NOTA:
Hoy comenzamos la publicación del trabajo titulado:ACERCA DE LAS
OBSERVACIONES DEL PRESIDENTE GONZALO A ALGUNAS OPINIONES VERTIDAS POR
ALTHUSSER SOBRE LA HERENCIA HEGELIANA DEL MARXISMO , interesante
trabajo que
nos ha sido remitido por Hugo Ramírez Alcocer,
que
por su extensión vamos a publicar por entregas.
Es
nuestro próposito generar un amplio debate sobre el documento del
Presidente Gonzalo aparecido aquí mismo, bajo el título de
Seminario de Filosofía (1987) y estamos seguros que este trabajo
servirá a mover ideas para transformar el mundo.
Queremos
reiterar con ocasión de esta publicación, que los artículos,
documentos u otros escritos que aparecen firmados por nombres de
partidos, organizaciones o personas son de entera responsabilidad de
sus autores y no representan necesariamente la opinión de la AND
sobre el particular.
ACERCA
DE LAS OBSERVACIONES DEL PRESIDENTE GONZALO A
ALGUNAS OPINIONES VERTIDAS POR ALTHUSSER SOBRE LA HERENCIA HEGELIANA
DEL MARXISMO
I
Van
a ser 200 años, del natalicio de Karl Marx, dos siglos. Y, qué no
han dicho y hecho ante la opinión pública mundial, los detractores
de este extraordinario pensador comunista […], para liquidarlo. Fue
él quien sentó las bases para llegar al comunismo, él el que legó
a la humanidad su pensamiento, el marxismo, en El capital, entre
otras obras. Con el devenir histórico han surgido en el seno del
pueblo otros grandes pensadores: Lenin y Stalin que han desarrollado
el marxismo en medio de lucha para imponer su pensamiento elevando
este a una etapa superior el marxismo-leninismo. Posteriormente Mao
Tsetung, lo llevó a una etapa aún más alta, el
marxismo-leninismo-maoísmo. Pensadores, que no tuvieron la
oportunidad de leer obras inéditas de Marx como “Los Manuscritos
Económicos y Filosóficos de 1844”, publicadas en 1932 o como “Los
Grundrisse” que aparecieron por primera vez en oriente a fines de
la década del 50 e inicio de los 60*,
del siglo pasado, estos Grundrisse son eminentemente hegelianos.
Hay
quienes pretenden retomar el marxismo sin leninismo ni maoísmo y
dicen que, hoy en día, Marx, es más actual que nunca. Estos son los
revisionistas de toda calaña que buscan que el marxismo sea
integrado en el sistema capitalista. Althusser, el impostor, no es
distinto en este proyecto revisionista que ha pretendido, pretende y
pretenderá liquidar el marxismo-leninismo-maoísmo haciéndole el
juego al imperialismo, a la sociedad abierta, del neo-liberal,
Popper. O, como dice el “marxista” Carlos Pérez Soto:
“Reformulemos el
marxismo de acuerdo con el criterio de demarcación de Popper o
como el traidor de Avakián, entre tantos otros “comunistas”,
“marxis-tas”. O como el fracasado intento de Godelier, Althusser
y otros por ‘estructurar’ la lógica de ‘El Capital’ de Marx.
Los
marxistas no podemos quedarnos suspendidos en el tiempo, ser marxista
hoy en día es ser marxista-leninista-maoístas, principalmente
maoísta. El capitalismo se ha desarrollado a una fase superior y más
salvaje, el imperialismo. Y los revisionistas quieren que nos
quedemos como hace doscientos años. Y si el marxismo hoy en día,
después de Marx, es viable, es porque se ha desarrollado y ha
triunfado en Lenin y en Mao, es decir en su desarrollo, y continuará
haciéndolo, aunque para Althusser esa teoría, el marxismo, dice,
hay que enunciarla, que no existe o existe solo en estado práctico,
empírico. Su punto de vista “teoricista” no le permite ver una
teoría que se va desarrollando a lo largo de un proceso histórico
en interconexión e interdependencia con otros procesos de los que
forma parte y así lo seguirá haciendo en medio de luchas y de
guerras porque son leyes que determinan el cambio. Arrancarlo de su
proceso histórico de desarrollo para subsumirlo, encorsetarlo, bajo
normas o principios ajenos a su naturaleza es impensable, imposible
después del triunfo de la revolución rusa y la revolución China;
el proletariado, los oprimidos del mundo no lo consentirán. El
marxismo es una verdad absoluta y relativa y a Marx y Engels, les
cupo el gran honor de fundarlo. La cuestión es del poder para la
clase obrera y esto tiene que ver con la dictadura del proletariado.
Por ello nos tratarán de totalitarios, dogmáticos... y nos
motejaran de lo peor y buscaran ante la opinión pública retorcer
todo lo que venga de las masas oprimidas y sus dirigentes para
mantenerse en el poder y mantener así sus intereses, a buen recaudo.
Por ello los comunistas deberán desenmascarar a los impostores a los
traficantes y a eso nos invita el presidente Gonzalo.
En
sus notas del seminario de 1987 sobre Althusser, la cuestión es
aclarar los motivos por lo que el presidente Gonzalo hace unas
observaciones contundente a tres aspectos que “supuestamente”
hace este filósofo francés con respecto al marxismo en alguna de
sus obras. Dice el Presidente Gonzalo: 1.-Althusser
niega que Marx y Engels hayan tomado la dialéctica hegeliana. 2.-
Que Althusser plantea que primero se desarrolla la ciencia y luego se
produce el salto. 3.-
Que el descubrimiento de Marx y Engels es el materialismo histórico
porque se funda la teoría del materialismo histórico después el
materialismo dialéctico. Según él estaba pendiente el desarrollo
de la filosofía marxista1.
Estos
tres puntos son todo lo que nos alcanza el Presidente Gonzalo en sus
notas sobre Althusser, por aclarar. En estas primeras palabras no doy
por válido nada respecto a los protagonistas; lo que sigue, producto
de la investigación, está fundamentado en los escritos sobre el
marxismo –entendido este en su desarrollo, el
marxismo-leninismo-maoísmo– realizado por sus mismo dirigentes que
lo desarrollaron elevándolo a una nueva, tercera y superior etapa,
el marxismo-leninismo-maoísmo. De igual manera he recurrido a
opiniones y juicios de otros filósofos y pensadores entendidos que
de una u otra manera se pronunciaron sobre el tema en cuestión. De
los fundadores del materialismo dialéctico y del materialismo
histórico cierto es que todo lo que uno dice o publica se es
consciente que está dispuesto a ser sometido a la crítica por
otros2
y que solo la práctica corrobora o no en los hechos eso que se dice.
De la misma manera en mi calidad de ejecutor de este trabajo, en mi
persona, he buscado en sus pensamientos como interpretar y comprender
con ayuda de otros entendidos el porqué de las observaciones del
presidente Gonzalo.
Desde
la existencia del hombre, como tal, cualquiera sea el proceso, como
por ejemplo, de la historia de la filosofía o el proceso de la
historia del conocimiento... Cualquiera que sea, su inicio ha
existido en un punto en el que se originó su práctica. Esa práctica
albergaba una teoría que el hombre fue desentrañando hasta
arrancársela a la naturaleza, a la realidad objetiva y, a la que
Althusser se refiere confusamente como “práctica teórica”
cuando la define como que: “La teoría es una práctica específica
que se ejerce sobre un objeto propio y desemboca en un producto
propio; un conocimiento”3.
Cuestión que abordaremos más adelante.
Cuando
el presidente Gonzalo se refiere a que Althusser niega que Marx y
Engels hayan tomado la dialéctica de Hegel es porque Althusser lo ha
dicho sino el presidente Gonzalo no afirmaría eso ¿verdad? Y,
dónde consta que Althusser haya dicho eso. Es lo que tenemos que
averiguar, porque si no es así el presidente Gonzalo estaría
mintiendo, calumniando. Para buscar la manera de aclarar este asunto
solo tenemos; por un lado, directamente los escritos de Althusser y
del presidente Gonzalo; y por otro, las opiniones de los entendidos.
En
el proceso referido arriba vemos brevemente como se originó el
materialismo y la dialéctica. El materialismo no nació con Marx ni
la dialéctica con Hegel; estas ya existían desde la antigüedad.
Como alguien dijo: “la filosofía nació materialista y
dialéctica”, pero esa dialéctica, era una dialéctica espontánea
dada por las circunstancias sociales e históricas del momento que la
ataban impidiendo su desarrollo como teoría y, por tanto incapaz de
dar una explicación, una respuesta a la cosmovisión por lo que fue
reemplazada por la metafísica que aún sobrevive en los idealistas
(empíricos y racionalistas) de nuestros días. De Hegel hay que
destacar su enorme contribución a la dialéctica hasta que Marx y
Engels crearon la gran teoría del materialismo dialéctico y del
materialismo histórico4.
En este largo recorrido, hasta nuestros días, aún; la clase
burguesa se ha impuesto, para ello ha montado todo un aparato para
seguir oprimiendo a la clase trabajadora adueñándose hasta de su
fuerza de trabajo. Al mismo tiempo que la dirigía por el camino de
la ignorancia, el misticismo y la religiosidad, buscaba también la
forma para sumergirla cada vez más en el abismo del oscurantismo
apoderándose de toda actividad creativa. Actividad que desde sus
orígenes ha sido patrimonio de esa clase explotadora y dominante,
esa élite que impuso a toda actividad humana, su sello de clase. Así
ha pasado un siglo tras otro hasta que Marx y Engels los fundadores
del materialismo dialéctico y el materialismo histórico sometieron
a un análisis profundo y completo la realidad social reelaborando
críticamente y haciendo suyo todo de cuanto positivo había sido
producido anteriormente en el campo de la filosofía, de las
ciencias sociales y naturales creando así una concepción del mundo
cualitativamente nueva: la concepción del mundo de la clase obrera
que se convirtió en la base filosófica de la teoría del comunismo
científico y de la práctica del movimiento revolucionario obrero.
Así, todo ese cúmulo de conocimiento lo sintetiza-ron en las
siguientes obras:
…
…
1845:
“Tesis sobre Feuerbach”
1845:
“La ideología alemana”
1847:
“Trabajo asalariado y capital”
1847:
“La miseria de la filosofía”
1847-1848:
“El manifiesto del partido comunista”
…
1858-1859:
“Contribución a la crítica de la economía política”
1867:
“El Capital” Tomo I
1885:
“El Capital” Tomo II
1894;
“El Capital” Tomo III
1876-1878:
“Anti-Dühring”
1884-1886:
“Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana”
1873-1883:
“Dialéctica de la Naturaleza”
…
En
estas obras de Marx y en otras con Engels (“Anti-Dühring”,
“Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana”,...)
se encuentran las tesis fundamentales del materialismo dialéctico;
obras de las cuales se nutrieron Lenin, Stalin, Mao y el presidente
Gonzalo para desarrollarlo y aplicarlo a las condiciones específicas
de cada realidad; obras que Althusser y otros, antes y des-pués de
él, revisaron para intentar liquidar el marxismo y las etapas de su
desarrollo, es decir el leninismo, el maoismo hasta que el marxismo
fuese fosilizado dejando sólo en pie el materialismo histórico como
la ciencia de la historia en las garras del imperialismo; esa fue la
intensión de Althusser, como si el materialismo histórico no se
sustentara en el materialismo dialéctico.
¿Es
qué acaso todo este cúmulo de conocimientos en filosofía, ciencias
sociales y ciencias naturales no ha servido para que Marx y Engels
separando el grano de la paja nos dieran las herra-mientas para
liberar a la humanidad de la opresión del sistema capitalista? ¿Es
qué acaso a Einstein la teoría de la relatividad le cayó del cielo
por obra y gracia del espíritu santo? ¿Es qué acaso el
conocimiento de los que le precedieron desde Galileo hasta Newton no
tuvo nada que ver con el descubrimiento de Einstein? ¿Es qué acaso
así no ha avanzado el conocimiento desde el punto de inicio aquél
en esa primera práctica del hombre? ¿Es qué acaso el conocimiento
en las obras de Althusser no lleva nada de ese germen que imperó
durante siglos y que aún parásita en las corrientes idealistas y,
en la cabeza incluso de muchos marxistas? Así avanza el
conocimiento, uno antecede a otro dejando su huella; así, Kepler
antecede a Copérnico y este a Galileo hasta llegar a Newton que
antecede y originan a Einstein5
que desarrolla a Newton a otro nivel diferente de la mecánica6.
Pero
cómo empezó todo esto que de cuando en cuando reaparece para
traerse abajo el ma-terialismo dialéctico y con ello la filosofía
marxista, el marxismo. Aniquilarlo en su desarrollo para luego
anquilosar el materialismo histórico y ponerlo al servicio del
imperialismo. El meollo del asunto, en el cual nos adentraremos tiene
su origen en las obras de juventud de Marx, específica-mente en los
manuscritos de 18437
y 18448
fundamentalmente este último. Como se habrá dado cuenta el lector,
estos manuscritos deberían ocupar los puntos de inicio en la lista
de las obras de Marx arriba señalados, pero ex-profeso lo he dejado
así para hacer notar que hay quienes dividieron a Marx en dos y
hasta en tres según la interpretación de los manuscritos del 44, en
relación con sus obras posteriores, en especial, con El Capital.
Según Marcello Musto9,
se distinguen hasta tres interpretaciones: 1.- quienes
pusieron al joven Marx (por encima), contra el Marx adulto, de
madurez; es decir quienes dieron valor a los manuscritos del 44 y no
a El Capital. 2.- Los que a diferencia de los anteriores
ponían la madurez de Marx por encima del joven Marx, es decir que
dieron casi todo el valor a El Capital sobre los manuscritos del 44,
aquí se ubican los que quisieron hacer del joven Marx y de la
interpretación de sus obras tabula rasa y romper con esa etapa de su
vida llena de influencia hegeliana. 3.- Los que consideraron
El Capital como una continuidad de los manuscritos del 44 y
rechazaron la interpretación de aquellos que determinaban un punto
de ruptura entre las obras de Marx pero que igual rechazaban el
“dogmatismo” precedente. El 1º con el 3º en la forma aparecen
como diferentes pero en el fondo son lo mismo, ambos buscan que el
Marx de juventud, el “humanista”, se imponga al “dogma”
comunista que ha precedido. El 2º pretende, aunque de otra manera,
en el fondo, lo mismo.
Este
manuscrito, en adelante M-44, apareció publicado por primera vez en
1932 es decir después de 88 años de su creación y después de 49
años de la muerte de Marx. La pregunta salta automáticamente ¿por
qué Marx no lo publicó así como lo hizo con otros? Si Marx no lo
hizo en vida por qué el Instituto Marx y Engels (IME) lo hizo en
1932. Seguramente muchos escritores tienen sus manías y es posible
que Marx también, como el de guardar un proyecto por desarrollar en
el tiempo, de allí también los Grundrisse […]. Y la enorme
paciencia del genio cuyas obras citadas culminarían en El Capital.
En el caso que nos ocupa está claro que esos manuscritos (M-44)
incompletos así como los Grundrisse, guardan relación con El
Capital que Marx concluyó en su madurez y que están en él. Cuando
los rastreadores (David Riazánov10
y su equipo) dieron con ellos, lo llevaron al IME desde donde se
publicó.
Estos
manuscritos, para algunos, ¿por qué son relevantes como para
atreverse a partir a Marx en dos, es decir en el Marx joven y el Marx
de madurez. Y, ponen un límite que corresponde al año en que según
Althusser se produce esa ruptura, ese año es 1845. Pero por qué no
entonces la ruptura del Marx Judío, del Marx luterano o el Marx
Kantiano; claro, dirán que no es lo mismo que no es comparable,
porque la comparación tiene que ver más entre el M-44 y El Capital
que con cualquier otra cuestión que no es relevante y porque para
unos es vinculante el M-44 con El Capital y viceversa mientras que
para otros no. Y por qué no la ruptura a partir de 1857 con los
Grundrisse, que fueron publicados en 1939 del cual Althusser no dice
nada. He aquí el quid del asunto de la lucha que se da entre
sus representantes. Y, tienen razón, pero no porque el Marx de
juventud sea humanista o hegeliano sino porque tanto en el Marx de
juventud como en el de madurez se encuentra la esencia del marxismo y
de su desarrollo, la dialéctica, el materialismo dialéctico. Sí,
allí está el quid del asunto y donde apuntan unos y otros en la
interpretación del manuscrito a estas alturas en que el marxismo se
ha desarrollado con violencia revolucionaria que es la que en última
instancia determina el cambio, el progreso de los pueblos.
Tanto
a los que se ponen a un lado como al otro con respecto a 1845 o que
recogen de un lado más que del otro, a la larga, lo que pretenden es
lo mismo. El que Marx haya sido o no hegeliano a estas alturas ya no
es relevante; la esencia ha sido puesta en su justo lugar y como
debe, desarrollando el marxismo a etapas superiores con violencia
revolucionaria de allí que Marx dijera “la violencia es la partera
de la historia”*.
Así, pese a quien le pese, por más que Althusser niegue la teoría
del proletariado esta se ha aplicado y los resultados están allí,
por más que quieran negarlo: el triunfo de la revolución
bolchevique en 1917 (que ha cumplido su primer centenario y palpita
en los corazones de todos los revolucionarios), esa teoría también
nos dio el triunfo de la revolución china
en 194911.
Ambas constituyen hitos históricos de la humanidad para su
liberación del yugo opresor imperialista.
Pero
todo hombre tiene una historia real que va desde el nacimiento hasta
la muerte y Marx por más Marx, que sea, no escapa a esta ley. Se
extinguió su vida pero su pensamiento se siguió desarrollando en
Lenin, Stalin, Mao, Gonzalo... Y, esta historia real que tiene todo
ser humano, está vinculada con su actividad productiva y con su
pensamiento en cada etapa de su vida. Es qué se puede separar algo
del todo sin que algo de sus partes no esté incluida en la otra. No,
no se puede hacer eso, no se puede romper nada ni siquiera en el
pensamiento sin que en los lados no quede nada de ambas partes.
Althusser siguiendo la
“ruptura” de Bachelard12
y la “problemática”,
de Jaques Martin, plantea la
ruptura epistemológica13
del marxismo, para ello separa las obras de juventud de Marx
de sus obras de madurez; separa así al Marx humanista**,
hegeliano, del Marx posterior a 1845 del Manifiesto comunista, de los
Grundrisse, de El Capital. El corte entre el Marx de juventud y el de
la madurez, es el corte entre el pensamiento de Hegel en Marx y el
pensamiento de Marx de madurez.
Para Althusser, dentro de un problema de índole científico, como es
El Capital, se ha introducido otro de índole ideológico. Para él,
que sigue el sistema estructuralista, en lugar de separar del todo
sus partes para el análisis de los textos de Marx, de su
pensamiento, con-centra, en un todo sus partes y se encuentra con la
problemática, lo que G. Bachelard llama el “obstáculo
epistemológico” que establece una discontinuidad el que hay que
erradicar y que Althu-sser como buen seguidor pretende llevar a cabo.
Piensa que ese obstáculo es un problema teórico y que por lo tanto
habría que darle una solución teórica y que esta solución ya
existe en la práctica del marxismo que solo hay que enunciarla14.
En otras palabras lo que quiere decir Althusser es que no existe
teoría que hay que crearla, hay que estructurarla... Cuestión que
veremos más adelante.
Aquí
hay que hacer una distinción entre el pensamiento adquirido que
empieza desde cuando uno empieza a percibir y reflejar la realidad
objetiva en nuestra mente. Allí, es procesada por el inconsciente
psíquico, como sensaciones afectivas, hasta que en el proceso de
maduración y desa-rrollo*
del cerebro se va formando la conciencia que es la que en última
instancia va a formar su personalidad. Durante esta etapa el ser
humano está sujeto a ciertas normas o disciplinas morales y sociales
de su entorno como son la familia, la escuela... A
partir de este momento empieza a crear su propia historia ligada a la
vida social y productiva que es administrada por el Estado y en el
que la iglesia a jugado durante siglos un papel ideológico
determinante en el pensamiento de la sociedad. Este tipo de
pensamiento, impregnado en la mente, aflora arraigándose en la
conciencia no bien hace su aparición; este tipo de pensamiento es el
más difícil de romper, de borrar de la mente, es el que prima hasta
nuestros días impregnado en nuestra naturaleza producto de una larga
cadena que viene dada de padres a hijos, no porque sea innato, que no
lo es; sino porque se enseña desde ancestro y va de la mano del
sistema capitalista que se encarga de alimentarlo. De allí que
hombres y mujeres intelectualmente muy bien preparados (abogados,
ingenieros, médicos, doctos...) se someten a la gracia divina, a la
inmortalidad del alma...
El
otro tipo de pensamiento, que se aparta, también adquirido, es el
que en ese mismo sentido se enfrenta al anterior, a su pasado,
cuestionando todo aquello (argumento, juicio, razón...), que no se
ajustan a la verdad como producto de la práctica social que es el
resultado del reflejo**
de esta en nuestra mente. Es el que va despertando la conciencia, el
que se encuentra en aquellos que profesan el marxismo, el
materialismo dialéctico, el que se va abriendo paso y a diferencia
del anterior nos ha sido legado por Marx y Engels y, el que Lenin,
Stalin, Mao y Gonzalo han ido desarrollando abriendo las mentes para
derribar al sistema capitalista causante de todos los males de la
humanidad e implantar el socialismo y enrumbar al comunismo.
Fue
así como Marx se apartó de su antigua ideología luterana, kantiana
y fichtiana; así también como Althusser “lo hizo” del
cristianismo15.
Este pensamiento es débil pero a la vez también fuerte. Débil,
porque la ignorancia es fuerte; y es fuerte, porque encanándose es
capaz de transforma al hombre, al mundo y a la sociedad. Por todo
esto el que rompan o no con su pensamiento anterior no significa que
desaparezca del todo, la esencia de este queda en su desarrollo y, es
la posición de clase la que en última instancia determina
esta esencia y su influencia16
en su pensamiento actual17.
Esa fue la posición de clase de K. Marx, la del proletariado.
También la de Engels, Lenin y Stalin, Mao y el presidente Gonzalo.
Este
revisionismo que de tanto en tanto aparece con diversas caretas
guarda relación con todos los oportunismos que emergieron tras el
triunfo de la revolución bolchevique, tras el desarrollo del
marxismo a una segunda etapa el marxismo-leninismo y, con la
extensión del socialismo por occidente, así como también después
del XX congreso del PCUS. Su finalidad no sólo era detener ese
desarrollo sino revertirlo y que mejor momento que la aparición de
estos manuscritos, para hacerlo. La respuesta no se hizo esperar, no
sólo en Alemania y Francia, sino también en el mismo seno de su
publicación, por el IME., en Moscú. Filósofos, teólogos,
religiosos... se lanzaron a criticar a Marx, de El Capital, al
Marxismo encarnado en Lenin, Stalin, Mao. Unos, pretendiendo volver
al Marx de Juventud, quisieron retomar y convertir a ese Marx hecho
con la experiencia, con la práctica revolucionaria en un Marx
“humanista”. Contra estos se lanzan al ataque otros, que con
lenguaje “marxista” fueron solapadamente, como topos, socavando
para liquidar. Tanto los unos, como los otros que niegan la
influencia de Hegel, que Marx haya sido hegeliano, es decir, la
herencia hegeliana; en el fondo, buscan lo mismo. Como no pudieron
detener el avance de la revolución rusa a otros países de occidente
buscaron todas las formas habidas, desde un “socialismo
democrático” o libre18,
hasta la creación de una nueva Internacional Socialista19
que agrupaba exclusivamente a los países de la OTAN, para contener
su despliegue. Así fue como intentaron combatir al marxismo que
empezó a identificarse con la “izquierda” por todo Europa. De
esta forma la polémica renace de cuando en cuando, la última de
este tipo en la década del 60 del siglo pasado. Para ese entonces ya
había triunfado la revolución china y el marxismo se había
desarrollado a una nueva, tercera y superior etapa, el
marxismo-leninismo-maoísmo. Formando parte del socialismo libre, de
solapa también quieren hacerse pasar como parte de un socialismo
marxista el PSOE de España, por ejemplo, que por más que se tiña
de rojo y se desgañite entonando la Internacional no son sino un
apéndice más de la burguesía. Lo mismo se puede decir de IU y
Podemos. El señor Garzón es el abanderado de ese “socialismo
humanista” como su mentor, Julio Anguita. Pero, vale decir que el
humanismo es inherente a la humanidad y no es antagónico ni mucho
menos con el marxismo desarrollado. La cuestión es que contraponen
humanismo y le quieren arrebatar este a los marxistas para hacerlos
ver como inhumanos para cargárselo en su desarrollo, el
marxismo-leninismo en esa década y actualmente el
marxismo-leninismo-maoísmo y, su desarrollo futuro. El marxismo no
solo es científico y ético sino también humano, eso también era
Carlos Marx.
Las
obras de juventud de Marx y las obras de Marx en su madurez divide a
los marxistas entre los que niegan las obras de juventud y los que
no. Entre los primeros están los ortodoxos marxistas, leninistas
soviéticos como Víctor Adoratski, sucesor de Riazánov en la
dirección del Instituto Marx y Engels (IME) apoyado por los europeos
afines. Adoratski presentó los “manuscritos económicos
filosóficos del 44”. Estos minimizaron o rechazaron del todo la
importancia de los escritos de juventud de Marx por considerarlos
superficiales en comparación con las obras de Marx de madurez, en
especial con El Capital. Los defensores de esta interpretación del
pensamiento decididamente anti-humanista; son los que niegan la
importancia de los M-44, “indispensables para comprender mejor la
evolución y las distintas etapas del pensamiento marxista”, hasta
llegar a excluirlos de las ediciones rusa y alemana de las obras
completas de Marx y Engels. En este grupo se ubicaría L. Althusser.
Por otro lado tenemos otra tanda que se dividen entre los que aceptan
sus obras de juventud y niegan las de su madurez y, los que aceptan
ambas. Entre los primeros tenemos aquellos que tras el triunfo de la
revolución rusa en 1917 y tras la “purga” stalinista en 1931
surgen como los nuevos revisionistas. Si bien Lenin se ocupó de
Bernstein, Kautsky y los machistas; y Stalin lo hizo con reiteración
contra Troski y el trotskismo como una variedad del menchevismo del
kautskismo; un trotskismo, que era el destacamento organizado de la
burguesía contrarrevoluciona-ria. Pero, este nuevo revisionismo que
había pasado desapercibido y que aparece de la mano de los social
demócratas –como si la social democracia fuera una fábrica de
producir revisionistas– Landshut y Mayer20
que escribieron en 1932 que: “el objeto de Marx no era socializar
los medios de producción ni la superación de la explotación a
través de la expropiación de los expropiadores, sino la realización
del hombre...” en esta misma dirección se pronunciaron ese mismo
año Henri De Man y Hebert Marcuse. A diferencia de De Man, Althusser
vuelve a la carga en 1965, para negar las obras de juventud de Marx y
con ello negar la influencia hegeliana no sólo en Marx sino también
en Engels y Lenin y, también en El Capital21.
Althusser mismo lo afirma: “El joven Marx nunca ha sido
estrictamente hegeliano”22
Entonces el presidente Gonzalo no miente cuando afirma que Althusser
niega la influencia de Hegel en Marx y Engels. Pero Althusser no es
el único, Mabel Twaithes Rey, dice lo mismo, basta con reemplazar la
palabra estrictamente, por puro.
Así
pues, tenemos a dos representantes De Man y Althusser; el primero ya
había sido cuestionado y refutado por José C. Mariátegui antes de
la aparición de los manuscritos del 44 cuando publicó su libro
“más allá del marxismo”23.
Ahora aunque el tema no trate de él es pertinente decir unas
palabras ya que cuando el manuscrito del 44 hizo su aparición De Man
fue uno de los primeros en pronunciarse escribiendo un artículo, al
respecto, titulado: “Un Marx recién descubierto” o “El
descubrimiento del nuevo Marx”24.
En él a diferencia de su libro en el cual plantea la superación del
marxismo y su liquidación, encuentra lo que no había encontrado
cuando publicó su libro, es decir encuentra un Marx que se
diferencia radicalmente del marxismo dogmático. Con este articulo,
después de haberse alejado del marxismo, De Man vuelve a la carga
para identificarse con este nuevo Marx humano, de juventud,
poniéndolo por encima del Marx de Madurez y por lo tanto, con el
humanista. Un marxismo humanista que va de maravilla para los
intereses del capitalismo, un marxismo para ser petrificado y que
adule a la burguesía. En cambio para Althusser, Marx era un kantiano
un fitchiano y feuerbachiano, omite hegeliano. Qué fue kantiano y
fitchiano, es cierto, lo era desde antes de ir a la universidad de
Bonn. El abogado Hirshel Marx, su padre, era miembro del grupo
kantiano de Tráveris, además su hijo (Karl) en sus primeros años
acudió a una escuela de orientación kantiana donde el director era
su profesor y amigo de la familia... Visto así se puede decir que
el idealismo de Marx estaba bastante enraizado. La influencia de
estos dos filósofos (Kant y Fichte) formaron parte de su evolución
no sólo intelectual sino también ideológica y política en el
proceso a una etapa superior, la ideología hegeliana (la
dialéctica), que a su vez lo llevaría a otra más superior, la
filosofía Febuechiana sin que lograse desprenderse del todo de la
anterior. Febuer-bach constituyó un eslabón más de una larga
cadena desde el inicio aquel en que empezó el proceso histórico de
la filosofía hasta nuestros días –Y, hoy en día, si Marx
estuviese vivo, que no quepa la menor duda sería marxista,
leninista, maoísta–, Marx lo deja muy claro hasta con reiteración
en la carta que escribe a su padre la noche del 10 al 11 de noviembre
de 183725.
Carta que L. Althusser parecía ignorar. En esta carta Marx le dice a
su padre que concluía una etapa y empezaba otra. Nuevas ideas
rondaban en torno a las suyas y las cuestionaba. Había llegado al
límite de una etapa para empezar otra26.
Límite en que Marx rompe con su ideología anterior y comienza con
una nueva, la ideología hegeliana. Hasta ese año como el mismo lo
expresa, dice: “del idealismo que yo, sea de paso, comparaba y
alimentaba de ideas kantianas y fichtianas, pasé a buscar la idea en
la realidad misma”. No obstante Althusser quiere hacer tabula rasa
de la herencia hegeliana en Marx haciendo ver a los que piensan que
Marx fue un hegeliano que no es así que esas creencias solo
constituyen un mito. Pero si a los althusserianos no les entra en la
mollera que su mentor estaba equivocado machacaremos un poco más con
la carta de Marx a su padre, haber si abren un poco más el
entendimiento: “se cerró el telón, lo que me era más sagrado
cayó hecho añicos y nuevos dioses tuvieron que ser introducidos”.
Pero si no basta para darle la razón al presidente Gonzalo
reforzaremos la afirmación acudiendo a Engels que el 21 de febrero
de 1888 en la nota preliminar de la obra “Ludwing Feuerbach y el
fin de la filosofía clásica alemana”: “En estas circunstancias
parecíame cada vez más necesario exponer de un modo conciso y
sistemático nuestra actitud ante la filosofía hegeliana, mostrar
como nos había servido de punto de partida y como nos separamos de
ella”. Pero Althusser insiste en la ruptura, y dice que “Marx
afirmó claramente que había tenido que romper en 1845, con “su
conciencia filosófica anterior”, (esta ruptura esta consignada en
la Tesis sobre Feuerbach y en la Ideología Alemana)”.
El subrayado es del autor de este libro.
Se ha querido referir a lo que dice Engels en Ludwing Feuerbach y el
fin de la Filosofía Clásica Alemana porque en la Tesis sobre
Feuerbach, Marx no dice nada al respecto y en La Ideología Alemana
Marx hace una critica ironizando con los post hegelianos a los que se
refiere como San Max, refiriéndose a Stirner y San Bruno
refiriéndose a Bauer. Pero si, Engels dice en Ludwing Feuerbach y el
fin de la filosofía clásica alemana en febrero de 1888 en una nota
preliminar, dice lo que Marx había dicho en enero de1859 en el
prólogo de su obra Contribución a la crítica de la economía
política:
-
“... en la primavera de 1845, resolvimos elaborar conjuntamente la oposición de nuestros puntos de vista contra el punto de vista ideológico de la filosofía alemana o, de hecho, ajustar cuentas con nuestra antigua conciencia filosófica. Este propósito se llevó a cabo en forma de una crítica a la filosofía posthegeliana26a”.
Althusser,
no miente lo que hace es peor que mentir, es traficar con un extracto
incompleto de Mark y Engels. Marx se menciona, y Engels suscribe,
refiriéndose a su conciencia filosófica post hegelina, a la ruptura
con los jóvenes hegelianos (Marx, Stirner, Strauss, Bauer...) que se
produce en 1842. Y, lo que dicen Marx y Engels y bien claro es que en
la primavera de 1845, resolvieron elaborar... ver el extracto arriba
en cursiva y más arriba subrayado lo que dice Althusser. Rompieron
con ellos porque eran muy triviales en interpretar a Hegel, porque en
sus obras siempre atacaban las obras de Hegel en lo concerniente al
cristianismo por ello en sus criticas que hace principalmente a
Stirner y Bauer en La Ideología Alemana se refiere a ellos en forma
irónica como San Max y San Bruno respectivamente.
De
todos los que quisieron hacer escarnio de Marx en ese entonces para
apartar el marxismo del marxismo–leninismo, que no fueron pocos, el
más sensato, al que rescatamos, fue Henry Lefebvre, como dice
Marcello Musto que lo cita:
-
“[...] en las obras juveniles de Marx y para precisar, en los Manuscritos económicos – filosóficos de 1844, el pensamiento de Marx se encuentra todavía en germina, en camino, en devenir. […] A nuestro parecer, el materialismo histórico y dialéctico se ha consolidado. No aparece, vale decir, en la obra de Marx (y en la historia de la humanidad) de golpe, a través de una absoluta discontinuidad, después de una ruptura, en el instante X. Se presentan, por lo tanto, dos falsos problemas. Y, de esta manera, el marxismo es dibujado como sistema, como un dogma. […] Una radical novedad tiene que nacer, crecer, tomar forma, justamente por que se trata de una realidad nueva. […] La tesis que atribuye una fecha al marxismo o que intenta fecharlo, corre el alto riesgo de aridecerlo, de interpretarlo unilateralmente. El error, la falsa opción que hay que evitar es lo de sobrestimar o subestimar las obras juveniles de Marx. Ellas ya contienen el marxismo, sin embargo, de forma virtual y, en absoluto, todo el marxismo”27
Así,
ha tenido que ser, los Manuscritos económicos filosóficos del 44,
de Marx, fue el inicio de su monumental obra que dejó reposar o como
dice Lefebvre en germina, en camino [...] Allí la gran talla de la
paciencia de su autor que retomara años más tardes, para no
alimentarla como había hecho con su ideología kantiana anterior,
hasta seguirla madurando. Así, años más tarde, 1857 a 1858 la hizo
crecer y le fue dando forma en los Grundrisse que para unos son
anotaciones, para otros complemento de El Capital y que fueran
publicadas, el original, en 1939. Lo mismo ocurriría con El Capital
que actualizaría o corregiría una y otra vez, por que Marx se
equivocaba, cometía también errores.
Solo
basta echar una mirada ya no a los Manuscritos económicos
filosóficos del 44 sino a los Grundrisse de Marx para darse cuenta
que aquellos fueron de preparación y que los Grundrisse un
complemento de El Capital. Marx se basa en la lógica de Hegel ya no
sólo por la dialéctica sino por las categorías implicadas en
aquella como la cualidad, la cantidad y la medida, con las cuales
Marx aplica y explica su teoría del valor […].
Cuanta
razón tenía Lenin cuando decía que para comprender El Capital hay
que estudiar a Hegel. ¿por qué? Porque en El Capital está la
influencia de Hegel. Lo mismo se podría decir de los Grundrisse.
Será qué Althusser no supo que existía los Grundrisse. [...] Si no
lo hizo conociéndolos fue negligencia y si lo leyó negándolos,
simplemente mintió. Dijo:
-
“que en 1845 Marx nunca fue estrictamente hegeliano, que no influyo en él, es más lanzó la temeraria idea de que fue el mismo Marx quien anuncia en el conjunto de sus obras la “ruptura” el “corte” a partir de 1845. El mismo Marx lo dice. […] Toda la obra de Marx lo demuestra. […] La “ruptura epistemológica” es un punto de no regreso. [...]”28.
Las
obras de Marx son de conocimiento universal y en ninguna de ellas
deja, siquiera, entrever una brecha y mucho menos una ruptura al
interior de su obra29.
Se tendría que ser muy canalla, un embustero, para mentir como un
vulgar bellaco. O, como dice es cuestión de “interpretación”.
Si
bien es cierto que para Marx, Hegel fue una “pesadilla” leerlo,
estudiarlo, interpretarlo; e invertirlo todo un trabajo y una
paciencia reflejada muchos años después en su monumental obra, El
Capital; fue también al mismo tiempo para él una gran satisfacción
disfrutar de esa lectura, transformarla y convertirla en una teoría
capaz de salvar a la humanidad de las garras del capitalis-mo, de ese
capitalismo voraz e inhumano y que en su fase más avanzada, el
imperialismo, sigue siendo tan cruel y despiadado como en ese
entonces. Prueba de ello son fundamentalmente, sus trabajos: M43,
M44, Grundrisse y El Capital. En estos últimos dejó muy claro la
inversión de la dialéctica, de la dialéctica hegeliana a la
dialéctica materialista, es decir la relación entre lo subjetivo y
lo objetivo, entre el ser y el pensar; en otras palabras el
movimiento de los aspectos de estas contradicciones. En sus
Grundrisse, casi todo es hegeliano, y esto en 1857. Pero Althusser
dice, ya que en 1845 hay una “ruptura”. Veamos como se entiende
esto que Marx dice sin mencionarlo y por lo que Lenin dice que hay
que leer a Hegel. Cuando Marx habla sobre la producción en los
Grundrisse30,
dice que la producción es una abstracción en general, separa lo que
es común, lo que es general, de lo demás, es decir separa las
determinaciones de la producción y pareciera que lo que queda es la
“nada”, y aquí esta el quid del asunto, esa “nada” es
lo “indeterminado” (Hegel con respecto al ser: el ser es lo
indeterminado). Las determinaciones que separa son las herramientas,
los medios de producción, las manos del “salvaje”, por eso que
la producción es una categoría resultado de un trabajo pasado
objetivado. Y lo determinado e indeterminado, el movimiento de uno en
el otro y viceversa que los hace idénticos. Mientras que para Marx
eso que para Hegel es lo indeterminado, la nada, para Marx es la
esencia, aquí esta la inversión y en todo la obra se da ver, por
ejemplo en la teoría del valor, el dinero... Mientra que Hegel
reconoce lo objetivo de forma introspectiva, es decir reconoce al
ser. No niega el ser, pero se vale de él para negarlo desde adentro,
desde el Ser-en-Si; por ello que para Hegel el comienzo, el inicio es
la cualidad, y la cualidad es lo inmediato indeterminado, en
otras palabras el puro ser, es decir, la nada.
A
y B tienen en común la parte negra, pero A tiene una parte blanca
que no tiene B por lo tanto A esta más evolucionada que B., b es la
determinación general tanto para A como B si las separamos solo nos
quedaría:
(a)
Para
Hegel “el
Ser, lo inmediato indeterminado, es en
realidad la nada, ni más ni menos que la nada”31.
Pero también por esa ley de identidad de la contradicción para
Hegel, “la verdad”, ojo, a la verdad, dice: “La verdad del ser
–al que
reconoce– es la esencia”. “El ser
es lo inmediato”32
32a
y como ser piensa y busca conocer,
busca la verdad, lo
que el ser es en si y para si, no se detiene en lo inmediato y en sus
determinaciones, por eso el
saber
penetra a través de aquél para encontrar algo más que el ser
mismo, la esencia. Este conocimiento como saber mediato que no es la
esencia y que ni siquiera esta cerca de ella sino que empieza por un
otro, es decir, por el ser, dentro del que tiene que recorrer un
camino que lo lleva a salir de él y a volver a entrar porque sólo a
partir del ser inmediato es que el saber se interna y halla la
esencia por vía de esta mediación. Por eso para Hegel la esencia es
el ser pasado, no el inmediato el indeterminado, sino el
ser pasado intemporal,
es decir a
priori
uno que esta indeterminado en el tiempo, Dios.
Marx,
invierte esto y pone un ejemplo muy claro: ninguna producción es
posible sin un instrumento de producción, aunque este instrumento de
producción sean las manos; pero no solo eso, requiere de otros
medios como instrumentos de producción como el trabajo pasado,
acumulado que llama trabajo vivo*
y el capital. Pero no ese capital alienado, del sistema capitalistas
prostituido, por los gobiernos, sino ese capital como relación
natural, universal y eterna (ver
nota 30). El trabajo vivo deviene, pues, también en trabajo
muerto […]. Pero, ese trabajo pasado, acumulado, es también
trabajo muerto, que se hace trabajo vivo (ver nota al pie). Se
produce una lucha entre el trabajo vivo (la vida) y el trabajo muerto
(el capital) por el coste de la fuerza de trabajo en relación al
tiempo de jornada y la mano de obra barata dentro del sistema.
-
Trabajo vivo:
Agua de la naturaleza hombreharina del trigoSal trabajoCebadaHorno de leña… pan
Todo esto conlleva un proceso dialéctico de cambios cuantitativos en cualitativos.Valor de uso valor de cambioTrabajo muerto:
se externalizaEl capitalismo
se introduceAgua x $+ harina x$+ sal x $...+ trabajo del hombre x$degeneraplusvalor
Como
hemos dicho el capital entre otras cosas es también un instrumento
de producción, es trabajo pasado objetivado, pero si a ese trabajo
se le quita, se deja de lado, lo especifico (lo que es el instrumento
de producción, digamos las manos, por ejemplo), solo nos queda una
relación universal una categoría, cuyas bases se sustenta en lo
material que es el trabajo en la producción. Pero los burgueses, los
idealistas burgueses, dicen, haber sáquenle una foto al capital para
demostrar que existe. Y, esto mismo quieren hacer con la lucha de
clases, el imperialismo, etc., etc. No entienden que las categorías
es la esencia de la realidad objetiva reflejada en el pensamiento.
Hegel entendía la esencia y reconocía la realidad objetiva pero
para él la esencia es un ser superior que trasciende en el tiempo.
Esto
lo analizó bien Marx en la lógica de Hegel y, para que nos vamos a
engañar los marxistas, marxistas leninistas maoista, seguimos
sustentándonos en la dialéctica materialista de Marx pero no
podremos deshacernos de la lógica hegeliana tan fácilmente como lo
plantea Althusser. Ya que por más que Marx la haya puesto en su
justo lugar, tendremos clavado en nuestro ADN marxista la doctrina,
la lógica dialéctica de Hegel.
Fig.
A: ser
inmediato indeterminado
(ver
nota 32a)
“a”
“c” ser
mediato (determinado),
objeto, cosa
ser
inmediato
penetra
penetra
halla
a la “b” o
Fig.
B
(ver
nota 32a)
Big
Bang*
Universo Naturaleza
Microorganismos Peces,
reptiles dinosaurios Ser
Sobre
el Big Bang,
los marxistas deben tener las cosas claras. El B.B. La materia
es eterna. Así de simple. Cuando algunos dicen que se origino de una
partícula más ínfima que un átomo y que en ella se concentraron:
la gravedad, el electro magnetismo, la fuerza nuclear y una
“superfuerza”; partícula que surgió de la nada, me imagino a un
mago sacando un conejo de la chistera, pero luego me pongo serio y
triste recordando a Lavoisier: “la ley de la conservación de la
materia” que establece que la materia no se crea ni se destruye,
solo se transforma. Pero científicos y filósofos burgueses
idealistas, dicen:
“en
el principio no hay nada ni materia ni energía ni nada ni siquiera
espacio vacío que el espacio en si mismo no existe que el tiempo no
pasa porque no existe, que de la nada apareció una bola de fuego más
pequeña que un átomo y de allí el universo que se fue
expandiendo”.
Se
acabo la función, aplausos.
Existen
varias teorías sobre el origen del universo, la del Big Bang, la más
popular, la más amparada y aceptada, aunque no se sostenga.
No
se puede generalizar como lo ha hecho tradicionalmente y
unilateralmente el empirismo como con los cisnes blancos. Muchos no
es todo y, una parte, considerando la inmensidad del universo, menos
todavía. No se puede especular gratuitamente con la “expansión”
del universo “probada”, dicen, por radiaciones de microondas que
provienen del momento en que se “creó” el universo. De esta
expansión surge la teoría de la “inflación” del universo y así
se suceden las especulaciones hasta el resultado que “comprueban”
y confirman todas las especulaciones. Unas imágenes primi-genias del
universo con límites y la existencia de las radiaciones que
persisten hasta nuestros días son las pruebas que presentan los
científicos idealistas. Surge entonces la pregunta ¿qué es lo que
hay por fuera de esos límites? Porque si la expansión se sigue
dando cabe la especulación de que en algún momento el universo
pueda explotar, ya hay quienes dicen que puede colapsar y
retrotraerse a la nada. Tienen problema en los dos extremos en el
origen y en los limites. En el origen encontraron una solución
creacionista en la nada. Una explosión tomando como referencia la
expansión de las ondas tras la explosión de la bomba atómica, en
el otro extremo. Dos absurdos. Así confirman la teoría del BB y
concluyen que el Universo fue creado espontáneamente de la nada
absoluta, por generación espontanea32b.
De
la nada no surge nada. El presidente Gonzalo dice: la materia es
eterna, está en eterno moví-miento y es inagotable. Cuántos
procesos estarán desarrollándose...32c.
por lo tanto nos aferramos a la ley de Lavoisier: la ley de la
conservación de la materia que establece que la materia no se crea
ni se destruye, solo se transforma. Marx, Engels, Lenin, Mao y
Gonzalo dicen que lo fundamental de la dialéctica es la unidad de
los contrarios. Pero más aún, la dialéctica es el motor del
cambio, de la transformación, viene operando desde la eternidad y lo
seguira haciendo transformando la materia. Así lo ha hecho hasta que
apareció el hombre sobre la tierra al cual también transformó.
Así,
pues, si ellos, los idealistas burgueses, afirman y se reafirman en
la creación del universo a partir de la nada, ¿qué debemos hacer
los marxistas? Debemos contraponer la unidad de los contra-ríos:
algo a la nada, esto es, la existencia a la no existencia, la materia
a la no materia.
Lo
que nos están diciendo es que de la nada, surgió la materia; es
decir, que el espíritu es lo primario y la materia lo secundario.
Esto no lo podemos admitir no sólo por principio sino por la verdad
en sí. Pero más aún, cuando nos dicen que fue por generación
espontánea, nos quieren volver así, a la época del oscurantismo.
Después de haber dejado atrás esa etapa y con los adelantos de la
física cuántica (átomos, neutrones, protones, electrones,
quars...) volver, para concluir que todo esto salió de la nada, por
generación espontanea. Y qué es la nada, la nada es la no
existencia. Explicar actualmente el universo de esta manera nos lleva
a pensar que no hemos aprendido nada acerca de la materia. Hablan
también del vacío (del espacio vacío) entonces nosotros les
refutamos con la unidad de contrarios, unidad con dos aspectos:
lleno-vacío. Porque no somos dogmáticos porque lo que ahora está
vacío mañana estará lleno y viceversa, en eso consiste la
dialéctica. Por eso los racionalistas como los empíricos son
dogmáticos y metafísicos.
Así
es como Hegel a través del conocimiento nos retrotrae a la nada.
*Autor (es): Musto, Marcello: “...Las primeras que aparecieron fueron en Oriente: en Japón (1958-1965) y China (1962-1978). En la Unión Soviética recién vio la luz en 1968-1969 una edición rusa, como complemento a la segunda edición ampliada de las Sochineniya (1955-66). Su anterior exclusión tuvo una repercusión más grave, ya que dio como resultado una ausencia similar en las Marx-Engels Werke (MEW) de 1956-1968, que reproducían la selección de textos soviética. Los MEW -es decir la edición más ampliamente usada de las obras de Marx y de Engels, así como la fuente de la traducción a la mayoría de los demás idiomas- fue, por lo tanto, privada de los Grundrisse hasta su eventual publicación como complemento en 1983.
“Los
Grundrisse también comenzaron a circular en Europa
Occidental a fines de la década de 1960. La primera traducción
apareció en Francia (1967-1968) pero era de inferior calidad y tuvo
que ser reemplazada por una más fidedigna en 1980. Le siguió una
versión italiana entre 1968 y 1970, siendo significativo que la
iniciativa proviniera, al igual que en Francia, de una editorial
independiente del Partido Comunista...”.
*
“La violencia es la partera
de toda sociedad vieja preñada de una nueva” (K. Marx, El
Capital, Trad.
Pedro Scaron,
México
siglo XXI, editores 2002, t, 1 vol 3, p940)
**
El humanismo de Marx, es un
humanismo proletario, diferente del humanismo burgués. El humanismo
de Marx es el humanismo que llevan en sus entrañas los seres
humanos que sufren y que son capaces de sacrificarlo todo por
aliviar el de su prójimo. Ese humanismo es también el de Lenin,
Stalin, Mao, presidente Gonzalo... y el de muchos héroes anónimos
que dieron su vida por un mundo mejor para la humanidad; ese
humanismo es el que llevamos reprimido y el cual Marx nos mostró
hace más de un siglo. El otro humanismo, el burgués es el que hay
que eliminar de la faz de la tierra, es hipocresía, alienación,
ignorancia, oscurantismo...
*Henry
Ey, P. Bernard, Ch. Brisset: Tratado de Psiquiatría: la maduración
del sistema nervioso comienza con la experiencia y va a formar con
ella relaciones entre lo subjetivo y lo objetivo...
**Lenin,
en materialismo y empiriocriticismo, la teoría del reflejo: Que la
conciencia en general refleja el ser, es una tesis general de todo
materialismo. Y no es posible no ver su conexión directa e
indisoluble con la tesis del materialismo histórico que dice: la
conciencia social refleja el ser social. [... ] El materialismo en
general reconoce la existencia real y objetiva del ser (la materia),
independiente de la conciencia, de las sensaciones, de la
experiencia, etc. de la humanidad. El materialismo histórico
reconoce el ser social independiente de la conciencia social de la
humanidad. La conciencia, tanto allí como aquí, no es más que un
reflejo del ser, en el mejor de los casos su reflejo
aproximadamente
exacto (adecuado, ideal en cuanto a precisión). No se puede arrancar ningún postulado fundamental, ninguna parte esencial a esta filosofía del marxismo, forjada en acero, de una sola pieza, sin apartarse de la verdad objetiva, sin caer en brazos de la mentira burguesa reaccionaria.
exacto (adecuado, ideal en cuanto a precisión). No se puede arrancar ningún postulado fundamental, ninguna parte esencial a esta filosofía del marxismo, forjada en acero, de una sola pieza, sin apartarse de la verdad objetiva, sin caer en brazos de la mentira burguesa reaccionaria.
*Aquí,
ese trabajo acumulado que Marx llama, trabajo vivo, es ese trabajo
originario en la producción de mercancía que tenía un valor de
uso y de intercambio y en el que el capital mediaba como una
relación sin fines de lucro ni en beneficios de nadie que no sea
las necesidades del ser humano. Cuando ese trabajo acumulado
abandona ese modelo y es subsumido en el capital deja de ser trabajo
vivo para convertirse en trabajo muerto objetivado. La fuerza de
trabajo deja de ser tal para tener un valor en el mercado. Ese
trabajo vivo degenera al recibir por él, un precio. Ahora ese
trabajo tiene un valor y con ello surge la categoría del plusvalor
que no viene hacer sino el exceso de trabajo no remunerado, una
inmoralidad, un robo. Por
eso el marxismo, no solo es una ideología científica; sino, algo
más que eso, una ética y El Capital un libro de ciencia, de ética
y además una guía para combatir la inmoralidad, el robo.
Sabemos que el capital es dinero, quien no lo sabe, pero ese capital
es el dinero que se obtiene con el plusvalor, al capitalista no le
cuesta nada –invierte, y una vez recuperada la inversión–, todo
el dinero que genera es por el plusvalor, todo es ganancia a
expensas del trabajo vivo. Esta inmoralidad Marx la expresa en el
capital donde hace alusión al vampiro que chupa la sangre, dice
“El
capital es trabajo muerto, que, como el vampiro, vive solo de chupar
el trabajo vivo, y vive cuanto más trabajo chupa”.
Ej: producción de pan: ver esquema, abajo.
*
Hegel al retroceder en el
tiempo se remonta a la nada según la teoría del “Big
Bang” hace
aproximadamente 15 mil millones de años.
1.-
Notas filosóficas del presidente Gonzalo 1987
2.-
F. Engels: “Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana”: “...En vista de ello, entregamos el manuscrito a la
crítica roedora de los ratones, muy de buen grado, pues nuestro
objeto principal: esclarecer nuestras propias ideas, estaba ya
conseguido”.
3.-
L. Althusser :La revolución teórica de Marx: Cap. 6. Sobre la
dialéctica materialista (de la desigualdad de los orígenes).
4.-
Mao Tsetung: “Sobre la contradicción”: I.- Las dos
concepciones del mundo .- Sólo cuando Marx y Engels, los grandes
protagonistas del movimiento proletario crearon la gran teoría del
materialismo dialéctico y del materialismo histórico sintetizando
todo lo positivo conquistado en la historia del conocimiento humano
y, en particular, asimilando críticamente los elementos
racionales de la dialéctica hegeliana, se produjo en la historia
del conocimiento humano una gran revolución sin precedente. Esta
gran teoría ha sido desarrollada posteriormente por Lenin y Stalin.
5.-
Arthur Eddington: “Einstein ha sido llamado a proseguir la
revolución iniciada por Copérnico: liberar a nuestra concepción
de la naturaleza del sesgo terrestre injertado
por las limitaciones de nuestra experiencia intrínsecamente
ligada a la tierra”.
6.-
Así, uno antecede a otro. La teoría de Einstein va más allá de
la mecánica, generalizando la ley de Newton a otro nivel, más
ligero. Se produce un salto cualitativo al desarrollar la teoría de
Galileo “los cuerpos caen con la misma aceleración con
independencia de cual sea su masa”. Así también conforme a la
ley de la gravedad, la luz también es atraída por esta sin que
posea una masa pero si un equivalente, según el descubrimiento de
Galileo: “La ley de la equivalencia de las masas inercial y
gravitatoria” de lo que Einstein dedujo que masa y energía son
dos presentaciones de la misma cosa. La teoría de la gravedad de
Newton se habría desarrollado con los aportes de Einstein a un
plano muy superior...
7.-
Manuscrito de 1843 conocido, como “crítica de la filosofía del
Estado de Hegel”
8.-
Manuscritos de 1884 conocido como: “manuscritos
económicos-filosóficos del 44” o también como “manuscritos de
París”
9.-
Marcello Musto: El mito del “joven Marx” en las interpretaciones
de los manuscritos económico-filosóficos de 1844*
10.-David
Riazánov, su verdadero nombre, David Borisovich Gondendach. Fue
director del IME purgado en 1931 por Stalin. Historiador y filosofo
fue un gran recopilador y difusor de las obras de Marx y Engels así
como un gran marxista anti – leninista. Amigo de Kaustki y
Berstein, colaboró con el primero en la revista Neue Zeit.
Participo en la revolución rusa de 1905 siendo deportado. Regreso a
Rusia tras el triunfo de la revolución en 1917 …
11.-
F. Engels: “Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana”.- Si podemos demostrar la exactitud de nuestro modo de
concebir un proceso natural reproduciéndolo nosotros mismos,
creándolo como resultado de sus mismas condiciones, y si, además,
lo ponemos al servicio de nuestros propios fines, damos al traste
con la “cosa en si” inaprensible de Kant.
12.-
Gastón Bachelard.- Filósofo con tendencia espiritualista como
tantos otros filósofos posmodernistas como Lacan, Husserl entre
otros, Bachelard, en su obra “Contribución a un psicoanálisis
del conocimiento objetivo”, al Igual que Popper niega el
inductivismo, Bachelard rompe –ruptura epistemológica– con
él. Escribe en dicha obra: Hay que aceptar, pues, una verdadera
ruptura entre el conocimiento sensible y el conocimiento científico.
En otras palabras entre lo concreto y lo abstracto. La abstracción
es para Bachelard el camino, la dirección a la que apunta el
espíritu
científico cuyo trabajo es abandonar lo concreto para ir a formas más racionales y abstractas. Este espíritu científico en su formación pasa por tres estadios: 1º.- El estado concreto, en el que el espíritu se apoya en los fenómenos y la diversidad de las cosas. 2º.- El estado concreto-abstracto, en el que el espíritu adjunta a la experiencia física esquemas geométricos y se apoya sobre una filosofía de la simplicidad. El espíritu se mantiene todavía en una situación paradójica: está tanto más seguro de su abstracción cuanto más claramente esta abstracción está representada por una intuición sensible. Entre lo concreto y lo abstracto, una zona intermedia en la que el espíritu pretende conciliar las matemáticas y la experiencia, las leyes y los hechos. 3º.- El estado abstracto, en el que el espíritu emprende informaciones voluntariamente substraídas a la intuición del espacio real, voluntariamente desligadas de la experiencia inmediata y hasta polemizando abiertamente con la realidad básica, siempre impura, siempre informe.
Por último para caracterizar estas etapas falta según Bachelard el componente afectivo, aquí es donde Bachelard hace intervenir el Psicoanálisis para desplazar ciertos intereses que caracterizan a estos estados unificados en una ley, la ley de los tres estados del espíritu científico o la ley de los tres estados del alma. Estos intereses son: Alma pueril o mundana, animada..., Alma profesoral, orgullosa de su dogmatismo..., el alma en trance de abstraer y de quintaesenciar, conciencia científica dolorosa... Hemos visto los tres estados de formación del espíritu científico según Bachelard. Esto se corresponde en la historia en tres periodos: periodo precientífico, periodo científico y la era del nuevo espíritu científico en 1905, en el momento en que la Relatividad einsteiniana deforma conceptos primordiales que se creían fijados para siempre. A partir de esta fecha, la razón multiplica sus objeciones, disocia y reconfigura las nociones fundamentales y ensaya las abstracciones más audaces. Pero para Bachelard ese espíritu científico se topa con dificultades inmanentes a su propia actividad que provocan confusiones, detenimientos y regresiones en su avance. Para dar cuenta de tales dificultades, Bachelard elabora la categoría de "obstáculo epistemológico". Marcela Renée Becerra Batán, al respecto escribe: “Bachelard plantea entonces un psicoanálisis especial: el "psicoanálisis de la razón" o "del conocimiento objetivo", orientado hacia el discernimiento y la remoción de los obstáculos epistemológicos, para luego posibilitar la actividad científica. Este psicoanálisis intenta en primer lugar caracterizar y descubrir los intereses afectivos básicos del sujeto de conocimiento; intereses diversos y contradictorios que no siempre convergen a favor del trabajo científico. El
psicoanálisis bachelardiano es también caracterizado como una "catarsis intelectual y afectiva" (FEC, P. 21 ), sin la cual una cultura científica no puede iniciarse ni progresar. [En este sentido igualmente L. Althusser dice: “por el contrario, parece que el único recurso de Marx a Hegel en su juventud, en vísperas de su ruptura con su «antigua conciencia filosófica», produjo la prodigiosa «abreacción»*'** indispensable para la liquidación de su conciencia «desordenada»]. […] En el último capítulo, denominado "Objetividad científica y Psicoanálisis", Bachelard formula el primer postulado de su epistemología: "el objeto no puede designarse de inmediato como 'objetivo'; en otros términos, una marcha hacia el objeto no es inicialmente objetiva" (FEC, p. 282), Lo primero no es, pues, la captación objetiva de algo dado, sino una red de, errores subjetivos que remiten a lo inconsciente, a partir de la cual tiene lugar el encuentro con el objeto. Alcanzar la objetividad científica exige entonces una ruptura con la experiencia básica y una rectificación subjetiva. Ahora bien, estas rupturas y rectificaciones no se dan en soledad, sino que suponen los controles sociales que brindan las instituciones en las cuales se produce y se enseña ciencia. Asimismo, en tales instituciones, pueden darse las condiciones para promover entre los sujetos el psicoanálisis del conocimiento, objetivo.
científico cuyo trabajo es abandonar lo concreto para ir a formas más racionales y abstractas. Este espíritu científico en su formación pasa por tres estadios: 1º.- El estado concreto, en el que el espíritu se apoya en los fenómenos y la diversidad de las cosas. 2º.- El estado concreto-abstracto, en el que el espíritu adjunta a la experiencia física esquemas geométricos y se apoya sobre una filosofía de la simplicidad. El espíritu se mantiene todavía en una situación paradójica: está tanto más seguro de su abstracción cuanto más claramente esta abstracción está representada por una intuición sensible. Entre lo concreto y lo abstracto, una zona intermedia en la que el espíritu pretende conciliar las matemáticas y la experiencia, las leyes y los hechos. 3º.- El estado abstracto, en el que el espíritu emprende informaciones voluntariamente substraídas a la intuición del espacio real, voluntariamente desligadas de la experiencia inmediata y hasta polemizando abiertamente con la realidad básica, siempre impura, siempre informe.
Por último para caracterizar estas etapas falta según Bachelard el componente afectivo, aquí es donde Bachelard hace intervenir el Psicoanálisis para desplazar ciertos intereses que caracterizan a estos estados unificados en una ley, la ley de los tres estados del espíritu científico o la ley de los tres estados del alma. Estos intereses son: Alma pueril o mundana, animada..., Alma profesoral, orgullosa de su dogmatismo..., el alma en trance de abstraer y de quintaesenciar, conciencia científica dolorosa... Hemos visto los tres estados de formación del espíritu científico según Bachelard. Esto se corresponde en la historia en tres periodos: periodo precientífico, periodo científico y la era del nuevo espíritu científico en 1905, en el momento en que la Relatividad einsteiniana deforma conceptos primordiales que se creían fijados para siempre. A partir de esta fecha, la razón multiplica sus objeciones, disocia y reconfigura las nociones fundamentales y ensaya las abstracciones más audaces. Pero para Bachelard ese espíritu científico se topa con dificultades inmanentes a su propia actividad que provocan confusiones, detenimientos y regresiones en su avance. Para dar cuenta de tales dificultades, Bachelard elabora la categoría de "obstáculo epistemológico". Marcela Renée Becerra Batán, al respecto escribe: “Bachelard plantea entonces un psicoanálisis especial: el "psicoanálisis de la razón" o "del conocimiento objetivo", orientado hacia el discernimiento y la remoción de los obstáculos epistemológicos, para luego posibilitar la actividad científica. Este psicoanálisis intenta en primer lugar caracterizar y descubrir los intereses afectivos básicos del sujeto de conocimiento; intereses diversos y contradictorios que no siempre convergen a favor del trabajo científico. El
psicoanálisis bachelardiano es también caracterizado como una "catarsis intelectual y afectiva" (FEC, P. 21 ), sin la cual una cultura científica no puede iniciarse ni progresar. [En este sentido igualmente L. Althusser dice: “por el contrario, parece que el único recurso de Marx a Hegel en su juventud, en vísperas de su ruptura con su «antigua conciencia filosófica», produjo la prodigiosa «abreacción»*'** indispensable para la liquidación de su conciencia «desordenada»]. […] En el último capítulo, denominado "Objetividad científica y Psicoanálisis", Bachelard formula el primer postulado de su epistemología: "el objeto no puede designarse de inmediato como 'objetivo'; en otros términos, una marcha hacia el objeto no es inicialmente objetiva" (FEC, p. 282), Lo primero no es, pues, la captación objetiva de algo dado, sino una red de, errores subjetivos que remiten a lo inconsciente, a partir de la cual tiene lugar el encuentro con el objeto. Alcanzar la objetividad científica exige entonces una ruptura con la experiencia básica y una rectificación subjetiva. Ahora bien, estas rupturas y rectificaciones no se dan en soledad, sino que suponen los controles sociales que brindan las instituciones en las cuales se produce y se enseña ciencia. Asimismo, en tales instituciones, pueden darse las condiciones para promover entre los sujetos el psicoanálisis del conocimiento, objetivo.
*Abreagieren.
Fr.: abréaction. Ing.: abreaction. It.: abreazione. Por.: abreação.
Descarga emocional, por medio de la cual un individuo se libera del
afecto ligado al recuerdo de un acontecimiento traumático, lo que
evita que éste se convierta en patógeno o siga siéndolo. La
abreacción puede ser provocada en el curso de la psicoterapia,
especialmente bajo hipnosis, dando lugar a una catarais; pero
también puede producirse de forma espontánea, separada del trauma
Inicial por un Intervalo más o menos prolongado. El concepto de
abreacción sólo puede comprenderse recurriendo a la teoría de
Freud acerca de la génesis del síntoma histérico, tal como la
expuso en El mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos (über
den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene, 1893)(a). La
persistencia del afecto ligado a un recuerdo depende de varios
factores: el más importante de ellos es la forma como el sujeto
reacciona frente a un determinado acontecimiento. Esta reacción
puede consistir en reflejos voluntarios o involuntarios, y abarcar
desde el llanto hasta la venganza. Si tal reacción es lo
suficientemente intensa, gran parte del afecto ligado al
acontecimiento desaparece. Si esta reacción es reprimida
(unterdrückt), el afecto persiste ligado al recuerdo. Así, pues,
la abreacción constituye el mecanismo normal que permite al
individuo reaccionar frente a un acontecimiento y evitar que éste
conserve un quantum de afecto demasiado importante. Con todo, para
que esta reacción posea un efecto catártico, es preciso que sea
«adecuada». La abreacción puede ser espontánea, es decir, seguir
al acontecimiento con un intervalo lo bastante breve como para
impedir que su recuerdo se halle cargado de un afecto lo
suficientemente intenso para convertirse en patógeno.
**La
falta de abreacción determina que ciertos grupos de
representaciones, que se hallan en el origen de los síntomas
neuróticos, subsistan en estado inconsciente y aislados del curso
normal del pensamiento: «Las representaciones que se han vuelto
patógenas conservan su actividad por el hecho de no hallarse
sometidas al desgaste normal por la abreacción, y por la
imposibilidad de su reproducción en los estados asociativos
libres». Breuer y Freud distinguieron las diversas clases de
condiciones que impiden al individuo abreaccionar. Algunas de ellas
dependerían, no de la naturaleza del acontecimiento en sí, sino
del estado psíquico en que se hallaba el sujeto en el momento de
producirse aquél: susto, auto-hipnosis, estado hipnoide; otras van
ligadas a circunstancias, generalmente de tipo social, que obligan
al individuo a contener sus reacciones. Finalmente, puede tratarse
de un acontecimiento que «[...] el enfermo quiso olvidar y que
rechazó, inhibió, suprimió intencionadamente, alejándose de su
pensamiento consciente».
13.-
ver nota 12
14.-
L. Althusser: La revolución teórica de Marx: Cap. 6. Sobre el
materialismo dialéctico (de la desigualdad de los orígenes):
solución práctica y problema teórico. ¿Por qué la teoría?.-
Decir que es un problema teórico, implica que una solución teórica
dar un conocimiento nuevo, ligado orgánicamente a los otros
conocimientos de la teoría marxista... Lo que se trata de enunciar
bajo la forma del problema y de solución teórica, existe ya en la
practica del marxismo. No solamente la practica marxista ha
encontrado esa “dificultad” y a comprobado que es real y no
imaginario, sino, más aún, dentro de sus propios limites la ha
“liquidado” y vencido. La solución de nuestro problema teórico
existe ya, desde hace mucho tiempo, en la practica marxista.
Plantear y resolver nuestro problema teórico consiste por lo tanto
finalmente en enunciar la “solución”, que existe en estado
practico,.. Este simple “enunciado” teórico implica, por lo
tanto, al mismo tiempo, la producción de un enunciado y la critica
de una ilusión.
15.-
José Romero: En torno a Althusser: rasgos autobiográficos: Mi
historia es trivial, nací en 1918 cerca de Argel. Mi padre empleado
de la banca, mi madre, maestra […] en el instituto y la
universidad fui católico militante. La iglesia había puesto en pie
sus organizaciones en los años treinta para contener la influencia
de las ideas “socialistas”. Y así nos rindió un sacrosanto
servicio. Nosotros eramos hijos de pequeños burgueses. Nuestro
capellán nos hablaba de la cuestión social. Eso nos hizo ganar
tiempo. Por una 'astucia de la historia', la mayoría de mis
compañeros de esa época se hicieron comunista. El Frente Popular,
la guerra de España, la guerra contra el fascismo, la resistencia
nos hicieron ver de cerca la 'cuestión social', y nos enseñaron su
verdadero nombre: lucha de clases. En 1848 me convertí en profesor
de filosofía y me afilie al partido comunista francés... (De una
carta de Althusser a María Antonieta Macciocchi). 15a.- Pero
realmente Althusser se desprendió radicalmente de su Cristianismo
de su catolicismo para hacerse marxista, marxista leninista, y ateo.
Hay quienes opinan que no que Althusser fue un devoto católico
desde su infancia hasta su muerte Agon Hamza, por ejemplo, dice en
su trabajo: Del Cristianismo al Comunismo: sobre Althusser y
Pasolini, El recorrido intelectual de Althusser comienza con el
catolicismo, bajo la influencia de su amigo Jean Guitton, un cura
católico que fue, quizás la persona con mayor peso en su formación
intelectual. Althusser seguirá siendo un católico por el resto de
su vida, incluso después de afiliarse al Partido Comunista Francés.
Unos párrafos mas abajo agrega: Althusser deviene “Comunista
porque fue Católico”: No cambié de fé, encontré que….puede
decirse que me mantuve Cristiano en el fondo, no voy a la iglesia,
pero qué sentido tiene hoy la iglesia? Uno no pide a la gente que
asista a la iglesia en estos días, no? Permanecí católico, i.e.
universalista, internacionalista, no? Entendí que en el partido
comunista había medios más adecuados para realizar la fraternidad
universal…
Lo que Althusser dice es que, en su convicción, el Comunismo es el cristianismo realizado por otros medios. Habría que leer todo el trabajo Agon Hamza https://drive.google.com/open?id=1HEvhYcgR74UIxR8XZj8kb3UNfl0jQd1M y el publicado en el siguiente enlace: http://www.robertexto.com/archivo6/althuser_1.htm#jov para determinar la catadura del impostor Althusser.
Lo que Althusser dice es que, en su convicción, el Comunismo es el cristianismo realizado por otros medios. Habría que leer todo el trabajo Agon Hamza https://drive.google.com/open?id=1HEvhYcgR74UIxR8XZj8kb3UNfl0jQd1M y el publicado en el siguiente enlace: http://www.robertexto.com/archivo6/althuser_1.htm#jov para determinar la catadura del impostor Althusser.
16.-
Lenin a Marx: Marx
era entonces todavía un idealista hegeliano. En Berlín se adhirió
al círculo de los "hegelianos de izquierda" (Bruno Bauer
y otros), que se esforzaban por extraer de la filosofía de Hegel
conclusiones
ateas y revolucionarias. L. Althusser: en For Marx escribe: “...
el
joven Marx nunca
fue estrictamente hegeliano,
excepto en el último
texto
de su período ideológico-filosófico; más bien, fue primero un
Fichteano kantiano, luego un Feuerbachiano. Por lo tanto, la tesis
de que el joven Marx era hegeliano, aunque ampliamente creído hoy
en día, es en general un mito. Por el contrario, parece que el
único recurso de Marx a Hegel en su juventud, en vísperas de su
ruptura con su «antigua conciencia filosófica», produjo la
prodigiosa «abreacción» indispensable para la liquidación de su
conciencia «desordenada». Hasta entonces, siempre había mantenido
su distancia de Hegel y, para comprender el movimiento por el cual
pasó de sus estudios
universitarios hegelianos a
una problemática kantiana-Fichteana y de ahí a una problemática
feuerbachiana, debemos comprender que, lejos de estar cerca de
Hegel, Marx se alejó más
y más de él.
Althusser
tiene un problema para definir la posición de Marx en ese entonces
el termino estrictamente precedido de nunca niega la calificación
que se la da como queriendo rebajar su dureza pero lo único que
consigue es negar el significado del termino o en el mejor de los
casos para él amortiguarlo digamos como débil o blando. A
diferencia de Lenin que dice que Marx era en ese entonces todavía
hegeliano. Tal vez por ello algunos filósofos como H. Lefebvre,
“... el joven Marx nunca ha sido hegeliano...”, ver, nota 48;
El mito del “joven Marx” en las interpretaciones de los
manuscritos económicos - filosóficos de 1844., de Marcello Musto.
17.-
F. Engels: “Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana” IV .- Esta corriente no se contentaba con dar de lado a
Hegel; por el contrario, se agarraba a su lado revolucionario, al
método dialéctico, tal como lo dejamos descritos más arriba.
Pero, bajo su forma hegeliana este método era inservible. En Hegel,
la dialéctica es el autodesarrollo del concepto. El concepto
absoluto no sólo existe desde toda una eternidad –sin que sepamos
dónde–, sino que es, además, la verdadera alma viva de todo el
mundo existente.
18
.- Historia general del socialismo de 1945 a nuestros días
(destinolibro 236) Cap. VII El socialismo democrático: el
socialismo democrático se presenta como heredero del reformismo
dada sus formas de desarrollo en los grandes países de Europa
Occidental y central muy industrializados, donde, bajo diferentes
formas, la esperanza de una modificación de las estructuras
sociales existentes ya no aparece como ligada a una revolución
violenta, sino al triunfo de una nueva mayoría parlamentaria dentro
del Estado pluralista y democrático. Aunque en ningún sitio se
haya logrado perfectamente, esta forma de socialismo se encuentra
limitada territorialmente a los Estados que han tenido, durante el
siglo XIX y parte del siglo XX una organización capitalista de la
economía hay una estructura política que permite el libre
desarrollo de las instituciones democráticas.
19
.- Historia general del socialismo de 1945 a nuestros días
(destinolibro 236) Cap. VII El socialismo democrático: La
organización internacional del mundo libre, fue creada por
sugerencia de algunos miembros laboristas del gabinete de Churchill
durante la II GM, se decidió en la conferencia de Clacton-on-Sea,
en mayo de 1946, la reconstrucción de una Internacional Socialista
que fuera un polo de resistencia contra el comunismo y sus
simpatizantes. De este modo es formado en Londres un Comité de
Defensa Socialista Internacional (COMISCO), cuyos trabajos,
dirigidos por socialistas británicos y alemanes desembocaran en
1951 en la reunión de un Congreso Internacional en Francfort del
Main en el que estarán representado 34 partidos. Al lado del
secretario, el austriaco Julius Braunthal, historiador del
movimiento obrero internacional, el representante obrero era Morgan
Philipps entonces secretario de Labourt Party, quien en un discurso
anterior había presentado el metodismo británico, no al marxismo,
como una de las principales fuentes de inspiración del socialismo.
De hecho, la nueva Internacional Socialista agrupaba exclusivamente
a los paíse miembros de la OTAN, ligados por consiguiente a la
política de Estados Unidos. [...]
20
.- L. Althusser: Nota: For Marx: Ver Molitor, trans., (OEuvres
philosophiques
de Marx,
Ed. Costès, Vol. IV, 'Introducción' por Landshut y Mayer: 'Está
claro que la base de la tendencia que presidió el análisis hecho
en El capital
es.
... la hipótesis tácita que solo puede restaurar una justificación
intrínseca a toda la tendencia de la obra más importante de Marx
... estas hipótesis fueron precisamente el tema formal de la obra
de Marx antes de 1847. Para el autor de El capital
de
ninguna manera representan errores juveniles de los que se liberó
progresivamente a medida que maduró su conocimiento, y que fueron
desechados como desperdicio en el proceso de su purificación
personal. Más bien, en las obras de 1840 a 1847, Marx abrió todo
el horizonte de las condiciones históricas y aseguró la base
humanitaria general sin la cual cualquier explicación de las
relaciones económicas seguiría siendo meramente el trabajo de un
buen economista. Cualquiera que no capte este hilo oculto que es el
tema de su trabajo inicial y que recorre todas sus obras no podrá
entender a Marx ... los principios de su análisis económico se
derivan directamente de "la realidad verdadera". del
hombre "'(pp. XV-XVII).' Una ligera alteración en la primera
oración del Manifiesto
Comunista nos
daría: "La historia de toda la sociedad hasta ahora existente
es la historia de la auto-alienación del hombre ..." '(p.
XLII), etc. El artículo de Pajitnov,' Les
Manuscrito de 1844'
(Recherches,
pp. 80 -96) es una valiosa revisión de los principales autores de
esta corriente revisionista "joven-marxista".
21.-
R.
Garaudy: "Deberíamos darnos cuenta de cuánto nos arriesgamos
a arrojar por la borda si subestimamos la herencia hegeliana en
Marx: no solo sus obras juveniles, Engels y Lenin, sino también el
propio Capital".
R. Garaudy, 'A
propos des manuscrits de 44',
Cahiers
du Communisme,
marzo de 1963, pág. 118
22
.- L. Althusser: For Marx: La
problemática hegeliana inspira un texto absolutamente único,
que es un intento riguroso de "invertir" el idealismo
hegeliano, en sentido estricto, en el pseudo-materialismo de
Feuerbach: este texto es el de los Manuscritos
de 1844. Paradójicamente,
por lo tanto, si excluimos la disertación de doctorado, que sigue
siendo el trabajo de un estudiante, el joven Marx nunca
fue estrictamente hegeliano,
excepto en el último
texto
de su período ideológico-filosófico; más bien, primero fue un
Fichteano Kantiano, luego un Feuerbachiano. De modo que la tesis de
que el joven Marx era un hegeliano, aunque hoy se cree ampliamente,
es en general un mito. Por el contrario, parece que el único
recurso de Marx a Hegel en su juventud, en vísperas de su ruptura
con su "antigua conciencia filosófica", produjo la
prodigiosa "abreacción" indispensable para la liquidación
de su conciencia "desordenada". Hasta entonces, siempre
había mantenido su distancia de Hegel, y para comprender el
movimiento por el cual pasó de sus estudios
universitarios hegelianos a
una problemática kantiana-Fichteana y de allí a una problemática
feuerbachiana, debemos comprender que, lejos de estar cerca de
Hegel, Marx se fue distanciando más
y más de él
23
.- José Carlos Mariátegui: En defensa del marxismo: critica a la
posición anti-marxista de Henri De Man.
24.-
Henri De Man: Articulo: Un Marx recién descubierto,
25
.- Carta de Marx a su padre: I. CARTA AL PADRE: I. CARTA AL PADRE
(Berlín, a 10 de noviembre de 1837) ¡Querido padre! Hay momentos
en la vida que se sitúan como señales fronterizas ante una etapa
recorrida, pero que al mismo tiempo señalan con determinación en
una nueva dirección. En tales momentos de transición, nos sentimos
apremiados a contemplar el pasado y el presente con la mirada de
águila del pensamiento para llegar a la conciencia de nuestra
posición real… Pero en tales momentos, el individuo se hace
lírico, ya que toda metamorfosis es, en parte, un canto de cisne,
en parte la obertura de un gran y nuevo poema que busca forma en
colores todavía borrosos o espléndidos. Y sin embargo, quisiéramos
erigir un monumento a lo ya vivido, de manera que recupere en el
sentimiento el lugar que perdió para la acción. Y ¿dónde
encontraría un asilo más santo que en el corazón del padre, dónde
el más benévolo de los jueces, el más íntimo de los amigos, el
sol del amor, cuyo fuego calienta lo más íntimo de los
esfuerzos?... Cuando os dejé, había nacido para mí un nuevo
mundo, el del amor; y era el comienzo de un amor embriagado por la
nostalgia y vacío de esperanza. Incluso el viaje hacia Berlín, que
me hubiera fascinado en otras circunstancias en el más alto grado y
me hubiera impulsado a contemplar la naturaleza, me hubiera
inflamado de ansia vital, me dejó frío, me deprimió
ostensiblemente, pues las rocas que contemplaba no eran más rudas,
no eran más atrevidas que las impresiones de mi alma; las amplias
ciudades no eran más vivientes que mi sangre, los banquetes de las
pensiones no eran más recargados e indigeribles que los paquetes de
fantasía que llevaba conmigo y, finalmente, el arte no era tan
bello como Jenny.
Una vez llegado a Berlín, rompí todos los vínculos que hasta entonces persistían, hice con desagrado escasas visitas y busqué adentrarme en las ciencias y el arte. De acuerdo con la situación espiritual entonces tenía que ser necesariamente la poesía lírica el primer proyecto, por lo menos el más agradable, el más próximo; pero como resultado de mi situación y de todo mi desarrollo anterior, fue puramente idealista. Mi arte, mi cielo, se convirtió en un más allá lejano como mi amor. Todo lo real se diluyó, todo lo difuso no encuentra límites… Pero, en adelante, la poesía sólo podría y debería ser compañía; tenía que estudiar jurisprudencia y sentía sobre todo el impulso a emprenderlas con la filosofía. Ambas cosas resultaron tan ligadas, que trabajé de manera puramente acrítica, sólo escolarmente… traduciendo por ejemplo al alemán los dos primeros libros de Pandectas, pues en parte buscaba introducir una filosofía del derecho a través del dominio del derecho. Como introducción adelanté algunas frases metafísicas y llevé esta obra desgraciada hasta el derecho público, un trabajo de cerca de 300 cuartillas. Sobre todo destacaba aquí, de la manera más perturbadora, la misma contraposición entre lo real y lo que debe ser, que es propia del idealismo, y que era el origen de la torpe e incorrecta división. En primer lugar venía la “metafísica del derecho”, bautizada así tan piadosamente por mí; ello significaba los principios, las reflexiones, las definiciones, separados de todos los derechos reales y de toda forma real del derecho, tal y como acontece en Fichte, sólo que en mi caso parecía más moderno y con menos contenido. Además, la forma no científica del dogmatismo matemático, en el cual el sujeto merodea alrededor de la cosa, razona aquí y allá, sin que la cosa misma se conforme a sí misma, desplegándose en toda su riqueza y como algo viviente, era de antemano el primer obstáculo para llegar a comprender lo verdadero. El triángulo permite al matemático construir y probar que permanece siendo pura representación en el espacio, que no se desarrolla hacia algo nuevo; se lo debe colocar al lado de otras cosas y entonces tomará una posición diferente y esto diferente que se añade a lo mismo le da a él relaciones y verdades diferentes. Por lo contrario, en la expresión concreta del mundo viviente del pensamiento, como lo es el derecho, el Estado, la naturaleza, como los es toda la filosofía, aquí el objeto mismo debe ser espiado, debe ser acechado; clasificaciones arbitrarias no deben ser impuestas desde fuera, la razón (Vernunft) de la cosa misma debe continuar rodando como algo en pugna consigo mismo y encontrar en sí su unidad. (…)El concepto es precisamente lo mediador entre forma y contenido. En un desarrollo filosófico del derecho tiene que pasar del uno al otro, la forma no debe ser más que la continuación del contenido. De este modo llegué a una clasificación de la materia tal y como se puede proyectar para su clasificación más fácil y superficial; pero el espíritu del derecho y su verdad perecieron (…)Pero, ¿por qué debo llenar las hojas con asuntos que yo mismo he desechado? Clasificaciones tricotómicas traspasan toda la obra, está escrita en un estilo que no se cansa de la amplitud y se ha abusado de la manera más bárbara de las representaciones romanas para integrarlas, forzándolas, en mi sistema. Por otra parte, de esta manera gané amor y perspectiva sobre la materia, por lo menos en cierto sentido. (…)Además, me había hecho a la costumbre de hacer extractos de todos los libros que leía, como del Lacoonte de Lessing, el Edwin de Solger, la Historia del Arte de Winckelmann, la Historia de Alemania de Luden y, al lado de esto, hacer anotaciones y reflexiones. Al mismo tiempo traduje la Germania de Tácito, los Libri tristium de Ovidio y comencé a estudiar en privado, esto es, con textos de gramática, inglés e italiano, en lo que poco he progresado; leí Derecho Criminal de Klein y su Anales y lo más reciente de literatura, pero sobretodo lo último. (…)Que en medio de ocupaciones tan diversas hubieran de pasarse muchas noches en vela, que muchos combates hubieran tenido que ser luchados, que toda esta excitación exterior e interior tuvo que ser soportada, que al final no salí muy enriquecido y además había descuidado la naturaleza, el arte, el mundo, me había separado de amigos, mi propio cuerpo parecía hacerse esta reflexión. Un médico me aconsejó el campo y así atravesé la gran ciudad en dirección a Stralow. No sospechaba que allí me transformaría de un flacuchento y paliducho mozalbete en un hombre de cuerpo robusto. Se cerró el telón, lo que me era más sagrado cayó hecho añicos y nuevos dioses tuvieron que ser introducidos. Del idealismo, que yo, dicho sea de paso, comparaba y alimentaba de ideas kantianas y fichteanas, pasé a considerar el buscar la idea en la realidad misma. Si vivieron los dioses alguna vez por encima de la tierra, ahora se habían convertido en su centro. Había leído fragmentos de la filosofía de Hegel, cuya grotesca y pétrea melodía no me placía. De nuevo quise sumergirme en el mar, pero con el firme propósito de encontrar a la naturaleza espiritual tan necesaria, concreta y terminada como la corporal y de no ejercitarme más en el arte de la esgrima sino sostener la perla pura a la luz del sol. Escribí un diálogo de aproximadamente 24 pliegos: Kleantes o sobre el punto de partida y el necesario progreso de la filosofía. Aquí se integraban en cierta medida arte y saber, que se habían separado por completo. (…)Poco después me consagré a los estudios positivos, el estudio de la propiedad de Savigny, el Derecho criminal de Feuerbach, De verborum signficatione de Cramer, el Sistema de Pandectas de Wenig-Ingenheim y Mühlendof… Luego traduje la Retórica de Aristóteles, leí el famoso Baco de Verulamio: De augmentis scientiarum; me ocupé bastante con Reimarus, cuyo libro Sobre los instintos artísticos de los animales leí con verdadero placer; me adentré también en el derecho alemán, pero en lo principal sólo en la medida en que me puse a estudiar los capitulares de los reyes francos y las cartas de los Papas a ellos. De tristeza por la enfermedad de Jenny y mis presuntos ensayos espirituales en decadencia, de disgusto corrosivo al tener que hacer de una opinión odiosa un ídolo, me enfermé, como te lo escribía desde antes, querido padre. De nuevo sano, quemé todas las poesías y todos los borradores para cuentos, etc., en la locura de pensar que podía olvidarme por completo de ello, de lo cual en todo caso hasta ahora no he tenido ninguna prueba en contrario. Durante mi enfermedad había tenido oportunidad de conocer a Hegel, desde el principio hasta el fin, así como a la totalidad de sus discípulos… (…)El librero Wigand ha enviado mi plan al doctor Schmidt, editor de la miscelánea de la casa Wunder, de buen queso y mala literatura. (…)Pero, querido padre, el mejor de los padres, ¿no sería posible que conversáramos estos asuntos personalmente? La situación de Eduardo, los padecimientos de la querida mamacita, tus achaques, aunque espero ya que no sea nada grave, todo eso me hace desear y hace necesario que me apresure a volver hacia vosotros… Créeme querido padre, que ningún propósito egoísta me impulsa (aunque estaría feliz de ver de nuevo a Jenny), pero es un pensamiento el que me empuja y no lo debo contradecir. Sería para mí incluso un paso duro en muchos aspectos, pero como me escribe mi única, mi dulce Jenny, estas consideraciones no tienen ningún peso ante el cumplimiento de deberes que nos son sagrados. Te pido querido padre, sea cual sea tu decisión, no mostrar esta carta o por lo menos esta hoja a la mamá. Mi llegada intempestiva podría quizá consolar y hacer erguir a una mujer tan maravillosa y grande. Tu hijo que te ama eternamente, Karl.
Una vez llegado a Berlín, rompí todos los vínculos que hasta entonces persistían, hice con desagrado escasas visitas y busqué adentrarme en las ciencias y el arte. De acuerdo con la situación espiritual entonces tenía que ser necesariamente la poesía lírica el primer proyecto, por lo menos el más agradable, el más próximo; pero como resultado de mi situación y de todo mi desarrollo anterior, fue puramente idealista. Mi arte, mi cielo, se convirtió en un más allá lejano como mi amor. Todo lo real se diluyó, todo lo difuso no encuentra límites… Pero, en adelante, la poesía sólo podría y debería ser compañía; tenía que estudiar jurisprudencia y sentía sobre todo el impulso a emprenderlas con la filosofía. Ambas cosas resultaron tan ligadas, que trabajé de manera puramente acrítica, sólo escolarmente… traduciendo por ejemplo al alemán los dos primeros libros de Pandectas, pues en parte buscaba introducir una filosofía del derecho a través del dominio del derecho. Como introducción adelanté algunas frases metafísicas y llevé esta obra desgraciada hasta el derecho público, un trabajo de cerca de 300 cuartillas. Sobre todo destacaba aquí, de la manera más perturbadora, la misma contraposición entre lo real y lo que debe ser, que es propia del idealismo, y que era el origen de la torpe e incorrecta división. En primer lugar venía la “metafísica del derecho”, bautizada así tan piadosamente por mí; ello significaba los principios, las reflexiones, las definiciones, separados de todos los derechos reales y de toda forma real del derecho, tal y como acontece en Fichte, sólo que en mi caso parecía más moderno y con menos contenido. Además, la forma no científica del dogmatismo matemático, en el cual el sujeto merodea alrededor de la cosa, razona aquí y allá, sin que la cosa misma se conforme a sí misma, desplegándose en toda su riqueza y como algo viviente, era de antemano el primer obstáculo para llegar a comprender lo verdadero. El triángulo permite al matemático construir y probar que permanece siendo pura representación en el espacio, que no se desarrolla hacia algo nuevo; se lo debe colocar al lado de otras cosas y entonces tomará una posición diferente y esto diferente que se añade a lo mismo le da a él relaciones y verdades diferentes. Por lo contrario, en la expresión concreta del mundo viviente del pensamiento, como lo es el derecho, el Estado, la naturaleza, como los es toda la filosofía, aquí el objeto mismo debe ser espiado, debe ser acechado; clasificaciones arbitrarias no deben ser impuestas desde fuera, la razón (Vernunft) de la cosa misma debe continuar rodando como algo en pugna consigo mismo y encontrar en sí su unidad. (…)El concepto es precisamente lo mediador entre forma y contenido. En un desarrollo filosófico del derecho tiene que pasar del uno al otro, la forma no debe ser más que la continuación del contenido. De este modo llegué a una clasificación de la materia tal y como se puede proyectar para su clasificación más fácil y superficial; pero el espíritu del derecho y su verdad perecieron (…)Pero, ¿por qué debo llenar las hojas con asuntos que yo mismo he desechado? Clasificaciones tricotómicas traspasan toda la obra, está escrita en un estilo que no se cansa de la amplitud y se ha abusado de la manera más bárbara de las representaciones romanas para integrarlas, forzándolas, en mi sistema. Por otra parte, de esta manera gané amor y perspectiva sobre la materia, por lo menos en cierto sentido. (…)Además, me había hecho a la costumbre de hacer extractos de todos los libros que leía, como del Lacoonte de Lessing, el Edwin de Solger, la Historia del Arte de Winckelmann, la Historia de Alemania de Luden y, al lado de esto, hacer anotaciones y reflexiones. Al mismo tiempo traduje la Germania de Tácito, los Libri tristium de Ovidio y comencé a estudiar en privado, esto es, con textos de gramática, inglés e italiano, en lo que poco he progresado; leí Derecho Criminal de Klein y su Anales y lo más reciente de literatura, pero sobretodo lo último. (…)Que en medio de ocupaciones tan diversas hubieran de pasarse muchas noches en vela, que muchos combates hubieran tenido que ser luchados, que toda esta excitación exterior e interior tuvo que ser soportada, que al final no salí muy enriquecido y además había descuidado la naturaleza, el arte, el mundo, me había separado de amigos, mi propio cuerpo parecía hacerse esta reflexión. Un médico me aconsejó el campo y así atravesé la gran ciudad en dirección a Stralow. No sospechaba que allí me transformaría de un flacuchento y paliducho mozalbete en un hombre de cuerpo robusto. Se cerró el telón, lo que me era más sagrado cayó hecho añicos y nuevos dioses tuvieron que ser introducidos. Del idealismo, que yo, dicho sea de paso, comparaba y alimentaba de ideas kantianas y fichteanas, pasé a considerar el buscar la idea en la realidad misma. Si vivieron los dioses alguna vez por encima de la tierra, ahora se habían convertido en su centro. Había leído fragmentos de la filosofía de Hegel, cuya grotesca y pétrea melodía no me placía. De nuevo quise sumergirme en el mar, pero con el firme propósito de encontrar a la naturaleza espiritual tan necesaria, concreta y terminada como la corporal y de no ejercitarme más en el arte de la esgrima sino sostener la perla pura a la luz del sol. Escribí un diálogo de aproximadamente 24 pliegos: Kleantes o sobre el punto de partida y el necesario progreso de la filosofía. Aquí se integraban en cierta medida arte y saber, que se habían separado por completo. (…)Poco después me consagré a los estudios positivos, el estudio de la propiedad de Savigny, el Derecho criminal de Feuerbach, De verborum signficatione de Cramer, el Sistema de Pandectas de Wenig-Ingenheim y Mühlendof… Luego traduje la Retórica de Aristóteles, leí el famoso Baco de Verulamio: De augmentis scientiarum; me ocupé bastante con Reimarus, cuyo libro Sobre los instintos artísticos de los animales leí con verdadero placer; me adentré también en el derecho alemán, pero en lo principal sólo en la medida en que me puse a estudiar los capitulares de los reyes francos y las cartas de los Papas a ellos. De tristeza por la enfermedad de Jenny y mis presuntos ensayos espirituales en decadencia, de disgusto corrosivo al tener que hacer de una opinión odiosa un ídolo, me enfermé, como te lo escribía desde antes, querido padre. De nuevo sano, quemé todas las poesías y todos los borradores para cuentos, etc., en la locura de pensar que podía olvidarme por completo de ello, de lo cual en todo caso hasta ahora no he tenido ninguna prueba en contrario. Durante mi enfermedad había tenido oportunidad de conocer a Hegel, desde el principio hasta el fin, así como a la totalidad de sus discípulos… (…)El librero Wigand ha enviado mi plan al doctor Schmidt, editor de la miscelánea de la casa Wunder, de buen queso y mala literatura. (…)Pero, querido padre, el mejor de los padres, ¿no sería posible que conversáramos estos asuntos personalmente? La situación de Eduardo, los padecimientos de la querida mamacita, tus achaques, aunque espero ya que no sea nada grave, todo eso me hace desear y hace necesario que me apresure a volver hacia vosotros… Créeme querido padre, que ningún propósito egoísta me impulsa (aunque estaría feliz de ver de nuevo a Jenny), pero es un pensamiento el que me empuja y no lo debo contradecir. Sería para mí incluso un paso duro en muchos aspectos, pero como me escribe mi única, mi dulce Jenny, estas consideraciones no tienen ningún peso ante el cumplimiento de deberes que nos son sagrados. Te pido querido padre, sea cual sea tu decisión, no mostrar esta carta o por lo menos esta hoja a la mamá. Mi llegada intempestiva podría quizá consolar y hacer erguir a una mujer tan maravillosa y grande. Tu hijo que te ama eternamente, Karl.
P.
S. Disculpa, querido padre, la grafía ilegible y el mal estilo. Ya
son aproximadamente la cuatro de la madrugada, la vela se ha
consumido casi por completo y los ojos están turbios. Una verdadera
intranquilidad se ha apoderado de mí, no podré apaciguar los
fantasmas excitados hasta que me encuentre en vuestra querida
compañía. Saluda por favor a mi querida Jenny. He leído ya doce
veces su carta, en la que siempre encuentro nuevos encantos. Es en
todo aspecto, también en el estilístico, la más bella carta de
una dama que yo me pueda imaginar.
26
.- Carta de Marx a su padre: I. CARTA AL PADRE (Berlín, a 10 de
noviembre de 1837)
26a
.-
Karl Marx: Contribución a la Crítica de la Economía política.
27.-
Marcello Musto: El mito del “joven Marx” en las interpretaciones
de los manuscritos económico-filosóficos de 1844*. ver nota, 47.
28.-
Marcello Musto: El mito del “joven Marx” en las interpretaciones
de los manuscritos económico-filosóficos de 1844*.
29.-
Marcello Musto: El mito del “joven Marx” en las interpretaciones
de los manuscritos económico-filosóficos de 1844*. : Además, a
diferencia de lo afirmado por Althusser, Marx nunca escribió ni
dejo entender la presencia, de alguna “ruptura” al interior de
su obra.
30.-
KARL MARX : ELEMENTOS
FUNDAMENTALES PARA LA CRÌTICA DE LA ECONOMIA POLÍTICA (GRUNDRISSE)
1857-1858, tomo 1: INTRODUCCION:
I. PRODUCCION, CONSUMO, DISTRIBUCION, [s] CAMBIO (CIRCULACION) […]
La producción en general es una abstracción, pero una
abstracción que tiene un sentido, en tanto pone realmente de
relieve lo común, lo fija y nos ahorra así una repetición. Sin
embargo, lo general o lo común, extraído por comparación, es a su
vez algo completamente articulado y que se despliega en distintas
determinaciones. Algunas de éstas pertenecen a todas las épocas;
otras son comunes sólo a algunas. [Ciertas] determinaciones serán
comunes a la época más moderna y a la más antigua. Sin ellas no
podría concebirse ninguna producción, pues si los idiomas más
evolucionados tienen leyes y determinaciones que son comunes a los
menos desarrollados, lo que constituye su desarrollo esa
precisamente aquello que los diferencia de estos elementos generales
y comunes6 . Las determinaciones que valen para la producción en
general son precisamente las que deben ser separadas, a fin de que
no se olvide la diferencia esencial por atender sólo a la unidad,
la cual se desprende ya del hecho de que el sujeto, la humanidad, y
el objeto, la naturaleza, son los mismos. En este olvido reside, por
ejemplo, toda la sabiduría de los economistas modernos que
demuestran la eternidad y la armonía de las condiciones sociales
existentes. Un ejemplo. Ninguna producción es posible sin un
instrumento de producción, aunque este instrumento sea sólo la
mano. Ninguna es posible sin trabajo pasado, acumulado, aunque este
trabajo sea solamente la destreza que el ejercicio repetido ha
desarrollado y concentrado en la mano del salvaje. El capital, entre
otras cosas, es también un instrumento de producción, es también
trabajo pasado objetivado. De tal modo, el capital es una relación
natural, universal y eterna; pero lo es si dejo de lado lo
específico, lo que hace de un “instrumento de producción” ,
del “ trabajo acumulado”, un capital.
31.-
Hegel : Ciencia de la Lógica.- Doctrina del ser: El ser, lo
inmediato indeterminado, es en realidad la nada, ni más ni menos
que la nada. El puro ser y la pura nada son por lo tanto la misma
cosa.
32.-
La verdad del ser es la esencia. El ser es lo inmediato. Puesto que
el saber quiere conocer lo verdadero, lo que el ser es en sí y por
sí, no se detiene en lo inmediato y en sus determinaciones, sino
que penetra a través de aquél, suponiendo que detrás de este ser
existe algo más que el ser mismo, y que este fondo constituye la
verdad del ser. Este conocimiento es un saber mediato, porque no se
halla directamente cerca de la esencia o en ella, sino que empieza
por un otro, es decir, por el ser, y tiene que recorrer previamente
un camino, esto es, el camino que lleva a salir del ser o más bien
a entrar en éste. Solamente porque, al partir del ser inmediato, el
saber se interna, halla la esencia por vía de esta mediación. El
idioma alemán ha conservado la esencia (Wesen) en el tiempo
pasado (gewesen) del verbo ser (sein); en efecto, la esencia
es el ser pasado, pero el pasado intemporal.
32a.-
sobre el ser y la esencia, de Hegel. El dice: .- El ser es lo
inmediato, .- la verdad del ser es la esencia; .- entonces la verdad
del ser es lo inmediato. Esto es lógica formal. Dos premisas y su
conclusión. Dejamos del lado estas y nos centramos en ese párrafo
pero no confundir “el ser es lo inmediato” de “el ser es lo
inmediato indeterminado” cuando
dice el ser es lo inmediato se refiere a lo que está próximo
(sino, sería mediato, alejado, obstáculo entre el ser y la
esencia, o un camino por recorrer en el tiempo). Y, cuando esta
próximo en si y por si se está refiriendo a su naturaleza y la
involucra. Dentro de ese ser hay un no ser que lo niega, ver Fig. A.
representado por “a” como ser inmediato, tiene una esencia que
la representamos por “b”;
es decir en esta representación tenemos un ser inmediato y la
esencia que constituye la verdad de ese ser inmediato; pero este ser
inmediato tiene una cualidad que es el “saber”, para conocer la
verdad, lo que ese ser inmediato es en si y por si. Dicho esto,
Hegel reconoce la realidad objetiva, por lo tanto, otras cosas,
objetos ajenos a ese ser inmediato, en resumen otros seres que en
relación al ser inmediato no son inmediatos sino mediatos y lo
representamos por “c” este ser mediato en relación a “a”
tiene también una esencia que llamamos “d”,
aquí empieza el embrollo. Sabemos que “a” tiene una cualidad
que no posee “c” que es “e”
es decir el “saber” para “conocer” lo que ese ser es en si y
por si, dice Hegel que no se detiene en lo inmediato y en sus
determinaciones “a” y “c” respectivamente no les interesa,
pasa de ellas y penetra en busca de algo más que el ser mismo,
buscando la verdad del ser genera un conocimiento, dice Hegel.
Este conocimiento es un saber mediato –es decir no está en la
esencia ni cerca de ella–, que se desplaza en el tiempo y de por
si es ya un obstáculo (media entre el ser y la esencia); pero igual
en el trayecto tiene que sortear otros; para ello tuvo que salir del
ser inmediato indeterminado, recorrer un camino
y penetrar en otro ser inmediato (diferente del indeterminado) y del
mediato determinado. Por eso dice Hegel “... en efecto, la esencia
es el ser pasado, pero el pasado es intemporal”. Veamos cómo así
el movimiento del saber lo lleva a la nada. Hegel retrocede en el
tiempo por eso le llama el pasado intemporal, trascendental, a
temporal, fuera del tiempo o sin tiempo hasta llegar al Big Bang y
se encuentra con la nada. Ver Fig. A y B arriba.
32b.-
https://youtu.be/1G4Ln_tsKy8
32c.-Notas
filosóficas del presidente Gonzalo 1987: En
vez de cuestionar lo que hacen es confirmar. La materia es
inagotable. Cuantos procesos estarán desarrollándose. Eternidad de
la materia en eterno movimiento (comprender con el menor problema
posible). Hoy en día se concibe a la materia como una interrupción
de la nada. ¿Y qué es la nada? Separa espacio de materia. Joudan.
Una nada es un espacio, y un espacio es una modalidad de la materia.
La cosmogonía: se descubre que hay unas estrellas que se desplazan
a grandes velocidades: la llamada expansión del universo, llegan a
la concentración puntual del universo. Esto, dicen, demuestra que
ha habido un comienzo por tanto no es eterno, 2º tiene un límite.
Dicen que antes no existía el universo, momento inicial de la
creación. Esto viene de que el entorno que conocemos tiene
15.000.000.000 de años. Otros llegan a decir que tiene 6.000
millones de años, los hechos demuestran que de la parte que
conocemos ha empezado en esas fechas más o menos. Lo que se está
haciendo es generalizar lo poco que conocemos. Lo que se afirma de
una parte no se puede afirmar del todo. Se pretende (Russell)
introducir por la puerta falsa la divinidad.