COLOMBIA: ¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!
La reforma tributaria terminó por convertirse en la gota que rebosó el vaso en Colombia.
Contrario a lo que señala la prensa sátrapa como Semana, RCN y otros, la legítima respuesta que han emitido las masas en las calles de distintas ciudades de Colombia, no responde básicamente a la propuesta del gobierno de dar paso a una reforma tributaria que de haber sido aprobada iba a ahogar más en la miseria, hambre y desesperación a las grandes mayorías; la rebelión es una clara manifestación de rechazo y hastío a la crítica situación en la que sobreviven las masas; a la imposibilidad que tienen las grandes mayorías de trabajadores asalariados de cargar a cuestas la bancarrota del viejo Estado y de la imposibilidad que tienen las clases dominantes de seguir detentando el Poder y gobernando el país como lo han venido haciendo por cientos de años.
Si cabe un análisis más profundo, las condiciones objetivas para hacer la revolución en Colombia han madurado desde hace 60 años, y es, precisamente, ese mismo número de años que el revisionismo, sea este armado o no, quienes se han convertido en la principal traba para que el proletariado pueda consolidar la construcción de un verdadero partido comunista, del frente y ejército popular que asuman las tareas de organizar y dirigir la transformación radical del viejo estado y la brega por la conquista del Poder.
Y es que el levantamiento de campesinos, obreros y masas en general lo dicen todo; nos señalan de la fuerza y voluntad que tiene un pueblo forjado en la lucha; de sus fortalezas, de sus aciertos, de cuán maduras están las condiciones objetivas para desatar la revolución; pero también nos señala las debilidades, de todo aquello que hace falta para revolucionar las masas con base a la organización, programa, medios y mecanismos correctos.
Gran parte del movimiento sindical, en buena hora divorciado de sus dirigentes -mamertos y de otra laya- ha dado una lección de lucha, y no solo eso, de dirección del actual proceso. Las masas populares se han levantado espontáneamente y las organizaciones campesinas e indígenas han puesto su cuota de lucha y de sangre. Mientras tanto, la dirigencia del revisionismo armado tiene secuestrados a miles de guerrilleros, hombres y mujeres del pueblo que con toda seguridad quieren combatir del lado de las masas y con mejor proyección con relación a lo que sus comandantes les pueden ofrecer. Una guerrilla emboscada por una comandancia oportunista, revisionista; totalmente ajena al quehacer revolucionario de la clase y del pueblo; una dirigencia cómoda, con fuerzas enmontañadas donde viven sus propias luchas, danzan con sus propios demonios: disputas territoriales, liderazgo, cualquier cosa, menos responder a la demanda organizativa y combativa de las masas, quienes en los hechos gritan al mundo que su lucha, es justa, que la rebelión, se justifica; que los gobernantes no pueden ir más, que el viejo Estado debe ser destruido; que las armas, deben estar en las manos de las masas organizadas en el ejército popular; que hay que fomentar una nueva dirección política e ideológica del rumbo; que hay que organizar y canalizar el hambre y la miseria como dinamizador de la ira que desborda, de la sangre que tirita sin una roja bandera que la cobije, pero que se da modos de atizar la firme voluntad de quienes están dispuestos a realizar el sacrificio supremo por la revolución.
Cerca de medio centenar de muertos; cientos de heridos y miles de encarcelados. Muchos han sido asesinados vilmente en una confrontación desproporcionada; tanquetas, helicópteros y otros pertrechos contra escudos de latón o madera; fusiles contra piedras. Nos recuerda la resistencia del pueblo Palestino, y también nos recuerda que aún en esas condiciones es posible ¡combatir y resistir!
FFAA, policías, paramilitares e inclusive burgueses armados haciendo lo que cualquier clase debe hacer para defender sus intereses. Y no es que justifiquemos que estos miserables salgan armados a disparar a las masas, ¡no!, es que entendemos debe ser así; porque también entendemos que la clase, el proletariado y demás clases explotadas también deben hacer lo mismo, hacerse de las armas, recuperar y conquistar armas para combatir a la reacción y a sus instrumentos de muerte. El Poder se conquista con las armas; el Poder se defiende con las armas (Mariátegui). A su tiempo la burguesía y grandes terratenientes hicieron lo mismo, conquistaron el Poder con las armas, hoy lo defienden de la misma manera; ¿acaso no es el turno de que el proletariado, el campesinado pobre y sus aliados haga lo mismo?
Hay que fomentar la organización, la movilización de las masas; hay que organizar las marchas, los bloqueos, el levantamiento de las mayorías; pero también hay que descartar los desfiles pacíficos repartiendo flores y sánduches a nuestros verdugos; no incurrir en ese falso abrazo entre víctimas y verdugos; dejar de lado los mimos y comparsas que lo único que hacen es desmovilizar las luchas, desnaturalizar sus propósitos, quitarle ese nervio fundamental, ese empuje que lo permite y lo logra todo, el odio de clase.
En las entrañas de la clase obrera, del campesinado pobre ya se organizan contingentes acerados con la ideología correcta y todopoderosa: el maoísmo. Y sabemos que en Colombia, como en cualquier otro país, no es una tarea fácil; hay que erigirse en medio de lucha en contra del viejo Estado y sus instituciones, en contra de la reacción, paramilitarismo y demás; pero también en contra del revisionismo y del oportunismo, así ha sido siempre. Estos enemigos entorpecen o dificultan la tarea, pero no van ni pueden detener la creación y desarrollo de nuevos destacamentos de combatientes populares cobijados por la ideología correcta, el marxismo-leninismo-maoísmo, y solo esto, tener la ideología correcta, determinará que este esfuerzo vital de las masas, estas grandes jornadas de lucha que enorgullecen al proletariado internacional transiten por el camino correcto.
El Frente de Defensa de las Luchas del Pueblo del Ecuador se solidariza una vez más con la decidida y ejemplar lucha que emprende el proletariado, campesinado pobre y demás masas explotadas en Colombia.
Expresamos nuestro profundo dolor y solidaridad con los familiares y compañeros de los combatientes que han caído bajo fuego enemigo en estas grandes jornadas. Exigimos del régimen narco paramilitar de Duque, cese inmediatamente la represión al pueblo.
Latinoamérica es tierra de tempestades; las masas se encabritan, luchan; los combatientes se pertrechan con la línea ideológica correcta, el marxismo-leninismo –maoísmo, esa es la garantía de imprimir objetividad a las luchas y dar justo valor a la sangre derramada de nuestros mártires; ahí está la garantía del triunfo y la conquista del Poder.
¡VIVA LA REBELIÓN DE LAS MASAS EN COLOMBIA!
¡MUERTE AL IMPERIALISMO, MUERTE A LA REACCIÓN!
¡SI NO LUCHAMOS EN CONTRA DEL REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO!
¡LOS MÁRTIRES DE LA REBELIÓN EN COLOMBIA VIVIRÁN EN LOS CORAZONES DE LA CLASE Y DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO!
¡NI PERDÓN NI OLVIDO PARA LOS VERDUGOS DEL PUEBLO!
¡NI PERDÓN NI OLVIDO PARA LOS TRAIDORES!