ÂNGELO DE
CARVALHO
18 DE
AGOSTO DE 2022
Chile: Pueblo reacciona ante ataques del gobierno antipopular de Boric
El gobierno
oportunista de Boric no logra apaciguar la creciente rebelión popular
inevitable en Chile. Foto: Y reproducción
A cinco
meses de la toma de posesión del oportunista presidente de Chile, Gabriel
Boric, varias protestas sacudieron al país contra las medidas reaccionarias y
antipopulares impulsadas por los jóvenes retoños del oportunismo y revisionismo
chileno. En las ciudades, los vendedores ambulantes se rebelaron contra la
represión de los policías que realizaban un operativo para erradicar a los
vendedores ambulantes en la capital Santiago. Protestas de estudiantes y
trabajadores de la educación denunciaron el desguace de universidades, pésimas
condiciones laborales, bajos salarios y colegiaturas en universidades públicas,
exigiendo la liberación de los presos políticos de las manifestaciones de
2019-2020. En el campo, los mapuche se movilizaron contra el dominio del
latifundio y la intervención militar en la región centro sur del país,
decretada en 2021 y prorrogada por Boric.
CAMELÔS
DENUNCIA OPERACIÓN PARA ERRADICAR EL COMERCIO AMBULATORIO
Vendedores
ambulantes denuncian operaciones de Boric y Hassler. Foto: El Mercurio
Los días 8,
9 y 10 de agosto, vendedores ambulantes de Meiggs y Maipú, comunas de Santiago,
protestaron contra la destrucción de sus lugares de trabajo y exigieron el
derecho al trabajo. Se erigieron barricadas y las calles fueron bloqueadas por
trabajadores en rebelión. El operativo policial se dio como parte de un
proyecto impulsado por el viejo Estado chileno que demagógicamente busca
“combatir el crimen”. Los operativos realizados contra los vendedores
ambulantes les impiden ejercer su único medio de vida, especialmente en la
capital del país, a las órdenes del reaccionario y oportunista alcalde Iraci
Hassler, afiliado al revisionista Partido Comunista de Chile. En total, 13
manifestantes fueron detenidos por las fuerzas de represión.
Las
manifestaciones comenzaron el 08/08, cuando los vendedores ambulantes, al
llegar a trabajar, se encontraron con más de un centenar de policías bloqueando
los lugares donde los vendedores ambulantes suelen montar sus “toldos azules”
(como se conoce a los puestos en Chile). Enfurecidos por la prohibición del
derecho al trabajo, los trabajadores bloquearon la Avenida Libertador Bernardo
O'Higgins en Meiggs. La protesta continuó hasta San Alfonso, donde se levantó
otra barricada. Los vendedores ambulantes exigieron al reaccionario y
oportunista alcalde de Santiago, Irací Hassler, sacar a las tropas de la calle
y dar permiso a los vendedores ambulantes para armar sus carpas. En total, tres
personas fueron detenidas por las fuerzas de represión del viejo Estado
chileno.
En Maipú,
las manifestaciones se desarrollaron durante tres días consecutivos, los mismos
días 8, 9 y 10 de agosto. Las protestas se concentraron en la Plaza Maipú y se
levantaron barricadas en el cruce de las calles Pajaritos y 5 de Abril. La
policía detuvo al menos a 10 trabajadores que reclamaban el derecho a vender
sus mercancías. Pancartas con las palabras esta es mi forma de trabajar y somos
comerciantes, no delincuentes fueron levantadas en alto por trabajadores.
PROYECTO DE
ERRADICACIÓN DE IRACÍ HASSLER Y GABRIEL BORIC
Los
operativos contra los vendedores ambulantes son parte de un proyecto comercial
(visto como “ilegal” por los gobiernos reaccionarios) que impulsa la ciudad de
Santiago. El proyecto también cuenta con la participación de Manuel Monsalve,
subsecretario de Gobernación del gobierno oportunista de Boric.
El
operativo se realizó en Maipú, Meiggs y en estaciones de metro como Central,
Uniao Latinoamericana y Universidad de Santiago, todas en Santiago. Según el
reaccionario Manuel Monsalve, aún habrá intervenciones en unos cinco mil
lugares más. Se ha instalado un campamento policial en Maipú, donde estarán
apostados 170 policías durante 30 días, impidiendo que las masas trabajen en la
región durante ese período.
La
operación para erradicar a los vendedores ambulantes que impulsa Hassler cuenta
con todo el apoyo del oportunista Boric, quien ha desatado una verdadera guerra
contra los vendedores ambulantes desde que asumió la dirección del viejo Estado
chileno. A finales de mayo de este año, Boric realizó un operativo para
desalojar a los vendedores ambulantes de Santiago. El operativo dejó varios
heridos debido a los enfrentamientos que se produjeron entre los vendedores
ambulantes que regresaban diariamente a su lugar de trabajo y las fuerzas de
represión. En total, alrededor de 255 trabajadores ya han sido detenidos por
las fuerzas de represión de Irací Hassler y Gabriel Boric.
Los
operativos del gobierno boricense representan un incremento en la represión a
los vendedores ambulantes en relación a su antecesor, el reaccionario Sebastián
Piñera. Entre enero y mayo de este año se realizaron 18.226 intervenciones
contra vendedores ambulantes, unas 7.000 más que en igual período del año
anterior.
La
represión desatada contra los comerciantes ambulantes también cuenta con un
gran apoyo de sectores de la gran burguesía chilena. En mayo, el terrateniente
agroindustrial Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y el
Comercio (CPC) de Chile, dijo que las operaciones de Boric son “el inicio de un
trabajo que hay que hacer en todo Chile”. De acuerdo, el mandatario oportunista
afirmó que el operativo “sigue adelante” y que “es algo que hacemos
precisamente con esta perspectiva, para recuperar espacios públicos […] para
hacer valer el Estado de derecho y la ley”
El proyecto
de erradicación ha servido para dirigir la guerra reaccionaria contra el
pueblo. Militarizando a la sociedad chilena, con miles de efectivos en miles de
puntos de las grandes ciudades, el gobierno bórico busca aterrorizar a los
trabajadores e impedir su justa rebelión frente a las situaciones precarias de
la vida. Todo ello bajo el falso pretexto de “combatir el comercio ilegal” y
combatir a los vendedores ambulantes “irregulares”.
ESTUDIANTES
Y TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN SACUDEN GOBIERNO OPORTUNISTA
Los
estudiantes estremecen al oportunista Boric. Foto: EFE/Alberto Valdés
Desde el
primer mes del gobierno oportunista de Gabriel Boric, estudiantes y
trabajadores de la educación vienen denunciando la situación en las
universidades del país. El 11/03, estudiantes de varias instituciones exigieron
la cancelación de las deudas estudiantiles del Crédito con Aval del Estado
(CAE; un programa similar al Fies, en Brasil), el fin de las tasas de matrícula
en las instituciones educativas públicas y el aumento de las becas del Consejo
Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), algunos de los cuales no se
reajustaron hace 10 años. A estas agendas se sumó el reclamo de la liberación
inmediata de los presos políticos de las manifestaciones de 2019 y 2020 en
Chile.
La
manifestación fue reprimida por la policía y los manifestantes resistieron
valientemente la represión. Un estudiante recibió un balazo disparado por un
carabinero (como se llama a los policías en Chile) y tuvo que ser
hospitalizado.
En los
meses de abril y mayo, según informó la AND, estudiantes de secundaria y
universitarios ocuparon varias instituciones educativas y se movilizaron,
denunciando las condiciones de chatarra y exigiendo mayores inversiones en las
edificaciones. El 27/05 una multitudinaria marcha estudiantil fue reprimida por
la policía, en la que las masas respondieron con piedras y cócteles molotov. En
la Universidad de Chile, estudiantes y trabajadores se declararon en huelga
contra la tercerización y los aumentos salariales. En la Universidad de
Santiago de Chile, en julio, trabajadores de limpieza y jardinería realizaron
un paro y manifestación con estudiantes para exigir mejores condiciones
laborales y pago de horas extras. Y en agosto, en la Universidad Austral,
alrededor de mil trabajadores se sumaron al paro magisterial, que se moviliza
desde hace tres semanas. Los trabajadores de la educación exigen un ajuste
salarial equivalente al aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y la
devolución de los beneficios laborales.
PUEBLO
MAPUCHE FORTALECE ACCIONES EN MEDIO DE REPRESIÓN DEL GOBIERNO OPORTUNISTA
Los
indígenas mapuches no se intimidan con la intervención militar de Boric. Foto:
reproducción
Mientras en
las ciudades el viejo Estado chileno precariza la vida de vendedores ambulantes
y trabajadores de la educación, en el campo se perpetra terrorismo de Estado
contra las masas campesinas y los pueblos indígenas, especialmente el pueblo
mapuche. El pueblo indígena mapuche ha estado luchando durante años para
recuperar sus tierras, especialmente en la región de la Araucanía, que fue
ocupada por indígenas mapuche antes de la colonización española de las
Américas.
En 2021,
temeroso del avance de la lucha indígena, el reaccionario expresidente de
Chile, Sebastián Piñera, decretó Estado de Emergencia en la región centro-sur
del país. El decreto clasificó las regiones que serían “áreas de conflicto” y
movilizó a cientos de militares, helicópteros y carros blindados a cuatro zonas
en las sureñas regiones del BioBio y la Araucanía. Las fuerzas del ejército
chileno comenzaron entonces a actuar junto con los carabineros y sicarios
contratados por el latifundio para reprimir a las masas campesinas e indígenas,
en una situación muy similar a los decretos de “Garantía de Orden Público”
aplicados en Brasil contra los campesinos que luchan por la tierra o
manifestaciones muy masivas en centros urbanos.
Desde que
asumió el cargo de presidente de Chile, Boric, quien en sus años de diputado
visitó zonas mapuche y en campaña presidencial destacó la importancia del
“diálogo”, continuó con la militarización de la zona y aumentó la represión
contra los indígenas. El 16 de mayo, Gabriel Boric autorizó la movilización de
efectivos militares para auxiliar a la policía en la represión. El 30 del mismo
mes, cuando debía terminar la intervención militar, Boric optó por prorrogarla por
15 días. Desde entonces, el oportunista ha recurrido en varias ocasiones al
Congreso para mantener la militarización de las zonas del sur del país.
Soldados
chilenos llevan el terror al campo por orden de Gabriel Boric. Foto: EFE
Los
mapuche, por su parte, no se dejaron llevar por las ilusiones del oportunismo e
intensificaron sus acciones contra el latifundio y el viejo Estado a lo largo
de 2022. Recién en las últimas semanas, la Coordinación Arauco-Malleco (CAM)
reivindicó varias ataques a la maquinaria de la agroindustria, como el incendio
de una excavadora Covilli, en el municipio de Lumaco, y el incendio de máquinas
y camiones de la empresa forestal Antumapu, en el municipio de Arauco. Al 09/08
se habían identificado 54 ataques realizados por mapuches, mientras que en 2021
se realizaron 55 ataques y 28 en 2020.
EL
OPORTUNISTA GABRIEL BORIC: DE FALSO DEFENSOR A DECLARADO ENEMIGO DEL PUEBLO
Se cae la
máscara de “defensor del pueblo” que usaba Boric (cuando actuaba en el
movimiento popular como oportunista electorero) para engañar a cada sector que
actualmente se moviliza en Chile. En 2016, en dos casos diferentes de represión
a vendedores ambulantes, Boric dio declaraciones vacuas de censura de la
actitud represiva del viejo Estado chileno hacia los trabajadores, práctica que
ahora perpetúa. En cuanto a los estudiantes, Boric utilizó durante la campaña
su pasado como estudiante “activista” y presidente de la Federación de
Estudiantes de Chile para posicionarse como cercano al sector educativo.
En su etapa
como “activista” amarillo, sin embargo, Boric jugó un papel fundamental para
calmar las protestas y señalar la salida de la rebelión a través de la “vía
institucional” y la “nueva constitución”. Una vía burocrática que, lejos de
resolver estos males, solo fortalece la estructura caduca del viejo Estado
chileno, un aparato de represión de las masas populares al servicio de las
clases dominantes chilenas, aunque sea bajo una nueva apariencia.
Finalmente,
con respecto a los mapuches, Boric visitó unidades territoriales de este pueblo
en 2016 y en reiteradas ocasiones se mostró contrario a la militarización de
estas zonas y abierto al diálogo, incluso con la CAM.
Ahora,
Boric desaloja y encarcela a los vendedores ambulantes que trabajan sin estar
“debidamente regularizados” por el viejo estado; mantiene la explotación de los
trabajadores de la educación y el desguace y privatización de las
universidades; y profundiza la intervención militar en las zonas mapuche, en el
centro-sur del país. Bajo su dirección, la represión brutal en caso de rebelión
popular está reservada para cada uno de estos sectores, ya sea con el uso de
carabineros o de las fuerzas armadas chilenas. Las masas, a su vez, en el campo
y en la ciudad, siguen luchando por sus derechos más elementales.