OCTUBRE ROJO, Y OCTUBRE ROSA
Las pretensiones del régimen de
eliminar los subsidios a los combustibles y otras tantas medidas que afectaban
directamente a la economía popular (1 de octubre de 2019) fue rechazada por las
masas de una manera clara y contundente, quizá con un aspecto decidor y que
merece ser citado, la radicalidad en la propuesta y forma de confrontar al
gobierno; las masas imprimieron violencia revolucionaria que si bien es cierto
detuvieron circunstancialmente la ofensiva económica y militar del gobierno,
solo fue posible con un alto costo: 12 manifestantes muertos; más de 1.500
heridos; cerca de medio centenar de mutilados y 750 detenidos.
OCTUBRE
ROJO
Las medidas en contra del Decreto
883 se inician el 3 de octubre con el paro generalizado de transportistas que
determinó que el gobierno declare el estado de emergencia en el país. Desde
luego, la medida de estos feneció a los dos días pero fue reimpulsada por las
masas en las calles y la progresiva incorporación del movimiento campesino e
indígena dando un carácter más integral a las movilizaciones que sobrevinieron
en un levantamiento popular, en una rebelión.
Las formas de lucha emprendidas
por campesinos, obreros, estudiantes y pobladores de barrios pobres fueron
varias. Bloqueo de carreteras; confrontación directa a militares y policías en
el campo; quizá las jornadas en La Esperanza (Ibarra) dignifica más aún al
pueblo Karanqui por la ferocidad y decisión en combatir al grupo de caballería Yaguachi,
acciones que se replicaron a lo largo y ancho del país.
Comunidades indígenas de la Amazonía
se tomaron pozos petrolíferos; los campesinos se hicieron de plantaciones
agrícolas, floricultoras, grandes haciendas. Bloqueo activo y combativo de
carreteras que logró paralizar totalmente el país.
En las ciudades, particularmente
en Quito, las manifestaciones estuvieron acompañadas de acciones decididas.
Lucha callejera, barricadas; cerco a las instituciones burocráticas del viejo
estado; permanente asedio al palacio presidencial, de hecho -dos acciones en
particular- marcaron los niveles de efervescencia que alcanzó la lucha urbana:
la toma e incendio del edificio de la Controlaría General de la Nación y el
incendio de las instalaciones de Teleamazonas (Canal 4).
Desde el viejo Estado los
energúmenos de la reacción utilizaron armas letales y no letales; tanquetas,
gas, antimotines, helicópteros, caballería, es más, las motocicletas fueron
utilizadas como armas. Dos jóvenes perdieron la vida cuando fueron embestidos
por estos vehículos y cayeron al vacío en un paso peatonal; es decir, todo su
arsenal para reprimir al pueblo.
Del lado del pueblo armas
rudimentarias, artesanales; explosivos caseros, bombas incendiarias,
definitivamente se cualificó de mejor manera la lucha de las masas.
La destrucción de tanquetas, patrulleros,
motocicletas y demás medios del enemigo dio cuenta de la ferocidad y
determinación de las masas por impulsar la lucha, es más, hasta el 12 de
octubre la iniciativa la tuvieron las masas, y, con ella, la ofensiva, como
corresponde a la lucha de clases y su verdadera forma de abordarla.
Las masas campesinas y populares
confiscaron fusiles y pistolas, tanto a militares como a policías.
Desgraciadamente tan preciado trofeo de guerra inexplicablemente fue devuelto
por la dirigencia indígena a la represión.
La revuelta de octubre, bajo el
convocador grito de que ¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA AQUÍ, Y AHORA! no se presentó
y desarrolló producto de un proceso planificado; devino de una reacción
espontánea de las masas y en las que hubo una convergencia de fuerzas
populares, campesinas y obreras con distinta dirección, ya sea del elemento consciente
de la clase como del oportunismo. Desde luego, atrás de esa espontaneidad hay
un antecedente que resulta relevante: el importante trabajo ideológico y
político que se viene desarrollando en el seno del campesinado pobre y demás
masas explotadas.
Ya sobre la finalización del levantamiento,
se erige la figura política de Vargas en el seno del campesinado pobre y las
organizaciones indígenas del país, y lo hacen viciando el proceso, negociando
en nombre del pueblo, dejando tendida la mesa de negociaciones con el régimen
represivo no antes, de manera circunstancial, haber conseguido que se eliminen
los subsidios a los combustibles,
Muchos dirigentes indígenas y de
organizaciones populares sobredimensionaron la revuelta. Si bien es cierto fue
importante, lejos estaba de convertirse en una verdadera revolución porque no
apuntalaba esfuerzos por la destrucción del viejo estado; porque no tenía una
correcta dirección de clase; porque la estrategia fue circunstancial, coyuntural,
porque la dirección del proceso fue de mano en mano hasta terminar en las
garras del oportunismo.
OCTUBRE
ROSA
La dirigencia indígena, campesina,
sindical y popular volvió a traicionar a la clase y al pueblo una vez más.
Tanta sangre derramada; tanta lucha vertida y en alguna medida capitalizada con
fines electoreros. Unidad popular, socialistas,
troskos, indigenistas, etnocaceristas, anarquistas, postmodernistas, en fin, una
larga lista de sátrapas que trafican con las luchas de octubre para apuntalar
sus esfuerzos electoreros de cara a las elecciones del 2021.
La dirigencia de la Conaie se
enfrascó es su propio octubre rosa, la pugna por decidir quién sería su
representante para las próximas elecciones presidenciales en el país fracturó
más aún al movimiento campesino. Como no puede ser de otra manera, en el seno
del oportunismo se dividieron, viviendo momentos de pugna. El sector
“conservador”, servil a la burguesía compradora (Tibán, Pandam, Pérez) contra
aquella línea que desde el discurso radical es abiertamente servil a la
burguesía burocrática. Pugnan, pero al final coluden amparados en el discurso
étnico, de identidad cultural, que es colocado por encima de los criterios
ideológicos, de clase. Coluden, sí, porque concluyen serviles y funcionales
para la vieja democracia burguesa-terrateniente y obviamente terminando siendo
uno de los principales soportes de los esfuerzos imperialistas y de la gran
burguesía/grandes terrateniente por conjurar la revolución.
Cuando se creía que el
oportunista de turno (electoral) iba a ser Iza o Vargas, Yaku Pérez espoleado
por la Tibán dinamita sus intenciones. El ala o expresión más retardataria y
derechista del movimiento indígena imperó sobre el ala oportunista/radical de
la Conaie. Independientemente si eran unos u otros, la traición se fraguó.
Los del FUT y Cut también tienen
su octubre rosa. La Cut que aún respira por los poros del correismo que no
logran asimilar las trabas que puso el CNE y deja de lado a Correa como
candidato a la vicepresidencia. Ahora los residuales del fascista van por la
línea lastimera, se victimizan (Correa, Pavón Virgilio Hernández), para sensibilizar
a las masas y tratar de posicionarse políticamente para poder ganar escaños
electorales y contar con la inmunidad respectiva, escudo para su latrocinio.
El FUT en cambio va por todos
lados, sus dirigentes prostituidos van de tienda en tienda tratando de negociar
un puesto en la Asamblea.
Unidad Popular se fue a la cola
de Yaku Pérez; negociaron el apoyo a esa candidatura y ya tienen
representaciones para asambleístas.
Octubre de 2019; la reacción y el
viejo Estado fustigaron con todo a las masas: El proletariado y campesinado
pobre bregó y puso su cuota de sangre, de hecho, si bien es cierto la rebelión
no se puede medir por el número de bajas que hay de parte y parte, las masas lo
pusieron todo, más al no contar con un ejército popular, entre otros objetivos,
no logró hacer una sola baja a las FFAA
y a la policía.
Octubre fue una muestra de que
las masas están ávidas de revolución; que las condiciones objetivas están dadas
ya sea por las circunstancias de miseria, pauperización, explotación y oprobio
en la que viven las grandes mayorías;
porque está claro que las clases dominantes ya no pueden seguir detentando el
Poder y gobernar como lo han venido haciendo durante siglos.
Octubre fue una muestra de que
las masas claman revolución, pero también de que el revisionismo es el
principal peligro para que la revolución se organice, se desarrolle, se sostenga,
conquiste y defienda el Poder. El aliado estratégico más fuerte que tiene el
imperialismo, el viejo Estado burocrático-terrateniente, la dictadura de
grandes burgueses y grandes terratenientes es el revisionismo y el oportunismo.
Están ahí, en el seno de la clase, del campesinado pobre, de las masas
explotadas y oprimidas para escarbar como ratas la organización del pueblo,
minarla, debilitarla, empujarla al barranco electoral a la falsa ilusión
constitucionalista, participativa, al camino burocrático; a la patraña de la
revolución por vía “pacífica o electorera”, y en no pocos casos, por la vía
violenta pero carente de objetivos que sean coherentes con los propósitos que
tiene el proletariado y su aliado principal: el campesinado pobre.
Las condiciones subjetivas para
desatar la revolución democrática de nuevo tipo aún deben ser fortalecidas. Hay
que precipitar la construcción de los tres instrumentos esenciales,
indispensables, partido, frente y ejército popular, sin esos instrumentos será
imposible la conquista del Poder.
El movimiento campesino y
sindical del país debe tener claro que el proceso revolucionario en el país no
vendrá de la mano de una insurrección urbana, no, en absoluto; la revolución
vendrá desde el campo donde después de abolir la propiedad de grandes
terratenientes cercaremos las ciudades; la revolución vendrá de la punta del
fusil y con guerra popular; que la revolución solo será posible en el marco de
la Nueva Democracia, forma como se expresa la dictadura del proletariado en los
países semifeudales y semicoloniales.
Hoy, cuando conmemoramos el
levantamiento de las masas explotadas en el Ecuador, el compromiso de la clase
y del campesinado pobre, los comunistas de hoy, marxistas, leninistas,
maoístas, pensamiento Gonzalo, refrendamos nuestro propósito de bregar
incansablemente por la revolución, derrotar al imperialismo yanqui, destruir el
viejo Estado terrateniente/burocrático y aplastar al revisionismo, tareas que
se desarrollan en el contexto de la defensiva estratégica (preparación e inicio
de la guerra popular).
Hay que establecer bien claro del
papel que tiene el proletariado y su partido guía en las luchas de las grandes
mayorías y de la revolución; que esta es un acto violento donde está en juego
la historia, el presente y el futuro de los pueblos donde salvo el Poder, ¡todo
es ilusión!
¡A
PROFUNDIZAR LAS TAREAS POR LA CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO, FRENTE Y EJÉRCITO
POPULAR!
¡EL
PODER NACE DE LA PUNTA DEL FUSIL!
¡A
CERCAR LAS CIUDADES DESDE EL CAMPO!
¡SI NO
LUCHAMOS EN CONTRA DEL REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO!