Friday, January 24, 2025

NOTAS Y MATERIALES SOBRE EL PERÚ CONTEMPORÁNEO (III, continuación d. Anexos I, 2 )


Continuando con nuestras NOTAS Y MATERIALES SOBRE EL PERÚ CONTEMPORÁNEO (III, continuación d. Anexos I, 2 ), como anexos a manera de anexos consignamos lo siguiente:

 

 I

 

2. El capitalismo burocrático y el proceso agrario en el Perú

 

El capitalismo burocrático como el capitalismo que se desarrolla en las naciones oprimidas por el imperialismo y sustentadas en una base feudal o semifeudal.  no se puede entender nuestro país, el Perú, si no entendemos esas raíces, esas subsistencias semifeudales.

Debemos tener presente también que, como lo enseña la historia del mundo, las bases agrícolas, las bases agrarias, las relaciones de producción agraria y particularmente, pues, las relaciones feudales y cerradas de producción tiñen absolutamente todo el sistema desde sus raíces más hondas hasta sus partes más altas y más sutiles. Esto quiere decir, que esas relaciones de producción agrarias son la base del desarrollo de las demás relaciones sociales de producción, como se puede leer de la cita de Lenin.

Cuál es "una de las causas por las que en países en que predomina la propiedad parcelaria, el trigo se cotice a precio más bajo que en los países en que impera el régimen capitalista de producción"? (El Capital, t. III2a, 340). La causa es que el campesino entrega gratuitamente a la sociedad (es decir, a la clase capitalista) una parte del plusproducto. "Estos bajos precios [del trigo y los demás productos agrícolas] son, pues, un resultado de la pobreza de los productores y no, ni mucho menos, consecuencia de la productividad de su trabajo" (El Capital, t. III2a, 340)” (Lenin, Carlos Marx).

 

 

En Voz Popular Nro. 5, 1976, pág. XIV: “¿Cómo comprender el capitalismo burocrático en nuestro país”, ¿cómo comprender el proceso agrario en nuestro país?”.

 

Aquí está planteada la tesis de Lenin sobre las dos formas que puede desenvolver el capitalismo en el campo:

 

“El desarrollo en un país ca­pitalista puede asumir dos formas: primero, los latifundios subsisten y se convierten paulatinamente en base de la explotación capitalista de la tierra es el tipo prusiano de capitalismo agrario en el cual el junker es el dueño de la situación, se mantiene durante decenios su predominio político, y la agresión, la humillación, la miseria y la ignorancia del campesino; el desarrollo de las fuerzas productivas avanza con gran lentitud. La segunda forma, la revolución barre la propiedad agraria terrateniente, el agricultor libre en la tierra libre, es decir, limpio de todas las trabas medievales, se convierte en base de la agricultura ca­pitalista, es el tipo norteamericano de capitalismo agrario. Es el más rápido desarrollo de las fuerzas productivas en las condiciones más favorables para la masa y el pueblo dentro de los marcos del capita­lismo”.

 

 Tener en cuenta que esto Lenin lo hizo analizando situaciones concretas que se expresaron en Alemania; vio que allí se daba ese camino evolutivo, los latifundios subsisten y se convierten paulatina­mente en base de la explotación capitalista de la tierra; es evolutivo, no destruye el sistema feudal, es el que cuesta más sacrificio, más es­fuerzo, más dolor, más sangre, es un despellejamiento del campesinado a través de esa mantención evolutiva de las taras medievales.

 

 Frente a ese camino, el camino norteamericano, el que se expresó en el siglo pasado, es el que llamaba también el camino de los “farmers”, barre la propiedad agraria terrateniente; se dio plenamente ligado y derivado de la guerra civil (norteamericana) que permitió su expansión amplia. Mientras haya lastres medievales no se puede hablar de campesino libre.

 

Lo que en el Perú se desarrolla es un capitalismo burocrático y lo que se desarrolla en el campo es el proceso de evolución de la semifeudalidad, en tanto que el camino americano es el que desarrolla la revolución democrática, la que nosotros conducimos a través de la guerra popular bajo dirección del Partido Comunista. Son situaciones peculiares, distintas, concretas de la época en que nos desenvolvemos. Ambos caminos han sufrido modificaciones, concreciones por el correr del proceso histórico, ¿cuál es la esencia de esos dos caminos? se dan esos caminos en las circunstancias concretas donde ya tenemos impe­rialismo, que ya tiene un siglo de desenvolvimiento y que somos una nación oprimida que tiene sus peculiaridades”.

 

Lenin: “En realidad en la revolución rusa no se lucha por la ‘socialización’ y otras estupideces de los populistas”. Populista no es sino la ideología pequeño burguesa. Prosigue Lenin: “sirvió para determinar qué camino habrá de seguir el desarrollo capitalista de Rusia ¿el prusiano o el norteamericano?; sin comprender esta base económica de la revolución es imposible comprender nada respecto al programa agrario”. Por eso es que no entienden el capita­lismo burocrático, no entienden la evolución de la semifeudalidad por posiciones ideológicas pequeño burguesas.

 

Prosigue Lenin: “Todos los cadetes, partidarios de la gran bur­guesía hacían esfuerzos sobrehumanos para esconder la esencia de la revolución agraria. Los cadetes confunden, concilian las dos líneas fundamentales de los programas agrarios en la revolución”; confun­den, concilian ambos caminos, lo reducen a uno, los complementan como si fueran lo mismo, cuando son dos elementos contradictorios.

 

Prosigue Lenin, “en el periodo de 1861 a 1905 se manifestaron en Rusia los dos tipos de evolución agraria capitalista: el prusiano, desarrollo gradual de la hacienda terrateniente en dirección al capitalismo y el norteamericano, diferenciación del campesinado y rápido desarrollo de las fuerzas productivas”.

 

Comentando la cita anterior, dice el Presidente: Eso es lo que estamos viendo aquí, salvando distancias, por condiciones históricas y considerando el capitalismo burocrático, nosotros con la revolución democrática abrimos campo al desarrollo capitalista en el campo, de ahí que debemos tener en cuenta cómo manejar ese proceso para que desde la base misma que es el agro no se desenfrene un proceso capitalista que nos impida desarrollar la segunda etapa de la revolución. Abrimos campo pero no vamos a dejar que la revolución se despeñe por un camino capitalista que al fin y al cabo sería una restauración y retorno al dominio del imperialismo.

 

Pero esto no es todo, Lenin establece una relación entre estos dos caminos económicos y dos caminos políticos, dice:

 

 “El verdadero problema histórico planteado por el desarrollo social objetivo histórico es esto: evolución agraria de tipo prusiano o de tipo norteamericano, monarquía terrateniente cubierta con la hoja de parra del pseudo cons­titucionalismo o república campesina de agricultores; cerrar los ojos ante semejante planteamientos objetivos del problema por la historia significa engañarse a sí mismo y engañar a los demás, eludir de manera pequeño burguesa la aguda lucha de clases y el planteamiento tajante, sencillo y decidido del problema de la revolución democrática”.

 

 El camino terrateniente es el camino del capitalismo burocrático y lleva a la vieja República Peruana, a defenderla y sostenerla. El camino cam­pesino es el camino de la revolución democrática y lleva a la República Popular del Perú, no ver esta diferencia política significa engañarse a sí mismo y engañar a los demás, es eludir a la manera pequeño burguesa el problema de la revolución democrática.

 


Dice Lenin: “No podemos desembarazarnos del Estado burgués, sólo los pequeño burgueses pueden soñar semejante cosa: nuestra revo­lución es burguesa precisamente porque en ella se libra lucha no entre el socialismo y el capitalismo sino entre las dos formas de capitalismo, entre dos caminos de desarrollo, entre dos formas de las instituciones democrático burgueses”.

 

 La revolución es democrática pero aquí hay dos caminos como dijeran la VI y la VII Sesiones del Comité Central el año 76, el camino capitalista burocrático y el camino democrático. El segundo, en cuanto al campo se refiere, implica barrer todo rastro de semifeudalidad, barrer con los terratenientes y con la gran burguesía que tiene poder sobre el agro, sea explotándolo de la forma que fue­re, así como el dominio de la acción imperialista. Como contraparte nosotros apoyamos y defendemos los intereses del campesinado, nos basamos en el campesinado pobre, apoyamos al medio y neutralizamos al rico; esto tratándose del problema campesino, pero la revolución democrática nos plantea barrer las tres montañas: la semifeudalidad, el capitalismo burocrático y el imperialismo; y la base de esa revolución es la semifeudalidad que tenemos que barrer, sí pero ésa es parte de las otras tres montañas, no las podemos desligar, las tres, forman una unidad.

 

Es muy bueno ver el problema agrario, porque la cuestión campesi­na es problema básico de la revolución democrática; pero considerémoslas siempre dentro de todo lo que implica la revolución democrática, derrumbamiento de las tres montañas, lo cual exige guerra popular, derrumbar el viejo Estado y hacer la República Popular del Perú. Esta gran tesis de Lenin es básica para comprender el programa agrario dentro de la revolución democrático-nacional. Hay quienes consideran que estos dos caminos ya no son válidos, gran error que sólo sirve para encubrir apoyo a las medidas agrarias del camino terrateniente.

 

Dice el documento: “Se desarrolla bajo nuevas condiciones, el capitalismo burocrático... usa formas cooperativas y asociativas en general”. Hoy ese camino terrateniente, burocrático, evolutivo de la semifeudalidad se está desenvolviendo pero se especifica de otra manera, ya no se trata de cooperativas, ni de formas asociativas en general; debemos investigar nosotros mismos nuevamente y definir mejor nuestras políticas para manejar al proceso actual.

 


Prosigue el documento y dice que el camino campesino ha sido extraordinariamente desarrollado por el Presidente Mao Tsetung y que la consigna “Tierra para quien la trabaja” sigue siendo válida, plena­mente válida, es una consigna que directamente sigue implicando la destrucción cabal y completa de todas las relaciones semifeudales de explotación y sirve a todos los conformantes del pueblo porque también tiene interés el proletariado, la pequeña burguesía hasta la burguesía nacional; las especificaciones tienen que verse con lo que hoy nos estamos planteando, con las circunstancias concretas del 90, con los planes de la reacción.

 

Dice el documento: “Mariátegui planteó que en el Perú se seguía el camino de los terratenientes, lo podemos ver en la parte final de los Siete Ensayos...”

 

Prosigue el documento: “Éste es el camino que se ha seguido en el Perú, como Mariátegui lo demostró, camino que se impulsó en los años 20 y que se profundiza desde el año 50, especialmente en la década del 60. (En esa década se dio la ley de bases de Pérez Godoy; en el 64 se dio la 15237 de Belaúnde; y, la llamada de “reforma agraria”, la 17716, de Velasco, el 69). Se dieron tres leyes agrarias caracterizadas por restricciones y limitaciones de la propiedad feudal, expropiación de la tierra y ejecución por el aparato burocrático del Estado. No podríamos decir, pues, que es igual la propiedad feudal hoy de la que había antes de las tres leyes agrarias. Dice: “En síntesis, como no podía ser de otra manera, este régimen como los anteriores desarrolla en nuestro país el viejo camino terrateniente, sólo que va acompañado de cooperativas, Sais y empresas asociativas de propiedad social”. Esto correspondía al año 76 y si bien es correcto y rige hoy día, necesitamos especificar cómo se están dando los dos caminos en el campo.

 

El camino terrateniente, burocrático, que evoluciona la feudalidad, que lleva el capitalismo burocrático al campo; y el camino democrático, campesino, que se desenvuelve como contraparte al anterior y que nosotros con la guerra popular, dirigiendo la revolución democrática lo estamos llevando adelante destruyendo las relaciones semifeudales y abriendo nuevas relaciones sociales; camino campesino que puede ser acoplado al orden viejo si no se desarrolla la revolución. Insistimos, el problema de la tierra sigue siendo el problema básico de la revolución democrática y siempre hay que preocuparse de él, ver cómo se están especificando los planes, las políticas de la reacción, cómo nosotros estamos imprimiendo cambios en la base semifeudal de la sociedad peruana. Necesitamos enjuiciar correctamente ese proceso de parcelación, el despojo de tie­rras, la titulación, la propiedad de la tierra, ¿cuáles son los resultados de su llamada reforma agraria, qué plantean los intelectuales, qué los revisionistas y oportunistas? Preocuparnos por este problema, más si estamos en la construcción de la conquista del Poder.

 

(Estracto del documento del II Pleno de CC del PCP, 1991, ya citado)

 


3. Génesis de la renta capitalista del suelo e ideas de importancia especial para los países atrasados

 

.....

.....