En nuestro post de octubre 21, 2020, PERÚ: EL régimen se cae a pedazos y la reacción busca la salida reaccionaria a la crisis, a los revolucionarios corresponde culminar la tarea de la RGP para proseguir la guerra popular, nos referimos a la posibilidad del golpe de estado militar abierto o encubierto y lo planteamos así:
"Ante (la) situación de pérdida total de "legítimidad" del presidente como representante del viejo Estado terrateniente-burocrático, las salidas reaccionarias que se plantean, por el momento son:
(...)
5. El golpe de estado militar o cívico militar o como puedan llamarle. Como sabemos una de las forman normales de cambio de autoridades del viejo Estado peruano, tan igual como las elecciones. Posibilidad que siempre anda rondado. Posibilidad que estuvo propagandizando el agente del imüperialismo yanqui Gorriti y el Instituto de Defensa Legal, aunque después han estado tratando de cubrirse con algunas publicaciones "críticas" al "toque de las puertas de los cuarteles". Posibilidad a la que nos hemos referido desde el comienzo de la presente crisis terminal del régimen fascista con su constitución fascista de 1993, inagurado en abril de 1992 con el llamado `autogolpe de Fujimori' ".
Las noticias del domingo y de hoy confirman esto, pero no ya como mera posibilidad sino como una tendencia en desarrollo que sigue su curso, pero cuyo desenlaze depende de la actuación o fuerza de las tendencias contrarias que también actúan y que nos referimos como las cuatro primeras posibilidades. Pero todo análisis de lo que será en definitiva la salida que se imponga tiene que considerar el hecho cierto e innegable, que el gobierno de Vizcarra y todo el régimen fascista, genocida y vendepatria se mantiene sostenida en las Fuerzas Armadas columna vertebral del viejo Estado terrateniente burocrático al servicio del imperialismo prinicpalmente yanqui, commo leemos en la siguiente nota aparecida hoy en el diario reaccionario expreso:
Martos: «Jamás utilizaríamos a las Fuerzas Armadas en actos políticos»
Premier Walter Martos desdice sus declaraciones del domingo, cuando insinuó que las Fuerzas Armadas no permitirían que el Congreso proceda con una vacancia presidencial.
El presidente del Consejo de Ministros, Walter Martos, se retractó de sus recientes declaraciones respecto del rol de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) ante un eventual proceso de vacancia presidencial en el Congreso de la República.
Como se recuerda, Martos dijo el último domingo que las Fuerzas Armadas no permitirían que se rompa ‘el Estado de derecho’, en referencia a que se opondría a una vacancia presidencial del Congreso, involucrando una vez más a los uniformados en asuntos de política o en un acto de deliberancia prohibida por la Constitución.
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«Las Fuerzas Armadas no son deliberantes, pero están para hacer respetar la Constitución, las leyes y el Estado de derecho, esa es su función. No se va a permitir que se rompa el Estado de derecho con tanta necesidad que hay de la gente», dijo en entrevista para Latina.
Hoy, el premier señaló que nunca involucraría a las Fuerzas Armadas en un acto político del Ejecutivo.
«Respetamos totalmente la democracia y la gobernabilidad del país. Jamás utilizaríamos a las Fuerzas Armadas en actos políticos. El día domingo me hicieron una pregunta. La periodista me dijo que las FF.AA. no son deliberantes. Yo afirmé contundentemente que las FF.AA. no son deliberantes y además agregué que también tienen la función de hacer respetar la Constitución, las leyes y el estado de derecho, refiriéndome a que las FF.AA. están subordinados al poder constitucional», rectificó.
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Martos alegó que sus palabras fueron malinterpretadas de forma «tendenciosa» y aseguró, además, que él no tiene injerencia en los asuntos de las Fuerzas Armadas, pues su condición de presidente del Consejo de Ministros no le da esa facultad.
«El premier, por ejemplo, no tiene ninguna autoridad sobre las FF.AA. Yo no puedo ordenar a los comandantes generales», añadió.
No es la primera vez que el gobierno involucra a las instituciones castrenses en la coyuntura política. En setiembre del 2019, una vez que disolvió el Congreso de la República, el presidente Martín Vizcarra convocó a los altos mandos de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional para luego difundir una fotografía junto a ellos y así inculcar el mensaje de que su acto fue aprobado por las fuerzas del orden.