Los oportuistas y revisionista de todo color y pelaje de América Latina empujándose unos a otros se apresuraron a celebrar el triunfo electoral del representante de una de las dos facciones de la gran burguesía colombiana en el ballotate de la últimas elecciones reaccionarias del domingo pasado, como lo expresó uno de sus reconocidos plumíferos a través de una nota en un diario de uno de los grupúsculos de la facción burocráticva de Argetina, Página 12, Petro, una victoria histórica, por Atilio A. Boron, 20 de junio de 2022 , donde leemos:
" Con poco más del 98 por ciento de las mesas escrutadas se confirmó el triunfo de Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia. Petro reunía el 50.51 por ciento de los votos contra 47.22 de su rival. Se trata de una victoria extraordinaria, de proyecciones no sólo nacionales sino continentales".
Lo que este conocido plumífero del oportunismo latinoamericano presenta como una victoria extraordinaria, etc,, y con el conocido cliché para estos casos de que el "pueblo eligió el cambio", etc., no es otra cosa que celebrar el resultado o desenlace de la farsa electoral reaccionaria para el recambio de autoridades del viejo Estado colobiano, Estado terrateniente-burocrático al servicio del imperialismo, principalmente yanqui. Farsa electoral reaccionaria que tiene como resultado "legitimar" en las urnas el nuevo gobierno reaccionario, es decir, a quienes desde el Ejecutivo han de aplastar al pueblo de Colombia en servicio del imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad, en complicidad con quienes desde el parlamento han de servir a aplicar las tres tareas reaccionarias que son necedad del imperialismo y la reacción colombiana: reimpulsar el capitalismo burocrático en la peor crisis de su historia hasta ahora, reestructurar el viejo Estado para que sirva mejor a aplastar las luchas del proletariado y el pueblo y buscar conjurar y aplastar el desarrollo de la revolución en Colombia, que tiene como tarea urgente y atrasada la reconstitución del Partido Comunista, es decir, del heroico combatiente que debe dirigir la revolución de nueva democracia mediante la guerra popular.
El recambio de autoridades reaccionarias. Es la salida reaccionaria a la crisis para tratar de engatusar a las masas y con "más Estado" servir mejor a la facción que hasta ahora ha encabezado el Ejecutivo, con cambio de caballos se impulsará más la participación del Estado en la economía para tratar de reflotar a la facción compradora en graves problemas, hundida por la crisis que afecta al país desde sus cimientos hastas sus alturas. Ese es el papel que cumple la facción burocrática, fortalecer a su enemigo, la otra facción.
El recambio, muestra no solo el fracaso de la facción compradora o del uribismo en Colombia sino de la reacción y sus sirvientes oportunistas y revisionistas para lograr un imposible histórico y político no solo en Colombia, sino en toda América Latina, que es solucionar la crisis política, económica y de todo orden de cosas por las que atraviesa el país, lo que se expreso en primer lugar en los pobres resultados electorales alcanzados por ambos candidatos: La abstención registrada en primera vuelta fue de 45,1 %. Y en el ballotaje deja el índice de abstención, datos provisionales, en 41,91 %. Al que si se le suman los votos blancos, nulos y sin marcar dan un porcentaje de rechazo a ambos candidatos de algo más del 45%.
Entonces, si se reportó la participación de 22’658.694 colombianos aptos para sufragar, lo que equivale al 58,09 % del censo electoral, que es de 39’002.239 ciudadanos habilitados, tenemos una cifra cercana a la mitad, de más o menos 20 millones de colombianos que expresaron su rechazo expontáneo a la farsa electoral y con ello a las elecciones reaccionarias y sus representantes e instituciones del viejo Estado. Más aún, el 51.1% del porcentaje de los votos con los que se publicita la victoria del "cambio" es decir del Petro, no es del 100% de los votantes hábiles sino del 55% de los votos válidos.
Conclusión: la más grave crisis por la que atraviesan las viejas sociedad de América Latina y los putrefactos y viejos Estados que las representan y defienden, que es principalmente del capitalismo burocrático y que tienen su máxima expresión en los gobiernos reaccionarios ha traído abajo estos gobiernos reaccionarios y ha impuesto el recambio de estos gobiernos reaccionarios, presididos por representantes de la facción compradora por otros presididos por representantes de la facción burocrática, muchos de ellos encabezados por oportunistas o revisionistas, a eso es lo que estos últimos en el terreno del periodismo llaman "vientos de cambio". Gobiernos "de cambio", que no pueden satisfacer ni a tirios ni a troyanos porque son resultado del compromiso de las dos facciones reaccionarias como leemos en la nota de opinión de Boron sobre "los vientos de cambio" y luego de la cita de este oportunista, leeremos la noticia de ho,y sobre los compromisos del nuevo gobierno del "cambio":
"Decíamos también que se trata de una victoria de proyecciones continentales porque reafirma los vientos de cambio que retomaron brío en la región, luego de un breve interregno de la derecha, con la elección de Andrés Manuel López Obrador en México en Julio del 2018, seguida al año siguiente por las victorias de Alberto Fernández en Argentina y de Evo Morales en Bolivia, frustrada ésta última por la conspiración maquinada por la OEA, la Casa Blanca y la derecha fascista boliviana. No obstante, con la victoria de Luis Arce en 2020 se retomó el rumbo provisoriamente abandonado a causa del golpe y, posteriormente las victorias de Daniel Ortega en Nicaragua, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras y Gabriel Boric en Chile, a las que se suma la del Pacto Histórico en Colombia reafirmaron la voluntad de cambio que cada vez con más fuerza se respira en éste, el continente más desigual del planeta. Se constituye así un promisorio telón de fondo sobre el cual se librará la gran batalla de las elecciones presidenciales en el Brasil el próximo mes de octubre, donde todo parece indicar que Luiz Inacio “Lula” de Silva debería alzarse con la victoria. En ese caso tendríamos nuevamente una Latinoamérica mayoritariamente teñida de rojo -un rojo pálido, sin duda- pero rojo al fin y que abre las puertas para renovadas oleadas transformadoras".
Más aún, para que nadie se haga grandes ilusiones de este "cambio", que no es más que un cambio de caballos reaccionarios, tenemos los siguientes adelantos de la concertación entre las dos facciones con las que se aperturará el nuevo gobierno, es decir mayor colusión y pugna reaccionaria, leamos la noticia en Pagina 12 de hoy:
"El presidente electo de izquierda deberá tejer alianzas para formar mayoría en el Congreso
Desafíos de Petro: militares, empresarios, conflicto armado y una Colombia fracturada
El mandatario saliente, Iván Duque, aseguró que será garante de una transición "pacífica" y "transparente", mientras que el Ejercito de Liberación Nacional expresó este lunes "su plena disposición para avanzar en un proceso de paz".
21 de junio de 2022
"Una bancada importante, pero no mayoritaria, acompañará las iniciativas del inédito gobierno de izquierda en el Parlamento. "Ahora el problema es la gobernabilidad en el Congreso. Petro debe tratar de proponer lo que llamó un gran acuerdo nacional porque claramente el país está bien fragmentado en dos sectores", asegura al respecto Alejo Vargas, profesor de derecho de la estatal Universidad Nacional.
En el mismo sentido opina Sergio Guzmán, de la
consultora Colombia Risk Analysis: "Este resultado no le da un mandato
claro para ejecutar sus políticas sin al menos tratar de calmar los
cuestionamientos de sus opositores". Durante su paso por la alcaldía de
Bogotá (2012-2015), Petro chocó con el Concejo de la ciudad, que hundió muchas
de sus iniciativas. Ahora llega rodeado de políticos tradicionales que podrían
servirle de puente con el Congreso.
Apaciguar a los mercados
En su primera intervención como presidente electo,
Petro envió un mensaje tranquilizador al empresariado que en campaña lo acusó
de promover un socialismo fallido. "Fue una campaña de mentiras y miedo,
que íbamos a expropiar a los colombianos, que íbamos a destruir la propiedad
privada (...) nosotros vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia.
No porque lo adoremos, sino porque tenemos primero que superar la premodernidad",
expresó Petro el domingo ante una multitud que festejaba su
triunfo.
Para Felipe Botero, profesor de ciencia política de la
Universidad de Los Andes, ese fue "un mensaje clarísimo a la derecha,
diciendo 'yo soy de izquierda, pero eso no quiere decir que voy a transformar
radicalmente el modelo económico'". Pero el economista Jorge Restrepo
advierte que el exguerrillero y senador aún debe construir
"confianza" con el sector productivo, algo "muy difícil porque
no hay antecedentes de un gobierno de izquierda a nivel nacional".
Por lo pronto el empresario Mario Hernández,
activo opositor de Petro durante la campaña, se mostró abierto a escucharlo.
"Le llegó la oportunidad a Gustavo Petro de demostrarle al 50 por ciento
de los colombianos y a mí de que estábamos equivocados", disparó en
Twitter el magnate de la confección".