Breve historia de los cambios de gobierno en Nicaragua desde los años de los Somoza hasta ahora.
Para esto partimos del anuncio del retorno al gobierno de Ortega en el 2007, donde encontramos un buen resumén histórico que contiene datos importantes, que lo usamos por eso pese a ofrecer el punto de vista burgués de esta historia y luego fijaremos la posición marxista-leninista-maoísta, pensamiento gonzalo al respecto:
"El retorno del sandinismo transfigurado
Después de 16 años, Daniel Ortega vuelve al poder. Su victoria en las elecciones nicaragüenses del 5 de noviembre fue consecuencia de la reforma constitucional sellada en un pacto de impunidad con el ex-presidente Arnoldo Alemán, que generó una división del tradicional partido liberal y cambió el sistema electoral para adaptarlo a las necesidades del sandinismo. Así, Ortega triunfó frente a una oposición dividida, con un porcentaje inferior al que había obtenido en elecciones anteriores, y luego de emitir todo tipo de señales de moderación. Si el sandinismo siempre fue más una denominación que una ideología, ¿por qué no un sandinismo de derecha?",Enero - Febrero 2007, Por Edelberto Torres Rivas, Revista Nueva Sociedad. Y proseguimos con el resumen:
"(...)La democracia nicaragüense
El triunfo electoral del sandinismo sólo puede ser entendido como la suma de las circunstancias particularmente contradictorias que definen la naturaleza de la democracia nicaragüense. En una revisión rápida de la condición íntima, irrefutable, de su funcionamiento, hay que destacar la conversión de un proyecto participativo de democracia popular en una democracia liberal típicamente representativa. Esto ocurrió hacia la mitad del decenio revolucionario. Hay que recordar, también, que Nicaragua es el mejor ejemplo de una historia de elecciones autoritarias, aquellas que ocurren con apego a la formalidad pero que sirven para legalizar una estructura de poder no democrático. En el periodo de más de cuatro décadas de reinado de la dinastía somocista hubo siete elecciones presidenciales que, naturalmente, siempre ganó el oficialismo. Las primeras elecciones democráticas –es decir, plurales, competitivas y libres– ocurrieron en 1984. Ortega ganó con 67% del total de los votos. (...)victoria militar frente a la dictadura de Somoza en 1979. (...)La presión internacional –materializada en la invasión de fuerzas mercenarias desde Honduras– y la oposición interna venían exigiendo, desde 1981, que la democracia sandinista se probara en elecciones representativas. El aspecto participativo del proceso revolucionario se había manifestado exitoso en la campaña de alfabetización y de salud y en las movilizaciones barriales de orden y seguridad local. El Frente contaba con un explicable apoyo de masas. Sostenido en esa confianza, cedió a las exigencias de los enemigos de la revolución y, en el seno de una guerra de baja intensidad, convocó a elecciones de corte liberal.
Así fue como en 1990 ocurrió un hecho definitorio, trascendental: el FSLN perdió la segunda elección presidencial realizada bajo el régimen revolucionario y reconoció su derrota frente a una alianza de todos los sectores antisandinistas. La aceptación de la victoria de los otros –en este caso, de los enemigos– no forma parte del orden común de las cosas: en esas elecciones no solo se jugaban la presidencia y la composición del Poder Legislativo, sino también el destino mismo del proyecto histórico de renovación social. Lo que estaba en cuestión en los comicios de 1990 era el futuro de la Revolución Sandinista, un hecho inédito en la óptica canónica que no concibe que los procesos de cambio económico-social se jueguen en un evento eleccionario. Pero, se juzgue como se juzgue esta inédita anormalidad, lo cierto es que el reconocimiento del FSLN de su derrota en las urnas en la madrugada del 16 de marzo de 2000 ha constituido un valeroso aporte a la construcción de la democracia representativa en Nicaragua.
Así, los sandinistas contribuyeron, a disgusto y seguramente sin saberlo, a fortalecer el sistema institucional de acceso democrático al poder y a consolidar el mecanismo del voto mayoritario, que los perjudicó en tres oportunidades sucesivas después de 1990. Parecía que su destino ya no pasaba por las urnas si nos atenemos al principio de que al gobierno, en un contexto democrático y en un ambiente normal, solo se accede por medios electorales. Pero suele decirse que, en la política, solo los muertos no regresan. Y así, en noviembre de 2006, se vio que la fatalidad no existe. El momento del retorno finalmente llegó. Volvió Daniel y volvió el FSLN. Pero menos por la voluntad impredecible del azar que como resultado de una de las más oscuras componendas partidarias de la política prebendaria nicaragüense.
El pacto entre enemigos y la democracia
Vale la pena recordar que en Nicaragua la población ha estado dividida por una larga tradición política en su adscripción a uno de los dos partidos históricos: el partido conservador y el partido liberal; este último siempre fue mayoritario. El largo trecho de anarquía que siguió a la independencia fue un pugnaz desencuentro entre terratenientes-generales liberales (de la región de León) y conservadores (de la zona de Granada). El liberalismo, cuyo origen se remonta a la independencia, siempre tuvo una voluntad fundadora de nación: primero con el liderazgo del general José Santos Zelaya, quien, con ánimo antibritánico, incorporó el extenso territorio de la costa atlántica a fines del siglo XIX, y luego con la insurgencia de Augusto Sandino, quien defendió la soberanía nacional con voluntad antiestadounidense. Ambos fueron liberales. Pero la tradición fue corrompida por Anastasio Somoza, y los liberales se volvieron somocistas. La victoria del FSLN fue, por lo tanto, una derrota liberal.
Sin embargo, en un recodo del camino la enemistad homicida se aligeró. En diciembre de 2000, la dirección del FSLN firmó un pacto de amistad con el partido liberal, que se encontraba en el poder. Daniel Ortega transó con Arnoldo Alemán, hasta un minuto antes su enemigo mortal. El postsomocismo y el postsandismo firmaron un pacto deleznable que incluyó una reforma constitucional con efectos negativos en el terreno de la moral pública y del debilitamiento de las instituciones democráticas. Liberal, somocista, ex-presidente y dueño del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), acusado y condenado por saquear la riqueza de un país miserable, Arnoldo Alemán logró salir del presidio y convertir su hacienda en una cárcel de lujo. Esto fue parte del pacto firmado con Daniel Ortega, representante del núcleo duro del FSLN. En virtud de este acuerdo, se decidió que la elección de los magistrados de las Cortes de Justicia, de Constitucionalidad, del Fuero Electoral y de la Procuraduría de Cuentas de la Nación, entre otros altos cargos, se hiciera en base al reparto, en cuotas iguales, para los candidatos de ambos partidos. De este modo las instituciones democráticas se politizaron con prácticas clientelares.
A cambio del voto sandinista para que Alemán cambiara su condición de reo común y saliera de la prisión, los liberales somocistas aceptaron modificar la Constitución y la ley electoral. La mayoría necesaria para ser elegido presidente bajó de 50% a 40%, o 35% si el primer candidato obtiene una diferencia de más de 5% con el segundo. La estrategia sandinista fue inteligente pero perversa" .
Hasta allí el resumén de la historia del cambio de gobierno, del despota genocida sirviente de los imperialistas yanquis Somoza, al gobierno del FSLN mediante la "victoria militar frente a la dictadura de Somoza en 1979". Luego sigue la historia con el Frente Sandinista, con Ortega y su alineamiento con la superpotencia social imperialista Unión Soviética en los 80, intervención yanqui con los "contras" y negociaciones entre los imperialistas yanquis y los socialimperialistas soviéticos (Reagan-Gorvachov), y entre el gobiernos sandinista y los "contras" y la oposición con granrtes de varios países de América Latina bajo batuta yanqui; como resultado se prosigue en los 90 con cambio de gobierno a favor de la oposición, por medio de elecciones, para pasar a otros grupos de la gran burguesía y los terratenientes al servicio de los yanquis. Y, finalmente para mantenerse hasta ahora, en las elecciones amañadas de noviembre de 2006, la vuelta de un "Ortega transfigurado" de antiyanqui a proyanqui y aplicador de los planes y las políticas del imperialismo yanqui y del FMI y del Banco Mundial como se expresa, para mayor prueba, en el caso de la "reforma" previsional.
Sigue extactos de nota períodistica donde Ortega se jacta de este su sinuoso camino y confirma los hechos citados, aunque desde su propio punto de vista:
"Ortega analiza con mandos militares protestas en Nicaragua contra reforma al INSS
Por Elpais.Cr - 21 Abril, 2018 - EnInternacionales (Se trata de un diario nicaraguense, nota nuestra) 0
El presidente de Nicaragua,Daniel Ortega, con altos mandos del Ejército y de la Policía Nacional. El19digital.com
San José, 21 abr (ElPaís.cr/Elnuevodiario.com.ni).- El Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, junto a la Vicepresidenta Rosario Murillo (su mujer, nota nuestra), declaró hoy en un mensaje al país que a lo largo de la historia de Nicaragua, el primer paso para consolidar la paz es y ha sido el diálogo.
Durante este mensaje a la nación, el Presidente Daniel acompañado de los altos mandos del Ejército de Nicaragua, la Policía Nacional y miembros del Gabinete de Gobierno, hizo un repaso por los procesos históricos que ha atravesado Nicaragua en los años ochentas y noventas, donde el diálogo ha sido imprescindible para alcanzar la paz.
(...)Además, afirmó que Arnoldo Alemán (mandatario entre 1997 y 2002) trató de desconocer los acuerdos alcanzados por los sandinistas (oposición en aquel momento) con Chamorro, lo que representaba un peligro.
Alemán, una vez en el poder, reconoció que era necesario un diálogo “y se tomaron acuerdos muy importantes para el país, para darle estabilidad al país”, dice Ortega.
Resaltó que las negociaciones con los gobiernos de Chamorro y Alemán desembocaron en reformas a la Constitución.
“Los acuerdos (de los sandinistas) con Alemán empezaron a ser criticados, criticaron el pacto, porque un acuerdo es un pacto, eso está en todas las culturas”, dijo.
Para el gobierno de Enrique Bolaños en Nicaragua (2002-2007), Ortega afirma que los sandinistas también buscaron acuerdos, desde la oposición. “No buscamos condiciones para desestabilizar… y el gobierno Bolaños concluyó todo su período”.
Según Ortega, cuando volvió al poder en 2007, “damos el gran salto para construir la reconciliación”. La medida, añade, se logró mediante una alianza con empresarios, trabajadores y productores".
La posición del Partido Comunista del Perú sobre la revolución nicaraguense:
"Nicaragua hizo una revolución inconclusa y su problema está en que allí no se ha destruido el Poder de toda la gran burguesía, se han centrado en antisomocismo, creo que ése es un problema. Una revolución democrática tiene que barrer las tres montañas y allí no se ha hecho; por otro lado, se desarrolla dentro de criterios cubanistas reajustados en los últimos tiempos y eso simplemente lleva a depender, en último término, de la Unión Soviética. ¿Cómo se comprueba esto?, porque en las conversaciones entre los representantes diplomáticos de las dos superpotencias es donde se trata, se ve y se maneja la situación de Nicaragua, como la de Afganistan o la de Medio Oriente, son muy sintomáticos los pasos de marchas y contramarchas que han dado y muy coincidentes reuniones y acuerdos de las superpotencias las medidas que luego se toman en Nicaragua, en su relación con la "contra". Nos parece que Nicaragua, como bien merece ese heroico pueblo, para seguir el camino correcto tiene que desarrollar la revolución democrática completamente y eso le va a demandar una guerra popular, tiene que romper con el bastón de mando de la Unión Soviética, asumir en sus manos su propio destino y defender su independencia de clase y esto demanda un Partido y, obviamente, sujetarse a la concepción del proletariado; de otra manera seguirá siendo ficha de ajedrez y eso es lamentable. Creemos que ese pueblo ha dado muestra de gran combatividad y su destino histórico no puede sino desarrollar la revolución como corresponde, con Partido basado en el marxismo-leninismo-maoísmo y guerra popular, y desarrollarse independientemente sin tutelaje alguno, de nadie, ni cercano ni lejano" /(PCP: Entrevista al Presidente Gonzalo, 1988).
Análisis del Programa sandinista por el Presidente Gonzalo en el I Congreso del PCP:
“El frente sandinista de liberación nacional lucha desde el pueblo y con el pueblo para derrocar a la tiranía somocista y llevar al poder un gobierno democrático y popular”. Saltante: somocista.
Luego dice: al conquistar el poder, el frente sandinista a la cabeza del pueblo va a empezar a tomar las siguientes medidas:
1. Vamos a recuperar todas las propiedades de los Somoza. 2. Vamos a hacer una revolución agraria – es reforma agraria y no revolución agraria. Todas las tierras de los Somoza, las de sus altos militares, la de sus cómplices en despojos y robos que vamos a expropiar les serán entregados a familias campesinas sin tierra y a todos los que quieran irse a trabajar. ¿Y las de los demás, o Somoza y su familia tenían todas las tierras de Nicaragua?; la aplicación de la reforma agraria en Nicaragua ha sido por partes, sin embargo dice: ya no habrá entonces latifundios en Nicaragua, pero si uno ve el proceso de aplicación-------y otra vez, los Somoza es la cuestión. 3. El pueblo va a hacer que cambien las condiciones de trabajo en el campo. 4. Cambiaran las condiciones de trabajo en las minas. 5. Cambiaran las condiciones de trabajo en las ciudades. 6. Los maestros recibirán nuevo trato. 7. Los empleados recibirán nuevo trato. 8. Libre sindicalización para todos los trabajadores. 9. El costo de la vida no estará subiendo a cada rato. 10. El transporte será digno y eficiente. 11. El agua y la luz llegaran a todas partes. 12. La vivienda digna será un derecho del pueblo. 13. La salud y el bienestar serán derechos del pueblo. 14. La educación será para todos. 15. La costa atlántica va a ser incorporada y desarrollada. 16. Nuestros recursos naturales serán defendidos. 17. Los bancos servirán para el desarrollo popular. 18. El crimen organizado desaparecerá para siempre. 19. La delincuencia va a ser combatida. 20. La tortura y el asesinato político va a desaparecer. 21. Gozaremos de libertades democráticas. 22. Vamos a luchar por acabar con la discriminación contra la mujer. 23. Relaciones libres con todo el mundo. 24. Un ejército democrático y popular. Formar un nuevo ejército nacional. 25. Los héroes y mártires permanecerán en el corazón de su pueblo. Patria libre o morir. Frente sandinista de liberación nacional. Daniel Ortega Saavedra, Víctor tirado López, Humberto ortega Saavedra, 78, algún lugar de Nicaragua. (Comprensible).
Este es el programa, una enumeración simplemente de reivindicaciones. Si bien se habla de gobierno democrático y popular, ¿Qué se dice de eso?, “será el primer gobierno independiente de Nicaragua, un gobierno de todos nosotros, los trabajadores de fábricas, talleres, planteles, los artesanos, los campesinos sin tierra, los cortadores, los macheteros, los peones, un gobierno para los que viven en los tugurios y no consiguen trabajo, para los soldados humildes y explotados, para todos los olvidados y --------------de Nicaragua, un gobierno que también favorecerá a los pequeños agricultores y pequeños comerciantes que ven cerradas sus oportunidades, a los empleados públicos, a los maestros, a los dependientes, a los oficinistas y que contara con la colaboración de los profesionales, técnicos e intelectuales honestos de nuestro país”.
Ese es el programa del frente sandinista de liberación nacional, año78, y tomaron el Poder el 79, razón demás para tener un programa altamente desarrollado, ¿o no?; creo que esto es muy explicativo, muy claro".