Tuesday, May 20, 2025

SITUACIÓN ACTUAL: NOTAS SOBRE LA CRISIS MUNDIAL (41. TRUMP: „HABEMUS PAPAM!“ 2.3)



2.3. Contexto histórico y perspectiva en que se redactó la encíclica: “Centesimus Annus”, 1991 y breve comentario de su contenido:


Nuestra publicación a propósito de la elección del nuevo papa León XIV, tiene como propósito dejar en claro el papel de escudo ideológico que cumple la Iglesia Católica y que lo concreta política y orgánicamente. Por eso, nos referimos a la posición oficial del Papado a fin de comprender mejor el carácter y la esencia reaccionaria, contrarrevolucionaria que mantiene la Iglesia en general, el papel que le toca cumplir al nuevo papa y en la parte que sigue a la presente veremos las posiciones oficiales de la Iglesia en el Perú, etc. Necesitamos ver esto para armarnos ideológica y políticamente contra la nueva campaña reaccionaria encabezada por la Iglesia católica en colusión y pugna con el imperialismo yanqui, principalmente, con ocasión de la elección del nuevo papa. Entonce para completar esta parte veremos la encíclica “Centesimus Annus”, para lo que usamos como fuente de las citas y comentario al documento del PCP “Sobre las dos colinas” (Perú, 1991).


La antes nombrada encíclica fue redactada en 1991 a treinticinco años del derrocamiento de la dictadura del proletariado y la restauración del capitalismo de la URSS, y a quince de lo mismo en China; cuando se desenvuelve, en colusión y pugna, una ofensiva convergente del imperialismo, el revisionismo y la reacción mundial contra el marxismo; cuando el imperialismo pregona una ' revolución tecnológica', extiende su dominio sobre los despojos de lo que fue el sistema socialista y proclama el triunfo definitivo del capitalismo y la democracia burguesa. En noviembre de 1991, el PCP estableció, que de la ofensiva convergente se había pasado a la Ofensiva general contrarrevolucionaria y hegemonismo de Estados Unidos.


Pero cuando el proletariado guiado por partidos comunistas y con la luz del marxismo-leninismo-maoísmo aprendió a conquistar el Poder con la guerra popular, construir el socialismo y con la revolución cultural continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado. Y, cuando la tarea del proletariado internacional y de los Partidos comunistas sigue siendo desarrollar y dirigir la revolución proletaria mundial a su triunfo barriendo de la faz del orbe al imperialismo, construir profunda y ampliamente el socialismo en todas las esferas de la sociedad y con sucesivas revoluciones culturales proletarias ' hacer de la tierra un paraíso': El comunismo, el inicio del reino de la libertad para toda la humanidad!.


En ese contexto, sacando lecciones, hay que analizar la nueva encíclica, concibiéndola como parte de la ofensiva del

imperialismo, del revisionismo y de la reacción mundial, aunque con intereses propios y específicos, los del Papado, los del Vaticano y sus sueños teocráticos hoy siniestramente redividos.


Relacionar, el planteamiento de la encíclica sobre la `la 'nueva evangelización' con la llegada a mediados de los 80 de Prevost al Perú, como cura agustino “misionero” es decir “evangelizador”.


La encíclica, dice: "La 'nueva evangelización' de la que el mundo moderno tiene urgente necesidad y sobre la cual he insistido en más de una ocasión, debe incluir entre sus elementos esenciales el anuncio de la doctrina social de la Iglesia que como en tiempos de León XIII, sigue siendo idónea para indicar el recto camino a la hora de dar respuesta a los grandes desafíos de la edad contemporánea, mientras crece el descrédito de las ideologías. Cómo entonces, hay que decir que no existe verdadera solución para la 'cuestión social' fuera del evangelio(...)".


Al igual que el imperialismo la encíclica difunde la supuesta caducidad de las ideologías para vender su ideología evangélica rancia, trasnochada, falsa, de viejo oscurantismo idealista y siempre opuesta a lo nuevo.


`El problema de la 'nueva evangelización' se refiere expresamente a cómo ven los jerarcas eclesiásticos, el Papado en concreto, el papel de América Latina; como ellos mismos lo dicen, la mitad de los católicos del mundo están en América Latina—así decía ya el actual Papa (Juan Pablo II) en el año 84. En consecuencia están buscando utilizar el medio milenio del descubrimiento de América para llevar adelante un llamado movimiento de 'nueva evangelización' en función de defender el bastión, la mitad de la feligresía, la mitad del bastión que sustenta su poder, eso es lo que buscan. Así los jerarcas, el Papado apuntan a defender sus posiciones en América y servir al imperialismo norteamericano que es quien domina principalmente en América Latina.


Pretenden como siempre defender el orden social existente, ser su escudo ideológico porque la ideología de la reacción, la ideología del imperialismo ha caducado y después acomodarse, seguir

sobreviviendo, más la perspectiva será diferente, no como fue antes.


Prosiguiendo con la encíclica, textualmente está contra la violencia revolucionaria, contra la lucha de clases, contra las guerras justas y revolucionarias:


"Los grupos extremistas, que tratan de resolver tales controversias por medio de las armas encuentran fácilmente apoyos políticos y militares, son armados y adiestrados para la guerra, mientras que quienes se esfuerzan para encontrar soluciones pacíficas y humanas, respetuosas para con los legítimos intereses de todas las partes, permanecen aislados y caen al menudo víctimas de sus adversarios... En definitiva, sobre todo el mundo se cierne la amenaza de una guerra atómica, capaz de acabar con la humanidad. La ciencia utilizada para fines militares pone a disposición del odio fomentado por las ideologías, el instrumento decisivo. Pero la guerra puede terminar, sin vencedores ni vencidos, en un suicidio de la humanidad, por lo cual hay que repudiar la lógica que conduce a ella, la idea de que la lucha por la destrucción del adversario, la contradicción y la guerra misma sean factores de avance y de progreso de la historia. Cuando se comprende la necesidad de este rechazo, deben entrar forzosamente en crisis tanto la lógica de la 'guerra total', como la de la lucha de clases."


Habla de "caída del marxismo" e invoca dialogo: "Mientras el marxismo consideraba que, únicamente llevando hasta el extremo las contradicciones sociales, era posible darles solución por medio del choque violento, en cambio las luchas que han conducido

a la caída del marxismo insisten tenazmente en intentar todas las vías de la negociación, del diálogo, del testimonio de la verdad, apelando a la conciencia del adversario y tratando de despertar en este el sentido de la común dignidad humana" ... ¡Ojalá los hombres aprendan a luchar por la justicia sin violencia, renunciando a la lucha de clases en las controversias internas, así como a la guerra en las internacionales!"


Pero, habla de la verdad para falsear la historia, porque si se refiere a la URSS o a Europa Oriental en ambos casos ha habido o golpe de estado o levantamientos nacionales o hasta una guerra como la de Yugoslavia; además en ninguno de esos lugares ha habido marxismo sino revisionismo desde el 56 con Jruschov y precisamente lo que se ha producido es consecuencia lógica de la restauración capitalista.


Contra lo que afirma Juan Pablo II, en la historia de la humanidad todo el proceso de transformación de modos de producción ha sido a través de guerras, para pasar de la comunidad primitiva al esclavismo como Egipto o Roma: para pasar del esclavismo a la feudalidad, los esclavos se revelaron en innumerables guerras contra los esclavistas hasta que se entró a la feudalidad, pero el nuevo sistema impuesto no acabó la opresión, los oprimidos devinieron en campesinos siervos de los señores feudales contra los cuales volvieron a levantarse en inmensas y tenaces luchas campesinas por arrancar las tierras que trabajaban y les pertenecían y por destruir la feudalidad; entre los propios feudales se vivieron intensas guerras por el poder hasta definir poderosos reinados europeos por ejemplo el reino español o la Rusia zarista o el imperio Manchú en Oriente.


También durante esa etapa de la feudalidad así como hubo guerras entre señores feudales se produjeron feroces guerras por el poder político y económico entre los jerarcas de la Iglesia Católica, entre los papas, entre los obispos, caso del conocido Papa Borgia y familia.


Es además parte de la historia de la Iglesia Católica las guerras de las Cruzadas por imponer su religión en otras partes del mundo o el atroz exterminio de los nativos peruanos y latinoamericanos cuando conquistaron América con sus espadas y cruces divinas, con las salvajes reducciones de los jesuitas.


Luego, derrumbada la feudalidad se desenvolvió el capitalismo y generó el proletariado, ultima clase explotada de la tierra que ha de destruir ese ominoso sistema también con guerras, pero guerras revolucionarias que por fin acaben con todos los sistemas de explotación, en rumbo definitivo de la humanidad hacia su verdadera libertad: y la violencia que pregonamos los proletarios, los comunistas como vanguardia de la clase, no necesitamos justificarla ni mentimos sobre su necesidad: ante un sistema inicuo que provoca guerras de rapiña como las dos guerras mundiales imperialistas lo que corresponde es destruir el capitalismo devenido en su fase final imperialismo y construir el socialismo y el futuro brillante comunismo: "¡La rebelión se justifica!".


Así que esas fementidas palabras de olor a incienso encubren realidades para atacar la violencia revolucionaria justa, correcta y necesaria y defender la violencia contrarrevolucionaria, injusta, errónea, defensora de la explotación y la opresión.


Difunde su concepción idealista teocrática de "revelación cristiana" como medio para comprender la realidad:


"Por otra parte, el hombre creado para la libertad lleva dentro de sí la herida del pecado original que lo empuja continuamente hacia el mal y hace que necesite la redención. Esta doctrina no sólo es parte integrante de la revelación cristiana, sino que tiene también un gran valor hermenéutico en cuanto ayuda a comprender la

realidad humana"


Primero, tras la absurda y anticientífica idea de pecado original encubren la existencia de explotación y explotadores; segundo el hombre no necesita de ningún crucificado ni de redención alguna sino emanciparse de la explotación y opresión y su emancipación es obra de su propia acción; y tercero, si creen en un imaginario juicio divino final, si ésa es su concepción, entonces ¿por qué se erigen por encima de su dios y nos juzgan como seguidores de su

supuesto maligno al calificarnos de terroristas? ¿por qué tanta condena a quienes combatimos por la demolición de la explotación aquí en la Tierra?


Refiriéndose ampliamente a los sucesos de Europa Oriental del 89, que marcan un hito en la bancarrota del revisionismo y que es objeto de rebatiña imperialista, ni condena a uno ni repudia al otro, más bien califica de crisis del marxismo y saca conclu-

siones beneficiosas a sus intereses de clase:


"La primera consecuencia ha sido en algunos países el encuentro entre la Iglesia y el movimiento obrero ...Durante casi un siglo dicho movimiento en gran parte había caído bajo la hegemonía del marxismo..En la crisis del marxismo brotan de nuevo las formas espontáneas de la conciencia obrera, que ponen de manifiesto una exigencia de justicia y de reconocimiento de la dignidad del trabajo, conforme a la doctrina social de la Iglesia....La crisis del marxismo no elimina en el mundo las situaciones de injusticia y opresión existentes, de las que se alimentaba el marxismo mismo instrumentalizándolas...A quienes hoy día buscan una nueva y autentica teoría y praxis de liberación, la Iglesia no ofrece sólo la doctrina social y, en general sus enseñanzas sobre la persona redimida por Cristo, sino también su compromiso concreto de ayuda para combatir la marginación y el sufrimiento."


Aquí reconoce la influencia del marxismo en el movimiento obrero y como piensa que hay crisis del marxismo entonces aplica "A río revuelto ganancia de pescadores", viejo sueño de la Iglesia Católica de dirigir al proletariado; y como las causas no han desaparecido ella sale como la solución con su doctrina social.


Sobre el desarrollo de las fuerzas productivas las reduce al ejercicio personal de buscar a dios:


"En fin el desarrollo no debe ser entendido de manera exclusivamente económica, sino bajo una dimensión humana integral. No se trata solamente de elevar a todos los pueblos al nivel del que gozan hoy los países muy ricos, sino de fundar sobre

el trabajo solidario una vida más digna, hacer crecer efectivamente la dignidad y creatividad de toda persona, su capacidad de responder a la propia vocación y, por tanto a la llamada de Dios. El punto culminante del desarrollo conlleva al ejercicio del derecho-deber de buscar a Dios, conocerlo y vivir según tal conocimiento."


Persiste en su defensa cerrada de la propiedad privada porque es un derecho natural del hombre a gozar de los bienes creados por dios y adquiridos con el sudor de su frente, con su trabajo que no explota sino que dignifica y adereza su defensa con el supuesto destino universal de esos bienes, esto es, no impedir el derecho de los otros hombres a apropiarse de una parte de la creación de dios con su propio trabajo. Dice que ya León XIII afirmaba y argumentaba:


"...carácter natural del derecho a la propiedad privada...este derecho es fundamental en toda persona para su autonomía y su desarrollo, ha sido defendido siempre por la Iglesia hasta nuestros días. Asimismo, la Iglesia enseña que la propiedad de los bienes no es un derecho absoluto... A la vez que proclamaba con fuerza el derecho a la propiedad privada, el Pontífice afirmaba con igual claridad que el 'uso' de los bienes, confiado a la propia libertad, está subordinado a: destino primigenio y común de los bienes creados y también a la voluntad de Jesucristo".


Y Juan Pablo II amparándose en esas palabras de León XIII se reafirma en las mismas ideas:


"El origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que ha creado al mundo y el hombre, y que ha dado a este la tierra, para que la domine con su trabajo y la goce de sus frutos...De este modo se apropia una parte de la tierra, la que se ha conquistado con su trabajo: he ahí el origen de la propiedad individual. Obviamente le incumbe también la responsabilidad de no impedir que otros hombres obtengan su parte del don de dios, es más, debe cooperar con ellos para dominar juntos toda la tierra."


Así encubre Juan Pablo II base económica capitalista, plusvalía y relaciones de explotación.


Defiende la familia como centro:


"La primera estructura fundamental a favor de la 'ecología humana' es la familia...Hay que volver a considerar la familia como el santuario de la vida...es sagrada...es el ámbito donde la vida, don de dios puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a que está expuesta...Contra

la llamada cultura de la muerte, la familia constituye la sede de la cultura de la vida".


En el capitalismo, más en el imperialismo, la familia es para proteger la herencia de los bienes adquiridos con la explotación; es un concepto contrapuesto a la sociedad comunista en la cual todo el conjunto velará por todos; hoy día solamente las familias de los

explotadores pueden proteger los derechos de sus hijos; más el sistema inicuo no permite ni que se desarrollen las relaciones sociales entre los miembros de la supuesta familia por que el individualismo es tan exacerbado en la burguesía que no hay mayor interés que valga sino el particular por encima del general.

Y en el proletariado y en las masas populares no existe ni siquiera el derecho a decidir cuántos hijos pueden tener y les imponen programas de control de la natalidad que la propia Iglesia facilita encubiertamente, oficialmente prohíbe el aborto pero por debajo

trabaja tras el estúpido y mendaz eslogan de "paternidad responsable".


Con la hipocresía que durante miles de años ejercita esconde su posición proimperialista de defensora de la economía de mercado aunque en ningún párrafo del documento esté escrita la frase economía social de mercado; y su crítica al consumismo

o al mercado sin control no quita que no defienda el mercado; lo que más bien revela es su posición pro-europea pero imperialista al fin; lo que ocurre es que previendo que el imperialismo yanqui avanza a ser superpotencia hegemónica única no puede malquitar-

se con él y se acomoda:


"Volviendo ahora a la pregunta inicial se puede decir quizá

que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad? es quizá éste el modelo que es necesario proponer a los países del Tercer Mundo, que buscan la vía del verdadero progreso económico y civil?....La respuesta obviamente es compleja. Si por 'capitalismo' se entiende sistema económico que recnoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva aunque quizá sería más apropiado hablar de 'economía de empresa', 'economía de mercado' o simplemente de 'economía libre'. Pero si por 'capitalismo' se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa....La solución marxista ha fracasada, pero permanecen en el mundo fenómenos de marginación y explotación, especialmente en el Tercer Mundo, así como fenómenos de alienación humana, especialmente en los países más avanzados; contra tales fenómenos se alza la voz de la Iglesia."


"La Iglesia no tiene modelos para proponer...Para este objetivo la Iglesia ofrece, como orientación ideal e indispensable, la propia doctrina social..."


"La empresa no puede considerarse únicamente como una 'sociedad de capitales': es al mismo tiempo una sociedad de personas, en la que entran a formar parte de manera diversa y con responsabilidades específicas los que aportan con el capital necesario para su actividad y los que colaboran con su trabajo"… "La propiedad de los medios de producción tanto en el

campo industrial como agrícola, es justa y legítima cuando se emplea para un trabajo útil; pero resulta ilegítima cuando no es valorada o sirve para impedir el trabajo de los

demás"... la propiedad se justifica cuando crea en los debidos modos y circunstancias, oportunidades de trabajo y crecimiento humano para todos."


Defiende la dictadura burguesa contra la dictadura del proletariado:


"La Iglesia aprecia el sistema de la democracia en la medida

en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica." ..."La Iglesia tampoco cierra los ajos ante el peligro del fanatismo, o fundamentalismo de quienes, en nombre de una ideología con pretensiones de científica o religiosa, creen que pueden imponer a los demás hombres su concepción de la verdad y del bien."


Finalmente, sobre su concepción acerca de los tan pregonados derechos humanos en resumen, dice:


“ Fuente y síntesis de estos derechos, es en cierto sentido, la libertad religiosa entendida como derecho a vivir en la verdad de la propia fe y en conformidad con la dignidad trascendente de la propia persona."


Ahí está el meollo de sus derechos: vivir en la verdad de la fe católica, en la trascendencia de la vida humana.


Por último, a continuación, veremos el papel de la Iglesia católica en el Perú para armarnos ideológica y políticamente contra contra esta nueva campaña reaccionaria mundial y en el Perú que se ha desatado con ocasión del nombramiento del papa León XIV como cabeza de la Iglesia católica.