¡Proletarios
de todos los países, uníos!
La cuestión filosófica en Lenin
Por Comité
de Redacción
Marx trazó
el objetivo fundamental de la táctica del proletariado en rigurosa
consonancia
con todas las premisas de su concepción materialista dialéctica
del mundo.
(V. I. Lenin, Karl Marx)
El artículo
que presentamos a continuación analiza el desarrollo de las ideas filosóficas
más importantes a nuestro entender - que
Lenin expuso en tres de sus obras: Quiénes son los amigos del pueblo y cómo
luchan contra los socialdemócratas (1894), Materialismo y Empiriocriticismo (1909)
y Cuadernos Filosóficos1(1914-1915). Aunque toda la obra (teórica y práctica) de
Lenin evidencia la aplicación y desarrollo magistral que hizo de la filosofía
marxista, del materialism dialéctico, éstas son las más destacadas obras en las
que Lenin da especial atención a los asuntos filosóficos y por eso las tomamos
como fuente para nuestra exposición de la cuestión filosófica en Lenin. Antes
de analizar más detenidamente las referidas obras, veremos a continuación cómo
el gran dirigente del proletariado ruso vio la relación entre el materialismo
dialéctico y el conjunto de la doctrina de Karl Marx.
Lenin
defendió, aplicó, y desarrolló el marxismo en medio de tenaces luchas de clases
y luchas de dos líneas, y su pensamiento filosófico sigue siendo una ponderosa arma
para desenmascarar y luchar contra toda clase de oportunistas y revisionistas.
Siguiendo su magistral ejemplo, buscamos escribir este artículo en medio y al servicio
de la reconstitución del Partido del proletariado en nuestro país que dirija la
Guerra Popular, así como de la reconstitución de la Internacional Comunista. Lo
hacemos también en el marco de la Celebración del Centenario de la Gran
Revolución Socialista de Octubre.
I. El
materialismo dialéctico como una de las tres partes integrantes del marxismo
La doctrina de Marx es todopoderosa porque es exacta.
Es completa y armónica y ofrece a los hombres una concepción del mundo íntegra,
intransigente con toda superstición, con toda reacción y con toda defensa de la
opresión burguesa. El marxismo es el sucesor legítimo de lo mejor que la
humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa
y el socialismo francés (V. I. Lenin, Tres fuentes y tres partes integrantes
del marxismo). Marx trazó el objetivo fundamental de la táctica del
proletariado en rigurosa consonancia con todas las premisas de su concepción
materialista dialéctica del mundo.
(V. I. Lenin, Karl Marx)
En el curso
de la aplicación creadora del marxismo a la realidad concreta de Rusia, desde
finales del siglo XIX, el camarada Lenin adquirió una comprensión complete y profunda
de la doctrina de Marx. Lenin fue el primero en exponer que el marxismo se
constituía de tres partes: la filosofía marxista, la economía política marxista
y el socialismo científico. Como lo caracterizó Lenin, son partes inseparables
y armónicas, por eso, el Presidente Gonzalo rechaza las concepciones
revisionistas que procuran extraer un supuesto “método marxista” del conjunto
de la ideología comunista, que pretenden ver un materialismo histórico sin
materialismo dialéctico, o El Capital sin la aplicación de la ley de la
contradicción: “La aplicación del materialismo dialéctico da pie al materialismo
histórico y a la comprensión científica de la sociedad”2 y “Si no hubieran
entendido la dialéctica no hubieran llegado a poder desarrollar El Capital.”
El
Presidente Gonzalo, desarrollando lo establecido por Lenin, fue quien precisamente
sistematizó que las etapas de desarrollo necesario de la ideología científica del
proletariado corresponden a un salto de calidad integral en el conjunto de esas
tres partes. La cuestión filosófica en Lenin, así como en Marx y en el
Presidente Mao, sólo puede ser comprendida si se toman las tres partes
integrantes como una unidad. De igual manera, sólo podemos comprender el salto
de calidad dado por Lenin en el materialismo dialéctico, analizando el leninismo
de manera integrada a su etapa precedente, el marxismo, y al maoísmo,
posteriormente sistematizado y sintetizado por el Presidente Gonzalo como su
nueva, tercera y superior etapa de desarrollo.
En la
primera etapa de la ideología del proletariado, así como en la segunda, no hay,
por tanto, un desarrollo por separado de la filosofía. Tanto en el Manifiesto
del Partido Comunista (1848), como en El Capital (1867) lo que vemos es,
respectivamente, el materiaismo diaéctico desarrollado plenamente en la
concepción socialista de la historia y el descubrimiento de la ley económica del
desenvolvimiento de la sociedad moderna. Lenin correctamente concuyó que:
Si Marx no
nos dejó una “Lógica” (con mayúscula), dejó en cambio la lógica de El capital,
y en este problema debería ser utilizada a fondo. En El capital, Marx aplicó a
una sola ciencia la lógica, la dialéctica y la teoría del conocimiento del materialismo
( no hacen falta 3 palabras: es una y la misma cosa), que tomó todo lo que había
de valioso en Hegel y lo desarrolló.
(V. I. Lenin, Cuadernos Filosóficos)
Es
incorrecto, por tanto, la evaluación academicista y revisionista de que el
marxismo dejó pendiente la cuestión filosófica, o de método. El marxismo es un todo
integral, no le hace falta un manuscrito perdido o una interpretación de un
pasaje oscuro. Como ideología científica, lo que el marxismo demanda es
desarrollo y saltos, sólo posibles a través de su aplicación rigurosa, que
correspondan, necesariamente a los desarrollos y saltos en la realidad social
en general y de la lucha de clases en particular. El gran Engels, en 1888, de
manera brillante analizó qué tareas restaban a la filosofía después del
advenimiento del marxismo y de la concepción dialéctica de la naturaleza:
[la
interpretación marxista de la historia] pone fin a la filosofía en el campo de
la historia, exactamente lo mismo que la concepción dialéctica de la naturaleza
hace la filosofía de la naturaleza tan innecesaria como imposible. Ahora, ya no
se trata de sacar de la cabeza las concatenaciones de las cosas, sino de
descubrirlas en los mismos hechos. A la filosofía desahuciada de la naturaleza y
de la historia no le queda más refugio que el reino del pensamiento puro, en lo
que aún queda en pie de él: la teoría de las leyes del mismo proceso de
pensamiento, la lógica y la dialéctica.
(F. Engels,
Ludwig Feuerbach y el fin de la Filosofía Clásica Alemana)
De una
manera general, podemos decir que el salto de calidad dado por Lenin, como
parte del leninismo, en la filosofía marxista, corresponde a la solución de esa
tarea filosófica aún pendiente de desarrollarse destacada por Engels. Lenin,
como veremos de manera más detallada a continuación, en Materialismo y Empiriocriticismo
y en sus Cuadernos Filosóficos, solucionó de manera extremadamente
fundamentada, como parte de la lucha de dos líneas contra el revisionismo, la
cuestión de la teoría marxista del conocimiento, como su teoría (materialista
dialéctica) del pensamiento como reflejo. En sus
Cuadernos Filosóficos, Lenin también estableció la tarea filosfófica que aún
demandaba desarrollo:
En resumen,
la dialéctica puede ser definida como la doctrina de la unidad de los
contrarios. Esto encarna la esencia de la dialéctica, pero requiere explicaciones
y desarrollo.
(V. I.
Lenin, Cuadernos Filosóficos)
Como
sabemos, Lenin dejó en forma de manuscrito un conjunto de observaciones
riquísimas sobre la dialéctica marxista. Ese material, a partir de un minucioso
trabajo dirigido por el Estado soviético, bajo la dirección del camarada
Stalin, fue publicado en 1930 con el título Cuadrenos Filosóficos. En 1937, el
Presidente Mao desde las montañas de la base de apoyo en Yenan, poco tiempo
después de conluida la Larga Marcha e iniciada la Guerra de Resistencia Antijaponesa,
cumple la exigencia leninista de “esclarecimientos y desarrollos” de la
doctrina de la unidad de los contrarios. La obra Sobre la Contradicción,
corresponde a lo esencial de lo que representó el salto de calidad maoísta en
la filosofía marxista, cuando logra establecer que la Ley de la Contradicción
es la única ley fundamental de la dialéctica. Tomados en conjunto, el camarada
Lenin y el Presidente Mao, en filosofía, responden a las cuestiones pendientes
presentadas a las futuras generaciones de comunistas por el gran Engels.
II. ¿Quiénes son los amigos del pueblo?, la defense
y aplicación contundente de Lenin del materialismo histórico y dialéctico
El análisis
de las relaciones sociales materiales (es decir, de las que se establecen sin
pasar por la conciencia de los hombres: al intercambiar productos, los hombres establecen
relaciones de producción, incluso sin tener conciencia de que existe en ello
una relación social de producción) permitió en el acto observar la repetición y
la regularidad y sintetizar los regímenes de los distintos países en un solo concepto
fundamental de formación social.
(V. I.
Lenin, ¿Quiénes son los amigos del pueblo?)
A los 24
años, Lenin publicaba ¿Quiénes son los amigos del pueblo?, el primer folleto de
su autoría, que salió a la luz en San Petersburgo, cuando él en esta ciudad ya
dirigía el grupo local de marxistas y el círculo obrero central. A pesar de su
corta edad, Lenin, a esta altura, ya había sido encarcelado y cumplido un año
de relegado en una aldea en Kazan. Conocía de cerca la vida y la lucha de los campesinos
y tenía estrechos lazos con el proletariado ruso. Desde un punto de vista
teórico, demostraba gran dominio del marxismo y, particularmente, expresaba un
estudio detenido de El Capital. En su primer folleto, Lenin asumió la defensa
del materialismo histórico, su difusión y especialmente su aplicación al
análisis de la sociedad rusa en lucha contra las concepciones de los
populistas, principalmente, pero también de los “marxistas legales”.
Contra la
acusación de los populistas de que no existía ninguna obra de Marx en que
estuviera
expuesta la
concepción materialista de la historia, Lenin defendió que, en todas sus obras,
Marx había aplicado esta concepción y señaló que precisamente la idea
fundamental de su obra cumbre El Capital- como Marx mismo lo expuso en el
prólogo de esta obra - es demostrar, mediante el estudio riguroso de los
hechos, la ley económica del movimiento de la formación socioeconómica capitalista.
Y al analizar esta idea fundamental Lenin demonstró el antagonism irreconciliable
entre el “materialismo dialético” y la sociología subjetivista.
Así,
plantea cómo Marx llegó a su idea fundamental del proceso natural de desarrollo
de las formaciones económicas “destacando de los diversos campos de la vida de
la sociedad el de la economía, destacando de todas las relaciones sociales las
relaciones de producción, por ser las fundamentales, las primarias, las que determinan
todas las demás”. En contraste, los sociólogos antes de Marx (y hasta nuestros
días) se enfocaban en el estudio de las formas políticas y jurídicas,
concibiendo las relaciones sociales como establecidas de manera consciente por
los hombres, a pesar de que la historia evidenciara que “la masa se adapta
inconscientemente a esas relaciones” y no tiene noción de ellas como relaciones
sociales históricas.
Lenin
señala que el marxismo, al descubrir que el origen de las ideas sociales
(superestructura) está en las relaciones de producción entre los hombres (estructura),
brindó un criterio objetivo para el análisis de los fenómenos sociales y
posibilitó el “aplicar a estas relaciones el criterio científico general de la repetición”.
Al demostrar que las relaciones sociales tienen su base en las relaciones de
producción y éstas a su vez dependen del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas,
permitió elevar a la categoría de ciencia la sociología y la historia. Por eso
Lenin señaló que sin esta concepción “no puede haber tampoco ciencia social” y que
el materialismo es la “única concepción científica” de la historia.
Lenin
expone como Marx aplicó rigurosamente la concepción y el método materialista
dialéctico en El Capital: basándose en la investigación exhaustive de los
hechos, Marx descubrió las leyes que rigen el funcionamiento y desarrollo de la
formación social capitalista exclusivamente partiendo para esto del análisis de
las relaciones de producción. Pero, complementa Lenin (y esta es una idea que
rebate una tergiversación común del revisionismo y la intelectualidad burguesa hasta
nuestros días), Marx no se limitó a esto, sino que siempre analizó la superestructura
que se erigía sobre estas relaciones de producción:
El Capital
tuvo un éxito tan inmenso precisamente porque este libro de un “economista
alemán” mostró al lector toda la formación social capitalista como organism vivo:
con sus diversos aspectos de la vida cotidiana, con la manifestación social
efectiva del antagonismo de clases propio de tales relaciones de producción,
con su superestructura política burguesa que protege la dominación de la clase
de los capitalistas, con sus ideas burguesas de libertad, igualdad, etc., con
sus relacionesfamiliares burguesas.
(V. I. Lenin, ¿Quiénes son los amigos del
pueblo?)
Por otro
lado, los populistas tergiversaban el marxismo afirmando que éste basaba sus
conclusiones en la “ineluctabilidad del proceso dialéctico”, acusando con esto
último al marxismo de hegelianismo, de querer encajar la realidad en las
triadas hegelianas.3 Y con respecto a la acusación de que el marxismo deducía
sus tesis a partir del esquema de las triadas de Hegel, Lenin señala que ésta
era una vieja acusación estereotipada hecha por los críticos burgueses al
marxismo. En cuanto Hegel deducía la história a partir del movimento lógico de
lo concreto, Marx, al contrario, como afirma Engels: “estudiaba e indagaba el
proceso real, y el único criterio de una teoría era para él su conformidad con la
realidad. Y si al hacerlo, dice, resultaba a veces que el desarrollo de algún
fenómeno social coincidía con el esquema de Hegel: tesis - negación - negación
de la negación, eso no tenía nada de extraño, porque no es raro en la
naturaleza en general.”
Pero los
populistas además esgrimían que existía “conflicto entre la idea de la
necesidad histórica y el significado de la actividad individual” - idea que
hasta nuestros días continúa siendo una idea machacada por reaccionarios y revisionistas
contra el marxismo -, Lenin criticó esta idea populista así:
La idea del
determinismo, que establece la necesidad de los actos del hombre y rechaza la
absurda leyenda del libre albedrío, no anula en absoluto la inteligencia ni la conciencia
del hombre, como tampoco la valoración de sus acciones. Todo lo contrario,
solamente la concepción determinista permite valorar con rigor y tino en vez de
imputar al libre albedrío lo que venga en gana. Del mismo modo tampoco la idea
de la necesidad histórica menoscaba en nada el papel del individuo en la historia:
toda la historia se compone precisamente de acciones de individuos, que son
indudablemente los actores. La cuestión real que surge al valorar la actuación social
del individuo consiste en saber cuáles son las condiciones que aseguran el
éxito de esta actuación, dónde está la garantía de que esa actividad no resulte
un acto individual que se hunde en un mar de actos opuestos.
(V. I.
Lenin, ¿Quiénes son los amigos del pueblo?)
Pero Lenin,
en la lucha contra los populistas, no solo defendió y expuso claramente la
concepción materialista de la historia, sino que, y esto es lo principal, la
aplicó magistralmente al análisis de la sociedad rusa con el fin de poner bases
ideológicas y políticas para la construcción del Partido del proletariado y ganar
a los obreros e intelectuales revolucionarios a la revolución. Lenin, en su
análisis de la sociedad rusa, demostró que en la agricultura, la comunidad
rural se diferenciaba cada vez más en burgueses y proletarios, y en la
industria kustar predominaba ya el Sistema de gran producción basado en el
trabajo a domicilio, convirtiendo a los kustares en explotados por el capital, principalmente
comercial. De este modo, la economía de mercado ya era en ese entonces “el
telón de fondo de la economía” rusa.
Esto último
era negado por los populistas, quienes, usando el método subjetivo en
sociología, partían del ideal de la pequeña producción, de considerer moralmente
‘bueno’ si los medios de producción están unidos al productor y ‘malo’ si no lo
están, y a partir de esto condenar el capitalismo e intentar negar los hechos
de que la misma comunidad rural y la pequeña industria se desarrollaban con
fuerza como agricultura e industria capitalista. Lenin, mediante un análisis materialista,
llegó a la conclusión de que los populistas eran ideólogos de la pequeña
burguesía, que como tal buscaban salidas a los problemas del pueblo dentro del marco
de las relaciones burguesas de producción, por lo que no querían que se destruyera
la explotación, sino que se atenuara, no promovían la lucha de clases, sino la
conciliación.
Lenin llamó
a los socialdemócratas rusos a romper con todas las ideas pequeñoburguesas, con
firmeza y claridad, planteó la misión histórica de la socialdemocracia rusa con
estas palabras que cierran magistralmente su obra mencionada:
A la clase
de los obreros dirigen los socialdemócratas toda su atención y toda su actividad.
Cuando sus representantes avanzados asimilen las ideas del socialism científico,
la idea del papel histórico del obrero ruso, cuando estas ideas alcancen una
amplia diffusion y entre los obreros se creen sólidas organizaciones que transformen
la actual guerra económica dispersa de los obreros en una lucha consciente de
clase, entonces el OBRERO ruso, poniéndose al frente de todos los elementos democráticos,
derribará el absolutismo y conducirá AL PROLETARIADO RUSO (al lado del proletariado
DE TODOS LOS PAISES) por el camino recto de la lucha política abierta a LA
REVOLUCION COMUNISTA VICTORIOSA.
(V. I.
Lenin, ¿Quiénes son los amigos del pueblo?)
III. Materialismo y Empiriocriticismo, la
formulación leninista de la teoría materialista dialética del conocimiento
...
1 Estamos
adoptando la denominación genérica de Cuadernos Filosóficos, para los Resumen
del libro de Hegel “Lecciones sobre la historia de la filosofía”, Resumen del
libro de Hegel “Ciencia de la lógica”, para el Plan de la Dialéctica de Hegel y
Sobre la cuestión de la dialéctica.
2 La
presente nota y la siguiente: Seminario de Filosofía del Presidente Gonzalo
(notas: 1987).
3 La famosa
triada: tesis - antítesis - síntesis, pertenece al filósofo idealista subjetivo
Johann Gottlieb Fichte (1762-1814), que es posterior a Kant y anterior a Hegel
en la historia de la filosofia clásica alemana.
Continuará
en breve la publicación del resto del artículo