Tuesday, August 31, 2021

SOL ROJO Oaxaca: Después de casi 20 años de ocupación, ¡el pueblo afgano está expulsando a los invasores!

  26. August 2021

Después de casi 20 años de ocupación, ¡el pueblo afgano está expulsando a los invasores!





El 15 de julio, la bandera del imperialismo yanqui fue retirada del edificio de la embajada de Estados Unidos en Kabul, capital de Afganistán, cuando las fuerzas de la Resistencia Nacional afgana, lideradas principalmente por los talibanes, tomaron el control de la ciudad. La expulsión de las tropas invasoras y toda su maquinaria burocrática de la capital del país se produce casi 20 años después de que el imperialismo invadiera y derrocara al gobierno talibán. La aplastante derrota yanqui, humillante por la disparidad de fuerzas contendientes, representa una de las principales derrotas del imperialismo en el siglo XXI, y prueba de que su histórica quiebra es, a pesar de sus armas, inevitable.



La principal fuerza organizada que integra la Resistencia Nacional Afgana son los talibanes. Tal Resistencia Nacional fue el frente único, relativamente desunido y sin vida orgánica propia, que integraba todas las clases y grupos a favor de la guerra de resistencia nacional como medio para liberar a la nación de la opresión colonial imperialista.



Después de hacerse con el control de 26 de las 34 capitales de provincia en solo una semana y sitiar la capital, los combatientes talibanes ocuparon el Palacio Presidencial en Kabul, que había sido abandonado por el gobierno pro estadounidense. Tres “autoridades” afganas estuvieron presentes en la ceremonia de entrega, transmitida en vivo por el monopolio de prensa de Al Jazeera en sus redes. Según el diario, la rendición de la capital se produjo sin enfrentamiento.



Mientras el títere yanqui en el país, el presidente Ashraf Ghani, huía de Afganistán alegando que quería “evitar un derramamiento de sangre”, helicópteros sobrevolaban sin escalas la capital para evacuar a los empleados de la embajada yanqui. El complejo donde se ubicaba la Embajada estaba envuelto en humo por la quema de archivos importantes.



El 14 de agosto, cuando las fuerzas de la Resistencia Nacional capturaron distritos vecinos a la capital, el presidente estadounidense Joe Biden anunció el envío de 5.000 soldados para ayudar a evacuar a los agentes. El 15 de junio, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó el envío de otros 1.000 a Kuwait y los redirigió a Afganistán.



Como resultado, el número total de soldados estadounidenses en Afganistán asciende a más de 6.000. Se había anunciado que la retirada final de las tropas yanquis tendría lugar el 31 de agosto, según lo establecido en el acuerdo de rendición firmado por Estados Unidos con los talibanes en febrero de 2020.



Los agentes estadounidenses huyen a toda prisa



Buscando evitar el efecto catastrófico de otra derrota histórica, muchos personajes del imperialismo yanqui se pronunciaron buscando aliviar la humillación. “Esto no es Saigón”, declaró incluso el secretario de Estado yanqui Antony Blinken al monopolio de prensa de la CNN, debido a las inevitables comparaciones entre esta derrota actual y la expulsión de 1975 que sufrieron en Vietnam. Tanto ahora como entonces, los militares yanquis huyeron como ratas, a toda prisa, con helicópteros desbordados de gente y dejando atrás a muchos otros.



A última hora de la tarde del 15 de agosto, en el país centroasiático (madrugada del 16 de agosto en nuestro país), cerca de 500 empleados de la Embajada de Estados Unidos en Afganistán fueron evacuados de un total de 4.000 agentes, yanquis y afganos, sin contar a las familias de estos empleados.



Aliados de Estados Unidos y miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como Canadá, Francia y Dinamarca, también anunciaron la suspensión de sus operaciones en el país y que trasladarían a sus agentes diplomáticos al aeropuerto de Kabul. La situación es tal que el secretario de Defensa del imperialismo británico, Ben Wallace, ha declarado que las fuerzas británicas y de la OTAN no regresarán a Afganistán. Llamó a la intervención extranjera de 20 años en el país un “fracaso”.



Francesca Mannocchi, una periodista italiana, publicó un video de ella siendo evacuada al aeropuerto en helicóptero, con la leyenda “Aeropuerto de Kabul. Evacuación. Fin del juego”. El monopolio de la prensa The Wall Street Journal (WSJ) informó que, según la periodista, afganos residentes en la capital apedrearon un convoy militar italiano en las calles, ordenándoles que abandonaran su tierra natal. Escenas como esta, aunque censuradas por la prensa mundial reaccionaria, se generalizaron por todo el país como parte del rechazo de las masas afganas a la ocupación extranjera.



La historia de la resistencia y el futuro de Afganistán



El 12 de septiembre de 2001, el día después de la maquinación del 11 de septiembre, la OTAN invocó por primera vez en la historia de la coalición interimperialista su cláusula de defensa mutua del Artículo V, que establece que un ataque a un aliado es visto como un ataque a la alianza completa. Esta fue la estafa del imperialismo yanqui para concentrar una enorme fuerza militar para invadir el país, subyugarlo, faltarle el respeto a su autodeterminación que había llevado a un gobierno encabezado por los talibanes), todo con el fin de ejercer allí un gobierno de tipo colonial. Poco después, el 7 de octubre de ese año, el entonces presidente yanqui George W. Bush anunció la invasión de Afganistán, a la que siguió el derrocamiento del gobierno talibán, iniciado en 1996, y la toma de posesión de Hamid Karzai, un títere de intereses yanquis, como presidente del país.



El Emirato Islámico de Afganistán, como se autodenominan los talibanes, tiene sus orígenes en la época en que varios grupos guerrilleros de ese país combatían contra la Unión Soviética socialimperialista revisionista, que había invadido el país con su afán hegemonista. En ese momento, en la década de 1980, participó en el movimiento que derrocó al entonces presidente Mohamed Daoud, que sometió a la nación afgana a los intereses del socialimperialismo ruso. Debido a esto, Afganistán pasó a ser conocido como el “cementerio de los imperios”.



Bajo una orientación yihadista, grupos guerrilleros de jóvenes y campesinos pobres organizaron guerrillas para combatir y expulsar a las tropas socialimperialistas rusas, que habían acumulado 115.000 efectivos sobre el terreno. Aunque con ideología feudal, la guerrilla unió a toda la Nación a su alrededor contra el invasor extranjero, que fue derrotado en 1989.



Tras la retirada de los soviéticos, los frentes guerrilleros se dividieron en bandas comandadas por caudillos militares, según su naturaleza de clase terrateniente. Los talibanes continuaron desarrollando la guerra civil para conquistar el territorio y centralizar el poder, luchando contra otros señores de la guerra.



En el año de la nueva invasión de Afganistán, 2001, promovida por las tropas yanquis, los talibanes ocupaban alrededor del 90% del territorio. En esta ocasión, el grupo reanuda la guerra de guerrillas contra el invasor. “Volveremos a los tiempos de la yihad y se establecerán nuevos frentes guerrilleros. Al principio, las cosas pueden ser fáciles para ustedes [yanquis]. Pero las consecuencias serán muy graves”, señaló en su momento el entonces titular del grupo, Omar Mohamed.



‘Las masas no se liberarán del yugo del imperialismo yanqui’



La revista Internacional Comunista, de orientación Marxista-Leninista-Maoísta, abordó la inminente derrota del gobierno títere de los yanquis en Afganistán y la victoria de las fuerzas militares talibanes.



Durante muchas décadas, el pueblo afgano, principalmente los campesinos pobres, se forjó en la lucha armada contra las potencias imperialistas invasoras. Gran parte de las masas luchó y ahora lucha contra el imperialismo yanqui, pero bajo estandartes reaccionarios, estandartes negros de la reacción, estandartes talibanes”, afirmaron los maoístas.

 



Los editores de la revista también señalan que el problema “no es que [las fuerzas feudales] sean parte del frente”, refiriéndose al Frente Único contra la invasión yanqui, sino: “el problema es que estas fuerzas [feudales] están impulsando adelante”. Según los maoístas, quien debía liderar el Frente Único Antiyanqui era el proletariado revolucionario, a través de su Partido Comunista Marxista-Leninista-Maoísta, como única condición para llevar ininterrumpidamente la lucha de liberación nacional a la Revolución Democrática y pasar al Socialismo. Por lo tanto, en ausencia de los maoístas, “las masas están luchando bajo la bandera de los talibanes, principalmente porque se les hizo la falsa promesa de que liberarían al pueblo afgano del buitre que es el imperialismo yanqui”.

 

La revista también destaca que el “acuerdo de paz”, firmado en Egipto en febrero de 2020 por los talibanes y el gobierno yanqui, ya indica que se mantendrá la dominación imperialista, en nuevas formas. El documento trata de las condiciones para la retirada de las tropas yanquis. “Aunque el régimen títere de Estados Unidos está cayendo y las tropas imperialistas se están retirando del país, las condiciones del ‘acuerdo de paz afgano’ indican que las masas aún no se liberarán del yugo del imperialismo yanqui”.

 

El acuerdo, entre otras cosas, establece que “El Emirato Islámico de Afganistán [Talibán] enviará un mensaje claro a cualquiera que sea una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, que no tienen lugar en Afganistán, y educará que los miembros del Emirato Islámico de Afganistán no cooperen con grupos o con cualquier persona que individualmente represente una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados. Estados Unidos buscará la cooperación económica con el gobierno islámico afgano recientemente establecido “.

 

Considerando el acuerdo de paz, los maoístas enfatizan: “La única fuerza capaz de liberar a una nación oprimida (como Afganistán) del yugo del imperialismo es el campesinado pobre dirigido por el proletariado, bajo la dirección de su Partido Comunista. La única vía para la liberación de las masas en las naciones oprimidas es la Revolución de Nueva Democracia a través de la guerra popular. Hasta que comience, veremos claramente que el imperialismo estadounidense u otros imperialistas seguirán dominando el país; el yanqui seguirá chupando la sangre de las masas afganas. Aun así, el resultado del fin de la guerra, con los hechos ocurridos en este momento, nos muestra algo de vital importancia”.

 

El imperialismo está a la defensiva estratégica

 

En su último pasaje, que trata de la derrota del gobierno afgano lacayo de los yanquis, la revista maoísta indica que “las guerras imperialistas de invasión ya no pueden triunfar como solían hacerlo, cuando se establecían sobre bases sólidas. El imperialismo está en crisis total”.

 

¿Qué representaría entonces la derrota militar del imperialismo yanqui? La revista responde: “Una señal para las masas del mundo: que vivimos en la era histórica donde las mareas han cambiado. El imperialismo se encuentra en el momento de su defensiva estratégica y arrasando en el mundo, y la revolución proletaria mundial está en la etapa de la ofensiva estratégica”, señala la revista Internacional Comunista.

 

El pueblo afgano tendrá que lidiar con los talibanes

 

Abundan, ahora mismo, los informes sobre la toma de la capital de Afganistán que, en última instancia, piden una nueva intervención extranjera contra la “barbarie de los talibanes”. Ofuscando que se trata de una acción de la Resistencia Nacional, cuya expresión es el grupo musulmán (pero no solo este), lo que hacen los monopolios de prensa reaccionarios (así como los llamados medios “progresistas”) es amoldar sus “análisis” a lo que manda el imperio, como parte de sus estrategias de dominación imperialista.

 

Con la reciente victoria militar del pueblo afgano, y del talibán que hasta ahora formaba parte de él, se abrirá un nuevo capítulo en la lucha de clases en Afganistán. Corresponderá a las masas afganas decidir sobre las fuerzas feudales, ahora que el imperialismo ha sido expulsado: cómo y por qué combatirlas.

 

Como ya ha dicho A nova Democracia, en el artículo General yanqui admite derrota en Afganistán ‘No podemos ganar esta guerra’, de 2018: “La retirada de las tropas yanquis y otros invasores que actúan bajo su mando representa una victoria de guerra de la resistencia nacional liderada por la guerrilla y los combatientes de la Resistencia Nacional. Al mismo tiempo, una vez que el imperialismo comienza a utilizar formas más sofisticadas de dominación nacional (como la dominación económica, política, cultural, etc.), dejando a un lado la guerra como forma de dominación, estas fuerzas tienden a capitular y colaborar con la dominación imperialista, a cambio de ser los jefes de turno que administran la semicolonia”. Por lo tanto, la saga por la emancipación total del pueblo afgano está lejos de terminar.

 

Casi dos décadas después de la invasión yanqui y alrededor de 2 billones de dólares después, el principal legado que dejó Estados Unidos en Afganistán consiste en las atrocidades cometidas por el ejército yanqui, las unidades de la CIA y las fuerzas lacayas afganas, así como escuadrones de la muerte financiados extraoficialmente. Estos incluyen bombardeos arbitrarios, redadas nocturnas en pueblos que se han convertido en campos de ejecución sumaria, tortura de personas bajo custodia y secuestros.

SOL ROJO Oaxaca: After almost 20 years of occupation, the Afghan people are driving out the invaders!

August 30, 2021

After almost 20 years of occupation, the Afghan people are driving out the invaders!

 

 

On 15 July, the flag of US imperialism was removed from the US embassy building in Kabul, the capital of Afghanistan, as Afghan National Resistance forces, led mainly by the Taliban, took control of the city. The expulsion of the invading troops and their bureaucratic machinery from the country’s capital comes almost 20 years after imperialism invaded and overthrew the Taliban government. The crushing US defeat, humiliating because of the disparity of the opposing forces, represents one of the major defeats of imperialism in the 21st century, and proof that its historic collapse is, despite its weapons, inevitable.

 

 

The main organised force in the Afghan National Resistance is the Taliban. This National Resistance was the relatively disunited and organically lifeless united front of all classes and groups in favour of a war of national resistance as a means of liberating the nation from imperialist colonial oppression.

 

 

After seizing control of 26 of 34 provincial capitals in just one week and laying siege to the capital, Taliban fighters occupied the Presidential Palace in Kabul, which had been abandoned by the pro-US government. Three Afghan “authorities” were present at the handover ceremony, broadcast live by the Al Jazeera media monopoly on its networks. According to the newspaper, the surrender of the capital took place without confrontation.

 

 

 

While the US puppet in the country, President Ashraf Ghani, fled Afghanistan claiming he wanted to “avoid bloodshed”, helicopters flew non-stop over the capital to evacuate US embassy employees. The embassy compound was engulfed in smoke from the burning of important archives.

 

 

On 14 August, when National Resistance forces captured neighbouring districts of the capital, US President Joe Biden announced the dispatch of 5,000 troops to help evacuate the officers. On 15 June, Defence Secretary Lloyd Austin ordered another 1,000 to Kuwait and redirected them to Afghanistan.

 

 

 

This brings the total number of US troops in Afghanistan to more than 6,000. It had been announced that the final withdrawal of US troops would take place on 31 August, as set out in the surrender agreement signed by the US with the Taliban in February 2020.

 

 

 

Seeking to avoid the catastrophic effect of another historic defeat, many US imperialist figures spoke out to alleviate the humiliation. “This is not Saigon”, even declared US Secretary of State Antony Blinken to the CNN media monopoly, because of the inevitable comparisons between this current defeat and the 1975 expulsion they suffered in Vietnam. Now as then, the U.S. military fled like rats, in a hurry, with helicopters overflowing with people and leaving many others behind.

 

 

Late in the afternoon of 15 August in the Central Asian country (early morning of 16 August in our country), about 500 employees of the US Embassy in Afghanistan were evacuated out of a total of 4,000 agents, both American and Afghan, not counting the families of these employees.

 

 

US allies and members of the North Atlantic Treaty Organisation (NATO), such as Canada, France and Denmark, also announced the suspension of their operations in the country and that they would transfer their diplomatic agents to Kabul airport. The situation is such that British imperialist Defence Secretary Ben Wallace has declared that British and NATO forces will not return to Afghanistan. He called the 20-year foreign intervention in the country a “failure”.

 

 

Francesca Mannocchi, an Italian journalist, posted a video of herself being evacuated to the airport by helicopter, with the caption “Kabul Airport. Evacuation. End of the game”. The Wall Street Journal (WSJ) reported that, according to the journalist, Afghans living in the capital stoned an Italian military convoy in the streets, ordering them to leave their homeland. Scenes like this, although censored by the reactionary world press, became widespread throughout the country as part of the Afghan masses’ rejection of foreign occupation.

 

 

 

The history of resistance and Afghanistan’s future

 

 

On 12 September 2001, the day after the 9/11 plot, NATO invoked for the first time in the history of the inter-imperialist coalition its Article V mutual defence clause, which states that an attack on an ally is seen as an attack on the entire alliance. This was US imperialism’s scam to concentrate a huge military force to invade the country, subjugate it, disrespect its self-determination (which had led to a Taliban-led government), all in order to exercise colonial-style rule there. Shortly afterwards, on 7 October of that year, the then US president George W. Bush announced the invasion of Afghanistan, followed by the overthrow of the Taliban government, which had begun in 1996, and the inauguration of Hamid Karzai, a puppet of US interests, as president of the country.

 

 

The Islamic Emirate of Afghanistan, as the Taliban call themselves, has its origins in the days when various guerrilla groups in Afghanistan were fighting against the revisionist social-imperialist Soviet Union, which had invaded the country in its hegemonic zeal. At that time, in the 1980s, he participated in the movement that overthrew the then president Mohamed Daoud, who subjected the Afghan nation to the interests of Russian social-imperialism. Because of this, Afghanistan became known as the “graveyard of empires”.

 

 

Under a jihadist orientation, guerrilla groups of young people and poor peasants organised guerrillas to fight and drive out the Russian social-imperialist troops, who had amassed 115,000 troops on the ground. Although feudal in ideology, the guerrillas united the entire nation around them against the foreign invader, who was defeated in 1989.

 

 

After the Soviet withdrawal, the guerrilla fronts split into bands commanded by military warlords, according to their landlord class nature. The Taliban continued to wage civil war to conquer territory and centralise power, fighting against other warlords.

 

 

In the year of the new invasion of Afghanistan, 2001, promoted by US troops, the Taliban occupied about 90% of the territory. This time, the group resumes guerrilla warfare against the invader. “We will return to the times of jihad and new guerrilla fronts will be established. At first, things may be easy for you [Yankees]. But the consequences will be very serious,” the then head of the group, Omar Mohamed, said at the time.

 

 

 

The masses will not throw off the yoke of US imperialism’.

 

 

The Marxist-Leninist-Maoist oriented journal Communist International addressed the imminent defeat of the US puppet government in Afghanistan and the victory of the Taliban military forces.

 

 

“For many decades, the Afghan people, mainly the poor peasants, were forged in armed struggle against the invading imperialist powers. A large part of the masses fought and now fights against US imperialism, but under reactionary banners, black banners of reaction, Taliban banners,” the Maoists stated.

 

 

The magazine’s editors also point out that the problem “is not that [feudal forces] are part of the front”, referring to the United Front against the US invasion, but: “the problem is that these [feudal] forces are pushing forward”. According to the Maoists, it was the revolutionary proletariat, through its Marxist-Leninist-Maoist Communist Party, that should lead the Anti-Yankee united front as the only condition for carrying forward the national liberation struggle uninterruptedly to the Democratic Revolution and on to Socialism. Therefore, in the absence of the Maoists, “the masses are fighting under the banner of the Taliban, mainly because they were given the false promise that they would liberate the Afghan people from the vulture that is US imperialism”.

 

 

The magazine also points out that the “peace agreement”, signed in Egypt in February 2020 by the Taliban and the US government, already indicates that the imperialist domination will continue, in new forms. The document deals with the conditions for the withdrawal of US troops. “Although the US puppet regime is falling and the imperialist troops are withdrawing from the country, the conditions of the ‘Afghan peace agreement’ indicate that the masses will still not free themselves from the yoke of US imperialism”.

 

 

The agreement, among other things, states that “The Islamic Emirate of Afghanistan [Taliban] will send a clear message to anyone who is a threat to the security of the United States and its allies that they have no place in Afghanistan, and will educate that members of the Islamic Emirate of Afghanistan will not cooperate with groups or anyone who individually poses a threat to the security of the United States and its allies. The United States will seek economic cooperation with the newly established Afghan Islamic government.

 

 

Considering the peace agreement, the Maoists emphasise: “The only force capable of liberating an oppressed nation (like Afghanistan) from the yoke of imperialism is the poor peasantry led by the proletariat, under the leadership of its Communist Party. The only way for the liberation of the masses in the oppressed nations is the New Democratic Revolution through people’s war. Until it begins, we will clearly see that US imperialism or other imperialists will continue to dominate the country; the Yankee will continue to suck the blood of the Afghan masses. Even so, the outcome of the end of the war, with the events that have taken place at this moment, shows us something of vital importance.

 

 

 

Imperialism is on the strategic defensive

 

 

In its final passage, which deals with the defeat of the US-lackey Afghan government, the Maoist journal points out that “imperialist wars of invasion can no longer succeed as they used to, when they were established on solid foundations. Imperialism is in total crisis”.

 

 

What, then, would the military defeat of US imperialism represent? The magazine answers: “A signal to the masses of the world: that we live in the historical era where the tides have turned. Imperialism is at the stage of its strategic defensive and sweeping the world, and the world proletarian revolution is at the stage of the strategic offensive”, the Communist International magazine points out.

 

 

 

Afghan people will have to deal with the Taliban

 

 

Reports abound right now about the seizure of the capital of Afghanistan that ultimately call for a new foreign intervention against the “Taliban barbarism”. By obfuscating that this is an action of the National Resistance, whose expression is the Muslim group (but not only this one), what the reactionary media monopolies (as well as the so-called “progressive” media) do is to mould their “analyses” to what the empire commands, as part of their strategies of imperialist domination.

 

 

With the recent military victory of the Afghan people, and the Taliban who until now were part of it, a new chapter in the class struggle in Afghanistan will be opened. It will be up to the Afghan masses to decide about the feudal forces, now that imperialism has been driven out: how and why to fight them.

 

 

As A nova Democracia has already said, in the 2018 article “US General Admits Defeat in Afghanistan ‘We Cannot Win This War'”: “The withdrawal of US troops and other invaders acting under their command represents a war victory of the national resistance led by the guerrilla and National Resistance fighters. At the same time, once imperialism begins to use more sophisticated forms of national domination (such as economic, political, cultural, etc. domination), leaving aside war as a form of domination, these forces tend to capitulate and collaborate with imperialist domination, in exchange for being the bosses of the day who administer the semi-colony”. Thus, the saga for the total emancipation of the Afghan people is far from over.

 

 

Nearly two decades after the US invasion and some 2 trillion dollars later, the main legacy left by the US in Afghanistan consists of atrocities committed by the US military, CIA units and Afghan lackey forces, as well as unofficially funded death squads. These include arbitrary bombings, night raids on villages that have become summary execution camps, torture of people in custody and abductions.

 

CGT ENERGIE PARIS: La solidarité est une arme !

 


La solidarité est une arme ! 




PERIÓDICO INTERNACIONAL COMUNISTA: LA VICTORIA DEL PUEBLO DE AFGANISTÁN

 

¡Proletarios de todos los países, uníos!

 

 

LA VICTORIA DEL PUEBLO DE AFGANISTÁN

 

 

La victoria del frente de la resistencia, bajo la dirección del Talibán contra el imperialismo yanqui y sus coaligados, es una victoria de la nación afgana en formación[i] por la independencia (formal) del país, una importante victoria, ya que los yanquis, desde la bancarrota del revisionismo en su condición de la superpotencia imperialista hegemónica única y auto-nombrado gendarme contrarrevolucionario mundial, siempre ha negado el derecho a la autodeterminación de las naciones. El pueblo afgano con las armas en la mano lo ha ganado. Es una victoria, que celebramos con todos los progresistas y revolucionarios del mundo y especialmente de Afganistán.

 

Nos reafirmamos enérgicamente en lo escrito por el camarada José Stalin sobre el Problema Nacional:

 

“Los pueblos asiáticos y africanos, decenas y centenares de millones de personas-, que sufren la opresión nacional en su forma más brutal y más cruel, quedaban generalmente fuera de su horizonte visual. No se decidían a poner en un mismo plano a los blancos y a los negros, a los pueblos “cultos” y a los “incultos”. De dos o tres resoluciones vacuas y agridulces, en las que se eludía cuidadosamente el problema de la liberación de las colonias, era todo de lo que podían vanagloriarse los personajes de la II Internacional. Hoy, esa doblez y esas medias tintas en la cuestión nacional deben considerarse suprimidas. El leninismo ha puesto al desnudo esta incongruencia escandalosa, ha demolido la muralla entre los blancos y los negros, entre los europeos y los asiáticos, entre los esclavos “cultos” e “incultos” del imperialismo, y con ello ha vinculado la cuestión nacional al problema de las colonias. Con ello, la cuestión nacional ha dejado de ser una cuestión particular e interna de los Estados para convertirse en una cuestión general e internacional, en la cuestión mundial de liberar del yugo del imperialismo a los pueblos oprimidos de los paí#ses dependientes y de las colonias.

[…]

El leninismo ha hecho descender la cuestión nacional, desde las cumbres de las declaraciones altisonantes, a la tierra, afirmando que las declaraciones sobre la “igualdad de las naciones”, si no son respaldadas por el apoyo directo de los partidos proletarios a la lucha de liberación de los pueblos oprimidos, no son más que declaraciones hueras e hipócritas. Con ello, la cuestión de las naciones oprimidas se ha convertido en la cuestión de apoyar, de ayudar, y de ayudar de un modo real y constante, a las naciones oprimidas en su lucha contra el imperialismo, por la verdadera igualdad de las naciones, por su existencia como Estados independientes.

[...]

que el camino del triunfo de la revolución en el Occidente pasa a través de la alianza revolucionaria con el movimiento de liberación de las colonias y de los países dependientes contra el imperialismo. La cuestión nacional es una parte de la cuestión general de la revolución proletaria, una parte de la cuestión de la dictadura del proletariado.

[...]

De ahí la necesidad de que el proletariado de las naciones “imperiales” apoye decidida y enérgicamente el movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos y dependientes.” (Stalin: Fundamentos del Leninismo, Capitulo VI; Los subrayados son de nuestra redacción)

 

Que, con toda justeza muestra la síntesis: “Los países quieren la independencia, las naciones su liberación y los pueblos la revolución, esta ha devenido en una tendencia histórica irresistible” (Programa para la lucha contra el imperialismo, Pekín Informa 25 de mayo de 1971).

 

Es un gran fracaso de una serie de fracasos del imperialismo yanqui en los últimos decenios. Siria e Irak son los más conocidos, pero no se puede olvidar los de Yemen, Ucrania, Somalia, etc. Y, debemos recordar los costos inmensos de la guerra: 2,448 soldados yanquis muertos, 3,846 mercenarios yanquis muertos, 1,144 soldados aliados invasores muertos y algo así como 66,000 soldado de la fuerzas armadas títeres ( abcnews.go.com). Además, los costos financieros de 2,261,000,000,000 USA-Dólares contando solo de parte de los yanquis (Brown University's Watson Institute; watson.brown.edu). Es también es un gran fracaso de todos los imperialistas, que en colusión y pugna comandados por el imperialismo yanqui han participado o apoyado la guerra de agresión contra el pueblo de Afganistán iniciada 7 de octubre de 2001 como “Operación Libertad Duradera”, a la que siguió la “Operación de la ISAF” ( “Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad”) y por último la “Operación Apoyo Decidido” para posteriormente prolongarse la ocupación como “apoyo” al gobierno impuesto por el ocupante imperialista y a las tropas “gubernamentales” ( fuerzas armadas títeres) hasta su salida por derrota según acuerdo de Doha entre el imperialismo yanqui y los talibanes. La toma de la capital Kabul por las fuerzas del frente de la resistencia fue el 15 de agosto de 2021.

 

Los desarrollos después de la retirada del ocupante permite analogías con la lucha de liberación del pueblo vietnamita. Los actuales acontecimientos son un momento especial dentro del nuevo período de revoluciones, en el cual nos desenvolvemos y no debemos olvidar que  la invasión de Afganistán por la Unión Soviética socialimperialista fue una de los signos de la entrada de la humanidad en la ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial.

 

Nosotros destacamos del documento del Presidente Mao, SOBRE LA NUEVA DEMOCRACIA, lo siguiente:

 

“... hay dos tipos de revolución mundial, y el primero pertenece a la categoría burguesa o capitalista. La era de este tipo de revolución mundial pasó hace mucho tiempo; tocó a su fin con el estallido de la Primera Guerra Mundial imperialista de 1914, y, sobre todo, con la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia. Desde entonces, comenzó el segundo tipo de revolución mundial : la revolución mundial socialista proletaria. Esta revolución tiene como Fuerza principal al proletariado de los países capitalistas, y como aliados, a las naciones oprimidas de las colonias y semicolonias. Sean cuales fueren las clases, partidos o individuos de una nación oprimida que se incorporen a la revolución, tengan o no conciencia de este punto, lo entiendan o no en el plano subjetivo, basta con que luchen contra el imperialismo para que su revolución sea parte de la revolución mundial socialista proletaria, y ellos mismos, aliados de ésta”.

 

Nosotros, consideramos como un deber en este feliz momento hacer unas breves observaciones:

 

La victoria del frente de la resistencia bajo la dirección del talibán, como una victoria del movimiento de liberación nacional bajo banderas reaccionarias, lo que lleva a que Afganistán pase de la situación colonial a la de una semicolonia, lo que hace que la contradicción principal en Afganistán vuelva a ser masas-feudalidad. Esto abre a las masas la posibilidad de tomar el camino de la guerra popular como guerra agraria, dentro de la revolución de nueva democracia en Afganistán, iniciada con la fundación del Partido Comunista de Afganistán y solo con la guerra popular se puede llevar a su culminación. El acuerdo entre los yanquis y el talibán muestra claramente, que los yanquis serán de aquí en adelante el principal imperialismo que explota y oprime Afganistán. Este acuerdo sobre la base de la completa derrota de los yanquis, garantiza, que ellos no pierde completamente todo. Eso es lo único, que los yanquis en 20 años de guerra han podido imponer.

 

La derrota de los colaboracionistas y vendepatria y su fuga subraya, que estos no tuvieron ninguna base en Afganistán, fuera de las fuerzas militares de ocupación. Todo lo que ellos hicieron fue embolsarse el dinero exprimido al pueblo de Afganistán y a los pueblos del mundo. Corrompidos estos perros cada vez más no mostraron ni el más mínimo aliento de orgullo nacional. 300,000 soldados y 6,000 aviones de combate del lado de las “tropas del gobierno” no fueron nada frente a 75,000 combatientes de la resistencia con armas ligeras, porque nadie se puso en la situación de poner en peligro la propia vida para esa gente. Su final fue previsible y los yanquis también contaron con esto ( con la dependencia de las tropas títeres de la logística de los estadounidenses, que ellos en cierta forma la fundan en lo organizacional), como el acuerdo con el talibán lo muestra.

 

La ofensiva diplomática del talibán, el traspaso pacífico del poder – algo, que en los Estados Unidos en ciertas ocasiones provoca dificultades-, la amnistía general, las conversaciones  y ofertas, que ellos hace ahora, muestra que los talibanes pese a su gran éxito militar no tienen suficiente base para mantener duraderamente el poder. Los talibanes pertenece a los pashtunes, los que representan cerca de la mitad de la población afgana. Su base de poder se extiende hasta parte de Pakistán, especialmente en la zona fronteriza y el valle Swat cerca a la capital Islamabad. Pese a ello, existen fuerzas relevantes dentro de Afganistán que no pertenecen al talibán. Esta situación sabrán usar los yanquis, para provocar desordenes, conflictos y llegado el caso provocar una guerra civil, como el hijo del mercenario Mazud se está ofreciendo.

 

Esperamos, que los revolucionarios y comunistas en Afganistán cumplan su tarea, es decir, que lleven a cabo la revolución de nueva democracia con la guerra popular para tomar el Poder y defenderlo, para pasar de inmediato e ininterrumpidamente a la revolución socialista hasta entrar con toda la humanidad en el comunismo. Recordemos sus propias palabras de advertencia “...si nosotros no...después nos esforzaremos de cumplir con nuestra responsabilidad histórica, pues nuestro país y su pueblo no perdonaran” (Sholajawid, 20 de abril 2019). Recuerden fugazmente: “Con ello no se va a endulzar la boca, quien siempre repite “halva” (una golosina árabe, nota de traducción)”.

 

 

LAS LECCIONES DEL MARXISMO PARA APLICAR EN LA PRESENTE SITUACIÓN

 

1. El Presidente Gonzalo, III Pleno del Comité Central (Perú, 1992), plantea estudiar las formas de intervención del imperialismo porque de acuerdo con ello se define la contradicción, y al respecto dice:

 

“... 3 documentos del Presidente Mao que forman una unidad, titulados "El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional", ése es uno, otro: "El problema de la independencia y autonomía del frente único", y el tercero: "Problemas de la guerra y de la estrategia". Esos documentos son producto de una misma reunión de la Dirección del PCCH en la cual el Presidente Mao analizó esas tres cuestiones para la dirección y la conducción de la guerra antijaponesa, esto es, cuando se produjo un cambio de la contradicción que pasó a ser contradicción entre la nación china y el imperialismo japonés. Uno puede preguntarse: pero nosotros no estamos precisamente en esa contradicción, sí es cierto, la contradicción principal de nosotros es entre las masas populares y la semifeudalidad, esa es la principal, pero hay tres contradicciones, la otra es contra el capitalismo burocrático y contra el imperialismo, son tres contradicciones que se dan en el país. Si bien ésa es la principal hay que pensar que el desarrollo de la guerra popular, el problema de la conquista del Poder en todo el país necesariamente lleva a choque con el imperialismo, necesariamente, eso es como que dos más dos son cuatro, por tanto esa contradicción va a devenir principal, ¿por qué? el imperialismo no podría consentir en modo alguno que nosotros tomáramos el Poder y ellos simplemente contemplaran, no podría consentir eso, más si estamos en América; esto como cuestión específica de considerar al imperialismo yanqui como gran gendarme que apunta a desenvolverse como superpotencia hegemónica única, el imperialismo siempre combate la conquista del Poder y se empeña en hundir la revolución, precisamente allí donde el peligro es mayor se empeña más, ¿dónde surge el peligro en América Latina? en el Perú, eso es el hecho, y América Latina es el área de influencia directa, la base misma de su poderío para poder explotar y oprimir este continente y así servirse de esto como base para hegemonizar en el mundo, ser hegemonista único, porque necesita una base propia de influencia para ejercerla en todo el orbe, así como son sueños de otros es el mismo sueño yanqui y desde los años '10 ejerce ese poder y esa influencia en América ... Para ver esto hay que recordar o volver a estudiar lo que dice el Presidente Mao sobre la contradicción en el tomo I, en la página 354 y en la siguiente, él dice así: "En un país semicolonial como China, la relación entre la contradicción principal y las contradicciones no principales ofrece un cuadro complejo"; y nos plantea tres posibilidades: la primera es "Cuando el imperialismo desata una guerra de agresión contra un país así, las diferentes clases de éste, excepto un pequeño número de traidores, pueden unirse temporalmente en una guerra nacional contra el imperialismo", ésa es la primera, eso es así, cuando los imperialistas desatan una guerra de agresión, invaden un país, entonces obviamente se invade, cuando Japón invade China, cuando Japón invade Corea o cuando Estados Unidos invade Vietnam o cuando el socialimperialismo que dirigía en la URSS invade Afganistán, ahí la contradicción es nación-imperialismo, pero lo que diferencia es la agresión, va a conquistar, sojuzga, por sus interés mundial de lo que fuere, o sea ahí no se presenta que hay una revolución, ése es el tercer caso, o sea cuando hay una agresión de acuerdo con sus contiendas mundiales ataca un país y se posesiona de él, es la primera, dice.

"En otras circunstancias" dice el Presidente, "Cuando el imperialismo no recurre a la guerra, sino a medios relativamente moderados, medios políticos, económicos y culturales, para llevar adelante su opresión, la clase dominante del país semicolonial en cuestión capitula ante el imperialismo y forma con él una alianza para oprimir conjuntamente a las masas populares", cuando no ataca militarmente, cuando no hay una agresión usa otros medios ¿cuáles? políticos, económicos y culturales. "En esas circunstancias" dice, "las .masas populares suelen recurrir a la guerra civil contra la alianza del imperialismo y la clase feudal, en tanto que el imperialismo emplea a menudo métodos indirectas, y no la acción directa, para ayudar a las reaccionarios de dicho país a oprimir al pueblo, y así las contradicciones internas se vuelven particularmente agudas", ejemplo la Guerra Revolucionaria del año '11 en China, los 10 años de Guerra Revolucionaria Agraria iniciada el '27, éste es el caso nuestro, nosotros hemos iniciado una guerra agraria y hay que recordarlo, por eso la contradicción principal es contra la semifeudalidad, pero como hay tres fundamentales en el Perú también combatimos al capitalismo burocrático y al imperialismo, pero no como principal, y hay una cuestión objetiva hace tiempo, cómo esto iba variando, y como ya incluso se habría en perspectiva la contradicción Partido-Fuerzas Armadas, o sea nos planteamos que había una variación de las contradicciones pero seguía siendo lo decisivo la cuestión semifeudal, el combatir la feudalidad en su forma general en el Perú seguía siendo la contradicción principal, masas-semifeudalidad, ése era el problema, así se ha dado en el Perú.

Luego dice el Presidente: "Cuando la guerra civil revolucionaria se desarrolla hasta el punto en que amenaza la existencia misma del imperialismo y de sus lacayos, los reaccionarios internos, suele aquel adoptar otros métodos para mantener su dominación: o bien trata de dividir el frente revolucionario, o bien envía fuerzas armadas para ayudar directamente a los reaccionarios internos. En tal caso, el imperialismo extranjero y la reacción interna se colocan, sin el menor disimulo, en un polo, y las amplias masas populares se agrupan en el otro, y así se forma la contradicción principal, que determina o influye en el desarrollo de las demás contradicciones", eso es lo que se tiene que dar. Entonces el caso es la cuestión del tercer punto…”.

 

Así entonces, hay que ver los tres casos que plantea el Presidente, cuando el imperialismo invade, desata agresión sin que haya una revolución, era un caso predominante en el siglo anterior que hacían todas las grandes potencias y se da en este siglo cuando no hay una revolución pero el imperialismo por sus contiendas hegemónicas lleva a esto, así se da. El segundo caso lo que nos plantea es cuando no interviene sino en forma indirecta, entonces, si la revolución avanza, se desarrolla, prende la guerra popular ¿cómo? con la lucha armada ¿cómo? como guerra agraria; ¿por qué? estamos hablando de países semifeudales y semicoloniales y si hablamos de la relación con el imperialismo lo que tenemos que destacar es la semicolonialidad, el carácter semicolonial, eso hay que tenerlo en cuenta, claro pues, el problema con relación al imperialismo es que es semicolonia por eso hay dominio imperialista, esa es la cuestión. Y la tercera circunstancia que pone es, cuando la revolución avanza el imperialismo tiene [que] intervenir, ése es el problema que nos dice, interviene el imperialismo, entonces se produce la polarización; el problema que hay que tener en cuenta es que el imperialismo puede intervenir directamente enviando muchas tropas, o puede intervenir directamente como asesor con pocas tropas, o puede intervenir incluso moviendo a otros como una fuerza multinacional, o utilizando títeres, regímenes títeres, o sea los Estados colindantes que tengan apetito puede usarlos también, eso no le quita que sea agresión imperialista pues tras eso hay el imperialismo que maneja todo. Es decir, hay diversas formas de intervención, de acuerdo con esto se definen las contradicciones”.

 

 

2. En SOBRE LA DICTADURA DEMOCRÁTICA POPULAR, en conmemoración del XXVIII aniversario del Partido Comunista de China, 30 de junio de 1949, sobre el servicio que presta la revolución en un país, esto es, las guerras populares en curso y las que están por venir, al desarrollo no solo de las condiciones objetivas sino, también y principalmente, para el desarrollo de las condiciones subjetivas para la revolución, principalmente para la constitución o reconstitución de los Partidos Comunistas, que las ratas miserables de la LOD revisionista y capitulacionista (Modavef), cabeza del nuevo revisionismo a nivel mundial, lo niegan para tratar de cubrir su traición a la guerra popular y la revolución proletaria mundial, el Presidente Mao establece:

 

“… Las repetidas luchas, incluyendo un movimiento de amplitud nacional como la Revolución de 1911, terminaron todas en el fracaso. Día a día empeoraba la situación del país, y la vida se hizo imposible. Las dudas surgieron; aumentaron y se profundizaron. La Primera Guerra Mundial estremeció al mundo entero. Los rusos hicieron la Revolución de Octubre y crearon el primer Estado socialista del mundo. Bajo la dirección de Lenin y Stalin, la energía revolucionaria del gran proletariado y del gran pueblo trabajador de Rusia, energía hasta entonces latente e imperceptible para los extranjeros, entró de pronto en erupción como un volcán, y los chinos, así como toda la humanidad, comenzaron a mirar a los rusos con otros ojos. Entonces, y sólo entonces, se inició una era completamente nueva en el pensamiento y la vida de los chinos. Encontraron el marxismo-leninismo, la verdad de aplicación universal, y la fisonomía de China comenzó a cambiar.

 

Fue a través de los rusos que los chinos encontraron el marxismo. Antes de la Revolución de Octubre, los chinos no sólo desconocían a Lenin y Stalin, sino que ni siquiera conocían a Marx y  Engels. Las salvas de los cañones de la Revolución de Octubre nos trajeron el marxismo-leninismo. La Revolución de Octubre ayudó a los hombres avanzados de China, así como a los de la tierra entera, a adoptar la concepción proletaria del mundo como instrumento para estudiar el destino de su país y para reconsiderar sus propios problemas. Seguir el camino de los rusos: tal fue la conclusión. En 1919, se produjo en China el Movimiento del 4 de Mayo. En 1921, se fundó el Partido Comunista de China”.

 

3. En el III Pleno del Comité Central del PCP (Informe Central, Reunión del Comité Regional Norte), el Presidente Gonzalo, sobre la situación del imperialismo y la revolución mundial, sobre el marco internacional en que nos encontramos, no es principal, pero es necesario, principal y decisivo es lo interno, hace una síntesis de la situación de las dos colinas. Pero, antes de transcribir la parte correspondiente, queremos subrayar lo correspondiente al imperialismo japonés en aquel momento, que ahora correspondería leerlo pensando en la situación actual por la que atraviesa el “mito” revisionista, el socialimperialismo chino, situación de decrecimiento de su crecimiento y serias dificultades. El Presidente  estableció:

 

“Ofensiva contrarrevolucionaria general: ver los ataques desenfrenados contra el marxismo, dicen „caducidad del marxismo“...Aparte se expresa agudización de las contradicciones entre superpotencias imperialistas y entre éstas y las potencias imperialistas, entre todos los imperialistas y naciones oprimidas (soslayar las dos colinas) a nivel internacional, revolución y contrarrevolución; es una ofensiva dentro del período de la ofensiva estratégica de la revolución (mundial), la reacción está a la defensiva, no hay que dejarse engañar.

 

Ver como está el imperialismo, no hay que creer lo que nos cuentan, recordemos a Marx, dice: que cuando estudiemos a la reacción hay que hacerlo con espíritu crítico, no con libre crítica, todo lo que estudiamos lo hacemos con espíritu de clase. Nadie nos va a decir que el imperialismo yanqui está bien, está podrido de la cabeza a los pies; dicen que el imperialismo alemán es un „milagro“, ver que es la incorporación, la llamada unidad alemana es devorar lo que fue la RDA prostituída por el revisionismo ¿ a dónde le ha llevado al imperialismo alemán?, a empantanarse. Tanto cacareo del mito japonés, que no está en recesión, es falso, según la teoría económica basta dos trimestres de reducción de la producción para que se de recesión, ver en que rumbo se desenvuelve, su crecimiento está decreciendo, no hay que dejarse engañar por eso la revolución sigue siendo la tendencia principal en el mundo. La Revolución Mundial está en la ofensiva estratégica, nos quieren presentar las cosas como que no son así.

 

El hecho hoy es que hay ofensiva contrarrevolucionaria general, va a durar varios años. La etapa de la ofensiva estratégica son decenios, la ofensiva contrarrevolucionaria general serán años, más pocos que muchos… ¿quién puede ganar? Nosotros, la clase, la última clase de la historia, el camino puede ser largo pero su victoria inexorable, la burguesía podrá incendiar para acabarlo, hará guerras más cruentas para defenderse, pero el cádaver insepulto es su destino final, irá al nicho, pues se convierte en cenizas y se esparce a los cuatro vientos para fructificar, la tierra no tiene otro destino, lo otro remolinos contra un poderoso río que es la revolución mundial, sino pensamos así no somos comunistas, no somos revolucionarios, seriamos miserables con ijos en las espaldas, ganapanes de piltrafas de la reacción. Somos comunistas y no podemos juzgar de otra manera, sino analizar los problemas a partir de los intereses de la clase, nos permite ver los recovecos, remolinos que genera la reacción ante nuestro avance inexorable.

 

Hemos tenido derrotas URSS, China, pero eso no va a detener la historia, remolinos no son más que perturbaciones...”. (Todo los subrayados son de nuestra redacción.)

 

 

A PROPÓSITO DE UNA ENTREVISTA EN LA TV ALEMANA (Canal Phoenix, 19 agosto 2021) AL PRESIDENTE DE LA BUNDESWEHRVERBAND (una organización de las fuerzas armadas alemanas)

 

Síntesis del periodista “quedan muchas preguntas a la política sin respuesta, que es lo que falló en Afganistán para haber tenido este inmenso fracaso de la misión de la Bundeswher allí y la caótica situación de la evacuación”.

 

Mala estimación de la situación por la política

 

La decisión política de la retirada y evacuación ha sido tomada demasiado tarde

 

La Bundeswher dice fracaso político de la misión, esto quiere decir de los responsables políticos, del gobierno alemán, dice consecuencias para la democracia porque los militares no confían en la dirección política.

 

Consecuencia para las futuras misiones o intervenciones de las fuerzas militares alemanas, otra vez se sienten abandonadas por la política, esto es una nueva edición de la versión del “cuchillo por la espalda”, que irá creciendo conforme fracasen en sus intervenciones. La vieja versión que usó la reacción y el fascismo después de la Primera Guerra Mundial del “puñal en la espalda”. Dice, desastre político, tragedia, el peor fracaso del gobierno.

 

En cuanto a la intervención de los imperialistas encabezados por los EE.UU. siempre en colusión y pugna, muestra que estos sin los yanquis no son nada y que los yanquis cuando se proponen los llevan a las guerras de agresión contra los países del tercer mundo co muchas promesas y luego cuando quieren se retiran sin acuerdo de sus llamados aliados. Consecuencias para el futuro. Eso no quiere decir que no irán mas en colusión y pugna a nuevas agresiones sino que estas tendrán esta carga.

 

Para el actual gobierno yanqui es también un desastre político a su famoso lema “nosotros estamos de regreso”, es decir de regreso a sus responsabilidades con la comunidad internacional, es decir de los acuerdos y responsabilidades asumidas en conclusión y pugna con los otros imperialistas, por tanto consecuencias internas y externas para el actual gobierno de Biden. A pesar que el gobierno de Biden solo tuvo que ejecutar un acuerdo del gobierno anterior  de Trump con los Talibanes, lo que demuestra 1. que el acuerdo de Doha y la retirada es política de estado, que refleja la situación política, militar y económica de los contendientes, en todos los aspectos expresada en el campo de batalla, la actual correlación de fuerzas entre la resistencia al invasor y los imperialistas coaligados, el mayor costo en relación al nuevo objetivo fijado, esto es de un  gobierno de alguna manera dispuesto a trabajar conjuntamente con el imperialismo en ese país, del objetivo de gobierno títere a gobierno servil al imperialismo, pretensión que sea principalmente al imperialismo yanqui. 2. que dada la situación allí, al momento de ejecutar la retirada, esta ha tenido que ser desesperada por el mayor deterioro d ella situación para el invasor por el debilitamiento de las fuerzas títeres en los planos político, militar y económico y así para evitar asumir mayores costos de todo tipo y como superpotencia hegemónica única, lo han hecho sin consultar con nadie por eso los imperialistas alemanes y otros, que creyeron que les iban a hacer caso en cuanto a la posibilidad para ellos  (Alemania y los otros miembros de la OTAN) de una retirada ordenada hasta después del 31 de agosto, no fueron escuchados por Washington, por tanto, los han dejado mal parados y con un mayor fracaso de estos gobiernos imperialistas, y también un mayor fracaso para el gobierno de Biden. Quien no supo o no pudo administrar mejor lo acordado y entre ello principalmente lo de la retirada. Porque hubo consenso interpartidario en Washington, pero el fracaso es tema para mayor disputa interna en los EE.UU. Y mayor disputa imperialista por el fracaso, incrementa la pugna.

 

Después de la toma de Kabul por los talibanes la retirada no solo del personal de los imperialistas y familiares sino también de los colaboradores militares y no militares continua e incluso está asegurada por la llegada de nuevas tropas especiales de los imperialistas para la misión, lo cual indica que se hace según el acuerdo de Dohan, que en esto ambas partes hasta el 31 de agosto por lo menos van a respetar lo acordado.

 

Fracaso de los planes yanquis den Nation Building en Afganistán, esto es de establecer un dominio colonial duradero con un gobierno títere como objetivo de la invasión, gobierno establecido mediante elecciones manejadas por ellos y candidatos de ellos, que luego se puedan mantener basados en fuerzas armadas títeres dirigidas por ellos. Esto ha fracasado y ha sido admitido, interpretando “contrario census” las palabras de Biden, dice “nosotros no pretendimos construir una nación sino solo eliminar la amenaza que significaba la presencia de un gobierno terrorista en Afganistán. Entonces con los acuerdo y la salida significa que han cambiado el objetivo y se contentan con un gobierno talibán dispuesto a colaborar. Conversaciones de los talibanes con el lacayo Barsani, un intermediario afgano de los imperialistas. Conversaciones de los talibanes en Rusia  y en China. Todo esto caracteriza pues al gobierno de un país semicolonial, es decir que luego de la retirada por fracaso del ocupante, recupera su estatus semicolonial, porque no será un país independiente sino solo formalmente, mientras no culmine su revolución de nueva democracia mediante la guerra popular dirigida por el Partido Comunista.

 

Por otro lado, no es creíble que la inteligencia alemana haya ignorado los acuerdos bajo la mesa entre yanquis y talibanes. Una clara muestra de estos acuerdos bajo la mesa, es el retiro por Washington de los “contratistas” que eran los encargados de mantener la logística de la fuerza aérea de las tropas títeres sin la cual no podían realizar ninguna operación de combate y de esta fuerza aérea  dependían las operaciones de las fuerzas terrestres títeres, así fueros estructuradas y por el invasor y así funcionaron, lo que fue una de las causas de que estas no puedan enfrentar a las fuerzas de la resistencia, además dependían de la dirección y planes militares de los invasores. Estas son las causas secundarias de que hayan desertado casi sin combatir y que el avance de los talibanes hasta Kabul haya sido tan rápido e “inesperado”, porque la principal causa de su falta de capacidad de combate y fracaso en enfrentar a los talibanes sin la presencia de las tropas imperialistas invasora, es de que no tenían moral de combate, que sin sus patrones yanquis que pagaban no iban a combatir, son oficialidad y tropa mercenaria. Pero todo eso indica que la decisión por Washington estaba tomada y era en cumplimiento de acuerdos, dejo de hacer para que hagas, etc, de las llamadas obligaciones contractuales que rigen todos los contratos.

 

Importante señalar que el triunfo de la resistencia contra los invasores confirma pues que estamos en la etapa de la ofensiva estratégica de la revolución mundial, porque aunque no lo quiera o lo rechacen los propios talibanes, esta lucha es parte de la revolución de nueva democracia, ver Presidente Mao Sobre la Nueva Democracia. Muestra que la revolución es la tendencia histórica y política principal hoy en el mundo. Que se desarrolla la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial y que el maoísmo esta marchando a comandarla con nuevos Partidos Comunistas reconstituidos y nuevas guerras populares que se irán sumando a las ya existentes. Y precisamente esto se da en el momento y como parte de que hemos entrado a un nuevo momento de revoluciones  en donde se expresa la gran explosividad de las masas y su gran actividad.



[i]       De acuerdo al marxismo-leninismo-maoísmo con los aportes de validez universal del Presidente Gonzalo, la nación afgana es una nación en formación y esa formación nacional se está gestando en largos años, son centurias, y no puede disgregársela en sus diversos componentes como pashtunes, tayikos, nazara, sadat, turcomanos, baluchi, pashai, árabes, etc. lo que corresponde es culminar la formación de la nación afghana desarrollando la revolución de nueva democracia con guerra popular hasta culminarla. Eso es a su vez, la forma de unificar realmente el país, porque no está unificado, solo los comunistas podremos hacerlo, tanto culminar la formación de la nación como unificar realmente el país. Las miserables ratas de la LOD revisionista y capitulacionista son contrarios a lo establecido por el maoísmo en la cuestión nacional, niegan la opresión semicolonial del imperialismo y tomando el caso del Perú, dan ya por consagrada, por  establecida, la nación peruana. ¿Por qué se oponen las ratas de la LOD revisionista y capitualicionista al maoísmo y específicamente al pensamiento gonzalo en esta importante cuestión? Porque son opuesto a la revolución de nueva democracia, porque son opuesto a la guerra popular por que solo mediante ésta se puede culminar la revolución democrática y con ello culminar la formación de la nación peruana y unificar real y concretamente el país para defenderlo contra cualquier agresión imperialista o reaccionaria.