PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ CENTRAL
9 de enero de 2018
Nuestro Partido condena con la mayor
energía el ataque con armas blancas y de fuego llevado a cabo por las
fuerzas sectarias del nacionalismo hindú contra los miles de dalits,
demócratas y miembros de grupos seculares que celebraban el 1 de enero,
día de su victoria histórica, en que se conmemora, igualmente, la
dignidad de los dalits en Koregaon Bheema, Maharashtra. Es innegable que
el nacionalismo hindú se ha convertido en una gran amenaza para la
supervivencia y la dignidad de los dalits, los adivasis y las minorías
religiosas, y que no dejará de crecer, si no luchamos con todo valor
hasta derrotar a las viles fuerzas sectarias brahmánicas.
En
Maharashtra, el gobierno de Shivaji se prolongó desde 1674 hasta 1680.
Más tarde los peshwas gobernaron el imperio maratha. Aunque los marathas
derrotaron a los reyes mogoles, no pudieron hacer frente a los
ejércitos británicos. Los británicos les derrotaron y establecieron su
centro militar y administrativo en Poona. En el primer cuarto del siglo
XIX, los peshwas intentaron ocupar Poona con un ejército de 28 mil
soldados, pero los británicos resistieron 12 horas y no cedieron el
control de Poona. Fueron los dalits indios enrolados en el ejército
británico quienes resistieron a los peshwas. Al margen de los
británicos, desde hace dos siglos los dalits celebran el día 1 de enero
la derrota de los peshwas como su día de la victoria y símbolo de su
propia dignidad. Las fuerzas brahmánicas no han podido digerir esta
celebración que se repite anualmente. Con el apoyo del poder central y
del estado de Maharashtra, este año los matones a sueldo del
nacionalismo hindú –con Sambhaji Rao Beede, del Siv Prathishtan, y
Milind Ekbote, del Hindu Ektha Manch, a la cabeza– atacaron a los dalits
y a sus seguidores con armas blancas y de fuego en Koregaon Bheema en
el 1 de enero. Decenas de terroristas nacional-hinduistas lanzaron
bombas caseras, provocando el pánico de las gentes de Koregaon y de sus
alrededores. Un joven dalit perdió la vida y otros muchos resultaron
heridos en estos ataques. Los dirigentes de las organizaciones dalits
habían informado al gobierno y a la policía con mucha antelación sobre
las celebraciones, pero éstos no adoptaron las medidas oportunas de
seguridad, precisamente para alentar los ataques de los matones a sueldo
nacional-hinduistas. El gobierno y la policía espolearon a los
terroristas a sueldo del nacionalismo hindú con el único propósito de
que los dalits no intenten siquiera celebrar estos días de exaltación de
su propia dignidad. De hecho, todo sucedió con arreglo a un diseño
previo. Las bandas de Sambhaji y Milind se limitaron a poner en práctica
el abyecto plan conjunto de los gobiernos central y estatal, de sus
unidades de inteligencia y de las fuerzas del Sangh [Parivar]. Nuestro
Partido hace un llamamiento a los dalits, a los adivasis, a los miembros
de las minorías y a las fuerzas democráticas y seculares de todo el
país para que saquen a la luz pública las infames tácticas del primer
ministro de Maharashtra, Devendra Fadnavees.
Más de cien grupos dalits, democráticos,
seculares, progresistas y revolucionarios apoyaron la convocatoria de
una huelga el 3 de enero en Maharashtra para condenar los ataques contra
los dalits en Koregaon Bheema. Los ciudadanos de todo el país han
demostrado su rabia ante los ataques del nacional-hinduismo por medio de
acciones militantes contra el gobierno en muchos lugares. Es lamentable
que Prakash Ambedkar y el Partido Republicano de la India, que fue una
de las principales organizaciones que llamó a la huelga, se hayan vuelto
atrás. Nadie apoyará una decisión como ésa que socava las acciones
contra los terroristas nacionalistas hindúes que arrojaron bombas,
dispararon armas de fuego y apalearon indiscriminadamente a hombres y
mujeres, una decisión que es condescendiente con las promesas de los
dirigentes del nacionalismo hindú y en la que se expresa su preocupación
por las acciones militantes del pueblo en señal de protesta.
Los
matones a sueldo Sambhaji Beede y Milind Limbodi, que participaron en
los ataques contra los dalits en Koregaon Bheema, siguen moviéndose
libremente. Es natural dada su estrecha relación con Modi, “el principal
servidor del pueblo”, desde los mítines electorales de 2014.
Nuestro Partido condena igualmente con
toda energía la detención en Mumbai de Jignesh Mevani, joven dirigente
popular de Gujarat, a quien la policía de Maharashtra pretende implicar
en varios montajes, así como la detención del líder estudiantil del JNU
Umar Khalid, defensor de la dignidad de los dalits.
Todo lo que dice el nacional-hinduista
Modi sobre la mejora de las condiciones de los dalits, destacando las
malas tácticas del defensor de los oprimidos Ambedkar, es parte de la
conspiración nacional-hinduista y nada más que eso. Digámoslo bien alto y
bien claro: Modi, gran Manu que afirma que “cada cual debe cumplir con
su deber” en el sistema brahmánico Chathurvarna, en el orden de las
castas y de la intocabilidad, tal como se recoge en el Bhagavad Gita, no
tiene derecho moral alguno para elogiar a Ambedkar y nunca toleraremos
de él ni una sola palabra en contra de los dalits. Nuestro Partido hace
un llamamiento a los oprimidos para que luchen unidos y organizados
contra las agresiones de las fuerzas nacional-hinduistas que gobiernan
con las manos manchadas de sangre, comenzando por la de Rohith Vemula
hasta la de los jóvenes dalits de Koregaon Bheema. Es hora de que las
fuerzas democráticas, seculares y progresistas muestren sin tapujos la
mentira de la política oportunista brahmánica y apoyen las luchas
populares. Todo lo que Modi dice sobre la construcción de una Nueva
India [“Nava Bharath”], sin tener en cuenta la cuestión religiosa y de
las castas, no es más que faramalla. Nuestro Partido manifiesta con toda
claridad que no es posible crear una Nueva India sin la formación de
una Nueva Sociedad Democrática que no ceje ante las dificultades y
miserias del pueblo, que elimine la explotación y acabe con las
condiciones que hacen posible las discriminaciones de casta, religión y
sexo.
Abhay,
Portavoz derl Comité Central
PCI (Maoísta)
Fue publicado originalmente por la RBC