A continuación compartimos dos artículos tomados del Periódico El Pueblo (Chile). Uno de marzo del 2017 con motivo de los 98 años de la IC, y otro del 2019 con motivo de los 100 años.
FUNDACIÓN DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA
La clase obrera y su carácter internacional
Entre el 2 y el 6 de marzo se realizó el I Congreso de la Internacional Comunista, presidido por Vladimir Ilich Lenin, jefe máximo de la Revolución Rusa. Este mes se cumplen 98 años [100 años] de este importante hecho de la lucha de clases en el mundo.
delegados-congreso-internacional-comunista
La necesidad de una organización que agrupara a la clase obrera a nivel mundial había sido planteada y llevada a la práctica desde tiempos de Marx y Engels. Sin embargo, es en la Tercera Internacional donde los revolucionarios lograron dotarse de una auténtica organización comunista.
Este proceso lo sintetiza Lenin en la siguiente cita: “La I Internacional echó los cimientos de la lucha proletaria internacional por el socialismo. La II Internacional marcó la época de la preparación del terreno para una amplia extensión del movimiento entre las masas en una serie de países. La III Internacional ha recogido los frutos del trabajo de la II Internacional, ha amputado la parte corrompida, oportunista, socialchovinista, burguesa y pequeñoburguesa y ha comenzado a implantar la dictadura del proletariado”.
Y agrega que la misión de la Tercera Internacional fue: “llevar a la práctica los preceptos del marxismo y realizar los ideales seculares del socialismo y del movimiento obrero”.
lenin-internacional-comunista
La Revolución Rusa abrió la época de la Revolución Proletaria Mundial. Tras el triunfo de los bolcheviques, se inicia una guerra civil, en la cual el poder soviético se defendió de los ejércitos de 14 países que invadieron el país de los soviets para intentar frenar la revolución.
Los capitalistas del mundo entero estaban alarmados ante el hecho que la clase obrera y los campesinos se hubieran tomado el poder político por vía violenta y estuvieran construyendo una nueva sociedad. En todo el mundo el proletariado celebró este hecho. Y en muchos lugares se desarrollaba el movimiento obrero: “La revolución comenzó a avanzar en Europa. En Austria, venía desarrollándose el movimiento revolucionario. En Hungría, fue proclamada la República de los Soviets. La oleada revolucionaria hizo aparecer a los Partidos Comunistas en Europa. Esto creó una base real para la unificación de los Partidos Comunistas en la Tercera Internacional, en la Internacional Comunista. En marzo de 1919, en Moscú, en el primer Congreso de los Partidos Comunistas de varios países, a iniciativa de Lenin y de los bolcheviques, fue fundada la Internacional Comunista. Y aunque el bloqueo y las persecuciones de los imperialistas impidieron a muchos delegados llegar a Moscú, tomaron parte en este primer Congreso representantes de los más importantes países de Europa y América. El Congreso fue dirigido por Lenin.
En su informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado, Lenin puso de manifiesto la significación del Poder Soviético, como la auténtica democracia para los trabajadores. El Congreso aprobó el Manifiesto dirigido al proletariado internacional, en el que se hacía un llamamiento a la lucha resuelta por la dictadura del proletariado y por el triunfo de los Soviets en todos los países…Así fue fundada esta organización proletaria revolucionaria internacional de nuevo tipo, la Internacional Comunista, la Internacional marxista-leninista”. (Historia del Partido Comunista bolchevique de la URSS, 1953)
La Internacional Comunista impulsó las luchas de los pueblos en todo el mundo, actuando como centro de unidad política que permitió apurar el avance, transmitiendo experiencias y lecciones de la lucha.
Actualmente vivimos una época en que los pueblos del mundo luchan contra la opresión imperialista, la que es encabezada por el imperialismo norteamericano. Hoy más que nunca se requiere la unidad de los luchadores, de los revolucionarios, pero una unidad sostenida sobre sólidos principios y no una unidad oportunista. El movimiento Comunista requiere dotarse de una organización internacional que apunte a golpear con un solo puño al imperialismo, este gigante con pies de barro, este tigre de papel que da sus últimos zarpazos de bestia herida.
100 años de la Internacional Comunista
Por Periódico El Pueblo N° 77 (Enero, 2019)
Este año se conmemora el centenario de la Internacional Comunista, conocida también como la III Internacional, en referencia a los dos anteriores. Este aniversario cobra una gran relevancia en la actualidad, por coincidir en un momento donde los Partidos y organizaciones comunistas vienen avanzado en la unidad luego de conmemorar de forma cohesionada y en férrea lucha de dos líneas: 50 años de la Gran Revolución Cultural Proletaria (2016), 100 años de la Revolución de Octubre (2017) y los 200 años del natalicio de Karl Marx (2018).
Así es como este 2019 abordaremos, en cada número, distintos aspectos de la Internacional Comunista, que es el primer gran hito donde la vanguardia del proletariado en cada país se organizó en Partido Comunista, como sección de la Internacional Comunista.
edideologicaprimera-internacional
Antecedentes
Para poder comprender el papel de la Internacional Comunista y el momento histórico en la que surgió y se desarrolló, en este número expondremos de forma general los antecedentes de esta organización internacional de los revolucionarios del mundo.
Karl Marx y Friedrich Engels entregaron su vida a organizar al proletariado a nivel internacional. Fue así como, bajo la dirección ideológica y política de Karl Marx, nació la Asociación Internacional de Trabajadores, también conocida como I Internacional. Esta organización proletaria, sin embargo, era amplia, pues en ella estaban reunidos tanto obreros marxistas como obreros de otras doctrinas socialistas, pertenecientes a Europa y Norteamérica. El desarrollo de la lucha de clases, fundamentalmente las revoluciones de 1848 en Francia y Alemania, y luego la Comuna de París (1871), demostró que solo el proletariado podía dirigir la lucha revolucionaria de las masas y que el marxismo era la ideología del proletariado y la única capaz de interpretar el mundo para transformarlo. Esto generó que, al interior de la I Internacional, la lucha de dos líneas se hiciera más abierta y encarnizada: por una parte, los sectores marxistas y, por otra, algunos sectores oportunistas, entre ellos Bakunin, quien para oponerse a los marxistas llegó incluso a buscar la protección del zar Nicolás I, prometiéndole lealtad a su reinado y a Dios, y manifestándole su odio nacionalista a todos los alemanes.
Por su parte, distintos gobiernos de Europa consideraron que era un crimen el estar asociado a la Internacional Socialista. Así fue cómo, ya habiendo hecho el balance de que la tarea de la Internacional estaba cumplida y que al mismo tiempo, mayores luchas requerían de otro tipo de organización, la I Internacional anuncia su disolución en 1876.
Una vez muerto Karl Marx (1883), pero habiéndose extendido el marxismo, su fiel camarada, Friedrich Engels, tuvo la labor de dirigir la reorganización de los partidos socialistas de los distintos países de Europa y parte de Norteamérica. La tarea era dura, el capitalismo vivía un desarrollo que hizo que el oportunismo calara profundo en muchos dirigentes del movimiento obrero, que al ver esta curva ascendente del capitalismo pensaron que éste no podría ser derrotado y que a la clase obrera no le quedaba más que ponerse bajo su jurisdicción. Pero, por otro lado, la lucha de los pueblos oprimidos de Asia, África y América Latina despertaba nuevamente con el naciente proletariado de estos países. Engels puso sus últimas fuerzas en la organización del proletariado internacional. El fiel compañero de armas de Marx fallecía en 1895, quedando por delante la tarea de sumar a la organización del proletariado internacional a los obreros de la gran cantidad de colonias y semicolonias.
edideologicaprimera-guerra-mundial-e1547576525611
La bancarrota de la Segunda Internacional
A principios del siglo XX, el capitalismo pasó a su fase superior y última: el imperialismo. Fase que se caracteriza porque el capitalismo de la libre competencia se ha convertido en un capitalismo monopólico, parasitario y en descomposición, tal como lo sintetizó magistralmente V. I. Lenin en el libro “El imperialismo, fase superior del capitalismo”.
El capitalismo en su fase imperialista lo que hace es profundizar la opresión y la explotación a la clase obrera de sus países, pero fundamentalmente las naciones del tercer mundo. Va a ser sobre la base de esta gigantesca plusvalía que los Estados imperialistas van a generar dentro de la clase obrera de sus países una aristocracia y burocracia obrera, que es una capa de obreros con condiciones económicamente superiores al resto. Esta elite obrera servirá a los capitales imperialistas como tropa de choque y como contención de la clase en su totalidad. De esta manera, cuando en 1914 las potencias imperialistas se lanzaron a enfrentarse en la Primera Guerra Mundial por el control y saqueo del resto de los países, los partidos socialdemócratas de la II Internacional, en lugar de luchar contra los imperialistas de sus países, declararon que se pondrían del lado de estos, en defensa de la patria. Kautsky, a la cabeza de los oportunistas, intentó convencer al proletariado de que el imperialismo no era tan malo y que podría existir un capitalismo sin despojos ni guerras y una democracia pacífica. A esa altura, la II Internacional estaba en su bancarrota, los avances revolucionarios de las colonias y semicolonias, y principalmente el avance de los revolucionarios bolcheviques en Rusia, demandaban la urgencia de una nueva Internacional, de una internacional revolucionaria, compuesta por la vanguardia de la clase obrera de todos los países del mundo. Era la hora de forjar el camino hacia la Internacional Comunista.