revolução Cultural Proletária é um profundo movimento ideológico de retificação da ideologia dominante e ultrapassada da era burguesa. Entendemos que somos frutos dessa sociedade que exige a mudança, mas que também por isso, carregamos em nós muitos dos velhos hábitos feudais e idéias nocivas ao povo, estranhas ao proletariado. Por tanto, todo aquele que se propõe a construir o Novo Mundo, terá que se lançar em feroz luta contra a burguesia infiltrada no seio do povo, dentro das escolas, no trabalho, e dentro de cada um de nós, uma batalha se trava; De um lado, a ideologia burguesa do individualismo, da degeneração do ser, da competição, das ilusões idealistas, dos preconceitos e fanatismos, da anti-ciência e da ignorância. Do outro lado, presenciamos a mais nova e avançada ideologia dos nossos tempos, a ideologia do proletariado! Que mesmo em seu nível sensível, já demarca sua guerra contra os princípios burgueses. E em nível ciêntifico, se lança em tenaz combate pratico as velhas ideias.

O proletário emana a solidariedade entre os povos; a coletividade já lhe foi enraizada nas fabricas; A rotina militarizada a qual fomos submetidos, nos forjou em uma vida de disciplina, diferente da vida burguesa desregrada. O povo é o Novo, a burguesia é o Velho. Assim segue sendo.



Vivemos no fim do capitalismo, o imperialismo, em seu estágio de decomposição. No quesito cultural, isso significa maior intensificação do bombardeio ideológico do imperialismo, principalmente ianque, sob as nações dominadas. Num momento em que eles já não dominam como antes, e não aceitamos mais ser dominados como antes; A histeria do império chega ao desespero desenfreado por barrar o avanço da luta, e o consequente avanço da cultura popular e revolucionária.

O Ameaça Vermelha - R.A.P pra Revolução, compromete-se junto a milhares de centenas de artistas do povo, à;

1 - Demarcar uma linha de classe entre a cultura inimiga burguesa e a cultura popular de luta dos povos; Desafiando a tradição arcaica e ideias burguesa que rondam a cultura popular, como apologia as drogas e a marginalização, a ‘ostentação’, ilusões com a farsa eleitoral burguesa etc.
2 - Celebrar em alto e bom som as vitórias da classe trabalhadora, bem como denunciar os crimes do velho estado, do imperialismo, latifúndio e carrascos do povo.
3 - Apoiar ativamente a Revolução Agrária em curso no campo brasileiro, dentro das grandes cidades; Como parte da Aliança Operário Camponesa.
4 - Propagandear a Revolução de Nova Democracia ininterrupta ao Socialismo como unica saída para o povo pobre do campo e da cidade.



O Ameaça Vermelha lança seu grito de ordem aos quatros cantos do país, ecoando ainda em toda América Latina e em parte da Europa. Convocamos a todos os artistas do povo e intelectuais honestos, a se lançarem no seio das grandes massas populares, estudar e aprender com elas, e produzir, cada vez mais e mais, uma cultura que sirva aos interesses da revolução. Criando desde já a Nova Cultura, e esmagando a velha e atrasada ideologia inimiga!

Em síntese o Ameaça Vermelha é um grupo cultural de caráter Antifascista, Anti-imperialista, Antifeudal e Revolucionário.

Por uma Arte a Serviço do Povo!!
Apoie a Cultura Popular e Revolucionária: www.youtube.com/ameacavermelha

Friday, August 16, 2019

Presidente Mao Tse-tung: La Segunda Guerra Mundial y el desarrollo de la situación internacional (1. y 28 de septiembre de 1939)

El 1.º de septiembre de 1939, la Segunda Guerra Mundial imperialista entró en una nueva etapa.

El 1.º de septiembre de 1939, las tropas alemanas invadieron Polonia y ocuparon la mayor parte de su territorio. El día 17, el reaccionario Gobierno polaco huyó al extranjero. En la misma fecha, la Unión Soviética hizo entrar sus tropas en la parte este de Polonia a fin de recuperar el territorio que le pertenecía, emancipar a las oprimidas nacionalidades ucraniana y bielorrusa y prevenir el avance hacia el Este de las hordas fascistas alemanas.

Por eso, estando cercanos a los 80 años de estos acontecimientos presentamos a Ustedes una entrevista al Presidente Mao, del mismo 1. de septiembre de 1939, y un artículo fechado el 28 de septiembre de 1939, donde el Presidente Mao Tse-tung declara sobre cómo se desarrollará la situación internacional. Tiene gran importancia su lectura para armarnos contra la campaña reaccionaria anticomunista que siempre aprovecha la fecha para atacar al camarada Stalin por el
el tratado de no agresión soviético-alemán del 23 de agostio de 1939 y con ocsión de la entrada de las tropas soviéticas en Polonia el 17 de ese mismo mes de 1939.

Del Tomo II

Obras Escogidas de Mao Tse-tung

EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN 1976



    ENTREVISTA SOBRE LA NUEVA SITUACION
    INTERNACIONAL CON UN CORRESPONSAL
    DEL DIARIO NUEVA CHINA

     1. de septiembre de 1939

      Corresponsal : ¿Qué significación tiene el tratado de no agresión soviético-alemán[1]?

        Mao : El tratado de no agresión soviético-alemán es resultado del crecimiento del poderío socialista de la Unión Soviética y de la perseverancia del Gobierno soviético en la política de paz. Este tratado ha frustrado las intrigas de la reaccionaria burguesía internacional representada por Chamberlain y Daladier para instigar a una guerra soviético-alemana, ha roto el cerco de la Unión Soviética por el bloque anticomunista germano-italo-nipón, ha afianzado la paz entre la Unión Soviética y Alemania y ha garantizado el desarrollo de la construcción socialista de la Unión Soviética. En el Oriente, constituye un golpe para el Japón y una ayuda para China, en la que ha fortalecido la posición de los partidarios de la resistencia y asestado un golpe a los capituladores. Todo esto sirve de base para ayudar a los pueblos del mundo entero en su lucha por la libertad y la emancipación. Esta es toda la significación política del tratado de no agresión soviético-alemán.

        Corresponsal : Hay quienes no comprenden todavía que el tratado de no agresión soviético-alemán es producto de la ruptura de las negociaciones anglo-franco-soviéticas, y consideran esta ruptura, por el contrario, como consecuencia del tratado soviético-alemán. ¿Podría usted explicar por qué no tuvieron éxito las negociaciones anglo-franco-soviéticas?

        Mao : Las negociaciones no tuvieron éxito debido exclusivamente a la falta de sinceridad de los Gobiernos inglés y francés. En los últimos años, la reaccionaria burguesía internacional, y ante todo la de Inglaterra y Francia, ha seguido invariablemente una política reaccionaria, la llamada política de "no intervención", frente a las agresiones fascistas de Alemania, Italia y el Japón. El propósito de esta política es favorecer las guerras de agresión y sacar provecho de ellas. Por eso, Inglaterra y Francia rechazaron de plano las repetidas proposiciones soviéticas de organizar un verdadero frente contra la agresión; adoptaron una posición de "no intervención" y, manteniéndose al margen, favorecieron las agresiones de Alemania, Italia y el Japón. Su objetivo era hacer que las partes beligerantes se desgastaran mutuamente, y luego salir a escena e intervenir. Siguiendo esta política reaccionaria, han sacrificado al Japón la mitad de China, y a Alemania e Italia, toda Abisinia, España, Austria y Checoslovaquia[2]. Esta vez, trataron de sacrificar la Unión Soviética. Su intriga quedó al desnudo en las recientes negociaciones anglo-franco-soviéticas. Estas negociaciones duraron más de cuatro meses, del 15 de abril al 23 de agosto, y en su transcurso la parte soviética mostró la máxima paciencia. Inglaterra y Francia, por su parte, rechazaron desde el mismo comienzo hasta el fin el principio de igualdad y reciprocidad; exigieron que la Unión Soviética les garantizara su seguridad, pero se negaron a hacer otro tanto respecto a ella, y también respecto a los pequeños países del Báltico, a fin de dejar una brecha por la cual pudieran penetrar las tropas alemanas; además, no quisieron permitir que las tropas soviéticas pasaran por Polonia para combatir a los agresores. De ahí la ruptura de las negociaciones. Mientras tanto, Alemania expresó su disposición a cesar en sus actividades contra la Unión Soviética y a renunciar al "Pacto anticomintern"[3], y reconoció la inviolabilidad de las fronteras soviéticas; así fue como se concluyó el tratado de no agresión entre los dos países. La política de "no intervención" seguida por la reacción internacional y ante todo por la reacción anglo-francesa, es la de "contemplar la pelea de los tigres desde la cumbre", una política cabalmente imperialista de sacar beneficios a costa ajena. Iniciada cuando Chamberlain se hizo cargo del gobierno, llegó a su punto culminante con el acuerdo de Munich en septiembre del año pasado y cayó en bancarrota finalmente en las recientes negociaciones anglo-franco-soviéticas. De ahora en adelante, la situación se desarrollará hasta convertirse inevitablemente en un conflicto directo entre los dos grandes bloques imperialistas: el anglo-francés y el germano-italiano. En octubre de 1938, dije en la VI Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VI Congreso Nacional del Partido Comunista de China: "El inevitable resultado de la política de Chamberlain será como dejar caer sobre sus propios pies la piedra que ha levantado." Chamberlain comenzó con la intención de perjudicar a otros y ha terminado perjudicándose a sí mismo. Esta es la ley del desarrollo de toda política reaccionaria.

        Corresponsal : A su juicio, ¿cómo se desarrollará la presente situación?

        Mao : La situación internacional ha tomado ya un nuevo giro. El carácter unilateral que desde algún tiempo reviste la Segunda Guerra imperialista, o sea, la situación en que, como resultado de la política de "no intervención", un grupo de países imperialistas ataca mientras el otro observa, desaparecerá necesariamente y la guerra se hará general en Europa. La Segunda Guerra imperialista ha entrado en una nueva etapa.

        En Europa, entre los bloques imperialistas germano-italiano y anglo-francés, es inminente una guerra imperialista en gran escala para disputarse el dominio sobre los pueblos coloniales. En esa guerra, para engañar a los pueblos y ganarse a la opinión pública, cada una de las partes beligerantes declarará descaradamente que su propia causa es justa y la de su rival, injusta. Esto será, en realidad, un fraude, pues ambas partes persiguen objetivos imperialistas, se disputan el dominio de las colonias y semicolonias y de las esferas de influencia, y hacen una guerra de rapiña. En la actualidad, están contendiendo por Polonia, la península de los Balcanes y el litoral del Mediterráneo. De ningún modo es justa una guerra como ésta. Las únicas guerras justas son las de liberación, no de rapiña. Los comunistas no apoyarán ninguna guerra de rapiña. En cambio, saldrán con valentía a apoyar toda guerra justa, de liberación, no de rapiña, y se colocarán en la primera fila de la lucha. Ante las amenazas y el soborno de Chamberlain y Daladier, están dividiéndose los partidos socialdemócratas de la II Internacional. Un sector, la reaccionaria capa superior, siguiendo el mismo camino desastroso que en ocasión de la Primera Guerra Mundial, se dispone a apoyar la nueva guerra imperialista. Pero, otro sector pasará a formar parte, junto a los Partidos Comunistas, de un frente popular contra la guerra y el fascismo. En el presente, Chamberlain y Daladier, tras las huellas de Alemania e Italia, se vuelven cada vez más reaccionarios y aprovechan la movilización bélica para fascistizar el aparato estatal de sus países y militarizar su economía. En síntesis, los dos grandes bloques imperialistas se están preparando febrilmente para la guerra, y el peligro de una matanza masiva se cierne sobre millones y millones de hombres. Sin la menor duda, esto provocará movimientos de resistencia entre las grandes masas populares. Sea en Alemania o Italia, en Inglaterra o Francia, o en cualquier otro lugar de Europa o del resto del mundo, si los pueblos no quieren servir de carne de cañón al imperialismo, tendrán que levantarse y luchar por todos los medios contra la guerra imperialista.

        En el mundo capitalista, además de los dos grandes bloques ya mencionados, existe un tercero: el encabezado por los Estados Unidos que abarca muchos países de Centro y Sudamérica. En aras de sus propios intereses, este bloque, por el momento, no entrará en la guerra. Bajo el pretexto de neutralidad, el imperialismo norteamericano se abstiene temporalmente de adherirse a una de las partes beligerantes, con el propósito de salir a escena en el futuro a conquistar la posición dirigente en el mundo capitalista. Por ahora, la burguesía norteamericana no se propone acabar con el sistema democrático y la economía de tiempos de paz, y esto es favorable al movimiento mundial por la paz.

        Fuertemente golpeado por el tratado soviético-alemán, el imperialismo japonés enfrenta un futuro preñado de aún mayores dificultades. Dos fracciones pugnan en el Japón sobre la política exterior. Los militaristas quieren una alianza con Alemania e Italia con vistas a implantar el dominio exclusivo del Japón sobre China, invadir el Sudeste de Asia y desplazar del Oriente a Inglaterra, Estados Unidos y Francia; en cambio, un sector de la burguesía prefiere hacer concesiones a estos países, a fin de concentrarse en el saqueo de China. Actualmente, existe una fuerte tendencia a la conciliación con Inglaterra. Los reaccionarios ingleses ofrecerán al Japón el reparto en común de China y ayuda financiera y económica, a cambio de que éste sirva de perro guardián a los intereses británicos en el Oriente reprima el movimiento de liberación nacional de China y distraiga fuerzas de la Unión Soviética. Por lo tanto, pase lo que pase, el Japón no cambiará su objetivo fundamental de subyugar a China. Se ha hecho poco probable que el Japón lance grandes ofensivas militares en el frente; pero llevará adelante con redoblada intensidad su ofensiva política destinada a "someter a los chinos con los chinos"[4] y su agresión económica para "sustentar la guerra con la guerra"[5], a la vez que proseguirá sus furiosas operaciones de "limpieza"[6]en las zonas ocupadas; además, con Inglaterra como intermediario, tratará de forzar a China a capitular. En el momento propicio, el Japón propondrá un Munich del Oriente y, con la carnada de alguna concesión relativamente importante y uniendo las amenazas a las promesas, tratará de hacer que China acepte sus condiciones de paz para conseguir así su objetivo de subyugarla. Mientras el pueblo japonés no se levante en revolución, este objetivo imperialista del Japón se mantendrá invariable, cualesquiera que sean los cambios de gabinete que realicen las clases dominantes de ese país.

        Fuera del mundo capitalista existe un mundo luminoso: la Unión Soviética socialista. El tratado soviético-alemán permite a la Unión Soviética brindar una ayuda aún mayor al movimiento mundial por la paz y a la Guerra de Resistencia de China.

        Tal es mi apreciación sobre la situación internacional.

        Corresponsal : En estas circunstancias, ¿cuáles son las perspectivas de China?

        Mao : China enfrenta dos perspectivas: una es persistir en la resistencia, la unidad y el progreso, o sea, la perspectiva de renacimiento; la otra es la de compromiso, ruptura y retroceso, o sea, la perspectiva de subyugación.

        Debido a la nueva situación internacional y a que el Japón enfrenta mayores dificultades y China rechaza categóricamente la conciliación la etapa de nuestra retirada estratégica ha tocado ya a su fin, y ha llegado la de equilibrio estratégico, que es la etapa de la preparación de nuestra contraofensiva.

        No obstante, el equilibrio en la retaguardia del enemigo es inversamente proporcional al equilibrio en el frente; con el surgimiento de una situación de equilibrio en el frente, se agudizará la lucha en la retaguardia enemiga. Por eso, las vastas operaciones de "limpieza" que, desde la caída de Wuján, ha venido realizando el enemigo en las zonas ocupadas (principalmente en el Norte de China) no sólo continuarán, sino que se intensificarán. Lo que es más, el peligro de que una gran parte de China sea entregada y el de división interna han aumentado considerablemente debido a que, en la actualidad, el enemigo pone el acento en la ofensiva política destinada a "someter a los chinos con los chinos", y en la agresión económica para "sustentar la guerra con la guerra", y a que la política oriental de Inglaterra tiende a un Munich del Extremo Oriente. En cuanto a la correlación de fuerzas, China se halla aún muy lejos de poder equipararse con el enemigo, y sólo a través de la unidad de todo el país y de una ardua lucha, podrá acumular las fuerzas para la contraofensiva.

        Por lo tanto, persistir en la resistencia continúa siendo para nuestro país una tarea de extremada importancia, y en este aspecto no cabe el menor relajamiento.

        Está fuera de toda duda que China no puede en ningún caso dejar escapar la actual oportunidad, ni tomar una decisión errónea, sino que debe adoptar una firme posición política.

        En otras palabras: Primero, persistir en la resistencia y oponerse a cualquier paso hacia el compromiso. Hay que golpear enérgicamente a los Wang Ching-wei declarados o encubiertos. Hay que rechazar categóricamente todo señuelo, sea del Japón o de Inglaterra; China no debe en absoluto participar en un Munich del Oriente.

        Segundo, persistir en la unidad y oponerse a todo paso hacia la ruptura. Debemos mantener una alta vigilancia frente a cualquier acto divisionista, provenga del imperialismo japonés, de otros países o de los capituladores chinos. Hay que poner fin resueltamente a todo "roce" interno, perjudicial para la Guerra de Resistencia.

        Tercero, persistir en el progreso y oponerse a todo retroceso. En interés de la Guerra de Resistencia, deben ser reconsideradas y modificadas efectivamente todas las ideas, instituciones y medidas que le sean desfavorables en los terrenos militar, político, financiero y económico, en los asuntos de partido, en los campos cultural y educacional y en el movimiento de masas.

        Haciendo todo esto, China podrá preparar bien sus fuerzas para la contraofensiva.

        De ahora en adelante, todo el país debe hacer de la "preparación para la contraofensiva" su tarea general en la Guerra de Resistencia. Actualmente, es necesario, por una parte, sostener con decisión la defensa en el frente y dar enérgica ayuda a las operaciones en la retaguardia del enemigo, y por la otra, realizar reformas en los terrenos político, militar y otros, y acumular considerables fuerzas, para poder, cuando llegue el momento, lanzar todo el poderío de la nación contra el enemigo en una vasta contraofensiva y recuperar el territorio perdido.
   

    NOTAS

  [1]Este tratado Fue firmado el 23 de agosto de 1939.    [pág. 269]

    [2]Favorecidos y estimulados por la política de "no intervención" de los Gobiernos de Inglaterra y Francia, los fascistas alemanes e italianos realizaron con éxito
    una serie de desenfrenados actos de agresión. Italia inició su agresión armada contra Abisinia en octubre de 1935 y ocupó todo el país en mayo de 1936. En julio del mismo año, Alemania e Italia emprendieron una intervención armada conjunta en los asuntos internos de España para apoyar al fascista Franco en su sublevación contra el Gobierno del Frente Popular. Tras una larga guerra contra las hordas intervencionistas alemanas e italianas y contra las tropas sublevadas franquistas, el Gobierno del Frente Popular cayó derrotado en marzo de 1939. Las tropas alemanas ocuparon Austria en marzo de 1938, y en octubre del mismo año invadieron la región de los Sudetes de Checoslovaquia, y terminaron de apoderarse del país en marzo de 1939.    [pág. 270]

    [3]Este Pacto fue concluido entre el Japón y Alemania en noviembre de 1936. Italia se adhirió a él en noviembre de 1937.   [pág. 270]

    [4]Siniestra táctica aplicada por el imperialismo japonés en su agresión contra China. El imperialismo japonés siempre sostuvo en China a fuerzas que le sirvieran para dividir el país y conseguir sus propósitos agresivos. Después del estallido de la Guerra de Resistencia, no sólo utilizó a la camarilla abiertamente projaponesa existente dentro del Kuomintang, encabezada por Wang Ching-wei, sino que también se valió de las fuerzas de la camarilla de Chiang Kai-shek para distraer Fuerzas del Partido Comunista, el más firme en la resistencia al Japón. A partir de 1939, el Japón cesó en sus ataques contra las tropas de Chiang Kai-shek y pasó a estimular a éste en sus actividades anticomunistas. Así aplicaba su política de "someter a los chinos con los chinos".    [pág. 272]

    [5]Se refiere a la política del imperialismo japonés de saquear despiadadamente las zonas de China bajo su ocupación, para satisfacer las necesidades de su guerra de agresión.    [pág. 272]

    [6]Al atacar nuestras regiones liberadas, los invasores japoneses aplicaban la bárbara política de incendiarlo todo, matar a todos y saquearlo todo. A esto lo llamaban operaciones de "limpieza".    [pág. 272]



LA IDENTIDAD DE INTERESES ENTRE LA UNIÓN SOVIÉTICA Y LA HUMANIDAD

28 de septiembre de 1939

Al aproximarse el XXII aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, la Asociación Cultural Chino-Soviética me ha pedido que escriba un artículo. Quisiera esclarecer, de acuerdo con mis propias observaciones, algunos problemas relativos a la Unión Soviética y a China, pues estos problemas están en discusión entre las amplias masas del pueblo chino, y parece que respecto a ellos no se ha llegado aún a conclusiones definitivas. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para plantear algunas opiniones sobre ellos y someterlas a la consideración de los que se preocupan por la guerra europea y por las relaciones chino-soviéticas; puede que esto no sea inútil.

Hay quienes afirman que la Unión Soviética estaba interesada en el estallido de la guerra mundial y no deseaba el mantenimiento de la paz mundial, y que la actual guerra se ha precipitado justamente porque la Unión Soviética ha concluido un tratado de no agresión con Alemania en vez de un acuerdo de asistencia mutua con Inglaterra y Francia. Considero que esta opinión es incorrecta. La política exterior de la Unión Soviética siempre ha sido una política de paz, política basada en la unidad de sus intereses con los de la inmensa mayoría de la humanidad. La Unión Soviética no sólo necesitaba mantener la paz, consolidar sus relaciones pacíficas con todos los países del mundo y conjurar una guerra antisoviética, en aras de la construcción del socialismo en su propio país, sino que además necesitaba impedir las agresiones de los países fascistas, poner freno a la incitación a la guerra por los llamados Estados democráticos y esforzarse al máximo porque la guerra mundial imperialista estallase lo más tarde posible, en bien de una paz en escala mundial. Durante largos años, la Unión Soviética ha dedicado enormes energías a la causa de la paz mundial. Por ejemplo, ingresó en la Sociedad de las Naciones[1], concertó pactos de: asistencia mutua con Francia y con Checoslovaquia[2] y ha hecho cuanto ha podido por concluir tratados de seguridad con Inglaterra y con todos los países que desearan la paz. Cuando Alemania e Italia invadieron España conjuntamente,  Inglaterra, Estados Unidos y Francia adoptaron la llamada política de "no intervención", que en realidad daba vía libre a la agresión, la Unión Soviética ayudó activamente a las fuerzas republicanas españolas en su resistencia a Alemania e Italia y se opuso a dicha política.

Cuando el Japón invadió nuestro país, y las mismas tres potencias adoptaron otra vez la política de "no intervención", la Unión Soviética no sólo firmó un tratado de no agresión con China, sino que también le prestó activa ayuda en su resistencia al Japón. Cuando Inglaterra y Francia favorecieron la agresión de Hitler sacrificando a Austria y Checoslovaquia, la Unión Soviética no escatimó ningún esfuerzo en la denuncia de los siniestros propósitos ocultos tras la política de Munich, e hizo a Inglaterra y Francia proposiciones tendientes a impedir el ulterior desarrollo de la agresión. Cuando, en la primavera y el verano de este año, el problema polaco se volvió candente y la guerra mundial estuvo a punto de estallar, la Unión Soviética, a pesar de la total insinceridad de Chamberlain y Daladier, sostuvo negociaciones con Inglaterra y Francia durante más de cuatro meses, en una tentativa de concluir con estos países un tratado de asistencia mutua a fin de evitar el estallido de la guerra. Pero todos estos esfuerzos tropezaron con la política imperialista de los Gobiernos inglés y francés, política de favorecer, instigar y expandir la guerra, de modo que finalmente se malogró la causa de la paz mundial y estalló la guerra mundial imperialista. Los Gobiernos de Inglaterra, Estados Unidos y Francia no tenían ningún deseo sincero de prevenir esta guerra; por el contrario, contribuyeron a precipitarla. Su negativa a llegar a un compromiso con la Unión Soviética, a suscribir un tratado de asistencia mutua realmente eficaz, basado en la igualdad y la reciprocidad, testimonia que no deseaban la paz, sino la guerra. Es sabido de todos que en el mundo contemporáneo rechazar a la Unión Soviética equivale a rechazar la paz. Esto lo sabe hasta Lloyd George, típico representante de la burguesía inglesa[3]. En estas circunstancias, y como Alemania expresó su disposición a cesar en sus actividades contra la Unión Soviética y a renunciar al "Pacto anticomintern" y reconoció la inviolabilidad de las fronteras soviéticas, se concluyó el tratado de no agresión soviético-alemán. El plan de Inglaterra, Estados Unidos y Francia era empujar a Alemania para que atacara a la Unión Soviética, de modo que ellos pudieran "contemplar la pelea de los tigres desde la cumbre" y, cuando ambas partes se hubieran agotado mutuamente, salir a arreglar las cosas a su manera. El tratado de no agresión soviético-alemán desbarató la maquinación. Al pasar por alto esta maquinación, así como las intrigas de los imperialistas anglo-franceses que favorecieron e instigaron a la guerra y contribuyeron a precipitar la guerra mundial, algunos de nuestros compatriotas se han dejado engañar en realidad por la meliflua propaganda de estos intrigantes. En los casos de España, de China y de Austria y Checoslovaquia, estos intrigantes no tuvieron el menor interés en impedir las agresiones, sino que, por el contrario, las favorecieron c instigaron a la guerra, tratando de que otros desempeñaran el papel de la garza y la almeja, mientras ellos hacían el del pescador[4]. Dieron a esto el bonito nombre de "no intervención", pero lo que realmente hacían era "contemplar la pelea de los tigres desde la cumbre". En el mundo, mucha gente ha sido embaucada por las palabras melosas de Chamberlain y sus socios; no se da cuenta de lo peligrosas que son sus sonrisas ni comprende que el tratado de no agresión soviético-alemán sólo fue concluido después de que Chamberlain y Daladier hubieron decidido rechazar a la Unión Soviética y provocar la guerra imperialista. Ya es hora de que esta gente despierte. El hecho de que la Unión Soviética se haya esforzado hasta el último minuto por defender la paz mundial evidencia la identidad de intereses entre la Unión Soviética y la inmensa mayoría de la humanidad. Este es el primer problema que quería tratar.

Algunos dicen que, ahora que ha estallado la Segunda Guerra Mundial imperialista, probablemente la Unión Soviética tomará partido por uno de los beligerantes; en otras palabras, el Ejército Rojo soviético estaría a punto de sumarse al frente del imperialismo alemán. Considero que esta opinión es incorrecta. Sea por parte de Inglaterra y Francia o por parte de Alemania, la guerra que acaba de estallar es una guerra injusta, de rapiña, imperialista. Los Partidos Comunistas y los pueblos del mundo entero deben levantarse contra ella y denunciar el carácter imperialista que tiene tanto de una como de otra parte, es decir, poner en claro que esta guerra, lejos de traer ningún beneficio a los pueblos del mundo, sólo les acarrea daños; además, deben denunciar la criminal conducta de los partidos socialdemócratas que, al apoyar la guerra imperialista, traicionan los intereses del proletariado. Siendo la Unión Soviética un país socialista, un país donde el Partido Comunista está en el Poder, su posición en lo referente a las guerras se caracteriza necesariamente por dos rasgos bien definidos: 1) No participar en absoluto en ninguna guerra injusta, de rapiña, imperialista, y mantener de modo estricto la neutralidad respecto a las partes beligerantes. Por lo tanto, el Ejército Rojo soviético no se sumará jamás a ninguno de los frentes imperialistas abandonando los principios. 2) Apoyar activamente las guerras justas, de liberación, no de rapiña. Por ejemplo, hace trece años, ayuda al pueblo chino en la Expedición al Norte; hace un año, ayudaba al pueblo español en su guerra de resistencia contra Alemania e Italia; ha venido ayudando al pueblo chino en su Guerra de Resistencia contra el Japón desde hace dos años, y al pueblo de Mongolia en su lucha contra el Japón en los últimos meses, y prestará sin falta su ayuda a toda guerra de liberación popular o de liberación nacional de otros países o naciones que estalle en el futuro, así como a cualquiera otra guerra que contribuya a la defensa de la paz. Esto lo demuestra la historia de la Unión Soviética en los últimos veintidós años y continuará demostrándolo en adelante. Alguna gente considera el comercio que realiza la Unión Soviética con Alemania sobre la base del acuerdo comercial entre ambos países como un acto de participación en la guerra que hace Alemania. También esta opinión es incorrecta, ya que confunde el comercio con la participación en la guerra. Así como no hay que confundir el comercio con la participación en la guerra, tampoco hay que confundirlo con la prestación de ayuda. Por ejemplo, durante la guerra de España, la Unión Soviética comerciaba con Alemania e Italia; sin embargo, en lugar de afirmar que ella las ayudaba en su agresión contra España, todo el mundo decía que ayudaba a ésta en su resistencia a la agresión, porque la Unión Soviética realmente prestaba ayuda a España. Otro ejemplo: en el curso de la presente guerra chino-japonesa, la Unión Soviética comercia con el Japón, pero, en vez de afirmar que la Unión Soviética ayuda al Japón en su agresión a China, todo el mundo dice que ayuda a ésta en su resistencia a la agresión japonesa, porque así es en realidad. Actualmente, la Unión Soviética mantiene relaciones comerciales con las dos partes beligerantes en la guerra mundial, pero esto no puede considerarse como una ayuda a ninguna de ellas, ni mucho menos como participación en la guerra. Sólo en el caso de que el carácter de la guerra cambie, o sea, de que la guerra que hacen uno o varios países, habiendo sufrido ciertos cambios necesarios, se vuelva beneficiosa para la Unión Soviética y para los pueblos del mundo, será posible esa ayuda o participación de la Unión Soviética en la guerra; de otra manera, no será posible. En cuanto al hecho de que la Unión Soviética, en vista de la actitud amistosa u hostil hacia ella de los diversos países beligerantes, tenga que comerciar más o en términos más favorables con unos que con otros, no depende de ella, sino de la actitud de los beligerantes. Sin embargo, aun cuando uno o varios países adopten una actitud antisoviética, la Unión Soviética no romperá sus relaciones comerciales con esos países, siempre que no le declaren la guerra y deseen mantener relaciones diplomáticas y concluir tratados comerciales con ella, como fue el caso de Alemania antes del 23 de agosto. Hay que tener bien claro que tales relaciones comerciales no significan ayuda, ni mucho menos participación en la guerra. Este es el segundo problema que deseaba tratar.

Mucha gente en China se ha desconcertado con la entrada de las tropas soviéticas en Polonia[5]. El problema polaco debe enfocarse desde varios ángulos: el de Alemania, el de Inglaterra y Francia, el del Gobierno polaco, el del pueblo polaco y el de la Unión Soviética. Alemania lanzó la guerra para saquear al pueblo polaco y destrozar uno de los flancos del frente imperialista anglo-francés. Esta guerra es de carácter imperialista y no hay que simpatizar con ella, sino combatirla. Inglaterra y Francia, a su vez, consideraban a Polonia como un objeto de saqueo para su capital financiero, la utilizaban para impedir que el imperialismo alemán obtuviera un nuevo reparto del botín en escala mundial, c hicieron de ella uno de los flancos de su propio frente imperialista. Así, pues, su guerra es una guerra imperialista, y su pretendida ayuda a Polonia tiene por único propósito contender con Alemania por la dominación de ese país, y, por eso, tampoco hay que simpatizar con esta guerra, sino combatirla. En cuanto al Gobierno de Polonia, era un gobierno fascista, un gobierno reaccionario de la clase terrateniente y la burguesía polacas, que explotaba despiadadamente a los obreros y campesinos y reprimía a los demócratas polacos; además, era un gobierno chovinista de gran polaco, ya que oprimía cruelmente a las minorías nacionales no polacas: ucranianos, bielorrusos, judíos, alemanes, lituanos y otros, que suman más de diez millones; era, el mismo, un gobierno imperialista. En la presente guerra, aceptó complacientemente arrastrar a su pueblo a servir de carne de cañón al capital financiero anglo-francés, y actuó voluntariamente como un sector del frente reaccionario del capital financiero internacional. Durante los últimos veinte años, el Gobierno polaco se opuso invariablemente a la Unión Soviética, y, durante las negociaciones anglo-franco-soviéticas, rechazó tercamente la ayuda de las tropas soviéticas. Además, era un gobierno muy incompetente, cuyo enorme ejército de más de 1.500.000 hombres no resistió ni un solo golpe, un gobierno que llevó al país a la ruina en sólo dos semanas, dejando a su pueblo bajo la bota del imperialismo alemán. El Gobierno polaco es culpable de todos restos monstruosos crímenes, y haríamos mal en simpatizar con el. En cuanto al pueblo polaco, él es la víctima, debe levantarse contra la opresión de los fascistas alemanes y contra las clases reaccionarias de su propio país, la clase terrateniente y la burguesía, y establecer un Estado democrático, independiente y libre. Sin la menor duda, nuestra simpatía debe estar con el pueblo polaco. En cuanto a la Unión Soviética, sus acciones han sido completamente justas. Ante ella se planteaban dos problemas. El primero era: dejar que toda Polonia cayera bajo la dominación del imperialismo alemán o ayudar a las minorías nacionales de la parte este de Polonia a obtener su liberación. Optó por esto último. Una vasta extensión de territorio habitado por bielorrusos y ucranianos fue arrancada por el imperialismo alemán al recién nacido Estado soviético ya en 1918, cuando se firmó el Tratado de Brest-Litovsk, territorio que más tarde fue colocado arbitrariamente bajo la dominación del reaccionario Gobierno polaco en virtud del Tratado de Versalles. La Unión Soviética no ha hecho más que recuperar el territorio que había perdido y liberar a los bielorrusos y ucranianos oprimidos, evitándoles la opresión alemana. Las noticias de los últimos días revelan con qué entusiasmo y cariño estas minorías nacionales acogen al Ejército Rojo como a su salvador, en tanto que ni un solo despacho similar ha Llegado de la parte oeste de Polonia, ocupada por las tropas alemanas, ni de las zonas occidentales de Alemania ocupadas por las tropas francesas. Esto demuestra que la guerra que hace la Unión Soviética es una guerra justa, de liberación, no de rapiña, una guerra que ayuda a liberarse a las naciones pequeñas y débiles y a emanciparse a las masas populares. En cambio, las guerras emprendidas tanto por Alemania como por Inglaterra y Francia son guerras injustas, de rapiña, imperialistas, guerras orientadas a oprimir a otras naciones y pueblos. El otro problema que encaraba la Unión Soviética provenía de que Chamberlain intentaba continuar con su vieja política antisoviética. Esta política consistía, primero, en cerrar firmemente el paso a Alemania por el Oeste y ejercer presión sobre su parte occidental; segundo, en tratar de formar una alianza con los Estados Unidos y comprar el apoyo de Italia, el Japón y los países nórdicos a fin de aislar a Alemania, y tercero, en seducir a Alemania ofreciéndole Polonia e incluso Hungría y Rumania. En una palabra, Chamberlain ha recurrido a toda clase de amenazas y señuelos para que Alemania desistiera del tratado de no agresión con la Unión Soviética y volviera contra ella sus armas. Estas intrigas no sólo pertenecen al pasado y al presente, sino que proseguirán en el futuro. La entrada del poderoso ejército soviético en Polonia oriental, a la vez que tiene el propósito de recuperar el propio territorio de la Unión Soviética y liberar a las pequeñas y débiles nacionalidades de esa zona, constituye un paso práctico para impedir el avance de las fuerzas agresoras alemanas hacia el Este y así frustrar las intrigas de Chamberlain. A juzgar por las noticias de los últimos días, esta política soviética ha tenido el mejor de los éxitos. He aquí una manifestación concreta de la identidad de los intereses de la Unión Soviética con los de la inmensa mayoría de la humanidad, incluidas las masas populares oprimidas por el régimen reaccionario polaco. Este es el tercer problema que quería tratar.

La situación general creada a raíz de la firma del tratado de no agresión soviético-alemán, muestra que éste ha constituido un rudo golpe para el Japón y una gran ayuda para nuestro país, ha fortalecido en China la posición de los partidarios de la resistencia y ha asestado un golpe a los capituladores. El pueblo chino ha hecho bien en saludar dicho tratado. Sin embargo, desde la firma del Acuerdo de Armisticio de Nomonjan[6], las agencias de noticias inglesas y norteamericanas se han dedicado a difundir el rumor de que está a punto de suscribirse un tratado de no agresión nipo-soviético. Esto ha causado preocupación entre algunos chinos, quienes temen que la Unión Soviética deje de ayudar a China. Considero que esta conjetura no es acertada. El Acuerdo de Armisticio de Nomonjan es de la misma naturaleza que el anterior Acuerdo de Armisticio de Changkufeng[7]; es decir, los militaristas japoneses, obligados a admitir su derrota, han reconocido la inviolabilidad de las fronteras soviética y mongola. Tales acuerdos de armisticio posibilitarán que la Unión Soviética aumente su ayuda a China y de ninguna manera la llevarán a disminuir esta ayuda. En cuanto al tratado de no agresión nipo-soviético del que se habla, la Unión Soviética propuso hace muchos años un tratado de este tipo, pero el Japón lo rechazó. En la actualidad, un sector dentro de las clases dominantes japonesas pide a la Unión Soviética la conclusión de un tratado semejante, pero el que ésta lo acepte o no depende de un principio básico, de si ese tratado responde a los intereses de la Unión Soviética y de la inmensa mayoría de la humanidad. Concretamente, depende de si el tratado choca con los intereses de la guerra de liberación nacional de China. A juzgar por el informe de Stalin ante el XVIII Congreso del Partido Comunista de la URSS, presentado el 10 de marzo de este año, y por el discurso de Molotov del 30 de mayo ante el Soviet Supremo de la URSS, pienso que la Unión Soviética no cambiará este principio básico. Aun en el caso de que se llegue a concluir tal tratado, la Unión Soviética de ningún modo aceptará nada que pueda restringir su libertad de acción para ayudar a China. Los intereses de la Unión Soviética nunca chocarán con los intereses de la liberación nacional de China, sino que siempre concordarán con ellos. No creo que quepa duda alguna al respecto. Los que tienen prejuicios antisoviéticos están aprovechándose de la firma del Acuerdo de Armisticio de Nomonjan y de los rumores sobre un tratado de no agresión nipo-soviético, para sembrar la confusión y perjudicar el buen entendimiento entre nuestras dos grandes naciones, China y la Unión Soviética. Esto es lo que están haciendo los intrigantes ingleses, norteamericanos y franceses y los capituladores chinos; estas sucias maniobras son más que peligrosas y debemos denunciarlas a fondo. Obviamente, la política exterior de China debe ser antijaponesa. Esta política significa que debemos apoyarnos principalmente en nuestros propios esfuerzos y, a la vez, no dejar de buscar toda la ayuda exterior posible. Ahora que ha estallado la guerra mundial imperialista, la ayuda exterior de que hablamos puede provenir, principalmente, de tres fuentes: 1) la Unión Soviética socialista; 2) los pueblos de los países capitalistas, y 3) las naciones oprimidas de las colonias y semicolonias. Estas son nuestras únicas fuentes de ayuda dignas de confianza. Toda otra ayuda exterior, aunque llegue a producirse, sólo puede ser considerada suplementaria y pasajera. Por supuesto, hay que buscar incluso esa ayuda exterior suplementaria y pasajera, pero nunca se puede depender de ella ni considerarla segura. China debe mantenerse estrictamente neutral en relación con las partes beligerantes en la guerra imperialista y no sumarse a ninguna de ellas. La opinión de que China debe incorporarse al frente imperialista anglo-francés es una opinión de los capituladores y perjudica a la Guerra de Resistencia y a la causa de la independencia y la liberación de la nación china, y debe ser rechazada categóricamente. Este es el cuarto problema que deseaba tratar. Los problemas arriba expuestos están siendo discutidos ampliamente por nuestros compatriotas. Es muy bueno que ellos, guiados por el deseo de alcanzar la victoria de la resistencia al Japón, se interesen por el estudio de los problemas internacionales, por la relación entre la guerra mundial imperialista y la Guerra de Resistencia de China, y por las relaciones chino-soviéticas. Aquí he planteado mis puntos de vista básicos sobre estos problemas y espero que los lectores tengan la bondad de señalar si son o no acertados.

NOTAS

[1] Organización que después de la Primera Guerra Mundial formaron Inglaterra. Francia, el Japón y otras potencias imperialistas para regatear sobre el reparto del mundo y reajustar temporalmente sus contradicciones. En 1931, el imperialismo japonés ocupó el Nordeste de China y, en 1933, se retiró de la Sociedad de las Naciones a fin de poder extender su agresión con mayor libertad. El mismo año, el fascismo alemán subió al Poder, y se retiró también de ella para facilitar sus preparativos de una guerra de agresión. En 1934, cuando crecía la amenaza de una guerra fascista de agresión, la Unión Soviética ingresó en la Sociedad de las Naciones, y así transformó esta organización, que era un instrumento imperialista para discutir el reparto del mundo, en un instrumento que podía ser útil a la causa de la paz. En 1935, Italia se retiró de ella después de invadir Abisinia.

[2] Ambos pactos fueron concluidos en 1935.

[3] Uno de los líderes del Partido Liberal, partido de la burguesía inglesa. Durante las negociaciones anglo-franco-soviéticas, declaró en el Parlamento que "rechazar las proposiciones soviéticas equivale a rechazar la paz".

[4] Expresión que proviene del dicho: "Cuando pelean garza y almeja, el pescador hace fácil presa." En la sección "crónicas del reino de Yen", de las Crónicas de los Reinos Combatientes. se cuenta que una garza, viendo que una almeja abría su concha, trató de picarle la carne, pero la almeja cerró de golpe las valvas atenazándole el pico. Un viejo pescador que acertaba a pasar, las vio enzarzadas en la pelea y las atrapó a ambas.

[5] El 1.º de septiembre de 1939, las tropas alemanas invadieron Polonia y ocuparon la mayor parte de su territorio. El día 17, el reaccionario Gobierno polaco huyó al extranjero. En la misma fecha, la Unión Soviética hizo entrar sus tropas en la parte este de Polonia a fin de recuperar el territorio que le pertenecía, emancipar a las oprimidas nacionalidades ucraniana y bielorrusa y prevenir el avance hacia el Este de las hordas fascistas alemanas.

[6] En mayo de 19;9, las tropas del Japón y del Estado títere del "Manchukuo" atacaron conjuntamente a las tropas de la Unión Soviética y de la República Popular de Mongolia, en Nomonjan, zona fronteriza entre Mongolia y el "Manchukuo"; las tropas soviéticas y mongolas las derrotaron por completo en una heroica guerra de autodefensa. El Japón y el Estado títere del "Manchukuo" solicitaron entonces un armisticio. En septiembre, se firmó en Moscú el Acuerdo de Armisticio de Nomonjan, cuyo contenido principal era el cese inmediato del fuego y la formación de una comisión de cuatro, con dos representantes de cada parte, para demarcar la frontera entre la República Popular de Mongolia y el "Manchukuo" en la zona donde se había producido el conflicto.

[7] A fines de julio y comienzos de agosto de 1938, las tropas japonesas cometieron actos de provocación contra las tropas soviéticas en Changkufeng, donde confluyen las fronteras entre China, la Unión Soviética y Corea. En un resuelto contraataque, las tropas soviéticas derrotaron a los japoneses, quienes solicitaron la paz. El 11 de agosto se concluyó en Moscú el Acuerdo de Armisticio de Changkufeng, que establecía el cese inmediato del fuego y la formación de una comisión de cuatro, con dos representantes de la Unión Soviética y los de parte del Japón y el "Manchukuo", encargada de examinar las fronteras y demarcarlas definitivamente.