Friday, August 4, 2023

AND BRASIL: Editorial Semanal – Luis Ignacio, el Estafador

 

EDITORIAL

Editorial Semanal – Luis Ignacio, el Estafador

 


Redacción AND

  8/3/2023 2 minutos de lectura

 

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Apenas concluimos el primer semestre del año, el gobierno de Luis Ignacio ya abogaba por una “reforma ministerial”. Su contenido es simple: premiar a Arthur Lira por aprobar las medidas económicas reaccionarias enviadas por el gobierno al Congreso (nuevo tope de gastos, “reforma fiscal”, etc.), reformas sin las cuales el petista sería rápidamente destituido de la silla presidencial por el núcleo duro de las clases gobernantes locales y el imperialismo.

 

Las siglas del Partido Único que debe integrar el gobierno son Republicanos y Progresistas. Los Progresistas está dirigido por Ciro Nogueira, quien hace ocho meses era nada menos que el Jefe de Gabinete de Bolsonaro y coordinador de la campaña para la reelección de este traste humano (Ciro Nogueira incluso afirmó recientemente que no participará en el gobierno actual, solo para no molestar a Bolsonaro…). Los republicanos, por otro lado, son el partido de nada menos que Hamilton Mourão, el general de lengua suelta, además del todopoderoso Arthur Lira, primer ministro de facto del país.

 

La derecha tradicional, fisiológica y corrupta, conocida con el sobrenombre de “centrão” y encabezada por Lira, ya extiende sus garras sobre las estructuras de la Caixa Econômica Federal, la Fundación Nacional de Salud y la Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo. El Ministerio de Desarrollo Social, el favorito del PT, está siendo ofrecido a la furia del diputado André Fufuca, de los progresistas. En la mesa de negociación también están el Ministerio del Deporte y el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Es un gobierno entregado a la derecha tradicional, en cuanto a programas y posiciones. Luiz Inácio hoy ya es muy diferente a aquel candidato que, en 2021, decía cosas como: “Bolsonaro seguía hablando de acabar con la vieja política. ¿Y cuál es la nueva política? ¿Ser rehén del ‘centrão’?”, o bien: “Si ganamos [las elecciones], tendremos que cuidarnos d el ‘centrão’”. (2022). ¿Que cosa no? ¡Estafador!

 

Luis Ignacio ora y hace todo para que, al final del año, la economía muestre señales de pequeñas mejorías, la tasa de interés baje más y el consumo familiar crezca un poco. Si eso sucede, espera aumentar su popularidad en las encuestas y escapar de la presión de los grupos de poder y las crisis políticas; mientras, cede espacios en el gobierno a la derecha tradicional, “se aprieta el cinturón”, con la esperanza de que pronto lleguen los “buenos tiempos” y todo pase. Por eso siempre delega en sus ministros la tarea de dar noticias antipopulares (como el nuevo “tope de gasto”, el reciente recorte de más de 700 millones en Educación y Sanidad) siempre acompañadas de noticias filtradas estratégicamente de que “él no quería", que "Lula resistió, pero cedió", etc.

 

Sin embargo, el escenario es muy difícil. La economía no tiende a mejorar, pues su descomposición es estructural y se combina con la visible descomposición y tendencia al estancamiento de la economía imperialista mundial. A su vez, las medidas reaccionarias (corroyendo así la popularidad del gobierno) seguirán imponiéndose en la agenda de Luis Ignacio, en detrimento de sus promesas. Si busca mantener su popularidad postergándolos, Luis Ignacio será fuertemente presionado y se iniciará un proceso de destitución para reemplazarlo; si llega al fondo de estas contrarreformas, perderá la poca credibilidad que aún le queda ante cierto sector de las masas populares. De ahí que haga lo que mejor sabe hacer: tratar de engañar y manipular a la opinión pública popular.

La gran verdad es que aquellos hechos del 8 de enero marcaron profundamente al actual gobierno. El Alto Mando de las Fuerzas Armadas se animó y permitió que esos hechos sucedieran para enviar un duro mensaje al gobierno: o sigue adelante con las “reformas” reaccionarias, o tu vida será una pesadilla. O Luis Ignacio le da a su gobierno un contenido y una forma abiertamente derechistas, o la ACFA alentará y promoverá su destitución, preferentemente por la vía constitucional. Sí, los generales continúan protegiendo al país, incluido el gobierno actual. Luiz Inácio, como un pragmático*, concilia y acepta el cabestro, cumpliendo los planes, hasta que ya no será útil y será destituido nuevamente de la presidencia y, en su lugar, asumirá un gobierno aún más draconiano y brutal. Este es el resultado, ya conocido.

 

nota:

*El pragmatismo es una filosofía reaccionaria, surgida a finales del siglo XIX en Estados Unidos, según la cual la vigencia de principios, doctrinas, ideas, etc. está completamente subordinado al resultado práctico logrado. Es una filosofía imperialista, que rige toda la psicología y forma de pensar de las clases dominantes norteamericanas. En política, el pragmatismo deriva hacia el utilitarismo y el fisiologismo, buscando la adaptación y la supervivencia a toda costa y sin principios, al servicio de los fines de las clases dominantes.