Cada año los revolucionarios comunistas en todo el mundo celebramos
el 19 de Junio como el día de la heroicidad y el día internacional de
los presos políticos. En el 19 de Junio de 1986 los presos políticos
revolucionarios y los prisioneros de guerra se levantaron en rebelión en
tres cárceles de Lima: Lurigancho, El Frontón y Callao. Ellos dieron
una enorme muestra de heroísmo revolucionario, donde más de 250 de ellos
dieron sus vidas para derrotar los planes genocidas del viejo Estado
Peruano y sus amos imperialistas.
Esos camaradas así como todos los hijos e hijas del pueblo viven en
la lucha del proletariado internacional y de los pueblos del mundo. La
mejor forma de homenajear a estos camaradas es continuando su lucha,
seguir el mismo camino de aprender de su jefe, el Presidente Gonzalo,
hoy cuando los comunistas del mundo están luchando intensamente para
alcanzar niveles más altos de unidad basados en los principios del
marxismo-leninismo-maoismo, principalmente el maoismo, la lucha contra
el revisionimo y sirviendo a la revolución proletaria mundial, es de
decisiva importancia avanzar audazmente y a través de saltos en la lucha
por la reconstitución de los partidos comunistas. En este sentido, en
homenaje a los héroes caídos y sirviendo a sus metas, hoy publicamos un
documento en español del Partido Comunista del Perú titulado:DESARROLLAR
LA CONSTRUCCIÓN, PRINCIPALMENTE DEL PARTIDO, EN FUNCIÓN DE LA LUCHA
ARMADA que es una declaración de la sexta y séptima sesión plenaria del
comité central del PCP.
Hasta donde sabemos, este documento no estaba
publicado antes en internet y esperamos que a través de esta publicación
el documento llegue a camaradas que no lo conocían antes.
Sobre esto, queremos señalar un punto importante, transcribimos el
documento de “GUERRA POPULAR EN EL PERÚ El Pensamiento Gonzalo TOMO II”,
una recopilación de documentos del PCP que fue publicada en 1993 por un
cierto BORJA. Este personaje en cierto punto estuvo ligado al periódico
“el diario” y también publicó una edición internacional de este
periódico pero nunca fue un miembro del partido y nunca representó la
posición del partido. Después de la publicación de la recopilación
mencionada, él intentó usarla así como otros trabajos que él ha hecho
para atacar la posición del partido, destruir el trabajo del partido en
el extranjero. Obviamente estos intentos fallaron y terminó como un
renegado declarado de la guerra popular y hasta hoy continúa vomitando
su odio de clase reaccionario contra el Presidente Gonzalo. De esta
persona no se puede esperar ni el más mínimo nivel de “honestidad
intelectual”, entonces advertimos al lector que el texto puede incluir
algunos errores en relación al texto original publicado por el PCP.
El caso de “el gran señor Borja”, bien conocido por todos que están
familiarizados con la historia del Movimiento Revolucionario
Internacionalista en los años 90’s, es una buena lección porque muestra
como individuos con el apoyo de un oportunista de derecha en la
dirección del partido pueden generar momentáneamente confusión y
dificultades al aplicar el método revisionista de “combatir banderas
rojas con banderas rojas”, y esto es particularmente interesante porque
también muestra que estos personajes específicos terminan olvidados e
irrelevantes en la montaña de basura de la historia en cuanto los
comunistas marchan en frente, superando todas las dificultades y
levantando la bandera roja en aun más altas cumbres.
Esperamos que la publicación de hoy sea un humilde reconocimiento de los camaradas caídos.
¡Gloria a los héroes caídos! ¡Viva la revolución!
Los escritores de Servir al pueblo (Dem Volke Dienen)
DESARROLLAR LA CONSTRUCCIÓN, PRINCIPALMENTE DEL PARTIDO, EN FUNCIÓN DE LA LUCHA ARMADA
I. SOBRE EL CAMINO BUROCRÁTICO Y EL CAMINO DEMOCRÁTICO
En la sociedad peruana del siglo XX dos caminos se enfrentan como
expresión d ela lucha de clases: El camino burocrático y el camino
democrático. El primero es el camino de las clases explotadoras, del
imperialismo, del feudalismo y del capitalismo burocrático, el camino de
la burguesía monopolista principalmente del imperialismo yanqui que nos
oprime, de los terratenientes feudales y de la burguesía compradora y
burocrática. Este es el camino del desarrollo y profundización del
capitalismo burocrático en una sociedad semi-feudal y semi-colonial; el
camino del Estado de dictadura terrateniente-burocrática bajo mando
imperialista; del predominio de la ideología imperialista y feudal.
El camino burocrático es el que las clases explotadoras siguen en el
país desde 1895 hasta hoy. Camino que en la década del 20 entronizó a la
“burguesía mercantil” como clase dirigente del campo reaccionario, y en
la que se reestructuró el Estado peruano desde el punto de vista de la
llamada “democracia representativa”. Esta primera reestructuración
estatal, bajo dirección de la burguesía compradora, se produjo, no lo
olvidemos, “en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y
del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa
de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida”, como dice el punto 3
del Programa del Partido. Pero si la constitución de 1920 sirvió al
desarrollo del capitalismo burocrático y a la lenta evolución de la
feudalidad así como al dominio del imperialismo yanqui y de la burguesía
compradora a él ligada; el desenvolvimiento del proceso económico, las
propias contradicciones en el seno de la reacción y principalmente el
desarrollo de la lucha de clases, la movilización, politización y
organización de las masas, campesinas y obreras en especial y lo que es
fundamental, la fundación del Partido Comunista por Mariátegui, en un
ambiente de crisis general, agravada profundamente por la crisis mundial
del 29, llevó a la segunda reestructuración estatal de este siglo.
Esta, también como la primera, derivada directamente de un movimiento
llamado “revolucionario”, se plasmó en la constitución del 33 la que,
con variaciones que no cambian su esencia, se enmarca dentro de las
mismas condiciones del camino burocrático.
Desde los años 50 este camino entra en la profundización del
capitalismo burocrático con una creciente participación del Estado en
toda la vida nacional, especialmente en el campo económico. La década
del 60 es crucial para este segundo momento, en él su proceso económico
mostró más sus trabas y limitaciones engendrando incluso peligrosas
perspectivas para su sistema y, además, entró en crisis la llamada
“democracia representativa”. Resaltemos de paso que, similares
condiciones se dieron en toda América Latina. Así, en octubre del 68 las
Fuerzas Armadas asumieron el Poder para cumplir dos tareas: Profundizar
el capitalismo burocrático y reestructurar la sociedad peruana labor
que vienen cumpliendo en casi 10 años. El nuevo gobierno, presentándose
como “revolucionario” y con la cooperación principal del revisionismo
social corporativista de “Unidad”, inició una altisonante campaña
cuestionadora del “orden prerrevolucionario” y especialmente del sistema
“demorrepresentativo”. Las Fuerzas Armadas guiándose por una concepción
política fascista, luego de inmediatos reajustes económicos y
políticos, se abocó a sentar bases para la corporitivización y
profundización del capitalismo burocrático tomando al Estado como
impulsor de la economía a través del monopolismo estatal;
posteriormente, su propio proceso y la crisis mundial que agravó la
situación llevarán al gobierno el reajuste general corporativo, en los
planos económico, político e ideológico, adoptando medidas de
reactivamiento y otras tendientes a la corporativización. El derrotero
que ha seguido, se desarrolla hoy como etapa de reestructuración del
Estado corporativo a cumplirse en varios años.
El camino burocrático es, pues, un proceso de más de ochenta años y
si ayer su jefatura estuvo en manos de la burguesía compradora, desde
los años 60 es la burguesía burocrática en desarrollo la que comanda el
proceso a través de las Fuerzas Armadas. Y si en las décadas pasadas en
dos ocasiones se reestructuró el Estado fundamentalmente sobre moldes de
la llamada “democracia representativa”, en la actualidad se lleva
adelante la tercera reestructuración del Estado
terrateniente-burocrático sobre bases corporativas.
Frente al camino burocrático se desarrolla el camino democrático, el
camino del pueblo. Este es el camino de los explotados y oprimidos; es
el camino de las masas populares por destruir la explotación del
feudalismo y del capitalismo burocrático y la explotación y opresión del
imperialismo yanqui que nos domina conjurando cualquier otro afán de
dominio imperialista, especialmente del socialimperialismo que hoy
contiende por la hegemonía mundial. Es el camino del levantamiento de
las masas, principalmente campesinas para derrocar el orden existente,
para tomar el Poder por la violencia. Es el camino que el proletariado, a
través de su Partido, guía como clase dirigente y que el campesinado
desenvuelve combatiendo como fuerza principal; es el camino que la
pequeña burguesía apoya activamente y en el que la burguesía nacional
puede participar, en determinadas circunstancias y condiciones.
El camino del pueblo, en la historia contemporanea peruana, tiene su
inicio también a fines del siglo XIX y su derrotero está marcado por el
desarrollo político del proletariado. Mariátegui, fundador del Partido
Comunista, nos enseñó que la formación del proletariado industrial en
nuestro país “cambia los términos de la lucha política” esta es una
verdad insoslayable para todos los revolucionarios. En el fragor de los
años veintes sobre la lucha de nuestro pueblo, especialmente de los
levantamientos campesinos y a través de la heroica lucha del
proletariado, bajo las banderas del marxismo-leninismo, José Carlos
Mariátegui, el 7 de octubre de 1928, fundó el Partido Comunista, “la
vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su
orientación y dirección, en la lucha por la realización de sus ideales
de clase”, como está escrito en el punto 9 de nuestro Programa. Así, la
vieja revolución burguesa que la burguesía pudo conducir, aunque en los
hechos fue incapaz de hacerlo, devino en revolución burguesa de nuevo
tipo, en revolución de Nueva Democracia, en revolución antiimperialista y
antifeudal que sólo el proletariado, mediante su Partido, es capaz de
conducir siguiendo el camino de cercar las ciudades desde el campo y
librando una prolongada guerra popular. Este es el camino que el
Presidente Mao Tsetung estableció para los países como el nuestro y el
camino que nuestro fundador nos señala.
En su segundo momento, paralelo al del burocrático, el camino
democrático tiene un gran desarrollo en la década del 60: El
proletariado libra grandes luchas y el campesinado reeditando sus viejas
acciones remece los cimientos de la sociedad peruana, mientras
estudiantes, trabajadores, intelectuales y masas populares,
especialmente masas obres de barrios y barriadas, acrecientan su
combatividad; en síntesis, un ran ascenso de la lucha de las masas
populares. También en esta década el país fue escenario de luchas
guerrilleras de cuyas derrotas debemos extraer lecciones que sirvan al
futuro. La lucha de clases atizó la defensa del marxismo-leninismo
contra el revisionismo y a la luz de la lucha internacional entre
marxismo y revisionismo y bajo la guía del
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, los comunistas combatimos
por Retomar el Camino de Mariátegui y Reconstituir su Partido; por
volver a Mariátegui, a su camino, a su línea política general, a su
línea de construcción, en su línea de masas; en concreto, a retomar su
camino para proseguirlo y desarrollarlo y sobre este basamento
reconstituir su Partido.
El camino democrático, el camino del pueblo, en su tránsito
contenmporaneo de más de ochenta años tiene también dos momentos, el
primero cuyo eje es la década del 20 y en el cual Mariátegui fundó el
Partido Comunista haciendo del proletariado la clase política dirigente,
consciente y organizada del campo revolucionario; en ese tiempo al
proletariado peruano le correspondió constituirse como Partido bajo el
marximo-leninismo. El segundo momento, en el cual estamos viviendo,
tiene una tarea clave: Retomar a Mariátegui y Reconstituir su Partido
que se desenvuelve bajo las banderas del marxismo-leninismo-pensamiento
Mao Tsetung, y en la profundización del capitalismo burocrático y la
corporativización que propugnan los explotadores; profundización en la
que maduran las condiciones par ala revolución democrática y, como lo
mostraron las guerrillas de los años sesenta, se gestan las condiciones
que llevan a decidir la revolución a través de la lucha armada.
Prestar atención al problema de los dos caminos es de suma
importancia. Debemos estudiar este problema pues implica conocer el
proceso, la situación y la perspectiva de los campos de la revolución y
de la contrarrevolución, es parte de comprender nuestra historia según
la lucha de clases; así nuestro rumbo es más claro y hay menos riesgo de
desorientación. En síntesis el camino burocrático hoy ha entrado en la
estructuración de su Estado corporativo bajo el mando de la llamada
“democracia social de participación plena”; y buscará, mediante la
aplicación de su “gradualismo” en lo económico y en lo político y sirve
precisamente a cumplir sus planes, atar al pueblo a este camino y
centrar su atención a las actividades electorales que programa,
estructuración y actividades que querrá utilizar también para conjurar
la crisis y reactivar la economía.
Para el camino democrático el problema es cambiar el orden social
existente, tomando el Poder mediante el camino de cercar las ciudades
desde el campo, para crear una República Popular, pues mientras tal cosa
no logre sus situación en esencia seguirá igual. Para el pueblo la
cuestión es convertir su tendencia al desarrollo en acción organizada de
sus propias fuerzas, construir y desarrollar sus instrumentos
revolucionarios y no dejarse atar al carro de la estructuración del
Estado corporativo. Para el pueblo el problema es desarrollar la
creciente protesta popular y organizar las luchas por beneficios de
conquistas, derechos y libertades; por sus reivindicaciones,
particularmente económicas, sin olvidar su rumbo y no dejarse centrar en
actividades electoreras contrarias a sus profundos intereses. No
olvidar que, como dijera Engels, las elecciones son “instrumentos de
dominación d ella burguesía”; y recordar a Mariátegui quien enseñó usar
“las elecciones con meros fines de agitación y propaganda clasista”. En
síntesis para el pueblo, para la clase obrera y para el Partido el
problema es: Reconstituir el Partido desde el campo y poner como base el
trabajo campesino para seguir el camino de cercar las ciudades desde el
campo.
II. MOVILIZAR, POLITIZAR Y ORGANIZAR A LAS MASAS, PRINCIPALMENTE AL CAMPESINADO
¿Qué derrotero han seguido las masas populares bajo el régimen
actual? Surgió primero un repliegue frente a la ofensiva del golpe
militar del 68; se pasó a un reactivamiento de la lucha popular el año
71; y del reactivamiento al desarrollo de la lucha democrática por la
unificación de las masas que alcanza gran expresión en la segunda mitad
del 73; posteriormente, el año 75, las masas populares tienden al
desarrollo como su tendencia principal, lo que implica avance en lo
ideológico, lo político y lo organizativo. A lo largo de casi nueve años
las masas con zigzagues, como es natural, han desarrollado intensa
lucha: Un amplio movimiento huelgístico, especialmente en esta década,
siendo el año 75 el punto culminante hasta hoy, muestran la creciente
combatividad del proletariado; el campesinado a su vez ha continuado
pugnando por la tierra y ha combatido la ley agraria, las luchas de
Andahuaylas son prueba fehaciente sino la única, pues en las diversas
regiones de nuestra patria sigue latiendo la vieja y aún insatisfecha
lucha campesina; las masas populares de las diversas ciudades del país
han librado también ejemplares acciones y se puede afirmar que no hay
ciudad importante que no haya sido escenario de la protesta popular.
Lo
anterior muestra la tendencia al desarrollo que anida como corriente
principal en las masas populares, especialmente en obreros y campesinos
que son las fuerzas básicas: y todo esto lleva más profundamente a una
agudización de la lucha de clases que tiende a convertirse en futuro
ascenso de la lucha del pueblo. Pero el ascenso en nuestro país, en
esencia, es desarrollo y ascenso del movimiento campesino y sin él no
puede hablarse de un fuerte y verdadero ascenso de la lucha popular. He
aquí, también, la importancia del campesinado que no es sino reflejo de
su condición de fuerza principal; este problema es fundamental y es, a
todas luces, punto débil del trabajo revolucionario del país.
Contra el desarrollo del movimiento de masas, el régimen lanzó su
ofensiva política fascista y corporativizadora pretendiendo organizar a
las masas populares en sus llamadas “organizaciones de base” para
unirlas a su programa contrarrevolucionario; sin embargo, sus planes no
cumplieron plenamente sus objetivos. Una muestra la vemos en el frente
sindical: En él, el gobierno comenzó negando la necesidad de los
sindicatos, sostuvo luego el “pluralismo sindical” pasando, después, a
organizar sus propios sindicatos corporativos, la propagandizada CTRP;
posteriormente, impulsó su “movimiento laboral revolucionario” (MLR)
apuntando a asaltar los sindicatos y usurpar sus direcciones. Evolución
de su política sindical paralela al constante “diálogo” y relaciones de
coordinación y colaboración que mantuvo con las “centrales reconocidas”:
CGTP, CNT y CTP, las que con discrepancias menores le han apoyado,
principalmente la CGTP; y también paralela a su constante y sistemático
uso de la violencia represiva que aplicó desde los inicios de su gestión
y que, a partir del 76, se convirtió en un año de suspensión de
garantías, Estado de emergencia y ofensiva antisindical y antipopular.
El régimen y su programa tendiente a controlar a las masas y
organizarlas fueron apoyadas, a más de las centrales referidas, por los
partidos políticos reaccionarios: así por el Apra principalmente entre
los partidos defensores de la llamada “democracia representativa” siendo
este el punto de divergencia entre estos partidos y el gobierno, quien a
su vez están unidos, gobierno y partidos, por su sometimiento al
imperialismo norteamericano. Y por el partido revisionista de “Unidad”,
principalmente entre los partidos adictos de la corporativización;
dentro de estos, la concordancia entre el gobierno y “Unidad” es la
corporativización y su divergencia está en que el revisionismo es punta
de lanza del socialimperialismo.
Así a lo largo de estos años, el gobierno ha contado, directa o
indirectamente y a través de divergencias secundarias, con el apoyo del
Apra y del revisionismo, fundamentalmente, entre los partidos de
“democracia representativa” y de los corporativizadores, pero es el
partido revisionista de “Unidad” el que hasta hoy se desempeña como el
aliado y apoyo principal del régimen y en la actualidad, incluso, es
precisamente, el que llama a cerrar filas en torno a las llamadas
“conquistas de la revolución” y pugna por las más pura estructuración
del Estado corporativo, que el gobierno y el revisionismo denominan
“democracia social de participación plena”. La Democracia Cristiana está
ligada al gobierno, además de su posición corporativista, por sus
vínculos al imperialismo yanqui y por su concepción social cristiana; no
obstante, dada su poca influencia, no ha desempeñado igual papel que el
revisionismo.
Sin embargo, pese a todo eso, incluso a las confusiones que el
revolucionarismo siembra en las filas del pueblo y no obstante de los
lastres históricos que entraba una lucha popular y a sus debilidades
presentes, las masas populares no han sido atadas al carro
corporativista; esto muestra el grado de desarrollo de las masas,
especialmente básicas, y que la propagandización política nunca es en
vano por más que medie largo tiempo entre la siembra y la cosecha como
nos enseña Lenin.
Desde 1975 el pueblo viene soportando una crisis producto de la
aplicación del programa de profundización del capitalismo burocrático y
de la corporativización de la sociedad peruana, acentuada por la crisis
mundial. Esta crisis, que proseguirá el 78 y cuyas consecuencias
amenazan extenderse hasta el 80, golpea a las masas con bajas salariales
expresadas en fuertes pérdidas de la capacidad de compra de salarios y
sueldos; en creciente desocupación que recae principalmente sobre
jóvenes y mujeres y se amplia en el campo como subempleo; en alzas
galopantes del costo de vida y en la carencia de productos básicos par
ala alimentación popular; y, en toda una ofensiva sistemática
antisindical, antipopular y antidemocrática concretada por más de un
año, recientemente, en la suspensión de garantías, Estado de emergencia y
negación de elementales derechos de reivindicación salarial, de
organización sindical y de derecho de huelga a más de prisiones y
represiones.
Esta crisis es una más de las usuales crisis que padecemos y a las
que el sistema social condena al pueblo; y, plante a las masas una
interrogante ¿cómo salir de la crisis? El marxismo enseña que la crisis
es un círculo vicioso que se repite cada cierto número de años, pues su
propia raíz está en el propio orden social; que los obreros a través de
una lucha sindical bien conducida pueden obtener éxitos reivindicativos
como aumento de salarios, reducción de jornada y condiciones de trabajo;
que llegada la crisis lo conquistado se pierde y que, superada, los
trabajadores vuelven a seguir el mismo camino de lucha reivindicativa
para recuperar lo perdido y obtener nuevas conquistas, la que volverán a
perderse en otra crisis y así sucesivamente. Éste es el círculo
viciosos del cual hablar a Engels, la reiterada repetición cíclica que
seguirá mientras exista el orden de explotación dominante y que plantea
al proletariado y al pueblo combatir por romperlo. La crisis nos plantea
dos problemas: primero, como defender o conquistado, y a que, si bien
en la crisis las conquistas se pierden más se perderán cuanto menos se
las defienda; esta es la cuestión de la necesidad de la lucha
reivindicativa que debemos librar siempre sujetándose al principio de
“razón, ventaja y límite”. Lucha reivindicativa que no sólo implica
defensa de beneficios y conquistas y de derechos y libertades; lucha
económica en cuanto demanda para un grupo o una parte de la clase y
lucha política en cuanto reivindicación general; sino que, además, la
lucha reivindicativa va forjando a la clase y a los trabajadores para su
lucha por el Poder. Segundo ¿cómo acabar con la crisis?; siendo las
crisis producto cíclico del orden social de explotación no se podrá
acabar con ellas sino se acaba con el orden social predominante; ésta es
la cuestión, en síntesis, de la lucha por el Poder, es el problema de
desarrollar el camino de cercar las ciudades desde el campo para con la
guerra popular llevar adelante la revolución de nueva democracia; es,
pues, la necesidad de la lucha revolucionaria que sirve a la toma del
Poder por la clase obrera, bajo la dirección de su Partido. Estas dos
cuestiones, la lucha reivindicativa y la lucha por el Poder, que se
agravan y patentizan en las crisis, no se pueden separar una de la otra,
el problema es que las masas libren ambas, que las masas populares
desarrollen la lucha reivindictavia teniendo como rumbo el Poder. La
relación de ambos problemas se concreta en desarrollar la lucha
reivindicativa en función del Poder; de ahí que: centrar principalmente
en la lucha reivindicativa es revisionismo.
En la actualidad, más que nunca debemos adherir al gran principio de
que las masas hacen la historia y a que “el proletariado no dispone, en
su lucha por el Poder, de más arma que la organización”; y, guiarnos por
la gran orientación siguiente: “sólo cuando estén organizados y
movilizados los obreros y campesinos, que constituyen el 90 por ciento
de la población, será posible derrocar al imperialismo y al feudalismo.”
Fundamentales planteamientos del marxismo-leninismo-pensamiento Mao
Tsetung que debemos tener presentes; y hoy, cuando la lucha contra el
revisionismo, peligro principal de la lucha revolucionaria nacional e
internacional, se torna más necesaria, aplicar con firmeza la táctica
marxista de distinguir el “Partido obrero burgués, el de la minoría
privilegiada, de la ‘masa inferior’, la verdadera mayoría, … que no está
contaminada de ‘respetabilidad burguesa’”, que el gran Lenin
estableciera y persistir en su orientación de que “si queremos seguir
siendo socialistas, (esto es comunistas), nuestro deber es ir más abajo y
a lo hondo, a las verdaderas masas: en ello está el sentido de la lucha
contra el oportunismo y todo el contenido de esta lucha”; y ceñirnos a
la línea que él mismo condensara así: “La única línea marxista en el
movimiento obrero mundial consiste en explicar a las masas que la
escisión con el oportunismo es inevitable e imprescindible, en educarlas
para la revolución en una lucha despiadada contra él, en aprovechar la
experiencia de la guerra para desenmascarar todas las infamias d ella
política obrera liberal-nacionalista, y no para encubrirlas”.
Plantearse en el perú el problema de las masas populares es centrar
la atención en el campesinado que es la fuerza principal de la
revolución. Mariátegui, fundador del Partido Comunista, centró este
problema; en síntesis, la revolución democrático-nacional tiene por
fundamento la cuestión de la tierra y el problema de la tierra ene l
Perú es el de la supervivencia de la feudalidad, “del régimen económico
feudal, cuyas expresiones son el gamonalismo, el latifundismo y la
servidumbre”, resaltando que “el régimen de propiedad de la tierra
determina el régimen político, y administrativo de toda nación.” Por
ello Mariátegui con gran visión estableció que el primer problema que
debemos resolver es “el de la liquidación de la feudalidad.” Por otro
lado, magistralmente precisó la relación entre el problema indígena y el
de la nacionalidad señalando: “El Perú es todavía una nacionalidad en
formación. Lo están construyendo sobre los inertes estratos indígenas,
los aluviones de las civilización occidental”; agregando que el
“problema de los indios… es el problema d ella mayoría. Es el problema
de la nacionalidad.” Y profundizando el problema indígena sentó: “La
cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el
régimen de propiedad de la tierra” y “el dominio de la tierra coloca en
manos de los ‘gamonales’ la suerte de la raza indígena”. Así, nuestro
fundador estableció la indesligable relación entre el problema de la
tierra y el problema nacional; De esta manera la lucha por la tierra es
la base de la lucha nacional y está no puede desarrollarse
revolucionariamente sin aquella.
Además, en Mariátegui certeramente el gamonalismo, una de las
expresiones de la feudalidad, indesligablemente unido al problema de la
tierra y al problema nacional, adquiere decisiva importancia por su
relación con el porblema estatal y de la revolución. En “Presentación a
tempestad en los andes” escribió:
“El término gamonalismo no designa sólo una categoría social y
económica: La de los latifundistas o grandes propietarios agrarios.
Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no está representado por los
gamonales propiamente dicho. Comprende una larga jerarquía de
funcionarios, intermediarios agentes, parásitos. El indio alfabeto se
transforma en un explotador de su propia raza, porque se pone al
servicio del gamonalismo. El factor central del fenómeno es la hegemonía
de la gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del
Estado. Por consiguiente, es sobre este factor, sobre él que se debe
actuar si se quiere atacar en su raíz un mal del cual algunos se empeñan
en no contemplar sino las expresiones episódicas y subsidiarias.”
“Esa liquidación del gamonalismo o de la feudalidad, podía haber sido
realizado por la República, dentro de los principios liberales y
capitalistas … saboteados por la misma clase encargada de aplicarlos,
durante más de un siglo han sido impotentes para redimir al indio de su
servidumbre que constituye un hecho solidario con el de la feudalidad.
No es el caso esperar que hoy, que estos principios están en crisis en
el mundo, adquieren repentinamente en el perú una insólita vitalidad
creadora” (El subrayado es nuestro).
El mismo fundador tratando estos problemas en relación con toda
América decía: “El Estado actual, en estos países, reposa en la alianza
de la clase feudal terrateniente y la burguesía mercantil. Abatida la
feudalidad latifundista, el capitalismo urbano carecerá de fuerzas para
resistir a la creciente clase obrera.” Y analizando las derivaciones del
capitalismo en relación al campesinado concluyó: “El capitalismo, con
sus instrumentos mismos de explotación, empuja a las masas por la vía de
sus reivindicaciones, las conmina a una lucha en que se capacitan
material y mentalmente para presidir un orden nuevo.”
Todos estos planteamientos son de gran trascendencia para nuestro
Partido y nuestro pueblo, hoy más que nunca cuando la aplicación de tres
leyes agrarias desde la década del 60 impulsan el camino terrateniente
de evolución de la feudalidad, dentro de la profundización del
capitalismo burocrático y de la corporativización, comprueban día a día
su validez e importancia y la necesidad de aplicarlos con decisión y
firmeza desarrollándolos en medio de la lucha de clases del campesinado
por la tierra, que es la base misma d ella revolución democrática. De
ahí la exigencia cada vez más perentoria de poner al trabajo campesino
como base de toda la actividad revolucionaria de nuestro país. Esta es
la base de la lucha por el Poder en un país como el nuestro, por cuanto
el campesinado, reiteramos, es la fuerza principal en la transformación
de la sociedad peruana y, en consecuencia, la fuente que aportará
principalmente el camino de cercar las ciudades desde el campo.
Combatamos los erróneos criterios de esencia revisionista sostenedores
que el proletariado es la fuerza principal y de que en él deben
centrarse las actividades revolucionarias; en nuestro país, como lo
demuestra la revolución China, el proletariado no es la fuerza principal
peor si la clase dirigente y precisamente su rumbo consiste en levantar
al campesinado y guiarlo, a través de su Partido, en al revolución
democrática mediante la guerra popular.
En conclusión, nuestro problema es movilizar, politizar y organizar a
las masas, principalmente al campesinado teniendo en cuenta que la
forma principal de lucha es la lucha armada y que debemos desarrollar la
lucha reivindicativa en función del Poder. Sólo así serviremos al
proletariado, al pueblo y a la revolución; sólo así, en último término,
serviremos al internacionalismo proletario; sólo así en síntesis, nos
forjaremos como comunistas y abriremos brecha para cumplir el el
programa del Partido hasta la sociedad comunista. Adhiramos con firmeza a
los principios del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung,
desarrollemos en la lucha de clases la línea política general que
Mariátegui estableciera y tengamos confianza infinita en las masas, pues
como dice el Programa del Partido que nuestro propio fundador
redactara: “Las masas trabajadoras de la ciudad, el campo y las minas y
el campesinado indígena, cuyos intereses y aspiraciones representamos en
la lucha política, sabrán apropiarse de estas reivindicaciones, y de
esta doctrina, combatir perseverante y esforzadamente por ellas y
encontrar, a través de esta lucha, la vía que conduce a la victoria
final del socialismo.”
III. CONSTRUCCIÓN Y LUCHA EN EL PARTIDO. COMBATIR EL REVISIONISMO COMO PELIGRO PRINCIPAL.
El desarrollo del trabajo partidario y de la lucha de dos líneas nos
llevaron, en los últimos años, a la siguiente conclusión: Desarrollar la
construcción tomando como base la construcción ideológico-política y
desenvolver simultáneamente la construcción organizativa, en medio de la
lucha de clases de las masas y en la lucha de dos líneas, esto es d
ella línea proletaria de Mariátegui y su desarrollo en contra del
oportunismo de derecha y de izquierda. Y más recientemente, hemos
avanzado en la comprensión de la indesligable y vínculo entre
construcción y lucha. Este proceso está particularmente ligado a la
lucha contra el liquidacionismo de derecha y de izquierda; es luchando
contra el liquidacionismo como hemos comprendido estos importantes
problemas.
Estas experiencias que el partido ha vivido en los últimos años se
ajustan de las del proletariado internacional; así, en la experiencia
China tener en cuenta la siguiente certera condensación: “Persistir o no
en la lucha interna del partido es una diferencia de principios entre
la línea del Presidente Mao y la línea revisionista en la construcción
del Partido.”
ETAPAS Y LUCHAS IMPORTANTES EN LA HISTORIA DEL PARTIDO
En líneas generales y desde el punto de vista de la construcción del
Partido en especial, podríamos dividir nuestra historia en las
siguientes etapas: primera, del establecimiento del Camino de Mariátegui
y de la constitución del Partido; segundo de la búsqueda del Camino de
Mariátegui y de la Defensa del Partido; tercero, de la lucha por Retomar
el Camino de Mariátegui y de la Reconstitución del Partido. Si
quisiéramos concretar más, para resaltar los problemas de la
construcción del Partido, las tres etapas las precisaríamos así:
Constitución, Defensa y Reconstitución.
La constitución del Partido Comunista, en octubre del 28, obra cumbre
de José Carlos Mariátegui fue una larga y gran lucha que remata más de
tres décadas de combate del proletariado peruano. La Constitución
implicó luchar contra el anarco-sindicalismo y contra las maquinaciones
del aprismo naciente, y fue el triunfo de la necesidad del Partido del
proletariado en nuestro país.
Desde la constitución o fundación del Partido podemos resaltar cinco luchas importantes:
1- Contra el abandono del Camino de Mariátegui y el liquidacionismo de izquierda de Ravínez y compañía;
2-
contra el capitulacionismo y liquidacionismo de derecha de Terreros –
Portocarrero y de Acosta – Del Prado – Barrio, bajo influencia del
browderismo;
3- Contra el revisionismo de Del Prado y compañía bajo el bastón de mando del revisionismo contemporáneo de Jrushov – Breshnev;
4- Por la construcción de los tres instrumentos de la revolución y contra el derechismo disfrazado de “izquierda” y,
5- Contra el liquidacionismo tanto de derecha como de “izquierda”.
Estas son importantes luchas en los casi 50 años de historia del
Partido, debemos prestarles gran atención para extraer de ellas
experiencias y lecciones que sirvan al desarrollo de la construcción en
que estamos empeñados. El estudio y la investigación de la historia del
Partido, si bien han avanzado, deben ser reforzados, es vital para
comprender la lucha de dos líneas, el proceso de construcción de los
tres instrumentos en el país y para adherir más a la línea de Mariátegui
y su desarrollo.
RECONSTITUCIÓN Y LUCHA
El proceso de Reconstitución del Partido es consecuencia de Retomar
el Camino de Mariátegui; se inició a comienzos de la década del 60 y si
bien se levanta sobre la lucha de clases de nuestra patria,
especialmente del proletariado y del campesinado, está íntimamente
ligada en su desarrollo al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung.
En más de 15 años la Reconstitución ha pasado por los siguientes
momentos: De su determinación, que remata en la VI Conferencia con el
establecimiento de las Bases de Unidad Partidaria
(marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, pensamiento de Mariátegui y
línea política general) y el acuerdo sobre la necesidad de la
Reconstitución del Partido, en 1969; de su aplicación, cuya clave es el
III Pleno que sancionó las Bases de la Reconstitución en lo
ideológico-político, en lo organizativo y en el trabajo de masas, en
1973; el de su impulso, que se desarrolla desde 1975. Así , la
Reconstitución del Partido ha entrado en la actualidad en el momento de
su culminación que debe rematar en el V Congreso. La tarea hoy es, pues,
culminar la Reconstitución.
La Reconstitución ha permitido comprender con mayor claridad y
certeza la relación indisoluble entre la construcción del Partido y
línea política general; que la construcción del Partido está en función
de la línea política general cuya médula es seguir el camino de cercar
las ciudades desde el campo, es esta etapa de la revolución democrática
en la que nos encontramos, y que apartarse d ella línea política socava
la construcción y lleva a negar el carácter del Partido y su papel como
vanguardia organizada del proletariado imposibilitándolo para lucha por
el Poder, problema central de la revolución. Todo lo que está probado
por nuestra propia historia partidaria.
El desarrollo de la Reconstitución se ha dado, como tenía que ser, en
lucha contra líneas contrarias: Contra el revisionismo, el derechismo
disfrazado de “izquierda” y el liquidacionismo; la lucha contra el
liquidacionismo de derecha e izquierda librada paralelamente a la
aplicación de la reconstitución remató exitosamente al acordar “liquidar
el liquidacionismo para avanzar y desarrollar lucha de dos líneas
contra el revisionismo como peligro principal” y al concretar la línea
política para su aplicación inmediata en la orientación de “Reconstituir
el Partido desde el campo y poner como base el trabajo campesino para
seguir el camino de cercar las ciudades desde el campo.”
COMBATIR EL REVISIONISMO COMO PELIGRO PRINCIPAL
El desarrollo de la lucha de dos líneas en el Partido plantea en la
actualidad combatir al revisionismo como peligro principal; el resumen
de las luchas libradas en los últimos años y de los problemas que
enfrentamos hoy nos exigen combatir al revisionismo teniendo en cuenta
los puntos siguientes:
1. Oposición al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y al
pensamiento de Mariátegui. Negación del desarrollo de la línea de
Mariátegui.
2. Oposición al camino de cercar las ciudades desde el
campo. Esperanzas en el Estado reaccionario y en el régimen y
cuestionamiento de orientar el trabajo en función de la lucha por el
Poder.
3. oposición a Reconstituir el Partido desde el campo y a construirlo en lucha contra el revisionismo como peligro principal.
Cuestionamiento del camino de construcción del partido en un país atrasado como el nuestro.
4.
Separar la construcción ideológico-política de la organizativa y
pretender desarrollar la construcción al margen de la lucha de clases y
de la lucha de dos líneas.
5. Aplicación unilateral del trabajo
abierto y del trabajo secreto que niega su interrelación.
Cuestionamiento del sistema, estructura y trabajo partidario.
6. Negación del papel de las direcciones y de los jefes y oposición a la disciplina proletaria.
7.
Negar al campesinado su condición de fuerza principal y estar en contra
de poner el trabajo campesino como base de toda la construcción.
8. Cuestionar la dirección efectiva del proletariado en la revolución al seguir el criterio de concebirlo como fuerza principal.
9.
Negar la necesidad de “ir más abajo y más a lo hondo, a las verdaderas
masas” a fin de educarlas para la revolución y en que la escición con el
revisionismo es inevitable e imprescindible.
Negarse a desarrollar la lucha reivindicativa en función del Poder.
10.
Aceptar en la teoría la alianza obrera-campesina como base del frente
único pero cuestionarla en la práctica y negar la necesidad de construir
el frente único desde el campo.
11. Negación de la guerra popular.
Oposición a principios y línea militar del Presidente Mao Tsetung y
elevación de criterios insurreccionales y de guerrilla urbana. Negación
de la ley universal de la violencia revolucionaria.
12.
Cuestionamiento de la necesidad de combatir al revisionismo como peligro
principal. Negación del internacionalismo proletario, particularmente
en cuanto defensa del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y
obligación de combatir al revisionismo.
Conciliación con el revisionismo.
13. Exaltación del revolucionarismo y prédica del unitarismo sin deslinde.
14. Oposición a la “filosofía de la lucha.” Liberalismo, conciliacionismo y grupismo. “Lucha sucia.”
15. Cuestionamiento de la concepción del proletariado para sustituirla por la concepción burguesa.
La lucha contra el revisionismo como peligro principal que se
desenvuelve en la actualidad es de gran importancia y perspectiva, y su
generalización y diferenciación que tengan en cuenta todos los frentes
de nuestra actividad y la diversidad de situaciones concretas, así como
conducirla correctamente y con firmeza y sagacidad es cuestión decisiva
para el desarrollo de la construcción.
IV. CONSTRUIR EN FUNCION DE LA LUCHA ARMADA
La construcción es arma fundamental del proletariado en su lucha por
el Poder, es a través de ella que la línea política cobra realidad y
puede mover a las masas bajo dirección del Partido. La construcción
entre nosotros, desde la constitución del Partido implica tres
instrumentos: Partido, frente único y lucha armada; y la construcción
del Partido nos plantea, hoy como ayer, su necesidad, cómo construirlo
en una sociedad semifeudal y semicolonial y cómo desarrollarlo a través
de la lucha. En este problema, como en todos, debemos aternernos al
marxismo, a nuestra experiencia y a las actuales condiciones concretas
de la lucha de clases. Es importante estudiar y aplicar lo establecido
por Lenin en “Un paso adelante, dos pasos atrás”, vital para la
comprensión de la línea oportunista en este campo, apuntando a resolver
nuestros problemas específicos. Ahí Lenin sentó la importancia de la
organización, la construcción simultánea de los ideológico-político, que
es su base, y de lo organizativo, y el desarrollo en medio de la lucha
de clases por el Poder y en la lucha de dos líneas contra el
oportunismo. Dice:
“El proletariado no dispone, en su lucha por el Poder, de más arma
que la organización. El proletariado, desunido por el imperio de la
anárquica competencia dentro del mundo burgués, aplastado por los
trabajos forzados al servicio del capital, lanzado constantemente ‘al
abismo’ de la miseria más completa, del embrutecimiento y de la
degeneración, sólo puede hacerse y se hará inevitablemente una fuerza
invencible siempre y cuando que su unión ideológica por medio de los
principios del marxismo se afiance mediante la unidad material de la
organización, que cohesiona a los millones de trabajadores en el
ejército de la clase obrera. Ante este ejército no se sostendrán ni el
poder decrépito de la autocracia rusa ni el poder caducante del
capitalismo internacional. Este ejército estrechará sus filas cada día
más, a pesar de todos los zigzagues y pasos atrás, a pesar de las frases
oportunistas de los girondinos de la socialdemocracia contemporánea, a
pesar de los fatuos elogios del atrasado espíritu de círculo, a pesar de
los oropeles y el alboroto del anarquismo propio de intelectuales.”
En el mismo texto se nos plantea como surge la necesidad de la
estructura, sistema y trabajo partidario único y centralizado: “La
unidad en cuestión de programa y en cuestión de táctica es una cuestión
indispensable, pero aún insuficiente para la unificación del Partido,
par ala centralización del trabajo del Partido … Para esto último es
necesaria, además, la unidad de organización, inconcebible en un Partido
que se salga, por poco que sea de los límites familiares de círculo,
sin Estatutos aprobados, sin subordinación de la minoría a la mayoría,
sin subordinación de la parte al todo. Mientras carecíamos de unidad en
las cuestiones fundamentales de Programa y de táctica, decíamos sin
rodeos que vivíamos en una época de dispersión y de círculos,
declarábamos francamente que antes de unificarnos teníamos que deslindar
campos; ni hablábamos siquiera de formas de organización conjunta, sino
que tratábamos exclusivamente de las nuevas cuestiones (entonces
realmente nuevas) de la lucha contra el oportunismo en materia de
Programa y de táctica. Ahora, esta lucha, según reconocemos todos, ha
asegurado ya suficiente unidad, formulada por el Programa del Partido y
en las resoluciones del Partido sobre la táctica; ahora tenemos que dar
el paso siguiente y de común acuerdo, lo hemos dado: hemos elaborado las
formas de una organización única en la que se funden todos los
círculos.”
En este mismo libro, Lenin caracteriza la línea
oportunista en problemas de organización: “su defensa de una
organización de Partido difusa y no fuertemente cimentada; su hostilidad
a la idea (a la idea ‘burocrática’) de estructurar el Partido de arriba
abajo, a base del Congreso del Partido y de los organismos por el
creados; su tendencia de ir abajo arriba, permitiendo que se consideren
miembros del Partido cualquier profesor, cualquier estudiante de
bachillerato y ‘todo huelgista’; su hostilidad al ‘formalismo’ que exige
a un miembro del Partido la pertenencia a una de las organizaciones
reconocidas por éste; su propensión a la sicología de intelectual
burgués, dispuesto tan sólo a ‘reconocer platónicamente las relaciones
de organización’; la facilidad con que se entregan a elucubraciones
oportunistas y a frases anárquicas; su tendencia al autonomismo en
contra del centralismo.”
Todo lo anterior son cuestiones básicas que debemos asimilar
profundamente y aplicarlas teniendo en cuenta la experiencia de 50 años
del partido, actuando siempre con firmeza y con iniciativa.
LOS TRES PROBLEMAS DEL PARTIDO Y SU INTERRELACION
Debemos partir de que en la construcción nuestro problema básico y
fundamental es cómo construir el Partido, como vanguardia organizada del
proletariado y su forma superior de organización, que sirva a tomar el
Poder dirigiendo en los hechos la revolución democrática en una sociedad
semifeudal y semicolonial. Este problema resuelto, en sus leyes
generales y vigente, por el Presidente Mao Tsetung, en “Con motivo de la
aparición de la revista ‘El Comunista’ ”, es necesario recordar
siempre.
En el trabajo referido, se estableció que la construcción del
Partido, en esas condiciones, se desarrolla ligada al frente único y la
lucha armada, señalando los tres problemas y su interrelación en los
siguientes términos:
“Por consiguiente, el frente único, la lucha armada y la construcción
del Partido constituyen las tres cuestiones fundamentales que enfrenta
nuestro Partido en la revolución china. Comprender correctamente estas
tres cuestiones y su interconexión equivale a dirigir de manera acertada
toda la revolución china.”
He aquí la cuestión sustantiva d ella necesidad de construir y
desarrollar el Partido a través de la lucha armada y el frente único; he
aquí la cuestión de sujetarnos a que la lucha armada es la forma
principal de lucha y que el ejército popular es la forma principal de
organización; he aquí el problema de que el Partido es el “heroico
combatiente” que maneja el frente único y la lucha armada. Todo esto es
sujetar la construcción del Partido a la ley del
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung de la violencia
revolucionaria para tomar el Poder; lo que el Presidente Mao
magistralmente sintetizó en la necesidad del ejército revolucionario
para cambiar el mundo:
“Quien tiene ejército tiene poder, y la guerra lo decide todo.”
“El que tenga más fusiles tiene mayor poder.”
“Todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: ‘El Poder nace del fusil’ .”
“Quienquiera que desee tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército.”
“La
experiencia de la lucha de clases en la época del imperialismo nos
enseña que sólo mediante la fuerza del fusil, la clase obrera y las
demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y a la clase
terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el
fusil se puede transformar el mundo entero. Somos partidarios de la
eliminación d ella guerra; no deseamos la guerra.
Pero sólo mediante la guerra se puede eliminar la guerra. Para acabar con los fusiles hay que empuñar el fusil.”
Todo lo anterior es un conjunto macizo de verdades marxistas y parte
indispensable de nuestra educación en la concepción del proletariado y
único criterio que puede guiar correctamente la transformación de la
sociedad peruana. A estos criterios debemos sujetarnos y plasmarlos en
las masas, hoy, es más necesario dada las perspectiva política
eleccionaria que se avecina.
Desde la constitución del partido están presentes los tres problemas y
su interrelación. Sintetizando podemos decir, Mariátegui partió del
principio de la violencia revolucionaria, enmarcó la acción dentro de la
revolución democrática dirigida por el proletariado 8pues, la burguesía
no puede dirigirla); y, concibió y plasmó el Partido ligándolo al
frente único y a la necesidad de la lucha armada del campesinado. Así
nuestro fundador, con precisión, estableció cómo desarrollar el Partido
en la primera etapa de la revolución.
Sus tesis sobre esta cuestión
deben ser seriamente estudiadas tanto como su trabajo práctico por
constituir la organización partidaria; a lo que debemos agregar la
experiencia de casi 50 años, prestando particular atención a las
lecciones sobre el Partido, frente único y lucha armada ha dejado la
década del sesenta, y principalmente resumir la experiencia de la
Reconstitución del Partido y su lucha en torno al problema de la
construcción.
SOBRE TRABAJO SECRETO Y TRABAJO ABIERTO
¿Qué directriz debemos seguir? La construcción del Partido se
desenvuelve en un país semifeudal y semicolonial donde el proletariado
debe dirigir, en los hechos, la revolución democrática aprestándose a
desarrollar la lucha armada para tomar el poder a través de la guerra
popular y siguiendo el camino del campo a la ciudad. En consecuencia, el
Partido se desarrolla necesariamente en relación con la lucha armada y
en el frente único. Esta es la directriz de la construcción del Partido
en nuestro país si nos sujetamos al marxismo-leninismo-pensamiento Mao
Tsetung.
Aplicando esta directriz, en las condiciones actuales, es que deben
resolverse las cuestiones de la estructura, del sistema y del trabajo
partidario.
La primera, plantea desarrollar una estructura
organizativa única que sea nacional, unificada y centralizada, en su
conjunto sujeta a la dirección del Comité Central, expresión clave del
centralismo; ésta es la cuestión de la estructura. La segunda, es el
problema de la distribución de fuerzas, el de centrar la actividad en el
campesinado para desarrollar las formas principales de lucha y
organización y es el problema de seguir un camino de acumulación de
fuerzas en las ciudades; esta es la cuestión del sistema partidario. La
tercera, es el problema del trabajo secreto, de la actividad
clandestina, del armazón que garantice el constante funcionamiento en
cualquier circunstancia; es el problema del trabajo abierto; del trabajo
de masas, que en el país plantea la necesidad de “voltear el
triángulo”, esto es de poner el trabajo campesino como base de la lucha
revolucionaria, el problema de la necesidad de tener tenaz y firmemente
como rumbo del movimiento obrero la lucha por la toma del Poder
dirigiendo al campesinado en la revolución bajo la dirección del
Partido, es el problema de “nuestro deber de ir más abajo y a lo hondo”
de forjar a las masas en la necesidad de hacer la revolución y combatir
el revisionismo, de movilizar, politizar y organizar a obreros y
campesinos, que son las masas básicas, de incorporar a la lucha
intelectuales, mujeres y jóvenes, y es la obligación de desarrollar la
lucha reivindicativa en función del Poder; es, finalmente, el problema
de la necesidad del trabajo secreto y abierto y de su interrelación
indispensable, sujetándose a la orientación de que el primero es el
principal y dirige al segundo; todo esto es la cuestión del trabajo
partidario. La estructura, el sistema y el trabajo partidario son tres
cuestiones fundamentales de la línea organizativa y son de vital
importancia para la construcción del Partido; pero, como en todo, la
aplicación de estas cuestiones sujetándose a la línea correcta se da en
lucha con líneas contrarias; en síntesis, una línea organizativa justa
no puede aplicarse ni desarrollarse sino en lucha y en la actualidad su
aplicación y desarrollo sólo puede darse combatiendo al revisionismo
como peligro principal.
SOBRE DIRECCION
Los VI y VII Plenos del comité Central han sido importantes eventos
dedicados a los problemas de la construcción, en ellos se ha sancionado
“Reconstituir el partido desde el campo y poner como base el trabajo
campesino para seguir el camino de cercar las ciudades desde el campo”,
concretando así la línea política general; y, “Desarrollar la
construcción, principalmente del Partido, en función de la lucha
armada”, como orientación para desarrollar la construcción de los tres
instrumentos sintetizada en la consigna de “Construir en función de la
lucha armada.” Además, se ha llamado a celebrar el “50 Aniversario” de
la fundación del Partido y a preparar la realización exitosa del V
Congreso, que habrá de ser “CONGRESO DE RECONSTITUCIÓN” que culmine la
Reconstitución del Partido sancionando el Programa y la línea política
general de Mariátegui y su desarrollo y los nuevos Estatutos.
Estas disposiciones son de trascendencia e importancia y de su
aplicación firme y decidida depende el desarrollo del Partido como
vanguardia organizada del proletariado y el cumplimiento de su misión:
la emancipación del proletariado, cumpliendo en esta primera etapa con
llevar adelante la Revolución de Nueva Democracia.
V. SER MARXISTA ES ADHERIR AL MARXISMO-LENINISMO-PENSAMIENTO MAO TSETUNG
Lenin señaló que una era de guerra acompañaría al surgimiento de la sociedad socialista:
“hemos visto ya cuantas dificultades causó la guerra civil en Rusia,
cómo ésta se va entrelazando a toda una serie de guerras. Los marxistas
no han olvidado jamás que la violencia acompañará inevitablemente a la
bancarrota del capitalismo en toda su extensión y al nacimiento de la
sociedad socialista. Y esta violencia llenará todo un periodo histórico
mundial, toda una era de las guerras más variadas: guerras
imperialistas, guerras civiles dentro de cada país, combinaciones de
unas y otras, guerras de liberación de las naciones oprimidas por el
imperialismo, combinaciones diversas entre las potencias imperialistas
que intervendrán inevitablemente en diversas alianzas, en esta época de
enormes trust y consorcios capitalistas estatales y monopolios
militares. Esta época -de gigantescas bancarrotas, de decisiones masivas
tomadas bajo la presión de fuerzas militares, de crisis- ya comenzó; la
podemos distinguir claramente, pero sólo es el comienzo.”
“Lo que deben hacer los socialistas es aprovechar la guerra que se hacen los bandidos para derrocarlos a todos ellos.”
“’La guerra es la política por otros medios’ (a saber: por la violencia).”
Dentro de esta perspectiva reiteró:
“La distinción entre naciones opresoras y oprimidas que constituye la
escencia del imperialismo”, y sentó que: “la revolución socialista no
será la única y principalmente una lucha de proletarios revolucionarios
de cada país contra su burguesía; no, será una lucha de todas las
colonias y de todos los países oprimidos contra el imperialismo
internacional … que la guerra civil de los trabajadores contra los
imperialista y los explotadores de todos los países adelantados empieza a
conjugarse con la guerra nacional contra el imperialismo internacional.
Eso lo confirma la marcha de la revolución, y cada vez será más
confirmado.”
Así, Lenin precisaba las dos grandes fuerzas contemporáneas: El
movimiento proletario internacional y el movimiento de las naciones
oprimidas, fijando como obligación de la Internacional Comunista “apoyar
los movimientos nacionales democrático-burgueses en las colonias y los
países atrasados sólo a condición que los elementos de los futuros
partidos proletarios -comunistas no sólo de nombre- se agrupen y se
eduquen en todos los países atrasados para adquirir plena conciencia de
la misión especial que les incumbe: luchar contra los movimientos
democrático-burgueses dentro de sus respectivas naciones”; pues si la
Internacional establece alianzas temporales, en estos casos, debe
“mantener incondicionalmente la independencia del movimiento proletario,
incluso en sus formas más rudimentarias”; y que, como comunistas sólo
apoyaremos estos movimientos “en el caso de que sus representantes no
nos impidan educar y organizar en un espíritu revolucionario a los
campesinos y a las grandes masas de explotados.”
Asimismo, Lenin nos enseña que desde inicios de este siglo se han
dado grandes cambios pues “millones y centenas de millones de personas
-de hecho, la inmensa mayoría de la población del orbe- intervienen hoy
como factores revolucionarios activos e independientes. Y es claro a
todas luces que en las futuras batallas decisivas de la revolución
mundial, el movimiento de la mayoría de la población del globo
terráqueo, encaminado al principio hacia la liberación nacional, se
volverá contra el capitalismo y el imperialismo y desempeñará tal vez un
apel revolucionario mucha más importante de lo que esperamos …
Naturalmente, en este inmenso sector hay muchos más escollos, pero, en
todo caso, el movimiento avanza, y las masas trabajadoras, los
campesinos de las colonias, a pesar que aún son atrasados, jugarán un
papel revolucionario muy grande en las fases sucesivas de la revolución
mundial.”
Y señalando la perspectiva revolucionaria dijo, en el III
Congreso de la Internacional Comunista: “El imperialismo mundial debe
caer cuando el empuje revolucionario de los obreros explotados y
oprimidos de cada país, venciendo la resistencia de los elementos
pequeño-burgueses y la influencia de la insignificante élite constituida
por la aristocracia obrera se funda con el empuje revolucionario de
millones de seres que hasta ahora habían permanecido al margen de la
historia, para lo cual no constituían más que un sujeto paciente.” El
gran Lenin dirigió la Revolución de Octubre, abriendo una nueva etapa de
la humanidad, sin embargo nunca pensó que la restauración capitalista
fuera imposible; decía “No sabemos si después de nuestro triunfo
sobrevendrá algún periodo transitorio de reacción y triunfo de la
contrarrevolución -imposible no es, ni mucho menos-; por eso, una vez
que triunfemos, levantaremos una ‘triple línea de fortificaciones’
contra semejante posibilidad.” Y analizando la construcción de la nueva
sociedad, en “El Estado y la revolución” escribió:
“En su primera fase, en su primer grado,e l comunismo no puede
presentar todavía una madurez económica completa, no puede aparecer
todavía completamente libre de las tradiciones o de las huellas del
capitalismo. De aquí un fenómeno tan interesante como la subsistencia
del ‘estrecho horizonte del derecho burgués’ bajo el comunismo, en su
primera fase. El derecho burgués respecto a la distribución de los
artículos de consumo presupone también inevitablemente, como es natural,
un Estado burgués, pues el derecho no es nada sin un aparato capaz de
obligar a respetar las normas de aquél.”
“de donde se deduce que bajo
el comunismo no sólo subsiste durante un cierto tiempo el derecho
burgués, sino que ¡subsiste incluso el Estado burgués sin burguesía!”
Por esto es que Lenin advirtió:
“La burguesía está vencida en nuestro país, pero todavía no está
extirpada, no está aniquilada, ni siquiera del todo destrozada. Por eso
se plantea en el orden del día una nueva y más alta forma de lucha
contra la burguesía, la transición de la tarea más sencilla de la
expropiación ulterior de los capitalistas a la tarea mucho más compleja y
difícil de crear las condiciones que imposibiliten la existencia y
resurgimiento de la burguesía. Es evidente que esta es una tarea
incomparablemente superior y que sin cumplirla no hay todavía
socialismo”
Y concluyó:
“La dictadura del proletariado no es el final de la lucha de clases,
es su continuación bajo nuevas formas. La dictadura del proletariado es
la lucha de clases del proletariado triunfante y que ha tomado en sus
manos el Poder político contra la burguesía derrotada, pero no
destruida, no desaparecida; que lejos de haber dejado de resistir,
intensifica su resistencia.”
Todas estas son sustantivas tesis de Lenin sobre la era en que
vivimos y el periodo de guerras en que nos seguiremos desenvolviendo,
sobre las dos fuerzas del mundo contemporáneo y en particular sobre el
movimiento nacional y sobre el socialismo y la dictadura del
proletariado; tesis que hoy debemos tener muy en cuenta para analizar la
lucha de clases que se desarrolla en el mundo.
El Presidente Mao Tsetung basándose en el marxismo-leninismo ha
sistematizado el desarrollo de la revolución mundial y ha establecido
tesis fundamentales que desarrollan el marxismo y que también debemos
tenerlas presentes para orientarnos en la comprensión de la actualidad
internacional.
En su gran obra “Sobre la Nueva Democracia”, destacó
que con la Primera Guerra Mundial y con la Revolución de Octubre la
historia había entrado en la nueva era, “de la nueva revolución mundial,
la revolución mundial socialista proletaria” y que, en consecuencia,
“toda revolución emprendida por una colonia o semicolonia contra el
imperialismo, o sea, contra la burguesía o capitalismo internacional, ya
no pertenece a la vieja categoría de la revolución democrático-burguesa
mundial, sino a la nueva categoría”
Así, concibió que el poderoso movimiento revolucionario de las
colonias y semicolonias era parte de la revolución que el proletariado
internacional dirige a nivel mundial; resaltando, después de la Segunda
Guerra, que los pueblos latinoamericanos “no son esclavos sumisos del
imperialismo norteamericano”, que en Asia entera había surgido “un gran
movimiento de liberación nacional” y llamando a los países de Oriente a
combatir al imperialismo y a los reaccionarios interiores teniendo como
meta la emancipación de los oprimidos de Oriente, decía: “Debemos
extirpar de nuestras filas toda idea que sea expresión de flaqueza o de
impotencia. Es erróneo todo punto de vista que sobrestime la fuerza del
enemigo y subestime la del pueblo … Vivimos en una época histórica en
que el capitalismo y el imperialismo en el mundo entero marchan hacia la
victoria.”
Condensando la lucha posterior precisó la época actual:
“Los próximos 50 a 100 años más o menos, a partir de hoy, serán una
gran época de cambio radical del sistema social en el mundo, una época
que estremecerá la Tierra, una época con la que ninguna época anterior
pueda compararse. Viviendo en tal era, debemos estar listos para librar
una gran lucha cuyas formas tendrán muchas características diferentes de
las épocas pasadas.”
Analizando esta época de la revolución proletaria, el Presidente Mao
Tsetung estableció su gran tesis sobre los reaccionarios: “Todos los
reaccionarios son tigres de papel. Parecen temibles, pero en realidad no
son tan poderosos. Visto en perspectiva, no son los reaccionarios sino
el pueblo quien es realmente poderoso.” En “Conversación con A. L.
Strong” , donde está la anterior cita, analizando las contradicciones y
la distribución de las fuerzas, también planteó:
“los EE.UU. Y la Unión Soviética están separados por una extensa zona
en que hay muchas países capitalistas, coloniales y semicoloniales de
Europa, Asia y Áfrcia. Antes que los reaccionarios norteamericanos hayan
subyugado a estos países, no se puede ni hablar de un ataque a la Unión
Soviética.”
A estos planteamientos del año 46 deben agregarse los siguientes
análisis del mismo Presidente Mao sobre contradicciones
interimperialistas y entre imperialismo y naciones oprimidas y fuerzas
contendientes:
“Se destaca por encima de todas las contradicciones que supone la
robatiña entre los países imperialistas y su disputa por las colonias.
Lo que ellos están haciendo es tomar como pretexto las contradicciones que tienen con nosotros para encubrir las suyas.”
“En
el conflicto (acontencimientos del Canal de Suez) que allí se vive,
convergen dos tipos de contradicciones y hay tres fuerzas distintas.
Estos dos tipos de contradicciones son: primero, las contradicciones
interimperialistas, o sea, las contradicciones entre los Estados Unidos e
Inglaterra y entre los Estado unidos y Francia, y segundo, las que
existen entre las potencias imperialistas y las naciones oprimidas. De
las tres fuerzas en juego, la primera la constituyen los Estado Unidos,
la mayor potencia imperialista; la segunda, Inglaterra y Francia, países
imperialistas de segundo orden, y la tercera, las naciones oprimidas.”
En enero del 64, el Presidente Mao emitió una declaración en apoyo
del pueblo panameño, en ella luego de resaltar que el imperialismo
norteamericano “ha continuado oprimiendo a los pueblos latinoamericanos,
saqueándolos y reprimiendo en esos países las luchas revolucionarias
democráticas nacionales”; de denunciar que “ha convertido las partes
meridionales de Corea y Vietnam en sus colonias, mantiene al Japón bajo
su control y ocupación semi-militar … e incurre en intervenciones y
agresiones contra otros países asiáticos; de señalar que en África “el
imperialismo norteamericano prosigue intensificando su política
neocolonialista, trata por todos los medios de reemplazar a los viejos
colonialistas, saquea y esclaviza a los pueblos de África, mina y sofoca
los movimientos de liberación nacional”; alertando que la política de
agresión y guerra yanqui “pretende firmemente realizar su política de
‘evolución pacífica’ en los países socialistas”; y de que “incluso con
sus aliados de Europa Occidental, América del Norte y Oceanía, el
imperialismo norteamericano está aplicando la política de la ‘ley de la
selva’ y constantemente procura pisotearlos”; concluye llamando: “Los
pueblos de los países del campo socialista deben unirse,los pueblos de
los diversos países de Asia, África y América Latina deben unirse, todos
los pueblos de los diversos continentes deben unirse, todos los países
amantes de la paz y todos los países sometidos a la agresión, control,
intervención y humillación de los Estados Unidos deben unirse. Todos
ellos deben formar el más amplio frente unido de oposición a la política
de agresión y guerra del imperialismo norteamericano, en salvaguarda de
la paz mundial.”
Así, se denunciaba al imperialismo norteamericano llamando a
combatirlo. Pero el revisionismo usurpó el poder en la URSS restaurando
el capitalismo y convirtiéndola en un país socialimperialista que como
tal extendió su penetración, socavamiento, control y dominio
contendiendo por el dominio mundial con el imperialismo yanqui,
incidiendo sobre la referida zona intermedia. El Presidente Mao
denunció: “La Unión Soviética actualmente esta bajo la dictadura de la
burguesía, dictadura de la gran burguesía, dictadura de tipo fascista
alemán, dictadura de tipo hitleriano.” Y llamando a la lucha contra las
dos superpotencias sentó las siguientes tesis importantes:
“Estados
Unidos es un tigre de papel. No crean ustedes en el. Se puede
agujerearlo de un sólo golpe. La Unión Soviética revisionista también es
un tigre de papel.”
“El revisionismo soviético y el imperialismo
norteamericano, confabulándose entre sí, han perpetrado tantas maldades e
infamias que los pueblos revolucionarios del mundo entero no les
dejarán impunes. Los pueblos de todos los países están levantándose. Se
ha iniciado un nuevo período histórico de lucha contra el imperialismo
norteamericano y el revisionismo soviético.”
“¡Pueblos de todo el
mundo, unámonos y opongámonos a la guerra de agresión que desencadene
cualquier imperialismo o el socialimperialismo, opongámonos
especialmente a la guerra de agresión en la cual se usen bombas atómicas
como arma!. Si tal guerra estalla, ¡los pueblos del mundo entero
debemos eliminarla con la guerra revolucionaria, y debemos hacer los
preparativos ahora mismo!.”
Así quedó precisado en el periódo de lucha que se ha abierto contra
las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética; y, dentro
de esta perspectiva, reiterando el papel de los pueblos del mundo, en
mayo de 1970 hizo su famosa afirmación: “siempre que el pueblo de un
país pequeño ose levantarse en lucha, se atreva a empuñar las armas y
tome en sus manos del destino de su propio país, podrá indefectiblemente
derrotar la agresión de un país grande. Esta es una ley de la
historia.”
El Presidente Mao Tsetung prestó siempre mucha atención a los
principios tácticos, su obra “A propósito de nuestra política” es de
suma importancia al respecto; allí sentó la política fundamental: “En
las relaciones con las distintas clases del país, aplicar la política
fundamental de desarrollar las fuerzas progresistas, ganarse a las
intermedias y aislar a las recalcitrantes anticomunistas”; de tener una
doble política revolucionaria contra los recalcitrantes y para
combatirlos aplicar: “En la lucha contra los recalcitrantes
anticomunistas, explotar las contradicciones, ganarse a la mayoría,
combatir a una minoría y aplastar a los enemigos uno por uno; luchar con
razón, con ventaja y sin sobrepasarse.” Estos criterios establecidos
primero para la lucha en China, son aplicables para lucha con los
imperialistas.
En el año 57, el Presidente Mao sintetizó los conceptos estratégicos y tácticos para luchar contra el enemigo:
“En el curso de un largo período hemos llegado a formarnos este
concepto para la lucha contra el enemigo: estratégicamente, debemos
desdeñar a todos nuestros enemigos, pero tácticamente, debemos tomarlos
muy en serio. Es decir, al considerar el todo, debemos despreciar al
enemigo, pero tenerlo muy en cuenta en cada una de las cuestiones
concretas. Si no despreciamos al enemigo al considerar el todo, caeremos
en el error de oportunismo. Marx y Engels no eran más que dos personas,
pero ya en su tiempo declararon que el capitalismo sería derribado en
todo el mundo. Sin embargo al enfrentar cuestiones concretas y cada uno
de los enemigos en particular, si no los tomamos muy en serio,
cometeremos error de aventurerismo. En la guerra, las batallas sólo
pueden ser dadas una por una y las fuerzas enemigas aniquiladas parte
por parte. Las fábricas sólo pueden construirse una a una. Los
campesinos sólo pueden arar la tierra parcela por parcela. Incluso al
comer pasa lo mismo. Desde el punto de vista estratégico, tenemos en
poco el comer una comida: estamos seguros de poder terminarla. Pero en
el proceso concreto de comer, lo hacemos bocado por bocado. No podemos
engullir toda una comida de un golpe. Esto se llama solución por partes.
Y en la literatura militar se llama destruir las fuerzas enemigas por
separado.”
Hasta aquí tenemos fundamentales cuestiones sobre el período
histórico que vivimos, las contradicciones y las fuerzas en desarrollo y
la táctica, todos problemas sustantivos de estrategia y táctica; pero,
además, el Presidente Mao Tsetung se abocó a sintetizar la experiencia
de la revolución socialista sentando su gran teoría y práctica de la
continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado
encontrando la forma adecuada de desarrollarla mediante la Gran
Revolución Cultural Proletaria. En los inicios y desarrollo de esta gran
revolución sentó las siguientes tesis:
“Un gran desorden bajo los cielos conduce a un gran orden bajo los
cielos y otro tanto vuelve a suceder cada siete u ocho años. Los
monstruos y demonios saldrán por si solos a la palestra. Como lo
determina su propia naturaleza de clase, no pueden actuar de otra
manera.”
“En el pasado libramos luchas en las zonas rurales, en las
fábricas, en los círculos culturales, y realizamos el movimiento de
educación socialista. Sin embargo, todo esto no pudo resolver, el
problema porque no habíamos encontrado una forma, un medio de movilizar a
las amplias masas de manera abierta, en todos los terrenos y de abajo
arriba para exponer nuestro lado oscuro.”
“De hecho, aquellos
elementos con Poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido
que apoyan a los tiranuelos, son en verdad grandes tiranuelos del
Partido que no leen libros ni periódicos, que no mantienen contacto con
las masas, ni poseen ningún conocimiento, que se apoyan únicamente en
‘actuar en forma arbitraria y reprimir a la gente con su autoridad’ y
usurpan el nombre del Partido.”
“los representantes burgueses que se
han infiltrado en el Partido el gobierno, el ejército y los diversos
sectores culturales, son un grupo de revisionistas
contrarrevolucionarios que se apoderarán del Poder y convertirán la
dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía si se les
presenta la oportunidad. A algunas de estas personas, ya las hemos
calado; a otras todavía no, y en algunas todavía confiamos y las
preparamos para ser nuestros continuadores. Por ejemplo, gente tipo
Jruschov todavía anida a nuestro lado.”
“El blanco principal del
movimiento actual son aquellos elementos con poder seguidores del camino
capitalista dentro del Partido.”
“¿Qué harán ustedes si surge el revisionismo en el CC? Esto es muy probable, este es el mayor peligro.”
“El
proletariado debe ejercer una dictadura omnímoda sobre la burguesía en
la superestructura, incluidos los diversos dominios de la cultura.”
“La
presente Gran Revolución Cultural Proletaria es completamente necesaria
y muy oportuna para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir
la restauración del capitalismo y construir el socialismo.”
“Es imprescindible realizar la Gran Revolución Cultural Proletaria.”
“La
actual Gran Revolución Cultural es sólo la primera y en el futuro habrá
sin duda muchas otras. En la revolución el problema de quién vencerá a
quién sólo será resuelto en un largo período histórico. Si no se
resuelven adecuadamente las cosas, en cualquier momento habrá
posibilidad par auna restauración capitalista.”
“Se justifica la rebelión contra los reaccionarios.”
“¡Revolucionarios
proletarios, uníos para arrebatar el Poder al puñado de dirigentes
seguidores del camino capitalista dentro del Partido!.”
La Gran Revolución Cultural Proletaria golpeó el cuartel burgués
contrarrevolucionario encabezado por Liu Shao-chi , el Jruschov chino,
de quien fue lugarteniente Teng Siao-ping, “otro máximo elemento con
poder seguidor del camino capitalista dentro del Partido”; y también
aplastó al cuartel contrarrevolucionario conspirador encabezado por Lin
Piao. Así, se desarrolló la Gran Revolución Cultural Proletaria para
consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del
capitalismo y construir el socialismo y, cuya condensación se realizó en
el IX Congreso del PCCH que es un gran hito en la historia del PCCH y
del Movimiento Comunista Internacional.
El desarrollo de la lucha de clases en China, la lucha entre
capitalismo y socialismo, entre burguesía y proletariado y entre
marxismo-leninismo-pensamientoMao Tsetung y el revisionismo
contrarrevolucionario y capitulacionista se concretó en la gran campaña
de crítica a Confucio y Lin Piao que ventiló el problema de restauración
y contrarrestauración, el largo proceso de consolidación de una clase
en el Poder que implica prevenir su recaptura por los reaccionarios y la
consiguiente restauración y si se pierde pugnar por su reconquista;
problema que se planteara en los inicios de la polémica contra el
revisionismo de Jruschov – Brezhnev. Posteriormente, la lucha se centró
en la cuestión decisiva y en la escencia misma del Poder, el problema de
la dictadura del proletariado. El Presidente Mao dijo:
“¿Por qué Lenin hablaba de la necesidad de ejercer la dictadura sobre
la burguesía? Este problema es preciso tenerlo claro. La falta de
claridad al respecto conducirá al revisionismo. Hay que hacerlo saber a
toda la nación.”
“En una palabra, China es un país socialista. Antes
de la Liberación no difería mucho del capitalismo. Ahora todavía
practica un sistema salarial de ocho categorías, la distribución a cada
uno según su trabajo y el intercambio por medio del dinero, todo lo cual
apenas es distinto de la vieja sociedad. La diferencia está en que el
sistema de propiedad ha cambiado.”
“Nuestro país practica ahora un
sistema de mercancías, un sistema salarial que es también desigual, como
el de las ocho categorías, y cosas por el estilo. Esto bajo la
dictadura del proletariado sólo puede ser restringido. En virtud de lo
anterior, será muy fácil para gentes como Lin Piao montar el sistema
capitalista si escalan el poder. Por eso, debemos estudiar más obras
marxista-leninistas”
“Lenin dijo: ‘la pequeña producción engendra capitalismo y burguesía
constantemente, cada día, cada hora, de modo espontáneo y en masa’. Esto
ocurre también con una parte de la clase obrera y una parte de los
miembros del Partido. Tanto entre los proletarios como entre los
funcionarios de los organismos oficiales hay quienes incurren en el
estilo de vida burgués.”
“Lenin habló de un Estado burgués sin
capitalistas construido para proteger el derecho burgués. Nosotros
mismos hemos construido un Estado como ese, en que las cosas no difieren
mucho de las de la vieja sociedad, pues hay jerarquización y rigen un
sistema salarial de ocho categorías, la distribución según el trabajo y
el intercambio de valores iguales.”
Estas tesis y las anteriores son, evidentemente, continuación y
desarrollo de fundamentales planteamientos del marxismo-leninismo. El
Presidente Mao Tsetung reitera la vigencia de los planteamientos de Marx
y Lenin sobre la larga transformación revolucionaria de la vieja
sociedad; la necesidad de la dictadura del proletariado y su
fortalecimiento; la incesante lucha de clases en el socialismo y de su
extrema agudización en determinadas circunstancias; la subsistencia del
derecho burgués y su restricción necesaria; la generación constante de
capitalismo y burguesía y la posibilidad de restaurar el capitalismo
escalando el Poder; la persistencia de un “derecho burgués” y de un
“Estado burgués” que lo protege. Sentando, además, la necesidad de
apuntar contra los seguidores del camino capitalista en el seno del
Partido y continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado
mediante la revolución cultural.
En enero del 75 Teng Siao-ping devino Vicepresidente del Comité
Central, al que se había incorporado en el X Congreso. En setiembre del
mismo año se llama a desplegar la crítica a ‘A la orilla del agua’. El
Presidente Mao llama a prestar atención a la capitulación que es una
cuestión esencial del revisionismo; dice: “El mérito de la novel ‘A la
orilla del agua’ reside precisamente en la descripción de la
capitulación. Sirviendo como material de enseñanza en sentido negativo,
ayuda al pueblo a conocer a los capitulacionistas; ‘A la orilla del
agua’ se opone únicamente a los funcionarios corruptos, pero no al
emperador. Excluye a Chao kai de los 108. Sung Chiang capitula, practica
el revisionismo, cambia el nombre de Sala Chü Yi, dado por Chao Kai,
por el de Sala Chung Yi y acepta la oferta de amnistía y alistamiento.
La lucha entre Sung Chiang y Kao Chiu es una lucha librada por una
fracción contra otra en el seno de la clase terrateniente. Sung Chiang
capitula y luego va a combatir a Fang La” (Chao Kai: fundador del
ejército rebelde campesino, en la novela; los 108: los capitanes
rebeldes; Sung Chiang: personaje que usurpa la dirección del ejército
rebelde; Sala Chü Yi, significa unirse y levantarse en rebelión y así
denominó el jefe rebelde a la sala donde se reunían; Sala Chung Yi,
significa profesar lealtad al emperador, denominación usada por el
usurpador). Destaquemos que el capitulaconismo implica capitulación de
clase ante la burguesía en el país y capitulación de la nación ante el
imperialismo en lo internacional y que capitulacionismo es revisionismo.
En estas cirscunstancias se desarrolla la lucha contra el viento
derechista revocatorio anti-Revolución Cultural, en ella el Presidente
Mao plantea:
“Luego de la revolución democrática, los obreros, los campesinos
pobres y campesinos medios inferiores no se han detenido y quieren hacer
la revolución. En cambio, una parte de los militantes del Partido se
muestran renuentes a seguir adelante, y algunos han retrocedido y se han
puesto contra la revolución. ¿Por qué? Porque éstos, como altos
funcionarios que han llegado a ser, buscan proeger los intereses de los
altos funcionarios.”
“Sucede que la revolución socialista les cae
sobre su propia cabeza, así durante la cooperativización agrícola ya
hubo en el Partido quienes se opusieron, y cuando se critica el derecho
burgués, su sentimiento es de rechazo. Se está haciendo la revolución
socialista, sin embargo no se comprende donde está la burguesía. Está
justamente dentro del Partido Comunista, y son los dirigentes seguidores
del camino capitalista en el Partido. Los seguidores del camino
capitalista siguen todavía su camino”
“Revocar veredictos justos va en contra de la voluntad del pueblo.”
“Sin lucha es imposible avanzar. “Siendo 800 millones, ¡¿podemos prescindir de la lucha?!”
“¡Qué
es eso de ‘tomar las tres instrucciones como clave’!. La estabilidad y
la unidad no significan renunciar a la lucha de clases. La lucha de
clases es como la cuerda clave de una red y todo lo demás son mallas” .
“Esta
persona no se empeña en la lucha de clases; nunca ha mencionado esta
clave. Sigue todavía con su ‘gato blanco o gato negro’, sin hacer
distinción entre el imperialismo y el marxismo.”
Así la lucha se centró contra Teng Siao-ping. Contra quien siguiendo a
Liu Shao-chi, el Jruschov chino, sostuviera la teoría de la extinción
de la lucha de clases; contra quien, en el año 195, en su informe sobre
la modificación de los estatutos en el VIII Congreso del PCCH,
sostuviera que las clases estaban en extinción, especialmente la
burguesía, que la revolución socialista había ya cumplido la mayor parte
de sus tareas y que no debía hacerse hincapié en la lucha de clases
sino en las tareas de la construcción; contra quien, en el mismo
informe, siguió la teoría de las masas de Liu Shao-chi para oponerse a
las tesis del Presidente Mao sobre el Partido; contra quien levantó el
XX Congreso del Partido de la Unión Soviética, en el que Jruschov atacó
la dictadura del proletariado camuflándose tras la llamada lucha contra
el “culto a la personalidad”, considerándolo de “importantes méritos”,
precisamente, para el,”uno de los más importante” es esa “lucha contra
la divinización” que utilizó para combatir al Presidente Mao Tsetung.
La campaña por contraatacar el viento revisionista revocatorio de la
Gran Revolución Cultural se centró contra Teng Siao-ping. Contra el
tenaz defensor de Peng Te-juai, el caudillo militar arribista y
conspirador sancionado en 1959 y defendido por Liu Shao-chi y su cuartel
reaccionario; se apuntó contra Teng que apandillado con el Jruschov
chino, en los años de dificultades de 1959-61, atacó las tres banderas
rojas; la línea general, el gran salto adelante y la comuna popular.
Contra quien abogó por aumento de tierras de uso privado, mercados
libres, empresas responsables de sus propias ganancias y pérdidas y por
cuotas de producción agrícola en base a cada familia, desatando un
viento revisionista de trabajo agrícola individual. Contra quien
sostuvo: “Sea negro o blanco, si un gato caza ratones, es un buen gato.”
Este es el Teng Siao-ping de las décadas del 50 y del 60, “otro máximo
elemento con poder seguidor del camino capitalista dentro del Partido”
como fue tipificado, el lugarteniente de Liu Shao-chi que se desempeñó
como secretario geneal a quien la gran revolución cultural proletaria
derrocó.
La lucha que el Presidente Mao dirigió para contraatacar el viento
revocatorio revisionista apunta contra Teng Siao-ping quien desde la
década del 50 sostuvo un programa contrarrevolucionario y que, como
otros, apenas vuelto a cargos dirigentes prosiguió su viejo camino
desplegando nuevamente un programa contrario basado en “tomar las tres
instrucciones como clave”, apuntando a “conquistar la posición
ideológica como medio de forma opinión pública”,”ocuparse, ante todo, de
los cuerpos dirigentes” para tomar posiciones organizativas,
“rectificación en todos los aspectos.” Programa orientado a revocar la
GRCP, a usurpar la dirección a fin de promover la restauración, socavar
la dictadura proletaria, propagandizar la extinción de la lucha de
clases y centrar en el desarrollo de las fuerzas productivas. Programa
que combatió la GRCP imputándole que “hirió” a “cuadros experimentados” y
sirvió a “derribar” “buenos cuadros del Partido” calificándola de
“utra-izquierdista” por combatir a los seguidores del camino
capitalista. Esta lucha de contra golpe al viento revocatorio llevó a la
destitución de Teng Siao-ping de todos sus cargos de dentro y fuera del
Partido”, resolución tomada “de acuerdo a la proposición del gran líder
el Presidente Mao Tsetung.
El fallecimiento del Presidente Mao Tsetung, como la muerte de todos
los grandes dirigentes del proletariado, ha generado profundas
conmociones y amplias repercuciones en China y en el mundo; y, en las
condiciones que se desarrollaba la lucha en China, propició la coyuntura
para que la derecha dando un golpe de Estado usurpe el poder de la
dictadura del proletariado, socave las conquistas de la Gran Revolución
Cultural Proletaria y abra las puertas a la restauración capitalista, a
la capitulación y al revisionismo. La lucha de clases en China entre
revolución y contrarrevolución, entre marxismo-leninismo-pensamiento Mao
Tsetung y revisionismo, entre la línea proletaria del Presidente Mao y a
línea burguesa revisionista, contrarrevolucionaria y capitulacionista
que encabeza Teng Siao-ping ha entrado en momentos cruciales, complejos y
difíciles; se recurre a métodos extraños y sorpresivos enel tratamiento
de los problemas y la lucha, se producen cambios importantes y amplios
en la dirección y en las organizaciones, principalmente del Partido, a
la vez que se suspende la campaña de crítica contra el viento
revocatorio revisionista de Teng Siao-ping, se cuestiona abiertamente la
Gran Revolución Cultural Proletaria, se desarrolla la capitulación,
especialmente nacional y se enarbola como bandera del programa
contrarrevolucionario de Teng. Todo esto no es sino un golpe de derecha
en la aguda lucha de las dos líneas en el período de la continuación de
la revolución aprovechando la coyuntura y repercusiones de la muerte del
Presidente Mao Tsetung.
La situación surgida en China no es un problema sin importancia. Es,
por el contrario, un problema de trascendencia para los revolucionarios y
comunistas del mundo y todos debemos prestarle especialísima atención,
pues, de la usurpación del poder deriva el cambio general de la línea
tanto en el desarrollo del socialismo como en la política internacional.
La cuestión clave del marxismo es la dictadura del proletariado, ésta
es su esencia, y un golpe de derecha y su usurpación es problema de suma
gravedad e importancia; y no es cuestión sólo de China, es cuestión de
todos los comunistas ya que, sus repercusiones tienen que ver con la
revolución mundial. La experiencia de la restauración y de la usurpación
del poder en la URSS son lecciones frescas que no podemos olvidar.
Mariátegui nos enseñó: “Del destino de una nación que ocupa un puesto
tan principal en el tiempo y en el espacio no es posible desinteresarse.
La China pesa demasiado en la historia humana para que no nos atraigan
sus hechos y sus hombres.” Esta gran verdad sigue siendo válida hoy más
que nunca para todos los comunistas y revolucionarios del país. Pero si
bien los sucesos de China, después del fallecimiento del Presidente Mao
Tsetung en especial, nos mueven a justa preocupación y a la obligación
de defender las banderas del marxismo, precisamente para defenderlas
guiémonos por sus propias previsiones:
“Si la derecha lleva a cabo un golpe de estado anticomunista en
China, estoy segura de que no conocerá tampoco la paz, y muy
probablemente su dominación será de corta vida, ya que esto no será
tolerado por ninguno de los revolucionarios que representan los
intereses del pueblo, constituido por más del 90 por ciento de la
población”
“Ya sea en China o en otros países del mundo, hablando en
general, más del noventa por ciento de la población apoyará finalmente
el marxismo-leninismo. En el mundo hay muchas personas que, debido al
engaño de la socialdemocracia, el revisionismo, el imperialismo y toda
la reacción aún no han tomado conciencia política. Pero, de todos modos
despertarán gradualmente y apoyarán al marxismo-leninismo. La verdad del
marxismo-leninismo, es irresistible. Las masas populares se levantarán
invariablemente e revolución. La revolución mundial triunfará
inexorablemente.”
Hemos planteado tesis fundamentales de Lenin y el Presidente Mao
sobre la lucha de clases a nivel internacional por cuánto la comprensión
de tan complejo problema, especialmente de su estrategia y táctica,
sólo puede abordarse desde el marxismo-leninismo-pensamiento Mao
Tsetung. La cuestión internacional, la posición ante ella, es parte de
la línea política general del Partido desde su constitución y sus puntos
sustantivos están en el mismo Programa: parte del carácter
internacional de la economía y del movimiento revolucionario del
proletariado que se guía por el lema de “¡Proletarios de todos los
países, uníos!”; plantea la situación de los países atrasados,
semifeudales y semicoloniales, que bajo la opresión imperialista no
pueden tener una economía nacional independiente ni al servicio de su
pueblo; y remata afirmando que en la época del imperialismo, época de
monopolios y guerras de rapiña por reparto del mundo, el marxismo ha
devenido en marxismo-leninismo al cual adherimos como guía de nuestra
acción.
Mariátegui además, en su trabajo por la construcción del
Partido,prestó especialísima atención a la lucha de clases
internacional; para él, con la primera guerra mundial el sistema
capitalista entró en gran crisis y con la Revolución de Octubre comenzó
una nueva era para la humanidad; la democracia burguesa acentuó su
crisis y engendró el fascismo, el socialismo de la segunda
Internacional, seguidor del “cretinismo parlamentario, agravó su
descomposición y la revolución recorrió Europa repercutiendo en todo el
mundo atrasado, especialmente en Asia, cuyo despertar, nos dice, es
digno de los tiempos. El surgimiento de la Internacional Comunista, para
Mariátegui, implicó un gran desarrollo pues por primera vez la
Internacional abarcaba realmente a los explotados y oprimidos del mundo
y, con gran visión, comprendiendo la perspectiva del movimiento de las
naciones oprimidas y su importancia para la revolución Mundial, estuvo
en contra de quienes contra Lenin quisieron mantener una estrecha
Internacional circunscrita y centrada en Europa, ciegos a la necesidad
estratégica de levantar a las naciones oprimidas en un poderoso
movimiento de liberación nacional.
Como se ve, desde nuestra constitución como Partido la posición
frente a la lucha de clases internacional es parte importante de la
línea política general y expresión concreta del internacionalismo
proletario. Y si esto fue así en la fundación, hoz que nos encontramos
en pos de culminar la Reconstitución, es también de importancia y de
necesidad prestar atención a esta parte de la línea general; por ellos
es pertinente plantearnos algunos problemas.
Con la Revolución de Octubre comenzó una nueva época: La Revolución
Proletaria Mundial, la del paso al socialismo y la construcción de la
sociedad comunista; históricamente caducó la revolución burguesa mundial
que durante siglos se desenvolvió y si en esta la burguesía fue la
clase dirigente, en la nueva época la revolución está dirigida por el
proletariado a través de sus Partidos Comunistas. En esta época se dan
contradicciones fundamentales: Entre capitalismo y socialismo, entre
burguesía y proletariado, entre imperialistas, y entre imperialismo y
naciones oprimidas; de ellas, la contradicción entre capitalismo y
socialismo proseguirá su desarrollo a lo largo de toda esta época y las
demas contradicciones fundamentales sirven a su desarrollo pues de ella
depende, en última instancia,la construcción de la nueva sociedad; sin
embargo, en cada periodo una de las cuatro se concreta como principal
como lo demuestra a historia del siglo XX.
También prueba la lucha de clases de este siglo que dos poderosos
movimientos se desenvuelven: El movimiento proletario internacional y el
movimiento de liberación nacional y, si bien el primero es expresión de
la clase dirigente que se concreta en los Partido Comunistas y el
Movimiento Comunista Internacional, el de liberación nacional, como
consecuencia misma del imperialismo, ha adquirido gran fuerza y cumple,
como se previera, un importante papel estratégico. Debemos considerar
que, mientras existan imperialismo y burguesía subsistirá e revisionismo
generándose de esta manera la escición dentro del proletariado
internacional, de ahí la necesidad y trascendencia de combatir su
actividad contrarrevolucionaria inseparable de la lucha antimperialista y
revolucionaria.
Esta época, por otro lado, es de grandes guerras por la hegemonía y
reparto del mundo, por el dominio de las colonias y semicolonias, por
mantener la explotación sobre el proletariado y por conjurar el
desarrollo del socialismo, todas estas son guerras reaccionarias que el
imperialismo lleva adelante con e apoyo de los reaccionarios. Frente a
ellas se levantan las guerras revolucionarias: Las de liberación
nacional, las guerras civiles contra los propios explotadores y las de
defensa del socialismo y continuación de la revolución; si aquellas son
injustas, guerras reaccionarias, estas son justas guerras que sirven a
la revolución y cuya dirección depende del rumbo que le imprima el
proletariado a través de sus Partidos.
En síntesis, vivimos la gran época de la revolución proletaria
mundial en la cual la construcción de la nueva sociedad se abre paso a
través de la ley universal de la violencia revolucionaria concretada en
revoluciones democráticas, revoluciones socialistas y continuación de la
revolución bajo la dictadura de proletariado; época en que los pueblos
oprimidos se incorporan más y más a la revolución movilizando a las
masas como nunca antes en la historia, particularmente a las de las
naciones oprimidas; en que el proletariado expresa cada vez más su
carácter de clase dirigente de la nueva época; en que el
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung manifiesta su creciente
poderío comprobado en más de 100 años de luchas y, en que los Partidos
Comunistas, que a él se adhieren, cumplen y cumplirán su papel de
vanguardias organizadas combatientes or la emancipación del proletariado
y la revolución mundial.
El desarrollo posterior a la II Guerra Mundial con el pujante
crecimiento del movimiento de liberación nacional, la transformación de
la Unión Soviética Socialista en país socialimperialista, las pugnas
interiimperialistas especialmente de las dos potencias, Estados Unidos y
Unión Soviética, por le hegemonía mundial, y el desarrollo del
proletariado, del socialismo y del marxismo han llevado al Presidente
Mao Tsetung a la mayor precisión de la época actual. Los próximos 50 a
100 años estremecerá la tierra cambiando su faz como ninguna época
anterior y en ella muchas cosas nuevas han de surgir, los
revolucionarios debemos estar vigilantes para saber asirlos con firmeza y
desarrollarlas en pro de la revolución. Las actividades
contrarrevolucionarias de Estados Unidos y la Unión Soviética y la lucha
de los pueblos del mundo en contra a las dos superpotencias han
iniciado un nuevo periodo, el de la lucha contra el imperialismo
norteamericano y el revisionismo soviético; esta precisión es de
extraordinaria importancia para el desarrollo de la revolución
proletaria mundial.
El revisionismo de Jruschov – Brezhnev es una de las cuestiones
sustantivas de este periodo; la usurpación en la URSS y su conversión de
país socialista en superpotencia social imperialista patentiza la
gravedad y trascendencia de la restauración del capitalismo. Y, además,
de ser la superpotencia que necesita un nuevo reparto del mundo para
entronizar su hegemonía, genera un movimiento contrarrevolucionario,
encubierto tras e prestigio del socialismo y del Partido que Lenin
fundara, para desarrollar partidos obreros burgueses al servicio de sus
intereses de socialimperialismo revisionista; este es un problema de
importancia estratégica, especialmente para los comunistas, de ahí que
no pueda pasar inadvertido el carácter de peligro principal que reviste
al revisionismo cuyo centro es la Unión Soviética socialimperialista.
Dentro de este período, precisamente partiendo de las contradicciones
fundamentales, de las fuerzas en contienda y de su distribución según
la táctica es como puede comprenderse el concepto estratégico de que
tres mundos se delineam; la cuestión de la existencia de las dos
superpotencias que pugnam por el dominio mundial, de las contradicciones
interimperialistas con las superpotencias en especial y del movimiento
de liberación nacional. Para, partiendo de apoyarse en los pueblos del
mundo cuyo eje es el proletariado internacional, “aplicar la política
fundamental de desarrollar las fuerzas progresistas, ganarse a las
intermedias y aislar a los recalcitrantes anticomunistas” y “En la lucha
contra los recalcitrantes anticomunistas, explotar las contradicciones,
ganarse a la mayoría, combatir a una minoría y aplastar a los enemigos
uno por uno; luchar con razón, con ventaja y sin sobrepasarse”; teniendo
presente la siguiente e importante orientación: “Debemos provechar cada
una de las peleas, brechas y contradicciones en el campo enemigo y
utilizarlas contra nuestro enemigo principal del momento.” Todo lo que
debe tenerse muy en cuenta para desarollar el frente contra las dos
superpotencias, el imperialismo norteamericano y el revisionismo
soviético, Estados Unidos y la Unión Soviética.
Este período muestra más claramente que el problema de “quién vencerá
a quien” noesta definido, que la restauración del capitalismo puede
producirse en cualquier país socialista y que la solución es la
continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado
concretada en la revolución cultural proletaria y no una sino varias,
pues la transformación revolucionaria de la vieja sociedad es un largo
proceso histórico.
Las contradicciones fundamentales, dede la transformación
socialimperialista de la URSS, se han plasmado en las siguientes: “la
contradicción entre las naciones oprimidas por una parte y el
imperialismo y el socialimperialismo por la otra; la contradicción entre
el proletariado y la burguesía en los países capitalistas y países
revisionistas; la contradicción entre los países imperialistas y el país
socialimperialista y entre los propios países imperialistas, y la
contradicción entre los países socialistas por una parte y el
imperialismo y el socialimperialismo por la otra.” Como estabeleció el
IX Congreso del Partido Comunista de China. Cada día se comprueba la
gran tesis de que “las guerras imperialistas son absolutamente
inevitables” mientras subsista su sistema y que las contradicciones
interimperialistas son las que llevan a las guerras mundiales frente a
lo cual claramente ha sido definida la posición revolucionaria: “o la
guerra hace estallar la revolución, o la revolución impide la guerra.”
Finalmente, este período muestra cada vez más el cresciente papel de los
pueblos del mundo, de los miliones y miliones, especialmente de las
colonias y semicolonias, que son arrastrados a la lucha de clases
internacional y se levantam en revolución.
Es a la luz de la época de la revolución proletaria mundial y del
período de lucha contra el imperialismo yanqui y el socialimperialismo
revisionista soviético como debemos analizar la situación internacional
de la actualidad. En ella las dos superpotencias contiendem por el
dominio mundial; una, Estados Unidos, para mantener su dominación e
incluso extenderla sobre las colonias y semicolonias de viejas potencias
desplazadas y remachar el control sobre sus proprios aliados; la otra,
Unión Soviética, pugna por extender su dominio y consolidar las
posiciones logradas. Ambas superpotencias son golpeadas por la crisis
que en los diversos planos remece las bases del sistema imperialista
encabezado por Estados Unidos y del sistema socialimperialista
encabezado por la Unión Soviética; especialmente el imperialismo se
debate en una crisis aún no concluida que hasta amenaza agravarse. En
estas condiciones las superpotencias son la fuente fundamental de los
problemas mundiales en la actualidad y su contención enciede los
conflictos bélicos que arden en Africa, Medio Oriente y otros que
amenazan conducir a la III Guerra Mundial. Si bien a más de estos
enemigos, existen el imperialismo y la reacción mundial en general, es
de las dos superpotencias que certeramente corresponde afirmar: “El
revisionismo soviético y el imperialismo norteamericano, confabulándose
entre sí, han perpetrado tantas maldades e infamias que los pueblos
revolucionários del mundo entero no les dejarán impunes”; y contra las
guerras que llevan adelante o contra la guerra mundial que preparan para
dirimir su hegemonía, a los pueblos del mundo corresponde unirse
oponiéndose a qualquier guerra agresiva desencadenada por el
imperialismo o el socialimperialismo, especialmente a la guerra de
agresión que use armas atômicas, y si estalla: “¡los pueblos del mundo
entero debemos eliminarla con la guerra revolucionária, y debemos hacer
los preparativos ahora mismo!”
Así, si el desarollo de las contradicciones fundamentales acrecientan
el peligro de guerra mundial, que sería una nueva guerra de rapiña, un
nuevo reparto del mundo por las superpotencias y un medio, incluso, para
“superar” sus crisis e imponer, como pretenden y sueñan, nuevos
“órdenes mundiales”, no olvidemos que, como dijera el Presidente Mao
Tsetung, la principal tendencia del mundo actual es la revolución.” Y
que es ley de la historia que un pueblo, aún de un pequeño país, puede
derrotar a un país poderoso a contradicción de que “ose levantarse en
lucha, se atreva a empuñar las armas y tome en sus manos el destino de
su propio país.” A los pueblos del mundo, al proletariado internacional y
a los Partidos Communistas que se mantienen fieles al marxismo les
corresponde una gran tarea histórica y la cumplirán.
Tener una definida posición sobre la lucha de clases internacional es
de suma importancia dada su complejidad,la continuación del “gran
desorden bajo los cielos”, los importantes replanteamientos que se
desenvuelven, la transcendencia de la coyuntura actual, la grave
perspectiva del golpe de derecha en China, las divergencias que se
desarrollan en el Movimiento Comunista y la reiterada necesidad de
precisar la estrategia y táctica de la revolución mundial en la
actualidad. Además, reiteremos que la posición, la línea sobre la lucha
de clases internacional es parte de la línea política general, de ahí la
necessidad de tratarla más hoy que hemos entrado a culminar la
reconstitución del Partido. Finalmente, no olvidemos que en torno a la
II Guerra Mundial, bajo concepciones browderistas, con una oportunista
posición frente a la lucha internacional se abrió paso a la capitulación
en nuestro país, frenta a la burguesía compradora y la reacción en
cuanto capitulación de clase y ante el imperialismo norteamericano en
cuanto capitulación como nación. Este es, pues, un problema importante
que no podemos desatender máime si adherimos al internacionalismo
proletário.
El tratamiento de la líne sobre la lucha de clases internacional
demanda tres cuestiones: primera, adherir con firmeza al
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung aplicándolo con decisión;
segunda, retomar la línea de Mariátegui sobre política internacional y
su desarrollo; tercera, resumir las experiencias del Partido sobre este
problema y especialmente las luchas en torno a él. De las tres, la
cuestión es partir de la concepción del proletariado, del marxismo y su
desarrollo; para nuestro Partido esto es lo decisivo como punto de
partida, más en la actualidad, pues no hay otro punto de partida ni otra
base que pueda servir de guía a los comunistas ni unirlos como es
necesario; para nuestro Partido, en síntesis, la cuestión hoy se plantea
así: ser marxista es adherir al marxismo-leninismo-pensamiento Mao
Tsetung. Sujetámonos a esta posición podemos abrirnos paso hacia la
comprensión de la lucha de clases a nivel internacional a fin de cumplir
nuestro papel como corresponde, tanto con nuestra revolución como con
el internacionalismo proletario.
DECLARACIÒN DEL VI Y VII PLENOS DEL COMITÈ CENTRAL
PERU, Mayo de 1977.