REDACCIÓN DE AND
17 DE AGOSTO DE 2022
Editorial semanal -Los altos sueldo de los altos mandos
Al menos 1.559 altos mandos de las Fuerzas Armadas recibieron más de R$ 100.000 por mes, de enero a mayo de este año. La cantidad que se embolsan los maharajás verdeolivos supera los 262,5 millones, una vez deducidas la seguridad social y los impuestos.
Entre los activos, está el Coronel James Magalhães Sato, destinado al Comando del Ejército, que recibió, en abril, casi R$ 604 mil. Es el número uno en esta lista de parásitos, el que más hizo. Consta que, en julio de 2020, fue denunciado por 38 militares, acusado de fraude licitatorio y contractual en el Comando Militar de la Amazonía, durante un operativo de la Policía Federal. Confirmando que el fraude en las Fuerzas Armadas reaccionarias es un fenómeno general -pero más oculto-, fue absuelto de los cargos en la Justicia Militar. Él es sólo uno de una extensa lista.
Cuando se trata de sueldos indecentemente altos, no se puede olvidar a importantes personajes del cuartel, que siempre están en primera fila en defensa del civismo, como el exministro de Salud, Eduardo Pazuello; el actual candidato a vicepresidente en la boleta de Bolsonaro, Walter Braga Netto; y el actual ministro de la Secretaría General de la Presidencia, general Luiz Eduardo Ramos.
Pazuello recibió, sólo en marzo, una ganancia neta de R$ 305,4 mil. Pero entre los que han pasado o están en el gobierno militar genocida, es uno de los más modestos. El general Braga Netto, menos comedido, ganó más de R$ 926.000 en dos meses de 2020. El general Ramos no se queda atrás: acumuló la suma de R$ 731.000.
Al mismo tiempo que los altos mandos acumulan fortunas, las masas trabajadoras luchan por sobrevivir en uno de los peores escenarios de nuestra historia, el de la crisis general del capitalismo burocrático. Una cuarta parte de la población brasileña – 53,1 millones – termina el mes sin pagar todas sus facturas, en una situación de extrema pobreza. El número de miserables en dos de las principales metrópolis (Rio y São Paulo) ya llega al millón de personas, en cada una de ellas.
Semejante burla a la miseria de un pueblo trabajador no puede ser más que una alarmante señal del precipicio, al borde del cual se encuentra la sociedad brasileña, en una avanzada etapa de descomposición del sistema de explotación y opresión que rige desde hace siglos. Peor que la indecencia de los exorbitantes salarios de los altos mandos de las Fuerzas Armadas reaccionarias, es ver que los reciben para cumplir la función de cerrojo contrarrevolucionario, burocracia armada para chantajear y amenazar al pueblo y a la Nación. Cabe señalar que sus altos mandos son especialistas en proteger a las clases dominantes explotadoras y sanguinarias, a la gran burguesía y a los terratenientes, todos servidores del imperialismo, principalmente yanqui. Esta costra de privilegiados de alto rango, bajo el pretexto de la “defensa de la Patria”, sólo ha servido, como prueba nuestra historia, para aplastar con hierro, fuego y sangre todos los intentos y esfuerzos de nuestro pueblo por instaurar la verdadera democracia. Este, que nunca se ha establecido, aún está pendiente de realización y será cada vez más demandado en las calles.
Es preciso, de una vez por todas, desmascarar esa alta casta, ese baronato de generales y coroneles de dichas Fuerzas Armadas, bien con ese patriotismo y ese “espíritu cívico” milionarios que expelen a diario en los cuarteles, en los eventos palaciegos y en los desfiles bufos del 07 de septiembre. Desde lo alto de tanques y bayonetas, chantajean y amenazan, con el objetivo de movilizar a la opinión pública para que profundice la protección a la Patria e intimide al pueblo. ¡Allá arriba, señores! No eres, como nunca lo has sido, el antídoto contra la corrupción que tanto criticas y culpas de los males del país. Muy al contrario, sois tan parte de ella como guardianes de las instituciones que la promueven.
Llegará el día en que la gran revolución democrática comenzará a barrer toda esta inmundicia.