Thursday, November 10, 2022

A NOVA DEMOCRACIA BRASIL: Editorial Semanal – Fin de la 'fiesta', llega la resaca

 

REDACCIÓN AND

 09 DE NOVIEMBRE DE 2022

Editorial Semanal – Fin de la 'fiesta', llega la resaca

 

 


Foto: EVARISTO SA / AFP

 

Elegido Luiz Inácio y la transición arrancada al grito de golpe, el riesgo inmediato de ruptura institucional por parte del bolsonarismo pierde terreno, pero las amenazas continúan. Mientras tanto, los “campeones de la democracia (burguesa)”, los monopolios de la prensa, sus columnistas y los defensores del “dios mercado” vuelven a la realidad al ver la magnitud de la crisis y los desafíos para mantener el viejo orden en crisis en los próximos años. años de edad.

 

En editoriales, el mismo sinvergüenza de los monopolios de la prensa, que pregonaba la victoria del PT como una “resurrección de la democracia”, ya apunta su artillería para imponer el programa de gobierno de la derecha liberal a los electos, contando como apoyo a las propias fuerzas que desde dentro del gobierno presionaron a Luiz Inácio. La crisis que se agudizará es tal que el nuevo gobierno que aún no ha tomado posesión tiene que lidiar con el accidentado terreno político en el que ha entrado.

 

El PEC de Transición (que podría convertirse en una Medida Provisional), discutido por el equipo de transición del nuevo gobierno con el Congreso, pretende imponer un agujero fiscal de hasta R$ 200 mil millones, por encima del “techo de gasto” (cláusula pétrea del establecimiento de clases) para señalar que las promesas del nuevo gobierno se mantienen al mínimo, para que no se queme inmediatamente. Al fin y al cabo, los de arriba están todos de acuerdo con tales medidas compensatorias, ya que son una medida de ahorro para no derramar el caldo caliente de una vez por todas.

 

Es demagogia, pura y simplemente, que no se puede encubrir por completo. El nuevo gobierno tiene claro que en los próximos meses y años, o quizás los próximos cuatro años, tendrá que realizar ataques draconianos contra los derechos e intereses fundamentales de las clases populares, para poder satisfacer los sagrados intereses de las clases dominantes, especialmente un sistema imperialista en profunda crisis y para apaciguar a la derecha tradicional que lo acosa desde dentro del gobierno. De ahí que para no ser desmoralizados por las masas empobrecidas, es necesario iniciar el gobierno cumpliendo una de sus promesas. Pero no por todo ello el llamado “mercado financiero” deja de emitir ruidos -resonados por los editoriales de los monopolios de la prensa- fuerzas con las que el funcionario electo se comprometió a estabilizar las “cuentas públicas” y “atraer inversiones extranjeras” ( imperialistas).

 

Finalmente, el próximo gobierno, habiendo prometido satisfacer las demandas mínimas del pueblo, pero ya comprometido, en primer lugar, con el imperialismo, la gran burguesía y los terratenientes locales, tendrá que comportarse como un equilibrista para no caerse de las cuerdas y desmoralizarse de una vez: esta es una tarea imposible, incluso si lleva más o menos tiempo probarlo. Terminada la “fiesta de la democracia”, la falsa izquierda oportunista electoera y sus compañeros de viaje ya sienten la resaca.