La primera es una declaración del ex-presidente de Uruguay, Mujica, un ex guerrillero que luego de alguno anos pasó a ser cabeza de un gobierno oportunista, es decir reaccionario encabezado por el oprtunismo, en este caso Mujica.
Mujíca como presidente se encargó por tanto de aplicar las tres tareas reaccionarias en Uruguay, tres tareas que son necesidad del imperialismo y la reacción y con esa experiencia, a manera de mea culpa, lo interpretamos nosotros, se expresa sobre el gobierno de Chávez y ahora sobre el de Maduro y sufracaso. Con sus propias palabras, que reproducimos abajo como noticia; cínicamente reconoce que las causas de las crisis son internas y que la descargas de las crisis externas del imperialismo lo que hacen es empeorarlas (como baja del precio de las materias primas, petróleo, etc.). Por lo tanto, dice, que no es culpa de ellos o sea del mismo Mujica o de Chávez, Maduro, etc., el que la entrega del país, el hambre, la opresión, la explotación sobre el pueblo cresca; con esto trata de exculpar a Maduro y a él mismo, pero no puede porque como presidente han sido o son cabeza de ese viejo Estado que representa y defiende la vieja sociedad semifeudal-semicolonial, donde se desenvuelve un capitalismo burocrático al servicio del imperialismo principalmente yanqui.
Como presidentes todos ellos son reponsables políticos de la opresión y explotación, de la represión, del genocidio, de la miseria de las masas y del saqueo del país por el imperialismo, a través de aplicar las tres tareas reaccionarias, en lo cual sólo pueden conquistar fracasos. Él como Maduro, Correa, Moreno, Lula, Dijma, Morales, Ortega,etc. son gobiernos que han fracaso y fracasaran como máximos representantes del viejo Estado terrateniente-burocrático al servicio del imperilismo yanqui principalmente, como lo son todos en América Latina.
Es confesión de parte de que la llamada "revolución" que tanto proclamaron solo fue más de lo mismo para manipular a las masas y ser gobierno y mantenerse en él, como el mismo lo dice sabiendo que sus palabras de cambio, de transformación solo era, es y será demagogia barata. Así es la verdad de todos estos régimenes reaccionarios encabezados por los oportunistas.
El otro artículo es sobre Correa y Moreno, el regimen anterior y su continuación remozada aplica la misma política monetaria de renuncia moneda propia y aplica el dólar como moneda nacional, es decir renuncia a la soberania monetaria en beneficio de la soberania del imperialismo yanqui y eso es renuncia a uno de los principales instrumentos de política económica, por eso publicamos a continuación de la Noticia de las declaraciones de Mujica, la noticia sobre "DOCUMENTO DEL PLAN FENIX. El peligro de la dolarización" (Página 12 Argentina). Esa fue la política económica de sometimiento al imperiismo yanqui del régimen de la "revolución ciudadana" de Correa y Moreno que ahora sigue es línea de ppolítica monetaria como expresión concentrada de su sometimiento.
Aquí condenamos una vez más la intervención que siempre hace el imperialismo yanqui en todos los países de América Latina y del Tercer Mundo, como lo viene denunciando el MPP(CR) en diferentes comunicados y documentos.
El imperialismo siempre interviene, es el gran gendarme contrarrevolucionario y enemigo principal de los pueblos del mundo, el gran titiritero, el está siempre detrás de todos los cambios de gobierno velando por el más conveniente a sus intereses, amenaza para cambiar gobiernos reaccionarios por otros, que resultan mucho más reaccionarios, para ello recurre a muchos pretextos y conspiraciones, hoy esta amenazando al pueblo de Venezuela en forma descarada y siniestra; lo hace no sólo para buscar cambio de gobierno allí, sino para justificar su despliegue militar en todo el continente: con establecimiento de nuevas bases militares y el reestablecimiento de otras, para someter a los ejércitos reaccionarios y genocidas del continente a su comando militar (Norte y Sur), para en definitiva, bajo la cobertura de la crisis en Venezuela ("crisis humnanitaria", "defensa de la democracia") amenazar con la intervención, habalar de planes de intervención, levantar conjuras, alentarlas: objetivo es plasmar su "Fuerza de Intervención Conjunta" para esgrimirla ahora como una amenaza para obtener la capitulación de Maduro y su régimen y plasmar su viejo sueno de "Fuerza de Intervención Conjunta" para tener el instrumento militar ("multilateral") para intervenir contra el desarrollo de la revolución en nuestros países, contra las guerras populares. Como dicen sus propios analistas, la amenaza real no es ahora sino el desarrollo de los movimientos izquierdistas radicales, contra ellos dicen "tenemos que prepararnops".
Ejempplo: Las idas y vueltas al Brasil de los representantes de los EE.UU. para entrevistarse com Temer y los responsables políticos y militares de esa semicolonia yanqui, donde las masas se soliviantan contra la explotación y opresión y rechazan las elecciones para recambio de autoridades del viejo Estado y se enrumban por la revolución de nueva democracia contra el imperialismo, la semifeudalidad y el capitalismo burocrático.
Yanquis go home!
Mujica afirma que Maduro no tiene la culpa de lo que sucede en Venezuela
19:45
14.09.2018(actualizada a las 20:48 14.09.2018) URL corto
12224
MONTEVIDEO
(Sputnik) — La actual crisis de Venezuela no es culpa del Gobierno de Nicolás
Maduro, sino de la "especie de veneno" que ha representado el
petróleo para el país, que terminó por "deformar" su economía, opinó
en entrevista exclusiva con Sputnik el expresidente uruguayo José
"Pepe" Mujica (2010-2015).
"Lo
que está sucediendo en Venezuela no es culpa de Maduro: la riqueza petrolera de
Venezuela en el largo plazo terminó constituyendo una especie de veneno para la
sociedad venezolana, porque deformó toda la economía y los venezolanos se
acostumbraron a vivir de cosas importadas", afirmó.
De esta
forma, la importación masiva terminó destrozando al trabajo nacional y fue lo
que más afectó a la agricultura y a las profesiones agropecuarias, señaló.
"En el
campo venezolano no hay nadie, no hay una cabeza de ganado, no hay nada; la
gente se fue a las ciudades de la costa y se perdieron los oficios; en esas
condiciones, cuando se produce la crisis del precio del petróleo, Venezuela
queda descalza porque no tiene producción interna de comida y eso no se arregla
por arte de magia", reflexionó.
El
exmandatario afirmó que "Maduro no puede resolver el problema de la
comida, porque no se inventan agricultores".
"Entonces
el Gobierno venezolano tiene una contradicción terrible que la tendría
cualquiera que estuviera a cargo", dijo a Sputnik.
Por otro
lado, opinó que, si bien EEUU puede estar presionando la situación, los agentes
externos solo inciden en los países cuando realmente existen problemas internos,
como es el caso de la falta de producción de alimentos en Venezuela.
"En el
mundo existe la idea conspirativa de que hay intereses de potencias que se
mueven en todo esto; no tengo duda que eso puede suceder, pero no creo que sean
la causa: nuestros problemas internos son los que crean condiciones a favor del
trabajo de las agencias externas", reflexionó.
Cash
23 de
septiembre de 2018
DOCUMENTO
DEL PLAN FENIX. El peligro de la dolarización
Un camino
de ida
Cash
publica el texto completo de los economistas de la UBA de la Cátedra Abierta
Plan Fénix en el que advierten del riesgo de aplicar la dolarización o una
nueva convertibilidad. Describen las experiencias de este tipo en Ecuador, El
Salvador y Panamá. Indican que ese camino conduce en forma irreversible a la
pérdida de soberanía, consolida un modelo dependiente con altos niveles de
pobreza y una distribución inequitativa de los ingresos. Concluyen que ingresar
a la dolarización, como al cementerio, sería fácil; lo imposible sería salir.
Recientemente
se ha vuelto a escuchar, en el marco de la inestabilidad financiera y cambiaria
del país, la propuesta de dolarización o, como medida compensatoria, la
creación de una caja de conversión. Estas ideas no son absolutamente nuevas, ya
que fueron puestas en debate en anteriores campañas presidenciales. A su vez,
han surgido experiencias de este tipo en países como Ecuador, El Salvador y
Panamá. La Cátedra Abierta Plan Fénix se siente obligada a alertar a la
ciudadanía sobre el riesgo de aplicar en el país uno u otro proyecto, dado que
ello nos conduciría en forma irreversible a la pérdida de nuestra soberanía y a
consolidar un modelo dependiente con altos niveles de pobreza y una
distribución inequitativa de los ingresos.
Convertibilidad
Leer más
crisis
La
experiencia de la Convertibilidad, el antecedente más próximo, es más que
aleccionadora. Más allá de su catastrófico desenlace, este régimen fue
desastroso aun durante su vigencia: estabilizó los precios, pero no logró un
crecimiento sostenible y estable, no indujo entrada de capitales, pese a la
elevada tasa de interés que rigió, y los niveles de inversión fueron bajos;
además, conllevó una sobrevaluación cambiaria, con el consiguiente déficit en
cuenta corriente, que en definitiva fue lo que detonó su liquidación.
Argumentos similares valen para la dolarización.
WERBUNG
Estamos en
un punto de crisis que consideramos provocado por este Gobierno y lo que nos
tenemos que preguntar es cuál será el último escalón para descender dentro de
los círculos del infierno. Alguna vez ya paramos en la Convertibilidad, que hoy
sería como el limbo desde el cual solo quedaría
descender, como en el del Dante, al círculo del Infierno de la
dolarización.
A favor
Según
diversas contribuciones, la dolarización conlleva ventajas y desventajas. Entre
las primeras se mencionan las siguientes:
Evita las crisis monetarias y de balanza de
pagos. Sin moneda nacional no hay posibilidad de una depreciación fuerte ni de
salidas súbitas de capital motivadas por el temor a una devaluación.
Permite una integración más estrecha con
las economías mundial y estadounidense gracias a que los costos de transacción
son más bajos y a que se asegura la estabilidad de los precios en dólares de
Estados Unidos.
Al rechazar la posibilidad de un
financiamiento inflacionario, los países tienen la oportunidad también de
reforzar sus instituciones financieras y de crear condiciones favorables a la
inversión, nacional y extranjera.
Estos
argumentos son de fundamento dudoso, y apelan esencialmente a una suerte de
magia monetarista.
En contra
Las
desventajas que se señalan son las siguientes:
El país que dolarice su economía cederá
toda posibilidad de tener una política monetaria y cambiaria autónoma,
comprendido el recurso al crédito del Banco Central para facilitar liquidez al
sistema bancario en situaciones de dificultad.
Ante la eventualidad de shocks externos, la
economía queda en posición muy vulnerable, y expuesta a los avatares de los
mercados de capitales.
Desde el punto de vista económico, el
derecho a emitir la moneda del país otorga al gobierno ingresos de señoreaje,
que aparecen como utilidades del Banco Central y que se transfieren al
gobierno. Ese ingreso lo pierden los países que dolaricen y lo recibirá Estados
Unidos, a menos que consintiera en compartirlo.
Los agravantes de todo este esquema no son
solamente los efectos nocivos de su implementación, sino que la renuncia a la
moneda nacional es prácticamente irreversible.
Por último, la implementación de una
dolarización requiere fijar un tipo de cambio de referencia para convertir la
moneda nacional en dólares. Normalmente esto implica una sustancial devaluación
de la moneda nacional, con su consecuente transferencia de ingresos como resultado
del salto inflacionario y el congelamiento salarial. En síntesis, pierden los
trabajadores, gana el sector financiero y quedan en situación más frágil los
sectores productores de bienes.
Experiencias
Desde hace
algunos años, se han implementado varios regímenes de tipo de cambio fijo de
facto, muchos de los cuales implicaron la dolarización de sus economías. Los
casos más cercanos para el análisis latinoamericano son Ecuador, Panamá y El
Salvador.
La
experiencia de Panamá resulta muy particular, porque ese país depende
centralmente del Canal Interoceánico, lo que ha derivado en el desarrollo de
zonas de libre comercio y servicios financieros diversos. Por lo tanto, su
dolarización opera como apéndice de la economía de Estados Unidos y el funcionamiento
de su economía desde 1904.
El caso de
El Salvador también muestra algunos de los problemas de la dolarización. Su
economía, desde que se implementó este sistema, pagó con bajas tasas de
crecimiento y, al contrario de lo esperado, la reducción del costo de
financiamiento (tasas de interés), no generó aumentos en la inversión. De este
modo, con una baja demanda agregada (insuficiencia de consumo e inversión), los
ingresos públicos también se vieron resentidos y por ende, la dolarización no
permitió que mejoraran las cuentas fiscales. En este país aumentó el
endeudamiento de los hogares (por la baja salarial) y empeoró la balanza
comercial (por encarecimiento de exportaciones y abaratamiento de
importaciones). El Salvador creció menos en el siglo XXI que sus vecinos de
América Central (2,5 por ciento versus 4/5 por ciento en promedio anual) y no
revirtió su desigualdad distributiva.
El modelo
de Ecuador también ofrece lecciones importantes sobre su funcionamiento. En
primer lugar, para implementar la dolarización se hizo un ajuste cambiario de
200 por ciento, lo que redujo a menos del 50 por ciento tanto los salarios como
los depósitos del público. Se trató de una redistribución sumamente regresiva
del ingreso que afectó a los sectores populares y ahorristas. A su vez, su
“éxito” en materia de política monetaria fue muy relativo: la tasa real de
interés no disminuyó significativamente y la inflación fue de 91,7 por ciento
en su primer año de implementación y de 33,0 por ciento en el segundo, con los
consecuentes efectos perversos sobre los asalariados.
Ecuador
creció menos que países como Argentina en el período 2002–2015 y, aun bajo la
administración heterodoxa de Rafael Correa, no pudo abandonar la dolarización,
demostrando que el camino es prácticamente de no retorno.
Consecuencias
El
mecanismo de reducción de la volatilidad para emprender la dolarización trae
aparejado: 1. la reducción de salarios nominales y 2. la reducción de impuestos
al trabajo. Esto representa un tema sensible porque, en los hechos, implica una
devaluación de la moneda con su evidente impacto inflacionario y la caída del
salario real. Para completar el ajuste estructural, se requeriría un mecanismo
de supervisión financiera (al no haber prestamista de última instancia, se
“compraría” la confianza de los bancos internacionales más importantes para que
regulen los encajes), una fuerte caída del gasto público para obtener superávit
fiscal y una reforma laboral precarizadora, que destruya la tradición sindical
argentina.
Esto supone
que la inflación solo caerá después de destruir el poder de compra del salario.
Las supuestas ventajas, como se vieron, resultan como mínimo dudosas (en
Ecuador y El Salvador no cayeron las tasas de interés ni aumentó la inversión),
pero se estaría reordenando el cuadro social del país con salarios de la India
y ganancias en dólares. El sistema solo sería viable con bajos salarios y un
Estado de dimensiones menores.
La solución
técnica para llevar adelante la dolarización requiere, entonces, convertir la
base monetaria al tipo de cambio que determinan las reservas del BCRA. Esto
supone tomar por un lado todas las variables monetarias, es decir, la moneda
circulante, las Lebac, los cheques, las cuentas corrientes y cajas de ahorro en
pesos, los Cedin y demás instrumentos emitidos por el Banco Central lo que
arrojaría un tasa de cambio que sería superior a la tasa del momento de la pre
dolarización.
Una vez
hecho ello, los salarios, congelados, perderían sistemáticamente poder de
compra mientras los bienes importados crecerían por efectos de la devaluación.
Allí, es improbable una inflación como la que tuvo Ecuador el año que dolarizó
(casi 100 por ciento), pero podría moverse significativamente más rápido de lo
que lo ha hecho hasta ahora. Después restaría convertir los depósitos a la
denominación que tengan en dólares, asestando un golpe a los ahorristas. La
ortodoxia supone que con esto regresarían fondos dolarizados no declarados o
fugados, pero lo cierto es que la conducta de la burguesía argentina tiende a exteriorizar
sus ganancias, no a reinvertirlas, especialmente en un cuadro de recesión como
el vigente.
Cementerio
Desde
determinados enfoques teóricos se sostiene que la globalización conduce a la
concentración económica y a la especialización en exportaciones primarias, con
la progresiva desaparición del poder de policía del Estado–Nación. La
dolarización sería el broche de oro de este proceso, ya que consolidaría la
integración simbólica final como apéndice periférico del capitalismo
transnacional. Y además, ingresar a la dolarización, como al cementerio, sería
fácil; lo imposible sería salir.
De por sí,
la dolarización no resuelve nuestros problemas estructurales, como el déficit
fiscal consolidado ni el déficit del sector externo (tanto de bienes como de
servicios reales o financieros) ni el problema fundamental de la inversión
productiva, con lo cual, tampoco aporta al crecimiento y al empleo.
La
dolarización, en suma, comportaría la renuncia a cualquier proyecto de
desarrollo autónomo e inclusivo, quedando la economía argentina expuesta a los
vaivenes de los mercados internacionales, tanto de bienes como financieros, sin
virtualmente protección alguna. Nuestra experiencia del régimen de la
Convertibilidad debería ser suficiente para aleccionarnos a no adoptar esta
vía.
* Cátedra
Abierta Plan Fénix, Facultad de Ciencias Económicas, UBA.