07 DE JULIO DE 2020
El 26 de junio de 1964, el embajador brasileño en Washington, Juraci Magalhães, hizo la famosa declaración, según la cual "lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para Brasil". Incluso en el ambiente plagado del régimen militar, su declaración tuvo un impacto muy negativo en lo que quedaba de la prensa popular y democrática. Después de todo, ¿no fue un golpe para el "patriotismo" y la defensa del "honor nacional"?
Cinco décadas y media después, la historia se repite como una farsa de la tragedia secular de nuestro pueblo. El material publicado en el portal "A Pública", con nombres e indicaciones irrefutables, prueba la intervención del FBI en asuntos de política interna brasileña. Varios agentes, varios de los cuales tenían nombre en código, actuando de manera clandestina en el país, dirigieron pari passu la desafortunada "Operación Lava Jato", dirigida por una mujer llamada Leslie R. Backschies. Antes, ya habían actuado en la represión de las protestas en la Copa del Mundo de 2014.
Confirma plenamente lo que fue denunciado por AND, en la Editorial La inevitable agitación social y la necesidad de revolución, en el número 185 (marzo de 2017), en el que la denuncia segura de la fuerte interferencia yanqui vio a muchos "teoría de la conspiración". Allí, afirmamos: "Ella [la" Lava Jato "] obedeció al 'Gran Plan' de establecimiento e intereses de los EE. UU., preocupado por el grado de desmoralización en el país que había alcanzado la política oficial y las instituciones del 'Estado Democrático de Derecho', tan alabado como "democracia" y el sistema de gobierno ideal. Detrás hay manos mucho más poderosas de lo que piensan. Digamos que toda la planificación de las investigaciones, su estructura y método, fue preparada por el FBI, habiendo seleccionado sectores de la Policía Federal operará bajo la centralización del comando militar de las Fuerzas Armadas como una operación de facto. Como fachada legal, se preparó un equipo de fiscales "imbuidos" de la causa de la moralización de la vida política y pública del país. Tal plan y, principalmente, ¿cómo podría llegar a donde ha estado? La historia política del país conoce innumerables intentos similares diseñados en este objetivo y que fueron aplastados incluso antes de dar su primer pasos ".
La misma potencia extranjera que articuló el golpe fascista elige y derroca a los gobiernos en el régimen "democrático". Ciertos círculos militares, extremos en la defensa del bolsonarismo, que acusan a la "mano invisible" de China incluso en asuntos secundarios (a menudo, a través de las conexiones lógicas más extravagantes), permanecen en silencio ante las manos y armas explícitas de la policía estadounidense, atrapado en el acto, para intervenir en la política interna de este pobre Brasil semicolonial. Para completar la imagen desconcertante, para ellos, por supuesto, no solo estos hechos revelados no merecían ningún repudio o solicitud de aclaración pública, sino que contaban con el silencio cómplice de los monopolios de la prensa, ya que en la misma semana que emergen, Bolsonaro lo hará, acompañado por el general Ministro de Defensa, celebrando la fecha nacional de este país en la embajada de los Estados Unidos. Es un escándalo.
Esto prueba que, contrario a lo que sus ideólogos reivindicaron, el "Ejército de Caxias" no sirve a Brasil, sino al imperialismo. En los días de su sangriento patrón, al preimperialismo inglés; de 1945 en adelante, al imperialismo yanqui. El golpe del 64, de hecho, se dio para interrumpir un proceso continuo de expansión de la movilización popular y las reformas democráticas, que amenazaban la sujeción absoluta al señor del Norte; ahora, es como una ofensiva contrarrevolucionaria preventiva contra el inevitable levantamiento popular, dada la gravedad de la crisis general que el país ha sido liderado por este sistema semicolonial de explotación y opresión y contra cualquier posibilidad de independencia nacional que amenazan con tal "ruptura". Básicamente, su proyecto nacional, incluso para el Amazonas, es que Brasil sigue siendo, para siempre, un gran dispositivo. O un gran pasto.
Entreguistas! Vende patrias! Como solía decir el gran Nelson Werneck Sodré, estos generales de color verde oliva no son más que títeres de otros generales, estos con verdadero poder de mando, a saber, General Electric, General Motors, etc. Villas-Boas, Mourões, Helenos, Azevedos, Ramos, Bragas Pazzuelos, son tan valientes en amenazar a "su propio" pueblo como son dóciles en acariciar al amo. La entrega con besada de mano de la Base Alcântara está allí, como testimonio irrefutable de estos tiempos. Después de todo, aquellos que desprecian el elemento central de cualquier nación, es decir, su pueblo, no pueden ser patriotas. Además, los valientes aún completan sus privilegios de casta con los salarios y beneficios del primer escalón federal, al que se han criado más de 2.900 soldados. Si hubo algún emprendimiento importante en nuestro tiempo, fue este. Además, en medio de una pandemia (uno de los episodios más oscuros de nuestra historia), la Fiscalía del Tribunal Federal de Auditoría (TCU) ve signos de sobreprecio en la producción de cloroquina por parte del Laboratorio del Ejército. Sustancia que tendrá basura como único destino, ya que es inofensiva en el tratamiento del coronavirus.
Sin embargo, estos caballeros se equivocan si piensan que esta situación durará para siempre. Las crisis sanitarias, económicas y políticas producirán saltos en la movilización popular a corto plazo y conducirán no solo a Bolsonaro, sino a todo el gabinete de generales, que es el gobierno militar de facto. Es su culpa, sobre todo lo demás, los más de 100,000 muertos por Covid-19 y los millones de hambrientos y desempleados. Para estos crímenes, que exceden los perpetrados entre 1964-1985, no habrá una segunda amnistía.
