¡Proletarios de todos los países, uníos!
El 06 de enero 2021 en los Estados Unidos
Un símbolo de la crisis de la democracia
Este artículo es resultado de la aplicación de nuestra posición y concepción marxista-leninista-maoísta con los aportes de validez universal del Presidente Gonzalo a la revolución proletaria mundial a los acontecimientos todavía en pleno desenvolvimiento de la lucha de clases en el país que es la superpotencia imperialista hegemónica única, en la otra colina y sus consecuencias para el proletariado y el pueblo. Nos reafirmamos que la tarea que corresponde a los comunistas en tal situación es persistir en la reconstitución del partido para iniciar la guerra popular en las entrañas misma de la bestia para desarrollar la revolución socialista en los Estados Unidos en y al servicio de la revolución proletaria mundial.
El 6 de enero, luego de un discurso en una asamblea en Washington del presidente en funciones de los Estados Unidos Donald Trump, tuvo lugar una marcha de sus seguidores al Capitolio. Ésta fue la última búsqueda de Trump de conseguir un segundo período presidencial. Un segundo período, que habría significado un salto en el presidencialismo absoluto a través de Trump.
El sistema del fraude electoral de los imperialistas yanquis, al cual hay que llamarlo por su nombre, el mismo que a través del sistema de elección indirecta por electores no expresa los estándares básicos de las elecciones burguesas (un ciudadano-un voto), que entre otros a través de la demarcación “legal” de los distritos y oficinas electorales, así como a través de disposiciones restrictiva para los electores, en forma sistemática privilegia a los ricos y desfavorece a los pobres y que, a su vez, discurre mediante manipulación no legal, como lo mostró claramente las elecciones de 2004, favoreció a Trump para su primer período presidencial. Un segundo período en todo caso no le fue conferido, el que abiertamente ya en forma temprana aparecía abiertamente que le sería negado, lo que explica a las expresiones de Trump sobre sus temores de un “fraude electoral” en su contra.
Trump, quiso forzar un segundo período, para lo cual el pretendió hacer a un lado el actual sistema de “elección”. De esta manera un segundo período de Trump, hubiera llevado a un salto en el absolutismo del Ejecutivo, específicamente impulsando el sistema presidencialista, aplicando un absolutismo presidencialista supeditando de facto al parlamento (dos cámaras) y al sistema judicial a las decisiones del presidente. Para eso, después de las elecciones puso en acción las palancas que estaban a su disposición persiguiendo modificar los resultados electorales. Dando paso a los llamamiento del ultrarreaccionario “bocazas” Trump a desconocer los resultados electorales en los cinco estados con gobernadores republicanos y parlamentos dominados por estos (Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pennsylvania). Y procuró dificulta e impedir el nombramiento de los electores en estos estados, con la acusación de fraude masivo no solamente allí, sino en todo el proceso electoral. Pero sus llamamientos, no fueron escuchados y seguidos; o mejor dicho cosechó solo el rechazo abierto de los gobernadores y los representantes republicanos de las comisiones electorales de esos estados. Asimismo, las acciones legales emprendidas en favor del candidato Trump, destinadas a impugnar los resultados en estos y otros estado fueron rechazadas por las fiscalías y las cortes estaduales . Por último, las mismas, no tuvieron ningún eco en la corte suprema. Más aún sus abogados como Rudy Guiliani, etc, en ninguno de estas instituciones legales plantearon sus acciones de nulidad de los resultados y nuevo examen y conteo de votos con el fundamento de fraude, porque al no poder apoyarse en pruebas sólidas se exponían a ser acusados penalmente por falsas acusaciones (según se dio a conocer por la prensa yanqui). Una vez más, se muestra aquí un gran desfase entre lo que pregonaba y agitaba el “bocazas” Trump con lo que realmente podía hacer para concretar su llamado a cambiar los resultados electorales, por lo menos en esos estados bajo control republicano. Él no contaba con los medios y los instrumentos idóneos para llevarlo a cabo; por eso, ni siquiera tuvieron lugar los actos preparatorios ( tentativa) para el tan pregonado “golpe de estado”. Él se propuso ese objetivo, lo quiso, lo deseó pero no estaba en condiciones de concretarlo.
La realización de lo que él se proponía requería del apoyo o al menos la “neutralidad” de las fuerzas armadas y los servicios secretos y la alta burocracia estatal. No es suficiente ser un potentado y tener gran influencia en los medios. Es en esa situación que se producen los hechos del 6 de enero, con lo cual Trump tenía que demostrar, que sí tenía una fuerza en que basarse. Él fue casi obligado por la situación a hacer eso y demostrar que él no es un “bocazas”, que el cuenta con algo propio. Trump siempre tuvo capacidad de movilizar a sus seguidores agrupados en los comités electorales de su candidatura y a las bandas o milicias derechistas y lumpenes dispuestos a todo, dirigida por gente pro Trump ( allegado y familiares) y algunos “notables” republicanos. Además Trump poseía cierto prestigio dentro de la policía local. Sobre todo la fuerza en que se basa consiste en tales elementos, a los que Carlos Marx definió de esta manera: “Junto a roués [Libertinos] arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos dege-nerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni80, carteristas y rateros, jugadores, alcahue-tes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organi-lleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos; en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème”[i]
Prosiguiendo con los hechos del 6 de enero, luego del discurso de Trump y otros, marcharon al Capitolio. Una vez en el Capitolio, algunos demostrantes lograron entran en la sala de sesiones, en la cual debería tener lugar la asamblea conjunta de las dos cámaras legislativas para la confirmación formal de Joe Biden como ganador de la elecciones y nuevo presidente. El Capitolio fue evacuado, la sesión se interrumpió. Dentro del Capitolio se produjeron en parte fuertes enfrentamientos, se hizo disparos, como consecuencia de los cuales murieron 5 personas. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y produjeron consternación -especialmente entre los representantes de la burguesía en Europa Occidental.
Nancy Peloci, la vocera Demócrata de la cámara de representantes, denominó el hecho en su declaración como “una insurrección armada contra América” y “un inexpresable asalto a una nación y a un pueblo”[ii]. Chuck Schumer llamó a los apoyantes de Trump como terroristas domésticos. Este detritos fue asumido al tomar posición, en detalle un poco reservado, por el embajador de la RFA en los EE.UU. En un informe, que fue facilitado a un periódico en algunos pasajes, se habló de “un golpe de estado escenificado en varias etapas”[iii]. En The Guardian se comunicó: “La violencia en el Capitolio fue un intento de golpe. Llamando eso así“[iv]. Este opinión, muy extendida sobre los acontecimientos, es simplemente falsa. Lo que pasó no fue ningún golpe de estado, tampoco llego a ser un intento del mismo. No fue pues ninguna “nueva edición de la marcha sobre Roma” como han denominado algunos oportunistas a los disturbios en la Colina del Capitolio. Fracasado sus llamados, Trump movilizó a sus lumpenes para dejar sentado un símbolo y demostrar que si tenia una fuerza capaz de todo y por lo cual se tenia que contar con él después de su mandato y así estar en mejor pie para negociar su futuro.
Los camaradas de los EE.UU. escriben correctamente: “Esto no fue una insurrección sino un disturbio”[v]. La pugna entre las autoridades en ejercicio puede entre otros identificarse, cuando una parte de las fuerzas policiales no solo dejaron pasar a los demostrantes, sino que también les franquearon las vallas de contención[vi]. Abiertamente son diferencias con el comportamiento general de la policía por ejemplo en el caso de las “Protestas de las Vidas Negras También Cuentan”, estrechamiento de las manos y discusiones no fueron cosa rara. La Guardia Nacional fue empleada mucho después y esto por Mike Pence, el Vice-presidente y cabeza del Legislativo; porque considerando las contradicciones que genera su proceso de mayor reaccionarización del Estado, esto es la concentración del Poder en la figura del presidente en perjuicio de las facultades del Legislativo, que representa Pence; estos entraron en más aguda contradicción (el duo Trump/Pence se desenvuelve en pugna-colusión), lo que también aclara los gritos de “Cuelgen a Pence!”. Pero con lo anterior, en todo caso, solo se airean una parte de los hechos. Pues, algo que tiene mayor significación para los comunistas es la disposición para la marcha, para la participación en esa protesta, ese es el hecho material el que nos interesa, independientemente de quién y para qué se lo haya utilizado: La crisis de la democracia se concretiza en la crisis del parlamentarismo. El prestigio del parlamento burgués entre las masas tiende a ser nulo, para eso es igual si se trata del Capitolio, el Reichstag o en Skupština, en Washington, Berlin, Belgrado, Bischkek o en cualquier otro.
Lo que Trump pudo usar fue exactamente este rechazo espontáneo de las masas. En los análisis de los diversos medio sale esto a luz en parte. Así, el diario belga De Tidj escribe: “Queda determinado ante todo, que la fe en las elecciones ha muerto en la nación que afirma exportar la democracia a otros países“, esto no es solo un día sombrío para los EE.UU.”[vii] En forma menos directa menciona el Washington Post el problema: “Las reglas, las normas, las leyes, incluso la propia Constitución tienen valor solo si la gente cree en ellas. [...] esa confianza hace que funcione”[viii]. Relativamente en forma precisa y completa analiza el diario alemán Die Zeit. Allí se dice entro otros: “La irrupción en el Capitolio en Washington no es ningún error, porque la policía no haya vigilado correctamente ni tampoco porque el no elegido Trump estuviera desesperado. Ese es el resultado de largos años de hundimiento de las instituciones americana y de los partidos. Muchos creen que con la caída de Trump todo estaría superado. Ese es un error”[ix]. En una entrevista en el mismo diario se establece: “Nosotros creímos hasta ahora, que las democracias en los paíse ricos no mueren sino que son especialmente estables. Y ahora ocurre algo en los EE.UU., que hace tambalear lo incuestionable“[x]. En un tercer artículo la Redacción del diario la Población de Washington en un artículo editorial escribe más o menos de esta manera: “...la población de Washington tomó los acontecimientos del día anterior encogiendo los hombros“. En el mismo artículo también se deja claro: “Si ellos lo hubieran querido, podrían haber podido incendiar completamente ese edificio -pero eso precisamente no desearon“[xi]. El mismo periódico precisa: “Más no hubo, menos un golpe de estado, eso tampoco estuvo previsto. Un golpe de estado prevee apoderarse del monopolio estatal de la violencia. En los EE.UU. también eso es por principio de tener en cuenta. Pero no bajo las condiciones actuales. No, el ataque al Congreso fue paso a paso una acción simbólica“[xii]. Por eso, de ahí pudieron partir los demostrantes cuando tomaban las fotografías. Cuando para ellos les parecía suficiente menospreciar al Parlamento poniendo los pies sobre las mesas. Esas fotos son un símbolo de la crisis general del imperialismo, el cual impulsando la reaccionarización del Estado busca enfrentarla, lo que profundiza la crisis de la democracia, la que se concretiza en la crisis del parlamentarismo. Eso confirma, una vez más, que la superpotencia imperialista hegemónica única es un coloso con pies de barro, que sus instituciones se resquebrajan con bastante facilidad su. ¡Así de frágil es el gigante „todopoderoso“ que desata sus guerras de rapiña contra los pueblos del mundo! La burguesía reconoce el problema. Por eso Heiko Maas, ministro alemán de Relaciones Exteriores, propone también un “Plan Marshall” para la Democracia. El dice además “nosotros no podemos dejar ningún espacio a los enemigos de la democracia (…) la creencia (…) en la democracia (…) solo llegaremos a conservar conjuntamente”[xiii].
La reacción, tal vez con otro discurso, será dirigida por Joe Biden. No se llegaría a constituir ningún gran movimiento conservador bajo el liderazgo de Donald Trump. Todo muestra que, pese a la profundidad de la crisis, ambas facciones del capital financiero imperialista yanqui y los grupos más importantes que las conforman, se han puesto de acuerdo en la continuidad del actual sistema de “partidos” y del sistema electoral, con algunas correcciones cosméticas, así como también contra el movimiento que dirige Trump. Las dos mafias (de los partidos Demócrata y Republicano, que se turnan en el gobierno y en las mayorías congresionales) lo mantendrán marginado y los lumpenes tarde o temprano se pondrán al servicio de otro nuevo condottiero.
La salvación, que lograrlo es algo similar como la cuadratura del círculo, corresponde ahora a Joe Biden. La más reciente búsqueda de la conciliación a las diferentes esquinas de la política yanqui y el éxito del Partido Demócrata en las segunda vuelta de las elecciones en Georgia podrían previsiblemente darle una ventaja al presidente Joe Biden- , las cámaras de representantes y de senadores y la Casa Blanca están ahora en manos demócratas. En todo caso el presidente de los EE.UU. no es ningún hombre de partido, ya que simplemente no hay ningún partido en los Estados Unidos, tomado en el estricto sentido de la palabra, sino comités electorales que son los que organizan y captan la provisión de fondos para los horrendos costos de las campañas. Asi Biden no tiene ningún equipo propio del partido sobre el cual pueda construir y en el cual pueda confiar fuera del ejército de altos funcionarios o consejeros la burocracia estatal que circula entre los puestos de la administración y de los grades monopolios particulares, de los burócratas de los “partidos” demócratas o republicanos, así como con los estados federados relativamente autónomos en relación a los tres poderes burgueses . Además las “reformas” (medidas) más relevantes deben ser aprobadas por la mayoría de dos tercios en ambas cámaras. Por el contrario, la mayoría en el senado, abre las puertas a otro frente para él, en el cual el tiene que batallar.
El desarrollo de esta crisis política como parte de la crisis general y mayor descomposición del Estado imperialista yanqui, se expresa especialmente también en las contradicciones, que genera su proceso de mayor reaccionarización, la llamada “profunda división de la vida política en los EE.UU.”, expresada como contradicción ejecutivo-legislativo. Que el 6 de enero se vio episódicamente personificada por el cabeza del Ejecutivo , Trump, y el cabeza de la asamblea de ambas cámaras legislativas, Pence. Eso expresa más que cualquier otra explicaciones las definiciones de los actores reaccionarios en esta pugna-colusión. Lo mismo es válido para la contradicción gobierno central-estados federados, por lo cual los gobernadores republicanos no siguieron al presidente.
Las contradicciones llevarán a distanciarse y enfrentarse aún más a las fracciones y grupos dentro de estas que se dan al interior del imperialismo yanqui. Para eso el hombre, el “salvador”, está demasiado viejo y acabado en agonía como el sistema que el va a representar
La consecuencia para el proletariado y el pueblo de estos hecho de la coyuntura electoral como expresión del proceso de la mayor reaccionarización del Estado, es que bajo el pretexto de los acontecimiento en la Colina del Capitolio es previsible más represión, más recortes de derechos y libertades contra el proletariado y el pueblo en los EE.UU. Se está denunciando que con el pretexto añadido por Trump en el Capitolio, se está creando opinión pública favorable sobre la necesidad de proteger a la democracia aplicando la censura en los llamados medios sociales -“golpe cibernético“ como el único golpe real que ha tenido lugar.
[i] Carlos Marx: EL DIECIOCHO BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE
[ii] New York Times: Pelosi calls on Pence to invoke the 25th Amendment and remove Trump from office; https://www.nytimes.com/2021/01/07/us/politics/pelosi-trump-removed-from-office.html
[iii] SZ: Nach Sturm auf das US-Kapitol - Was nun, Amerika?; https://www.sueddeutsche.de/politik/usa-aktuell-washington-deutsche-botschaft-donald-trump-1.5168958
[iv] The Guardian: The violence at the Capitol was an attempted coup. Call it that; https://www.theguardian.com/commentisfree/2021/jan/06/trump-mob-storm-capitol-washington-coup-attempt
[v] Tribune of the People: Trump’s Reactionary Loyalists Riot and Breach US Capitol Building; https://tribuneofthepeople.news/2021/01/08/trumps-reactionary-loyalists-riot-and-breach-us-capitol-building/
[vi] Vgl. https://www.nytimes.com/video/us/politics/100000007542963/capitol-police-security-failures.html ab 01:36
[vii] De Tijd: Commentaar – 'Doomsday'; https://www.tijd.be/opinie/commentaar/doomsday/10275590
[viii] Washington Post: “Trump causó el ataque al Capitolio. Debe ser removido del cargo.”; https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2021/01/07/capitolio-estados-unidos-trump-toma-asalto-remocion/
[ix] Die Zeit: Fünf vor acht / Sturm auf das US-Kapitol - Kampf um die Demokratie; https://www.zeit.de/politik/2021-01/sturm-us-kapitol-washington-korruption-demokratie-5vor8
[x] Die Zeit: "Das hier ist keinesfalls schon das Ende"; https://www.zeit.de/politik/ausland/2021-01/daniel-ziblatt-us-demokratie-ausschreitungen-washington/komplettansicht
[xi] Die Zeit: Das war noch nicht der letzte Akt; https://www.zeit.de/politik/ausland/2021-01/sturm-us-kapitol-washington-ausschreitungen-hochsicherheitszone
[xii] Die Zeit: Sturm auf US-Parlament - Es ging ihnen um diese Bilder; https://www.zeit.de/gesellschaft/zeitgeschehen/2021-01/sturm-us-parlament-kongress-revolution-putschversuch-bilder
[xiii] FAZ: Krise in Amerika : Maas will mit Vereinigten Staaten „Marshallplan für Demokratie“ erarbeiten; https://www.faz.net/aktuell/politik/von-trump-zu-biden/krise-in-amerika-maas-will-mit-vereinigten-staaten-marshallplan-fuer-demokratie-erarbeiten-17137508.html