¡
Proletarios de todos los países, uníos!
EL
PROBLEMA NACIONAL
Cómo
ver esto a la luz de la teoría desarrollada por el camarada Stalin
y reconocida por Lenin. Lo que necesitamos es también combatir la
modalidad derechista, revisionista, oportunista, burguesa en general
como se está planteando el problema nacional, deformándolo tras de
los llamados criterios de identidad nacional. En la teoría
marxista, la experiencia nos enseña que una desviación burguesa
lleva a reducir a cuestión cultural el problema nacional y que esas
posiciones sostuvieron elementos de la vieja pandilla revisionista
en la II guerra mundial; esas posiciones fueron tomadas por las
potencias para ejercer y mantener su dominio.
En
el Perú, debemos recordar cómo se pretendió desenrrumbar
la revolución democrática yendo concretamente contra la línea de
Mariátegui en los años 30; Ravines y otros comienzan a
plantear el problema de nacionalidades quechuas y aymarás
concibiéndolas como naciones que debían desenvolverse concretando
repúblicas. Ahí claramente se ve cómo se desligaba el problema
nacional de la tierra y no hay problema nacional sin cuestión de la
tierra, como muy bien dijera el camarada Stalin. Posteriormente en
los años 70 vuelve a moverse estas cuestiones de nación quechua y
aymara ligado a Vanguardia Revolucionaria, hoy PUM, estando ligada a
la llamada nueva izquierda que nunca tomaron posición por el
marxismo. En los últimos tiempos el problema se está volviendo a
plantear bajo esas formas de cultura y centrando en él bajo el
nombre de la identidad nacional. Se ha desenvuelto más bajo lo que
imprime como rumbo el imperialismo europeo particularmente francés.
El
texto ENCUENTROS proporciona material informativo. Entrevistas
hechas a varios intelectuales peruanos por Carlos Arroyo de
“Cambio”.
No
todos los intelectuales son iguales, pero prevalecen esos criterios.
El prólogo “Rescate de la tradición” es de Alberto Flores
Galindo, quien dice que hacer del Perú sólo un tema de estudio es
el precio que se paga para ser admitido en el mundo intelectual
nacional o internacional. Este tipo de intelectuales recibe paga por
sus servicios de defensa del orden y su precio varía según su
aporte. Esto deriva de sus palabras. Duro pero real. Luego plantea
que lo andino de ayer y hoy están en debate. Eso es lo que quieren
convertir en el rumbo a seguir con un conjunto de deformaciones.
Flores Galindo critica con razón a Carlos I. Degregori quien
plantea una especie de revolución mental, de modernidad popular por
el mito tradicional de progreso, el mito del progreso lo que movería
el mundo andino. Vemos como trata de encubrir el problema de la
lucha de clases, de la lucha por la tierra como parte de una
revolución democrática, antiimperialista, que se expresa y
desarrolla. Flores Galindo al criticar levanta el problema de la
comunidad ligado a criterios de raíz populista y que también se
expresa al venir a la ciudad, dice que hay un trasplante de eso.
Plantea que es prematuro dar por muerto el pasado y que el desafío
que implica cómo la utopía andina posibilita un camino propio y
cita a Mariátegui. Trafica con Mariátegui, el problema es el
desarrollo de lo nuevo, se cubre que de esas entrañas andinas,
campesinas y del marxismo se desarrolla pujante lo nuevo
compaginándose con el proceso de este país. Vemos reediciones
encubiertas vergonzantes de plantear que el marxismo sólo puede
desenvolverse en grandes ciudades torciendo lo que dijo Mariátegui.
Flores
Galindo critica a Degregori quien se basa en un tal Bergman que ha
analizado la situación de Nueva York del Bronx, de minoría
oprimidas y trasplantar al Perú, dice que San Martín de
Porres o Lima no obedecen al modelo de Nueva York. Degregori ubica a
los inmigrantes de Lima como disgregación recesiva de la
re-composición democrática. Los serranos serían una disgregación
recesiva ¡hasta donde llegan! Es que están dentro de los criterios
nación cultura. Está bien que diverja con Degregori, pero tienen
el mismo rumbo, porque va a plantear que también se podría
considerar otras opciones, la revolución por ejemplo. Para él
la revolución no es la única opción. Luego dice se corre el
riesgo al elogiar la modernidad de una velada defensa del
capitalismo. Es una abierta y encubierta defensa del capitalismo
burocrático, según los casos. Debe ser claro en lo que dice cuando
plantea que habría que poner en el centro del debate el cambio
social o la revolución. Sobre el tapete está la revolución,
cambio social es vieja teoría imperialista para contraponer la
revolución. Ahí se ve a dónde lleva todo esto, a chocar con la
revolución.
Flores
Galindo critica a Fernando Iwasaki, archirreaccionario
como parte de esa nueva derecha que quiere negar el proceso
histórico peruano trasladando mecánicamente esa economía liberal
al campo de la cultura. Fernado Iwasaki en su libro “nación
peruana entelequia o utopía” dice que la cultura andina
subsistirá si cumple una función en representación social y la
división del trabajo en la expansión y desarrollo del
capitalismo. Reduce el problema nacional a la cultura andina y dice
que subsistirá si sirve a la expansión del capitalismo. Reduce el
problema nacional a la cultura andina y dice que subsistirá si
sirve a la expansión del capitalismo burocrático a su desarrollo.
El imperialismo usa esas posiciones a través de esos
profesores universitarios como ese Iwasaki.
El
problema de identidad nacional es una deformación del problema
nacional, la contradicción entre socialista burgués que plantea
utopía andina, identidad nacional como el propio Flores Galindo y
otros más, entran en colusión y pugna con el imperialismo,
posición que defiende Fernando Iwasaki que usa estas tesis para
decirles que tras eso hay marxismo y de esa manera como el marxismo
según ellos está de capa caída, es una cosa trasnochada y la
cultura andina sólo pueden servir al desarrollo del capitalismo
burocrático. No es posición marxista, ambos están en
colusión y pugna y se apoyan. Las elucubraciones que el socialismo
burgués, que el revisionismo hace el imperialismo usa, más si se
trata de abrirse campo ideológico en el Perú. El punto de vista de
estos socialistas burgueses tras su utopía andina que luego ha
evolucionado a identidad nacional que es desviación derechista de
nación o cultura, desenrrumban
la revolución, socavan el marxismo, de ahí que hablan de nuevas
formas de ver el marxismo (en formas tradicionales) porque el
marxismo en formas tradicionales según ellos ha fracasado.
Flores
Galindo critica las posiciones de Iwasaki; como Ghersi, Cateriano
encabezados por Federico Salazar que es la cabeza de todos ellos, no
por la caducidad de su ideología y su vinculación al imperialismo
y la reacción peruana, si no en su dificultad de no ver
creativamente el futuro. ¿Cuál es la posición de este grupo? ¿Qué
fondo les encuentra? a última hora está en cómo impulsar el
capitalismo burocrático unos como burguesía compradora otros como
burguesía burocrática o sirviéndola vistiéndose de falsos
socialistas.
Flores
Galindo escribe en su Revista Sur “Casa de Estudios del
Socialismo”. Se auto-declara socialista. Es el abanderado de la
Identidad Nacional que no viene a ser sino forma burguesa de la
desviación derechista como se está presentando aquí el problema
nacional, al influjo pagado por el imperialismo principalmente
francés. No se ve una posición marxista en modo alguno en la
llamada identidad nacional. No hay tal. No hay tal, no se ven,
se puede ver desde un punto de vista marxista el problema de cómo
concretar, plasmar, culminar la formación de la nación peruana, ni
entienden que eso sólo se puede desenvolver con la revolución
dirigida por el proletariado a través de sus dos etapas. Pero la
culminación de la primera define formación de esa nación y la
base es el pueblo, la alianza obrero campesina dirigida por el
PCP. Se oponen, socavan, combaten en la guerra popular que es la
forma más alta que el proceso histórico ha desarrollado para
derrumbar el dominio imperialista, barrer la semifeudalidad,
confiscar el capitalismo burocrático y forjar la nación tomando
del pasado a aquello que sirva al futuro, toda la buena tradición
del pueblo, de sevir a la guerra popular, es el problema de la
cultura, del arte, del movimiento intelectual popular. Ése es un
proceso real, concreto y como historiadores tendrían la elemental
obligación de comprender, reconocer y servir, de otra manera no se
plasma la nación. Somos nosotros los que estamos culminando la
formación de la nación sobre la base de la tierra, destruyendo al
imperialismo sirve a intereses contrarios a su propia condición de
intelectuales.
ARGUEDAS.
Es bueno ver unos párrafos porque no podemos permitir que se
trafique. No era marxista-leninista-maoísta, no se puede menos de
reconocer que si sentía sentimiento del pueblo, lo principal en él
que sentía, vivía, expresaba del pueblo indígena, del campesinado
como nadie de la intelectualidad peruana lo ha hecho. La limitación
es no haber sido marxista. Expresa esa base de la revolución
democrática pero no llega a coger la directriz ideológica política
proletaria y por ende a coger su organización. Tiene que ve con un
período de la historia del Perú. Habría que estudiarlo más en
otras obras.
Antonio
Cornejo Polar, ha escrito “La Novela Peruana” se declara
admirador de Arguedas pero trata de usarlo por su posición ligada a
la burguesía burocrática, así llegó a ser rector de San Marcos,
zafó el bulto para luego ser profesor en los EEUU. Dice “todas
las sangres” unidad de contrarios y nueva oposición. Estos de
desviación derechista de Identidad nacional trafican con esto de
todas las sangres, es negar carácter de clase que también se
expresa en nación que es un pueblo que está formado por clases y
promover grandes unidades no diferenciados y encubren intereses de
los explotadores de la gran burguesía de los terratenientes e
imperialistas. Aquí se debe golpear que encubre, que rechazan, la
lucha de clases, la revolución, quieren desenrrumbar
todo por cultura. Sinesio López, Degrogori, Flores Galindo ¿qué
posición tienen frente a la guerra popular? Proceso armado que está
concretando la nación peruana, que hay largo trecho por delante sí,
en cuanto a arte, cultura, intelectualidad, y tenemos que
desarrollar políticas para que sirva a la conquista del poder,
porque es indispensable, tenemos una buena base a partir de lo que
han hecho camaradas, combatientes, masas que bregan en la guerra
popular y tomar esa inmensa base de tradición verdaderamente
popular.
Cornejo
dice que en Todas las Sangres Arguedas hace una conclusión de
cómo fundir el mundo indígena con el no indígena; entre su obra
“Los Ríos Profundos” y “Todas las Sangres” se va a dar una
visión integradora, Arguedas haciendo el Balance del primer
indigenismo de los años 20 dice: “En ese sentido la narrativa
actual que se inicia como indigenista ha dejado de ser tal en cuanto
abarca la descripción e interpretación del destino de la comunidad
total del país”. Para él ha dejado de ser indigenista de querer
ver sólo ese mundo y a partir de eso interpretar todo el país.
Prosigue, “pero podría seguir siendo calificado de indigenista en
tanto que continúa reafirmando los valores humanos excelsos de la
población nativa y de la promesa que significan o constituyen
para el resultado final del desencadenamiento de las luchas sociales
que
en el Perú” y otros países semejantes de América Latina, se
encuentran debatiéndose”.
Es
correcto, el campesinado es fuerza principal de la revolución en el
Perú, en términos muy hermosos revela un avance en su comprensión,
pero Cornejo reduce a que es una adhesión al hombre andino, al
indio. Pero si el mismo Arguedas dice que después de vivir 30 años
en Lima puede escribir sobre Lima, esto es que tiene una visión más
amplia y que esta experiencia le permite opinar que el campesinado,
la masa indígena es promesa para el resultado final de las luchas
sociales del Perú, pero además Cornejo dice que en todas las
sangres lo que antes se expresaba como homogéneo comienza a verlo
como quiebra interna, resquebrajamiento de ese universo. En concreto
don Bruno y don Fermín, ambos eran terratenientes, uno sigue
siéndolo y el otro se vincula con el imperialismo, con la mina.
Arguedas registra eso.
Dice
Cornejo que la última obra de Arguedas “Zorro de Arriba y...”
sería el esfuerzo final por conseguir un discurso narrativo que
abarque el mundo total. Ésta es una obra clave de Arguedas con la
que ha traficado el PUM.
“De
Garcilaso a Arguedas”. Al recibir el premio Inca Garcilaso, José
María Arguedas en 1968 pronuncia un discurso. Poco después de eso
se suicidó es un texto muy hermoso, sería bueno conseguirlo en su
integridad, pues la Comisión tiene que estudiarlo y escavar en este
texto Arguedas hace su derrotero individual y dice que intentó
“convertir el lenguaje escrito lo que era como individuo, en
vínculo vivo, fuerte, capaz de individualizarse de la gran nación
cercada y la parte generosa, humana de los explotadores, sería, lo
bueno, como que vamos a tomar lo positivo de lo anterior, pero
también puede ser mal interpretado. Prosigue “el cerco podía y
debía ser destruido, el caudal de las dos naciones se podía y
debía unir”, pensamos que ahí Arguedas busca la nación, por
tanto lo que hay es nación en formación. Continúa “y el camino
no tenía que ser, ni era posible fuera únicamente al que se exigía
con imperio de vencedores, expoliadores, o sea, que la nación
vencida renunció a su alma aunque no sea sino en apariencia,
formalmente, y tómela la de los vencedores, es decir que se
ocultase “Dice que el camino no puede ser que la nación oprimida
se (falta una palabra) no tiene porque vencer su alma, ni
formalmente no puede ser así que se una en una sola nación. Esto
es clave.
No
estamos de acuerdo que se le compare con Garcilaso Inca por mucho que
hablara del Incanato se sentía español y lo era, se fue muy joven a
España y nunca volvió. No es el caso de Arguedas, es otra unión,
otra raíz, otra experiencia mucho más rica que lo lleva a ver como
una unidad todo el país y se plantea como puede unirse. Es clave
como plantea que el campesinado es fuerza principal de la revolución
peruana en esta cita. Desde su manera de ver, que no se guía por el
marxismo-leninismo-maoísmo, se plantea el papel del campesinado, que
puede y va a cumplir. Habría que volver a estudiar Todas las
Sangres, Zorro de Arriba y Zorro
de Abajo y el discurso cuando le
dieron el premio Garcilaso de la Vega, verlo completo para tener una
comprensión cabal de su pensamiento. No es bueno que trafiquen con
Arguedas con eso de que todas las sangres es unión sin diferencia de
clases, ni mucho menos que busquen torcer a Arguedas como lo han
hecho con ese debate de Zorro de Arriba y el
Zorro de Abajo, esos de la IU,
esos que practican reducir nación a cultura.
INFORME
DEL PRESIDENTE GONZALO:
¡
Proletarios de todos los países, uníos!
EL
PROBLEMA NACIONAL
Cómo
ver esto a la luz de la teoría desarrollada por el camarada Stalin
y reconocida por Lenin. Lo que necesitamos es también combatir la
modalidad derechista, revisionista, oportunista, burguesa en general
como se está planteando el problema nacional, deformándolo tras de
los llamados criterios de identidad nacional. En la teoría
marxista, la experiencia nos enseña que una desviación burguesa
lleva a reducir a cuestión cultural el problema nacional y que esas
posiciones sostuvieron elementos de la vieja pandilla revisionista
en la II guerra mundial; esas posiciones fueron tomadas por las
potencias para ejercer y mantener su dominio.
En
el Perú, debemos recordar cómo se pretendió desenrrumbar
la revolución democrática yendo concretamente contra la línea de
Mariátegui en los años 30; Ravines y otros comienzan a
plantear el problema de nacionalidades quechuas y aymarás
concibiéndolas como naciones que debían desenvolverse concretando
repúblicas. Ahí claramente se ve cómo se desligaba el problema
nacional de la tierra y no hay problema nacional sin cuestión de la
tierra, como muy bien dijera el camarada Stalin. Posteriormente en
los años 70 vuelve a moverse estas cuestiones de nación quechua y
aymara ligado a Vanguardia Revolucionaria, hoy PUM, estando ligada a
la llamada nueva izquierda que nunca tomaron posición por el
marxismo. En los últimos tiempos el problema se está volviendo a
plantear bajo esas formas de cultura y centrando en él bajo el
nombre de la identidad nacional. Se ha desenvuelto más bajo lo que
imprime como rumbo el imperialismo europeo particularmente francés.
El
texto ENCUENTROS proporciona material informativo. Entrevistas
hechas a varios intelectuales peruanos por Carlos Arroyo de
“Cambio”.
No
todos los intelectuales son iguales, pero prevalecen esos criterios.
El prólogo “Rescate de la tradición” es de Alberto Flores
Galindo, quien dice que hacer del Perú sólo un tema de estudio es
el precio que se paga para ser admitido en el mundo intelectual
nacional o internacional. Este tipo de intelectuales recibe paga por
sus servicios de defensa del orden y su precio varía según su
aporte. Esto deriva de sus palabras. Duro pero real. Luego plantea
que lo andino de ayer y hoy están en debate. Eso es lo que quieren
convertir en el rumbo a seguir con un conjunto de deformaciones.
Flores Galindo critica con razón a Carlos I. Degregori quien
plantea una especie de revolución mental, de modernidad popular por
el mito tradicional de progreso, el mito del progreso lo que movería
el mundo andino. Vemos como trata de encubrir el problema de la
lucha de clases, de la lucha por la tierra como parte de una
revolución democrática, antiimperialista, que se expresa y
desarrolla. Flores Galindo al criticar levanta el problema de la
comunidad ligado a criterios de raíz populista y que también se
expresa al venir a la ciudad, dice que hay un trasplante de eso.
Plantea que es prematuro dar por muerto el pasado y que el desafío
que implica cómo la utopía andina posibilita un camino propio y
cita a Mariátegui. Trafica con Mariátegui, el problema es el
desarrollo de lo nuevo, se cubre que de esas entrañas andinas,
campesinas y del marxismo se desarrolla pujante lo nuevo
compaginándose con el proceso de este país. Vemos reediciones
encubiertas vergonzantes de plantear que el marxismo sólo puede
desenvolverse en grandes ciudades torciendo lo que dijo Mariátegui.
Flores
Galindo critica a Degregori quien se basa en un tal Bergman que ha
analizado la situación de Nueva York del Bronx, de minoría
oprimidas y trasplantar al Perú, dice que San Martín de
Porres o Lima no obedecen al modelo de Nueva York. Degregori ubica a
los inmigrantes de Lima como disgregación recesiva de la
re-composición democrática. Los serranos serían una disgregación
recesiva ¡hasta donde llegan! Es que están dentro de los criterios
nación cultura. Está bien que diverja con Degregori, pero tienen
el mismo rumbo, porque va a plantear que también se podría
considerar otras opciones, la revolución por ejemplo. Para él
la revolución no es la única opción. Luego dice se corre el
riesgo al elogiar la modernidad de una velada defensa del
capitalismo. Es una abierta y encubierta defensa del capitalismo
burocrático, según los casos. Debe ser claro en lo que dice cuando
plantea que habría que poner en el centro del debate el cambio
social o la revolución. Sobre el tapete está la revolución,
cambio social es vieja teoría imperialista para contraponer la
revolución. Ahí se ve a dónde lleva todo esto, a chocar con la
revolución.
Flores
Galindo critica a Fernando Iwasaki, archirreaccionario
como parte de esa nueva derecha que quiere negar el proceso
histórico peruano trasladando mecánicamente esa economía liberal
al campo de la cultura. Fernado Iwasaki en su libro “nación
peruana entelequia o utopía” dice que la cultura andina
subsistirá si cumple una función en representación social y la
división del trabajo en la expansión y desarrollo del
capitalismo. Reduce el problema nacional a la cultura andina y dice
que subsistirá si sirve a la expansión del capitalismo. Reduce el
problema nacional a la cultura andina y dice que subsistirá si
sirve a la expansión del capitalismo burocrático a su desarrollo.
El imperialismo usa esas posiciones a través de esos
profesores universitarios como ese Iwasaki.
El
problema de identidad nacional es una deformación del problema
nacional, la contradicción entre socialista burgués que plantea
utopía andina, identidad nacional como el propio Flores Galindo y
otros más, entran en colusión y pugna con el imperialismo,
posición que defiende Fernando Iwasaki que usa estas tesis para
decirles que tras eso hay marxismo y de esa manera como el marxismo
según ellos está de capa caída, es una cosa trasnochada y la
cultura andina sólo pueden servir al desarrollo del capitalismo
burocrático. No es posición marxista, ambos están en
colusión y pugna y se apoyan. Las elucubraciones que el socialismo
burgués, que el revisionismo hace el imperialismo usa, más si se
trata de abrirse campo ideológico en el Perú. El punto de vista de
estos socialistas burgueses tras su utopía andina que luego ha
evolucionado a identidad nacional que es desviación derechista de
nación o cultura, desenrrumban
la revolución, socavan el marxismo, de ahí que hablan de nuevas
formas de ver el marxismo (en formas tradicionales) porque el
marxismo en formas tradicionales según ellos ha fracasado.
Flores
Galindo critica las posiciones de Iwasaki; como Ghersi, Cateriano
encabezados por Federico Salazar que es la cabeza de todos ellos, no
por la caducidad de su ideología y su vinculación al imperialismo
y la reacción peruana, si no en su dificultad de no ver
creativamente el futuro. ¿Cuál es la posición de este grupo? ¿Qué
fondo les encuentra? a última hora está en cómo impulsar el
capitalismo burocrático unos como burguesía compradora otros como
burguesía burocrática o sirviéndola vistiéndose de falsos
socialistas.
Flores
Galindo escribe en su Revista Sur “Casa de Estudios del
Socialismo”. Se auto-declara socialista. Es el abanderado de la
Identidad Nacional que no viene a ser sino forma burguesa de la
desviación derechista como se está presentando aquí el problema
nacional, al influjo pagado por el imperialismo principalmente
francés. No se ve una posición marxista en modo alguno en la
llamada identidad nacional. No hay tal. No hay tal, no se ven,
se puede ver desde un punto de vista marxista el problema de cómo
concretar, plasmar, culminar la formación de la nación peruana, ni
entienden que eso sólo se puede desenvolver con la revolución
dirigida por el proletariado a través de sus dos etapas. Pero la
culminación de la primera define formación de esa nación y la
base es el pueblo, la alianza obrero campesina dirigida por el
PCP. Se oponen, socavan, combaten en la guerra popular que es la
forma más alta que el proceso histórico ha desarrollado para
derrumbar el dominio imperialista, barrer la semifeudalidad,
confiscar el capitalismo burocrático y forjar la nación tomando
del pasado a aquello que sirva al futuro, toda la buena tradición
del pueblo, de sevir a la guerra popular, es el problema de la
cultura, del arte, del movimiento intelectual popular. Ése es un
proceso real, concreto y como historiadores tendrían la elemental
obligación de comprender, reconocer y servir, de otra manera no se
plasma la nación. Somos nosotros los que estamos culminando la
formación de la nación sobre la base de la tierra, destruyendo al
imperialismo sirve a intereses contrarios a su propia condición de
intelectuales.
ARGUEDAS.
Es bueno ver unos párrafos porque no podemos permitir que se
trafique. No era marxista-leninista-maoísta, no se puede menos de
reconocer que si sentía sentimiento del pueblo, lo principal en él
que sentía, vivía, expresaba del pueblo indígena, del campesinado
como nadie de la intelectualidad peruana lo ha hecho. La limitación
es no haber sido marxista. Expresa esa base de la revolución
democrática pero no llega a coger la directriz ideológica política
proletaria y por ende a coger su organización. Tiene que ve con un
período de la historia del Perú. Habría que estudiarlo más en
otras obras.
Antonio
Cornejo Polar, ha escrito “La Novela Peruana” se declara
admirador de Arguedas pero trata de usarlo por su posición ligada a
la burguesía burocrática, así llegó a ser rector de San Marcos,
zafó el bulto para luego ser profesor en los EEUU. Dice “todas
las sangres” unidad de contrarios y nueva oposición. Estos de
desviación derechista de Identidad nacional trafican con esto de
todas las sangres, es negar carácter de clase que también se
expresa en nación que es un pueblo que está formado por clases y
promover grandes unidades no diferenciados y encubren intereses de
los explotadores de la gran burguesía de los terratenientes e
imperialistas. Aquí se debe golpear que encubre, que rechazan, la
lucha de clases, la revolución, quieren desenrrumbar
todo por cultura. Sinesio López, Degrogori, Flores Galindo ¿qué
posición tienen frente a la guerra popular? Proceso armado que está
concretando la nación peruana, que hay largo trecho por delante sí,
en cuanto a arte, cultura, intelectualidad, y tenemos que
desarrollar políticas para que sirva a la conquista del poder,
porque es indispensable, tenemos una buena base a partir de lo que
han hecho camaradas, combatientes, masas que bregan en la guerra
popular y tomar esa inmensa base de tradición verdaderamente
popular.
Cornejo
dice que en Todas las Sangres Arguedas hace una conclusión de
cómo fundir el mundo indígena con el no indígena; entre su obra
“Los Ríos Profundos” y “Todas las Sangres” se va a dar una
visión integradora, Arguedas haciendo el Balance del primer
indigenismo de los años 20 dice: “En ese sentido la narrativa
actual que se inicia como indigenista ha dejado de ser tal en cuanto
abarca la descripción e interpretación del destino de la comunidad
total del país”. Para él ha dejado de ser indigenista de querer
ver sólo ese mundo y a partir de eso interpretar todo el país.
Prosigue, “pero podría seguir siendo calificado de indigenista en
tanto que continúa reafirmando los valores humanos excelsos de la
población nativa y de la promesa que significan o constituyen
para el resultado final del desencadenamiento de las luchas sociales
que
en el Perú” y otros países semejantes de América Latina, se
encuentran debatiéndose”.
Es
correcto, el campesinado es fuerza principal de la revolución en el
Perú, en términos muy hermosos revela un avance en su comprensión,
pero Cornejo reduce a que es una adhesión al hombre andino, al
indio. Pero si el mismo Arguedas dice que después de vivir 30 años
en Lima puede escribir sobre Lima, esto es que tiene una visión más
amplia y que esta experiencia le permite opinar que el campesinado,
la masa indígena es promesa para el resultado final de las luchas
sociales del Perú, pero además Cornejo dice que en todas las
sangres lo que antes se expresaba como homogéneo comienza a verlo
como quiebra interna, resquebrajamiento de ese universo. En concreto
don Bruno y don Fermín, ambos eran terratenientes, uno sigue
siéndolo y el otro se vincula con el imperialismo, con la mina.
Arguedas registra eso.
Dice
Cornejo que la última obra de Arguedas “Zorro de Arriba y...”
sería el esfuerzo final por conseguir un discurso narrativo que
abarque el mundo total. Ésta es una obra clave de Arguedas con la
que ha traficado el PUM.
“De
Garcilaso a Arguedas”. Al recibir el premio Inca Garcilaso, José
María Arguedas en 1968 pronuncia un discurso. Poco después de eso
se suicidó es un texto muy hermoso, sería bueno conseguirlo en su
integridad, pues la Comisión tiene que estudiarlo y escavar en este
texto Arguedas hace su derrotero individual y dice que intentó
“convertir el lenguaje escrito lo que era como individuo, en
vínculo vivo, fuerte, capaz de individualizarse de la gran nación
cercada y la parte generosa, humana de los explotadores, sería, lo
bueno, como que vamos a tomar lo positivo de lo anterior, pero
también puede ser mal interpretado. Prosigue “el cerco podía y
debía ser destruido, el caudal de las dos naciones se podía y
debía unir”, pensamos que ahí Arguedas busca la nación, por
tanto lo que hay es nación en formación. Continúa “y el camino
no tenía que ser, ni era posible fuera únicamente al que se exigía
con imperio de vencedores, expoliadores, o sea, que la nación
vencida renunció a su alma aunque no sea sino en apariencia,
formalmente, y tómela la de los vencedores, es decir que se
ocultase “Dice que el camino no puede ser que la nación oprimida
se (falta una palabra) no tiene porque vencer su alma, ni
formalmente no puede ser así que se una en una sola nación. Esto
es clave.
No
estamos de acuerdo que se le compare con Garcilaso Inca por mucho que
hablara del Incanato se sentía español y lo era, se fue muy joven a
España y nunca volvió. No es el caso de Arguedas, es otra unión,
otra raíz, otra experiencia mucho más rica que lo lleva a ver como
una unidad todo el país y se plantea como puede unirse. Es clave
como plantea que el campesinado es fuerza principal de la revolución
peruana en esta cita. Desde su manera de ver, que no se guía por el
marxismo-leninismo-maoísmo, se plantea el papel del campesinado, que
puede y va a cumplir. Habría que volver a estudiar Todas las
Sangres, Zorro de Arriba y Zorro
de Abajo y el discurso cuando le
dieron el premio Garcilaso de la Vega, verlo completo para tener una
comprensión cabal de su pensamiento. No es bueno que trafiquen con
Arguedas con eso de que todas las sangres es unión sin diferencia de
clases, ni mucho menos que busquen torcer a Arguedas como lo han
hecho con ese debate de Zorro de Arriba y el
Zorro de Abajo, esos de la IU,
esos que practican reducir nación a cultura.
¡
Proletarios de todos los países, uníos!
EL
PROBLEMA NACIONAL
Cómo
ver esto a la luz de la teoría desarrollada por el camarada Stalin
y reconocida por Lenin. Lo que necesitamos es también combatir la
modalidad derechista, revisionista, oportunista, burguesa en general
como se está planteando el problema nacional, deformándolo tras de
los llamados criterios de identidad nacional. En la teoría
marxista, la experiencia nos enseña que una desviación burguesa
lleva a reducir a cuestión cultural el problema nacional y que esas
posiciones sostuvieron elementos de la vieja pandilla revisionista
en la II guerra mundial; esas posiciones fueron tomadas por las
potencias para ejercer y mantener su dominio.
En
el Perú, debemos recordar cómo se pretendió desenrrumbar
la revolución democrática yendo concretamente contra la línea de
Mariátegui en los años 30; Ravines y otros comienzan a
plantear el problema de nacionalidades quechuas y aymarás
concibiéndolas como naciones que debían desenvolverse concretando
repúblicas. Ahí claramente se ve cómo se desligaba el problema
nacional de la tierra y no hay problema nacional sin cuestión de la
tierra, como muy bien dijera el camarada Stalin. Posteriormente en
los años 70 vuelve a moverse estas cuestiones de nación quechua y
aymara ligado a Vanguardia Revolucionaria, hoy PUM, estando ligada a
la llamada nueva izquierda que nunca tomaron posición por el
marxismo. En los últimos tiempos el problema se está volviendo a
plantear bajo esas formas de cultura y centrando en él bajo el
nombre de la identidad nacional. Se ha desenvuelto más bajo lo que
imprime como rumbo el imperialismo europeo particularmente francés.
El
texto ENCUENTROS proporciona material informativo. Entrevistas
hechas a varios intelectuales peruanos por Carlos Arroyo de
“Cambio”.
No
todos los intelectuales son iguales, pero prevalecen esos criterios.
El prólogo “Rescate de la tradición” es de Alberto Flores
Galindo, quien dice que hacer del Perú sólo un tema de estudio es
el precio que se paga para ser admitido en el mundo intelectual
nacional o internacional. Este tipo de intelectuales recibe paga por
sus servicios de defensa del orden y su precio varía según su
aporte. Esto deriva de sus palabras. Duro pero real. Luego plantea
que lo andino de ayer y hoy están en debate. Eso es lo que quieren
convertir en el rumbo a seguir con un conjunto de deformaciones.
Flores Galindo critica con razón a Carlos I. Degregori quien
plantea una especie de revolución mental, de modernidad popular por
el mito tradicional de progreso, el mito del progreso lo que movería
el mundo andino. Vemos como trata de encubrir el problema de la
lucha de clases, de la lucha por la tierra como parte de una
revolución democrática, antiimperialista, que se expresa y
desarrolla. Flores Galindo al criticar levanta el problema de la
comunidad ligado a criterios de raíz populista y que también se
expresa al venir a la ciudad, dice que hay un trasplante de eso.
Plantea que es prematuro dar por muerto el pasado y que el desafío
que implica cómo la utopía andina posibilita un camino propio y
cita a Mariátegui. Trafica con Mariátegui, el problema es el
desarrollo de lo nuevo, se cubre que de esas entrañas andinas,
campesinas y del marxismo se desarrolla pujante lo nuevo
compaginándose con el proceso de este país. Vemos reediciones
encubiertas vergonzantes de plantear que el marxismo sólo puede
desenvolverse en grandes ciudades torciendo lo que dijo Mariátegui.
Flores
Galindo critica a Degregori quien se basa en un tal Bergman que ha
analizado la situación de Nueva York del Bronx, de minoría
oprimidas y trasplantar al Perú, dice que San Martín de
Porres o Lima no obedecen al modelo de Nueva York. Degregori ubica a
los inmigrantes de Lima como disgregación recesiva de la
re-composición democrática. Los serranos serían una disgregación
recesiva ¡hasta donde llegan! Es que están dentro de los criterios
nación cultura. Está bien que diverja con Degregori, pero tienen
el mismo rumbo, porque va a plantear que también se podría
considerar otras opciones, la revolución por ejemplo. Para él
la revolución no es la única opción. Luego dice se corre el
riesgo al elogiar la modernidad de una velada defensa del
capitalismo. Es una abierta y encubierta defensa del capitalismo
burocrático, según los casos. Debe ser claro en lo que dice cuando
plantea que habría que poner en el centro del debate el cambio
social o la revolución. Sobre el tapete está la revolución,
cambio social es vieja teoría imperialista para contraponer la
revolución. Ahí se ve a dónde lleva todo esto, a chocar con la
revolución.
Flores
Galindo critica a Fernando Iwasaki, archirreaccionario
como parte de esa nueva derecha que quiere negar el proceso
histórico peruano trasladando mecánicamente esa economía liberal
al campo de la cultura. Fernado Iwasaki en su libro “nación
peruana entelequia o utopía” dice que la cultura andina
subsistirá si cumple una función en representación social y la
división del trabajo en la expansión y desarrollo del
capitalismo. Reduce el problema nacional a la cultura andina y dice
que subsistirá si sirve a la expansión del capitalismo. Reduce el
problema nacional a la cultura andina y dice que subsistirá si
sirve a la expansión del capitalismo burocrático a su desarrollo.
El imperialismo usa esas posiciones a través de esos
profesores universitarios como ese Iwasaki.
El
problema de identidad nacional es una deformación del problema
nacional, la contradicción entre socialista burgués que plantea
utopía andina, identidad nacional como el propio Flores Galindo y
otros más, entran en colusión y pugna con el imperialismo,
posición que defiende Fernando Iwasaki que usa estas tesis para
decirles que tras eso hay marxismo y de esa manera como el marxismo
según ellos está de capa caída, es una cosa trasnochada y la
cultura andina sólo pueden servir al desarrollo del capitalismo
burocrático. No es posición marxista, ambos están en
colusión y pugna y se apoyan. Las elucubraciones que el socialismo
burgués, que el revisionismo hace el imperialismo usa, más si se
trata de abrirse campo ideológico en el Perú. El punto de vista de
estos socialistas burgueses tras su utopía andina que luego ha
evolucionado a identidad nacional que es desviación derechista de
nación o cultura, desenrrumban
la revolución, socavan el marxismo, de ahí que hablan de nuevas
formas de ver el marxismo (en formas tradicionales) porque el
marxismo en formas tradicionales según ellos ha fracasado.
Flores
Galindo critica las posiciones de Iwasaki; como Ghersi, Cateriano
encabezados por Federico Salazar que es la cabeza de todos ellos, no
por la caducidad de su ideología y su vinculación al imperialismo
y la reacción peruana, si no en su dificultad de no ver
creativamente el futuro. ¿Cuál es la posición de este grupo? ¿Qué
fondo les encuentra? a última hora está en cómo impulsar el
capitalismo burocrático unos como burguesía compradora otros como
burguesía burocrática o sirviéndola vistiéndose de falsos
socialistas.
Flores
Galindo escribe en su Revista Sur “Casa de Estudios del
Socialismo”. Se auto-declara socialista. Es el abanderado de la
Identidad Nacional que no viene a ser sino forma burguesa de la
desviación derechista como se está presentando aquí el problema
nacional, al influjo pagado por el imperialismo principalmente
francés. No se ve una posición marxista en modo alguno en la
llamada identidad nacional. No hay tal. No hay tal, no se ven,
se puede ver desde un punto de vista marxista el problema de cómo
concretar, plasmar, culminar la formación de la nación peruana, ni
entienden que eso sólo se puede desenvolver con la revolución
dirigida por el proletariado a través de sus dos etapas. Pero la
culminación de la primera define formación de esa nación y la
base es el pueblo, la alianza obrero campesina dirigida por el
PCP. Se oponen, socavan, combaten en la guerra popular que es la
forma más alta que el proceso histórico ha desarrollado para
derrumbar el dominio imperialista, barrer la semifeudalidad,
confiscar el capitalismo burocrático y forjar la nación tomando
del pasado a aquello que sirva al futuro, toda la buena tradición
del pueblo, de sevir a la guerra popular, es el problema de la
cultura, del arte, del movimiento intelectual popular. Ése es un
proceso real, concreto y como historiadores tendrían la elemental
obligación de comprender, reconocer y servir, de otra manera no se
plasma la nación. Somos nosotros los que estamos culminando la
formación de la nación sobre la base de la tierra, destruyendo al
imperialismo sirve a intereses contrarios a su propia condición de
intelectuales.
ARGUEDAS.
Es bueno ver unos párrafos porque no podemos permitir que se
trafique. No era marxista-leninista-maoísta, no se puede menos de
reconocer que si sentía sentimiento del pueblo, lo principal en él
que sentía, vivía, expresaba del pueblo indígena, del campesinado
como nadie de la intelectualidad peruana lo ha hecho. La limitación
es no haber sido marxista. Expresa esa base de la revolución
democrática pero no llega a coger la directriz ideológica política
proletaria y por ende a coger su organización. Tiene que ve con un
período de la historia del Perú. Habría que estudiarlo más en
otras obras.
Antonio
Cornejo Polar, ha escrito “La Novela Peruana” se declara
admirador de Arguedas pero trata de usarlo por su posición ligada a
la burguesía burocrática, así llegó a ser rector de San Marcos,
zafó el bulto para luego ser profesor en los EEUU. Dice “todas
las sangres” unidad de contrarios y nueva oposición. Estos de
desviación derechista de Identidad nacional trafican con esto de
todas las sangres, es negar carácter de clase que también se
expresa en nación que es un pueblo que está formado por clases y
promover grandes unidades no diferenciados y encubren intereses de
los explotadores de la gran burguesía de los terratenientes e
imperialistas. Aquí se debe golpear que encubre, que rechazan, la
lucha de clases, la revolución, quieren desenrrumbar
todo por cultura. Sinesio López, Degrogori, Flores Galindo ¿qué
posición tienen frente a la guerra popular? Proceso armado que está
concretando la nación peruana, que hay largo trecho por delante sí,
en cuanto a arte, cultura, intelectualidad, y tenemos que
desarrollar políticas para que sirva a la conquista del poder,
porque es indispensable, tenemos una buena base a partir de lo que
han hecho camaradas, combatientes, masas que bregan en la guerra
popular y tomar esa inmensa base de tradición verdaderamente
popular.
Cornejo
dice que en Todas las Sangres Arguedas hace una conclusión de
cómo fundir el mundo indígena con el no indígena; entre su obra
“Los Ríos Profundos” y “Todas las Sangres” se va a dar una
visión integradora, Arguedas haciendo el Balance del primer
indigenismo de los años 20 dice: “En ese sentido la narrativa
actual que se inicia como indigenista ha dejado de ser tal en cuanto
abarca la descripción e interpretación del destino de la comunidad
total del país”. Para él ha dejado de ser indigenista de querer
ver sólo ese mundo y a partir de eso interpretar todo el país.
Prosigue, “pero podría seguir siendo calificado de indigenista en
tanto que continúa reafirmando los valores humanos excelsos de la
población nativa y de la promesa que significan o constituyen
para el resultado final del desencadenamiento de las luchas sociales
que
en el Perú” y otros países semejantes de América Latina, se
encuentran debatiéndose”.
Es
correcto, el campesinado es fuerza principal de la revolución en el
Perú, en términos muy hermosos revela un avance en su comprensión,
pero Cornejo reduce a que es una adhesión al hombre andino, al
indio. Pero si el mismo Arguedas dice que después de vivir 30 años
en Lima puede escribir sobre Lima, esto es que tiene una visión más
amplia y que esta experiencia le permite opinar que el campesinado,
la masa indígena es promesa para el resultado final de las luchas
sociales del Perú, pero además Cornejo dice que en todas las
sangres lo que antes se expresaba como homogéneo comienza a verlo
como quiebra interna, resquebrajamiento de ese universo. En concreto
don Bruno y don Fermín, ambos eran terratenientes, uno sigue
siéndolo y el otro se vincula con el imperialismo, con la mina.
Arguedas registra eso.
Dice
Cornejo que la última obra de Arguedas “Zorro de Arriba y...”
sería el esfuerzo final por conseguir un discurso narrativo que
abarque el mundo total. Ésta es una obra clave de Arguedas con la
que ha traficado el PUM.
“De
Garcilaso a Arguedas”. Al recibir el premio Inca Garcilaso, José
María Arguedas en 1968 pronuncia un discurso. Poco después de eso
se suicidó es un texto muy hermoso, sería bueno conseguirlo en su
integridad, pues la Comisión tiene que estudiarlo y escavar en este
texto Arguedas hace su derrotero individual y dice que intentó
“convertir el lenguaje escrito lo que era como individuo, en
vínculo vivo, fuerte, capaz de individualizarse de la gran nación
cercada y la parte generosa, humana de los explotadores, sería, lo
bueno, como que vamos a tomar lo positivo de lo anterior, pero
también puede ser mal interpretado. Prosigue “el cerco podía y
debía ser destruido, el caudal de las dos naciones se podía y
debía unir”, pensamos que ahí Arguedas busca la nación, por
tanto lo que hay es nación en formación. Continúa “y el camino
no tenía que ser, ni era posible fuera únicamente al que se exigía
con imperio de vencedores, expoliadores, o sea, que la nación
vencida renunció a su alma aunque no sea sino en apariencia,
formalmente, y tómela la de los vencedores, es decir que se
ocultase “Dice que el camino no puede ser que la nación oprimida
se (falta una palabra) no tiene porque vencer su alma, ni
formalmente no puede ser así que se una en una sola nación. Esto
es clave.
No
estamos de acuerdo que se le compare con Garcilaso Inca por mucho que
hablara del Incanato se sentía español y lo era, se fue muy joven a
España y nunca volvió. No es el caso de Arguedas, es otra unión,
otra raíz, otra experiencia mucho más rica que lo lleva a ver como
una unidad todo el país y se plantea como puede unirse. Es clave
como plantea que el campesinado es fuerza principal de la revolución
peruana en esta cita. Desde su manera de ver, que no se guía por el
marxismo-leninismo-maoísmo, se plantea el papel del campesinado, que
puede y va a cumplir. Habría que volver a estudiar Todas las
Sangres, Zorro de Arriba y Zorro
de Abajo y el discurso cuando le
dieron el premio Garcilaso de la Vega, verlo completo para tener una
comprensión cabal de su pensamiento. No es bueno que trafiquen con
Arguedas con eso de que todas las sangres es unión sin diferencia de
clases, ni mucho menos que busquen torcer a Arguedas como lo han
hecho con ese debate de Zorro de Arriba y el
Zorro de Abajo, esos de la IU,
esos que practican reducir nación a cultura.
INFORME
DEL PRESIDENTE GONZALO: SESIÓN
PREPARATORIA, II PLENO DEL COMITÉ CENTRAL PARTIDO
COMUNISTA DEL PERÚ
Perú,
agosto 90
INFORME
DEL PRESIDENTE GONZALO: SESIÓN
PREPARATORIA, II PLENO DEL COMITÉ CENTRAL PARTIDO
COMUNISTA DEL PERÚ
Perú,
agosto 90
SESIÓN
PREPARATORIA, II PLENO DEL COMITÉ CENTRAL PARTIDO
COMUNISTA DEL PERÚ
Perú,
agosto 90