Tuesday, September 6, 2022

A NOVA DEMOCRACIA BRASIL: Editorial Semanal – Espectáculo electoral y patético

 

REDACCIÓN AND

 31 DE AGOSTO DE 2022

Editorial Semanal – Espectáculo electoral y patético

 

 


Foto: AND Base de datos

 

Entre acusaciones y escenificaciones de peleas, se desarrolló el primer debate presidencial, precedido por audiencias de los principales candidatos de las clases dominantes para gobernar el sistema de explotación y opresión. Y la Nación entera miraba, boquiabierta, un verdadero pre-preparado.

 

Las promesas no faltaron. Inspirados unos por otros, las ofrendas milagrosas solo crecieron en el transcurso del debate. Bolsonaro, que hasta ayer llamaba “socialismo” a los programas de bienestar, hoy se ha convertido, quizás, en su mayor defensor, en tanto es año electoral. Las mentiras también abundaban, de todos lados. Y todos vieron el hilarante espectáculo de Bolsonaro y Luiz Inácio acusándose mutuamente de chantajear a la gente con estos programas para ganar votos. El sabio dijo: los candidatos sólo dicen la verdad cuando se acusan unos a otros.

 

También estuvo el desfile de las reinas del latifundio, las ilustres senadoras, que “sellaron” su antibolsonarismo durante el debate, aunque ambas, abierta o secretamente, apoyaron hasta otro día a Bolsonaro y su discurso latifundista. La candidata Soraya Thronicke, en un momento, como ven, prometió “revelar todo sobre todos”, ¡incluso le pidió a un jefe de policía presente que reforzara su seguridad! Pero aparentemente se olvidó de revelar lo que sabía... Cómico, si no trágico.

 

La polarización electoral reaccionaria, en realidad falsa polarización, está dada y el debate no ha hecho más que consolidarla. La segunda vuelta está prácticamente definida, entre Luiz Inácio y Bolsonaro. El material inflamable para la violencia política se acumula, cuanto más crece la posibilidad de la derrota de Bolsonaro.

 

En cuanto a los programas de gobierno, como puede verse, poco se ha discutido. Luiz Inácio, en una verdadera ensoñación, solo dice que Brasil volverá a 2008 –el apogeo de su gobierno– porque “sabe cómo hacerlo”, porque “ya lo hizo” una vez. No se da cuenta de que la situación en 2002 no es la misma que en 2022, ni en la economía, ni en el ámbito político e institucional. La explosión de precios de los bienes agrícolas no existe hoy, como ocurrió en 2002. La crisis política hoy es exponencialmente peor que en ese año y es más amplia. Su base económica es la descomposición del capitalismo burocrático y la crisis militar es algo nuevo, grave al punto que el Ministro de Defensa -e incluso las instituciones de las Fuerzas Armadas- se ven obligados a cuestionar las máquinas de votación electrónica para no perder el control de sus tropas, sensibles a la idea de ruptura institucional propagada por Bolsonaro.

 

No es la victoria de Luiz Inácio y la falsa izquierda electoral que lo rodea lo que conducirá a la derrota de la extrema derecha, ya que es solo una forma de expresión del viejo orden. Por el contrario, la derrota electoral de Bolsonaro puede, en una situación de gran malestar en los cuarteles con grandes rebeliones populares, ser el detonante para desatar peligrosas provocaciones que lleven a un grave riesgo de ruptura institucional como condición para mantener en pie el viejo Estado terrateniente -burocrático. Sólo las masas populares, seriamente movilizadas en defensa de sus derechos pisoteados, pueden enfrentar la reacción golpista, y garantizar y ampliar los derechos y libertades democráticas. Sólo el avance revolucionario y el triunfo de la revolución democrática podrán derrotar y enterrar de una vez por todas la tendencia al fascismo.