El último domingo se realizó el balotaje para determinar quien, de los
dos candidatos más votados en la primera vuelta de las elecciones generales en el
Uruguay, sería el ganador de la nueva edición de la farsa electoral para elegir
presidente de la república. Resultó elegido el opositor Yamandú Orsi del
Frente Amplio (FA), y Álvaro Delgado (Partido
Nacional), que remplazará en el cargo al atual mandatario Luis Lacalle Pou del
Partido Nacional.El cambio tendrá lugar
el 1° de marzo. Lacalle Pou expresó la misma mañana electoral su intención
de que quien fuera presidente electo lo acompañara durante la cumbre del
Mercosur, el 5 y 6 de diciembre, de la que Uruguay es anfitrión. Solo 11
días después de los comicios.
Consultado sobre los desafíos a nivel de diplomacia, señaló que “los desafíos
primero son internos, la situación de infancia, adolescencia, problemas de
seguridad. Son los desafíos que estuvieron presentes en toda la campaña,
en todos los elencos; y con respecto a la región, yo soy profundamente
integracionista, en un mundo que se cierra más aún tenés que tener un buen
vínculo con la región, porque hoy en un mes te puede cambiar todo, el mundo
está sentado sobre un polvorín”.
Es decir, en el debate electoral y en los planes del nuevo gobierno no figuran
los grandes problemas del país, ni por asomo.
El nuevo gobierno del FA, será un gobierno continuista
como parte del turnismo en el cargo, entre representantes de la facción
compradora y la burocrática de la gran burguesía de este país. Sociedad
semicolonial y semifeudal sobre la cual se desarrolla un capitalismo
burocrático al servicio del imperialismo principalmente yanqui. El Presidente
de la repúblic a es el cabeza del Estado uruguayo, Estado
terrateniente-burocrático al servicio el imperialismo.
Como han informado los medios sobre el futuro gabinete y como ha dicho el mismo
Orsi: „ hay que sentarse en clave de equilibrios políticos, de perfil y
fortaleza técnica”.
Lo anterior, indica que, por falta de una mayoría
parlamentaria, el nuevo gobierno no será un gobierno estable, sino pendiente
del cabildeo con los partidos de la oposición. Que tal como fue con el gobierno
de su predecesor de la facción compradora de la gran burguesía uruguaya
(Lacalle del FN), que remplazó al gobierno anterior del Frenta Amplio (FA), no
habrá grande diferencias salvo cierto sesgo hacia la intervención del Estado en
la economía pero con la consabida receta fondomonetarista de disciplina
macroeconómica y apertura económica -a la inversión extranjera y a las
importaciones-. Así, ni pensar en débiles políticas de fomento a la industria,
lo que ha hecho del Uruguay uno de los países más caros del mund.Menons de
abordar el problema de la tierra, uno de los más injustos de América Latina con
una de las más elevadas concentración de la tierra en manos de los grandes
terratenientes, como lo indica el indice Gini 0,84.
El nombramiento como futuro ministro de
Economía y hombre fuerte de su campaña electoral dice mucho sobre el carácter dubitativo
de este nuevo gobierno de la facción burócratica, que los medios reaccionarios
llaman de “izquierda“. Citamos:
“Por ahora su
elenco tiene un solo miembro confirmado: Gabriel Oddone, un respetado
economista que viene del sector privado y a quien ha llamado a conducir el
Ministerio de Economía y Finanzas. Cuando lo presentó, hace tres meses, en
plena campaña, el sector más radicalizado del Frente Amplio (minoritario)
protestó por considerarlo demasiado al centro, pero esas quejas cayeron en saco
roto“.
Según sus propias definiciones, Orsi, que lidera la
mayoría moderada del Frente Amplio, sostendrá junto con Oddone los lineamientos
de la gestión actual en materia de orden macroeconómico, reglas claras
para los inversores y apertura al exterior. De hecho la misma fórmula que
el Frente Amplio sostuvo en sus 15 años de gobierno“.
Lo transcrito en el párrafo anterior no deja ningún lugar a dudas sobre el caracter del
nuevo gobierno del Frente Amplio, que será del mismo cuño del de “Pepe“ Mujica
y Tabaré Vázquez, esto es, seguidor de las recetas de politica económica de las
instituciones imperialistas internacionales como el Fondo Monetario
Internacional, Bnaco Mundial, CEPAL, BID, etc. , en servicio del imperialismo
pricipalmente yanqui, que para justificar la venta del país al imperialismo
reparte como “política social” las migajas que los imperialistas dejan de la
explotación del país.
Sobre las bondades del sistema con respecto a "distribución de
ingresos" y los "bajos niveles de desigualdad", de que hablan
los del FA en su mismo discuro electoral, son solo palabras, que chocan abruptamente
con la realidad del carácter de la misma sociedad uruguaya. Pues no es problema
de cambio de gobierno sino de la vieja sociedad que está en crisis general
lista para ser barrida por la guerra popular. Leamos:
"Durante el debate presidencial de la semana pasada, Orsi dijo que el
Frente Amplio tiene un compromiso con la estabilidad, que pasa por
el “equilibrio macroeconómico y las certezas que todo gobierno debe
dar”. Y agregó que hay que hacer énfasis en la “distribución del ingreso”.
Su ministro designado había explicado días antes, en
una muy comentada entrevista de televisión, su visión del desarrollo del
país, para saber qué se podía esperar de su eventual conducción de la
economía nacional.
“No hay ningún país en el mundo, próspero, que tenga altos niveles de
desigualdad. El éxito de las sociedades en el mundo son sociedades que
generan recursos suficientes y que a su vez cohesionan a la sociedad con bajos
niveles de desigualdad. Esa es la clave y eso Uruguay lo tiene en su
matriz, y eso requiere políticas activas de empleo y políticas de distribución
del ingreso activas”, señaló.
“Es el menú de políticas que el Frente Amplio va a
poner sobre la mesa, porque creemos firmemente que hay una combinación, un
equilibrio entre el estímulo al crecimiento, el estímulo a la innovación, el
estímulo a que los empresarios asuman riesgos y tengan retornos atractivos
por esos riesgos, pero al mismo tiempo que eso se distribuya de manera
equitativa, no esperar a que derrame”, agregó en su conversación con
Nicolás Núñez.
Según explicó a LA NACION (de Argentina) el economista Aldo Lema, “el mayor
desafío será subir el crecimiento económico en un contexto externo que se
proyecta muy complejo. Inicialmente podrá haber cierto viento a favor por
la reactivación y el encarecimiento en dólares de Argentina. Pero desde el
entorno extrarregional el viento sería en contra por bajo crecimiento mundial,
condiciones financieras aún restrictivas, fortaleza global del dólar y las
consecuencias del gobierno de Trump”.
El economista Ignacio Munyo dijo por su parte que ya no había margen para
aumentar el gasto. “Para mí las prioridades absolutas son la competitividad y
la reorientación del gasto sin aumento, focalizar en las prioridades que
están establecidas en el compromiso que asumió el candidato que ganó. Por
ejemplo, en pobreza infantil que es muy alta en Uruguay, en más inversiones de
seguridad, que es todo un tema, más inversiones en salud, en educación,
investigación y desarrollo”, señaló.
Sobre el futuro ministro, dijo que “ha trabajado mucho como consultor con el
sector privado, entiende las restricciones, entiende los problemas de
competitividad, eso es bueno porque es alguien que entiende dónde está
parado el Uruguay y qué necesita para poder crecer. Va a tener que
remangarse y llevar a la práctica lo que ha escrito y dicho en centenares de
conferencias”.
Durante los tres gobiernos anteriores del FA la IED, es decir la inversión
imperialista,"llegó a triplicar sus valores históricos"
Cuando el candidato y el futuro ministro de economía hablan de productividad y
competividad se refieren al viejo camino burocrático al servicio del
imperialismo, como ellos mismos lo confiesan, cuando en una nota períodstica en
La Diaria Uruguay, Cambios y continuidades en la estructura productiva uruguaya
tras 15 años de gobiernos de izquierda, 22 de marzo de 2021, Fernando Isabella,
se refieren a sus 15 anos de gobierno anteriores:
"El crecimiento de la productividad se observa también con especial
énfasis en algunas producciones agropecuarias, que dejan claramente atrás el
estancamiento que caracterizó a este sector durante la mayor parte del siglo
pasado. En particular el crecimiento de la productividad es especialmente
intenso en las cadenas agroexportadoras competitivas, las que, a la vez que se
desarrollan, reducen su generación de empleo. También se observan saltos de
productividad en los servicios, cuyo crecimiento general es impulsado por las
actividades más innovadoras, como las telecomunicaciones y la informática (...)
El contexto, la inserción internacional y la
estructura productiva
Todo este proceso descrito fue posible en el marco de un contexto internacional
especialmente favorable para Uruguay, con altos precios de los principales
productos de exportación e importantes flujos de inversión extranjera directa.
Sin embargo, una mirada detallada a la estructura productiva y a las
características de la inserción internacional de nuestra economía no detecta
evidencia clara en el sentido de una transformación estructural que
realimentara el ciclo anteriormente descrito, mediante impulsos de crecimiento
endógeno, que generara bases firmes para la continuidad del proceso y que
ampliara los márgenes de autonomía económica respecto de los ciclos
internacionales. Especialmente, es clara la dependencia respecto de los precios
de los pocos productos de base primaria en los que el país asienta su inserción
internacional.
Aunque importante, la única excepción en materia de transformación en la
inserción internacional se encuentra en los servicios no tradicionales, que nuclean
variadas actividades de sofisticación relativamente alta y peso creciente en la
canasta de exportaciones del país. En materia de bienes, si bien se observan
cambios en la canasta de exportaciones, esta sigue centrada en actividades
fuertemente asociadas a la dotación de recursos naturales del país, con la
histórica presencia de la carne, el surgimiento de los productos de la
agricultura, la madera y la celulosa y cierto crecimiento de los lácteos;
productos que en general, con la excepción de la carne, siguen mostrando escasa
diferenciación y baja sofisticación.
Asimismo, se observa que la tradicional restricción
externa que ha caracterizado a la mayoría de las economías de América Latina,
entre ellas a Uruguay, sigue estando activa. Así, el crecimiento económico
sostenido desemboca en déficits persistentes y relevantes de cuenta corriente,
lo que pone en cuestión la sostenibilidad del crecimiento en el largo plazo y
genera vulnerabilidad ante la reversión de los flujos financieros
internacionales. Esto tiene sus raíces en profundas causas estructurales
asociadas a la inserción externa de la economía uruguaya, a su papel como
proveedor de commodities con escasa elaboración y a la consecuente
composición sectorial de la estructura económica nacional, su baja intensidad
tecnológica y su especialización en actividades que muestran baja elasticidad
de ingreso de la demanda; es decir, cuya demanda no acompaña el crecimiento de
los ingresos de las personas, que tiende a concentrarse progresivamente en
bienes y servicios de mayor nivel tecnológico o cultural.
(...)
Por otra parte, el proceso observado en la industria manufacturera señala una
continuidad de un proceso de largo plazo de especialización en el procesamiento
de materias primas nacionales en el sentido de las ventajas comparativas
estáticas. En particular, son tres las ramas que explican el crecimiento del
sector: alimentos, celulosa y papel, y madera y productos de madera.
(...) Incluso, en varias de las ramas que se expanden, se observa una tendencia
a la reversión del proceso de agregado de valor, ya que las exportaciones se
concentran en eslabones cada vez más primarios. De esta manera, la industria
manufacturera, lejos de ser un motor de desarrollo y diversificación
productiva, ha actuado de forma reactiva, en una especie de reespecialización
primario-dependiente. Las únicas excepciones relevantes en este sentido
parecerían ser las ramas química y farmacéutica, que han logrado mantener su
participación en el valor agregado industrial".
Pero, ellos mismos como propagandizadores de los 15 años de gobierno del FA no
se sienten muy a gusto, con que el FA, haya impulsado la explotación
imperialista remota de la fuerza de trabajo a la irlandesa o mejor como en la
India, cuando en tono quejumbroso y buscando alivio escriben:
"A la pasada se mencionó el principal destello de transformación
estructural observado; los servicios no tradicionales. Estos servicios
abarcan una gran variedad de actividades, algunas altamente sofisticadas y
otras no tanto, pero que han mostrado un importante dinamismo exportador y de
empleo, particularmente de alta capacitación. Actividades como informática,
servicios profesionales y técnicos, servicios financieros, logística, servicios
administrativos y de back office en general, cuya lógica de
funcionamiento se asocia a las tendencias globales más recientes a la
deslocalización de actividades. Impulsadas por los avances en las
tecnologías de la información y las comunicaciones, se realizan desde aquí
tareas que son parte de los procesos internos de empresas situadas en distintas
regiones del mundo, principalmente Estados Unidos. Si bien las fuentes
estadísticas más usuales no permiten apreciar adecuadamente estas actividades,
pueden aproximarse a través de la rama “servicios prestados a empresas”, que,
sin embargo, aparecen agregadas con otras actividades tradicionales de muy baja
sofisticación. Pero analizando el nivel educativo de trabajadores y
trabajadoras que se desempeñan en la rama, se puede observar una tendencia
firme al crecimiento de las actividades más sofisticadas en un sector que, en
su conjunto, da cuenta de aproximadamente 120.000 empleos. Es una cifra nada
despreciable".
Eso es el presente de opresión y explotación por el iperialismo, el capitalismo
burocrático y la semifeudalidad a que sirve el Frente Amplio con su programa de
carácter terrateniente-burocrático de la fracción burocrática de la gran burguesia uruguaya al
servicio el iperialismo, no es ninguna perspectiva de futuro para el
proletariado y el pueblo del Uruguay. Que tiene la tarea pendiente y atrasada
de reconstituir su Partido Comunista como paratido marxista-leninista-maooista
militarizado para iniciar la guerra porpular y dirigirla para llevar la
evolución democrática hasta su culminación y pasar de inmediato y si interrupción alguna a la revolución
socialista.
ALGUNAS NOTAS SOBRE EL PROBLEMA DE LA TIERRA EN EL URUGUAY
En Brasil, el número de explotaciones disminuyó 10,7% entre 1985 y 2006. En Argentina también se reduce el número de explotaciones en 20,8% entre 1988 y 2002. Chile también registra una disminución de 6,4% en el número de explotaciones entre 1997 y 2007. En Uruguay, la reducción es de 21,4% en el periodo 2000-2011. Las disminuciones experimentadas en estos últimos países han sido principalmente en las explotaciones de tamaño pequeño, lo que significa que esta tendencia a la disminución podría concentrarse en el rango de la agricultura familiar, a favor de las explotaciones de tamaño mediano y grande (Díaz-Bonilla, Saini, Creamer, & Henry, 2013).
Especialmente llamativos son los valores y la tendencia del índice de concentración de tierra para algunos países (v. última columna de la tabla 1). En general, todos los valores del coeficiente son muy altos, lo que muestra la gran concentración de la tierra (de hecho, 12 países de los 23 con información completa presentan valores del índice de Gini iguales o superiores a 0,8; 1,0 significa un grado de concentración total). Entre los países que registran una tendencia a incrementar el índice, todos tienen valores superiores a 0,8. (Estructura y tenencia de la tierra agrícola en América Latina y el Caribe Germán Escobar Marzo 2016)
El año 2023 estuvo marcado por una crisis hídrica histórica que afectó el abastecimiento del agua potable del 60% de la población (en la zona metropolitana) y de una sequía en todo el territorio nacional cuyos antecedentes registrados se remontan a más de 70 años. La crisis del agua (reveló) además del acaparamiento de tierras (...) se vive en Uruguay un acaparamiento del agua por parte de grandes empresas que, durante la crisis hídrica, siguieron utilizando volúmenes magníficos, incluso aumentando las ventas y ganancias del agua embotellada, pero también desarrollando proyectos de inversión extranjera directa en base a la explotación de recursos hídricos. Mientras que para algunos especialistas el “éxodo rural” es un “mito demográfico”
En Uruguay (Calvo, 2020), para poder correlacionar el acaparamiento de tierras con
el despoblamiento de la campaña, los Censos Generales Agropecuarios (en adelante
CGA) del Ministerio de Ganadería y Pesca (MGAP) son de las pocas bases de datos
que permiten generar mayor evidencia.
El último CGA se publicó en el
año 2011. Con la intención de mantener una
frecuencia de 10 años se aplicó en 2022 y 2023 sin lograr alcanzar el universo de
establecimientos agropecuarios comprendidos, lo que genera dificultades para
constituir información actualizada sobre las ruralidades y los cambios a nivel
agropecuario.
La denominación de la población rural, y por tanto de las territorialidades
rurales en el Uruguay, plantean desafíos tanto para la política pública como
para la academia. En el plano académico, la diversidad de acepciones responde a
la falta de consenso sobre su naturaleza. Durante el siglo XX, conviven
posturas proponentes de una dicotomía entre lo urbano y lo rural (Solari,
1958), así como una coincidencia entre lo rural y lo agropecuario, mientras
refieren a un continuo gradiente urbano-rural (Sorokin y Zimmerman, 1929).
Debates recientes retoman esta discusión, y proponen la necesaria
actualización, contemplando la ruptura entre lo rural y lo agropecuario, por lo
que señalan la conveniencia de integrar en la definición de la población rural
criterios de residencia y de ocupación (Piñeiro, 2001; Mascheroni y Riella,
2010).
En términos más estructurales, el acceso al territorio y a la tierra en
Uruguay, está vinculado principalmente a dos formas de propiedad: pública y privada.(...)
la figura de las sociedades anónimas (Leyes 16.060 de 1989 y 18.461) de 2009)
ha impedido dimensionar la extranjerización de la tierra, la que sí se registra
en el CGA cuando sus titulares son personas físicas. Esto lleva a que un 40% de
la tierra productiva, que está en manos de sociedades con contrato
(principalmente sociedades anónimas), pueden estar encubriendo fenómenos de
extranjerización.
(...)
A nivel de estadística socioeconómica aplicada, quizás la producción agropecuaria
familiar sea la que cuente con un mayor grado de datos estandarizados en base
al Registro de la Producción Familiar dependiente de la Dirección General de
Desarrollo Rural del MGAP para dar cuenta de la demanda de los sujetos
colectivos autoidentificados como productores familiares(…) Por otra parte, los
asalariados rurales cuentan con información actualizada del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social, de las estadísticas de la ECH del INE, de la
información del CGA aportada por el titular del establecimiento que constituyen
una base para generar políticas públicas.
(...)
Con respecto a la ascendencia étnica de pescadores artesanales, trabajadores rurales
y productores familiares sería deseable generar una identificación de la
población rural con ascendencia principal afro e indígena, a efecto de ajustar
la intervención del Estado para la promoción de sus derechos. En Uruguay, no
solo no existen políticas afirmativas de acceso a la tierra y el territorio de
afrodescendientes ni descendientes de pueblos originarios, sino que tampoco hay
una cuantificación de su participación como titulares de establecimientos
agropecuarios, embarcaciones artesanales, ni permisos de pesca.
Por otra parte, (...) el debate sobre la “demanda real” de tierras se
reduce al ajuste que la evaluación técnica (…)
(...)dada la escasez de la tierra (...)
la cuantificación de la
demanda de tierras requiere desagregar".
Y, en el mimo INFORME sobre el Uruguay consigna lo siguiente:
En Uruguay, la crisis hídrica y la escasez de agua, exacerbada por el avance de
los monocultivos comerciales y el modelo extractivista, ha generado una profunda
crisis ambiental y social en las zonas rurales. La mercantilización de tierras
públicas y la extranjerización de grandes extensiones, principalmente por
empresas forestales multinacionales, han desplazado a muchas comunidades
rurales, afectando tanto su acceso a recursos como su forma de vida.
A pesar de estas dificultades, las organizaciones
campesinas y colectividades locales continúan luchando (...) las comuni-dades
rurales buscan preservar sus modos de vida, defendiendo el agua, la tierra y su
derecho a existir en los territorios rurales”.
Es un hecho importante, sobre el desarrollo del capitalismo burocrático en la
agricultura uruguaya sobre la base semifeudal y semicolonial y las estadísticas
oficiales (los censos agropecuarios)
para determinar el peso del campesinado en dicho país, se dan problemas
similares que en el rsto de países de América Latina como hemos visto más
arriba del Informe, cuyos autores son: Pablo Díaz Estévez y Verónica Núñez
Scorza investigadores del Observatorio de Política de Tierra del Núcleo de
Estudios Rurales del Centro Universitario Región Noreste de la Universidad de
la República - CENUR, Uruguay. https://nucleodeestudiosrurales.wordpress.com/