sábado, 4 de febrero de 2017
LA CAMPAÑA ELECTORAL, UNA TRAMOYA SIN LÍMITES
Varias
son las “perlas” que se lanzan los candidatos. Una más ridícula que otra.
Una
candidata del Carchi, militante de Pachakutik, en su afán de decir “cualquier
cosa”, manifestó que se ha colocado un
“impuesto a la papa” (¿?). Pero bueno, no queda ahí, sino que al hilo manifestó
que “el impuesto del IVA que se ha dado,
un gran incremento del 14 al 19%, estamos locos, cómo se puede poner un
impuesto tan alto”. Lo que se le pasó por alto a esta joven aprendiz de
asambleísta es que el IVA en el país es del 14%, y que el incremento al 19%
sucedió en Colombia.
El
candidato del régimen, Lenin Moreno, en una entrevista televisiva criticó a
Lasso por ofrecer un millón de empleos. Que eso es demagogia electorera, decía.
Qué por el contrario, él, Moreno, ofrecía generar 250 mil plazas de trabajo por
año. Lo que le falló en las cuentas que
el ejercicio gubernamental es de cuatro años y que al final del camino
terminaba ofreciendo lo mismo que Lasso. Igual de demagogo.
Otra
de esas perlas se las manda el candidato representante de la burguesía
compradora, Guillermo Lasso, al visitar a una vendedora de pollos le pregunta:
“a cómo vende el pollo”. La vendedora
le responde, a 1,50 dólares la libra. ¿Cuántas
libras tiene este pollo?, “me lo pesa ahí (sic)”. La vendedora le responde,
6,83 libras”. Lasso orondo le
responde: “O sea vale, eeeeh…21 dólares”…
Otro,
el más activo de los candidatos reciclados de la televisión basura simplifica
sus afanes electoreros con una premisa: “soy
famoso, porque soy pintero”.
Y
desde luego, no se quedó atrás uno de los representantes del populismo más
conspicuo del país, Bucaram. Sin preámbulo alguno manifestó: “Voy a declarar festivos el Día de la
Familia, de la Biblia, de la Oración y del Ministro” Al igual que el
drogadicto y corrupto de su padre, Abdalá Bucarám, realiza la campaña besando
las manos de ancianos, niños, desplazándose
por las calles con un limitado séquito de seguidores bailando choque y reggaetón.
Desde
luego, también ha debutado un joven aspirante a Carandolet, Iván Espinel, igual
de extraviado, que desde el fondo de las “intenciones de voto”, lanza al galope su caballo de Troya electoral ofreciendo
aplicar la pena de muerte para los delitos atroces.
En
fin, una serie de diatribas electorales recicladas de algún nicho arqueológico
de la vieja democracia que no deja de asombrar y que en gran medida es espoleada
por la izquierda electorera que es quién tiene el extravío más notorio cuando
termina de rodillas ante el general Moncayo, olvidándose que bajo su mando
(jefe del comando conjunto de las FFAA) se cometieron execrables crímenes en
contra de las masas.
Si
bien es cierto ésta es la forma burda que adquiere la democracia
burgués-terrateniente en la campaña electoral, lo fundamental es que responde a
una democracia de clase, que pertenece a grandes burgueses y a grandes
terratenientes. Que con este instrumento –las elecciones- operado desde el
sistema de gobierno, lo que hacen es organizar a la sociedad de tal manera que
propagan la idea de que votando las masas eligen a sus representantes, a sus
gobernantes. Pero más allá, replican la idea de que quién está en el gobierno
es quién tiene el poder del país y que la democracia es tan “perfecta” que
propende la alternatividad de los distintos sectores en el “poder”.
Afortunadamente
nuestro pueblo poco a poco va comprendiendo que con las elecciones no consigue
nada, salvo colocar al verdugo de turno que durante cuatro años sembrará
miseria y gobernará para “despejar” el camino al imperialismo, a la gran
burguesía, grandes terratenientes y sus parásitos, la izquierda electorera y
oportunista para que sigan enriqueciéndose, robando y sobre todo, explotando y
oprimiendo a las grandes mayorías. Poco a poco va entendiendo que al poder solo
se puede acceder después de destruir lo viejo, la vieja democracia, el viejo
estado, el viejo poder, y que solo sobre sus ruinas se podrá construir un
estado y una democracia que represente los intereses del proletariado, del
campesinado pobre y demás masas explotadas.
Pero
veamos: La población electoral en el país se distribuye de la siguiente manera:
·
50.18%(6’432.597) del padrón está compuesto por mujeres.
·
49.81%(6’384.101) del padrón son hombres.
·
676.401
son adolescentes, de entre 16 y 18 años y que representan el 5% del
total nacional. Su voto es opcional.
·
1'431.328
son ciudadanos de la tercera edad (65 años en adelante).
Representan el 12.4% del padrón. Su voto es facultativo
·
10'708.969 son electores de entre 18 y
65 años y representan el 82.6% del padrón. Su voto es obligatorio
·
378.292 corresponde a electores que residen en el
exterior.
Quién
no asista a las mesas electorales recibe una multa de $37,50. Si consideramos
que en el Ecuador hay más de 2 millones de personas que viven con un dólar al
día, quiere decir que no hacerlo implica que dejen de comer por 37 días. Vaya
forma de obligarnos a hacer lo que verdaderamente no queremos hacer. Vaya
democracia para democrática, nos obligan a votar so pena de multa y sanciones
administrativas. Pero no solo eso, el certificado de votación es un documento
habilitante para cualquier trámite público o privado. Es decir, nos emboscan
con el proceso electoral por todos lados.
Ante
toda esta podredumbre hay quienes desde ya están haciendo campaña por el voto
nulo, o el voto en blanco.
En
alguna medida hay quién cree que votar nulo o en blanco es una forma de mostrar
rebeldía o descontento con las elecciones y en ellas en contra de la falsa
democracia, pero el problema es que votamos, y al hacerlo seguimos avalando las
elecciones aún como un mecanismo de protesta, entonces terminamos legitimándolas.
¿Son las elecciones “tan perfectas” que no solo sirven para elegir nuestros
verdugos sino también para protestar? ¡NO!, ¡PATRAÑAS! Votar es avalar las
elecciones, es avalar el viejo sistema democrático y con él su caduco estado. En
esa medida lo que nos queda es NO VOTAR y no solo eso, sino BOICOTEARLAS, de cualquier manera, de
cualquier forma, nuestro pueblo es creativo y siempre encontrará la manera para
tratar de impedir que las elecciones se den, ejercicio combativo que debemos
desplegar mientras preparamos la guerra popular para botar al basurero de la historia el viejo orden
burgués-terrateniente.
Debemos
generalizar la lucha obrera, campesina, popular, desenmascarar a los
electoreros, sus infamias, sus burlas, sus mentiras. Boicotear sus mítines,
sabotear el proceso de una u otra manera.
¡NO
VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES!
¡NO
VOTAR, A ORGANIZARNOS Y A LUCHAR!
¡ABAJO
EL VIEJO ESTADO Y SUS ELECCIONES!
POR
LA NUEVA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO:
¡A
ORGANIZAR LA REVOLUCIÓN!