¡HONOR Y GLORIA A LOS REVOLUCIONARIOS DE ENERO DE 1922!
Seguimos adelante con la semana de conmemoración
por la fundación del Partido Comunista de Chile, hito de la clase
obrera nacional sucedido el 2 de enero de 1922 (hace 95 años), con
una exposición de cómo Recabarren allanó el camino para dar el salto
hacia la constitución del PCCh, tomando la experiencia más avanzada de
su momento, la Revolución Rusa dirigida por los bolcheviques.
El actual Partido “Comunista” no ve
diferencias entre el Partido Obrero Socialista (POS) -primer partido
obrero fundado por Recabarren- y el Partido Comunista de Chile, sección
de la Internacional Comunista. Por ello, no conmemoran la fecha de su
fundación, sino que la del POS (4 de junio de 1912). Así,
intentan ocultar a las masas populares el hondo significado de lo
necesario que es un partido proletario marxista-leninista, hoy
marxista-leninista-maoísta, para llevar a cabo la revolución que libere
las cadenas a las masas trabajadoras. Cadenas de acero que, con la
unidad del pueblo y bajo una auténtica dirección proletaria, saltarán
como el barro.
El Maestro Recabarren a la cabeza de la línea roja
El 30 de agosto de 1918, el Partido
Obrero Socialista (POS) llevó a cabo su II Congreso en Antofagasta. Fue
un congreso con lucha de dos líneas, donde la línea roja, con Luis
Emilio Recabarren a la cabeza, estaba clara que el camino a seguir era
el que trazaba la Rusia Soviética, que hacía poco menos de un año, con
lucha armada, había conquistado el poder obrero y campesino.
En 1919 estalló una crisis económica y
política en el país. El imperialismo yanqui, urgido por contener el alza
en la lucha de clases en Chile, puso a Alessandri –representante de la
facción compradora de la gran burguesía– a administrar la crisis.
La lucha de clases se desarrollaba al
interior del POS como lucha de dos líneas. La línea roja del maestro
Recabarren impulsó el estudio y la discusión de las 21 condiciones
establecidas por la Internacional Comunista (también llamada Tercera
Internacional) para adherirse a ella.
El 25 de diciembre de 1920, el III Congreso del POS efectuado en Valparaíso, establece: “Que
la revolución Rusa y el régimen de los Soviets que ha reemplazado el
Estado capitalista en Rusia, le merece todas sus simpatías y, por lo
tanto, resuelve adherir a la Tercera Internacional de Moscú… Queda
autorizado el Comité Ejecutivo Nacional (del POS) para comunicarse con
la Oficina de la Tercera Internacional de Moscú, y gestionar nuestro
ingreso…”
Junto a la autorización al Comité
Ejecutivo Nacional para gestionar el ingreso del POS a la Internacional
Comunista, el POS elaboró una Declaración de Principios donde recalca
que la finalidad del Partido es la abolición del sistema capitalista,
que el Partido debe ser cada vez más revolucionario y que para ello debe
depurarse de los elementos vacilantes y oportunistas.
La clase obrera de Chile se constituye en Partido Comunista
El 1 y 2 de enero de 1922 se llevó a
cabo, en Rancagua, el IV Congreso del POS, que se transformó en el I
Congreso del Partido Comunista de Chile.
El 1 y 2 de enero de 1922 representa un
hito para la clase y el pueblo de Chile, como parte del proletariado y
los pueblos del mundo. Bajo la jefatura del maestro Luis Emilio
Recabarren, el proletariado dio el salto a la constitución del Partido
Comunista – Sección Chilena de la Internacional Comunista.
Los oportunistas y revisionistas dicen
que el Partido sólo cambió de nombre de POS a PC, que mantuvo su
funcionamiento orgánico, etc. Ellos anteponen lo orgánico a lo político y
todo para servir de mejor manera a sus amos imperialistas. No
comprenden que, si bien el Partido Comunista (Sección Chilena de la
Internacional Comunista) mantuvo al grueso de la militancia del POS, es
un Partido política e ideológicamente distinto al POS.
El maestro Recabarren dio dura lucha al
interior del POS para que se impusiera la línea roja. El POS tenía
límites, pertenecía a los tiempos de la II Internacional
(socialdemócrata). El triunfo de la Revolución Rusa (1917) y sobre esta
base la constitución de la Internacional Comunista (1919) mostró el
camino y al mismo tiempo jalonó al Movimiento Comunista Internacional y a
todos los revolucionarios del mundo. El POS podría haber adherido a las
21 condiciones de la Internacional Comunista, podría haber dicho
“estamos de acuerdo” e incluso podría haberlas propagandizado. Pero para
aplicarlas se necesitaba un Partido Comunista, un Partido que no sólo
aprobara las 21 Condiciones, sino que las aplicara, que las hiciera
carne también en Chile.
Rusia se convirtió en 1917 en el centro,
en la avanzada de la Revolución Proletaria Mundial. El centro de la
tormenta estaba en Rusia, donde los bolcheviques pusieron fin a la era
de revoluciones burguesas y dieron nacimiento a la era de la revolución
proletaria. Este gran hito a nivel internacional tuvieron que defenderlo
todos los comunistas del mundo. La reacción y el revisionismo se
lanzaron en picada contra la patria de los soviets, que era la patria de
todos los obreros y pueblos oprimidos del mundo. ¿Cómo hacer frente al
imperialismo y al revisionismo? Los antiguos Partidos socialistas no
bastaban. Se necesitaban soldados acerados en la más dura lucha de
clases, se necesitan Partidos Comunistas.
Recabarren y los comunistas avanzados
comprendieron que sin dar el salto a la constitución del Partido
Comunista se estancarían. Comprendieron también que se estancarían, no
obstante constituirse en Partido Comunista, si no buscaban guiarse por
Lenin y la fracción roja del Movimiento Comunista Internacional.
Rusia era lo más avanzado y hacia allá
había que mirar, había que asumir como propio las conquistas y la
defensa de la Revolución Rusa. Es por esto que Recabarren dirige la
constitución del Partido Comunista de Chile como sección de la
Internacional Comunista, asumiendo como ideología el marxismo-leninismo
(hoy marxismo-leninismo-maoísmo).
Sectores de la pequeña burguesía se
espantan y gritan ¡dogmáticos!, ¡Rusia no es Chile!, se incomodan frente
a las posiciones resueltas, culebrean en busca de “la particularidad”
que los aleje de toda definición ideológica. Pero Recabarren y los
revolucionarios de enero de 1922 eran proletarios, eran comunistas ¿qué
razón tendrían para dar las espalda a la Rusia de los soviets obreros y
campesinos? Ninguna.