Thursday, September 14, 2023

A NOVA DEMOCRACIA BRASIL: Editorial semanal – Gobierno y Estado quieren que Bolsonaro sangre

 

EDITORIAL

Editorial semanal – Gobierno y Estado quieren que Bolsonaro sangre

 


por redacción AND

  13/09/2023 2 minutos de lectura

 

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Tras ratificar su acuerdo de culpabilidad el 9 de septiembre, el teniente coronel del reaccionario Ejército, Mauro Cid, pone a Bolsonaro en aún más problemas para deshacerse de las pruebas de sus crímenes. “Cid le contará todos los hechos sobre Bolsonaro que le preguntes”, dijo su abogado, Cezar Bittencourt, el mismo que, en 2017, afirmó que las acusaciones benefician a “soplones” y “denunciantes que traicionan a su pareja a cambio de una reducción de la compasión". Irónicamente, sus palabras de 2017 son aún más actuales para su actual cliente. Para empeorar las cosas, el día 12, el secreto telefónico del ex candidato a vice general Braga Netto fue roto debido a una investigación sobre corrupción en la intervención militar en Río de Janeiro en 2018.

 

La familia del capitán de la selva, Bolsonaro, está en polvorosa. Según interlocutores del monopolio de prensa, nadie en el círculo de Bolsonaro sabe con certeza qué dirá Cid, y todo su entorno político está desesperado, temeroso de ser arrojado al león. En un servicio religioso, su esposa – milagrosamente transformada en líder del PL – lloró, gritó desesperada el nombre de Dios y gritó que su familia estaba siendo traicionada. Este es el resumen de la situación del horrible clan Bolsonaro.

 

Sin embargo, la tendencia sigue siendo que no será arrestado ahora. El derramamiento de sangre de Bolsonaro, lento y constante, interesa más a las fuerzas en disputa que su arresto en este momento. Para el oportunismo, es útil tener un saco de boxeo al que golpear cada vez que surjan críticas a su gobierno desde su propio campo; al Alto Mando de las Fuerzas Armadas (ACFA), como la situación es ésta, conviene también marchitar la dirección bolsonarista en los cuarteles y entre las libreas de los cuarteles para intentar recuperarlos, esta vez bajo su control absoluto; y en la derecha tradicional, cuanto más sangra Bolsonaro, más se abre la posibilidad de viabilizar esa “tercera vía” y poder descartar a Luiz Inácio.

 

En el centro de la crisis militar, la ACFA busca desvincularse de Bolsonaro lo más rápido posible. Sin embargo, esto y el CCPA son inseparables. Bolsonaro –y el bolsonarismo– es la elevación al extremo de la premisa y la doctrina del ACFA; sus agitaciones y preparativos de ruptura institucional son una elevación al extremo del plan de intervención militar, que el propio ACFA planeó tras los levantamientos populares de 2013 y puso en marcha, a partir de 2015, con su ofensiva contrarrevolucionaria preventiva. Aunque pretenden aprovechar el derramamiento de sangre de Bolsonaro para afirmarse, lo cierto es que el ACFA se encuentra en una situación muy delicada con su cohesión tambaleante, como lo demuestran las contradicciones entre generales reservistas y activos; cohesión quebrantada entre ACFA y el grueso de las tropas (grados y oficiales bajos y medios, en su mayoría bolsonaristas); ninguna cohesión con la base civil de Bolsonaro decepcionada con los “generales sandía”; y con la quema de las Fuerzas en la opinión pública. No hay muchos márgenes políticos para que los generales golpistas puedan maniobrar.

 

Ésta es la situación actual de la crisis de lucha política y militar dentro de las clases dominantes locales y en el actual gobierno de la coalición reaccionaria. Las masas populares deben aprovechar la división entre sus explotadores y opresores para movilizar fuerzas en defensa de sus derechos y de una verdadera y nueva democracia.

 

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Mientras tanto, en Chile las calles están alborotadas por el 50 aniversario del golpe militar de Augusto Pinochet, seguido por uno de los regímenes más sanguinarios que se instauró en el subcontinente hace esos años y que duró 17 años. Gabriel Boric, presidente del país, fue elegido tras las Jornadas extraordinarias de 2019, manipulándolas hacia elecciones y una “nueva constitución”. Después de un año en el gobierno, el líder de la falsa izquierda oportunista del país tiene que sufrir una sonada derrota: el nuevo constituyente elaborará, como resultado, una constitución formulada principalmente por una coalición de la extrema derecha y la derecha civil; una constitución que mantenga lo esencial de la “constitución pinochetista”, contra la cual luchan tan duramente las masas populares chilenas. Es el propósito histórico del oportunismo: vender la lucha popular por un miserable plato de lentejas.