Monday, July 3, 2023

AND BRASIL: Editorial semanal – Barrer el pragmatismo oportunista reaccionario

 

EDITORIAL

Editorial semanal – Barrer el pragmatismo oportunista reaccionario

 

por Redacción AND

  29/06/2023 2 minutos de lectura

 


Luiz Inácio Lula da Silva y el Ministro de Agricultura, Carlos Fávaro, durante el lanzamiento del Plan de Cultivos. Foto: Gabriela Biló / Folhapress

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El lanzamiento del Plan de Cultivos 2023-24 de Luiz Inácio, que otorgará la propiedad de tierras por más de R$ 364 mil millones (un 26% más que el plan anterior de Bolsonaro), salió bien en los términos y del agrado del Frente Parlamentar da Agropecuária (el infame “ banco ruralista”). Como si eso fuera poco, el pellejo, el día anterior, hizo declaraciones que convergen con la criminalización de la lucha por la tierra, afirmando en su vida que la tierra ya no debe ser ocupada porque su gobierno inspeccionará las tierras improductivas y resolverá el problema. También dijo que no le da vergüenza decir que aumentará, cada vez más, la cantidad destinada al Plan Safra.

 

En cuanto a la nueva promesa, la de realizar la “reforma agraria” desde el escritorio, no resiste el simple razonamiento lógico. Ahora bien, si el PT lo quisiera así y si fuera tan fácil, ya se hubiera hecho. Sin embargo, Brasil todavía tiene solo el 2,3% de su tierra en manos de pequeños propietarios y la capa baja de la clase media, que representan más del 89% de todos los propietarios rurales, y la concentración de la tierra solo ha crecido en los gobiernos del PT, en además de más de 5 millones de familias campesinas sin tierra. La promesa de Luiz Inácio es otro “cuento para que el buey duerma”.

 

El hecho es que Luiz Inácio busca apoyo en el Congreso, cuyos (prácticamente) la mitad de los senadores y diputados federales son de la “bancada ruralista”, parlamentarios a sueldo de los latifundios. Su gobierno se verá cada vez más envuelto por las exigencias de los “agronegocios”.

Luiz Inácio y la intelectualidad del PT difunden la mentira de que las medidas latifundiistas y otras, que desenmascaran su labia, son el resultado de la “correlación de fuerzas” y que, para no ser derrocados del gobierno, es necesario ceder al “pragmatismo”. político”. Lo hacen para mantener su base movilizada en los movimientos que aceptan servirles como peones en el tablero del juego del poder reaccionario. A estos, que esperan un “gobierno progresista” y están a merced del chantaje del PT, cabría preguntar: ¿por qué subordinar todo a mantener en el gobierno a quienes hacen discursos de podio, pero gobiernan de manera invertida anclados en un eterna "correlación desfavorable de fuerzas", ¡¿sin hacer absolutamente nada para cambiarla?! Bueno, si es así, ¿por qué las centrales sindicales, en manos del oportunismo, no llamaron a la base a luchar, durante la aprobación de la reforma previsional de Bolsonaro (que enterró el derecho a la jubilación en el país por un enorme parte de las masas trabajadoras)? ¿Por qué no hacen nada para movilizar a las masas para cambiar la llamada “correlación de fuerzas”, dado que las masas han demostrado su rebelión, tantas veces saliendo a la calle, contra los desmanes de la reacción? Bueno, no lo hicieron porque no quieren, porque temen que las masas movilizadas tomen el camino revolucionario, pisoteándolos de una vez por todas con la reacción a todos juntos. Es por eso que tu tonada es solo una retórica de distracción. ¿No está claro que esta es la mejor manera, en tiempos de crisis, de mantener quietos y en silencio a los oprimidos?

 

La certeza de la inelegibilidad de Bolsonaro, por un lado, y las investigaciones sobre el 8 de enero, por el otro, no alterarán la llamada “correlación de fuerzas”. Primero, porque el fenómeno de la extrema derecha es independiente de Bolsonaro, lo cual es solo una expresión: tal fenómeno radica en la completa frustración, y muerte política, de esta vieja democracia, por no haber cumplido las promesas hechas hace 35 años y negadas durante siglos.  Promesas que no pueden y nunca tuvieron la intención de cumplir, ya que son contrarias a los intereses de las clases dominantes. En segundo lugar, porque tales hechos no le hacen ni un rasguño al Alto Mando de las Fuerzas Armadas, que sigue al frente del país en términos amplios y garantiza su poder de guardián a través del temor que provoca deliberadamente en otras instituciones y en los oportunistas de que los llevará a tomar posición por la la ruptura institucional. Sólo el ascenso de la rebelión popular, especialmente la de los campesinos pobres por la tierra, puede levantar un muro contra la ofensiva de la reacción, aunque la enfurezca más, y aplastarla de una vez por todas. Todo lo demás es ilusión y engaño.