Durante la
tarde-noche de ayer, 8 de marzo, una inmensa e innumerable masa compuesta por
miles de mujeres obreras, pobladoras, estudiantes secundarias y universitarias,
profesoras, dueñas de casa, intelectuales progresistas, entre otras, se
reunieron en Plaza Italia junto a otros tantos miles de niños y hombres que
comprenden la doble opresión a la que es sometida la mujer en Chile. La cita se
congregó justamente para marchar contra la opresión de sexo, pero parte
importante de las masas ha avanzado en comprender que esta montaña que pesa
sobre los hombros femeninos es indesligable de la opresión de clase, raíz de la
cual provienen las ideas patriarcales, las desigualdades salariales y la
violencia feudal sobre la mujer, entre otras cuestiones a derribar. Así se
desenvuelve hoy en día lo que antes era un carnaval del que oportunistas y
revisionistas sacaban fácilmente jugosas cuentas: conmemorando el día de la
mujer trabajadora como poderoso y necesario impulso a la lucha de clases en
nuestro país.
Como una
bofetada al imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad que
busca esclavizar a la mujer, el pueblo en la marcha manifestó su disposición a
luchar por lo que cree justo, como lo es reivindicar la posición de la mujer
como líder imprescindible en la lucha por la revolución, deslindando de las
posiciones oportunistas que intentar mostrar que a la mujer solo le interesa
pelear por necesidades individualistas y libertades personales.
Lo que se
vio en la marcha, al igual que el 19 de octubre pasado, es que las mujeres
populares entienden que existe una lucha principal, que engloba a las demás, y
esta es la lucha de clases, porque en nuestra liberación también nuestros
compañeros se suman a la pelea en contra del imperialismo que exprime a las
mujeres, hombres, al pueblo trabajador y campesino.
La Alameda
copada de vereda a vereda se llenó de colores, bailes, banderas, antorchas,
pancartas, combativas consignas que no se restringían a la opresión femenina,
evidencian una vez más que en Chile sí existe una situación revolucionaria en activo
desarrollo y que se expresa en la organización que se va gestando al interior
del pueblo en la lucha por su liberación.
Periódico
El Pueblo saluda la organización de la mujer que lucha junto a su compañero por
la eliminación de las ideas retrogradas y patriarcales, mientras cada día más
mujeres abrazan las banderas que levantaran en toda su vida Teresa Flores y
Luis Emilio Recabarren, fundadores del Partido Comunista de Chile – Sección de
la Internacional Comunista, partido auténticamente revolucionario que fue
usurpado por el revisionismo (falsos comunistas serviles a la burguesía).
¡LA
REBELIÖN SE JUSTIFICA!
¡MUJER, LA
REVOLUCIÓN ES EL ÚNICO CAMINO DE LIBERACIÓN!