PARTIDO
COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
DECLARACIÓN
DEL COMITÉ CENTRAL
16 de octubre de 2025
Hacemos un llamado al pueblo revolucionario para que imparta el castigo que corresponde a Sonu, Satish y a quienes los acompañan: traidores a la revolución, enemigos del Partido y rendidos ante el enemigo como contrarrevolucionarios.
Expulsamos del Partido a la banda de Sonu y Satish.
El Comité Central de nuestro Partido informa que un total de 61 personas —entre ellas el miembro del Politburó Sonu; el miembro del Comité de la Zona Especial de Dandakaranya, Vivek; el miembro suplente del mismo comité, Deep; diez miembros regionales de comités del Partido; militantes y combatientes de la PLGA (Ejército Guerrillero de Liberación Popular)— se entregaron a la policía en Gadchiroli el 14 de octubre, en presencia del Ministro Principal de Maharashtra, Devendra Fadnavis, y retornaron a la vida civil. Entregaron cincuenta fusiles pertenecientes al Partido y al pueblo revolucionario al enemigo. Esta rendición constituye una traición a la revolución, un acto vergonzoso para el Partido y una acción abiertamente contrarrevolucionaria.
Desde 2011, el movimiento revolucionario en Dandakaranya ha atravesado dificultades y, a nivel nacional, la lucha sufrió un retroceso temporal hasta 2018. Desde entonces comenzaron a manifestarse debilidades políticas en Sonu. En la reunión del Comité Central de diciembre de 2020, Sonu presentó un documento que incluía una autocrítica sobre ciertas deficiencias en la práctica revolucionaria de Dandakaranya; el Comité Central rechazó dicho documento. En reuniones posteriores del Comité Central y del Politburó se señalaron sus desviaciones políticas y se hicieron esfuerzos por corregirlas. En el pleno del Comité de la Zona Especial de Dandakaranya de 2011 se censuraron con dureza su individualismo, su arrogancia y su actitud burocrática, exigiéndose la rectificación. En los encuentros siguientes, los miembros reafirmaron esas críticas. No obstante, tras el martirio del Secretario General de nuestro Partido, el camarada Basavaraj, en el ataque de Kagar en mayo de 2025, las antiguas debilidades teóricas, políticas y organizativas de Sonu sufrieron una transformación cualitativa que lo condujo finalmente a capitular ante el enemigo.
Desde enero de 2024, en plena guerra contrarrevolucionaria de Kagar, los revolucionarios y el pueblo han combatido cotidianamente los ataques del enemigo. Tras el martirio del camarada Basavaraj, la verdadera medida del liderazgo se volvió clara: liderar la lucha, organizar la resistencia frente al cerco mortal y a los ataques aplastantes de los gobiernos central y estatales, y estar dispuesto a entregar la vida día a día. La búsqueda creciente de comodidad y el egoísmo de Sonu lo alejaron de ese sacrificio; lo hicieron vulnerable, lo llevaron a actuar por miedo a morir y a negarse a admitirlo. Al rehusar corregir su arrogancia, ocultó sus debilidades y su temor, y —atribuyendo erróneamente al Partido sus propias conclusiones— concluyó que la revolución india estaba condenada. De ahí derivó su decisión de rendirse, entregar las armas al enemigo y suspender temporalmente la lucha armada, justificando su capitulación con una declaración de tono conciliador y revisionista.
Los revolucionarios honestos —o cualquiera que mantenga vivo el espíritu revolucionario— examinan las causas de todo retroceso mediante el método marxista-leninista-maoísta: estudian la historia, analizan las condiciones presentes y valoran las perspectivas del futuro. Es un análisis que comprende las condiciones materiales, el ejercicio de la autocrítica, las fuerzas del enemigo y las reservas del movimiento, junto con el contexto internacional y nacional. Sonu, sin embargo, en sus escritos, en sus llamados al pueblo y en la declaración de prensa del 15 de septiembre, recurrió a un método burgués de autocrítica. Para intentar demostrar que la línea del Partido era errónea, planteó tres argumentos principales: que no existe un verdadero partido revolucionario; que la decisión ultraizquierdista adoptada por el Congreso de Unidad de 2007 impuso tareas superiores a nuestras fuerzas; y que el Partido habría rechazado las luchas legales. Las tres afirmaciones son falsas. Además, al declarar que la contradicción principal radica entre la burguesía monopolista compradora y el pueblo, propuso abandonar la vía de la Guerra Popular Prolongada.
Cambiar la línea o la estrategia fundamental del Partido exige un análisis profundo de las relaciones de producción, las relaciones de clase y la naturaleza del Estado; únicamente sobre esa base puede determinarse la etapa de la revolución y formularse una línea política coherente. Además, es necesario evaluar los cambios concretos en la guerra revolucionaria en India y, con ello, ajustar la estrategia militar. Sonu, en cambio, adoptó un método burgués de autocrítica, unilateral y superficial, que se aparta del análisis marxista-leninista-maoísta. Un examen parcial conduce inevitablemente a conclusiones sesgadas, y esa tendencia se refleja claramente en sus textos y declaraciones. Aunque reconocía la existencia de los documentos del Partido: “Cambios en las relaciones de producción en India: Nuestro programa político”, “El problema de las castas en India: Nuestra visión”, “La cuestión nacional en India: La posición de nuestro Partido” y el documento interno “La posición del Partido frente a la burguesía monopolista compradora en India: Programa político”, sus conclusiones diferían de la “Evaluación central político-organizativa” del Comité Central (diciembre de 2020) y de los circulares del Politburó de agosto de 2024. Llegó incluso a declarar que la línea político-militar del Partido era errónea y atribuyó el retroceso únicamente a nuestros supuestos errores, negando el papel determinante de los ataques contrarrevolucionarios prolongados del Estado indio y de la guerra de Kagar.
Mientras subsista la propiedad de la tierra y la antigua estructura de clases, la contradicción principal no puede ser la que él plantea. (Por limitaciones propias de una declaración de prensa, no ampliamos aquí ese análisis). Si realmente creyera en lo que escribió, habría permanecido en el Partido para discutirlo en el Comité Central y en el Politburó; si, como dirigente en funciones, hubiera sometido sus tesis a debate y trabajado en rectificarlas, su postura habría resultado creíble. Pero al violar la disciplina, quebrantar el orden organizativo y rendirse al enemigo, demostró que no confiaba en sus propias ideas ni en la firmeza del Partido. Sus argumentos fueron un pretexto oportunista para encubrir el miedo a morir. Engañar a los cuadros, a los combatientes de la PLGA y al pueblo con tesis falsas, y luego rendirse al enemigo, constituye una traición a la revolución.
No debatir sus tesis en el Comité Central y en el Politburó, violentar el procedimiento democrático centralizado y romper la disciplina organizativa lo llevó, en los últimos meses, a mantener conversaciones en distintos niveles con miembros de comités, militantes y combatientes de la PLGA; preparó una conspiración para dividir al Partido. Marginó sistemáticamente a quienes permanecían firmes en la línea político-militar del Partido. Esos actos anárquicos menoscaban al Partido.
Los partidarios de Sonu pueden haberse rendido al enemigo; sin embargo, aunque la reciente declaración de prensa del Comité Central exigía que las armas del Partido fuesen devueltas, él no cumplió y, en su lugar, entregó cincuenta armas al enemigo. Para muchos camaradas que dieron la vida enfrentando a las fuerzas armadas adversarias, entregar armas capturadas al enemigo equivale a proporcionar medios para asesinar revolucionarios. Eso es contrarrevolucionario. Sonu —que perdió el espíritu revolucionario, traicionó la revolución y es una deshonra para el Partido—; Vivek, miembro del Comité de la Zona Especial de Dandakaranya; Deep, miembro suplente; y los diez miembros regionales del comité que se rindieron con él, son expulsados del Partido. Hacemos un llamado al pueblo revolucionario para que aplique el castigo debido a esos traidores. Invitamos, además, a los militantes del Partido y a los miembros de la PLGA que fueron engañados por el ardid de Sonu y su ideología pequeñoburguesa, quienes se alinearon con él sin comprender su engaño y se rindieron, a reconocer la verdad y regresar al lado del pueblo.
Desde finales del año pasado, cuando comenzó a planear entregar a su compañera de vida y a otras personas a la policía en presencia del Ministro Principal de Maharashtra, Devendra Fadnavis, los acontecimientos recientes indican que Sonu ha mantenido contacto con Fadnavis y con altos oficiales de la policía. Mantener relaciones con el enemigo mientras se sigue dentro del partido revolucionario equivale a traicionar la revolución: es actuar como colaborador secreto o agente. Afirmamos que un traidor de esa naturaleza carece de autoridad moral para “reconstruir” la revolución por nuevos métodos.
La rendición de 61 personas por parte de Sonu y su banda causó un daño serio al movimiento revolucionario. Aunque Sonu y sus asociados se hayan rendido, otros miembros de comités, militantes y combatientes de la PLGA que fueron influenciados por sus tesis y que no estén dispuestos a dar la vida pueden también rendirse: son pérdidas temporales cuyos efectos pueden prolongarse. Sin embargo, la rendición de Sonu y de algunos líderes y comandantes de la PLGA no implica la derrota permanente del movimiento revolucionario.
El movimiento revolucionario no será derrotado de manera permanente por la capitulación de algunos dirigentes o comandantes de la Guerra Popular. Mientras existan clases, las clases oprimidas librarán, como lo han hecho a lo largo de miles de años, luchas contra el saqueo y la opresión. La historia muestra que, aunque líderes y movimientos hayan sufrido derrotas temporales o hayan sido traicionados, el ejemplo y el sacrificio de aquellos procesos pueden inspirar nuevas etapas de la lucha. La revuelta de esclavos de Espartaco o la Comuna de París fueron derrotadas, pero dejaron enseñanzas; la Revolución Socialista Rusa triunfó más tarde. El martirio de Bhagat Singh no consiguió la independencia en vida, pero su sacrificio sigue inspirando. Los pueblos derrotados pueden reconstruir la lucha si existen fuerzas honestas que rescaten las lecciones. No obstante, los que se rindieron y traicionaron han desaparecido en la historia, generando desesperanza y desconfianza. Ninguna rendición puede inspirar la reconstrucción; por eso es engañoso que un traidor pretenda que “reconstruirá” la revolución en una nueva línea.
Incluso cuando dirigentes se rindieron y entregaron armas, la experiencia de Nepal demuestra que el pueblo puede volverse a levantar. La banda de Prachanda-Bhattarai entregó todas las armas del ejército de liberación popular al enemigo, traicionando la lucha; sin embargo, unas dos décadas después, fuerzas revolucionarias honestas resurgieron como el Partido Comunista Revolucionario de Nepal y participaron en el último levantamiento popular, recuperando armas del enemigo.
En este caso de traición, han llegado informes de que Satish, jefe de la Oficina de la Subregión Norte del Comité de la Zona Especial de Dandakaranya, y tres miembros del Comité de la Zona Especial —Santu, Bhaskar (Raj Man) y Raneet— se rindieron al enemigo con 150 personas y entregaron armas. Estos cuatro miembros, al igual que Sonu, dividieron al Partido y, al entregar las armas del Partido y del pueblo revolucionario al enemigo, se convirtieron en traidores, una deshonra para el Partido y contrarrevolucionarios. Los desarrollos recientes indican que Satish ha estado en contacto con altos oficiales policiales y con el ministro de policía del estado de Chhattisgarh, colaborando en secreto.
Las tendencias conciliadoras que Sonu y Satish mantuvieron durante décadas degeneraron en conciliacionismo; la guerra de Kagar transformó ese oportunismo en traición y en acciones abiertamente contrarrevolucionarias. No supimos evaluar ese proceso a tiempo. Como consecuencia de ese fallo, ambos utilizaron sus cargos para infligir grave daño al movimiento revolucionario. Informamos al campo revolucionario que revisaremos ese error y extraeremos las lecciones necesarias.
Es mentira que los traidores Sonu y Satish puedan reconstruir la revolución por el camino correcto. Se encuentran bajo control de organismos de inteligencia centrales y estatales; cualquier “movimiento popular” que promuevan será, en realidad, una operación respaldada por el gobierno. Si esos traidores se presentan con el ropaje del pueblo, llamamos a las masas a rechazarlos y expulsarlos. Hacemos asimismo un llamamiento a los militantes y miembros de la PLGA en esas bandas para que reconozcan la traición y retornen al Partido; garantizamos que no se les hará daño a quienes regresen. Advertimos a Sonu y Satish que cesen de inmediato sus actividades contrarrevolucionarias destinadas a dividir al Partido en colaboración con organismos de inteligencia.
Quienes, por temor a perder la vida ante las ofensivas de la guerra de Kagar, decidan rendirse, pueden hacerlo; insistimos, no obstante, en que no entreguen las armas del Partido y del pueblo al enemigo. Eso constituiría traición y contrarrevolucionarismo. Los contrarrevolucionarios deben ser castigados por el pueblo revolucionario.
Llamamos a todo el pueblo del país a continuar el movimiento revolucionario indio, sintetizando y enriqueciendo nuestra línea político-militar conforme a las características concretas de la guerra revolucionaria y a las condiciones sociales cambiantes, basándonos en los documentos “Cambios en las relaciones de producción en India: Nuestro programa político”, “La cuestión de la casta en India: Nuestra perspectiva”, “La cuestión nacional en India: La posición de nuestro Partido” y “La posición del Partido frente a la burguesía monopolista compradora en India: Programa político”. Sigamos adelante con la lucha revolucionaria en India. Los retrocesos y las derrotas son temporales; tratemos la situación creada por la banda de Sonu y Satish como una crisis interna del Partido y superémosla. Reconociendo que nuestras fuerzas de autocrítica han perdido vigor, y que el enemigo ha obtenido ventaja sobre el movimiento, debemos consagrarnos a la tarea de reconstruir la lucha a nivel nacional, protegiendo al Partido, a la PLGA y nuestra unidad.
Aunque Sonu y Satish se rindan hoy, y otros se rindan mañana, prometemos al pueblo que nuestro Partido nunca se rendirá ante el enemigo. Mientras existan clases, la lucha de clases, en su forma superior, la guerra popular, continuará. Esa es una ley histórica que ninguna rendición podrá quebrar. Por eso, aun en los retrocesos temporales, avancemos con confianza y coraje por la senda del progreso revolucionario. La victoria final será del pueblo.
Saludos revolucionarios,
Abhay
Representante autorizado, Comité Central
Partido Comunista de la India (Maoísta)