Tuesday, August 29, 2023

CHILE,Prensa Chiripilko: Nuevas inundaciones en el Chile Central y la resistencia heroica de las masas populares

 Desde el Sábado 19 al Martes 22 del mes de Agosto un nuevo sistema frontal de intensas lluvias causó gigantescos desastres en las regiones de O’Higgins, Maule, Ñuble y Bio-Bio. Al igual que en Junio pasado, la región del Maule fue de las más afectadas, en especial la capital provincial Curicó y las zonas rurales campesinas como lo es el valle del Mataquito.




Fuente: Prensa Chiripilko

Los efectos han dejado vidas humanas perdidas, miles de damnificados y aislados, tierras cultivadas y viviendas completamente inundadas, cortes de rutas y carreteras, destrucción de puentes, rodados en los caminos, múltiples socavones, animales ahogados y arrastrados por la corriente de los ríos.

Los escenarios parecen zonas de guerra, y por más cinematográfico que suene la realidad supera a la ficción.

Las zonas rurales y campesinas

En el caso del valle del Mataquito, los primeros sectores en sufrir los golpes fueron las zonas ubicadas en los cerros que por excelencia son rurales. Allí, la rápida e incontenible crecida de los esteros comenzó a cortar los caminos, muchos que a propósito del abandono del viejo Estado y las municipalidades siguen siendo sólo de tierra o ripio. El tendido eléctrico se vino abajo lo que significó la suspensión del suministro. Múltiples caídas de árboles y socavones dejaron a las masas que viven en esos sectores tempranamente aisladas. Algunos sectores que podemos mencionar son Los Coipos, Caone y Alto Caone, El Buche, Espinalillo, Bóquil, Tilicura, Los Sauces entre otros.

La lluvias torrenciales también hicieron que los ríos desbordaran con mayor fuerza que en las inundaciones de Junio pasado. Las represas y embalses que controlan grandes burgueses y latifundistas que en tiempos de verano y sequía acaparan y roban el agua, a propósito que corrían peligro de destruirse y rebalsarse, rápidamente abrieron las compuertas liberando una inmensa masa acuática que, mezclada con las precipitaciones y el agua proveniente desde la cordillera de los Andes, produjo las peores inundaciones que se registren hace décadas en el país.

Los sectores más cercanos a la cuenca de los ríos, como en el caso del río Mataquito, quedaron bajo el agua y, al igual que hace dos meses atrás, el centro del pueblo de Licantén fue arrasado. Sin embargo, el desastre fue mayor. Los sectores de Rauco, Majadilla – Palquibudis, La Huerta, Villa Prat, Huaquén, Rincón de Mellado, Paula – Hualañé, Constantué, Placilla, Idahue, Lora y tantos otros vieron arrasar sus cultivos, casas, árboles, postes eléctricos, caminos y lo que más duele: Toda una vida de trabajo destruida.

Ante los cortes de rutas, se traslada féretro por el Mataquito. Fuente: Prensa Chiripilko

Todo el valle del Mataquito quedó sin suministro eléctrico y sin agua potable desde el inicio de las lluvias. Muchos han perdido alimentos y medicamentos que debían mantenerse refrigerados. Algunas personas han tenido que recurrir al uso de generadores eléctricos de combustible y, como un verdadero golpe bajo, el pueblo ve con horror e indignación el anuncio de la próxima alza en el precio del diésel y las bencinas para esta semana en más de $30 por litro. Otra alza de precio injustificada es el de la papa. Antes de las inundaciones de Junio el saco valía entre $10.000 a $12.000. Posterior, el valor del saco de papas subió a $20.000 y hoy, tras la tragedia de Agosto, el valor del saco fluctúa entre los $35.000 a $40.000. Antonio Walker, ex ministro de agricultura de Piñera y hoy presidente del gremio terrateniente, la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) justifica esta alza porque afirma que la temporada pasada la papa presentó una baja en la rentabilidad por lo que menos productores habrían sembrado papas. Sin embargo, ni lo que afirma Walker ni las inundaciones deberían afectar el precio de este alimento puesto que la mayoría fueron cosechadas en Abril.

Las telecomunicaciones son extremadamente inestables y a ratos nulas. En fin, todo indica que el Estado al servicio del capital y el latifundio ni en las peores catástrofes dejará de exprimir hasta la última gota de sangre y sudor del pueblo.

Las «autoridades» viven en su circo y show mediático acusándose de ser responsables unos a otros. Por ejemplo, en diversos canales de TV nacionales han entrevistado a los alcaldes de Licantén, Hualañé y Curicó quiénes acusan que desde el gobierno central las ayudas se han demorado. Sin embargo, las masas ya acusan que muchas de las cosas donadas por las personas en Junio pasado y que no fueron entregadas a quiénes las necesitaban, con las nuevas inundaciones se pudrieron o se destruyeron. Tal es el caso de Licantén, donde colchones, estufas y otras cosas se perdieron al interior de la biblioteca municipal.

Las ayudas que prometió el gobierno para campesinos y damnificados en Junio pasado nunca llegaron. La realidad demuestra además que aunque se sabía que venía un nuevo sistema frontal poco y nada se realizó en materia de infraestructura por parte de las autoridades para prevenir esta catástrofe. 

Curicó y sus alrededores

Igualmente afectada se ha visto la propia urbe de Curicó y los sectores aledaños, donde la catástrofe dejó en evidencia la negligencia e irregularidades con la que se planifica la urbanización de las ciudades, específicamente la capital provincial. El Parque Zapallar ubicado en el sector oriente y acomodado de la ciudad ha sido el símbolo de la falta de regulación en cuanto a las ordenanzas y permisos de edificación. La constructora a cargo, propiedad de la familia de Rodrigo Galilea, ex intendente y actual senador de RN (Renovación Nacional) y aspirante a la presidencia del partido político. Situación que ha significado que las autoridades realicen una real cacería de brujas,buscando al o los responsables de esta irregular construcción sin cuestionar las políticas habitacionales, de la mano de la necesidad que existe por acceder a la vivienda.

La capital provincial básicamente estuvo bajo el agua y atravesado de ríos que inundaron diferentes sectores de la ciudad, explotando cañerías y desagües en distintos focos, generando que poblaciones como el Boldo, la Marquesa, La Bombero Garrido, el Vaticano, Jonh Kennedy y muchas otras poblaciones resultaron con sus pasajes anegados y viviendas inundadas. Sin embargo, el foco mediático estuvo puesto en el barrio alto de Curicó, centralizando la atención de las necesidades, invisibilizando las diferentes complejidades que se estaban presentando de forma paralela en varias zonas. Como los sectores rurales, quiénes se vieron afectados no sólo por la lluvia, sino por aluviones que arrasaron con casas y diferentes infraestructuras en Upeo dejando a unas 300 personas aisladas, cortes y caídas de puentes en Romeral y Sagrada Familia, que dejó incomunicados a estas localidades, dejando sin servicios básicos a cientos de familias, que han recibido poca o nada de ayuda por parte de las autoridades. 

Mujeres embarazadas, niños, abuelos, personas en condición de discapacidad, etc., resienten la falta de medicamentos y acceso a servicios necesarios para su salud. Y en casos como Los Niches, vieron afectadas sus escuelas por el agua y el barro, tales son los casos de La República de Italia y Colegio Estados Unidos quiénes en base a la colaboración de su comunidad educativa y vecinos han logrado recuperar los recintos para su pronto funcionamiento.

La ley del pueblo de caer y volver a levantarse siempre se impone. A pesar del abandono de las autoridades, los propios vecinos ya comenzaron con las tareas de apoyo mutuo y solidaridad. A pulso se ha logrado trasladar a enfermos, heridos y damnificados en botes por los riachuelos que antes eran calles. Con la fuerza de voluntad acerada por años de trabajo, los campesinos han abierto caminos habilitando rutas, han compartido sus alimentos con quiénes más lo necesitan. Las campañas de recolección ya se están desplegando en diversos puntos del país. Las denuncias contra los acaparadores de alimentos y especuladores se desatan. Las acciones de propaganda se despliegan.

El llamado es a intensificar las campañas solidarias y tal como nos enseñó la experiencia en las inundaciones pasadas, todo lo recolectado no debe ser entregado a las municipalidades sino que directamente a las masas afectadas.

Frente a la catástrofe: ¡Sólo el pueblo ayuda al pueblo!

Ante el abandono del viejo Estado: ¡La rebelión se justifica!

Fuente: Prensa Chiripilko