Tuesday, February 14, 2023

A NOVA DEMOCRACIA BRASIL: Editorial Semanal – El sensacionalismo solo busca ocultar la crisis militar

 

EDITORIAL

Editorial Semanal – El sensacionalismo solo busca ocultar la crisis militar

 


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07/02/20232 minutos de lectura

 

El reciente testimonio del ilustre desconocido, el senador Marcos do Val, implicando directamente a Bolsonaro con la articulación golpista del llamado “proyecto golpista” no aporta nada nuevo, pero es una demostración más de lo ya ampliamente conocido. En testimonio, el senador dijo que el expresidente se reunió con él y el contenido de la conversación fue realizar una trampa para detener a Alexandre de Moraes y anular las elecciones. En la conversación también habría participado el exdiputado bolsonarista Daniel Silveira, sí, el mismo matón que dio una demostración única de coraje llorando casi todos los días cuando fue arrestado por primera vez, en febrero de 2021.

 

Nadie cuestiona seriamente que Bolsonaro pretendiera dar un golpe de Estado, y ahora decir que está lloviendo sobre mojado. Para tratar el tema real, nada aportan estas “denuncias” –que, por cierto, ya pasaron a la categoría de telenovelas por el sofisticado martilleo de la Rede Globo con su sensacionalismo, con el objetivo de hacer  que la grave crisis militar pierden su dimensión y entran en la psicología colectiva como una cuestión de rutina, sin importancia, para intentar mantener la estabilidad del antiguo orden. Por no hablar de que Marcos do Val no hace más que cumplir el papel de pescador en aguas revueltas.

¿Cuál es el verdadero problema que aqueja al país hoy? La existencia de una ofensiva contrarrevolucionaria en el país, cuyos cimientos son mucho más profundos que la mera visita de Bolsonaro al Palacio del Planalto. Se remonta a la planificación, por parte del Alto Mando de las Fuerzas Armadas (ACFA), de su plan de intervención militar “lenta, gradual y segura”, sintetizado por el ex comandante del Ejército, Eduardo Villas-Bôas, en dos consignas: “hacer el Ejército protagonista silencioso” y “el Ejército se guía por la estabilidad, la legitimidad, la legalidad”. Se remonta a las intervenciones sistemáticas de ACFA en la política nacional, chantajeando al pueblo y a la Nación, ejerciendo la tutela de las viejas instituciones desprestigiadas y sus desmoralizados gobiernos de turno, y el autoatribuido poder de ser garante de la democracia -y, por tanto, de combatir la Revolución, crean un caos que justifique  “intervenir para salvarla del extremismo” (es decir, culminar el golpe de Estado para “salvar a la Nación del comunismo”).

 

Los héroes de la democracia burguesa, desde lo alto de sus palacios y en sus connotados editoriales, no dejan caer ni una coma en protesta por los ocho años de tutela que impone la ACFA a la Nación. Luiz Inácio, por ejemplo, que decía desconfiar de los militares, nombró comandante del Ejército a Tomás Paiva, el mismo considerado protagonista en la redacción del tuit de Eduardo Villas-Boas, en 2018. Una maniobra que impidió la ahora presidente de la república de postularse a las elecciones presidenciales de ese año y lo mantuvo preso ilegalmente por más de año y medio. ¿Es así como acabarás con la intervención militar, paso a paso?

 

Es evidente que la crisis militar es muy grave, y el gobierno militar secreto -que se opera desde las ACFA, mediante la tutela sobre las demás instituciones- pretende elevar al máximo poder la máxima explotación del pueblo y mayor entrega de la Nación al imperialismo, junto a la creciente restricción de las libertades democráticas, en la imposición de su renovado “Proyecto de Nación” semifeudal y semicolonial. Las fuerzas conciliadoras, oportunistas y liberales no quieren ni pueden imponer resistencia. Depende de las propias masas trabajadoras hacerlo, pero solo pueden hacerlo bajo una condición: que tengan una dirección audaz y consistente en la que confiar. Este es el papel y la tarea urgente de las fuerzas revolucionarias y de los verdaderos demócratas de nuestro país.