La única posición del pueblo debe ser antiimperialista:
Publicado
en la edición impresa n° 78 (marzo, 2019) de Periódico El Pueblo.
Desde
principios de enero, el imperialismo estadounidense, principal enemigo de los
pueblos oprimidos del mundo, ha acelerado su intención de someter colonialmente
a Venezuela y monopolizar su dominio sobre el país caribeño, en colusión y
pugna con Rusia y China. Para ello se ha valido de agresiones directas y de
agrupar un piño matonesco de los gobiernos más fieles a sus intereses en el
“Grupo de Lima”, haciendo valer que América Latina es la base principal de su
dominio mundial, su “patio trasero”.
De
izquierda a derecha: Piñera (Chile), Iván Duque (Colombia), Juan Guaidó
(Venezuela), integrantes del Grupo de Lima.
En Venezuela existe un capitalismo burocrático sometido a los
intereses imperialistas, basado en la exportación de su principal materia prima
(mayor reserva petrolera del mundo), mayor inversión extranjera directa, mayor
dependencia financiera de las potencias imperialistas y la mantención intacta
del latifundio. A partir del 2014 se ha acelerado la crisis del capitalismo
burocrático por la caída de los ingresos fiscales producto del vaivén de
precios internacionales del petróleo, el aumento de la deuda financiera,
devaluación de la moneda, caída de poder adquisitivo de las familias, desempleo
y el consiguiente estallido de las masas populares.
Sobre dicha base económica, el imperialismo y la facción
compradora de la gran burguesía buscan cabalgar sobre las necesidades del
pueblo para instaurar un régimen completamente servil a los intereses yanquis,
monopolizar el petróleo y afianzar su dominio sobre la región, desplazando
completamente a Rusia y China, potencias que han disputado terreno durante las
últimas décadas en el continente.
Para ello, el imperialismo yanqui, al cual no le interesa en
absoluto las necesidades del pueblo venezolano, desarrolla un plan con dos
partes indesligables. La primera parte consta de tres pasos: el primero ha sido
reconocer a Juan Guaidó como presidente y a la Asamblea Nacional (parlamento),
desconociendo al actual gobierno y llamando a nuevas elecciones sin Nicolás
Maduro. El segundo paso, acelerar los disturbios intentando penetrar el país
con “ayuda humanitaria” para dividir las Fuerzas Armadas de Venezuela y, el
tercero en curso, aplicar más sanciones económicas y cercar diplomáticamente al
gobierno. La segunda parte de este plan imperialista aún se encuentra en
preparación debido al alto costo político que implicaría. Esta consiste en la
invasión militar directa, para lo cual ya hay maniobras semanales en el espacio
aéreo y marítimo alrededor del territorio venezolano, junto a las tropas
yanquis instaladas en las 9 bases militares que existen en Colombia.
Fuente: Territorios vigilados. Telma Luzzani Diseño: Alejandro Acosta Hechavarría.
Al heroico proletariado y pueblo venezolano le corresponde
prepararse para la Resistencia Nacional, rechazar cualquier sometimiento a los
intereses extranjeros y desechar todas las ilusiones de que se puede negociar
la paz con el imperialismo. Cualquier acuerdo con este último, implica
rendición y sumisión a sus intereses. La única manera de asegurar la
independencia es preparando y desarrollando la revolución de Nueva Democracia,
conformando un auténtico Partido Comunista, un Ejército Nacional de Liberación
y un Frente Único Antiimperialista. Confiar en el supuesto apoyo de Rusia y
China es una destructiva ilusión, pues todos los imperialistas usan las luchas
del pueblo a su favor para utilizarlas como fichas de ajedrez en sus
negociaciones. Los pueblos del mundo debemos levantar una ola antiimperialista
combatiendo a todos sus siervos locales, a la vez que se hace una enérgica
campaña mundial en apoyo al pueblo venezolano.