EDITORIAL Los yanquis ponen a Brasil en el plan de la invasión a Venezuela
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Año XVII, nº 212 - 1ª quincena de julio de 2018
Tenemos
razones de sobra para desconfiar y especular sobre los motivos de tantas
visitas de representantes del gobierno de EEUU, el imperialismo yanqui, a nuestro país en los últimos meses.
A
pesar de las preocupaciones de la Embajada en su monitoreo permanente y
sistemático de la situación política del país con la Operación "Lava
Jato" y con la creciente revuelta popular, ya denunciada por el AND. Esta
"preocupación" con la seguridad materializada en acuerdos bilaterales y
formación de personal, como el seminario ocurrido los días 7 y 8 de
junio pasado, en Recife, con el objetivo de "estrechar lazos de
cooperación entre Estados Unidos e instituciones de Seguridad Pública del
Nordeste de Brasil "son, en verdad, las apariencias que encubren los
lazos de la semicolonialidad y de la subyugación nacional.
"Bajo
la rúbrica de" seguridad "cabe una agenda macabra que envuelve la
intervención militar planificada por el Pentágono para invadir y deponer
el gobierno constitucionalmente electo de Venezuela, tras los fracasos
intentos para derrocar a Chávez y luego a su sucesor Maduro. Estos
acontecimientos denotan las operaciones que componen este actual plan
del imperialismo yanque contra el pueblo venezolano y la soberanía
nacional de este país.
Al
principio, el Comando Sur del Ejército del USA elaboró y vino
aplicando el plan de desestabilización del gobierno de Venezuela, desde
la época de Chávez y luego con Maduro. Su
contenido recupera todo el arsenal de maldades históricamente utilizado
por los gringos para derribar regímenes que guardas cualquier
desacuerdo con la dominación imperialista y principalmente aquellos
abiertamente a él opuestos.
En
seguida viene la fase de articulación de los medios y de los agentes
que, bajo el mando del Ejército yanqui, ejecutarán el plan de
intervención militar. Para
ello, según documentos de su Comando Sur, cerrar un cordón de países
alrededor de Venezuela con Panamá, Colombia, Guyana, Brasil y Argentina,
exige tratados diplomáticos con la gestión de esos países, definidas en
conversaciones reservadas con sus lacayos como las que se produjo cuando pasaron por Brasilia el vice secretario de Estado y el vicepresidente yanquis.
El
itinerario de viaje del vicepresidente incluyó el paso por Manaos,
donde probablemente se concentrará el centro de operación y control de
la ocupación en el caso de una invasión a Venezuela por la frontera de
Roraima. O
en el montaje de campos de refugiados, para los cuales ya se destinaron
un millón de dólares por el gobierno yanqui al gerente Temer.
Según
el diario Folha de São Paulo, en la rueda de prensa tras el almuerzo en
Itamaraty, el vicepresidente de USA agradeció los esfuerzos de Brasil y
cobra más: "Gracias por el apoyo con la recepción de más de 50 mil
venezolanos por enfrentarse al régimen Maduro y
ser un socio de USA ", dijo Pence, agregando:" Por eso, hoy digo a
nuestro aliado Brasil: ha llegado la hora de que ustedes hagan más ".
En
medio de la tragedia de los pueblos latinoamericanos, el cinismo de los
imperialistas yanquis no deja de ser cómico por el hecho de que los
gringos cierran sus fronteras para los latinoamericanos y pagan a Brasil
para abrir sus fronteras para la entrada de los refugiados venezolanos.
Cuando
se habla de hacer más, además de contar con el empleo de tropas y
medios de guerra de las Fuerzas Armadas en la frontera e invasión, los
yanques insinuan poner en pauta la exigencia de la cesión de la base de
Alcántara, en Maranhão, para la instalación de una base militar de EEUU en territorio brasileño.
Tales
exigencias explícitas o veladas que someten la soberanía y la
independencia nacionales, sólo pueden ser explicadas por la sumisión de
un Estado decrépito en situación caótica a la política imperialista de
subyugación nacional. Prueba incontestable de la necesidad de una Revolución Democrática, Agraria y Antiimperialista.