Libertad a Abel Alexis Huenuman Tropan
Abel fue detenido este lunes 10 de
octubre. Se dirigía a la marcha de la Resistencia, con un grupo de pu
peñi a caballo. Fueron atajados por Carabineros en Mapocho, para impedir
que los caballos entraran a la marcha. Cuando Carabineros preguntó
quién estaba a cargo, Abel asumió toda la responsabilidad, se le
solicitó el carnet de identidad y se detectó una orden de detención
pendiente.
¿La razón? Abel fue condenado en
febrero de 2016 a 541 días de prisión efectiva. Esto, por un altercado
que tuvo con agresivos narcotraficantes de su población. Se implicó en
esta pelea para defender a una mujer, ya que dicho traficante, tenía
prohibido acercársele. Sin embargo, el sujeto insistía en hostigarla y
violentarla, y Abel no dudo en salir en su defensa.
Tras la detención del día
lunes, lo llevaron a la 21° Comisaría de Estación Central y luego al
Séptimo Juzgado de Garantía, en donde de manera inmediata lo trasladaron
a la Penitenciaria para que cumpliera la condena de 541 días de prisión
efectiva.
¿Quién es Abel Huenuman? ¿Por qué exigir su libertad?
Abel es un mapuche de 30 años, vive en la
población Angela Davis de Recoleta. Abel Huenuman, es el organizador y
dirigente del Comité de Allegados Rakiduam Mo Ruka. También es un
entregado padre de familia. Tiene tres hijos pequeños: de siete, cuatro y
una niña de cinco años. Trabaja en un local de las panaderías Castaño,
en turnos que se inician a las cinco de la mañana y terminan a las
14:00, pero nunca sale a esa hora, debe hacer horas extras, ya que el
sueldo no les alcanza.
Abel es un dirigente muy querido y
respetado en la población. Es la cabeza y la dirección del Comité de
Allegados Rakiduam Mo Ruka, de la Asociación Mapuche Mongeltun Taiñ
Folil y además de eso, desde muy joven comenzó a practicar Capoeira,
práctica que enseña a los jóvenes de la población, y también a sus pu
peñi en el sur, de donde él viene, Nueva Imperial.
Condena injusta y desproporcionada
Abel fue condenado a cumplimiento
efectivo de 541 días, esto significa encierro total. Consultamos por su
caso con abogados de la Defensoría Popular y nos señalaron que es muy
extraño que esa condena exija cumplimiento efectivo: “en general las
condenas pequeñas como éstas se cumplen bajo modalidad de cumplimiento
alternativo (firma, libertad vigilada, y/o reclusión nocturna). Pero en
esta ocasión el juez negó esta posibilidad”, explicaron.
Abel, sabiendo que la condena era injusta
y arbitraria, y consciente que por medios legales ya no podía hacer
nada para evitar esta condena, optó por seguir con sus tareas de
organizador en su población. El día de la marcha, sabiendo el riesgo que
corría, se organizó con otros peñi y a solicitud de algunas comunidades
decidieron participar de la marcha del 10 de octubre a caballo. Esta
era una tarea de gran importancia y seriedad para Abel, ya que se
disponía a leer una carta en donde se planteaban las demandas del Comité
de Allegados que dirige. Abel fue valiente. Arriesgado, pero valiente.
La población Angela Davis notará su
ausencia momentánea. De inmediato sus peñis coordinaron el apoyo
solidario para él, su mujer y sus tres hijos, a través de la realización
de venta de completos, de un Bingo y están preparándose para realizar
un Palin. En tiempos de corrupción, avaricia y egoísmo de los políticos
burócratas, conocer la historia de dirigentes populares firmes,
entregados a su comunidad y que no vacilan en darse por entero a la
lucha de su pueblo, no puede dejarnos indiferentes.
Abel fue detenido este lunes 10 de
octubre. Se dirigía a la marcha de la Resistencia, con un grupo de pu
peñi a caballo. Fueron atajados por Carabineros en Mapocho, para impedir
que los caballos entraran a la marcha. Cuando Carabineros preguntó
quién estaba a cargo, Abel asumió toda la responsabilidad, se le
solicitó el carnet de identidad y se detectó una orden de detención
pendiente.
¿La razón? Abel fue condenado en
febrero de 2016 a 541 días de prisión efectiva. Esto, por un altercado
que tuvo con agresivos narcotraficantes de su población. Se implicó en
esta pelea para defender a una mujer, ya que dicho traficante, tenía
prohibido acercársele. Sin embargo, el sujeto insistía en hostigarla y
violentarla, y Abel no dudo en salir en su defensa.
Tras la detención del día
lunes, lo llevaron a la 21° Comisaría de Estación Central y luego al
Séptimo Juzgado de Garantía, en donde de manera inmediata lo trasladaron
a la Penitenciaria para que cumpliera la condena de 541 días de prisión
efectiva.
¿Quién es Abel Huenuman? ¿Por qué exigir su libertad?
Abel es un mapuche de 30 años, vive en la
población Angela Davis de Recoleta. Abel Huenuman, es el organizador y
dirigente del Comité de Allegados Rakiduam Mo Ruka. También es un
entregado padre de familia. Tiene tres hijos pequeños: de siete, cuatro y
una niña de cinco años. Trabaja en un local de las panaderías Castaño,
en turnos que se inician a las cinco de la mañana y terminan a las
14:00, pero nunca sale a esa hora, debe hacer horas extras, ya que el
sueldo no les alcanza.
Abel es un dirigente muy querido y
respetado en la población. Es la cabeza y la dirección del Comité de
Allegados Rakiduam Mo Ruka, de la Asociación Mapuche Mongeltun Taiñ
Folil y además de eso, desde muy joven comenzó a practicar Capoeira,
práctica que enseña a los jóvenes de la población, y también a sus pu
peñi en el sur, de donde él viene, Nueva Imperial.
Condena injusta y desproporcionada
Abel fue condenado a cumplimiento
efectivo de 541 días, esto significa encierro total. Consultamos por su
caso con abogados de la Defensoría Popular y nos señalaron que es muy
extraño que esa condena exija cumplimiento efectivo: “en general las
condenas pequeñas como éstas se cumplen bajo modalidad de cumplimiento
alternativo (firma, libertad vigilada, y/o reclusión nocturna). Pero en
esta ocasión el juez negó esta posibilidad”, explicaron.
Abel, sabiendo que la condena era injusta
y arbitraria, y consciente que por medios legales ya no podía hacer
nada para evitar esta condena, optó por seguir con sus tareas de
organizador en su población. El día de la marcha, sabiendo el riesgo que
corría, se organizó con otros peñi y a solicitud de algunas comunidades
decidieron participar de la marcha del 10 de octubre a caballo. Esta
era una tarea de gran importancia y seriedad para Abel, ya que se
disponía a leer una carta en donde se planteaban las demandas del Comité
de Allegados que dirige. Abel fue valiente. Arriesgado, pero valiente.
La población Angela Davis notará su
ausencia momentánea. De inmediato sus peñis coordinaron el apoyo
solidario para él, su mujer y sus tres hijos, a través de la realización
de venta de completos, de un Bingo y están preparándose para realizar
un Palin. En tiempos de corrupción, avaricia y egoísmo de los políticos
burócratas, conocer la historia de dirigentes populares firmes,
entregados a su comunidad y que no vacilan en darse por entero a la
lucha de su pueblo, no puede dejarnos indiferentes.
Desde la Cárcel, Abel nos transmite estas palabras:
“Nosotros como mapuche queremos vivir en
comunidad, queremos que nuestros hijos no pasen por las humillaciones y
la discriminación que nosotros los mapuches hemos pasado.
Acá en la cárcel hay muchos con apellido
mapuche y eso me da más fuerza porque ellos están atentos a lo que yo
puedo decir, incluso he podido enseñar, enseñarles sobre nuestra
cultura, explicarles por qué nosotros estamos luchando hoy día. Entonces
siento que por algo estoy aquí, quizás sea porque tengo una tarea que
cumplir.
Tuve un pewma, bien bonito anoche, estaba acostado, estaba oscuro y alrededor mío habían muchos guiños. ¡Y claro! porque yo me siento protegido.
Siento que acá adentro no estoy solo, les digo a los de afuera que
tengan mucho Newen y que continúen tal cual, como si yo estuviera
afuera, porque ¡aquí nada ha cambiado! Hay que continuar con el mismo
plan de trabajo, con los mismos objetivos, con mucha fuerza, por lo que
nos hemos propuesto en la lucha que estamos llevando adelante.
Yo entré con caballos, porque los caballos son sinónimo de fuerza para nuestro pueblo,
entré con caballos porque iba a leer una carta a los hermanos y a los
wenuy, explicando por qué es nuestra lucha. Ese fue el objetivo por el
que yo fui a esta marcha, para presentar nuestra lucha y decir que no
somos violentos, pero queremos que nuestros hijos vivan en mejores
condiciones que nosotros y recuperen lo que se les ha arrebatado.