12. July 2022
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Respuesta al Pronunciamiento de la Unión
Obrera Comunista (UOC) sobre la Propuesta del Comité Coordinador para la
Conferencia Internacional Maoísta Unificada (CIMU)1
Partido Comunista de Colombia (Fracción Roja)
Julio de 2022
Realizamos el presente documento con
el objetivo de servir al desarrollo de la lucha de dos líneas al interior del
Movimiento Comunista Internacional (MCI), único método que nos conducirá al
establecimiento de una Línea Política General justa y correcta, y a la unidad
de todos los comunistas en torno a ella, con el fin de desarrollar la
revolución proletaria mundial en estos tempestuosos tiempos en que vivimos.
Intentamos responder aquí a la mayor
parte de las divergencias planteadas por los camaradas de la UOC en su
Pronunciamiento de enero de 2022, analizándolas una por una y dejando para el
final la cuestión de la ideología en su conjunto, pues a ella la consideramos
“terreno” de la síntesis. Lamentamos no haber alcanzado a abordar el tema de la
Guerra Popular, ya que, a nuestro entender, es una de las polémicas más
importante hoy en el MCI al ser cuestión central del maoísmo. Abordar esta y
las demás polémicas pendientes hubiera retrasado más esta publicación, lo que
juzgamos inconveniente, pues el retraso podría hacer perder el objetivo
específico del documento: servir a los preparativos de la Conferencia
Internacional Maoísta Unificada (CIMU). Esperamos poder tratar al menos la
polémica sobre lo qué es la Guerra Popular en un futuro cercano o que otros
Partidos hermanos lo hicieran. Por el momento, para profundizar en el tema de
la guerra popular, recomendamos a todos los camaradas del MCI el estudio del
valioso artículo del Partido Comunista de Brasil (Fracción roja), Guerra
popular y Revolución, publicado
en la revista El Maoísta No 1.
En algunas partes de este documento
vimos conveniente referirnos a debates que han puesto sobre la mesa los
camaradas del TKP/ML y del CCPCMG, pero, por supuesto, no pretendemos con ello
responder enteramente a los planteamientos levantados por dichos camaradas,
pues el objetivo central de la publicación se encaminó a responder a los
comentarios de los camaradas de la Unión.
Debido a que los planteamientos de
la UOC repetidamente ponían en duda que algunas de las tesis planteadas por la
Propuesta del CCIMU se ciñeran al marxismo-leninismo-maoísmo, nos vimos
obligados a citar ampliamente para demostrar que todas estas posiciones se
basan en lo establecido por los grandes maestros del proletariado
internacional.
Sobre las contradicciones en el mundo actual
Como es ampliamente conocido entre
las filas comunistas, Marx, gran fundador de nuestra todopoderosa ideología
proletaria, en su estudio profundo de la sociedad capitalista, descubrió que su
contradicción fundamental yace en la oposición entre el carácter social de la
producción y el carácter privado de la apropiación. Así lo sintetizó y explicó
con claridad el Presidente Mao en Sobre la Contradicción (1937):
“Al aplicar
esta ley [la ley de la contradicción. N.E.] al estudio de la
estructura económica de la sociedad capitalista, Marx descubrió que la
contradicción fundamental de esta sociedad es la contradicción entre el
carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad. Esta
contradicción se manifiesta en la contradicción entre el carácter organizado de
la producción en las empresas individuales y el carácter anárquico de la
producción en la sociedad en su conjunto. En términos de relaciones de clase,
se manifiesta en la contradicción entre la burguesía y el proletariado”.
Lenin, en las primeras décadas del
siglo XX, analizando el desarrollo de la economía capitalista en el mundo,
demostró que el capitalismo -alrededor del cambio de siglo- había alcanzado su
fase superior, el imperialismo, al que caracterizó como monopolista,
parasitario y agonizante, última fase del imperialismo y antesala del
socialismo.
En su estudio y práctica
revolucionaria, Lenin y Stalin develaron las más importantes contradicciones
del imperialismo. Lenin, en su lucha contra Kautsky -quien quería velar las
contradicciones del imperialismo- se refería a estas contradicciones en
términos de “las más hondas”, las “más profundas” contradicciones del
imperialismo. Stalin, basándose en Lenin, expuso en su obra Los
fundamentos del leninismo (1924) tres contradicciones del imperialismo que caracterizó como
“principales”:
“Lenin llamó
al imperialismo “capitalismo agonizante”. ¿Por qué? Porque el imperialismo
lleva las contradicciones del capitalismo a su último límite, a su grado
extremo, más allá del cual empieza la revolución. Entre estas contradicciones,
hay tres que deben ser consideradas como las más importantes.
La primera
contradicción es la existente entre el trabajo y el capital (…)
La segunda
contradicción es la existente entre los distintos grupos financieros y las
distintas potencias imperialistas (…)
La tercera
contradicción es la existente entre un puñado de naciones “civilizadas”
dominantes y centenares de millones de hombres de las colonias y de los países
dependientes (…)
Tales son,
en términos generales, las contradicciones principales del imperialismo, que
han convertido el antiguo capitalismo “floreciente” en capitalismo agonizante”.
Así, esta claro que Stalin,
basándose en Lenin, definió claramente las tres contradicciones de la época del
imperialismo, a las que llamó “las más importantes” o “principales”.
El PCCh, bajo la dirección del
Presidente Mao, expuso en la famosa Carta China (1963), que precisamente era
parte de la “Polémica acerca de la línea general del Movimiento
Comunista Internacional”, las contradicciones fundamentales del mundo contemporáneo:
“¿Cuáles son
las contradicciones fundamentales2 en
el mundo contemporáneo? Los marxistas-leninistas sostienen invariablemente que
ellas son:
la
contradicción entre el campo socialista y el campo imperialista;
la
contradicción entre el proletariado y la burguesía en los países capitalistas;
la
contradicción entre las naciones oprimidas y el imperialismo;
la contradicción
entre los países imperialistas y entre los grupos monopolistas”.
Como vemos, durante la gran
Polémica, en la más encarnizada lucha contra el revisionismo de Jruschov, bajo
la dirección del más grande marxista-leninista, el Presidente Mao, basándose en
el gran Stalin, se establecieron las contradicciones fundamentales del mundo
contemporáneo.
A la luz de lo anterior, no se
corresponde con la realidad esta afirmación de los camaradas de la UOC: “El
Movimiento Comunista Internacional ha destacado o reconocido cuatro
contradicciones como las más importantes del imperialismo, no las fundamentales
como afirman los camaradas en la propuesta”
Como vimos, el Presidente Mao y el
PCCh hablaron de las contradicciones fundamentales del mundo contemporáneo. Más aún,
comprendemos que, tanto lo expresado por Lenin como por Stalin, al referirse a
las contradicciones del imperialismo como las “más hondas”, “profundas”,
“principales”, puede entenderse como “fundamentales”.
Ahora bien, los camaradas dicen que
“es una y solo una la contradicción
fundamental3 que rige el proceso de desarrollo
del capitalismo en toda su historia, tanto en la primera fase de libre
competencia, como en su fase actual monopolista”. Y para sostener esto se
apoyan en la siguiente cita del Presidente Mao, extraída del texto Sobre la
contradicción (1937):
“La contradicción
fundamental del proceso de desarrollo de una cosa y la esencia de éste,
determinada por dicha contradicción, no desaparecen mientras el proceso no
termina; sin embargo, en un proceso de desarrollo prolongado, la situación
generalmente varía de etapa a etapa. La razón es que, si bien no cambia ni la
naturaleza de la contradicción fundamental del proceso de desarrollo de la cosa
ni la esencia del proceso, la contradicción fundamental se va agudizando a
medida que pasa de una etapa a otra en este proceso prolongado. Además, de las
numerosas contradicciones, grandes y pequeñas, determinadas por la
contradicción fundamental o sujetas a su influencia, unas se agudizan y otras
son temporal o parcialmente resueltas o atenuadas, y surgen algunas nuevas; es
por esto que hay etapas en el proceso. Si no se presta atención a las etapas
del proceso de desarrollo de una cosa, no se puede tratar apropiadamente sus
contradicciones.
Antes de opinar al respecto,
permítasenos extender un poco más la cita adicionando el pertinente ejemplo
expuesto inmediatamente después por el Presidente Mao:
Por ejemplo,
cuando el capitalismo de la época de la libre competencia se desarrolló y
convirtió en imperialismo, no cambió ni la naturaleza de las dos clases
radicalmente contradictorias, el proletariado y la burguesía, ni tampoco la
esencia capitalista de la sociedad; pero se agudizó la contradicción entre
estas dos clases, surgió la contradicción entre el capital monopolista y el no
monopolista, se agudizó la contradicción entre las metrópolis y las colonias, y
se manifestaron con especial intensidad las contradicciones entre los distintos
países capitalistas, originadas en la desigualdad de su desarrollo; así surgió
una fase especial del capitalismo: el imperialismo. El leninismo es el marxismo
de la era del imperialismo y de la revolución proletaria precisamente porque
Lenin y Stalin han explicado correctamente estas contradicciones y han
formulado la teoría y las tácticas correctas de la revolución proletaria para
resolverlas.
Basándonos en lo planteado por el
Presidente Mao, nuestro Partido comprende que la contradicción fundamental del
capitalismo -entre burguesía y proletariado- “y la esencia
de éste, determinada por dicha contradicción, no desaparecen mientras el
proceso no termina” es decir, mientras no se consiga la abolición de la propiedad privada, del
Estado y de las clases sociales, en otras palabras solo con el establecimiento
del comunismo sobre la faz de la tierra, dejará de existir esta contradicción.
Sin embargo, entendemos que en la Nueva era de la Revolución Proletaria
Mundial (RPM), todas las contradicciones del capitalismo se agudizan y surgen
otras, configurándose así 4 contradicciones fundamentales tal como lo explica
la Propuesta del Comité Coordinador: capitalismo-socialismo,
burguesía-proletariado, interimperialista y naciones oprimidas-imperialismo,
siendo esta última la principal. Dichas contradicciones no niegan ni se
contradicen con la contradicción fundamental del capitalismo establecida por
Marx, sino que son expresión de la profundización de esta y las demás
contradicciones del capitalismo al pasar a su fase imperialista y al entrar la
historia de la sociedad a una Nueva Era, la era de la Revolución Proletaria
Mundial.
Y entre estas 4 contradicciones, ¿por
qué la principal es la que opone las naciones oprimidas al imperialismo?
Porque, como lo dijera Lenin, el rasgo característico, la esencia del
imperialismo, es la división del mundo entre naciones opresoras y naciones
oprimidas4,
porque los hechos históricos en la época del imperialismo muestran que es la
contradicción más aguda a nivel mundial, porque allí se opone un puñado de
grandes burgueses imperialistas y sus lacayos reaccionarios, a la inmensa
mayoría y las más pobres de las masas populares -hacedoras de la historia- que
viven en el tercer mundo. Pensamos que los acontecimientos más relevantes de
nuestra época así lo demuestran, como veremos más adelante.
En los años 60, el Presidente Mao
defendió que la contradicción principal en el mundo contemporáneo es la
contradicción entre los países imperialistas y las naciones oprimidas. Aunque
en la Carta China (1963), debido a la dura lucha de dos líneas al
interior del PCCh, no se definió ésta como la contradicción principal, es
posible ver la gran relevancia que se le da a la lucha de las masas en el
tercer mundo:
“Las vastas
zonas de Asia, África y América Latina son las zonas donde convergen las
contradicciones en el mundo contemporáneo; son las más vulnerables de las zonas
que están bajo la dominación imperialista, y constituyen los centros de la
tempestad de la revolución mundial, que en la actualidad asesta golpes directos
al imperialismo.
El
movimiento revolucionario democrático nacional en estas zonas y el movimiento
revolucionario socialista internacional son las dos grandes corrientes
históricas de nuestra época.
La
revolución democrática nacional en estas zonas es una importante parte integrante
de la revolución mundial proletaria de nuestros días.
La lucha
revolucionaria antiimperialista de los pueblos de Asia, África y América Latina
golpea y debilita seriamente los cimientos mismos de la dominación del
imperialismo y del colonialismo viejo y nuevo, y es en la actualidad una fuerza
poderosa en defensa de la paz mundial.
Por lo
tanto, en cierto sentido, la causa revolucionaria del proletariado
internacional en su conjunto depende del desenlace de la lucha revolucionaria
de los pueblos de esas zonas, que constituyen la abrumadora mayoría de la
población del mundo”.
Por lo
tanto, la lucha revolucionaria antiimperialista de los pueblos de Asia, África
y América Latina no es en absoluto un asunto de mera significación regional,
sino de importancia general para la causa de la revolución mundial del
proletariado internacional en su conjunto.
Al final, la posición del Presidente
Mao y la izquierda en el PCCh se hizo pública a través del documento “Viva el
triunfo de la Guerra Popular” publicado en 1965, firmado por Lin Piao:
“La
contradicción entre los pueblos revolucionarios de Asia, África y América
Latina y el imperialismo encabezado por los EE.UU., es la contradicción
principal del mundo contemporáneo. El desarrollo de esta contradicción promueve
la lucha de todos los pueblos del mundo contra el imperialismo norteamericano y
sus lacayos”
Podría argumentarse que esta
referencia no es válida, pues el texto está firmado por Lin Piao, pero no hay
cómo negar que estos son documentos del PCCh, que hicieron parte de la
preparación de la Gran Revolución Cultural Proletaria y su punto más alto, el
IX Congreso. Estos documentos hacen parte del “patrimonio histórico del
proletariado internacional” como lo definió Lenin al referirse a la obra de
Kautsky “cuando este era marxista”.
Pero volvamos a las 4 contradicciones fundamentales de la Nueva Era para expresar que concebimos lo que
plantea la propuesta del CCIMU así: dos de estas contradicciones: la
interimperialista y la que opone el imperialismo a las naciones oprimidas, se
resolverán en el periodo de los 50 a 100 años definido por el Presidente Mao,
esto es, con el barrimiento del imperialismo por los pueblos del mundo; y las
otras dos: capitalismo-socialismo, burguesía-proletariado, serán las últimas en
resolverse, momento en el cual la humanidad entrará al comunismo. Pensamos que
hasta que no sea derrotado el imperialismo, la contradicción entre éste y las
naciones oprimidas será la principal contradicción a nivel mundial, lo que no
quita que transitoriamente pueda pasar a ser principal otra de las
contradicciones; entendemos que en un siguiente periodo centrado en la
construcción del socialismo y el comunismo en la tierra, en ese momento
histórico, la contradicción burguesía-proletariado pasará a ser principal y con
su resolución vendrá la muerte del capitalismo y una nueva y dorada era
comunista.
Ahora bien, cuando hablamos de
la situación del mundo actual, en que el “imperialismo sigue
vivo”, se especifican las contradicciones fundamentales así: naciones
oprimidas-imperialismo, burguesía-proletariado e interimperialista.
Antes de hablar de la polémica con
la UOC en torno a las dos primeras contradicciones, hagamos un paréntesis para
aclarar que es por causa de esta diferenciación que hace la Propuesta entre las
contradicciones de la nueva era y las que se dan en el mundo actual, que, aunque en estas últimas no
aparece la contradicción entre capitalismo-socialismo como una contradicción
fundamental, porque, como lo señalan correctamente los camaradas del TKP/ML, no
existen hoy países socialistas, para toda la Nueva Era esta contradicción es necesario
afirmarla, pues ha sido, en los comienzos de la Nueva Era y por 60 años
(1917-1976) una de las contradicciones fundamentales y lo será nuevamente en
las próximas décadas, en la marcha inexorable hacia el comunismo.
Entremos ahora a analizar las
contradicciones del mundo actual:
“Primera contradicción: entre naciones oprimidas, por un lado, y
superpotencias y potencias imperialistas, por el otro”
Entendiendo que hoy EEUU es
superpotencia hegemómica única, Rusia es superpotencia atómica y Alemania,
Inglaterra, Francia, Japón, China etc., son potencias imperialistas. El
imperialismo yanqui es el enemigo principal de los pueblos del mundo, pero cada
nación oprimida debe especificar y centrar su ataque contra el enemigo
imperialista principal y las clases reaccionarias a su servicio, sin caer a la
cola de otra potencia imperialista. Esta es hoy, como señala la propuesta del
CCIMU, la contradicción principal en el mundo.
Los camaradas de la UOC sostienen
que esta contradicción solo ha sido principal entre 1958 y 1972 pero que desde
los años 90 la contradicción principal en el mundo es la contradicción entre la
burguesía y el proletariado y que así lo confirma la crisis de 2008. Aparte de
los argumentos teóricos arriba expuestos, miremos los principales hechos de
significación mundial desde finales de los años 60 hasta hoy que demuestran
tanto que todas las contradicciones del imperialismo se han agudizado como que
la contradicción principal en el mundo ha sido y es la que enfrenta a las
naciones oprimidas con el imperialismo.
Precisamente las heroicas Guerras
Populares que hoy se desarrollan en India, Turquía y Filipinas tienen sus
comienzos a finales de la década de los 60 y principios de los 70.
Nadie puede negar la enorme
repercusión mundial de la Guerra de Vietnam en los años 70; guerra de agresión
imperialista que enfrentó al imperialismo yanqui como gendarme mundial y a la
heroica nación vietnamita y que culminó con una gran derrota para el
imperialismo yanqui. O la heroica lucha de liberación nacional del pueblo
palestino contra Israel, que actúa como socio y lacayo del imperialismo yanqui
en Medio Oriente, lucha que se desenvolvía desde antes y llega hasta nuestros días.
Y si vemos América Latina en esa misma década, tenemos los procesos
revolucionarios en Nicaragua, Guatemala y el Salvador, que aún cuando fueron
inconclusos por el carácter oportunista de sus dirigentes, expresan la
contradicción principal nación oprimida-imperialismo, contradicción que también
se manifiesta claramente en la imposición de regímenes militares bajo mando del
imperialismo yanqui en varios países de nuestro continente.
A finales de la década del 70 y en
la década del 80 se va a desenvolver una nueva guerra de agresión imperialista
con la invasión del socialimperialismo soviético a Afganistán, se da la guerra
arabe-israelí y la guerra Iran-Irak, guerras que expresan la rebatiña de los
imperialistas por las semicolonias. Además, a partir de la década de los 80, el
imperialismo va a impulsar las políticas neoliberales para oprimir y esquilmar
más a las naciones oprimidas, atizando la lucha de las masas en el tercer mundo
contra estas políticas imperialistas.
Capítulo aparte merece, en esta
década del 80, la grandiosa Guerra Popular en el Perú dirigida por el Partido
Comunista del Perú bajo la jefatura del Presidente Gonzalo. Proceso
revolucionario que expresa la contradicción principal naciones
oprimidas-imperialismo y que iluminó y ratificó al mundo la forma para
solucionar esta contradicción: la revolución de nueva democracia en las
naciones oprimidas llevada adelante mediante la Guerra Popular. Y todo esto
como parte de algo superior y principal: sintetizó y sancionó el maoísmo como
tercera, nueva y superior etapa de nuestra ideología proletaria, brindándonos
la todopoderosa arma indispensable para hacer la revolución en nuestros días:
el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo.
Pero volvamos a los planteamientos
de la UOC sobre estas décadas. Los camaradas expresan que: “el período de 1972
a 1990, fue caracterizado por la contradicción entre los países imperialistas,
esta vez, concentrada entre Estados Unidos y la Unión Soviética”. Si bien
durante estos años se presenta la llamada “guerra fría”, esto es, la
agudización de la pugna entre el imperialismo yanqui y el socialimperialismo
soviético, preguntamos ¿cuál es la razón de dicha pugna, que como vimos antes,
se expresa agudamente en diferentes guerras durante este periodo? Consideramos
que no es otra que la lucha por el botín, por las naciones oprimidas, expresión
de la contradicción históricamente principal del imperialismo. Esa es la base
de la agudización de la contradicción interimperialista que se manifestó con la
guerra fría.
Y si hablamos de los años 90 hasta
hoy, periodo en que los camaradas de la UOC juzgan que pasa a ser principal la
contradicción entre el proletariado y la burguesía, podemos ver que los
acontecimientos, por el contrario, ratifican la principalía de la contradicción
entre las naciones oprimidas y el imperialismo. En los albores de la década se
va a desenvolver la “guerra del golfo”, invasión imperialista a Irak encabezada
por el imperialismo yanqui con el propósito de controlar toda esta región del
tercer mundo y su riqueza petrolera.
Entre 1996-2006 se desarrolló la
Guerra Popular en Nepal, que aunque fue traicionada, expresa también donde
están mas agudas las contradicciones en el mundo.
La década del 90 también traerá
consigo la descomposición y el colapso del revisionismo de la URSS y la
rebatiña por las que fueran semicolonias del socialimperialismo sovietico.
Además, el imperialismo yanqui va a encabezar la ofensiva contrarrevolucionaria
general (que había emprendido en los años 80 el revisionismo) contra el
marxismo, el socialismo, la violencia revolucionaria y el Partido. Serán los
tiempos del posmodernismo, del cacareado fin de la historia y de las
ideologías.
La ofensiva contrarrevolucionaria
general apuntó principalmente contra la Guerra Popular en Perú porque ella
estaba a la vanguardia de la revolución proletaria mundial, siendo cada vez más
ejemplo para los pueblos y naciones oprimidas del único camino para su
liberación; puesto que la guerra había alcanzado el equilibrio estratégico y
amenazaba seriamente el poder de la reacción peruana y del imperialismo yanqui
en su semicolonia; dado que el PCP y el Presidente Gonzalo encabezaban la
contraofensiva revolucionaria con la tarea central de poner el maoísmo como
mando y guía de la revolución proletaria mundial impulsando la (re)constitución
de Partidos Comunistas para la Guerra Popular.
En la década de los 90, esta
ofensiva del imperialismo logró propinarle un duro golpe al proletariado
peruano e internacional: 1) con la detención del Presidente Gonzalo y la mayor
parte del CC del PCP, 2) al montar, por medio de la CIA y con las ratas de la
Línea Oportunista de Derecha, la patraña de los acuerdos de paz y 3) al
infiltrar agentes de la reacción en el Partido para volar sus comités.
En el siglo XXI la ofensiva
contrarrevolucionaria va a apuntar principalmente a los movimientos de
liberación nacional, y se concreta especialmente con las guerras de agresión
imperialista contra Afganistán e Irak en la llamada “guerra contra el
terrorismo” liderada por el imperialismo yanqui.
La primera década del siglo XXI
trajo también consigo una gran crisis cíclica del imperialismo, la crisis del
año 2008, que agudizó las contradicciones fundamentales, visiblemente la
contradicción entre la burguesía y el proletariado en los países imperialistas,
atizando las luchas por la defensa de las conquistas obtenidas a lo largo de
todo el siglo XX particularmente en Europa. A pesar de esto, no vemos por qué
la UOC sostiene que dicha crisis “ha confirmado y consolidado” la contradicción
burguesía y proletariado como la contradicción principal en el mundo hoy, pues
el mayor peso de la crisis, como siempre, fue descargado sobre las espaldas de
las masas del tercer mundo donde igualmente agudizó todas las contradicciones
propias de las naciones oprimidas que estallaron sobre todo en la siguiente
década.
Finalmente destacamos que en el
mundo actual se desenvuelven 4 guerras populares, todas ellas en el tercer
mundo: India, Perú, Turquía y Filipinas, y que los principales acontecimientos
mundiales desde la crisis de 2008 hasta nuestros días, como la “Primavera
árabe”, la guerra en Siria, la agresión imperialista a Ucrania y los grandes
levantamientos populares de los últimos años, no han hecho sino reafirmar el
proceso de profundización de la crisis general del imperialismo y de
agudización de todas sus contradicciones, así como el carácter principal de la
contradicción naciones oprimidas-imperialismo.
La gran explosividad de las masas
por el mundo entero la última década, especialmente en el tercer mundo, y
particularmente en América Latina, son pruebas contundentes de que vivimos una
situación revolucionaria en desarrollo desigual. Chalecos amarillos en Francia,
grandes levantamientos populares en Brasil, Chile, Ecuador, Colombia, Estados
Unidos, Haití, etc., ratifican que las condiciones objetivas son excelentes
para la revolución y que, como dijeran nuestros grandes maestros, las naciones
oprimidas son las zonas de tempestades revolucionarias del mundo, son la base
de la revolución proletaria mundial.
El PCCh, en elIV comentario a la
Carta Chinadenominado Apologistas del neo-colonalismo planteaba:
“Nadie puede
negar que se observa ahora una situación revolucionaria sumamente favorable en
Asia, África y América Latina. En la actualidad, la revolución
nacional-liberadora de estas regiones constituye la más importante de las fuerzas que
asestan golpes directos al imperialismo. Asia, África y América Latina son las
zonas donde convergen las contradicciones
del mundo
(…)
Lenin dijo
en 1913:
“Una nueva
fuente de formidables tormentas mundiales se abrió en Asia.” “Hoy vivimos precisamente en la época de estas tormentas y
de su contra-repercusión en Europa.”
Stalin dijo
en 1925:
“Las colonias
son la retaguardia principal del imperialismo. La revolucionarización de esta
retaguardia no puede por menos de quebrantar al imperialismo, no sólo en el
sentido de que éste se quedará sin retaguardia, sino en el sentido de que la
revolucionarización del Oriente debe dar el
impulso decisivo
para la
agudización de la crisis revolucionaria en el Occidente.”
¿Es posible
que sean erróneas estas afirmaciones de Lenin y Stalin? Estas tesis hace ya
tiempo constituyen conocimientos elementales del marxismo-leninismo. Es obvio
que, cuando los dirigentes del PCUS se empeñan en empequeñecer el movimiento de
liberación nacional, pasan completamente por alto el abecé del
marxismo-leninismo y hechos que son evidentes.”
¿Estos “conocimientos elementales
del marxismo-leninismo”-(maoismo), ya no son válidos? ¿cuales de las premisas
teóricas o prácticas han cambiado?
El definir la contradicción naciones
oprimidas-imperialismo como la “históricamente principal” se sustenta tanto en
la teoría como en los hechos. Ya que la división entre un puñado de naciones
opresoras y la mayoría de naciones oprimidas es la esencia del imperialismo, la
lucha entre ellos no puede más que cobrar un carácter también esencial. Las
colonias y semicolonias son la reserva y retaguardia del imperialismo, las
luchas anti-imperialistas en estas naciones son un certero golpe contra el
imperialismo y agudizan también las contradicciones al interior de los países
imperialistas. Además, como recalcaron varias veces Lenin, Stalin y el
Presidente Mao, en los países oprimidos se encuentra la gran mayoría de las
masas del mundo. Argumentos que se ven reafirmados en los hechos, al analizar
los principales acontecimientos de las últimas décadas y observar cómo ha sido
esta “la contradicción que más veces llevó a la guerra” como señalan
acertadamente los camaradas del CCPCMG.
Con todo esto, consideramos que la
cuestión crucial de esta contradicción, históricamente principal en la época
del imperialismo, esta en comprender cómo se concreta el dominio imperialista
sobre las naciones oprimidas y por ende cómo se resuelve esta contradicción, en
otras palabras, cuál es el tipo de revolución a llevar a cabo en las naciones
oprimidas.
Concordamos con los camaradas del
TKP/ML que sería un grave error evadir el análisis de las contradicciones de
cada país, y que si, mecánicamente se planteara que la contradicción principal
para todo el mundo es igual que la contradicción principal en cada país, la
revolución se desviaría. Pero a diferencia de los camaradas no vemos que
señalar una contradicción principal a nivel mundial genere una “confrontación”
con la contradicción principal de cada país y esto lleve a un estado de
confusión. Al contrario, vemos que determinar la contradicción principal a
nivel mundial nos permite definir la estrategia y táctica de la revolución
proletaria mundial y a la vez, comprendiendo cómo se concreta en los países
oprimidos esta contradicción, nos alumbra el camino para entender las
contradicciones fundamentales que se presentan al interior de estas naciones,
el carácter de las formaciones económico sociales en el tercer mundo.
Esto nos lleva necesariamente al
concepto de capitalismo burocrático, gran tesis de la economía política
marxista establecida por el Presidente Mao y desarrollada por el Presidente
Gonzalo. Para un mayor sustento de esta tesis, remitimos a los lectores al
documento publicado en la página WEB Internacional
Comunista titulado
“La tesis del Capitalismo Burocrático es una tesis marxista-leninista-maoista”.
Por el momento baste con exponer lo esencial en relación a la polémica con los
camaradas de la UOC.
Partamos por decir que la
Internacional Comunista en su VI Congreso, así como el camarada Stalin
plantearon:
“El
imperialismo «se alía en primer término con las capas dominantes del régimen
social precedente –los señores feudales y la burguesía comercial-usurera-,
contra la mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta
preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalista
(particularmente en el campo), que son la base de la existencia de sus aliados
reaccionarios» … «[. . .] el imperialismo, con todo el poderío financiero y
militar que tiene en China, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva
las supervivencias feudales, con toda su superestructura
burocrático-militarista»5
Es precisamente este fenómeno, el
que el dominio del imperialismo sobre las naciones oprimidas se dé en alianza
con las clases dominantes locales de sus semicolonias, las “fuerzas feudales y
la burguesía comercial-usurera”, y que, por tanto, el imperialismo intente
“preservar y perpetuar todas aquellas formas de explotación precapitalista”,
que “apoye, aliente, cultive y conserve las supervivencias feudales” para su
beneficio y el de sus aliados, lo que está en la base, en los orígenes del
capitalismo burocrático, lo que impide el establecimiento de un capitalismo
clásico, de una república burguesa al estilo de los países imperialistas.
De ahí que Mariátegui sostuviera que
el imperialismo no permite a estos países “un programa de nacionalización e
industrialismo”, y que el Presidente Mao defendiera en varios de sus escritos
que no es posible establecer el capitalismo clásico en un país oprimido por el
imperialismo. Por ejemplo en 1940, expresó:
“Es cierto
que vivimos en el período de los últimos forcejeos del imperialismo, que está a
punto de morir; el imperialismo es el ‘capitalismo agonizante’. Pero,
justamente porque está a punto de morir, depende aún más de las colonias y
semicolonias y no permitirá en absoluto que
en ninguna de ellas se establezca una sociedad capitalista de dictadura
burguesa”
También el camarada Ibrahim
Kaypakkaya, jefe del proletariado en Turquía, comprendió esto y expresó en
1971:
“Debemos
entonces dibujar líneas gruesas y en negrilla, entre nosotros y la
pretensión de los revisionistas trotskistas de que el
imperialismo desarrolla capitalismo y disuelve el feudalismo,
enfatizando que el rol fundamental del imperialismo en los países
atrasados es el de colonizar, esclavizar al pueblo, saquearlo sin piedad,
y políticamente, consolidar y apoyar la
dictadura reaccionaria de la burguesía compradora y los terratenientes, y
empobrecer a los campesinos trabajadores haciéndolos cada vez más pobres. En
el Programa este punto es vago y poco claro. Los comunistas
revolucionarios y las masas revolucionarias (en particular las masas
campesinas) no deben tener absolutamente ninguna duda sobre este
punto: el sistema de tenencia de gran propiedad
y la esclavitud de la tierra deben ser destruidos y
desechados por la revolución, que lo barrera todo. Solo es posible demoler y destruir al feudalismo en su
totalidad de esta manera.” Crítica al borrador de programa del TIIKP, p. 82-83.
Traducción nuestra a partir de las obras escogidas en ingles.
Pero en las naciones oprimidas sí se
desenvuelve un tipo de capitalismo, el capitalismo burocrático. Resaltemos y
contrastemos algunas de sus características:
1) Es un capitalismo tardío,
implantado por el imperialismo, que no barre sino que mantiene y se sirve de la
condición semifeudal de la nación oprimida, a diferencia del capitalismo
clásico que nace de las entrañas de la sociedad feudal y en su proceso la
destruye.
2) Comprende los capitales de los
terratenientes y grandes burgueses, es pues un capitalismo monopolista desde
sus orígenes, a diferencia de cómo fueron los inicios del capitalismo clásico
que luchó por la libre concurrencia y contra el monopolio de tipo feudal.
3) Explota al proletariado, al
campesinado, a la pequeña burguesía y restringe a la burguesía nacional, esto
último a diferencia de un país imperialista, en el que fue precisamente la
burguesía “nacional” quien conquistó el poder del Estado y estableció la nación
y democracia burguesa.
El Presidente Mao caracterizó el
capitalismo burocrático en China. El Presidente Gonzalo “va a generalizar que
el capitalismo burocrático no es un proceso particular de China o del Perú,
sino que obedece a las condiciones tardías en que los imperialismos sojuzgan a
las naciones oprimidas de Asia, África y América Latina y cuando éstas aún no
han destruido la feudalidad subsistente y menos desarrollado capitalismo”6.
Y es este carácter semifeudal,
semicolonial y capitalista burocrático de las sociedades en las naciones
oprimidas lo que define sus contradicciones fundamentales y también el tipo de
revolución a llevar a cabo para resolver dichas contradicciones: la revolución
de nueva democracia.
Pero, con fines expositivos, para
seguir el hilo de los cuestionamientos que la UOC plantea a la Propuesta del
Comité Coordinador, desarrollemos este punto respondiendo la crítica que los
camaradas hacen sobre la “segunda contradicción”.
“Segunda contradicción: entre el proletariado y la burguesía en los países
imperialistas”
Los camaradas de la UOC critican que
la propuesta del CCIMU considere “que solo existe la contradicción entre el
proletariado y la burguesía en los países imperialistas”. Evaluamos que esta
crítica es correcta, reconocemos que ahí se ha cometido un error y proponemos
que sea corregida en ese punto la propuesta. Es innegable que en las naciones
oprimidas esta contradicción fundamental existe y se manifiesta en todos los
planos de la lucha de clases y olvidarla nos haría desviar del camino hacia el
socialismo.
Ahora bien, nuestra diferencia con
los camaradas de la UOC es más de fondo, tiene que ver con el papel que juega
esta contradicción en las naciones oprimidas hoy y el tipo de revolución que en
ellas se debe emprender. Para la UOC algunas naciones oprimidas, como Colombia,
son capitalistas y por tanto en ellas la contradicción principal es la
contradicción entre burguesía y proletariado y el tipo de revolución a llevar a
cabo es de carácter socialista.
Nuestra posición es que en las
naciones oprimidas por el imperialismo este implantó el capitalismo burocrático
sobre una base semifeudal y semicolonial y que por tanto estas naciones,
incluida Colombia, deben atravesar primero una revolución de nueva democracia
para pasar luego, ininterrumpidamente, a la revolución socialista.
Ahondemos más en este punto por su
relevancia política. ¿En qué experiencias del proletariado nos basamos para
sostener esta posición? En la revolución china y la revolución peruana. El
Presidente Mao, en el documento La revolución china y el Partido
Comunista chino, escrito en 1939, en medio de la guerra de resistencia al Japón, señaló:
“La
contradicción entre el imperialismo y la nación china y la contradicción entre
el feudalismo y las grandes masas populares, son las contradicciones
fundamentales de la sociedad china moderna. Naturalmente, existen otras, tales
como la contradicción entre la burguesía y el proletariado y las contradicciones
en el seno de las clases dominantes reaccionarias. Pero, de todas ellas, la
contradicción entre el imperialismo y la nación china es la principal. Estas
contradicciones y su agudización engendran inevitablemente movimientos
revolucionarios cada vez más amplios. Las grandes revoluciones de la China
moderna y contemporánea han surgido y se han desarrollado sobre la base de
estas contradicciones fundamentales.”
Como vemos, el Presidente Mao,
reconociendo la existencia de la contradicción entre la burguesía y el
proletariado en China como nación oprimida, definió que las dos contradicciones
fundamentales en la China de la época eran “entre el imperialismo y la nación
china y la contradicción entre el feudalismo y las grandes masas populares” y
que las revoluciones de China tenían como base esas dos contradicciones
fundamentales.
Años después, el Presidente Mao
sustentaría su importante tesis sobre el capitalismo burocrático en China e
incluiría entre las contradicciones fundamentales aquella que oponía al pueblo
por un lado y al capitalismo burocrático por el otro. Estas contradicciones
definian las tres montañas que oprimían al pueblo chino y por tanto los tres
blancos de la revolución de nueva democracia. En un discurso dado en 1956,
resumió así el proceso de resolución de las contradicciones de la sociedad
china en su etapa democrática y en su etapa socialista:
“El mundo
está lleno de contradicciones. La revolución democrática resolvió aquellas que
teníamos con el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. Hoy,
también se han resuelto en lo fundamental nuestras contradicciones con el
capitalismo nacional y la pequeña producción en cuanto al sistema de propiedad,
pero, al mismo tiempo, se ha puesto de relieve contradicciones distintas y han
surgido otras nuevas”.7
Por otro lado, en el I Congreso del
PCP en 1988, el Presidente Gonzalo definiría de esta forma las contradicciones
fundamentales de la revolución democrática, primera etapa de la revolución
peruana:
“Establece
que en la revolución democrática existen tres contradicciones fundamentales:
contradicción nación-imperialismo, contradicción pueblo-capitalismo burocrático
y contradición masas-feudalidad; de éstas cualquiera puede ser la contradicción
principal según los periodos de la revolución”.8
Como puede verse en las anteriores
citas, las contradicciones fundamentales a resolver en las revoluciones
democráticas en China y Perú son aquellas que el pueblo y la nación tienen con
las tres montañas que los oprimen: el imperialismo, el capitalismo burocrático
y la semifeudalidad. Pero, cabe preguntarse ¿puede hacerse extensivo esto a
todas las naciones oprimidas por el imperialismo? ¿Es posible en la época del
imperialismo que las colonias o semicolonias del imperialismo alcancen el capitalismo?
¿Han de pasar todas estas en su revolución por una primera etapa de nueva
democracia? Consideramos que el Presidente Mao ha dado respuesta a estas
preguntas:
En primer lugar, como vimos en el
análisis de la “primera contradicción”, en su magistral obra Sobre la
Nueva Democracia (1940), el Presidente Mao sentó que el
imperialismo “no permitirá en absoluto que en ninguna de ellas (naciones
oprimidas) se establezca una sociedad capitalista de dictadura burguesa”. En la
nueva era de la Revolución Proletaria Mundial, la burguesía nacional de estos
países no puede ponerse al frente de la revolución democrática por su debilidad
e inconsecuencia frente al imperialismo, por la caducidad histórica de la
revolución democrático-burguesa de viejo tipo.
En segundo lugar, para contestar los
demás interrogantes debemos citar otros apartes de la misma obra del Presidente
Mao:
“Esta
república de nueva democracia será diferente, por una parte, de la vieja
república capitalista, al estilo europeo y norteamericano, bajo la dictadura de
la burguesía, esto es, la república de vieja democracia, ya caduca. Por otra
parte, será diferente también de la república socialista, al estilo soviético,
bajo la dictadura del proletariado, república que ya florece en la Unión Soviética
y que se establecerá también en todos los países capitalistas y llegará a ser
indudablemente la forma dominante de estructura del Estado y del Poder en todos
los países industrialmente avanzados. Esta
forma, sin embargo, no puede ser adoptada, por un determinado período
histórico, en la revolución de los países coloniales y semicoloniales.
Consecuentemente, en todos estos países, la revolución sólo puede adoptar en
dicho período una tercera forma de Estado: la república de nueva democracia. Esta es la forma que corresponde a un determinado período
histórico y, por lo tanto, es una forma de transición, pero obligatoria y
necesaria.
De esto se
desprende que los múltiples sistemas de Estado en el mundo pueden reducirse a
tres tipos fundamentales, si se clasifican según el carácter de clase de su
Poder: 1) república bajo la dictadura de la burguesía; 2) república bajo la
dictadura del proletariado, y 3) república bajo la dictadura conjunta de las
diversas clases revolucionarias.
El primer
tipo lo constituyen los Estados de vieja democracia. En la actualidad, después
del estallido de la Segunda Guerra imperialista, ya no queda rastro de
democracia en muchos países capitalistas, transformados o en vías de
transformarse en Estados donde la burguesía ejerce una sangrienta dictadura
militar. Pueden ser incluidos en este tipo los Estados bajo la dictadura
conjunta de los terratenientes y la burguesía.
El segundo
tipo es el vigente en la Unión Soviética, y se halla en gestación en los países
capitalistas. En el futuro, ésta será la forma dominante en todo el mundo por
un determinado período.
El tercer tipo es una forma de Estado de transición que debe adoptarse en
las revoluciones de los países coloniales y semicoloniales. Cada una de dichas
revoluciones tendrá necesariamente características propias, pero éstas
representarán ligeras diferencias dentro de la semejanza general. Siempre que
se trate de revoluciones en colonias o semicolonias, la estructura del Estado y
del Poder será forzosamente idéntica en lo fundamental, es decir, se
establecerá un Estado de nueva democracia bajo la dictadura conjunta de las
diversas clases antiimperialistas…”.
De este modo, el Presidente Mao,
desarrollando el marxismo, estableció la Revolución de Nueva Democracia como el
tipo de revolución que es necesario llevar a cabo en todas las naciones
oprimidas por el imperialismo como paso previo a la revolución socialista y con
ello también desarrolló la teoría marxista del Estado. Esta revolución
democrática, bajo dirección del proletariado, agrupa al campesinado, la pequeña
burguesía y en determinados momentos y circunstancias a la burguesía nacional,
contra la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo. En todo este
proceso, las clases que constituyen el Frente Revolucionario y en particular el
proletariado tendrán contradicciones con las demás clases del Frente, pero
estas contradicciones -durante la etapa democrática de la revolución- pasarán a
segundo plano y se tratarán como contradicciones en el seno del pueblo, pues
las contradicciones fundamentales están determinadas por la contradicción
históricamente principal del imperialismo, por el dominio imperialista de
dichas naciones, que se soporta en el atraso, en la semifeudalidad, sobre la
cual impulsa un capitalismo burocrático, como capitalismo monopolista al
servicio del imperialismo, que convive pero no destruye la semifeudalidad y que
impide la democracia e independencia nacional.
Entendemos que en las naciones
oprimidas, durante su etapa de revolución democrática, la contradicción
fundamental entre la burguesía y el proletariado, además de ser la base para la
existencia del Partido Comunista, se expresa en la revolución de nueva
democracia en las tareas de tipo socialista que esta adelanta, en la perspectiva
socialista y por ende necesaria hegemonía proletaria en el frente
revolucionario y en la lucha contra la gran burguesía, esto es, a través de la
contradicción masas-capitalismo burocrático. La contradicción entre la
burguesía y el proletariado en estas naciones solo pasa a ser principal una vez
el pueblo, bajo dirección proletaria y mediante la guerra popular, conquista el
poder de nueva democracia en todo el país, momento en el cual, sin intermedio
alguno, entramos en la revolución socialista. Mediante esta revolución y las
revoluciones culturales se resolverá esta contradicción y entraremos todos los
pueblos del mundo al comunismo.
Resumamos las posiciones expuestas
hasta aquí:
La contradicción fundamental del
capitalismo es la contradicción entre la burguesía y el proletariado. Esta
contradicción solo se acabará cuando sea destruido el capitalismo y la
humanidad entre al comunismo.
En la nueva era de la revolución
proletaria mundial, abierta con la Gran Revolución Socialista de Octubre en
Rusia, existen cuatro contradicciones fundamentales: naciones
oprimidas-imperialismo, interimperialista, burguesía-proletariado y
capitalismo-socialismo. Las dos primeras se resolverán dentro del periodo de
los 50 a 100 años definido por el Presidente Mao en que el imperialismo será
barrido de la faz de la tierra, las dos últimas se terminarán de resolver en el
camino del socialismo al comunismo.
En la actualidad, a nivel mundial,
existen tres contradicciones fundamentales: naciones oprimidas-imperialismo que
es la principal, la interimperialista y la contradicción
burguesía-proletariado. La primera contradicción se resolverá mediante
revoluciones de nueva democracia, obligatoria primera etapa de la revolución en
las naciones oprimidas por el imperialismo. La tercera contradicción se
resolverá mediante revoluciones socialistas en todos los países del mundo (en
las naciones oprimidas, una vez se conquiste el poder de nueva democracia) y
mediante revoluciones culturales en todos los países socialistas, hasta alcanzar
el comunismo.
La contradicción naciones
oprimidas-imperialismo es la contradicción históricamente principal en la época
del imperialismo aunque cualquiera de las otras puede pasar a ser principal
transitoriamente. El rasgo más distintivo del imperialismo es la división del
mundo en un puñado de países imperialistas y decenas de naciones sometidas por
ellos, que son la base en la que se sostiene el imperialismo y donde se
concentra buena parte de la poderosa fuerza transformadora de la historia, la
inmensa mayoría y las más pobres de las masas. Estas son los centros de la
tormenta revolucionaria, la base de la revolución proletaria mundial. La
historia del imperialismo es y será esencialmente la historia de la lucha de
las naciones oprimidas por la liberación del yugo imperialista.
El imperialismo en sus semicolonias,
sobre una base semifeudal, ha impuesto un capitalismo burocrático, un
capitalismo atado a esta semifeudalidad y al servicio del imperialismo, que por
tanto impide la democratización de la tierra y la independencia nacional. Solo
una revolución democrática, dirigida por el proletariado, uniendo bajo un
frente revolucionario al campesinado, la pequeña burguesía y en ciertas
condiciones a la burguesía nacional, puede resolver tres de las contradicciones
fundamentales de estas sociedades que son: nación oprimida-imperialismo,
masas-semifeudalidad y pueblo-capitalismo burocrático. La otra contradicción
fundamental burguesía-proletariado, se empieza a resolver con la revolución
democrática, especialmente al combatir a la gran burguesía, pero pasa a ser
principal en la revolución socialista; con ella y con las revoluciones
culturales se resolverá, esto es, cesará de existir y la humanidad entrará al
comunismo.
Sobre las dos grandes corrientes de la revolución mundial
Al respecto de este tema, la
propuesta del Comité Coordinador de la CIMU, comienza planteando:
“Hay dos
fuerzas que operan en el movimiento revolucionario en todo el mundo: el
movimiento proletario internacional y el movimiento de liberación nacional, la
primera es directriz y la segunda es base”.
Frente a lo cual los camaradas de la
UOC dicen que esta es:
“Una
incorrecta y confusa formulación que tergiversa el planteamiento del problema
de las dos grandes corrientes de
la Revolución Proletaria Mundial: la Revolución Socialista del Proletariado y
el Movimiento Revolucionario Antiimperialista. No son “dos fuerzas” que
“operan” en un “movimiento revolucionario” general cualquiera, sino que
constituyen las corrientes históricas que darán fin o solución al problema del
capitalismo imperialista”.9
Los camaradas sentencian que el
planteamiento del Comité Coordinador de la CIMU es “una incorrecta y confusa
formulación que tergiversa el problema de las dos grandes corrientes de la
Revolución Proletaria Mundial” pero seguidamente no encontramos que
proporcionen una argumentación sólida para tan contundente juicio. Y por si
acaso el cuestionamiento a las expresiones “dos fuerzas”, “operan” y
“movimiento revolucionario” fuesen los “argumentos” para juzgar de incorrecta y
confusa la posición del Comité, no vemos por qué (ni los camaradas lo
desarrollan) “corrientes” y “fuerzas” no pueden ser usados allí
indistintamente, como sinónimos; tampoco observamos que la palabra “operen”,
sinónimo de “actúen”, signifique una incorrecta formulación, ni que haya que
especificar el “movimiento revolucionario”, siendo que, en la nueva era de la
RPM, basta con decir que este es su carácter: revolucionario. En fin, partimos
del lenguaje usado por los maestros del proletariado y el cual analizamos como
justo; en numerosas ocasiones los grandes jefes de la revolución mundial se han
referido en estos términos, baste aquí un ejemplo tomado de Fundamentos
del Leninismo:
“No creo que
sea necesario demostrar que en el imperialismo, preñado de colisiones y
guerras, que en la “antesala de la revolución socialista”, cuando el
capitalismo “floreciente” se convierte en capitalismo “agonizante” (Lenin) y
el movimiento revolucionario crece
en todos los países del mundo; cuando el imperialismo se coliga con todas las
fuerzas reaccionarias, sin excepción, hasta con el zarismo y la servidumbre,
haciendo así necesaria la coalición de todas
las fuerzas revolucionarias, desde el movimiento proletario del
Occidente hasta el movimiento de liberación nacional del Oriente”.
Bueno, pero vayamos a la crítica
principal que hacen los camaradas de la UOC sobre “las dos grandes corrientes”,
para ver que nuestras diferencias son más profundas que un asunto del uso de
este o aquel término.
La propuesta del Comité Coordinador
de la CIMU señala que en la década de 1910 el gran Lenin nos habló de la fusión
de estas dos fuerzas: “el movimiento proletario internacional que actúa en todo
el mundo, y el movimiento de liberación nacional de las naciones oprimidas”.
Ante este planteamiento, los
camaradas de la UOC señalan con vehemencia que “es una gran equivocación
adjudicarle a Lenin la detestable teoría de la fusión de la lucha de clases del
proletariado con la lucha nacional”.
Sin referirnos a lo que los camaradas
llaman “teoría de la fusión de la lucha de clases y la lucha nacional”,
partamos de ver si es cierto o no que Lenin planteó la fusión de las dos
grandes corrientes o fuerzas de la revolución mundial y para esto qué mejor que
citar textualmente las palabras de Lenin:
“La
revolución socialista no será única y principalmente una lucha de los
proletarios revolucionarios de cada país contra su burguesía; no, será una
lucha de todas las colonias y de todos los países oprimidos por el
imperialismo, de todos los países dependientes, contra el imperialismo
internacional. En el programa de nuestro partido, adoptado en marzo del año en
curso, decimos, al caracterizar el acercamiento de la revolución social en el
mundo entero, que la guerra civil de los
trabajadores contra los imperialistas y los explotadores en todos los países
adelantados empieza a fundirse con la guerra nacional contra el imperialismo
internacional. Eso lo confirma la marcha de la revolución, y
cada vez se verá más confirmado. Lo mismo pasará en Oriente.”10
A partir de esto podemos afirmar que
no es una “gran equivocación” de la propuesta del Comité Coordinador el
adjudicarle a Lenin esta “detestable” teoría. Que no es cierto que Lenin
siempre denunció esa “fusión” como un “error fatal” para la revolución proletaria y
que, lejos de ser “detestable”, por el contrario, fue parte integrante del
Programa del grandioso PCUS y constituye hoy una invaluable y vigente
orientación sobre la estrategia de la revolución proletaria mundial, desarrollada
posteriormente por el Presidente Mao.
Un par de años después, en 1921, en
el marco del III Congreso de la Internacional Comunista, Lenin vuelve a
plantear esta idea de otra forma:
“El
imperialismo mundial debe caer cuando el
empuje revolucionario de los obreros explotados y oprimidos de cada país,
venciendo la resistencia de los elementos pequeño-burgueses y la influencia de
la insignificante élite constituida por la aristocracia obrera se funda con el empuje revolucionario de millones
de seres que hasta ahora habían permanecido al margen de la historia,
para lo cual no constituían más que un sujeto paciente”
Incluso si vemos en El Programa
militar de la revolución proletaria, escrito en 1916, esta definición de
la estrategia de la Revolución Proletaria Mundial para barrer al imperialismo y
la reacción de la faz de la tierra, es aún más nítida y certera, pues muestra
que el camino de las dos fuerzas no puede ser otro que las guerras
revolucionarias y su fusión.
“Desde el
punto de vista teórico sería totalmente erróneo olvidar que toda guerra no es
más que la continuación de la política por otros medios. La actual guerra
imperialista es la continuación de la política imperialista de dos grupos de
grandes potencias, y esa política es originada y nutrida por el conjunto de las
relaciones de la época imperialista. Pero esta misma época ha de originar y
nutrir también, inevitablemente, la política de lucha contra la opresión
nacional y de lucha del proletariado contra la burguesía, y por ello mismo, la
posibilidad y la inevitabilidad, en primer lugar, de las insurrecciones y guerras nacionales
revolucionarias; en segundo lugar, de las guerras e insurrecciones del
proletariado contra la burguesía; en tercer lugar, de la fusión de los dos
tipos de guerras revolucionarias, etc.”
Pero entonces, ¿no se contrapone
esta idea con aquella que citan los camaradas en su crítica al documento del
Comité Coordinador? Traigamos acá la cita y analicémosla.
“La necesidad
de luchar resueltamente contra los intentos de dar un matiz comunista a las
corrientes democrático-burguesas de liberación en los países atrasados; la
Internacional Comunista debe apoyar los movimientos nacionales
democrático-burgueses en los países coloniales y atrasados, sólo a condición de
que los elementos de los futuros partidos proletarios, comunistas no sólo por
su nombre, se agrupen y se eduquen en todos los países atrasados en la
conciencia de la misión especial que les incumbe: luchar contra los movimientos
democrático-burgueses dentro de sus naciones; la Internacional Comunista debe
sellar una alianza temporal con la democracia burguesa de los países coloniales
y atrasados, pero no debe fusionarse con ella y tiene que mantener incondicionalmente
la independencia del movimiento proletario incluso en sus formas más
embrionarias”11
De lo que Lenin expone acá
interpretamos tres ideas importantes que a nuestro entender no se contraponen
con lo dicho anteriormente: 1) los comunistas en estos países deben luchar
contra los intentos de hacer pasar como comunista “las corrientes democrático
burguesas”, en otras palabras, es tarea develar ante el pueblo este falso
comunismo, este revisionismo; 2) la IC debe apoyar los “movimientos nacionales
democrático-burgueses en los países coloniales y atrasados” bajo la condición
de que los comunistas en estos países se organicen en su propio partido y tomen
conciencia de la misión comunista de luchar contra la democracia burguesa,
contra la dirección de la lucha nacional por la burguesía; y 3) Los Partidos
Comunistas deben aliarse temporalmente, no fusionarse con la democracia
burguesa, deben “mantener incondicionalmente la independencia del movimiento
proletario”.
En pocas palabras, Lenin está acá estableciendo
la relación del movimiento proletario con el movimiento democrático-burgués en
las naciones oprimidas: no fusión, alianza temporal, manteniendo la
independencia y la misión de luchar contra la democracia burguesa, por el
socialismo. Luego, en otro documento, va a definir que los comunistas “debemos
apoyar y apoyaremos los movimientos burgueses de liberación en las colonias
solo cuando estos movimientos sean realmente revolucionarios, cuando sus
representantes no nos impidan educar y organizar en el espíritu revolucionario
a los campesinos y a las grandes masas de explotados. Si no existen estas
condiciones, los comunistas deben luchar en dichos países contra la burguesía
reformista, a la que pertenecen también los héroes de la II Internacional. En
las colonias existen ya partidos reformistas, y a veces sus representantes se
llaman socialdemócratas y socialistas”12
Para nosotros es claro que acá se
trata de dos ideas que no se contraponen. La primera idea es que en la
revolución proletaria mundial se fundirán en un solo torrente las dos grandes
fuerzas: el movimiento proletario internacional y el movimiento de liberación
nacional, las guerras revolucionarias de uno y otro, y así barreremos al
imperialismo y la reacción mundial de la faz de la tierra. La segunda idea es
que los comunistas deben apoyar los movimientos “nacional-revolucionarios” pero
no deben fusionarse con la democracia-burguesa sino mantener su independencia
de clase como movimiento proletario.
Ambas ideas las desarrollará el
Presidente Mao, resaltando el papel de las naciones oprimidas como centros de
las tormentas revolucionarias en el mundo; concretando -a nuestro entender- la
fusión del movimiento proletario y del movimiento de liberación nacional de las
naciones oprimidas en la práctica y teoría de la Revolución de Nueva
Democracia, como revolución democrático burguesa, anti-imperialista y
antifeudal, dirigida por el proletariado a través de su Partido Comunista; y
estableciendo así la relación del proletariado con la burguesía en la
revolución de las naciones oprimidas, las leyes del Frente Revolucionario.
A nuestro entender, la fusión de las
dos fuerzas que definen hoy la historia mundial, se concreta precisamente en
que el movimiento proletario se pone a la cabeza del movimiento de liberación
nacional, por eso es que la propuesta del Comité Coordinador de la CIMU habla
de que el primero es directriz y el segundo base. Marx y Engels llamaron al
movimiento proletario a unirse con su famosa consigna de “Proletarios del mundo,
uníos”, primera e ineludible tarea, que precisamente estamos retomando los
comunistas después de un difícil periodo de dispersión. Luego Lenin, que en los
últimos años de su vida señaló reiteradamente la importancia de la lucha de los
pueblos oprimidos, planteó la necesidad de unir la lucha proletaria con la
lucha de las naciones oprimidas y su llamamiento se amplió con la consigna
“Proletarios de todos los países y pueblos del mundo, uníos!”. El Presidente
Mao, quien comprendió el papel central de la lucha de las naciones oprimidas en
la revolución mundial también agitó el lema de “¡Proletarios y naciones
oprimidas de todo el mundo, uníos!”. El Presidente Gonzalo ha definido que las
naciones oprimidas son la base de la revolución proletaria mundial y que el
movimiento proletario en todos los países está llamado a fundirse con estas
luchas y pasar a dirigirlas para garantizar su triunfo sobre el imperialismo,
su papel en la revolución proletaria mundial. En pocas palabras, los Partidos
Comunistas deben apoyar decididamente las luchas de liberación nacional en todo
el mundo y los comunistas de cada nación oprimida, allí donde existan
movimientos nacional-revolucionarios, deben unirse con ellos y transformar toda
la lucha de la nación oprimida en una revolución de nueva democracia.
Para resaltar esta necesidad de los
comunistas de apoyar y unirse firmemente con las luchas de liberación nacional
creemos que vale la pena -a riesgo de extendernos mucho- citar al gran Stalin y
al Presidente Mao sobre esta cuestión, máxime en estos tiempos en que algunos
camaradas señalan que hay que apoyar a quienes se dicen anti-imperialistas (y
hasta marxistas-leninistas como el revisionismo armado) pero en los hechos no
lo son; mientras que otros camaradas, en lugar de apoyar cuestionan la
aguerrida resistencia de los pueblos del Medio Oriente contra la agresión
imperialista.
En Fundamentos
del Leninismo (1924), el
gran Stalin dice:
“Otro tanto
hay que decir del carácter revolucionario de los movimientos nacionales en
general. El carácter indudablemente revolucionario de la inmensa mayoría de los
movimientos nacionales es algo tan relativo y peculiar, como lo es el carácter
posiblemente reaccionario de algunos movimientos nacionales concretos. El
carácter revolucionario del movimiento nacional, en las condiciones de la
opresión imperialista, no presupone forzosamente, ni mucho menos, la existencia
de elementos proletarios en el movimiento, la existencia de un programa
revolucionario o republicano del movimiento, la existencia en éste de una base
democrática. La lucha del emir de Afganistán por la independencia de su país es
una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar de las ideas monárquicas del
emir y de sus partidarios, porque esa lucha debilita al imperialismo, lo
descompone, lo socava. En cambio, la lucha de demócratas y “socialistas”, de
“revolucionarios” y republicanos tan “radicales” como Kerenski y Tsereteli,
Renaudel y Scheidemann, Chernov y Dan, Henderson y Clynes durante la guerra
imperialista era una lucha reaccionaria, porque el resultado que se obtuvo con
ello fue pintar de color de rosa, fortalecer y dar la victoria al imperialismo.
La lucha de los comerciantes y de los intelectuales burgueses egipcios por la
independencia de Egipto es, por las mismas causas, una lucha objetivamente
revolucionaria, a pesar del origen burgués y de la condición burguesa de los
líderes del movimiento nacional egipcio, a pesar de que estén en contra del
socialismo. En cambio, la lucha del gobierno “obrero” inglés por mantener a
Egipto en una situación de dependencia es, por las mismas causas, una lucha
reaccionaria, a pesar del origen proletario y del título proletario de los
miembros de ese gobierno, a pesar de que son “partidarios” del socialismo. Y no
hablo ya del movimiento nacional de otras colonias y países dependientes más
grandes, como la India y China, cada uno de cuyos pasos por la senda de la
liberación, aun cuando no se ajuste a los requisitos de la democracia formal,
es un terrible mazazo asestado al imperialismo, es decir, un paso
indiscutiblemente revolucionario.
Lenin tiene
razón cuando dice que el movimiento nacional de los países oprimidos no debe
valorarse desde el punto de vista de la democracia formal, sino desde el punto
de vista de los resultados prácticos dentro del balance general de la lucha
contra el imperialismo, es decir, que debe enfocarse “no aisladamente, sino en
escala mundial (v. t. XIX, pág. 257)”.
Y el Presidente Mao en Sobre la
nueva democracia (1940), señala:
“De esto se
desprende que hay dos tipos de revolución mundial, y el primero pertenece a la
categoría burguesa o capitalista. La era de este tipo de revolución mundial
pasó hace mucho tiempo; tocó a su fin con el estallido de la Primera Guerra
Mundial imperialista de 1914, y, sobre todo, con la Revolución de Octubre de
1917 en Rusia. Desde entonces, comenzó el segundo tipo de revolución mundial:
la revolución mundial socialista proletaria. Esta revolución tiene como Fuerza
principal al proletariado de los países capitalistas, y como aliados, a las naciones
oprimidas de las colonias y semicolonias. Sean
cuales fueren las clases, partidos o individuos de una nación oprimida que se
incorporen a la revolución, tengan o no conciencia de este punto, lo entiendan
o no en el plano subjetivo, basta con que luchen contra el imperialismo para
que su revolución sea parte de la revolución mundial socialista proletaria, y
ellos mismos, aliados de ésta”.
A partir de esto, nuestro partido
entiende que todas las luchas de liberación nacional en el tercer mundo
realmente anti-imperialistas, son como tal revolucionarias, hacen parte del
frente de la revolución proletaria mundial y deben ser apoyadas por todos los
comunistas; y específicamente los comunistas de aquellos países en que se
desenvuelven esas luchas, deben participar de ellas y bregar por dirigirlas en
pro del único camino que su nación puede tomar para derrotar el dominio
imperialista: la revolución de nueva democracia, paso previo a la revolución
socialista. El comunista que así defiende su patria de la agresión
imperialista, en estrecha unión con el movimiento de liberación, aplica
verdaderamente el internacionalismo proletario; comprende que en la época del
imperialismo, la lucha nacional de los pueblos de las naciones oprimidas por
este, forma parte de y sirve a la lucha de clases del proletariado, es una
poderosa fuerza de la revolución proletaria mundial.
Sobre la superpotencia hegemónica única y los tres mundos
Al respecto de este tema, los
camaradas señalan que el borrador incurre en una “falsificación inadmisible” al
atribuir al Presidente Mao el haber dicho que el imperialismo yanqui era una
“superpotencia hegemónica única”. Es cierto que acá se cometió un error de
rigor y hay que corregirlo, pero de ahí a decir que esto es una “falsificación
inadmisible para defender una idea equivocada”, hay mucha distancia. No es que
los camaradas del Comité Coordinador conciban que esto fue un planteamiento del
Presidente Mao, fue que se cometió un error de edición y se entrecomilló algo
que no era textual. Esto lo decimos porque esta parte fue tomada de la
Declaración Internacional del V Encuentro de Partidos y Organizaciones
Marxista-Leninista-Maoístas de América Latina, en donde se parafraseaba en
parte al Presidente Mao, pero ahora, quien editó el texto, introdujo por error
unas comillas que en el original no existían.
El imperialismo yanqui se erige como
superpotencia hegemónica única a comienzos de los años 90, mientras que el
socialimperialismo cae en bancarrota, quedando solo a la altura del primero en
cuanto a ojivas nucleares se refiere. Como lo demuestra la realidad, el poder
económico, político, militar, etc., del imperialismo norteamericano es superior
con creces al de las demás potencias imperialistas: controla el sistema
financiero mundial; es el mayor exportador de capitales; controla la moneda
mundial (el dólar domina mas del 60% de todas las transacciones en el mundo y
está muy por encima de cualquier otra moneda); tiene cientos de bases militares
por el mundo (se estima que entre 75-95% de todas las bases en el extranjero
son de Estados Unidos); enfila a muchas potencias bajo su mando, como en la
guerra a Ucrania; impone políticas y sanciones incluso a los demás países
imperialistas, etc.
Los camaradas de la UOC en lugar de
refutar esta tesis de que el imperialismo yanqui es hoy superpotencia
hegemónica única, pasan, sin argumentación alguna, a sentenciar que “tal teoría
(…) coincide en el fondo con la creencia de que el capitalismo imperialista
había renacido” y de ahí a decir que “de tal conclusión reaccionaria surgieron
las ideas abiertamente burguesas del “neoliberalismo” y la “globalización”; la
teoría del “Imperio” de los pequeño burgueses Negri y Hardt; de ella se derivan
las teorías revisionistas del “mundo unipolar” de los ML, del “Estado globalizado
del imperialismo estadounidense” de Prachanda y de la “superpotencia hegemónica
única” de Avakian. Y concluyen que: “En los hechos, en la realidad objetiva,
existe una disputa interimperialista que pone en entre dicho la supuesta
“superpotencia hegemónica única”.
Y a partir de estas acusaciones sin
argumentos, ya no importa si la propuesta del Comité señala repetidamente que
hoy el imperialismo está en un periodo de agravamiento de su crisis general y
última, no importa que afirme la permanente colusión y pugna entre los
imperialistas, que defina la lucha entre los imperialistas como una
contradicción fundamental, que señale que el imperialismo será aplastado
mediante guerra popular, no, no importa nada de esto, los camaradas de la UOC
concluyen que la tesis de que el imperialismo yanqui es superpotencia
hegemónica única niega la lucha interimperialista, es convergente con
oportunistas y revisionistas y termina siendo “apología a la buena salud del
imperialismo, omnipotente e imbatible, y frente al cual solo se puede
resistir”. Aunque la UOC acusa a los camaradas del Comité Coordinador de hacer
“malabares”, vemos que son los camaradas de la UOC los que acuden a estas
tretas -y no a argumentos y hechos- para refutar lo que expone la propuesta del
Comité.
Y si vemos la cuestión de los tres
mundos, los camaradas de la UOC caen en la misma confusión que ha reinado
durante décadas en una parte del Movimiento Comunista Internacional. Confunden
la tesis comunista del Presidente Mao de “tres mundos se delinean” con la tesis
revisionista de Teng Xiao Ping denominada “la teoría de los tres mundos”. Los
camaradas de la UOC dicen que hablar de tres mundos es un “engendro”, que el
mundo esta dividido esencialmente entre países imperialistas y naciones
oprimidas, que “es asombroso” que la Propuesta del Comité Coordinador no haga
alusión al segundo mundo y que no tiene razón “empeñarse en una idea que no
tiene sustentación alguna”.
Bueno, si hay confusión y
cuestionamientos acerca de lo que dijo el Presidente Mao sobre los tres mundos,
la mejor forma de salir de dudas es citar lo que expresó él mismo en 1974:
“A mi juicio,
los EE.UU. y la Unión Soviética constituyen el primer mundo; fuerzas
intermedias como el Japón, Europa y Canadá integran el segundo mundo, y
nosotros formamos parte del tercero”. “El tercer mundo comprende una gran
población. Toda Asia, excepto el Japón pertenece al tercer
mundo; África entera pertenece también a éste, e igualmente América
Latina”.13
En la actualidad, al primer mundo
pertenecen Estados Unidos y Rusia, el primero como superpotencia hegemónica
única, Rusia como superpotencia atómica; el segundo mundo esta conformado por
las potencias imperialistas de segundo orden como Alemania, Japón, Francia,
etc.; y el tercer mundo lo constituyen todas las naciones oprimidas de Asia,
América Latina, África y Europa oriental.
Esta tesis del Presidente Mao nos
permite definir que el meollo de la contradicción principal a nivel
internacional, naciones oprimidas-imperialismo, esta hoy en la lucha contra el
imperialismo yanqui, enemigo principal de los pueblos del mundo, pero también
se da contradicción con las demás potencias imperialistas, cuestión que no se
puede olvidar para no caer a la cola de una de ellas. El tercer mundo es la
base de la revolución proletaria mundial, donde la lucha de la parte
mayoritaria y más pobre de las masas define la tendencia principal en el mundo
a la revolución. Los países del primer y segundo mundo contienden entre sí por
el nuevo reparto del botín: el tercer mundo. Las potencias del segundo mundo
buscan llegar a ser superpotencias, a arrebatar la hegemonía del imperialismo
yanqui.
Antes de terminar este tema,
quisiéramos opinar que no vemos que al considerar el imperialismo yanqui
superpotencia hegemonía única esto lleve a la conclusión errónea de que la
lucha antifascista es estratégica. Estamos en unidad con lo que plantean los
camaradas de Galicia de que estamos en “una situación en la que pesa aún más la
tendencia a la guerra interimperialista, que se convierte en una guerra
interimperialista abierta y no antifascista”. Precisamente el primer mundo está
en redefinición y se agudiza la pugna entre potencias y superpotencias y de
estas con el tercer mundo. Por otro lado, tampoco consideramos que al plantear
la existencia de superpotencias y potencias (primer y segundo mundo) se
desdibuje que la división entre países oprimidos y países imperialistas es la
división esencial en el mundo, como sugieren los camaradas del TKP/ML.
Entendemos las prevenciones de los camaradas al respecto y consideramos
necesario combatir cualquier intento de poner la lucha del pueblo a la cola de
algún país imperialista o de centrar en una supuesta lucha antifascista
estratégica. No obstante, consideramos que la tesis de los tres mundos se
delinean permite entender de un modo más preciso y completo la realidad mundial
hoy, lo que sirve a las definiciones estratégicas y tácticas de la revolución
mundial.
“Sobre el erróneo método de evadir el análisis concreto de la situación
concreta”
Así titulan los camaradas de la UOC
el quinto punto de su crítica al documento del Comité Coordinador de la CIMU.
El análisis concreto de la situación
concreta es la esencia misma, el alma viva del marxismo, como bien lo señaló
Lenin. Pero él mismo también a menudo se vio acusado de dogmático por los
oportunistas que querían negar las verdades universales del marxismo. Como
señaló el Presidente Mao “Los revisionistas, oportunistas de derecha, siempre
tienen en la boca el marxismo y también atacan el “dogmatismo”. Pero lo que
atacan es precisamente la quintaesencia del marxismo. Combaten o tergiversan el
materialismo y la dialéctica; combaten o intentan debilitar la dictadura
democrática popular y la dirección del Partido Comunista”. Lo que corresponde
es, entonces, un análisis concreto de la “formulación general” en cuestión para
aclarar si se trata de una fórmula dogmática que se salta el análisis de la
situación concreta, o si se trata de una verdad universal que se intenta negar
argumentando que hace falta análisis concreto de la situación concreta.
La “formulación general” en cuestión
que plantea la Propuesta del Comité Coordinador de la CIMU es:
“En estos
países, sobre una base semifeudal, colonial o semicolonial, se desenvuelve el
capitalismo burocrático, que genera las modalidades políticas e ideológicas
correspondientes e impide sistemáticamente el desarrollo nacional, explota al
proletariado, al campesinado y a la pequeña burguesía y restringe a la
burguesía media. Sin reconocer el carácter semifeudal de los países oprimidos
y, por lo tanto, la necesidad de una guerra agraria para resolverlo, se termina
negando la necesidad de la revolución democrática en estos países, la necesidad
de desarrollar la guerra popular como guerra unitaria, en la que el campo es
principal y la ciudad es complemento necesario, para acabar con el
imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad. Los países del
Tercer Mundo de Asia, África y América Latina, como ha señalado el Presidente
Mao, son zonas de tormenta revolucionaria y la base de la revolución proletaria
mundial, y hay que destacar que el Tercer Mundo se extienden hasta la misma
Europa”.
Antes de entrar al análisis de la
validez o no de esta generalización, es necesario nuevamente clarificar
confusiones levantadas por la UOC sobre el significado de lo dicho o por la
utilización de uno u otro término, confusiones que solo logran descentrar el
debate político.
Decir que “sobre una base
semifeudal, colonial o semicolonial, se desenvuelve el capitalismo burocrático”
no quiere decir que el capitalismo burocrático sea “superestructura del
semifeudalismo”. Se está planteando que la formación económico social de los
países oprimidos es semifeudal, semicolonial y capitalista burocrática; la
palabra “base” indica que el capitalismo burocrático es implantado por el
imperialismo sobre un economía semifeudalidad y semicolonial preexistente; pero
los tres caracteres hacen parte de la formación económico social de las
naciones oprimidas.
Cuando el documento se refiere en la
siguiente frase “sin reconocer el carácter semifeudal…” el borrador no está
diciendo que no haya “capitalismo (de ninguna clase)”, está diciendo que hay
quienes –por ejemplo la UOC– no reconocen que existe la semifeudalidad dentro
de los países oprimidos; no se está diciendo que solo existe semifeudalidad en
estos países, sino que esa es una de las partes de la caracterización que no se
reconoce.
Frente al cuestionamiento que hacen
los camaradas a la Propuesta del CCIMU por hablar de revolución democrática y
no de Nueva Democracia, invitamos a los camaradas de la UOC a leer los
numerosos textos en que el Presidente Mao hace referencia a la revolución de
nueva democracia como revolución democrática, citaremos aquí solo dos de los
ejemplos que pueden encontrarse fácilmente:
“¿No se
proponía la revolución democrática derribar
las tres grandes montañas? Se proponía justamente derribar el imperialismo, el
feudalismo y el capitalismo burocrático”.14
“El contenido
de la revolución democrática china,
según las directivas de la Internacional Comunista y del Comité Central de
nuestro Partido, consiste en derrocar la dominación en China del imperialismo y
de sus instrumentos, los caudillos militares, para dar cima a la revolución
nacional, y en realizar la revolución agraria para eliminar la explotación
feudal de los campesinos por la clase terrateniente”.15
Bueno, consideramos suficiente lo
dicho al respecto de los términos usados. Centrémonos ahora sí en el debate
sobre la “formulación general”.
Ya hemos señalado arriba cómo el
Presidente Mao fue quien generalizó la revolución de nueva democracia para
todos los países oprimidos, reiteremos la cita para resaltar lo categórico que
es el Presidente Mao al respecto:
“El tercer
tipo es una forma de Estado de transición que debe adoptarse en las
revoluciones de los países coloniales y semicoloniales. Cada una de dichas
revoluciones tendrá necesariamente características propias, pero éstas
representarán ligeras diferencias dentro de la semejanza general. Siempre que se trate de revoluciones en colonias o
semicolonias, la estructura del Estado y del Poder será forzosamente idéntica en lo fundamental,
es decir, se establecerá un Estado de nueva
democracia bajo la dictadura conjunta de las diversas clases
antiimperialistas”.16
“la
revolución democrático-burguesa en la China de hoy ya no es del tipo viejo,
corriente, ya anticuado, sino de un tipo nuevo, particular. Este es el tipo de
revolución que se desarrolla actualmente en China y en todas las colonias y semicolonias, y lo
denominamos revolución de nueva democracia”.17
Los camaradas de la UOC han
planteado que hay países semicoloniales capitalistas que han superado la
semifeudalidad y que en estos no corresponde ya una revolución de nueva
democracia. ¿Como se explica entonces que el Presidente Mao generalice la
revolución de Nueva Democracia para todos los países semicoloniales? A nuestro
entender, el meollo del asunto está en que el marxismo-leninismo-maoismo no
separa la opresión nacional de la cuestión democrática, es decir de la
revolución agraria; mientras que la UOC plantea países semicoloniales que
superaron la semifeudalidad.
Remitámonos a Stalin para ilustrar
mejor el tema:
“De este
error parte otro error suyo, consistente en que no quiere considerar la
cuestión nacional un problema en esencia campesino. No agrario, sino campesino,
pues lo uno y lo otro son cosas diferentes. Es totalmente cierto que no se
puede identificar la cuestión nacional con el problema campesino, pues la
cuestión nacional comprende, además de los problemas campesinos, los problemas
de la cultura nacional, del Estado nacional, etc. Pero es asimismo indudable
que la base de la cuestión nacional, su
esencia misma, la constituye, a pesar de todo, el problema campesino. A
ello, precisamente, se debe que los campesinos sean el ejército básico del
movimiento nacional; que sin este ejército campesino no haya ni pueda haber un
movimiento nacional potente. Es esto, precisamente, lo que se tiene en cuenta
cuando se dice que el problema nacional es, en esencia, un problema campesino.
Creo que en
la negativa de Semic a aceptar esta fórmula van implícitos el menosprecio de la
fuerza interna del movimiento nacional y la incomprensión de su carácter
profundamente popular y profundamente revolucionario. Esta incomprensión y este
menosprecio constituyen un grave peligro, pues son, en la práctica, el menosprecio
de la fuerza interna latente, pongamos por caso, en el movimiento de los
croatas por su libertad nacional, menosprecio preñado de graves complicaciones
para todo el Partido Comunista Yugoslavo.”18
Además, el Presidente Mao, retomando
a Stalin, plantea esto sobre el tema en su obra Sobre la
Nueva Democracia:
“Stalin dice
que “el problema nacional es, en esencia, un problema campesino”. Esto quiere
decir que la revolución china es, en esencia, una revolución campesina, y la
actual resistencia al Japón, una resistencia campesina. La política de nueva
democracia significa, en esencia, colocar a los campesinos en el Poder. Los
nuevos Tres Principios del Pueblo, los verdaderos, son, en esencia, la doctrina
de la revolución campesina. El problema de la cultura de las masas es, en
esencia, el de elevar el nivel cultural de los campesinos. La Guerra de
Resistencia contra el Japón es, en esencia, una guerra campesina”.
El Presidente Mao también recalca la
unidad entre la revolución nacional y la democrática:
“Las dos
grandes tareas de la revolución china están interrelacionadas. Sin derrocar la
dominación del imperialismo es
imposible acabar con la de la clase terrateniente feudal, ya
que el imperialismo es el sostén principal de ésta. Y viceversa, no se podrá
formar poderosos destacamentos revolucionarios para poner fin a la dominación
imperialista sin ayudar a los campesinos a derrocar a la clase terrateniente
feudal, porque es ésta la principal base social de la dominación imperialista
en China, y el campesinado, el contingente principal de la revolución china.
Así, pues, las dos tareas fundamentales, la revolución nacional y la revolución
democrática, son distintas y, a la vez,
constituyen una unidad”.19
Los camaradas de la UOC argumentan
que el imperialismo llevó el capitalismo a todos los rincones del planeta y
terminan citando a Lenin:
“La
exportación del capital influye sobre el desarrollo del capitalismo en los
países en que aquel es invertido, acelerándolo extraordinariamente. Si, por
este motivo, dicha exportación puede, hasta cierto punto, ocasionar un cierto
estancamiento del desarrollo en los países exportadores, esto se puede producir
únicamente a costa de la extensión y del ahondamiento ulteriores del desarrollo
del capitalismo en todo el mundo”.
Es aclarador mostrar cómo Kaypakkaya
analiza la misma cita de Lenin a la que los camaradas de la UOC hacen
referencia y saca conclusiones opuestas:
“El
“capitalismo” al que se refiere Lenin es capitalismo ligado al imperialismo,
que nosotros llamamos “capitalismo comprador”. El otro aspecto fundamental de
esto es el siguiente: cuando los países imperialistas exportan capital a los
países subdesarrollados, mientras construyen líneas férreas etc, ellos buscan
altas tasas de interés, bajos precios de tierra, bajos salarios, materias
primas baratas sin competidores, colonizar y esclavizar las masas trabajadoras.
Este es el carácter esencial y el objetivo del imperialismo.
En el
Programa este punto debe ser fuertemente enfatizado y dársele prominencia.
Pasemos a la cuestión de la disolución de las relaciones feudales. ¿Cómo ocurre
esto? ‘La vieja propiedad señorial, que está atada a la servidumbre feudal con
mil lazos, continua y lentamente la empresa capitalista se convierte en la
“empresa de los terratenientes”… El régimen agrario del Estado ha mantenido las
viejas propiedades de feudos. Gran cantidad de la gran propiedad de la tierra y
cierta base de la vieja superestructura se deben mantener’(Lenin)
Como
resultado se incrementa el rol dominante del imperialismo por un lado y por el
otro crece la gran burguesía compradora y los terratenientes.
(…)
Así es como
el imperialismo disuelve el feudalismo en los países que entra. Lenin lo pone
así:
“Son los
revisionistas que vienen afirmando hace rato que la política colonial es
progresista, que implanta capitalismo y que por eso es insensato “acusarla de
codicia y acumulación” ya que “sin estas cualidades” el capitalismo esta
“maniatado” (Lenin)”.20
De manera que Kaypakkaya le llamo
capitalismo “comprador”, Mariátegui capitalismo “tardío”, el Presidente Mao y
el Presidente Gonzalo los sintetizaron como capitalismo “burocrático”. ¿Puede
creerse que los jefes de la clase se han puesto de acuerdo para recurrir a
“eufemismos” “para negar su existencia real (del capitalismo) en los países
oprimidos” o están caracterizando un fenómeno común de los países oprimidos? No
es la Propuesta del Comité Coordinador de la CIMU quien pretende negar el
capitalismo con eufemismos, son los camaradas de la UOC los que intentan negar
la supervivencia de la semifeudalidad en los países donde el imperialismo ha
implantado un capitalismo burocrático. La anterior cita de Kaypakkaya termina
precisamente asestando en el blanco: quienes pretenden plantear que el
imperialismo puede desarrollar el capitalismo en los países oprimidos terminan
convergiendo –quiéranlo o no– con quienes defienden que la política
imperialista es progresista y que desarrolla el capitalismo en todo el mundo destruyendo
la feudalidad.
Para terminar, citemos de nuevo al
Presidente Mao sobre este punto:
“Al penetrar
en nuestro país, las potencias imperialistas de
ningún modo se proponían transformar a la China feudal en una
China capitalista. Su objetivo
era todo lo contrario: hacer de ella una semicolonia o colonia.
Han hecho de
la clase terrateniente feudal de China, al igual que de la burguesía
compradora, el pilar de su dominación en China. El imperialismo “se alía en
primer término con las capas dominantes del régimen social precedente — los
señores feudales y la burguesía comercial-usurera –, contra la mayoría del
pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas
aquellas formas de explotación precapitalistas (particularmente en el campo),
que son la base de la existencia de sus aliados reaccionarios”. “[. . .] el
imperialismo, con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es
la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales,
con toda su superestructura burocrático-militarista”.21
En conclusión, el imperialismo no
desarrolla un capitalismo clásico en las naciones oprimidas sino que impone un
capitalismo burocrático, atado a la semifeudalidad (que no destruye sino que
evoluciona), y al servicio del imperialismo. Para destruir esta vieja sociedad
y el viejo Estado que la sostiene es preciso llevar adelante una guerra popular
por la revolución de nueva democracia como primera etapa, para pasar, una vez
se conquiste el poder, y sin intermedio alguno, a la revolución socialista y
con revoluciones culturales llegar, junto a todos los pueblos del mundo, al
luminoso Comunismo. He aquí la “formulación general” que la UOC tilda de “falta
de análisis concreto de la situación concreta” y nosotros asumimos como verdad
universal integrante del marxismo-leninismo-maoísmo.
Sobre la ley de la contradicción
Los camaradas de la UOC también
critican la Propuesta del Comité Coordinador en el terreno de la filosofía. Al
respecto dicen en su Pronunciamiento:
“Consideramos
errónea la expresión “principalmente maoísta” por cuanto corresponde a la
pretensión de hacer del maoísmo una “síntesis” del comunismo y reducir el
socialismo científico a los aportes de Mao Tse-tung. Consideramos que la base
filosófica de este error, está en la pretensión de reducir las leyes generales
del movimiento a la contradicción, interpretando que su carácter de ser la ley
más fundamental de la dialéctica o núcleo o esencial de la dialéctica,
significa que es la “única ley de la dialéctica”; idea equivocada que se impuso
en el extinto MRI (defendida también por la “nueva síntesis” de Avakian) y que
ahora los camaradas del Comité tratan de enmendar en la propuesta con las
palabras “única ley fundamental de la dialéctica”, pero conservando la vieja
idea de desconocer la ley de la negación de negación, que indica la dirección
del movimiento, ley reconocida abiertamente por los maestros del proletariado:
Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tse-tung. En resumen, defendemos el Marxismo
Leninismo Maoísmo ciencia en desarrollo, íntegra, coherente y exacta”.
Sobre la expresión “principalmente
maoísmo” opinaremos en el siguiente apartado, por ahora concentrémonos en la
crítica que los camaradas hacen en filosofía.
La UOC dice que tras el error de decir
“principalmente maoísmo” está el considerar que la contradicción “es la única
ley de la dialéctica” y que “ahora los camaradas del Comité tratan de enmendar
en la propuesta con las palabras “única ley fundamental de la
dialéctica”22,
pero conservando la vieja idea de desconocer la ley de la negación de
negación”.
En primer lugar, ya que la UOC trata
de dejar la idea de que la Propuesta del Comité Coordinador defiende que la
contradicción es la “única ley de la dialéctica”, se hace necesario destacar el
hecho de que en ninguna parte el documento plantea esa idea. En segundo lugar,
lo que sí se expresa en el documento -aunque con otras palabras- es que la
contradicción es la “única ley fundamental” de la dialéctica, pero esta idea no
es, como acusan los camaradas de la UOC, una enmienda que conserva la idea de
“desconocer la ley de la negación de la negación”, sino un desarrollo del
Presidente Mao en el terreno de la filosofía marxista. Cuando el documento
sostiene que la contradicción es la “única ley fundamental” no está diciendo
que no haya más leyes de la dialéctica, sino que solo hay una fundamental: la
unidad de los contrarios, tal cual lo planteo el Presidente Mao en varios de
sus escritos. Baste con citar un par de ellos acá para mostrarlo:
“La ley de la
contradicción en las cosas, esto es, la ley de la unidad de los contrarios, es
la ley fundamental de la naturaleza y la sociedad y, por consiguiente, también
la ley fundamental del pensamiento”.23
“De acuerdo
con la ley de la unidad de los contrarios — la ley fundamental de la dialéctica
–, los contrarios están en lucha pero al mismo tiempo conforman una unidad; se
excluyen mutuamente pero también están vinculados entre sí y, en determinadas
condiciones, se transforman el uno en el otro”.24
Sobre el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo
Si repasamos el proceso de
desarrollo de la ideología del proletariado nos encontramos con que, así como
el camarada Stalin en la década de 1920 definió que los aportes del gran Lenin
constituían un nueva etapa del marxismo, el leninismo; el Presidente Gonzalo en
la década de 1980 definió el maoísmo como la tercera, nueva y superior etapa de
la ideología proletaria, sustentándolo en los documentos fundamentales del
histórico I Congreso del PCP en 1988, mostrando allí al mundo que los aportes
del Presidente Mao en cada una de las partes integrantes de la ideología
proletaria: filosofía marxista, economía política marxista y socialismo
científico, significaban un gran salto cualitativo del marxismo en su conjunto,
como unidad, a un nivel superior, a una nueva etapa.
Señalemos brevemente los que
consideramos principales (no únicos) desarrollos del Presidente Mao. En el
campo de la filosofía, sintetizó que la unidad de contrarios es la única ley
fundamental de la dialéctica, asimismo sintetizó la teoría marxista del
conocimiento, ambas las explicó (y popularizó) magistralmente en todos sus
aspectos. En economía política, caracterizó el capitalismo burocrático,
estableció y desarrolló la economía política socialista. En el socialismo
científico, nos legó la estrategia y teoría militar más alta del proletariado:
la Guerra Popular; sentó la necesidad de los tres instrumentos para la
revolución: Partido, Ejército y Frente y su construcción interrelacionada,
estableció la Revolución de Nueva Democracia como primera etapa en la
revolución en las naciones oprimidas, y las revoluciones culturales en el
socialismo como camino para profundizar la revolución y conjurar la
restauración apuntando a cambiar el alma.
Basta con valorar estos grandes
aportes del Presidente Mao para estimar el gran salto cualitativo en la
ideología proletaria dado con el maoísmo y su importancia para la revolución
hoy. Es por esto que consideramos acertado y adherimos al planteamiento del
Presidente Gonzalo al señalar que hoy el marxismo es
marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo. Si no se trabaja por
construir los tres instrumentos interrelacionadamente, si no se asume la Guerra
Popular, si no se comprende el concepto de capitalismo burocrático y la
necesidad de la revolución de nueva democracia en el tercer mundo, etc., no es
posible impulsar la revolución proletaria mundial hoy. La principalía del
maoísmo no niega el marxismo-leninismo, de hecho no podría haber maoísmo sin
marxismo-leninismo, son saltos de una unidad, pero de ellas la etapa principal
hoy, en la que el marxismo ha alcanzado su cumbre más alta, es el maoísmo, por
tanto es el arma principal para hacer la revolución en la actualidad.
No hay en el documento ninguna
“pretensión de hacer del maoísmo una “síntesis” del comunismo y reducir el
socialismo científico a los aportes de Mao Tse-tung” como afirman los camaradas
de la UOC. No consideramos el maoísmo como una síntesis del comunismo, sino
como la más alta cumbre alcanzada por el marxismo hoy, que no excluye las otras
etapas sino que desarrolla el marxismo-leninismo en un nuevo gran salto, cuyo
contenido deviene principal en el mundo actual. La palabra principal no
describe algo único o suficiente, es un adjetivo que precisamente presupone la
existencia de otros que son indispensables. Al identificar principal como único
se cae en problemas de unilateralidad, en pensamiento metafísico.
Quien negara los grandiosos
fundamentos puestos por los titanes Marx y Engels y desarrollados por Lenin y
Stalin, por supuesto que no podría ser considerado un maoísta, sino un
charlatán ¿O acaso puede hablarse de ideología proletaria sin materialismo
dialéctico, sin el concepto de plusvalía, sin la lucha de clases como motor de
la historia, sin la violencia revolucionaria como partera, sin la dictadura del
proletariado, sin Partido Comunista, etc.? Obviamente que no. Pero, de otra
parte, si alguien, aun llamándose maoísta, se limitase a ver “la violencia como
partera de la historia” sin ver el desarrollo y concreción que ha tenido este
principio en el proceso del marxismo, así como el “salvo el poder todo es
ilusión” y “las masas hacen la historia” en la estrategia de la Guerra Popular;
si no se viera un desarrollo del socialismo científico, de la lucha de clases
como motor de la historia, de la dictadura del proletariado, en la revolución
de nueva democracia y la revolución cultural, ese alguien no estaría
comprendiendo que el maoísmo es la elevación del marxismo-leninismo a una nueva
y superior etapa, sino que consideraría este simplemente como un complemento
del marxismo-leninismo.
Por último, tratar la cuestión
ideológica como punto final nos permite pasar del análisis a la síntesis en
nuestra respuesta a la mayor parte de los comentarios que los camaradas de la
UOC hacen sobre la Propuesta del Comité Coordinador de la CIMU.
En el análisis creemos haber
demostrado que las posiciones que sostiene la Propuesta y critican los
camaradas de la UOC no son, como estos concluyen, “errores” que “no
corresponden a la posición, al método y al punto de vista del Marxismo
Leninismo Maoísmo” sino que, por el contrario, son firmes posiciones
marxista-leninista-maoístas que no pueden ser caracterizadas como
“metafísicas”, dogmáticas, izquierdistas o pequeñoburguesas, como lo señala la
UOC.
También el análisis nos lleva a otra
conclusión. Los camaradas de la UOC no reconocen varios de los desarrollos
claves del maoísmo tales como: la contradicción como única ley fundamental de
la dialéctica, el capitalismo burocrático, la revolución de nueva democracia
como necesaria primera etapa de la revolución en las naciones oprimidas y
-aunque acá no lo desarrollamos- la concepción de la guerra popular25 y
el ser esta cuestión central del maoísmo. Estos son asuntos de principio, son
parte esencial del maoísmo, que no pueden ser consideradas diferencias de
matiz, sino núcleo ideológico alrededor del cuál todos los comunistas debemos
unirnos a través de la lucha de dos líneas, de la crítica y la autocrítica al
interior del Movimiento Comunista Internacional. No es un problema de
dogmatismo y sectarismo “izquierdista” como la UOC y otros camaradas lo ven, es
el problema de luchar en nuestro seno por la unidad en torno al
marxismo-leninismo-maoísmo como tercera, nueva y superior etapa del marxismo.
Cerramos filas en torno a la
Propuesta del Comité Coordinador de la CIMU como un documento
marxista-leninista-maoísta, base para la unidad de los comunistas a nivel
mundial camino a la reconstitución de la gloriosa Internacional Comunista.
¡Unir el Movimiento Comunista Internacional en torno al
marxismo-leninismo-maoísmo!
¡Mover cielo y tierra para la realización de la Conferencia Internacional
Maoísta Unificada!
1 Estos dos
documentos se publicaron en la página WEB Internacional
Comunista: ci-ic.org
2 En casi todas
las citas las negrillas son nuestras. En los casos en que no, se indica con la
nota: “negrilla del original”
3 Negrilla del
original
4“…punto central en
el programa socialdemócrata debe ser la división de las naciones en opresoras y
oprimidas, división que constituye la esencia del imperialismo” (Cursivas en el
original). El Proletariado revolucionario y el derecho de las
naciones a la autodeterminación. 1915.
“El rasgo característico del
imperialismo consiste en que, como vemos, todo el mundo se divide actualmente
en un gran número de pueblos oprimidos y en un número insignificante de pueblos
opresores, que disponen de colosales riquezas y de gran fuerza militar”. Informe de
la Comisión sobre los problemas nacional y colonial. 1920.
5 Ambas citas tomadas del texto La
revolución China y el Partido Comunista de China (1939) en el cual el Presidente Mao
cita a Stalin y documentos del VI Congreso de la IC. Ver notas 22 y 23.
6 Línea
Política General, Revolución Democrática. 1988.
7 Discurso
pronunciado en la II sesión plenaria del VIII Comité Central del Partido
Comunista de China (1956).
8 Revolución Democrática.
Línea Política General (1988)
9Negrilla en el
original
10 Informe en
el II Congreso de toda Rusia de las organizaciones comunistas de los pueblos de
oriente, 1919.
11 Primer
esbozo de las tesis sobre los problemas nacional y colonial. 1919.
12 Informe de
la comisión para los problemas nacional y colonial. 1919.
13 Sobre la
cuestión de la diferenciación de los tres mundos, entrevista de Mao Tsetung con
el Presidente Kenneth Kawnda de Zambia. 1974.
14 Rechazar la ofensiva de los derechistas
burgueses. 1957.
15 Por qué
puede existir el poder rojo en China. 1928.
16 Sobre la
Nueva Democracia. 1940.
17 La
revolución China y el Partido Comunista de China. 1939.
18 En torno a
la cuestión nacional en Yugoslavia. 1925.
19 La
revolución china y el Partido Comunista de China, 1939.
20Crítica al
borrador de programa del TIIKP. 1971. Pág. 81. Traducción nuestra a partir de
las obras escogidas en ingles.
21 La
revolución China y el Partido Comunista de China. 1939.
22 Negrilla en
el original
23 Sobre la
contradicción. 1937.
24 Discurso en
una conferencia de secretarios de comités provinciales, municipales y de región
autónoma del partido. 1957.
25La UOC, en su línea militar, considera la insurrección como una forma de Guerra Popular, lo que consideramos denota incomprensión de la Guerra Popular como la estrategia y teoría militar del proletariado.